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Carpeta de trabajo Psicología del desarrollo y del aprendizaje II –

Escuela y diversidad cultural.


Lic. Prof Marina Boero

Semana I:
Actividad en el Foro
Correcciones – Comentarios- Consultas- Videos – Debate

Contenidos:
 Adolescencia, síndrome de la adolescencia normal- Duelos-
identificaciones-
 El proceso social del Aprendizaje: inteligencia y subjetividad. Identidad y
autonomía.
 Proceso de intersubjetividad – subjetividad. Afirmación del si mismo.

Textos de la semana 1:
Buenos días para tod@s en este segundo nivel de la materia Psicología del
desarrollo y del aprendizaje, de acuerdo al diseño curricular intentare
acompañarlos a conocer al sujeto en formación (adolescente, joven y adulto),
comprender su fragmentaria identidad en permanente cambio, conocer cuáles son
sus potencialidades y puntos de ruptura. Este recorrido tiene como fin que ustedes
como futuros docentes puedan acercarse a sus alumnos de manera empática para
acompañarlos a construirse como sujetos dado que la escuela es un espacio de
inclusión donde ellos deben sentirse alojados.
Comenzaremos por acercarnos a una definición posible de “adolescencia” y en
esa construcción empezar a pensar si debemos hablar de adolescencia o
adolescencias.
La adolescencia hasta mediados del siglo XX, fue considerada solo como la
antesala al mundo adulto, que por ser tan corta, en parte coincidía con la
pubertad. Con el desarrollo y la complejización de la sociedad, se ha ido
prolongando la duración del periodo adolescente, y se hicieron más evidentes las
características específicas de la etapa.
La adolescencia puede ser definida desde distintos puntos de vista, según desde
donde se proponga su abordaje. Consideramos que la misma, no puede reducirse
a un solo factor, ya que es un fenómeno multideterminado por factores biológicos,
sociales, culturales, psicológicos e históricos.
El proceso adolescente es un proceso de cambio y por lo tanto, de transición.
Impone un pasaje ineludible, biológicamente determinado desde la niñez a la
adultez, pero también es una de las crisis biológicas que mayor
repercusión tienen en el aparato psíquico. El adolescente es un ser que no solo
experimenta cambios corporales objetivos, sino también profundos cambios en su
subjetividad, en la forma de percibir el mundo y a sí mismo.
La transición del adolescente implica el pasaje del mundo del niño en la familia,
hacia el mundo de los pares y de ahí, al mundo adulto. Es un tránsito singular y
personal que compromete la calidad de vida de toda una familia.
Desde el punto de vista cronológico, la adolescencia suele ser dividida en tres
etapas:
 Adolescencia temprana: Se extiende desde los 8, 9 años, hasta los 12
aproximadamente. Caracterizada por los cambios corporales y su
tramitación psíquica y ambiental.
 Adolescencia media: Comprende el periodo entre los 12-13 años y los 17-
18 años. El desarrollo corporal ha reducido su ritmo y su cuerpo va
adquiriendo las proporciones adultas. Se produce el distanciamiento
afectivo de la familia y la adhesión a los grupos de pares.
 Adolescencia tardía: Se suele extender desde los 17-18 años hasta los 25-
29 años según los autores. En general, puede ser definida por la necesidad
de elaborar un plan de vida, con la importancia de la orientación vocacional,
la inserción en el mundo laboral y el encuentro con una pareja estable, la
desilusión ocupa un lugar importante en esta etapa.
Al inicio de la adolescencia, se dan los cambios en el interior y en el exterior del
cuerpo, estos cambios son pronunciados:
1. Aumento del tamaño corporal

2. Cambia la proporción corporal

3. Desarrollo de las características sexuales primarias y secundarios

En las niñas, el proceso de crecimiento se inicia antes que en el varón, lo que


determinara una forma de relación particular, los niños verán a las niñas como
intrusivas, desenvueltas y se alejaran de ellas, mientras que las niñas percibirán a
los varones como chiquilines e inmaduros. Esto los llevara inicialmente a
relacionarse en mayor medida, con sujetos de su propio sexo. Además, la
irrupción de los deseos sexuales incrementa la dificultad de comunicarse con el
otro sexo, reactivando la necesidad de explorar y conocer su propio cuerpo.
A diferencia de la niñez, las modificaciones son bruscas en la adolescencia, de
modo que generan una pérdida de la confianza en el dominio de las funciones
corporales. Estos cambios, deberán ser elaborados psíquicamente ya que el
adolescente se encuentra en un estado de indefensión con respecto a sus
cambios corporales. Esta elaboración se hará inicialmente, a través de desarrollos
de afecto, asco o furia como ataques de risa o llanto, dolores corporales, la
vestimenta, o la realización de deportes, para intentan dominar la musculatoria y el
nuevo cuerpo.
Cabe aclarar, que cuando el desarrollo físico se torna notorio, su apariencia adulta
hace que la sociedad en general, le pida que actué como tal, cuando aun no tiene
recursos psíquicos para hacerlo, o sea, cuando el desarrollo físico se torna
notorio, los adultos esperan que abandone a igual ritmo, la conducta infantil y
acepte responsabilidades que recién se adquirirán varios años después.
Si bien en la pubertad comienzan los cambios corporales, al inicio no hay función
reproductora, faltan producirse otros cambios corporales, para que los órganos
sexuales funcionen adecuadamente.
La representación del cuerpo entra en caos, estalla la imagen corporal, sufre un
colapso donde se pierden los límites. Requiere un tiempo donde vaya
reconociendo los cambios, lo que puede aportar de si a la sociedad, que pueda,
aunque sea parcialmente responder a la pregunta: ¿Quién soy? para constituirse
en sujeto. Por eso, no es el espacio ni el tiempo adecuado para el inicio de la vida
sexual genital. Es necesario saber “quién soy yo”, para poder estar con “otro”.
Sin embargo hay adolescentes que comienzan sus primeras experiencias en esta
etapa, lo que constituye una huida, un intento de procesar patológicamente la pre-
genitalidad, con la genitalidad. Y es, en estas acciones donde se debe señalar no
solo la responsabilidad de los adolescentes, sino también, de las autoridades, los
padres, las escuelas, los medios de comunicación y los servicios de salud en la
falta de información sobre la sexualidad y la falta de contención de los
adolescentes. La sexualidad de los adolescentes, tarde o temprano se iniciara si o
si, con conocimientos o responsabilidad, con descuidos y riesgos, la sociedad
debe decidir si protege o descuida a sus jóvenes.
Durante el inicio de la adolescencia, surge un nuevo tipo de pensamiento, el de las
operaciones concretas, que corresponde a una lógica más abarcativo, lo que le
permite al adolescente, construir representaciones de mayor complejidad, y lo
conduce a nuevos juicios sobre sus padres.
El hijo, que hasta ese momento, había tenido como sostén imaginario a sus
padres, ahora, juzga y se desilusiona de sus padres, el comenzar a interactuar con
otros grupos y con otras familias, otras costumbres, otros ambientes
socioeconómicos, esto le permite hacer comparaciones y establecer nuevos
juicios acerca de su propia familia, los cuales serán casi siempre traumatizantes y
decepcionantes para el hijo, ya que hasta ese momento, los padres habían sido
idealizado, comenzaran a darse cuenta que los padres “no lo saben todo” lo que
desata una tremenda frustración. Los padres sufren entonces una fuerte
descalificación – no siempre justa – pero necesaria para la diferenciación del
joven. Atravesar la adolescencia consiste entre otras cosas, en derribar la figura
de los padres todopoderosos de la infancia.
Esto llevara al adolescente a aislarse, y pasar por etapas de independencia
desafiante, pero será a partir de este proceso que luego podrá relacionarse con
otros individuos, no hay posibilidad de separación sin el “no” como rebelión antes
sus progenitores. Esta rebeldía, aunque no tenga justificación alguna, es una
fuerza que no debe anularse, ya que el adolescente la utiliza para diferenciarse y
construir su identidad, y es aquí donde el ambiente, constituido por los padres y la
sociedad en general, tienen la misión de encauzar esa energía.
Y es en este punto donde se debe hacer referencia a la adolescencia media, la
cual se caracteriza por terminar de estabilizar el proceso de crecimiento, el
distanciamiento afectivo de la familia y la adhesión a los grupos de pares.
Al desaparecer el mundo infantil, abundante de certezas y padres heroicos, y
transportarse a un universo repleto de incertidumbres el adolescente se constituye
como una estructura frágil en la búsqueda de identidad. Y será en esta búsqueda,
donde los grupos y sus primeras parejas constituirán una parte fundamental.
El grupo de pertenencia proporciona al adolescente una plataforma distinta para
ver el mundo. Le ofrece un lugar relativamente estable que, le es difícil encontrar
en su familia. En él encuentra una relación simétrica, una situación de igualdad,
con pares que tiene sus mismos problemas, preocupaciones, deseos y gustos.
Al comienzo de la adolescencia, estos grupos estarán conformados por personas
del mismo sexo, para luego orientarse al sexo opuesto y conformar grupos
heterosexuales de amigos.
El adolescente necesita autoafirmarse y para ello el grupo de pares es un espejo y
sostén fundamental. Encontrar un lugar en el mundo de sus pares, en la
comunidad de sus iguales es vital. Los amigos y compañeros son muy
importantes, el crear juntos protege de la soledad, la angustia ante lo nuevo y
permite el desarrollo de la autoestima, a través de las experiencias y mensajes
que recibe de las otras personas.
Si por el contrario, la presión del grupo no se lo permite, se producirán efectos
negativos, especialmente en aquellos adolescentes vulnerables y necesitados de
un marco de contención y de pertenencia, que por su propia historia personal
hacen irrupciones violentas, o de silencio , ya sea en el hogar, en la escuela, o la
comunidad.
Respecto a los primeros noviazgos, durante la adolescencia temprana, suelen
durar poco tiempo, ya que se caracterizan por jerarquizar determinado aspecto de
la persona, en detrimento de la totalidad de la misma. Esto confirma la
imposibilidad de mantener un vínculo por parte del adolescente, mientras no haya
logrado una estabilidad de su personalidad, que le permita vincularse con otras
personas. Progresivamente el adolescente va conociéndose, asume su identidad
personal y tiene en cuenta al otro en mayor medida, pudiendo así alcanzar el
vínculo de amor y de intimidad.
Al finalizar la adolescencia, los mismos, deben elaborar un plan de vida, con la
importancia de la orientación vocacional, la inserción en el mundo laboral y el
encuentro con una pareja estable.
La elección vocacional estará condicionada por la vocación del adolescente, los
deseos de los padres y la calificación social de las profesiones. El éxito o el
fracaso de esta elección afecta al desarrollo del individuo, repercutiendo en su
familia y en la sociedad a la que pertenece.
Además, en esta etapa los adolescentes empezaran a vislumbrar o planificar el
establecimiento de una vivienda propia, y la inserción en el mundo laboral, lo que
conlleva una mayor autonomía respecto de los padres, especialmente en el ámbito
económico y psicológico.
Otra característica central de esta etapa, es lo que algunos autores denominan
desilusión, haciendo referencia a la modificación del vínculo del adolescente con
sus padres, su pareja y sus pares, viéndolos de modo realista y sin buscar
modificarlos, o sea, aceptándolos como son.
Como han podido observar la adolescencia paso de ser un proceso de 5 años de
a una etapa evolutiva en si misma que puede atravesar gran parte de la vida de un
sujeto.
Nos preguntamos que cuestiones hacen que un niño de 9 años pueda ser
considerado un adolescente temprano y un adulto de 27 un adolescente tardío.
La sobreestimulación a la que están expuestos nuestros niños a temprana edad, la
sobrevaloración del cuerpo adulto, los inicios sexuales tempranos y por el
contrario la dificultad para tener un proyecto de vida, para logra independencia
económica modifica la duración de esta etapa.

Para finalizar, quiero destacar que la adolescencia es un periodo decisivo del ciclo
vital, en el que se busca alcanzar tanto la autonomía psicológica, como la
inserción en el mundo social, y estos objetivos, no pueden ni deben ser reducidos
a la figura del adolescente, ya que involucran a los padres, las escuelas, las
autoridades y a la sociedad en general. En este punto sería interesante que
revisemos cuales son las representaciones que tenemos de nuestros
adolescentes.
En líneas generales la mirada del adulto hacia la adolescencia es una mirada
estigmatizante. Una mirada sesgada, focalizada en la “falta”, falta necesaria y
propia de esta etapa evolutiva pero que el adulto no puede conceptualizar como
tal.
Nuestra mirada sobre ellos no será sin consecuencias y probablemente determine
el vínculo.
No debemos olvidar que ellos se encuentran en la búsqueda de referentes, de
imágenes identificatorias, de límites para terminar de estructurarse.
Es en esta etapa también que se resignificaran sus relaciones edipicas, sabiendo
que ahora las mismas serían posibles. O sea, matar al padre y acostarse con su
madre, el Edipo infantil reaparece, pero con la posibilidad de concretarlo. Por eso
es sumamente importante que la función paterna opere como ley, como ordenador
social. Muchas veces somos los docentes donde los jóvenes encuentran esta
función.
Bibliografía:
 Aberastury A. y Knobel M. La adolescencia normal Un enfoque
psicoanalítico .1984

 Barrionuevo, J. Las metamorfosis de la pubertad y el despertar de la


primavera.2011

 Duschatzky S.,Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el


declive de las instituciones. 2001.

 Ficha de catedra: sujetos de nivel medio .2017

ACTIVIDADES:
Relacione el siguiente video del doctor Roberto Rosler con la clase de
adolescencia y elabore a partir de ello un escrito sobre cómo ve usted “Las
adolescencias de hoy”
https://www.youtube.com/watch?v=BRAJAy5UZDk

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