La argumentación es un proceso fundamental en la lógica y en la toma de
decisiones. Esta herramienta nos permite proveer razones y justificaciones para
sostener una posición o tomar una decisión, y es fundamental, por ejemplo, en el ámbito jurídico. En términos generales, el proceso de argumentación se desarrolla a través de premisas que establecen ciertas afirmaciones que se utilizan para llegar a una conclusión. Estas premisas pueden ser de diferentes tipos, y su elección dependerá del razonamiento que se quiere establecer. En el ámbito jurídico, los argumentos de la lógica jurídica que se utilizan con más frecuencia son el a simili y por analogía, el a contrario sensu, ad maiori ad minus, a minori ad maius y ab autoritate. El a simili y por analogía que consiste en establecer semejanzas entre dos casos para llegar a una conclusión en relación a uno de ellos, a contrario sensu; que establece la antítesis de un argumento para demostrar su falsedad , ad maiori ad minus, a minori ad maius; que establece la relación proporcional entre dos elementos para llegar a una conclusión y ab autoritate; se refiere a la argumentación basada en la autoridad de una fuente, que puede ser una figura importante o un documento que goce de cierta credibilidad. Cada uno de estos tipos de argumentos se utiliza para respaldar una afirmación de diferentes maneras. Estos argumentos se basan en la analogía, la interpretación extensiva o restrictiva de las normas y la autoridad de fuentes jurídicas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en algunos casos, la argumentación puede infringir las reglas de argumentación adecuadas. Los argumentos deben ser claros, coherentes y relevantes para la afirmación que se está haciendo. Cuando los argumentos no cumplen con estas reglas, se consideran una infracción de la argumentación que podría llevar a conclusiones erróneas o inválidas. Por lo tanto, es necesario seguir una estructura adecuada y coherente en la presentación de los argumentos, evitando cualquier falacia o desviación del tema central en discusión. Es crucial recordar que la finalidad y la eficacia de la demostración responden a la materia y la forma en que se presenta. Por ejemplo, se puede caer en la falacia, que implica la utilización de argumentos falsos o engañosos para defender una posición. Asimismo, también se pueden cometer errores en la interpretación de la información o en la selección de argumentos. La infracción de las reglas de argumentación puede tener graves consecuencias, ya que puede llevar a decisiones equivocadas y a una falta de credibilidad en el sistema jurídico. Por esta razón, los abogados deben tener un conocimiento sólido de las reglas de argumentación y estar dispuestos a seguirlas rigurosamente. La finalidad de la demostración en la argumentación es persuadir al receptor de la afirmación, convencer, ilustrar, explicar o demostrar la veracidad de una afirmación. Para lograrlo, se deben tener en cuenta tanto la materia como la forma de la demostración, que deben ser coherentes y rigurosas. La demostración puede ser convincente por la materia o la forma, es decir, por el contenido o la estructura del argumento. En cuanto a la materia, se refiere a los hechos y evidencias que respaldan la afirmación. Por otro lado, la forma se refiere a la estructura y lógica del argumento. La prueba es un concepto fundamental en la argumentación jurídica. La prueba consiste en demostrar algo de manera fehaciente y objetiva, a través de evidencias y hechos. Sin embargo, la prueba no siempre es sinónimo de verdad o certeza. A veces, la verdad puede ser difícil de demostrar, incluso con evidencias y pruebas. En conclusión, la argumentación es un aspecto fundamental en la lógica jurídica, ya que permite demostrar la veracidad de una afirmación a partir de premisas razonadas y rigurosas. Para ello, es necesario tener en cuenta tanto la forma como la materia de la demostración y respetar ciertas reglas para evitar infracciones argumentativas. La prueba, la verdad y la certeza son aspectos que deben considerarse en la argumentación jurídica, aun cuando se busque la convergencia hacia estándares impuestos, ya que, si estos no se satisfacen, con justa razón, la efectividad del sistema en la aplicación de la justicia se ve afectada.