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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA MARÍA LA

ANTIGUA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y TEOLOGÍA
ESCUELA DE FILOSOFÍA, ÉTICA Y RELIGIÓN
CATEDRA
ESCATOLOGÍA
MODULO # 3
ACTIVIDAD #2
La escatología en la Sagrada Escritura:
Antiguo Testamento
TRABAJO ESCRITO

PROFESOR
IVAN VERGARA

ESTUDIANTE
HYLENNE TORIBIO
8-872-50

FECHA DE ENTREGA
24- 2-24
INDICE

INTRODUCCIÓN------------------------------------------------------------------------------------

ESCATOLOGIA SAGRADA ESCRITURA---------------------------------------------------1

Antiguo Testamento------------------------------------------------------------------------------1.1

Idea general---------------------------------------------------------------------------------------1.1.1

Desarrollo histórico------------------------------------------------------------------------------1.1.2

Motivos---------------------------------------------------------------------------------------------1.1.3

Nuevo Testamento--------------------------------------------------------------------------------1.2

Idea--------------------------------------------------------------------------------------------------1.2.1

Mensaje escatológico de Jesús--------------------------------------------------------------1.2.2

La escatología en el cristianismo primitivo------------------------------------------------1.2.3

Escatología en el Antiguo Testamento-------------------------------------------------------2

La escatología en los profetas del siglo VIII------------------------------------------------3

La escatología en los profetas del siglo VIII----------------------------------------------3.1

Amós es el profeta de expresiones contundentes y sentencias severas---------3.1.1

Oseas es el profeta de la alianza-----------------------------------------------------------3.1.2

Isaías es el iniciador y máximo exponente de la «teología de Sión».-------------3.1.3

La escatología en los profetas del destierro------------------------------------------------4

El libro de Jeremías es el más próximo a la tradición deuteronomista--------------4.1

El libro de Ezequiel es el que mejor se encuadra en la tradición sacerdotal-------4.2

Oráculo sobre los montes de Israel (Ez 36) -----------------------------------------------4.2.1

La visión de los huesos revitalizados (Ez 37, 1-14) ------------------------------------4.2.2


La última acción simbólica de los dos leños unidos (Ez 37, 20-28) ----------------4.2.3

La visión del nuevo templo y la nueva tierra (Ez 40-48) -------------------------------4.2.4

La escatología en el tránsito de la profecía a la apocalíptica----------------------------5

El oráculo contra Gog (Ez 38-39) --------------------------------------------------------------5.1

Segunda parte del libro de Zacarías (Za 9-14) ---------------------------------------------5.2

El Apocalipsis de Isaías---------------------------------------------------------------------------5.3

Resumen de la escatología colectiva-----------------------------------------------------------6

ESCATOLOGÍA INDIVIDUAL---------------------------------------------------------------------7

CONCLUSIÓN----------------------------------------------------------------------------------------

RECOMENDACIÓN---------------------------------------------------------------------------------

ANEXO--------------------------------------------------------------------------------------------------

BIBLIOGRAFÍA---------------------------------------------------------------------------------------
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene a bien presentar el contenido propuesto en la lectura 2 y 3:


sobre la escatología en la Sagrada Escritura: Antiguo Testamento. La e. bíblica
comprende el conjunto de esperanzas que inspiran toda la historia del A. T. y el
mensaje del N. T. Estas esperanzas tienen por objeto, bien la suerte final de cada
individuo, bien el porvenir del Pueblo elegido,
bien el futuro de la humanidad y del universo.
Consecuentemente se puede hablar de una e.
individual (V. Muerte; Juicio; Infierno; Cielo;
Purgatorio; Limbo; Seno De Abraham;
Purificación; Retribución), de una e. nacional (V.
Israel; Pueblo De Dios; Alianza) y de una e.
universal (V. Mundo III, 2; Creación I, III; Reino
De Dios; Parusía; Resurrección De Los Muertos). Un tratado general sobre e. bíblica
comprende la exposición de todos estos temas. Este artículo se ciñe a la descripción
del marco, del proceso histórico y del contenido fundamental de la esperanza
escatológica en la S. E.

A finales del siglo XIX comienza a hablarse de escatología para referirse al fin de
los tiempos y a las realidades que sobrevendrán después de la historia de cada
individuo y de la humanidad entera. Los primeros en establecer el término técnico
fueron los estudiosos del N.T. y, más en concreto, de la Cristología. Los biblistas
veterotestamentarios no podían quedar al margen de la problemática suscitada,
pero han ido siempre a remolque de los primeros. De alguna manera la escatología
cristiana les ha ido marcando el camino y les ha forzado a cuestionarse cuándo y
cómo nació la escatología en el mundo bíblico veterotestamentario, en qué ideas se
fundamenta y cómo se desarrolló hasta empalmar con la riqueza de perspectivas
escatológicas del Nuevo Testamento.
ESCATOLOGÍA Sagrada
escritura

ANTIGUO TESTAMENTO

1.1.1 IDEA GENERAL

La e. del A. T. es una realidad de amplia comprensión, que abarca las expresiones,


ideas y acontecimientos abiertos hacia el futuro. Su carácter cronológico es
indudable. Frecuentemente aparecen expresiones como «al final de los días» (Gen
49,1; Is 2,2) y «en aquel día» (Os 2,20; Ioel 4,18). No obstante, la determinación del
dato cronológico es secundaria, siendo más importante la idea de una realidad que
está en el tiempo, pero que no se identifica con él. La e. es una tendencia y una
tensión hacia una transformación nueva y distinta de los hombres y de las cosas.

La e. del A. T. se refiere tanto a la suerte de cada


individuo, cuanto, a la suerte de Israel, de los
pueblos y de la humanidad.

La peculiaridad de la e. del A. T. radica en estar


íntimamente vinculada a la historia, que se siente
determinada en su curso, depurada en sus metas
y conducida hacia su pleno cumplimiento.

La historia bíblica es como un signo de la acción


más íntima y comunicativa de Dios.
La esperanza escatológica del A. T., a diferencia de las esperanzas de otras religiones,
no está determinada ni por el retorno de los periodos cósmicos ni por los procesos
cíclicos de la Naturaleza, sino que está impulsada por la interpretación revelada de los
hechos históricos, en los que Dios se fue manifestando.

1.1.2 Desarrollo
histórico

a) La experiencia religiosa de Israel está abierta desde los orígenes hacia un


futuro lleno de esperanza. Su punto de partida es la bendición (v.) y el
mandato de Dios en el momento de la creación del hombre: «Sed fecundos
y multiplicaos y llenad la tierra y dominadla» (Gen 1,28). La fecundidad
generativa y el dominio sobre la tierra son el doble objeto fundamental de la
esperanza de Israel. El primer pecado (v.) perturbó las relaciones amistosas
de la humanidad con Dios y pudo haber cerrado las puertas hacia todo
porvenir de felicidad (Gen 3,1-7).

b) Es con Abraham (v.), con quien la esperanza


escatológica inicia su proceso en tiempos
históricamente datables, ya que la etapa
anterior excede a todas nuestras posibilidades
de cronología. Dios repite a Abraham la bendición y la promesa de los
orígenes (Gen 12,1s.).

c) c) La tensión entre lo biológico-carnal y lo espiritual, entre lo geográfico y lo


trascendente, que el cumplimiento de la promesa tuvo en la vida de Abraham,
es una de las constantes históricas de la e. del A. T. Jacob (v.) y sus hijos
descendieron a Egipto para proveerse de grano, pues había hambre en el
país cananeo (Gen 42,1 ss.; v. EGIPTO VIII).

La urgencia
del hambre
motivó su
viaje

táctica de
Dios escuchó el opresión del
clamor y libero al aspectos faraon
pueblo

La dura
esclavitud de los
israelitas

d) La referencia a estos productos, que simbolizaban fertilidad y abundancia,


significa que el objeto de la esperanza de Israel seguía siendo de orden
material. Esta expresión de la «tierra que mana leche y miel» se repite a lo
largo de todo el Pentateuco (Ex 3,17; 13,5; Lev 20,24; Num 13,27; 14,8; Dt
6,3; 11,9), señalando la carga terrenal que en todo momento tuvo la promesa
en el ánimo del pueblo.

e) El esplendor del reinado de David (v.) alimentó nuevamente en la conciencia


del Pueblo la perspectiva terrenal del cumplimiento de la promesa. Con la
conciliación de las tribus del norte y del sur (v. ISRAEL, TRIBUS DE) quedó
constituida la única Nación israelita y fue creado un estado territorial
palestinense bien delimitado (v. PALESTINA I).
f) Los profetas del s. VIII al VI son el instrumento divino para llevar a Israel hacia
una purificación y para manifestar más claramente los perfiles de la e.
prometida. Y así se abren nuevas perspectivas
a la esperanza defraudada del pueblo (v.
PROFECÍA Y PROFETAS I).

g) No obstante, la ruina nacional nunca fue


anunciada como definitiva por los profetas.
Amós, en medio de descripciones sombrías, anima la esperanza del pueblo
proclamando la piedad de Yahwéh sobre el «resto de José» (Am 5,15).

h) La comprensión cada vez más auténtica del mensaje profético en unos, y en


otros la demora de aquel paraíso terrenal con el que seguían soñando, hizo
que la esperanza escatológica desbordara los límites de este mundo. Así,
por primera vez, aparece la expresión, típicamente escatológica, de «los
cielos nuevos y la tierra nueva» (Is 65,17; 66,22).

1.1.3 MOTIVOS

a) La fe en la presencia de un Dios bueno, justo y poderoso está en la base de


todas las esperanzas israelitas.
b) La presencia de Dios debe manifestarse y su Reino debe instaurarse a través
de la historia y dentro de la historia del Pueblo, pero yendo más allá.
c) El «día de Yahwéh», como día de prueba y de castigo, contribuyó a purificar su
esperanza escatológica.
d) La e. del A. T. tiene un nivel netamente espiritual, pero no único, sino que
comprende manifestaciones históricas sensibles en la vida de los hombres y hasta
en la ordenación del universo.
Nuevo Testamento
• del tiempo de Jesús
La e. judía reflejaba las diversas
1.2.1 IDEA formas de la e. de
Israel.

• centrado en la
carácter expectación del
material Mesías (v.) como un
Rey victorioso y justo

• repetidas
concepción insurrecciones contra
política la dominación de los
romanos

El N. T. recoge del judaísmo el mensaje de la esperanza en una plenitud salvadora


en el fin de los días; pero se aparta claramente de aquél en su actitud fundamental.
La diferencia más profunda radica en que el judaísmo pone su esperanza
escatológica en un futuro que no ha llegado todavía, mientras que para el
cristianismo (v.) primitivo, con Jesús, ha llegado ya el tiempo del cumplimiento y el
fin de los días ha comenzado ya. Ha comenzado, pero no se ha clausurado.

La enseñanza clara del N. T. es la perfecta


integración entre el presente y el futuro de la
esperanza escatológica. Esta unidad es importante
desde el punto de vista teológico, porque sólo así se
puede evitar el peligro de considerar los
acontecimientos finales al margen de una fe actual y
consciente, despojados de su acuciarte inserción en
la vida cristiana.
a) El tema central de su predicación es el Reino de
1.2.2 Mensaje
Dios (v.). Como el Bautista (Mt 3,2), proclama
escatológico de Jesús.
desde el principio la llegada inminente del Reino
(Mt 4,17).
b) Antes de la culminación escatológica en la que los
elegidos vivirán cerca del Padre en la alegría del
festín celestial (MI: 8,11 ss.; 13,43; 26,29), el Reino
aparece con comienzos humildes y ocultos, pero
como una realidad que se desarrolla eficazmente
(Mt 12,28; 13,24-30.3133; Mc 4,26-29).

c) En las parábolas del Reino se hace referencia explícita al


juicio que tendrá lugar al fin del mundo (Mt 13, 36 ss.). Su
descripción apocalíptica no ha de interpretarse en desconexión
con la realidad presente, sino que los hombres serán juzgados,
y en parte son ya juzgados según su fe y según las obras de
amor hacia el prójimo (Mt 24; 25,31 ss.).

1.2.3 La escatología en el cristianismo primitivo

b) La enseñanza de S. Pablo está


a) El cristianismo apostólico testificó
dominada por la tensión escatológica
desde el principio su fe en el
resultante de la Redención (v.) realizada
cumplimiento de la esperanza
por una parte y de la Salvación (v.)
escatológica del A. T.
todavía no consumada por otra.

c) En S. Juan el acento de la esperanza


escatológica es situado de otra manera.
Más que en el acontecimiento futuro,
insiste en la e. como realidad actual.
en el
Antiguo
La Escatología Testamento

La escatología, por tanto, está presente en todos los libros de la Biblia, en los
históricos porque narran los acontecimientos con perspectiva de futuro, en los
sapienciales porque reafirman la esperanza en la venida del Mesías o de la nueva
Jerusalén. Pero es en los profetas donde es más perceptible la explicación de la
historia en clave escatológica.

La historia de la salvación, en efecto, es la concatenación de sucesos originados


por otras tantas intervenciones del Señor, de modo que Él es el verdadero
protagonista, unas veces liberando al pueblo
de la opresión, otras infringiendo castigos
severos, otras imponiendo exigencias éticas o
cultuales. Los profetas en esta misma línea
amplían el horizonte y prevén un
protagonismo decisivo de Dios que renueva
todas las instituciones del pueblo. Ellos son los que asientan la concepción dual de
la historia con una etapa experimentada en esta vida y otra futura e ideal, objeto
sólo de la esperanza.

ESCATOLOGÍA COLECTIVA Y PROMESA DE LA TIERRA

Los oráculos proféticos de condena hacen referencias constantes, unas explícitas,


otras implícitas, a la posesión o pérdida de la tierra. De ordinario la entienden como
entidad geográfica con fronteras determinadas o como entidad política que tiende a
desarrollarse, defendiendo su independencia frente a los grandes imperios que la
rodean, pero también y cada vez más, como símbolo de las promesas cumplidas o
de los bienes perdidos.

En el centro de esta tierra y en lo más alto está la ciudad que el Señor se eligió
como morada en medio de su pueblo. La posesión o pérdida de la tierra escenifica
el juicio en el que Dios decide quiénes y cuándo merecen poseerla y quiénes no.
Por esto, el destierro sirvió de dolorosa lección para entender que ni templo, ni rey
eran imprescindibles. Sólo el cumplimento de la alianza les daría derecho a ocupar
de nuevo la tierra prometida, el único don perceptible y permanente.

La escatología en los
profetas del siglo VIII
a)Amós es el profeta de expresiones
contundentes y sentencias severas: Amós es el
primer profeta que menciona «el día del Señor»
(Am 5, 18- 20). El contenido de este oráculo se
ilumina en el contexto del cap. 5, que está
formado por oráculos condenatorios firmes.

b) Oseas es el profeta de la alianza. El amor


inquebrantable a su esposa a pesar de las
infidelidades y desmanes, y la experiencia
dolorosa de la decadencia rápida del reino del
norte hasta ser invadido por los asirios el año 721
a.C., le enseñaron a valorar la elección y desvelo
del Señor por su pueblo.

c) Isaías es el iniciador y máximo exponente


de la «teología de Sión»: Es sabido que el libro
de Isaías contiene oráculos de diversas épocas a
partir del siglo VIII a.C. Pues ya en el nivel más
antiguo de redacción la ciudad de Sión tiene una
relevancia notable por ser el monte santo de
Jerusalén donde el Señor ha puesto su morada.

Ambos temas, mesianismo y escatología, se complementan, y ponen de relieve que


la esperanza de una intervención salvadora de Dios se entiende mejor en un marco
local que temporal; se aprecia mejor dónde va a actuar Dios que cuándo va a
hacerlo. De hecho, la fórmula «día del Señor», frecuente en el libro de Isaías, ha
perdido el carácter de momento aterrador.
El libro de Jeremías es el más próximo a la tradición
deuteronomista.
Hoy, tras unos años de fuertes discusiones, se acepta
que el libro entero de Jeremías está orientado a
explicar el destierro de Babilonia y las desgracias que
llevaba consigo según el esquema doctrinal de
Deuteronomio y de la escuela deuteronomista : el
destierro no es imputable a Dios, sino al pueblo
mismo que con sus pecados ha merecido tan severo
castigo.
La escatología en
los profetas del
destierro
El libro de Ezequiel es el que mejor se encuadra
en la tradición sacerdotal.
La originalidad de Ezequiel es la responsabilidad
individual y, en consecuencia, la insistencia en que
fueron los deportados y no los que les precedieron
los culpables del castigo.
La explicación sacerdotal del destierro parte del
concepto de Dios: Él es señor de la historia y se
sirve de las naciones como instrumentos para
llevar a cabo sus proyectos de salvación.

Oráculo sobre los montes de Israel (Ez 36).


Visiones y oráculos
Se describen en este capítulo las bendiciones de Dios sobre los
montes, collados, barrancos y valles de Israel, en contraste con el
fuerte castigo que les había supuesto el destierro, como relata el
cap. 6.

La visión de los huesos revitalizados (Ez 37, 1-14)


La impresionante visión transporta a los deportados más allá de
su experiencia dolorosa y les transmite la esperanza de una nueva
situación inimaginable para ellos. Consta de dos partes, la visión
propiamente dicha (vv. 1-10) y la aplicación a la casa de Israel (vv.
11-14).

La última acción simbólica de los dos leños unidos (Ez 37, 20-28)
repite en lenguaje sacerdotal la realidad idealizada que sucederá cuando
todo se haya renovado: el pueblo no volverá a las impurezas de antaño
(v. 23), todas las tribus unidas serán gobernadas por un único pastor, un
nuevo David (v. 24), habitarán para siempre en la tierra que el Señor
había dado a Jacob (v. 25) y se concluirá la nueva alianza que ahora, lo
mismo que la posesión de la tierra, será para siempre.
La visión del nuevo templo y la nueva tierra (Ez 40-48). Suele denominarse esta
sección «la Torá de Ezequiel», porque contiene las normas que habrían de regir el
culto en el templo reconstruido y porque todas ellas coinciden con las prescritas en
el «código sacerdotal» (Lv 17-26). Pero es evidente que en la visión todos los
elementos están idealizados y que el profeta se refiere a una situación que no se da
en la historia, Sin embargo, y así conviene subrayarlo, el punto de la partida de las
normas y de su aplicación ideal es el templo y la tierra.

La escatología en el tránsito de la profecía


a la apocalíptica

El oráculo contra Gog (Ez 38-39)


Ezequiel que no ha mencionado el juicio divino en su libro
plantea un ataque furibundo de un personaje mítico, Gog,
contra Israel, al final del cual Dios sentencia la destrucción
del enemigo y la paz de Israel.

Segunda parte del libro de Zacarías (Za 9-14).


La primera parte de Zacarías (Za 1-8), en la misma línea
que Ageo, estimula a los habitantes de Jerusalén, sean
repatriados o asentados desde antiguo, a reconstruir el
templo con la promesa de una nueva etapa de prosperidad
material y de regeneración religiosa.

El Apocalipsis de Isaías (Is 24-27) no contiene visiones ni


sueños, pero abarca los elementos que posteriormente
desarrollará con amplitud la apocalíptica, tales como la
destrucción de la tierra entera y de la ciudad engreída
(cap. 24), la victoria cósmica del Señor y el banquete
mesiánico (cap. 25), los himnos de alabanza al Señor,
soberano del universo (cap. 26), la salvación definitiva de
Jacob (cap. 27).
Resumen de la escatología colectiva

Resumiendo los datos expuestos hasta aquí, lo más relevante es que la esperanza
en unos sucesos futuros en los que Dios siempre interviene impregna todos los
libros proféticos, desde el s. VIII hasta la época
helenística. Amós inicia la tradición de un juicio con
sentencia severa, a partir de la explicación
actualizada del «día del Señor». Oseas introduce
el aspecto afectivo de la alianza bajo la imagen
matrimonial y paterno-filial. La vigencia de la
alianza está vinculada a la posesión de la tierra.

Isaías, promotor y defensor del mesianismo real, reorienta la esperanza salvífica


hacia la instauración de un reino ideal gobernado por un monarca ideal. Al apoyarse
en la teología de Sión, insiste en el ámbito espacial del reino, en Judá y Jerusalén
más que en el momento cronológico en que se desarrollará.

Entonces Dios actuará de forma decisiva e implantará su


dominio su reino sobre el universo entero. Entonces implantará
la justicia, la paz y la prosperidad plena entre todos los pueblos.
Entonces la alianza nueva se hará universal y tendrá vigencia
permanente. Todo esto se llevará a cabo cuando Dios
intervenga de forma decisiva en una acción difícil de describir
que los profetas resumen en la fórmula «hacer los cielos
nuevos y la tierra nueva».

Además de la escatología colectiva la Biblia ofrece datos suficientes


sobre la escatología individual. La muerte y la vida son temas
íntimamente relacionados que preocupan a los israelitas como a
todo hombre de cualquier época y cultura. Sin embargo, los autores
del A.T., como ya hemos señalado, están más pendientes del origen
del pueblo, de su desarrollo en la tierra y de la restauración nacional
que del destino final de las personas.
Cada individuo seguirá la suerte del pueblo y participará de la
desgracia y prosperidad de los suyos. En consecuencia, la
escatología individual viene a ser parte y consecuencia de la
colectiva y no al revés.
CONCLUSIONES

Al finalizar este importante trabajo sobre la escatología en la Sagrada Escritura:


Antiguo Testamento, he llegado a las siguientes conclusiones:

En las últimas décadas se ha discutido, sin llegar a conclusiones ciertas,


sobre el origen de la e. en el A. T. Algunos autores han querido buscar
analogías con las creencias, ritos o cultos de los pueblos contemporáneos a
él.

La fe en Dios y el conocimiento de su intervención en la historia marcan la


e. de Israel. Existe una doble relación: por una parte, la fe es fe en Dios que
actúa en la historia, y tiene así una prolongación dinámica; de otra, la fe
interpreta la historia poniendo de manifiesto la dimensión trascendente.

Yahwéh es un Dios justo y celoso, según los profetas, y no puede dejar de


sancionar la infidelidad y la impiedad de Israel y de los demás pueblos. Pero
este juicio de castigo no es la fase definitiva del «día de Yahwéh», ni la meta
última de la historia. Cuando cesen el pecado y la infidelidad, resplandecerá
el «día de Yahwéh», como el día de la esperanza y del triunfo.

Pero la enseñanza fundamental del Evangelio era que el establecimiento del


Reino de Dios (v.) por todo el mundo, la extinción del pecado, la predicación
universal del Evangelio, la nueva creación y el juicio final eran realidades que
estaban por venir. El N. T. distingue entre una e. presente y otra futura, pero
sin establecer una ruptura entre ambas, ya que el acontecimiento salvífico es
uno.
RECOMENDACIONES

A continuación las siguientes recomendaciones al finalizar este trabajo:

La hora del Reino es la hora de la decisión personal, en la que se pone en


juego la suerte final de cada individuo (Mt 3,2 ss.; 4,17; Lc 3,10 ss.; 16,22-
28; 23,43); a la vez el mensaje escatológico de Jesús tiene resonancia
colectiva.

El cumplimiento de las promesas realizadas en Cristo juega un papel


fundamental en su predicación (2 Cor 1,20). El bautizado está ya resucitado
y el Espíritu es en él la primicia del mundo venidero (Rom 6,1-7; Col 3,1; 2
Cor 5,5). Arrebatado ya a este perverso mundo (Gal 1,4), no obstante, el
cristiano debe permanecer todavía en él, pero como si no estuviese en él (1
Cor 7,29 ss.; Rom 12,2).

Más aún, la curiosidad de la fecha no tiene en él ninguna importancia


teológica. Lo único que importa es vivir ahora con Cristo y morir luego en Él
(1 Thes 4,16-17; 5,10). Siendo esto así, la esperanza cristiana no es una
espera incierta, sino llena de gozo y de confianza.

El que cree y ama posee ya la vida eterna y pasa directamente de la muerte


a la vida sin necesidad de ser sometido a juicio (lo 3,18; 5,24). La
resurrección no es algo sólo para «el último día», pues todo el que cree
participa ya de ella (lo 11,24-26).
ANEXO

Observación: Los anexos de este trabajo fueron


incluidos para su mejor comprensión durante el
desarrollo del contenido.

BIBLIOGRAFIA

Fuente: J. APECECHEA PERURENA.


Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991
https://mercaba.org/Rialp/E/escatologia_sagrada_escritura.htm

Modulo #3 Lectura 3:La Escatología en el Antiguo Testamento


H. GRESSMANN, Der Messias, Göttingen 1929.
S. MOWINCKEL, He that Cometh, Nashville 1954, pp. 125-154.

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