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LA CONFIGURACIÓN HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

NATURAL O COMO CIENCIA SOCIAL

Mi participación en este congreso tiene un objetivo pedagógico antes que erudito.

Menos cuando tengo junto a mí, auténticos conocedores de la historia de la

psicología y de su epistemología.

Pretendo ilustrar una tesis del famoso psicólogo ruso Alexander Luria desarrollada

en un documento que tituló “La psicología en el contexto de las ciencias naturales y

sociales” publicado en el volumen 5 de la Revista Latinoamericana de Psicología en

1973 y que encontré justo cuando preparaba una clase para mis apreciados

estudiantes. La tesis que al parecer Luria adjudica como originaria de Vigotsky es

que la psicología científica es una nueva disciplina que aparece en la frontera entre

las ciencias naturales y las ciencias sociales.

Entiendo que el término frontera hace alusión a una zona que no es de nadie, una

zona que no es ni de las ciencias naturales ni de las ciencias sociales, pero en esa

zona ocurre un fenómeno, una realidad que ambas ciencias se sienten

inmensamente interesadas por hacer suya, es decir por explicarla. Esa realidad no

es nada más y nada menos que la “realidad psíquica”. Misma que se debe entender

en unos términos distintos de como lo había hecho la filosofía. Como lo dice

Yaroshevsky, en el siglo XIX se entendía que los investigadores de la “realidad

psíquica eran los filósofos, cuya ocupación desde antiguos tiempos, se cifraba en el

análisis del alma y sus funciones” –p. 63-.


La opinión de los filósofos sobre la realidad psíquica tampoco estaba libre de

controversias. A modo de ilustración, repasemos brevemente las ideas psicológicas

de Descartes. “Descartes concibe el hombre como un compuesto de las sustancias

res cogitans –alma- y res extensa –cuerpo-…se vió obligado entonces a elaborar

una doble reflexión psicológica sobre el hombre: la psicología fisiológica cuyo

objetivo es la vida física natural y la psicología metafísica, cuyo objeto es el alma

espiritual” (Quintana y Tortosa, p. 30).

El ser humano, a diferencia de los animales tiene alma y “con ella las virtudes de

conciencia, inteligencia, voluntad y lenguaje articulado creativo… el alma puede

pensar con independencia del cerebro y de la experiencia, de hecho para Descartes,

está dotado de ideas innatas” (Quintana y Tortosa, p. 30).

Dos sustancias diferentes, una gobernada por las leyes mecanicistas de la

naturaleza y otra por el alma dotada razón y de ideas innatas. En consecuencia, dos

psicologías distintas, una fisiológica y otra metafísica-especulativa. La primera para

los naturalistas y la segunda para los filósofos.

Entonces no es a esta realidad psíquica a la que me refiero. De esta se ocupaban

los filósofos con sus especulaciones metafísicas. Me refiero a la realidad psíquica

que descubrieron los fisiólogos. “Quienes descubrieron la realidad psíquica fueron

los naturalistas biólogos, los fisiólogos, los físicos y los médicos. Sin embargo, ni a

sus propios ojos ni a los ojos de los demás, actuaban en calidad de investigadores

profesionales de la actividad psíquica” (Yaroshevsky, p. 63).


El asunto ahora es ¿cómo la descubrieron?. Hacia la primera mitad del siglo XIX la

fisiología se había convertido en una ciencia experimental, habían adoptado el

método de las ciencias naturales y se ocupaban de fenómenos como: la transmisión

del impulso nervioso, la velocidad del mismo y su carácter eléctrico. Los

maravillosos descubrimientos de los fisiólogos demostraron que la “mente era

susceptible de control experimental” (Quintana y Tortosa, p. 52) de allí que solo era

cuestión de tiempo para se desarrollaran los métodos adecuados. De paso

pensaron que la psicología como disciplina nueva tendría que ser cuestión de los

fisiólogos, los biólogos y los médicos.

Los fisiólogos seguían un esquema experimental que reproducía lo que acontece

en el sistema nervioso. Estimulaban el nervio por medio de una acción físico-

química, el nervio se excitaba y transmitía el impulso nervioso y en la consciencia

de la persona se producía una sensación –visual, táctil, etc-. Esa sensación, tenía

la forma de un “residuo de consciencia, que exigía reconocer la acción de otro factor,

el psíquico” (Yaroshevsky, p. 27). Lo psíquico era la sensación, la excitación era lo

fisiológico.

El carácter residual de lo psíquico lo entiendo como lo que queda en la consciencia

después de la estimulación y excitación de los nervios. Y ese contenido de

consciencia no es accesible más que para el propio sujeto, para la persona que lo

tiene en su mente, no es accesible para su medición directa sino que sólo se sabe

de él por el propio reporte que del contenido de consciencia hace la persona. A este
reporte se le conoció como la introspección y fue, durante un tiempo el método por

excelencia para acceder a lo psíquico, valga decir a la mente.

Entonces la psicología debería ocuparse de la experiencia inmediata, “el objeto de

estudio de la psicología fisiológica lo constituye, pues, la experiencia inmediata, las

vivencias del sujeto sin estar cambiadas por ninguna abstracción ni reflexión”

(Tortosa, Pastor y Quintana, p. 102). A esta solo se accede por medio de los datos

que la misma persona ofrece, imagino que al estilo de un ejercicio de asociación

libre, en el que no hay tiempo para elaborar argumentos. Puesto que lo que interesa

es tener acceso a los elementos más primarios de la mente, que es lo mismo a

decir, de qué está hecha. Esta concepción elaborada por Wundt, se impuso durante

un tiempo en la psicología alemana de principio del siglo XX.

A pesar del subjetivismo del método introspectivo, no se puede negar que constituyó

un hito importante para que la psicología fisiológica y experimental fuese incluida en

el listado de las ciencias naturales.

La psicología es ahora una nueva disciplina experimental y natural. Además, se

había logrado liberar del lastre de la filosofía especulativa. Pero le faltaba otro

camino, lograr erigirse como una disciplina independiente de la fisiología.

Hemos llegado a la psicología en el contexto de las ciencias naturales de la mano

de la fisiología. Wallerstein considera que la legitimidad de la psicología como


disciplina autónoma “dependía de la estrechez de su asociación con las ciencias

naturales” (p. 31).

Hablemos de las ciencias sociales. Las ciencias sociales estaban en un proceso de

independizarse de la filosofía especulativa, para ello el camino fue el de adoptar el

método proveniente de las ciencias naturales nomotéticas.

“Las ciencias sociales son una empresa del mundo moderno, sus raíces se

encuentran en el intento plenamente desarrollado desde el siglo XVI, y que es parte

inseparable de la construcción de nuestro mundo moderno por desarrollar un

conocimiento secular sistemático sobre la realidad que tenga algún tipo de

validación empírica” (Wallerstein, p. 4).

No cabía duda que la ciencia natural por excelencia era la física, no ocurría lo mismo

en las ciencias sociales, incluso no era claro cuáles eran las disciplinas que podían

recibir tal nombre.

“La creación de múltiples disciplinas de ciencia social fue parte del intento general

del siglo XIX de obtener e impulsar el conocimiento objetivo de la realidad con base

en descubrimientos empíricos (lo contrario de la especulación)” (Wallerstein, p. 16).

Pero cuáles fueron las principales ciencias sociales así creadas: parece ser que la

primera de ellas fue la historia. Una historia diferente a la que se venía elaborando,
porque su interés consistió en investigar lo que verdaderamente ocurrió, procuraba

escribir la historia real de los pueblos.

Después ingresaron a la lista de las ciencias sociales la economía, la sociología y

la ciencia política. Todas ellas nomotéticas. Las humanidades que es un término

bastante empleado no requerían de la validación empírica porque ellas se ocupaban

de la descripción de los productos culturales de la humanidad y al menos hasta esa

entonces, para ello no se requería una teoría científica.

Tres disciplinas no lograron ingresar plenamente en el campo de las ciencias

sociales nomotéticas: la geografía, el derecho y la psicología. Nos interesa esta

última. Wallerstein considera que la psicología logró separarse de la filosofía pero

que buscando legitimidad institucional prefirió acercarse a la medicina y la fisiología.

Solo la psicología social se construyó como perteneciente a las nuevas ciencias

sociales.

Recapitulemos: la psicología para ser científica y para retirarse el lastre de la

filosofía especulativa se desarrolla junto a la fisiología y la medicina. Por esta razón

no es aceptada en las ciencias sociales nomotéticas, entonces ¿cuál es la razón

por la que Luria siguiendo a Vigotsky sostiene que se desarrolló en la frontera de

estos dos bloques científicos? y si se me permite ¿Por qué sigue afirmando que es

allí donde debe mantenerse?


Utilicemos para la primera pregunta la descripción retrospectiva de lo que le ocurrió

a la joven disciplina.

Recordando lo que pensaba Descartes, la psicología se dividió en dos:

La psicología “como ciencia natural o psicología fisiológica” que se limitó al estudio

de los procesos elementales, logrando con relativo éxito “explicarlos por medio de

leyes fisiológicas” (Luria, p. 264). Un ejemplo de esta primera aproximación es la

propuesta de Wundt. Reflexionemos sobre lo que pensaba Wundt, “la fisiología nos

informa de aquellos sucesos vitales que percibimos mediante los sentidos externos.

En la psicología, la persona se contempla a sí misma desde dentro, y trata de

explicar las interrelaciones de los sucesos que esta observación interna revela”

(Tortosa, Pastor y Quintana, p. 100).

Leamos un fragmento del mismo Luria “los intentos de extraer en forma directa los

fenómenos psíquicos complejos de las profundidades de los procesos fisiológicos

condujeron a un callejón sin salida, y como frecuentemente sucede con los sistemas

mecanicistas, terminaron invariablemente por acoger posiciones dualistas” –p. 265-

La psicología “como ciencia del espíritu” que se encargó de los procesos complejos

esencialmente humanos, pero de modo descriptivo. Los fenómenos complejos de

la consciencia se describieron pero no se pudieron explicar (Luria, p. 264). Un buen

ejemplo de esta psicología es la Gestalt y su isomorfismo.


Para terminar, estoy de acuerdo con Luria que la psicología debe estar en la

frontera. En la tierra de nadie entre las ciencias naturales –neurofisiología- y las

ciencias sociales. La solución aportada por Vigotsky –según Luria- realiza la síntesis

necesaria para explicar las formas superiores de la conducta humana.

El funcionamiento del SNC hace posible los procesos complejos, es parte de la

historia natural del desarrollo. Pero a su vez los seres humanos no somos solo

desarrollo natural, sino también desarrollo cultural y este se alcanza por medio de

la asimilación de la experiencia socio-histórica de la humanidad. La asimilación de

esa herencia cambia cualitativamente los procesos y le confiere plasticidad al

comportamiento y control voluntario.

Este territorio fronterizo no es un lugar de negociación de conocimientos entre

ciencias, es el lugar que habitamos los seres humanos de forma permanente.

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