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El SISTEMA SOCIETAL MEXICANO

Por Silvestre Cortés Guzmán

Un sistema social consiste en una pluralidad de


actores individuales que interactúan entre si en una
situación que tiene, al menos, un aspecto físico o de
medio ambiente, actores motivados por una tendencia a
obtener un óptimo de gratificación y cuyas relaciones
con situaciones están mediadas y definidas por un
sistema de símbolos culturalmente estructurados y
compartidos.
Talcott Parsons

Introducción

Todo análisis de la realidad socio-política debe tomar en cuenta las


transformaciones profundas sufridas por el sistema planetario. Recordemos en
primer lugar el doble proceso antitético en voga, de globalización y de
segmentación social en los diversos órdenes sociales, el desplazamiento del
Estado por el mercado como motor del desarrollo social con lo cual se ha creado
una real sociedad de mercado y el nuevo clima cultural caracterizado como
posmoderno.

Desde la década de los años setenta se implementaron en el mundo las llamadas


políticas neoliberales, las cuales son parte del proyecto ideológico y político
impuesto por los dueños del capital mundial para mantener su hegemonía político-
económica. Los resultados de esta etapa del capitalismo son evidentes, con lo
cual, la polarización social deviene en la marca distintiva del proceso. Empero, no
sólo es la perdida del poder adquisitivo lo que se ha erosionado, sino también la
confianza en los gobiernos, en las instituciones e incluso en las ideologías
tradicionales.

Por ende, la antigua congruencia de los espacios de la política, la economía, el


derecho y la cultura, delimitados por una misma frontera nacional se diluye, dando
paso a una integración supranacional de los procesos económicos, culturales y
administrativos, en tanto que la integración ciudadana, en el mejor de los casos,
apenas abarca el marco nacional.

 Este ensayo, con algunas modificaciones, se publicó en el texto “El sistema de justicia en el Estado de
México ¿Garante de una correcta, pronta y eficaz impartición de justicia?” (2007), México, UAEM.

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Estas grandes transformaciones, sin duda, resultan en una concepción diferente
de los tiempos y espacios de la política y en una constante motivación a
reflexionar en torno a los problemas socio-políticos. Por ende, tenemos que volver
a pensar la realidad y pensarla precisamente a la luz de las transformaciones más
recientes como es el caso de la Globalización, y en ese contexto, la conservación
del estado de derecho y la modernización de los sistemas económico, educativo y
de administración de justicia.

En esta obra se recupera la participación colegiada, colectiva y multidisciplinaria,


lo cual implica reconocer la irrupción de nuevas formas de organización del trabajo
académico y de investigación, en un tema tan importante |y – necesariamente –
actual como lo es la relación entre el sistema educativo y los valores sociales
vigentes y la eventual determinación de la política económica.

LA TEORÍA DE SISTEMAS: (Primera aproximación; de los Conceptos)

Al revisar la literatura nos encontramos con que subsiste una serie de lugares
comunes, errores, omisiones y por supuesto buenos deseos, producto de la
utilización laxa de los conceptos inicialmente enunciados lo cual ha llevado a
considerar al enfoque sistémico como una mera descripción aproximativa de la
realidad, desprovista de contenido explicativo e incluso de referentes empíricos.
Después de lo cual podría creerse que dicha teoría carece por completo de
significado. Por lo tanto, si queremos comprender esta teoría y su aplicabilidad en
las ciencias sociales, ergo, en sus pretensiones descriptiva, explicativa y
predictiva, es necesario definir los supuestos conceptuales de los cuales se parte
y establecer los límites de su aplicabilidad.

Función.

Existen varios posibles significados del concepto función, los cuales por cierto
suelen ser imputados al funcionalismo y que, como menciona Don Martindale
podrían emplearse para una seria elaboración de la teoría sociológica: 1). -La
función en sentido matemático; 2). - La función como actividad útil; 3). - La función
como actividad adecuada; y 4). - La función como actividad determinada por un
sistema sostenedora de éste (Martindale, Don: 1968). Con base en ésta
clasificación y al través de un recuento muy somero, podemos identificar, que la
mayor parte de los autores que se han preocupado por la clarificación del
concepto, lo definen o utilizan en mayor o menor medida como efecto. Por
ejemplo, hay quienes se refieren a las funciones como consecuencias observables
o “contenido manifiesto” (Merton, Robert 1957). Otros tantos hablan de funciones
como actividades recurrentes (Brown, R. 1952). Asimismo, hay quienes la definen
de manera más explícita; como una condición o estado de cosas resultante de la
operación de una estructura determinada (Levy, M. 1950), otros más como
(Hempel, C. 1959), señalan que de ninguna manera se recomienda el uso del
término efecto como sinónimo de función ya que los efectos son en todo caso

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subtipos de función y que las funciones deben ser entendidas como sistemas de
efectos relevantes. Así, el término adquiere significado siempre y cuando las
voces estructura y sistema sean definidos explícitamente.

Sistema

El concepto sistema utilizado en el concepto funcionalista acusa también sendas


variantes, empero quizás la más recurrente es la referida al sistema social, a partir
de la cual la sociedad es considerada como un tipo de organización y
consecuentemente como un sistema de acción social. Sistema que a su vez, se
encuentra constituido por: a).- Una pluralidad de individuos interactuantes cuya
orientación primaria es el sistema, a más de ser la correa de transmisión de los
principios organizativos del sistema. B).- El sistema posee un carácter adaptativo y
autoreferencial regido por las modificaciones estructurales y de organización. C).-
El sistema es capaz de trascender a sus componentes y D).- Además el sistema
posee un carácter autopoietico1.

El sistema social consiste pues, en una pluralidad de actores (agentes


decisionales) que interactúan entre sí en una situación que tiene al menos un
aspecto físico o de entorno, actores motivados por una tendencia a obtener un
máximo de gratificaciones incluyendo a los demás actores, quienes están
mediados y definidos por un sistema de símbolos culturalmente estructurados
(Parsons, T: 1951).

Estructura

Por otro lado, cuando hablamos de estructura nos referimos a un conjunto de roles
interrelacionados y cuando nos referimos a una estructura corporativa, agregamos
el principio organizativo y el elemento identidad constreñido por el término
membresía.

En suma, para el análisis socio político de la realidad mexicana el tratamiento


sistemático de actores, instituciones, vínculos y relaciones es fundamental ya que
esto permite diferenciar entre efectos relevantes y efectos necesarios para el
sistema. Mutatis mutantis, permite hablar de las condiciones funcionales que debe
satisfacer un sistema para su existencia, es decir, permite identificar requisitos
funcionales. Por ende, en los siguientes apartados se encontrara información
sobre los siguientes elementos, los cuales para efectos gnoseológicos se
consideran como principios axiomáticos básicos.

1.- El problema explicativo que atiende el modelo es la sociedad humana


entendida ésta como un sistema; 2.- Sus unidades de análisis son los entramados

1
Autopoiesis: Capacidad de un sistema para organizarse de tal manera que el único producto resultante es él
mismo. No hay separación entre productor y producto. El ser y el hacer de una unidad autopoiética son
inseparables y esto constituye su modo específico de organización. Para mayor información véase J.E.
Thompson, The Embodied Mind. Cambridge, MIT Press, 1992.

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de vínculos y relaciones articulados a través de un sistema de logros y proyectos
comunes, los cuales a su vez son reproducidos mediante el proceso de
socialización; 3.- Los postulados axiomáticos básicos del modelo derivan de las
determinantes extraintencionales del todo y son difundidas mediante el sistema de
comunicación; 4.- El sistema social garantiza bajo el principio de macro
racionalidad el intercambio de información el cual tiene que ver a su vez con:

a.- Información sobre el mundo exterior; b.- Información sobre el pasado; c.-
Información que el sistema puede procesar sobre sí mismo sobre cada una de
sus partes; 5.- Para el modelo estructural-funcionalista el sistema cultural es de
suma importancia ya que garantiza la integración y el mantenimiento de la
cohesión social pues los valores comunes constituyen un valuarte frente a la
posibilidad de conflicto; 6.- Además de un sistema compartido es necesario
también un sistema de valores comunes a nivel individual ya que ello amplía las
posibilidades predictivas del modelo. En suma una sociedad estable es uno de los
principios rectores del modelo ya que esto permite la elaboración de un esquema
analítico capaz de explicar la vida social y cultural desde la lógica sistémica. Como
nota final vale la pena subrayar aquí que cuando se habla de sociedad estable o
sociedad en equilibrio no se hace en referencia a una cualidad empírica de los
sistemas sociales, sino a un elemento analítico para su evaluación.

Fuentes de información.

La presente investigación combina la investigación de gabinete e investigación de


campo, la primera parte, se nutre fundamentalmente a partir de fuentes biblio-
hemerográficas, tales como: Libros, revistas, gacetas de gobierno, diarios
oficiales, normatividad y jurisprudencia, entre otras. En tanto que la segunda,
incorpora adicionalmente, la utilización de técnicas de recolección de datos y
trabajo de campo.

Del Método.

En virtud de que la investigación es de carácter multidisciplinario, no se utiliza un


método en exclusiva, así en algunos apartados se utiliza el método estructuralista,
en otras el histórico, y en otras más el analítico y el comprensivo. Si bien, la
estrategia parecería ser ecléctica, no es así ya que la investigación, se ve en todo
organizada y direccionada, por una pretensión analítico explicativa que permea
todo el trabajo. Lo anterior, por considerar que ello facilita la comprensión de los
elementos constitutivos de la teoría así como de su contextualización y alcances.

Objetivo

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Analizar desde la teoría de sistemas la multiplicidad de factores intervinientes en el
sistema político mexicano y su relación con el basamento axiológico fundado en la
cultura parroquial mexicana.

Conceptos Básicos.

Los conceptos más utilizados en la teoría de sistemas y de mención obligada son


seis, a saber: función, estructura, sistema, proceso, organización e institución.

Función.

Del latín functio, onis. Participio pasado de fungi, que significa llevar a cabo;
ejecutar. En su dimensión sociológica se refiere a las acciones que individuos e
instituciones realizan en condiciones de determinación sistémica.

Estructura.

Del latín structura-construcción-estructura y ésta de struo-ere, acumular, construir,


edificar, disponer en montones o amontonar materiales. En su acepción social
significa ordenación institucional. Organización de partes, de relativa persistencia
capaz de actuar como tal, de determinada manera y cuyo tipo se define por las
clases de acción que puede emprender. Las estructuras pueden estar compuestas
ellas mismas por otras tantas estructuras.

Sistema.

Conjunto interconectado de elementos con relaciones estructurales características


que se influyen recíprocamente. En su dimensión social está referido al núcleo de
los sistemas de acción humana, constituye el vínculo más importante entre la
cultura y el individuo. Establece las relaciones y leyes que rigen el comportamiento
de los individuos y sus interacciones.

Proceso.

Es el fenómeno o serie de fenómenos dinámicos que dan origen a determinada


relación social; y consiste en ciertas modificaciones de la distancia entre los
hombres. Los procesos sociales constituyen por lo tanto el aspecto dinámico de
determinados hechos; y engendran una cierta situación de distancia o modifican
la ya existente.

Organización.

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En su dimensión sociológica debe entenderse como la articulación o unión de los
grupos o subgrupos que integran la sociedad ya sean éstos de edad, de género,
de parentesco, de residencia, de propiedad, de autoridad, de estatus, etc. Los
individuos que forman una sociedad no se encuentran simplemente agregados los
unos a los otros formando una mera pluralidad, sino que para poder subsistir
tienen que conseguir determinados satisfactores por medio de la organización.

Institución.

Establecimiento o fundación de una cosa. En su acepción social se refiere a las


formas de organización consideradas adecuadas por la propia sociedad, las
cuales rigen su comportamiento y existencia.

En el presente ensayo se asume que el análisis estructural-funcionalista


constituye un andamiaje teórico metodológico, identificable por sus preceptos
selectivos de la realidad social y por sus pretensiones descriptivas, explicativas y
predictivas. Por ende, no sólo es el uso de los términos estructura y función lo que
torna diferente en el estructural-funcionalismo sino la forma específica en que
utiliza estos términos y su consecuencia con los preceptos básicos de la teoría.

LA TEORÍA DE SISTEMAS.

Uno de los imperativos fundacionales en todo ejercicio analítico, resulta de la


consideración in nuce, de contextualizar los desarrollos intelectivos de la disciplina
que nos interesa y sus diversas manifestaciones. Empero, para ello es necesario
construir el andamiaje teórico- metodológico, que permita aproximarnos a la
explicación de fenómeno en estudio, amén de que, permita identificar las múltiples
determinaciones inherentes, o bien correlativas al objeto de estudio. En virtud de
lo anterior, y para efectos operativos, en la presente investigación se utilizara la
teoría de sistemas como aproximación modelística, por considerar que es
precisamente ésta la que permite un acercamiento más pleno al objeto de estudio.

Durante la segunda mitad del siglo anterior y en especial a partir del segundo
conflicto bélico a nivel mundial, y en concordancia con la publicación de la obra
“Teoría general de sistemas” de L. Von Bertalanffy en 1947, tuvo lugar un rápido y
singular desarrollo eso que hoy conocemos como teoría de sistemas. Su impacto y
difusión es tal que encontramos múltiples aplicaciones y desarrollos en áreas del
conocimiento tan disímiles tales como: la Biología, las Matemáticas, la Geografía,
la Sociología, el Derecho, la Ingeniería, entre otras. Por esa razón, se ha llegado a
hablar del enfoque de sistemas como un cambio de paradigma (Khun, 1989: 35).

La teoría general de sistemas parte de una serie de supuestos que bien pueden
formularse de la siguiente manera:

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Delinea una clara tendencia hacia la integración de las diversas ciencias tanto
naturales como sociales.

Tal integración tiende a orientarse hacia una teoría general de los sistemas.
Con esta perspectiva se desarrolla una manera más amplia de estudiar los
campos no-físicos del conocimiento científico, en particular los relativos a las
ciencias sociales.

La teoría de sistemas tiene su principal aporte en el desarrollo de una serie de


principios unificadores que rompen los ámbitos hasta ahora considerados
particulares de las diversas ciencias, relacionándolas entre sí acercándonos, al
objetivo de la denominada ciencia unificada. Lo que podría generar una
integración de la educación científica.

Esta teoría afirma que las propiedades de los sistemas no pueden ser plantadas
en términos de sus elementos separados. Solo es posible comprenderlos cuando
se examinan de manera global. El fundamento conceptual de la teoría de sistemas
se puede plasmar de manera sintética conforme a las siguientes premisas:

1. Todos los sistemas existen dentro de otros sistemas; por tanto cada
sistema existe dentro de otro más grande, el cual posee características
semejantes, de tal suerte, algunas topologías identifican en paralelo la
existencia de sistemas, subsistemas y suprasistemas.

2. Todos los sistemas suponen la existencia de un entorno, empero,


dependiendo de su relación con exterior, pueden ser abiertos o bien
cerrados. Los sistemas abiertos presentan una dinámica de cambio
constante con su entorno, constituido por los sistemas circundantes. Si el
intercambio se interrumpe se produce un imbalance en el sistema, y de
prolongarse más allá de la capacidad adaptativa del sistema, este tiende a
desintegrarse y a desaparecer.

3. Existe una vinculación orgánica en la que las funciones de un sistema


dependen de su estructura, esto es observable de manera más nitida en los
sistemas biológicos y mecánicos.

En este enfoque, para el ámbito de lo social, el concepto de medio ambiente


adquiere relevancia al conformar tres niveles: los existentes al interior de la
sociedad (económico, cultural, social, psicológico, religioso). Los no sociales
(ecológico, biológico) y los exteriores a la sociedad global (económicos, y políticos
internacionales). En particular dentro de la Ciencia Política, David Easton, de
modo contradictorio a Talcott Parsons, evalúa al sistema político en su dinámica y
no en su estática, no obstante seguir a Parsons en su concepto sociológico de

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sistema social facilita la elaboración de topologías de los sistemas políticos desde
la teoría estructural funcionalista.

El concepto de sistema nos remite a un conjunto de elementos dinámicamente


relacionados que realizan una actividad buscando alcanzar un objetivo, actuando
e intercambiando información energía y materia para transformarla y proveer a
otros sistemas de información, materia y energía. El sistema no está desarticulado
ni disperso, por el contrario, es un todo organizado y complejo, una combinación
de elementos o partes que constituyen un todo complejo o unitario. Es un conjunto
de electos articulados, cohesionados por la interacción o interdependencia. La
demarcación entre el sistema y su entorno no es del todo precisa.

Es interesante hacer notar, que no obstante la falta de consenso en la definición y


caracterización de los sistemas, la teoría general parece haberse adentrado en
todos los campos del conocimiento, la flexibilidad del concepto, los múltiples
significados que convoca y las propuestas que se derivan de su aplicación, hacen
que muchos de sus postulados se hayan institucionalizado y difundido
ampliamente, prueba de ello, es el abundante número de textos y revistas
publicadas y el creciente número de programas educativos a los que ha dado
lugar.

De entre las corrientes que han surgido, las que han adquirido mayor impacto son
las siguientes: (Fuentes; 1990: 12)
 Administración Científica
 Análisis de sistemas
 Cibernética
 Dinámica de sistemas y otras técnicas de simulación
 Ingeniería de sistemas
 Investigación de operaciones
 Sistemas socio-técnicos
 Teorías de la información, comunicación y control
 Teoría general de sistemas
 Enfoque de sistemas

Al observar este elenco de posibilidades, surgen de manera inmediata ciertas


interrogantes. ¿Cuál es la más importante? ¿Son variantes de un mismo asunto?
¿Cuál contiene a cuál? ¿Qué relación guardan entre sí?, etc. Lo anterior sería
totalmente irrelevante si se encontraran acuerdos en la literatura, o al menos
uniformidad en la metodología, empero no sucede así. A lo anterior se añade el
hecho de que en muchos casos sólo se manejan nociones sentiduales,
confundiendo incluso el e interés intelectivo y los niveles de análisis.

Por ende, se consideró necesario ofrecer una visión general del movimiento de
sistemas, el cual servirá para que el lector despeje algunas dudas respecto a lo
que el pensamiento sistémico, es decir, de dónde proviene, y cuáles son posibles
aplicaciones.

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Modelos Analógicos

El supuesto del cual se parte en dichos enfoques es el de entender lo social como


un conjunto de actores o bien como una vinculación entre ellos lo cual da lugar a
un sistema; una característica es que el sistema social es considerado como un
todo que tiene propiedades diversas, de las propiedades que poseen los
individuos aisladamente considerados; en este orden de ideas se habla de que el
sistema tiene funciones que cumplir, que el sistema se encuentra en equilibrio y
que además lleva acabo procedimientos de ajuste en la conducta de sus
integrantes. Bajo estos supuestos, los modelos analógicos identificados son: el
modelo mecánico, el modelo orgánico, el modelo procesal y el estructural
funcionalista.

Los elementos esenciales de la interpretación mecanicista de la naturaleza,


conducta y actividades sociales del hombre son derivados de la implementación y
auge del modelo mecánico- matemático desarrollado por Descartes en el siglo
XVII y trasladado a la Sociología por autores tales como H. C. Carey y Augusto
Comte. En la primera recepción, las sociedades eran consideradas como sistemas
de fuerzas opuestas que mantenían un equilibrio relativo. El hombre, los grupos y
sus relaciones recíprocas presentaban una continuidad con el resto del mundo tal
y como lo vislumbraron los mecanicistas. En la segunda recepción, los conceptos
de organización social y política de la sociedad, del poder, y de la autoridad se
interpretaban como resultado de las expresiones de los átomos y moléculas
sociales. Influenciado por esta circunstancia Comte desarrollo su teoría de la
estática y la dinámica social, para dar cuenta de los aspectos morfológicos y
dinámicos de la sociedad independientemente del par de coordenadas espacio
temporales dadas.

Modelo Orgánico

La utilización de la analogía orgánica suele imputarse a autores tales como:


Herbert Spencer, Lilifienfeld, Worms y Shaffle y más adelante, a Lester Ward.
Herbert Spencer consideraba al sistema social como un agregado súper orgánico
en el cual se manifiesta en su forma más avanzada la ley de la evolución. Además
del agregado súper orgánico, Spencer, identificó un agregado orgánico y un
agregado inorgánico los cuales pasan por el mismo proceso evolutivo y en
consecuencia de diferenciación que el súper orgánico. La base de la analogía es
el organismo vivo equiparado al cuerpo social, constituye una analogía sistémica
dado que ambas clases de agregados asemejan unidades holísticas formadas por
partes interdependientes relativamente autónomas que evolucionan por sí
mismas. A diferencia del modelo mecánico, se trata de un modelo abierto,
adaptativo, y en consecuencia de un mayor grado de complejidad.

Adicionalmente, autores como Lester Ward basados en la analogía Spenceriana


señalan, que existe una identidad de los principios fundamentales de organización
entre el organismo social y el organismo individual, postulan las diferencias de

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principios de organización fundamentales entre los sistemas socioculturales, por
una parte, y los organismos filogenéticos, por otra. Así la importancia atribuida por
Ward al proceso de adquisición de conocimiento, sus conceptos de “lucha por la
estructura” y sus principios de “diferencia potencial” se encuentran en la teoría
moderna de sistemas.

Finalmente, vale la pena recordar que el modelo orgánico de la sociedad se basó


en los progresos registrados en la Biología, por tanto, procuró aproximaciones
tanto generales como particulares, reivindicando diferentes niveles de
organización, algunas veces referidos a la cooperación y otras referidos al
conflicto.

Modelo procesal

El modelo procesal alcanzó una preponderancia singular a principios del siglo XX


con la escuela de Chicago, específicamente bajo el liderazgo de Herbert Mead y
R.E. Park. Gran parte de éste movimiento tiene su origen en los principios
sistémicos de los modelos antecedentes, a saber: los principios de equilibrio e
interdependencia, empero, paulatinamente se movió hacia el principio de
secuencialidad y de proceso. El modelo procesal (procedimental para algunos)
concibe a la sociedad como una interacción compleja, multifacética y compuesta
de diferentes grados e intensidades de asociación y disociación. Ergo, las
sociedades y agregados menores modifican constantemente sus estructuras
adaptándolas a las condiciones endógenas y exógenas. Por lo cual, es necesario
centrar la atención en los actos y en las interacciones de los elementos
constitutivos de un sistema en desarrollo, de modo tal que, dependiendo de la
diversidad e intensidad de la interacción se generarán diversos tipos de
estructuración social.

Algunos autores como es el caso de Park, amén de otorgar singular importancia a


la interacción, señalan la importancia de la comunicación, (Elemento que al final
del siglo XX será central en la teoría Luhmanniana) al analizar los procesos de
interacción humana o los fundamentos de la ecología humana. Desarrollan una
clasificación de los procesos sociales que se gestan al interior de la sociedad,
destacando más los pesos específicos de los procesos que de las estructuras, ya
que según ellos las estructuras no son otra cosa más que el resultado o la
acumulación de procesos, adaptaciones y conflictos personales.

En consonancia, John Dewey y H Mead señalan la importancia de considerar “la


socialización, la complejidad y la fluidez de la interacción como procesos y no
como la mera representación de formas sociales” (Buckley; 1972:40).

En consecuencia, se infiere que la base de la analogía se remite a una


secuencialidad de etapas regidas por la idea del equilibrio desarrollada por
Vilfredo Pareto y de la consideración de que la sociedad es un fenómeno
prelógico poseído por residuos y que son precisamente éstos y no su

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racionalización los que determinan la vida social. He aquí otra veta que también
podría ser explorada para identificar los antecedentes de la teoría de sistemas
aplicada a las ciencias sociales, a saber, la racionalidad en la teoría social. Este
modelo, ha tenido una recepción favorable en el campo de la Psicología, la
Demografía, la Ciencia Política, la Economía y sobre todo en la Jurisprudencia,
todo ello en virtud del carácter abierto y adaptativo del modelo, que a partir de la
secuencialidad que le es inherente ha adaptado el focus de su interés explicativo
al moverse, de la ya gastada idea de función como actividad útil a la de
competencia tan propia de la Economía y del Derecho, pero sobre todo por la
ampliación de su marco de referencia.

Finalmente, por lo que respecta al modelo estructural-funcionalista, éste


representa la combinación de elementos propios de los modelos analógicos antes
descritos y busca de manera explícita la formulación del sistema social. Quienes
desarrollan el modelo en el ámbito sociológico fueron, inicialmente Talcott Parsons
y Robert K.Merton, y más adelante en una bifurcación lógica y por ende ya no al
amparo del enfoque estructuralista, autores como J.Habermas y Nicklas Luhmann
desarrollan una teoría basada más en la interdisciplinariedad, la complejidad y la
paradoja, empero, también, basada en la incorporación de la comunicación como
una variable Interviniente en el análisis. Por lo que respecta al primero de estos
modelos es factible señalar las siguientes particularidades:

En los años cuarenta y cincuenta, del siglo anterior, sobre todo en los Estados
Unidos, hay dos fenómenos que llaman la atención: El surgimiento de la teoría del
funcionalismo estructural y el desarrollo peculiar sobre el sistema de la acción que
logró Talcott Parsons. El funcionalismo estructural tiene como origen los estudios
etnológicos y social antropológicos los cuales pretendían establecer las
estructuras originales de la sociedad a partir de una observación metódica, amén
de magnificar su potencial a grado tal que Talcott Parsons, en su libro The Social
System, plantea que en el ámbito sociológico no existía un objeto equivalente ni al
de las ciencias naturales ni al de las disciplinas estadísticas, así Parsons califico el
funcionalismo estructural como la segunda mejor teoría, después de la de Newton,
puesto que tomaba como punto de partida la existencia de facto de determinadas
estructuras en los sistemas sociales a partir de las cuales se podría preguntar que
funciones serían necesarias para su preservación y mantenimiento.

Los cambios que se generaron en la sociedad como consecuencia de la segunda


guerra mundial hicieron surgir la confianza en la posibilidad de transformaciones
radicales en la estructura de la sociedad pues se confiaba que con la paz se
podrían alcanzar grados de desarrollo tales que permitiesen erradicar la pobreza,
así el funcionalismo se alió a la planificación desde arriba y al control de las masas
por parte de una elite, y en consecuencia, el concepto de sistema se convirtió en
un instrumento de racionalización y reforzamiento de las estructuras de dominio
con el objeto de que las sociedades alcanzaran metas preestablecidas.

En la década de los setenta Parsons, se aleja de éste tipo de funcionalismo y se


enfoca más a la teoría de sistemas, planteando que acción y sistema no pueden

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entenderse por separado, es decir, la acción sólo es posible bajo la forma del
sistema “el hallazgo esencial fue que la construcción de estructuras sociales se
realiza bajo la forma de sistema y que a la operación basal sobre la que se
construye dicho sistema es la acción”. Más aun, Parsons plantea que la acción es
una propiedad emergente de la realidad social, es decir, que, para que se lleve a
cabo una acción deben concurrir un determinado número de componentes,
adicionalmente, toma de Weber el esquema teleológico como referencia para
distinguir en una acción social: ¿qué es lo que pretende el actor cuándo actúa?
¿Qué fin persigue?, y ¿hacia quiénes esta dirigido?

Como es de suponerse, se requiere un conjunto de valores que posibilite al actor


escoger sólo determinados medios para obtener un fin predeterminado, empero,
esta elección no queda a la disposición de la libre elección de cada uno de los
individuos, sino que deben existir determinaciones sociales como antecedente. La
sociedad, antes de que los individuos se dispongan actuar, ya están integrados
por la moral, por los valores, por los símbolos normativos (Parsons; 1987: 75). Por
tanto la sociedad no es posible si previamente no está integrada bajo la forma de
sistema.

Adicionalmente, Parsons plantea que existen cuatro elementos básicos para que
una acción se lleve a cabo y los representa en los diagramas cruzados. Ergo, bajo
la combinatoria de dos axiales instrumentales: horizontal y vertical. Dentro del
diagrama en el eje horizontal ubica los componentes instrumentales y
consumatorios de la acción. Los componentes instrumentales incluyen todo
aquello que debe ser concebido como medio que conduzca al actuar y los
consumatorios incluyen no sólo el fin que se ha propuesto la acción sino también
la satisfacción adquirida y el perfeccionamiento de estado del sistema al que se
llega cuando actúa. Por tanto, este eje horizontal representa la “versión action”.

Por lo que respecta al eje vertical, en éste se hace una distinción entre externo e
interno, y es bajo estas notaciones que se entienden las relaciones del sistema
hacia fuera y con respecto a sus propias estructuras. Es aquí donde se observa el
tratamiento sistémico: sistema / entorno. Los cuatro elementos básicos o variables
enunciados por Parsons, al combinarse dan origen a cuatro combinaciones
básicas conocidas como el AGIL, por sus siglas en inglés: Adaptation, Goal
attainmentt, Integation, Latent pattern maintenance. Adaptación, Logro de metas,
Integración y mantenimiento y control de tensiones, respectivamente.

Mantenimiento de pautas y control de tensiones.

Todo sistema social coexiste en un entorno donde prepondera un componente no


humano, esto es, un componente social y un componente cultural, donde el

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componente cultural deviene en el sistema cultural a nivel societal. Dicho sistema
debe proporcionar mantener y renovar la motivación de los individuos y las pautas
culturales que crean y mantienen a nivel sistémico el garante de que el individuo
actúe conforme a las normas preescritas por el propio sistema cultural.

Para tal efecto Parsons planteó tres vías: primera; los valores fundamentales de la
sociedad deben ser transmitidos de generación en generación. Segunda; el
proceso de control social implícito en la sociedad deberá establecer equilibrios
entre factores normativos y estructurales, y Tercera; el proceso de mantenimiento
de pautas deberá prever y consecuentemente, evitar el desarrollo de situaciones
donde se propicie la violación de las normas sociales.

Logro de metas.

Todo sistema debe definir y alcanzar sus metas fundacionales (sistémicas).


Dichas metas deberán ser cristalizadas a partir de una relación armónica entre el
sistema y su entorno; como el entorno -ambiente le llaman algunos- está en
continuo cambio, las metas del sistema no pueden ser consideradas como
estados de cosas terminados y finalmente logrados, por ende, el logro de metas
puede ser considerado como un conjunto de procesos (actividades) inacabados.

Sin duda, una de las metas más importante del sistema social es la preservación
de la misma sociedad, por lo que su defensa genera un conjunto de actividades
que contribuye directa o indirectamente a la satisfacción del requisito funcional
expresado en el logro de las metas. Lo importante en el logro de metas es que se
establece interacción con el entorno y sobre todo con significantes reales o
simbólicos e incluso imaginarios, es decir, que el logro de metas puede ir dirigido
a mantener y/o establecer relaciones con otras sociedades o con ciertas
“deidades”, así, muchas actividades que pueden ser clasificadas como religiosas
en esencia contribuyen a la satisfacción de éste requisito.

Adaptación.

Todo sistema debe satisfacer exigencias situacionales externas. Es decir debe


adaptarse a su entorno y adaptar el entorno a sus necesidades. El requisito de
adaptación funcional involucra toda aquella amplia gama de actividades
encaminada a la movilización de recursos; al respecto vale la pena agregar, que
una sociedad para sobrevivir debe disponer de un método adecuado para
relacionarse con su entorno. Premisa que por cierto debe verse en dos
dimensiones: primera, una sociedad debe ser capaz de extraer del entorno lo que
necesita para su sobre vivencia, (alimento, energía, materias primas, etc.) sin
destruir los recursos naturales; segunda, toda sociedad debe ser capaz de
interactuar con otras sociedades y adaptarse a las necesidades y expectativas
derivadas de la interacción. Esto incluye entre otras cosas, el comercio los
intercambios culturales y la defensa militar, elementos que por cierto han sido

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magnificados en algunas interpretaciones de las llamadas teorías de la
globalización.

Integración.

Uno de los preceptos básicos del requisito funcional de integración es el que


apunta a la consideración de que cada individuo es incapaz por sí mismo de
garantizar la cobertura de actividades propias del requisito. Al respecto, se puede
constatar que aun en las sociedades menos desarrolladas son perceptibles
sendas diferencias en el conjunto de roles que cumplen los agentes individuales,
por ende, el sistema debe regular la interrelación entre sus partes constitutivas, así
como la relación entre los otros requisitos funcionales (AGL). En ese sentido es
que, además del requisito del sistema cultural compartido, los estructural
funcionalistas resaltan también la necesidad de un sistema de valores común; es
decir que las personas deben compartir una visión del mundo; en virtud de lo cual
es factible predecir con un alto grado de precisión lo que piensan y hacen los
demás. Estas orientaciones cognitivas mutuas cumplen varias funciones y tal vez
la más importante es que confieren estabilidad, significado y predicción de las
situaciones sociales.

La delimitación antes preescrita identifica los diferentes elementos que nutren al


sistema social en su aproximación funcionalista, indica los niveles en que se
aplican los requisitos funcionales; sin embargo, no agota los avances en el ámbito
de la teoría de sistemas, por ende conviene antes de cerrar éste apartado referirse
a la aproximación que hacia finales del siglo anterior sistematizó Niklas Luhmann.

Luhmann pretende que su teoría tenga un alcance general y que su teoría pueda
aplicarse a diferentes dominios. La generalidad de la teoría es un compromiso
constante en Luhmann, y hace que sus planteamientos no queden reducidos a
determinados ámbitos particulares, sino que mantenga siempre una tensión de
generalidad. Tal exigencia convierte a la teoría en un verdadero artificio de
generación de problemas que deben ser recogidos en su raíz general por la teoría.
Más aun, una teoría será tan eficaz como elevada sea su potencia para generar
problemas nuevos.

Así puede entenderse que, desde ésta ambición teórica Luhmann se planteé
análisis en ámbitos tan diferentes, como la política, el Derecho, la religión, la
economía, etc., y proponga también radicales tesis de ontología y de teoría del
conocimiento. Nada puede serle extraño. Y en tanto haya algo que no entre en el
ámbito de los intereses de la teoría, ésta deberá ser reformada. Por ello, bien
puede decirse que el intento teórico de Luhmann combina la ambición generalista
en la formación de una teoría y el antiguo ideal –tantas veces criticado- de
generalidad teórica. Semejante tensión de generalidad hace que la teoría de
Luhmann sobre pase los límites habituales de una teoría de la sociedad y que
permita hacer de ella múltiples lecturas generales que exceden los límites de la
Sociología.

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Por otra parte, la teoría Luhmanniana asume las exigencias actuales de la
multidisciplinariedad. Su obra es una suerte de síntesis de elementos provenientes
de disciplinas tales como. La medicina, la física, la cibernética, la administración,
las teorías de la información y la comunicación, entre otras. De ahí su constante
preocupación por incorporar los avances teóricos de las “ciencias punta” a fin de
lograr una teoría con mayor capacidad explicativa.

La teoría de Luhmann tiene un punto de partida esencial que estriba en el


reconocimiento de la complejidad y en exigir que toda teoría deba ser un arma
para reducirla. Para efectos analíticos debe entenderse por complejidad la sobre
abundancia de relaciones, de posibilidades, de conexiones, de modo tal que, ya
no sea posible plantear una correspondencia unívoca o lineal entre variables. El
problema de las sociedades modernas es precisamente el aumento de su propia
complejidad, por tanto, el aumento de lo que el autor denomina, el aumento de la
diferenciación de una sociedad. (Uzuzquiza; 1990:22)

Para Luhmann la teoría de sistemas aplicada a la Sociología y en general a las


ciencias sociales, debe partir de una base de sustentación fundada en la
diferenciación entre sistema y entorno, ya que el “sistema es el resultante de la
diferencia entre sistema y entorno” En éste sentido, su teoría parte del legado de
Spencer Brown, quien señala que la forma genera una distinción, una diferencia
que separa dos partes y que vuelve imposible el paso de una parte a la otra sin
atravesar la marca. La forma es pues, una línea de frontera que marca una
diferencia y obliga a clarificar que parte se indica cuando se dice que se encuentra
en una parte y dónde se debe comenzar si se quiere proceder a nuevas
operaciones. (Luhmann;1996:62). Además debe quedar claro que sistema y
entorno, al ser partes de una forma, pueden existir por separado pero no pueden
existir una sin la otra. Además el sistema puede operar también como observador
de la forma, es decir, que la distinción a su vez puede operar una distinción pero
sólo como una operación en el mismo sistema. Mutatis Mutantis, los sistemas
pueden distinguirse a sí mismos respecto de su entorno, pero sólo como una
operación que se verifica en el mismo sistema. En este sentido, el concepto de
sistema es para Luhmann un presupuesto de la teoría nunca una finalidad de la
misma, ni una frontera que cierra sus límites explicativos.

Luhmann parte de la consideración del concepto de sistema autorreferente que


supone importantes diferencias respecto al concepto clásico de sistema utilizado
por otros autores como fue el caso de Ludwing Von Bertalanffy, para quien el
concepto sistema debía ser entendido como “un conjunto de elementos que
mantienen determinadas relaciones entre sí y que se encuentran separados de un
entorno determinado.” La relación entre sistema y entorno es fundamental para la
caracterización del sistema y el sistema se define siempre respecto a un
determinado entorno.

En contra parte, en la teoría de los sistemas autoreferentes, provenientes de la


cibernética, el sistema se define precisamente, por su diferencia respecto a su
entorno; una diferencia que se incluye en el mismo concepto de sistema. De este

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modo el sistema incluye siempre en su misma constitución la diferencia respecto a
su entorno y sólo puede entenderse como tal desde esa diferencia.

Junto a la diferencia es preciso destacar la importancia que en la teoría de


sistemas tiene el concepto de autoreferencia. Se trata de un concepto peligroso en
la tradición clásica del pensamiento europeo y en ocasiones, es considerado
como un concepto equívoco porque lo que es autoreferente queda encerrado en sí
mismo, sin contar para nada con el exterior, llegando a parecer por ello como un
concepto vago y vacío de contenido. Luhmann, recupera la carga positiva del
concepto y hace del mismo un fundamento que posibilita el que, a un tiempo, el
sistema posea clausura y apertura. Luhmann fortalece su teoría con el concepto
de autopoiesis, vocablo utilizado en la Biología para señalar que lo vivo es un tipo
de operación único, pues plantea que la vida sólo surge de la vida y por tanto, que
la autoreferencia es una operación que tiene la capacidad de realizar enlaces
subsecuentes.

Este concepto aplicado a la teoría de sistemas, trae como consecuencia identificar


la operación social que cumpla con los requisitos de ser una operación “que tenga
la capacidad de eslabonar operaciones anteriores con subsecuentes. Es decir,
capacidad de proseguir su operación y desechar, dejándolas de lado, operaciones
que no le pertenecen”. Así la operación que define lo social es la comunicación ya
que es “el único fenómeno que cumple con los requisitos: un sistema social surge
cuando la comunicación desarrolla más comunicación, a partir de la misma
comunicación (De Giorgi; 1998:38). En suma, desde el punto de vista de la teoría
de la forma, el sistema es una diferencia que se produce constantemente, a partir
de un sólo tipo de operación. La operación lleva a efecto el hecho de producir la
diferencia sistema – entorno en la medida en que produce comunicación sólo
mediante comunicación.

La sociedad compuesta de comunicaciones se diferencia internamente, según su


grado de evolución y desarrollo, en diferentes subsistemas sociales es, como ya
se señalo, un sistema autorefencial y autopoiético el cual tiene a los demás
subsistemas como su entorno, manteniendo su clausura y su propia
independencia. Así mismo, cada uno de estos sistemas sociales especializa el
ámbito de sus comunicaciones y de sus selecciones de modo tal que, resuelve
cada uno de ellos, una parte de la complejidad, contribuyendo a que la sociedad
pueda resolver los problemas que se le presentan.

Por último, un elemento central en la presente investigación, consiste en ponderar


no sólo el andamiaje conceptual representado por la teoría de sistemas, sino
también por la flexibilidad metodológica en el contenida, particularmente, la
separación con el estructuralismo tradicional, el cual ponía el acento en las
estructuras, en tanto que la nueva versión, parte de un concepto más dinámico
como es el de función, empero, vinculado a la identificación y la comparación, así
como la reivindicación de la diferencia y la reducción de la complejidad, y es
precisamente en ese tenor que consideramos de particular cuantía partir de éste

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enfoque en el análisis del sistema de impartición de justicia en México, el sistema
de valores y los vínculos, relaciones y/o determinaciones que existen entre ellos.

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