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Antes de comenzar el yoga prenatal, debes comprender el abanico de posibles beneficios, así
como qué supone una clase típica y los consejos de seguridad importantes.
Mejorar el sueño
Reducir el estrés y la ansiedad
Aumentar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia de los músculos necesarios para el parto
Disminuir el dolor de espalda baja, las náuseas, los dolores de cabeza y la dificultad para
respirar
El yoga prenatal también puede ayudarte a conocer otras mujeres embarazadas, a establecer
vínculos con ellas y a prepararte para el estrés de ser una nueva madre.
Evita el yoga caliente, que implica hacer posturas exigentes en una habitación calentada a
temperaturas más altas. Por ejemplo, en el caso de la forma Bikram de yoga con calor, la
habitación se calienta a aproximadamente 105 °F (40 °C) y tiene una humedad del 40 por ciento.
El yoga caliente puede elevar demasiado la temperatura corporal y causar una afección conocida
como hipertermia.
A medida que avance tu embarazo, usa accesorios durante las posturas para ajustarlas
según los cambios en tu centro de gravedad. Si no estás segura de si una postura es
segura, pídele a tu instructor que te guíe.
No te sobreexijas. Presta atención a tu cuerpo y a cómo se siente. Comienza despacio y
evita las posiciones que estén más allá de tu nivel de experiencia o comodidad. Estírate
solo hasta donde lo hubieras hecho antes del embarazo.
Si sientes algún dolor o notas otras señales de alerta durante el yoga prenatal, como
sangrado vaginal, disminución del movimiento fetal o contracciones, suspende la actividad
y comunícate con tu proveedor de atención médica.