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Vías de
trasmisión. Prevención. Enfermedades parasitarias sistémicas endémicas. Parasitosis de interés
clínica.
GENERALIDADES DE LA PARASITOLOGÍA
En un sentido amplio la parasitología es la parte de la biología que estudia los fenómenos
de dependencia entre los seres vivos. Particularizando esto en la Parasitología Médica, es la
ciencia que se ocupa del estudio de los protozoarios, helmintos y artrópodos que afectan al
hombre.
Ramas de la parasitología
El estudio de la parasitología médica se divide en tres campos diferentes, de acuerdo al
tipo de parásito. La Protozoología se encarga del estudio de los parásitos unicelulares que
pertenecen al grupo de los organismos protozooarios. La Helmintología es la parte de la
parasitología se tiene como objeto de estudio a los gusanos (helmintos).
Existen helmintos parasitarios importantes en dos grupos (phylum) de la clasificación
taxonómica, los nematodos y los platelmintos. A su vez, dentro de este último grupo se
encuentran los cestodos y los trematodos. Finalmente, la última rama de la parasitología es la
Artropodología, que estudia a los insectos, arácnidos y crustáceos.
Tipos de hospedador
El hospedador definitivo, el cual es el organismo vivo que alberga la forma adulta del
parásito o en el cual el parásito se reproduce sexualmente.
El hospedador intermediario, que es el organismo vivo que alberga las formas larvarias en
desarrollo del parásito o en el cual este se reproduce de manera asexual.
PATOGENIA
El parásito para llegar al hospedador, desarrollarse en él y producir formas infectantes que
aseguren la supervivencia de la propia especie, desarrolla un conjunto de procesos, o estadios,
algunos de ellos dentro del mismo hospedador, otros en el medio ambiente, que son conocidos en
su conjunto como “ciclo de vida”.
Este ciclo de vida de un parásito son los procesos o estadios que realiza para llegar al
hospedador, desarrollarse en él y producir formas infectantes que aseguren la supervivencia de la
propia especie, alguno de ellos dentro del mismo hospedador, otros en el medio ambiente. El ciclo
de vida más simple es aquel que permite a los parásitos dividirse en el interior de su hospedador,
aumentar su número y, al mismo tiempo, producir formas que salgan para infectar otros
hospedadores. Este ciclo existe principalmente en los protozoos.
En los helmintos se presentan otros tipos de ciclos que requieren la salida al exterior de
huevos o larvas, que en circunstancias propias de temperatura y humedad llegan a ser infectantes.
En ciclos más complicados existen hospedadores intermediarios en los cuales las formas
larvarias crecen o se multiplican antes de pasar a los huéspedes definitivos.
Los ciclos biológicos comprenden dos tipos básicos. Uno de ellos es el ciclo directo, en el
cual el parásito tiene un solo hospedador, a cuyo organismo llega sin intervención de otro. El otro
es el ciclo indirecto, en el cual el parásito necesita un hospedador definitivo y uno más
intermediarios.
Fuentes de infección
El hospedador puede adquirir el agente patógeno, de diversas fuentes, como son:
El agua y suelos contaminados
Los alimentos contaminados que contengan estadios inmaduros infectantes del parásito a
través de la picadura de insectos hematófagos,
Por contacto con animales domésticos o silvestres que alberguen el parásito o sus
deyecciones (deposiciones fecales),
Por el contacto con otras personas parasitadas,
Sus vestidos o el medio ambiente inmediato que ha contaminado con sus parásitos
Y también por el mecanismo de autoinfestación.
Reservorios
Los reservorios son las fuentes de los parásitos en el medio ambiente. Se consideran
reservorios al hombre, animales, plantas o materia inanimada, que contengan parásitos u otros
organismos que puedan vivir o multiplicarse en ellos y ser fuente de infección para un huésped
susceptible.
Es importante conocer que para las parasitosis humanas el principal reservorio es el
hombre y que la forma de transmisión más frecuente es de hombre a hombre.
Vectores
Los vectores son artrópodos o animales invertebrados que transmiten el parásito al
huésped, bien sea por inoculación al picar, por depositar el material infectante en la piel o
mucosas, o por contaminar alimentos y otros objetos.
Mecanismos de transmisión
Interhumano, por ejemplo, la vía de contagio ano-mano-boca, también llamada fecal-oral.
También el contacto puede ser piel a piel, como sucede en la transmisión de la sarna. La
transmisión sexual y la transmisión madre-hijo también son vías de contagio importantes.
Alimentos contaminados. La ingesta de vegetales crudos y agua contaminados con materia fecal y
el consumo de carnes y vísceras conteniendo larvas de parásitos son algunos ejemplos.
Fómites, que son objetos cualesquiera que pueden albergar agentes patógenos. En el caso de los
parásitos, suele ser común las sábanas, ropas y peines.
Vectores, donde se requiere la acción de otro organismo que transporte al parásito y facilita que
este pueda infectar exitosamente al hospedador. Se puede clasificar a los vectores en dos
categorías, mecánicos y biológicos. Muchos de los vectores están colonizados por el parásito (en
ocasiones sin ninguna patología) y actúan como reservorios para el parásito. Algunos de los
reservorios animales más comunes son los perros y gatos, el ganado doméstico y otros animales
salvajes.
ENFERMEDADES PARASITARIAS SISTÉMICAS ENDÉMICAS