2.2 La historia de las ciencias sociales.

Edad media

La Edad Media trae muchos temas a debate. Para unos hubo un

estancamiento por culpa de la Iglesia Católica, para otros, hubo un gran

desarrollo del conocimiento. Solo recordemos que es la Iglesia quien fundó las

primeras universidades por el siglo XII. Estas afirmaciones son verdaderas,

aunque sean contradictorias. Es verdad que la Iglesia Católica censuró y tuvo una

cohesion muy fuerte sobre la población. También es verdad que la Iglesia fundó

las universidades y que sus copistas preservaron muchos textos antiguos que

sobreviven hasta hoy. Pero esto se dio gracias a un factor que siempre se ignora:

el Islam. En el siglo VII el Islam se expandió rápidamente por el norte de África,

Oriente Medio y la Península Arábiga. Europa no escapó a esto: las penínsulas

balcánica e ibérica fueron sometidas por los musulmanes.

Estos fueron los que, tomando el control de lo que hoy es Grecia, Egipto y

Mesopotamia, se quedaron con muchos textos que rescataron de los antiguos

filósofos. Mientras los católicos filosofaban sobre Dios basándose en Platon,

como lo hizo Agustin de Hipona, fueron los musulmanes quienes se quedaron

con el más científico Aristóteles. Estos desarrollaron el álgebra, la medicina, la

química, la física, la astronomía. Y en el ámbito social no se quedaron atrás. Fue

Ibn Jaldún quien en 1377 publicó su Al-Muqaddimah. Este libro se parece a los

de su predecesores griegos en el sentido de que viajó por el mundo conocido y

registró su historia. La diferencia es que, siglos antes que los europeos

renacentistas, Ibn Jaldún nos habló de un método para hacer historia.

Durante ocho siglos los musulmanes dominaron a Europa en todos los

sentidos. Muchos sabios viajaban a Europa y llevaban consigo sus textos, además

de los de Aristóteles. Esto impulsó el futuro Renacimiento de Europa en los siglos

XV y XVI. Pero el dominio no sólo fue filosófico y científico. También fue

económico. La llamada tierra Santa, donde nació Cristo, estaba bajo dominio

europeo, hasta que los musulmanes la conquistaron en el siglo VII. Los europeos

trataron de recuperarla en múltiples ocasiones, en las llamadas cruzadas, pero

siempre sin éxito. Y no es que les importara mucho la tierra en sí, si no su valor

geopolítico: la tierra Santa era uno de los puntos en la llamada ruta de la seda

que llevaba mercancías de China/India a Europa. Ahora los musulmanes

controlaban ese paso. No es que se quedaran con las mercancías, sino que les

cobraban un impuesto que las volvía más caras a los europeos.