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INDICE
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1. ¿Qué es el NEAE?
Según la definición que da la junta de Andalucía sobre la NEAE, en su página web
https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/web/ced/necesidades-educativas-
especiales en el sistema educativo actual, entendemos por alumnado con necesidades
educativas especiales a aquel que requiere determinados apoyos y atenciones educativas
específicas debido a diferentes grados y tipos de capacidades personales de orden físico,
psíquico, cognitivo o sensorial o trastornos graves de conducta.
Son muchos los factores que intervienen la aceptación o rechazo del hijo o hija con
discapacidad. En este proceso tienen lugar diferentes etapas:
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información que recibe. Ocurre en aquellas familias que no tenían información futura
sobre el estado del niño.
Fase de reacción. Tras la negación comienza a darse los primeros pasos hacia la
aceptación. Dentro de ésta pueden darse sentimientos de culpa, de enfado o depresión,
aunque se supone que en este momento la familia está comenzando a entender que tener
un hijo con discapacidad no tiene porqué suponer un problema, sino una situación que
requiere de la búsqueda de estrategias para hacerle frente diferentes a las que se hubieran
llevado a cabo si no la presentara. Este periodo va a depender de muchos factores, entre
ellos las características emocionales de la familia, su nivel económico y la capacidad de
buscar recursos en el entorno cercano de las familias que estén en su situación, la
existencia en el entorno cercano de familias que estén en su misma situación o la fortaleza
de los lazos familiares lo que supone un gran apoyo para los afectados.
La educación, que hace unos años tenía su inicio a los seis años, se ha visto
ampliada en una etapa no obligatoria a partir de los tres, lo que ha hecho que
progresivamente, las familias vean la necesidad de iniciar a esta edad temprana el proceso
educativo de sus hijos, demostrados los beneficios que conlleva para el desarrollo del
menor la etapa de educación infantil. También en los últimos años se ha producido la
escolarización de alumnado con necesidades educativas especiales, lo que ha hecho que un
colectivo de profesorado se forme para la atención personalizada de estas necesidades. Y
en estos casos concretos, se resalta una vez más la importancia de que exista una relación
fluida entre los contextos en los que los niños se mueven.
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3. Familia de Alumnos con Necesidades Educativas
Tener descendencia es uno de los hitos más trascendentes e importantes para los
seres humanos, como afirman Marchesi. (2017) y Ros-Morente. (2022). Estos autores
afirman que la llegada de los hijos supone importantes cambios para la dinámica familiar,
pues las labores de educación y crianza implican afrontar retos y situaciones que, por ser
novedosas, producen inseguridad. Así, estas dificultades se ven acrecentadas aún más en
las familias cuyos hijos tienen necesidades educativas. Esto es así, pues las familias tienen
que afrontar problemas con más frecuencia y hacer frente a otras situaciones para las que
no tienen preparación. Por ejemplo, la aceptación de las necesidades de los hijos, la
búsqueda de servicios para la atención a las necesidades, optar por una modalidad de
escolarización, entre muchas otras (Marchesi 2017 & Ros-Morente 2022). Estos
inconvenientes planteados provocan altos niveles de estrés que, de forma continuada,
generan malestar y repercuten en la calidad de vida de las personas que lo padecen. Del
mismo modo, esto influye en la calidad de las relaciones filio-parentales y,
consecuentemente, en el desarrollo de los hijos (Ros-Morente 2022).
Ante este reto, autores como Raimilla Espinoza & Morales Saavedra (2014);
Marchesi (2017) recalcan que existen dos posturas por parte de los profesionales de la
educación. Por un lado, estos autores explican que los profesionales pueden constituir una
dificultad añadida para las familias o, por el contrario, pueden ser una gran fuente de
apoyo, ofreciendo la ayuda necesaria.
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de familia aliada, también conocido por los investigadores como modelo del trasplante,
que consiste en que la familia adopta un rol de coterapeuta, los cuales ponen en práctica en
cada aquellas medidas determinadas por los profesionales para la mejora de las
necesidades de sus hijos. No obstante, aunque pasan a tener un rol mucho más activo, este
modelo se caracteriza por la no toma de decisiones, sino la mera aplicación de las
orientaciones marcadas por los profesionales. Con posterioridad, surge un modelo
enfocado en la familia que se caracteriza por ser las familias “consumidores” que al acudir
al centro pueden tomar determinadas decisiones, como sí de la elección de comprar un
producto se tratase. Esto conlleva en que al potenciarse la capacidad de tomar
determinadas decisiones las familias se comienzan a considerar libres. Sin embargo, los
profesionales no exploran las necesidades de las familias, ni se preocupan por tratar de
darles respuesta. Finalmente, surge un modelo centrado en la familia en que son
considerados “socios” de los profesionales especialistas. La intervención, por su parte, se
ajusta a las necesidades tanto del niño, como de la propia familia, empleándose para
detectarlas a la propia familia (Tapia-Gutiérrez 2017).
Este último modelo, según los expertos es el más idóneo para entablar una relación
sana y efectiva entre la familia de alumnos NEAE y la escuela. Profundizando en este
modelo, se fundamenta en tres pilares, principalmente.
El tercer pilar, supone la incorporación de las familias dentro del aula. Este
aspecto, puede servir de modelo y favorecer prácticas parentales positivas o mostrar cómo
trabajar en casa determinados conceptos curriculares, por ejemplo, el fomento de la
autonomía de los hijos (Ros-Morente 2022).
Otras acciones que desde la escuela se pueden promover, para favorecer la relación
con las familias de alumnos NEAE pueden ser darles la oportunidad a las familias de que
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participen en la planificación de actividades en la escuela o permitirles que valoren y
evalúen cada actividad en la que participen para sugerir mejoras (Ros-Morente 2022).
En definitiva, es crucial para el alumnado que todos los contextos en los que
interactúa colaboren. Del mismo modo, cualquier profesional de la educación que trate con
alumnado NEAE ha de tener muy presente que las familias constituyen una importante
fuente de apoyo para favorecer su aprendizaje, pues conocen sus necesidades y pueden ser
un recurso de apoyo a la diversidad dentro del aula (Raimilla Espinoza & Morales
Saavedra, 2014). Además, como ya ha sido explicado con anterioridad, es totalmente
fundamental brindarles apoyo e información para que haya un mejor equilibrio emocional
en estos, asuman la responsabilidad, acepten a sus hijos, comprendan mejor sus
necesidades y sepan ofrecer mejores respuestas, lo que conduce a una mayor integración
en la comunidad educativa y por ende en la sociedad en general (Raimilla Espinoza &
Morales Saavedra, 2014).
La educación inclusiva es esencial para garantizar que los estudiantes con NEAE
tengan acceso a la misma educación que sus compañeros y se les proporcione el apoyo
necesario para tener éxito. Esto puede incluir adaptaciones en el aula, como el uso de
materiales de apoyo especializados o la asistencia de un asistente de educación especial.
Las intervenciones requeridas para los niños y niñas con necesidades educativas
son mayores que la del resto de alumnado, dentro de las aulas nos encontramos con dos
tipos de alumnado, el que se ajustan al currículum ordinario y por otro lado el que necesita
un apoyo educativo diferente al ordinario. Este último grupo de alumnos y alumnas se
agrupa como alumnado con NEAE por diferentes motivos (Luque y Luque-Rojas, 2013).
El apoyo necesario para cubrir las diferentes necesidades que presentan los alumnos y
alumnas con NEAE suelen ser mayores y diferentes al resto del alumnado, esto hace
presuponer que se aumentes los costes en recursos humanos para las administraciones
públicas. De esta necesidad se deriva que en muchas ocasiones pueden no estar cubiertas
las intervenciones para todos los alumnos y alumnas que las necesitan y que sea el propio
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docente el que debe realizar adaptaciones para incluir a todo el alumnado dentro del
currículum ordinario (López y Valenzuela 2015)
A esto podemos sumarle, además, que desde los centros educativos hay unas
mayores expectativas y demandas educativas. Actualmente se requiere de una mayor
especialización para la vida laboral, esto repercute en una mayor complejidad tanto de los
aprendizajes necesarios para las salidas laborales como de las habilidades necesarias a la
hora de incorporarse a la realidad laboral.
Según Fontana. (2009) para que la integración educativa de estudiantes con NEAE
sea real, la familia debe preocuparse porque este alumnado reciba todo el apoyo
disponible, con el fin de conseguir construir unas buenas bases tanto emocionales como
sociales, deben intentar aportarles herramientas para conseguir la mejor adquisición de
destrezas con las que desarrollar habilidades y adquirir nuevos conocimientos.
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5. La importancia de la formación del profesorado
Todo docente debe buscar que sus alumnos consigan desarrollar al máximo sus
potencialidades. Y, para ello, deben conocer las características de sus alumnos. Si esto es
fundamental con todos los alumnos, lo es aún más con aquellos que muestran necesidades
especiales. Por ello, es importante conocer las NEAE de un estudiante para poder
proporcionarle el apoyo más adecuado y asegurar de ese modo que tenga las mismas
oportunidades de aprendizaje que sus compañeros.
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Un total de 206.207 alumnos y alumnas matriculados en el curso 2018-19 en
enseñanzas no universitarias tiene algún tipo de necesidad educativa especial. Lo que
supone un 2,5% del total de alumnado matriculado, en España, en esas enseñanzas. La
discapacidad intelectual 29,2%), los trastornos graves de conducta (24,2%) y los trastornos
generalizados del desarrollo (23,7%) son las tres necesidades educativas especiales más
comunes en el Sistema Educativo Español en el curso citado.
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7. Alumnado con necesidad especial de apoyo educativo en
Andalucía.
Los alumnos y alumnas con NEE suponen un poco más de la mitad (50,8%) del
total de alumnado con NEAE y pueden estar escolarizados en centros educativos
ordinarios o en centros específicos de educación especial según se valoren sus necesidades
y/o grado de discapacidad.
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Modalidad C: Aula Especifica (Primaria y Secundaria) dentro de un
Centro Ordinario.
Modalidad D: Centros de Educación Especial (centros específicos).
Estas modalidades se llevarán a cabo centros específicos y aulas especificas en
centros ordinarios:
La discapacidad intelectual y el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), son las
dos necesidades educativas especiales más frecuentes en las aulas específicas de Primaria
y Secundaria. Así, en Primaria, el alumnado matriculado en esta modalidad con
discapacidad intelectual, supone el 30,3% (915) y el alumnado con TEA el 33,6% (1.015).
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donde esta posición la ocupa los trastornos graves del desarrollo con un 15,3% (461).
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Distribución del alumnado con NEE en Aulas específicas en Centros ordinarios de
Educación Secundaria por tipo de necesidad. Andalucía, curso 2018-19.
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En el curso 2018-19, el alumnado con Altas capacidades (AACC) supone un 1%
(13.986) con respecto al total de alumnado matriculado en Andalucía para este mismo
curso. El 60,8% de este alumnado son chicos y el 39,2% chicas. Se localizan
fundamentalmente en Educación Primaria (46,7%) y Secundaria (38,8%). En el resto de
tipos de enseñanza su presencia es residual, excepto en Bachiller, con un 12,9%.
En el curso 2018-19, este tipo de alumnado supone un 2,5% (36.564) con respecto
al total de alumnado matriculado en Andalucía para este mismo curso. El 60,5% de este
alumnado son chicos y el 39,5% chicas. Se localizan fundamentalmente en Educación
Primaria (43,7%) y Secundaria (37,1%).
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8. Referencias bibliográficas.
Carmona Sáez, P., Martínez, J.P., & Gomariz Vicente, M. Á. (2021). Participación
de las familias de alumnado con apoyo y atenciones diferentes: Un estudio en un contexto
multicultural. Revista de investigación Educativa, 39(1), 49-69.
https://revistas.um.es/rie/article/view/386551
Marchesi, Á., Coll, C., & Palacios, J. (2017). Desarrollo psicológico y educación 3.
Respuestas educativas a las dificultades de aprendizaje y del desarrollo. Alianza Editorial.
Raimilla Espinoza, M.C., & Morales Saavedra, S. (2014). Niños con necesidades
educativas especiales: Requerimiento de familias frente al rol del educador inicial. Revista
infancias imágenes, 13(1), 8-22.
Ros-Morente, A., Teixiné Baradad, J., & Filella Guiu, G. (2022). Programa de
intervención para las familias con hijos con necesidades educativas específicas. Revista de
educación inclusiva, 1(15), 33-49.
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López, I. M. y Valenzuela, G. E. (2015). Niños y adolescentes con necesidades
educativas especiales. Revista Médica Clínica Las Condes, 26(1), 42-51.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864015000085
Fontana, A., Alvarado, A.L., Angulo, M., Marín, E. y Quirós, D. (2009). El apoyo
familiar en el proceso de integración educativa de estudiantes con necesidades educativas
en condición de discapacidad. Revista Electroni@ Educare, XIII, (2).
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=194114401003
https://www.observatoriodelainfancia.es/ficherosoia/documentos/7336_d_CyD-
NEAE-2020-FINAL.pdf
https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/
Numero_35/MARIA_VICTORIA_RUIZ_DIAZ_01.pdf
https://iddocente.com/las-necesidades-especificas-de-apoyo-educativo/
https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/web/ced/necesidades-
educativas-especiales
https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:4f2d14a4-8a98-4023-adcd-
9f1f041f5005/notaresumen.pdf
https://rodin.uca.es/handle/10498/29540
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