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PARASITISMO EN PARÁSITOS

Introducción

Los fenómenos parasitarias son varios, encontrando al hiperparasitismo como uno de


ellos. Esta característica se da cuando un parasitoide ataca a otro, reconociendo que los
hiperparasitoides son llamados parasitoides secundarios; se debe tomar en cuenta que
también existen parasitoides terciarios. Los hiperparasitoides pueden ser facultativos,
dónde la hembra tiende a la ovoposición previa a la llegada del parasitoide primario y se
toma su tiempo para que sea parasitado con el fin de que el hospedero parasitoide sea
atacado; los hiperparasitoides obligados se desarrollan como parasitoides de
parasitoides, por lo que deben encontrar un hospedador parasitado con anterioridad (1).

Por su parte, cuando un parasito se encuentra infestado de otro parásito se debe tomar en
cuenta el impacto directo que tiene este proceso sobre la naturaleza y su ciclo natural.
La evolución de patógenos de tipo microbiano que conlleva a qué la naturaleza sea
perjudicada dan lugar a que varias redes alimentarias se encuentren con un porcentaje
bajo de estudio. El hiperparasitismo se puede observar obligatoriamente cuando los
organismos presentes se han desarrollado para infectar a otros parásitos o por obtener la
capacidad para hacerlo. Es claro resaltar que los parásitos de tipo microbiano son la
fuente inicial con mas probabilidades para la hiperparasitación debido a su tamaño
pequeño, teniendo a parásitos microbianos y multicelulares (1).

Un parasitoide puede provenir de un díptero o un himenóptero, denominado primario,


en tanto que el parásito que lo ataca se denomina secundario o hiperparasitoide. Se
pueden encontrar parasitoides de órdenes superiores y se los reconoce como
hiperparasitoides de los hiperparasitoides. Además, estos parasitoides tienen un impacto
negativo con respecto a los controles biológicos. Es importante considerar que cuando
se introducen parasitoides para el control de plagas, se evite la introducción de
hiperparasitoides, además de verificar un periodo de cuarentena. De la misma manera,
cuando se introduzca un parasitoide local se destaca la importancia de que sea un
parasitoide con bajas probabilidades de que sea atacada por hiperparasitoides (1, 2).

Desarrollo

Dentro de los ejemplos de hiperparasitoides se puede encontrar al género Dendrocerus,


dentro del cuál se encuentran los hiperparasitoides Hymenoptera y Megaspilidae. Se
tienen varias especies que hiperparasitan a pulgones como Homoptera y Alphididae por
medio de otros himenópteros. D. carpenteri es un polífago solitario que sobrevive a
expensas de un parasitoide primario como larvas o pupas de Braconidae. De esta
manera, el parasitoide primario posee comportamientos endoparasítico en un pulgón
que es parte de los géneros como Acyrtosiphon o Rhopalosiphum, viviendo encima de
variedades de plantas. Por otro lado, la especie D. liebscheri posee comportamientos
gregarios y es menos polífaga. Al mismo tiempo, vive sobre Braconidae, como Cotesia
glomerata (2).

Por su parte, la especie Lysibia nana es un hiperparasitoide de Pieridae por medio de


los himenópteros Braconidae. Es un endoparasitoide único que ataca solitariamente las
pupas y prepupas del parasitoide primario posterior al veneno que los paraliza. Estos
parasitoides poseen un comportamiento similar, en tanto que el segundo puede
considerarse un pseudohiperparasitoide. Además, el hiperparasitoide empupa el
hospedero en la cavidad realizada anteriormente (2).

Es usual observar que un insecto fitófago se parasite por algunos parasitoides y que
estos sean parasitados por otros hiperparasitoides. Aquí se puede mencionar a la especie
Uraba lugens que tiende a atacar a las hojas de los eucaliptos en Australia. Se reconocen
siete hiperparasitoides recolectados, encontrando que esta amplia diversidad evita que
se realice un análisis interno especifico y dificulta ampliamente los estudios realizados
entre las especies (1, 2).
Se pueden reconocer varios géneros hiperparasitoides dentro de otros tipos de
parasitoides primarios. En Australia se estudiaron las larvas de Mythimna convecta y se
encontraron la presencia de cinco parasitoides primarios como dípteros (Tachinidae) y
heminóptero (Ichneumonidae). Se reconoce que las pupas de Cuphocera, parasitoide
primario más frecuente, suelen ser atacadas por himenópteros hiperparasitoides (2).

De la misma manera, las larvas del coleóptero Chrysophtharta agrícola son parasitadas
por dípteros de la familia Tachinidae y por los himenópteros de la familia Braconidae. A
su vez, se reconocen tres hiperparasitoides como Perilampus tasmanicus, Mesochorus
sp. y Meteorus sp. Por otro lado, se puede identificar hiperparasitismo facultativo con el
género Eupelmus que conforman parasitoides primarios. En este sentido, la especie E.
vuilleti se presenta como un ectoparasitoide solo que suele atacar las larvas de
coleópteros como Callosobruchus maculatus. Sin embargo, cuando se pone en
competencia con otro parásito para infectar a hospedador es sanos, E. vuilleti elige la
hiperparasitación en el último estadio larval de D. basalis (2)

Se puede observar que gran parte de las especies del género Encarsia, cómo
Hymenoptera o Aphelinidae, se encuentran como parasitoides primarios que enfrentan a
distintos insectos y homópteros. Dentro de este contexto, hay especies que tienen
particularidades con respecto a su comportamiento. De esta manera, la hembra suele
desarrollarse como parasitoide primario de homópteros y el macho tiende a
desarrollarse como hiperparasitoide de un parasitoide primario de especies distintas. Los
huevos machos se despistan en un parasitoide primario, siendo extraño observar este
proceso en una hembra de su misma especie (2).

Por su parte, cuando se permite la observación de una visión ecológica, los


hiperparasitoides son análogos a los depredadores y teniendo al patógeno medial como
hervíboro y a los productores primarios como los huéspedes. Los hiperparasitoides
pueden controlar el tamaño poblacional de patógenos y la estabilidad de la población
huésped. La población y su biología, así como el potencial evolutivo de los parásitos
tienden a diferir con respecto a los depredadores debido a su pequeño tamaño y deben
depender de otro huésped para su supervivencia (3).

Por otro lado, los huéspedes deben cambiarse constantemente de manera bidireccional
para encontrarse en lapsos infectados y no infectados, encontrándose infectados y no
infectados, adquiriendo la infección o no de acuerdo a sus necesidades. Aquí se destaca
que la depredación suele encontrarse como irreversible. De esta manera, el papel del
hiperparasitismo dentro del ambiente no se capta de un modo adecuado con los modelos
tritróficos que existen (3).

Conclusión

El hiperparasitismo es un proceso mediante el cuál un parásito es infectado por otro o


varios, teniendo varias especies en un solo proceso. El fenómeno del hiperparasitismo
permite que un parásito posea un estilo de vida distinto, donde las interacciones con las
poblaciones de los huéspedes tenga repercusiones dentro del ecosistema general. Gran
parte de los patógenos tienen parásitos propios y esto proporciona alteraciones dentro
del ecosistema normal. Además, los efectos del hiperparasitismo pueden tener
repercusiones individuales en el huésped y alterar las coinfecciones de cepas patógenas.
Todo esto permite que las enfermedades de tipo infeccioso se comporten distinto cuando
se media la dinámica de la población.

Bibliografía

1. Sandoval, I., & López, M. O. Hiperparasitismo de Trichoderma harzianum, T. viride


y T. pseudokoningii sobre diferentes hongos fitopatógenos. Fitosanidad. 2001; 5(1),
41-44. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/2091/209118258010.pdf

2. Iglesias-Osores, S., Ruiz-Zuloeta, B., & Failoc-Rojas, V. E. Sphaerita spp.: Un caso


de hiperparasitismo. Revista del Cuerpo Médico Hospital Nacional Almanzor
Aguinaga Asenjo. 2018;11(1), 60-62. Disponible en:
http://cmhnaaa.org.pe/ojs/index.php/rcmhnaaa/article/download/61/61

3. Parratt, S., Laine, AL. The role of hyperparasitism in microbial pathogen ecology
and evolution. ISME J 10. 2016; 1815–1822. Disponible en:
https://doi.org/10.1038/ismej.2015.247

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