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LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN LOS

NEGOCIOS
Gemma Juan Giner / 3 junio, 2021 / 0 / 47.5k

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La ética en los negocios se basa en una serie de reglas escritas y tácitas sobre los
principios que rigen las acciones y la toma de decisiones de una empresa. La ética
viene de una rama de la filosofía que ve los valores humanos en relación con su
conducta a lo bueno o malo, lo correcto e incorrecto. En el mundo de los negocios,
esta ideología, tal y como vamos a ver a lo largo de este artículo, asegura mejores
empleados y más inversiones.

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seducción del talento

La consideración de la ética en los negocios hunde sus raíces en los orígenes de la


lógica económica del capitalismo moderno. Las concepciones modernas del
comportamiento económico nacen de la mano de la ética protestante calvinista, como
bien describe Max Weber en su obra clásica «La ética protestante y el espíritu del
capitalismo».

Junto a la amplia penetración de la ética del esfuerzo y la mejora en las sociedades


calvinistas, estas ideas serán recogidas en la obra de los primeros teóricos de la
economía política y especialmente, en los planteamientos de su principal
exponente, Adam Smith, primero en su libro «La teoría de los sentimientos morales»
y a continuación, en su gran clásico, «La riqueza de las naciones».

Según Daniel Prieto, docente de nuestro MBA online, la ética es un valor que debe
estar presente en nuestro día a día y, por supuesto, también en los negocios. «Marcar
las directrices de nuestro comportamiento es un principio básico que las empresas
tienen que asumir y deben impulsar un comportamiento ético entre sus empleados
que favorezca la interrelación entre personas, compañía y sociedad».
La ética es un principio moral totalmente transversal a cualquier actividad humana.
Casi se podría decir que sin ética no se podría vivir, aunque la realidad, por
desgracia, nos está indicando todo lo contrario.

No hay más que leer los periódicos o ver las noticias en la televisión para constatar
que el ser humano se ha olvidado de la ética como principal eje de actuación. El
negocio, entendido como la negación del ocio, consiste en cualquier tipo de
transacción económica entre un cliente o empleado con cualquier proveedor, y según
indica José Vera, docente del área de RRHH de la Escuela de Negocios y Dirección,
“cuando hay dinero de por medio, muchos aplican el principio del todo vale, una
actitud que va en contra de cualquier principio moral”.

Vivimos en tiempos de incertidumbre y ahora, más que nunca, se hace muy necesaria
la ética en profesionales, ejecutivos y emprendedores. Muchas de las grandes
empresas mundiales ya no discuten la importancia de la ética en sus organizaciones;
más bien, buscan la forma de aplicarla. Claramente, la ética es una disciplina de
Management y una habilidad clave para la próxima generación de líderes.

Definimos la ética empresarial como el conjunto de valores, normas y principios


reflejados en la cultura de la empresa, cuyo objetivo es alcanzar una mayor
armonía con la sociedad y permitir una mejor adaptación de los trabajadores en el
entorno laboral, respetando los derechos de los mismos en su doble papel de
empresarios y de personas.

Para el docente de ENyD, la ética en los negocios nace en el mismo instante en el que
surge la primera transacción comercial, el primer trueque. Lo que ocurre es que en
estos tiempos se está hablando mucho del tema; por desgracia demasiado.

Cuando en el primer trueque, una de las dos partes de la transacción intenta (y


consigue) engañar a la otra, aparece la primera contravención del principio moral de la
ética y, en lugar de buscar la forma de aplicar principios morales (éticos) para corregir
la situación, el docente indica que optaron por el refranero de «Arrieros somos y en el
camino nos encontraremos«, esperando el momento de la revancha, en vez de aplicar
aquello de: «Haz bien, y no mires a quién». Con la revancha (o venganza) no se
solucionan los problemas morales.

Según Rafael Tomás Cardoso, docente del Máster Oficial Online en Dirección y
Gestión de Personas de ENyD, “el principio moral de esta economía política y de la
ideología liberal, basada en la idea de que la búsqueda del bien privado conduce a la
generación del bien público (o bienestar social) a través de los mecanismos de la mano
invisible del mercado, sirvió durante mucho tiempo de fundamento a la legitimación
ética de los negocios”.

En este sentido, añade que “los cuestionamientos críticos del capitalismo, desde el
keynesianismo y el neoliberalismo contemporáneo, a través de la aceptación de la
intervención y regulación social de las economías de mercado, se ha convertido en la
demanda social actual de una economía socialmente responsable y de unos negocios
éticos”.
“Son demasiados los casos que nos muestran hasta qué punto nos hemos olvidado de
la ética, en su sentido más amplio. Gilles Lipovetsky (conocido filósofo francés), a
finales del pasado siglo, acuñó su famosa frase que tanto me gusta repetir a mis
alumnos: El Siglo XXI tendrá que ser el Siglo de la Ética, o no habrá Siglo XXI».

Vera indica a continuación que esta frase “puede parecer demasiado dramática, casi
truculenta”, pero el día a día le demuestra que el ser humano, en general, no ha leído a
dicho autor.

Por todo lo expuesto, la ética empresarial no sólo tendría que ser necesaria sino,
incluso, obligatoria. Por suerte, buena parte de las nuevas generaciones se han
concienciado en la necesidad de ejercer «buenas prácticas», no sólo desde el punto de
vista medioambiental, sino también desde el comportamiento humano en la forma de
llevar adelante los negocios.

“La exigencia, por parte de estas nuevas generaciones, de unos estándares mínimos
de responsabilidad empresarial, reputación, cumplimiento («compliance»), prestigio,
etc. hacen que las empresas se estén tomando muy en serio la aplicación de principios
éticos en sus acciones, sean del tipo que sean”, matiza José Vera.

En este sentido, añade que “es triste constatar que, además de las leyes escritas por
los poderes legislativos de las naciones y del código moral natural del ser humano, las
empresas han tenido que redactar sus propios códigos de conducta internos para
que los empleados tengan que saber qué es lo que se puede y lo que no se puede
hacer en el marco de los negocios”. Inclusive, en estos últimos años está apareciendo
la figura del «Legal Compliance Officer», como garante del cumplimiento de dichos
códigos de conducta.

BENEFICIOS DE LA ÉTICA EN LOS NEGOCIOS

Ante todo el de la propia sostenibilidad y supervivencia de la compañía. Una empresa


que no mantiene principios éticos en su actividad y comportamiento, acaba
desapareciendo. De hecho, ya lo dijo Abraham Lincoln, “Puedes engañar a todo el
mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a
todo el mundo todo el tiempo”.
Los jóvenes de hoy en día pueden tener muchas dificultades para encontrar
empleo, pero cada vez son más exigentes con la reputación de la empresa donde
les gustaría trabajar; aunque no siempre se pueda elegir.

Para el docente del Máster Online Recursos Humanos, “la creciente atención de las
empresas a la demanda social y de las propias dinámicas del mercado, se constituye
en una parte fundamental de su estrategia de negocio, en un motor de mejora de su
imagen de marca, su prestigio y posicionamiento de mercado”.

CÓMO IMPLEMENTAR LA ÉTICA EN LOS NEGOCIOS

La ética en los negocios es un punto básico que desde el área de gestión del talento de
las empresas, se puede impulsar a través de la trasmisión de valores dentro de la
compañía. Otro aspecto que podemos impulsar, según Daniel Prieto, es «desarrollar
un código ético que de visión de aquellos comportamientos por los que se deben de
regir las personas».

Existen varias acciones para implementar correctamente la ética en los negocios.


Algunas de ellas son:

• El establecimiento de unos criterios de «Buen Gobierno» a desarrollar por y


entre el propio Consejo de Administración en las grandes corporaciones.
• La implantación de la figura del «Legal Compliance Officer».
• La redacción de un buen Código de Conducta bien comunicado a todos los
empleados y firmado por todos y cada uno de ellos.

Estas tres acciones, sin ninguna duda, facilitarán la implementación de esos principios
éticos en el ámbito de los negocios y de cualquier otro aspecto de la vida empresarial.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LLEVARLA A CABO?

Estas son las razones principales:

• La imagen empresarial mejorará notablemente entre los clientes. Una gran


parte de asegurar el éxito empresarial es tener una buena imagen entre
nuestros clientes. De hecho, una de las principales razones por la que los
consumidores deciden participar en un negocio o no depende de la ética de este.
• Los clientes tendrán mayor confianza y se verán identificados con los valores que
transmite la compañía.
• Aumenta la retención de los empleados. Si se les respeta y existen valores
morales que respeten sus derechos, sus opiniones, y se tengan en cuenta sus
tareas, se comprometerán con sus trabajos.
• Atraer a los inversionistas. Un negocio que promueve la ética en su gestión crea
un ambiente favorable a la inversión.
• Es la clave para mejorar la productividad. El personal trabajará mejor si cree que
lo que está haciendo es lo correcto y estarán motivados pues sentirán que están
contribuyendo a un mundo mejor.
EL CÓDIGO ÉTICO

En muchos casos, las empresas elaboran un documento denominado código ético,


que es a la ética de los negocios lo que el balance social a la responsabilidad social de
la empresa. Este documento consta de una serie de principios que guían las
actuaciones éticas de la entidad.

Para que el código ético no se convierta en una mera declaración de intenciones, es


muy conveniente realizar un seguimiento sobre la aplicación del mismo a través de
un comité de ética. Este comité se encargará de difundir su contenido entre todos los
miembros de la organización, garantizar su cumplimiento y realizar reuniones
periódicas para coordinar las actividades y revisar y actualizar su contenido.

Últimamente se están poniendo demasiados adjetivos al concepto ética. Ética


deportiva, ética política, ética periodística, ética en los negocios, etc. pero, según José
Vera, “sólo deberíamos hablar de una única ÉTICA, sin más; escrita con mayúsculas
para que todo el mundo la entendiera”.

De hecho, a sus alumnos les insiste mucho en el concepto de «tolerancia cero», que
tanto se está utilizando respecto a la violencia de género y que tan poco resultado está
dando. Les suele poner algunos ejemplos para que debatan sobre lo que les parece
que es tolerable (según prácticas comunes) y lo que debería ser inadmisible y,
fácilmente, llegan a entender el concepto de «tolerancia cero». Siempre con la
intención de convencerles de que “la ética acaba triunfando”.

Cientos de escuelas de negocios en todo el planeta preparamos cada año a miles


de futuros líderes listos para afrontar los retos del presente y futuro. Las áreas de
trabajo de estas escuelas y los criterios para medir su excelencia son muy variados:
especialización, salarios, prestigio internacional, etc. Sin embargo, pocas de estas
escuelas nos hemos preocupado de formar bajo un enfoque ético a líderes capaces de
adaptarse a largo plazo en un entorno cada vez más dinámico y global.
Por lo tanto, aquellas escuelas de negocio que no estén formando líderes capaces de
adaptarse a un entorno cada vez más dinámico dándoles un enfoque ético, deberían
hacerlo.

Tomás Cardoso indica que “es fundamental que los docentes de las Escuelas de
Negocios tengan muy presente dentro de las programaciones de sus materias, la
demanda generalizada en la sociedad y en las tendencias de los mercados, de unas
empresas con propósito social y de su creciente reflejo en la fuerza y presencia de los
nuevos modelos de un Management estratégico con atención a la ética empresarial, a
la responsabilidad, el propósito e impacto social de los negocios.”

En ENyD creemos que la formación en ética es clave para cualquier escuela de


negocios que desee aportar algo más que conocimientos técnicos a sus alumnos.
Cada día, cientos de directivos se enfrentan a novedosos retos que vienen
condicionados por la velocidad de las innovaciones tecnológicas y la globalización.

Tal vez las escuelas de negocios somos el último eslabón de la cadena educativa, a
pesar de preconizar personalmente el principio de la formación continua. La ética, en
su sentido más amplio, debería impartirse y practicarse desde el «jardín de infancia»,
junto con los principios de diversidad e integración.

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Las escuelas de negocios debemos aplicar esos principios generales a la realidad de la


vida empresarial, haciendo especial hincapié en la frase de Lipovetzky, anteriormente
mencionada. Y aplicar estos principios a lo largo de toda la Cadena de Valor y con
todos los grupos de interés («stakeholders») de la empresa.

En definitiva, recuerda la famosa frase de Aldous Huxley de que “El fin no puede
justificar los medios por la simple y obvia razón de que los medios empleados
determinan la naturaleza de los fines producidos».

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