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TÉCNICO ENFERMERÍA
RESULTADO DE APRENDIZAJE:
PRACTICAR HÁBITOS SALUDABLES MEDIANTE LA APLICACIÓN DE
FUNDAMENTOS DE NUTRICIÓN E HIGIENE
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HIGIENE
La higiene (del francés hygiène) hace referencia a la rama de la medicina que tiene como
fin la prevención de enfermedades y la conservación de la salud, ya sea visto desde los
aspectos personales como los ambientales.
Si bien los orígenes de la práctica pueden ser rastreados a la antigua Grecia, sus inicios
como ciencia datan en los primeros años del Siglo XX. En este contexto histórico
comenzaron a ser utilizados métodos específicos para la investigación y determinadas
normas para su ejecución.
Gracias a la concepción de la higiene como ciencia han sido prevenidas muchas
enfermedades y en muchos casos los porcentajes han disminuido de manera notable. De
todos modos, estos cambios pueden verse con mayor facilidad en ciertos países, pero no en
otros.
Tipos de higiene
La higiene pública actúa considerando las circunstancias y necesidades de la población.
La higiene puede ser tipificada dependiendo de sus características particulares. Los dos
grandes grupos en las que se la puede clasificar son la pública y la privada:
Higiene pública. Hace referencia a aquella que debe ser llevada a cabo por la
autoridad competente, que actúa considerando las circunstancias y necesidades de
la población en su totalidad. Algunos ejemplos son las redes cloacales o
de agua apta para el consumo humano. Además, muchas veces son realizadas
campañas con el fin de difundir determinada información referida a la higiene.
Higiene privada. Puede ser entendida como aquella higiene que cada ser humano
debe encargarse de manera personal, ya sea desde el punto de vista corporal como la
del espacio que habita. Dentro de este grupo es posible distinguir algunos tipos de
higiene de maneras particulares y adaptadas a la situación dada.
Ejemplos de higiene privada
Al hacer deporte la vestimenta debe ser cómoda y no debe inhibir la transpiración
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estirarse para alcanzar objetos que se encuentran muy altos, para ello aseguran que
es preferible el uso de una escalera o un banco, al momento de agacharse es
recomendable doblar las piernas, entre muchos otros recaudos que pueden ser
tenidos en cuenta.
Higiene del cuerpo. En este caso se habla de una limpieza corporal, fijando
especial atención al órgano cutáneo, es decir la piel y también en las uñas y la
cabellera. La piel es el mayor órgano del cuerpo y además es el contacto con el
medio, el cual protege al resto del cuerpo de posibles agresiones provenientes del
ambiente. Para que se encuentre en buen estado especialistas recomiendan la
remoción de piel seca, polvo y asimismo las secreciones de las distintas glándulas
del cuerpo. Es importante recalcar que el abuso de productos nocivos para la piel,
como podrían ser el cloro o el detergente, es aún más peligroso que la ausencia de
higiene.
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debe continuar incluso una vez finalizada la actividad y por último resulta elemental
tomar un baño con el fin de higienizarse corporalmente de la manera
correspondiente. Además, resulta muy útil para la recuperación del cuerpo.
NUTRICIÓN
Función de los alimentos
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Componente #1 - Alimentos energéticos: como su nombre lo indica, son aquellos
alimentos que proporcionan la energía necesaria para todas las actividades que realiza el
aprendiz durante el horario de formación.
Son alimentos que aportan principalmente carbohidratos y grasas saludables. Algunos
ejemplos son: panes y galletas integrales, cereales (trigo, quinua, avena, etc.); frutos secos
(maní, nueces, etc.), frutas deshidratadas, aceitunas, entre otros.
Componente #2 - Alimentos formadores: son los alimentos implicados en el desarrollo y
crecimiento. Aportan principalmente proteínas. Algunos ejemplos son: leche, yogurt,
queso, pollo, jamón de pavo, atún, huevo, etc.
Componente #3 - Alimentos reguladores: son aquellos alimentos relacionados con el
correcto funcionamiento del organismo y con la protección frente a las enfermedades.
Aportan vitaminas y minerales. En este grupo de alimentos se encuentran las frutas y
vegetales.
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verde, como el brócoli, y en la soja. Y, para tener unos huesos fuertes, necesitas comer
alimentos como la leche, el yogur y las verduras de hoja verde, ricos en un mineral llamado
calcio.
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LA FIBRA
La dieta de una persona, debe contener además de hidratos de carbono, proteínas, lípidos,
vitaminas, minerales y oligoelementos, FIBRA DIETARIA O ALIMENTARIA.
Towell definió la fibra vegetal como la parte del material de una dieta resistente a la
digestión por secreciones del tracto digestivo humano, posteriormente, incluyó en su
definición los polisacáridos por secreciones del tracto digestivo humano, posteriormente,
incluyó en su definición los polisacáridos y la lignina.
El requerimiento diario de fibra actualmente considerado como óptimo por parte de nuestro
organismo en edad la adulta, y para un IMC (índice de masa corporal) normal (19 a 24
kg/m2), es de 30 gramos.
El adulto promedio, no suele ingerir más de 15 gramos en forma habitual, siendo 10 gramos
el promedio. De modo que deberíamos hacer el hábito de incorporar fibra en forma
diaria.
Componentes de la fibra dietaría:
Celulosa: es una sustancia de sostén de muchos vegetales, las celulosas no son atacadas por
lo jugos digestivos en el hombre, por lo que contribuyen a aumentar el bolo fecal.
Hemicelulosas: son estructuras no celulósicas compuestas de diversos elementos como la
galosa, manosa, xilosa, etc.
Pectinas: no se digieren y forman gelatinas (manzana, zanahoria, etc.). En contacto con el
oxígeno tienen propiedades astringentes.
Gomas: su estructura no permite la digestión. Pueden formar geles que tienen grandes
cantidades de agua.
Inulina: es un polvo blanco soluble en el agua y presente en las raíces y tubérculos de
algunas plantas como la achicoria.
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También se disminuye el colesterol sanguíneo por otro mecanismo, el tapizado del
intestino. Mediante el tapizado del intestino, la fibra logra disminuir la absorción
del colesterol de la ingesta, contribuyendo así a disminuir el colesterol sanguíneo
por otra vía.
Hay dos clases de fibras, la soluble (celulosa, hemicelulosa y lignina, comprende gomas y
pectinas) e insoluble (en agua).
Los alimentos ricos en fibra son: legumbres, verduras, fruta, cereales integrales, algas,
avena, cebada y frutos secos. El salvado de avena, es también una excelente fuente de
fibra. Son fuentes naturales de fibra, que además nos aportan nutrientes muy importantes
como vitaminas, minerales y oligoelementos.
Debemos evitar los alimentos enriquecidos con fibra, máxime si pretendemos que ellos
suplanten la fuente de fibra natural. El contenido de fibra de dichos alimentos es bajo y no
siempre comprobable, o peor aún, no siempre es el que indican en sus rótulos. La única
forma de consumir los nutrientes que el cuerpo necesita y entre ellos la fibra, es tener
certeza de estar consumiéndola. Para ello, consuma los alimentos naturales que la posean.
Es importante consumir fibra insoluble y soluble a la vez, pero que la soluble sea al
menos un 75% del total de lo ingerido. La fibra insoluble atrapa agua y hace que la
deposición sea más esponjosa.
Las frutas, verduras y legumbres son ricas en fibra soluble, el pan y los cereales integrales
tienen fibra insoluble. Los frutos secos tienen ambas (fibra soluble e insoluble).
Diariamente se debería consumir una ensalada de frutas, y dos platos de verduras frescas.
También una porción de 50 gramos de legumbres.
El consumo excesivo de fibra causa molestias intestinales (gases, distensión abdominal), y
en ocasiones si el exceso es importante diarrea. La fibra insoluble suele contener ácido
fítico, que arrastra al calcio, hierro y cinc, por el intestino junto con la materia fecal,
privando al organismo de sus beneficios.
La fibra insoluble, se elimina íntegramente por las heces, sin ningún tipo de digestión.
Tiene la característica de absorber agua y aumentar el tamaño de la deposición intestinal.
La fibra soluble, recordemos es la que más debe ser consumida, es viscosa y en el intestino
fermenta producto del contacto que hace con bacterias en el intestino grueso o colon.
Producto de esta fermentación se producen sustancias beneficiosas para nuestra salud.
Uno de los inconvenientes de la fibra, es que, así como impide la re captación del colesterol
hepático y también reduce la absorción del colesterol dietario, también puede reducir la
absorción de los ácidos grasos esenciales conocidos como omega6 y omega3.
El organismo precisa consumir un 30% del calor calórico requerido diariamente, en
concepto de ácidos grasos beneficiosos.
De modo que si una persona, evita consumir alimentos ricos en colesterol y ácidos grasos
TRANS en la dieta, pero está consumiendo los ácidos grasos esenciales, que, si son
beneficiosos, no debería al mismo tiempo consumir fibra que los elimine. De lo contrario,
el organismo se vería privado de dichas grasas beneficiosas.
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La fibra aumenta la sensación de saciedad, particularmente la fibra insoluble no aporta
calorías y al hincharse aumenta la sensación de saciedad lo que parece un beneficio para
personas con obesidad o sobrepeso.
Pero si se acompaña también de una restricción de ingesta y absorción de grasas
beneficiosas, el organismo estará equivocando el camino para solucionar los problemas.
La fibra reduce el riesgo de cáncer de colon, ya que minimiza el contacto de sustancias
carcinogénicas.
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Legumbres: judías, lentejas y guisantes.
Frutos secos: nueces u orejones.
La fibra protege la mucosa digestiva, siendo muy útil para evitar acidez o gastritis. Reduce
asimismo los niveles de colesterol y, por tanto, el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares como la ateroesclerosis. Numerosos estudios han concluido además que
aquellas personas que siguen una dieta rica en fibra tienen menos posibilidad de sufrir
cáncer de colon.
La fibra es pues sumamente importante en una dieta saludable y puede resultar muy
efectiva para controlar el peso. Aquella que nos ocupa, la soluble, es altamente fermentable
por nuestro microbiota, por lo que produce gran cantidad de ácidos grasos volátiles con
efectos favorables en la salud.
La fibra soluble prolonga el tiempo de vaciado gástrico, ralentiza la liberación y absorción
de azúcar tras las comidas evitando que tengan lugar de un modo brusco. Resulta pues
beneficiosa para estabilizar los niveles de glucosa en sangre, por lo que está indicada para
las personas diabéticas.
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Según indica este artículo de medicina clínica publicado por El sevier «Los constituyentes
solubles de la fibra alimentaria parecen tener una influencia en el metabolismo lipídico y
en la respuesta glucémica. Las sustancias pecticas y las gomas son los componentes más
efectivos en reducir las concentraciones de colesterol plasmático y/o hepático, evitando su
acumulación e incrementando la excreción de ácidos biliares. Así mismo, se ha demostrado
que disminuyen la glucemia al ralentizar la velocidad de absorción de la glucosa en el
intestino delgado».
Al hidratarse, esta fibra aumenta su volumen y presiona las paredes intestinales a su paso,
lo que estimula los movimientos peristálticos. Es decir, la fibra soluble aumenta el
volumen y la consistencia de las heces, facilitando su expulsión. Al regular el ritmo
intestinal, evita el estreñimiento.
He aquí, a modo de resumen, un listado de los principales beneficios que la fibra soluble
reporta en nuestro organismo:
Mejora la composición bacteriana.
Disminuye los niveles de colesterol, total y LDL.
Reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Ayuda en la prevención de determinados tipos de cáncer como el de colon y recto.
Regula los niveles de glucosa (azúcar) en sangre.
Regula el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento.
La fibra que consumimos ha de tener una proporción de 3:1 entre soluble e insoluble.
«Las frutas, verduras, cereales y legumbres contienen fibra soluble e insoluble en diferente
proporción.
«Los cereales y vegetales poseen aproximadamente un 30 por ciento de fibra soluble con
respecto al contenido de fibra total, las legumbres un 25 por ciento, y las frutas casi un 40
por ciento…» señala la Fundación Española del Corazón, que además recomienda una
ingesta de «25-30 gramos al día, proveniente de diferentes tipos de alimentos vegetales».
Otras organizaciones aconsejan 30-35 gramos de fibra dietética por día en adultos.
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La fibra soluble, por su lado, retrasa el vaciamiento gástrico y, por ende, reduce el tiempo
de elevación de glucemia tras las comidas. Entonces, en caso de querer controlar la glucosa
en sangre, lo ideal es ingerir fibra soluble.
Respecto a las fuentes alimentarias, la fibra soluble se encuentra en avena, legumbres,
cebada, manzana, frutas cítricas, frutillas y zanahorias, mientras que la fibra insoluble se
encuentra en harina de trigo integral, salvado de trigo, cereales integrales, semillas,
lechuga, espinacas, acelga, repollo, brócoli, uvas, uvas pasas, frutas secas.
Ahora sabiendo qué diferencias hay entre una fibra y otra, puedes escoger de acuerdo a tus
necesidades los alimentos que contienen fibra soluble o aquellos poseedores de fibra
insoluble.
3. Mencione cuáles son los componentes presentes en las frutas y verduras, y explique
qué tanta trascendencia tiene consumirlos diariamente.
4. Cuáles son los componentes importantes para que el desayuno sea considerado
como nutritivo, saludable y equilibrado.
Una vez resuelto deberán subir en un archivo PDF a la plataforma institucional territorio
BIBLIOGRAFÍA
Duperly John, Sarmiento Olga Lucia, Parra Diana, Angarita Claudia, Rivera Diana,
Granados Constanza, Donado Carolina. (2011) Hábitos y estilos de vida saludable.
Imprenta Nacional.
Astudillo Salazar Alberto (2002) La alimentación inteligente. Procesos gráficos,
Bogotá Colombia.
Comunicaciones SENA (2020)
WEB
GC-F -005 V. 05
https://concepto.de/higiene/, Última edición: 23 de enero de 2020. Cómo citar: "Higiene".
Autor: María Estela Raffino. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en:
https://concepto.de/higiene/. Consultado: 19 de marzo de 2020.
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