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Diplomado en Políticas Públicas y Tecnologías Administrativas en la

Seguridad

Modulo: Cuestionario 24

Título del Trabajo: Exponer un ejemplo (o más si lo considera pertinente) de

aplicación de la Planeación Estratégica en el área de la Seguridad Pública

Nombre del Alumno: Marco Andres Magaña Chan

Chetumal Quintana Roo

15 de agosto de 2023
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La seguridad es un tema que atañe a todas las personas de una comunidad. Una
adecuada o deficiente planeación en este aspecto del desarrollo humano, repercute en
diversos ámbitos de la vida colectiva, de ahí que sea un tema estratégico para la
Administración Pública en sus tres órdenes de gobierno.
En este sentido, el proyecto para elaborar el Plan Estratégico de Seguridad Ciudadana
del Estado de Quintana Roo, el cual sintetiza los planes, programas y estrategias en el
orden Federal, Estatal y local orientadas a mejorar las condiciones reales de existencia
de la población, así como a fortalecer las acciones de seguridad para que la ciudadanía
esté y se perciba más segura en sus espacios de vida, convivencia y socialización.
Se trata de trabajar de forma interinstitucional y con la participación de la sociedad,
para generar una política pública que articule el esfuerzo público desde la concepción
de que la seguridad ciudadana implica desarrollar acciones de forma simultánea,
convergente e integral que se traduzcan en mejores condiciones de vida a partir de la
prevención social del delito, la mejora del desempeño de los cuerpos de seguridad, la
comunicación permanente entre gobierno y sociedad, la aplicación de un enfoque
transversal de género, la concentración de acciones hacia grupos vulnerables, la
recuperación de espacios para la recreación y el deporte, la dignificación de los
entornos urbanos, y en especial mediante acciones tendentes a la cultura de paz, a
recuperar el tejido social, a acercar los servicios públicos a la sociedad y a identificar y
mitigar riesgos para el bienestar social.
En el año 2018 la situación en seguridad mantiene retos y desafíos, por lo que
corresponde a los responsables de esta función tomar medidas sistemáticas,
consecuentes y ordenadas estratégicamente para coadyuvar en el cumplimiento del
derecho a la seguridad con base en un enfoque que trascienda lo punitivo para
incorporar diferentes agendas del desarrollo social y humano que estudios
especializados muestran que inciden en la mejora de las condiciones de vida y con ello
en la seguridad ciudadana.
En este sentido, el Poder Ejecutivo Federal elaboró y presentó el “Plan Nacional de Paz
y Seguridad. 2018-2024” que señala los proyectos que el Gobierno pondrá en marcha
para erradicar y manejar la problemática de la seguridad en nuestro país, con ello
basarse en el modelo para Quintana Roo, dependiendo de sus necesidades, es decir,
ver las diferentes problemáticas en cada uno de sus municipios, con base a ello lograr
la coordinación, elaboración, estrategia y con esto construir la Paz y Seguridad.
Por ello se formó el grupo de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y
Seguridad en Quintana Roo, y con ello se logré la vigilancia en coordinación con los
tres órdenes de gobierno.
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Por ello que en el artículo 7 de la Ley de Seguridad Ciudadana del Estado de Quintana
Roo, menciona lo siguiente:
Las acciones en materia de Seguridad Ciudadana tendrán como eje central a la
persona, asegurando en todo momento, el ejercicio de su ciudadanía, libertades y
derechos fundamentales, así como propiciar condiciones durables que permitan a los
habitantes del Estado desarrollar sus capacidades y el fomento de una cultura de paz
en democracia.
El Estado y los Municipios procurarán alcanzar los fines de la Seguridad Ciudadana
desarrollando políticas públicas transversales en materia de prevención social del delito
con carácter integral, sobre las causas que generan la comisión de delitos y conductas
antisociales, así como alentar la participación de la comunidad en la coproducción de la
seguridad para fomentar valores culturales y cívicos, que induzcan el respeto a la
legalidad, preservar la convivencia, fortalecer la cohesión social e impulsar la
protección de las víctimas.
Una de las condiciones fundamentales para hacer frente a la inseguridad y la violencia
es erradicar la corrupción, con lo cual los índices delictivos se reducirán en forma
sustancial. La reducción de la pobreza, la marginación y la desintegración familiar y
social ofrecerá una base perdurable para disminuir la comisión de delitos de toda clase.
Con programas de desarrollo y bienestar sectoriales, el gobierno fortalecerá el sector
social de la economía e impulsará su entrada en energía y telecomunicaciones.
Construir una cultura de Derechos Humanos tanto en los planes oficiales de estudio
como en los instrumentos publicitarios de las distintas instancias de gobierno.
Se erradicará la represión y nadie será torturado, desaparecido o asesinado por un
cuerpo de seguridad del Estado. El nuevo gobierno no permitirá que se cometan actos
ilegales desde el poder y se investigará cualquier denuncia de violación a los derechos
humanos. Se impulsará, por los medios legales disponibles, la liberación de quienes,
sin haber cometido acciones violentas, se encuentren en prisión por motivaciones
políticas, así como la extinción de imputaciones y causas penales originadas por la
participación de los acusados en actos de resistencia legal y pacífica.
La pobreza, la marginación, la negación regular de derechos básicos y la falta de
horizontes de realización que se deriva de la supresión de los mecanismos de
movilidad, han generado un resentimiento social que forma parte de la crisis de valores
y de convivencia. Ese resentimiento y esa crisis, son, a su vez, uno de los
componentes del estallido de violencia y criminalidad.
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Las prohibiciones actuales son tan discrecionales y arbitrarias que se aplican a la


cocaína, la mariguana, la heroína, las metanfetaminas y el ácido lisérgico pero no
afectan la producción y comercialización del alcohol, el tabaco, las bebidas con
contenido de taurina y la cafeína ni al libre consumo de ciertos antidepresivos y
somníferos. Tal prohibición es ineficaz desde el punto de vista de la salud pública y
estimula al narcotráfico al favorecer mayores márgenes de utilidad y de rentabilidad por
la producción, distribución y venta de drogas prohibidas. La “guerra contra las drogas”
escaló un tema de salud pública, como es el consumo de sustancias prohibidas, hasta
convertirlo en un asunto de seguridad pública.
La regulación de los estupefacientes actualmente prohibidos puede incidir en una
reducción de las adicciones, en una significativa disminución de márgenes de utilidad y
de base social para el narcotráfico y, por consiguiente, en una perceptible atenuación
de la violencia
El sistema penal del país enfrenta graves distorsiones. Es necesario recuperar el
control de los penales de manos de la delincuencia y separar a los imputados de los
sentenciados, garantizar que la cárcel no sea un doble castigo para las mujeres,
dignificar las condiciones de alojamiento, salud y alimentación de los reclusos y
garantizar en general el respeto a sus derechos humanos.
Y tener coordinación con las fuerzas federales, SEDENA, Guardia Nacional, Fuerza
Aérea y Militares, para que haya unión en el combate a la transformación de la
construcción de la Paz y Seguridad.

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