proceso penal como al cIvIL Significa que la partc contra qUIen se opone una prueba debe gozar de oportunidad procesal para conocerla y discutirla, es decir, que debe llevarse a la causa con conocimiento y audiencia de todas las partes; se relaCIOna con los principios de la unidad y la comunidad de la prueba, ya que SI las partes pueden ut¡jizar a su favor los medios sumllllstrados por el adversario, cs apenas natural que gocen de oportunidad para intervenir en su práctica, y con el de la lealtad de la prueba; pues no puede eXIstir Sin la oportunidad de contradecirlal8. Es un aspecto general de la contradicción o audiencia bilateral en el proceso. Incluye la oportunidad procesal de contra-probar. I~ Corle. N G., 30 de enero de 1960, G. 1., t. XCI, núms. 2221-2222, p. 277; Caso Civ., 5 de Julio de !936, t. XLIII, núms. 1911-!9!2, p. 764; 14 de abril de !937, t. XLV, Ilúm. 1923, p. 30; marzo de !955, t. LXXXLX, núm. 2!51, p. 753. 36 PRINCiPIOS GENE.RALES DE LA PRUEBA JUDICIAL Los autores eXigen generalmente la contradicción de la prueba como requisito esencial para su validez y autoridad1'l. Cuando la prueba se practica antes del proceso o extrajudicialmente, lo cual puede ocurnr en matena de testimomos e inspecciones Judiciales, en procesos civIles, laborales y contenciOso-admimstrativos, debe ratificarse o repetIrSe luego dentro del proceso (véase núm. 90), SI no fue citada la futura parte contraria para que concurnera a la diligencia. Es convemente exigir que para practicar esas pruebas antes del proceso se cite a quien debe ser luego su oponente, con el fin de que pueda intervemr en su práctica21J
13) Principio de la imparcialidad del juez en la dirección y apreciación de la prueba. Es el
complemento indispensable del anterior y sirve para refiltar las principales objeciones que los viejos clVilistas le hacen al moderno proceso civil inquisitivo y con libertad de apreciacu'm de las pruebas, en el cual sin duda tiene mayor Importancia, pcro sm que sea poca en el dispositivo, dadas las facultades que siempre se le otorgan para rechazar pruebas, intervenir en su práctica y apreciarlas en ciertos casos. La dirección del debate probatono por el Juez impone necesariamente su Imparcialidad, esto es, el estar siempre orientado por el criterio de avenguar la verdad, tanto cuando decreta pruebas ofiCIOsamente o a sohcitud de parte, como cuando valora los medIOs allegados al proceso. Este deber se mcumple cuando no decreta de oficio las que sean necesarias para verificar los hechos alegados o investigados.