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ORIGEN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

A partir de que las sociedades hicieron uso de la administración podría decirse que
se inician procesos normativos que fueron dando origen al derecho administrativo,
pero sin denominarse como tal. Podría identificarse una primera etapa relacionada
con el origen del derecho administrativo, referida a los que podrían denominarse
antecedentes remotos, que vendrían inclusive, desde el derecho romano, pues en
la época de ese imperio ya existían instituciones públicas que requerían de algún
mínimo de normas para regular su funcionamiento. Sin embargo, se considera que
el origen del derecho administrativo como una rama especializada del derecho fue
a partir de la Revolución Francesa que sucedió en el año 1789. En la que se derroca
a la monarquía francesa, que era un Estado absoluto, y se establece un gobierno
democrático, el Estado de derecho, el cual, rige a través de normas no solo a los
civiles sino también al Estado y lo somete al cumplimiento de los derechos básicos
de toda persona. Es decir, que, para fijar una fecha de origen, existen dos enfoques:
el histórico, que toma en cuenta las normas que regían a las acciones de administrar
en las antiguas civilizaciones conformadas en estados, que utilizaron en sus formas
de gobernar, como antecedentes del derecho administrativo. Y el nacimiento del
derecho administrativo como tal, a partir del concepto jurídico de “Estado de
derecho”, creado a partir de la Revolución francesa. El derecho administrativo surge
de la separación de las normas jurídicas para la administración del Estado de las
que regían a la población en general. Como cita Pérez, para el profesor uruguayo
Delpiazzo: “El Estado de derecho es un presupuesto jurídico necesario del derecho
administrativo. Por eso, el surgimiento y desarrollo del derecho administrativo al
menos, tal como lo concebimos actualmente está vinculado a la evolución del
sometimiento del Estado al derecho.

EVOLUCIÓN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO


De acuerdo con lo anteriormente dicho, se puede decir que el derecho
administrativo ha evolucionado a partir de la Revolución Francesa con la separación
de los regímenes jurídicos y normas que habían de aplicarse a las autoridades, de
las que eran aplicables a los ciudadanos. En este periodo, se ejerce sobre el poder
ejecutivo. Debido a temores frente a la obstaculización que los jueces de la época
pos revolucionaria pudieran desencadenar ante la aplicación de políticas de los
nuevos gobernantes, como había ocurrido con la monarquía retirada del poder. Pero
esto contradecía a la formación de un Estado de Derecho. Esta prohibición fue
expresamente consagrada en la ley de 16-24 de agosto de 1790, en la cual se
estableció que “las funciones judiciales son y continuarán siendo separadas de las
funciones administrativas. Los jueces no podrán, bajo pena de prevaricato,
inmiscuirse de manera alguna en las operaciones de los cuerpos administrativos, ni
citar ante ellos a los funcionarios de la administración por razón de sus funciones”.
Este principio fue elevado a categoría constitucional mediante el artículo 3o. de la
Constitución francesa de 1791, el cual determinó expresamente que “los tribunales
no pueden inmiscuirse en el ejercicio del poder legislativo, o suspender la ejecución
de las leyes, ni en las funciones administrativas, o citar ante ellos a los funcionarios
de la administración por razón de sus funciones. Esto hacía que el ejecutivo siempre
tuviera ventajas sobre la toma de decisiones, por lo que se crea el mecanismo de la
administración-juez. Este permitía que ocasionales reclamos en contra de la
administración se tenían que presentar ante la misma administración y resolverse
por el jefe del ejecutivo. Esta situación no favorecía al fortalecimiento de la
subordinación de los gobernantes a la ley. Es entonces que se crea el órgano
denominado “Consejo de Estado. La función de este Consejo era asesorar al poder
ejecutivo en varios temas (redacción de leyes y reglamentos) y resolver las
controversias entre la Administración y los particulares. En el año 1806 se creó
dentro del Consejo de Estado una comisión que conocería sólo sobre los casos de
controversias entre Administración y particulares o gobernados, esto permitiría que
los que trabajaban en dicha comisión se especializaran en el conocimiento de esta
materia. Contemporáneamente se fueron gestando los Consejos de Prefectura con
la función de asesorar al prefecto, autoridad nombrada por el gobierno, con el mismo
modelo del Consejo de Estado. Entonces surgió el término de la “justicia retenida”,
para señalar que, todo lo referente a reclamaciones contra la administración, el jefe
del ejecutivo se guardaba para sí mismo el poder de resolverlas, a pesar de que su
estudio estaba a cargo de un órgano asesor. La Ley de 17 de febrero de 1800 (ley
de 28 pluvioso del año VIII, según el calendario revolucionario francés), obra de
Napoleón, implanta en Francia un nuevo modelo de administración departamental,
en el que se incardina el Consejo de Prefectura, órgano colegiado de doble
naturaleza jurídica, consultivo del Prefecto, y tribunal contencioso-administrativo.
Este modelo institucional fue exportado a Europa, primero por la fuerza de la
ocupación napoleónica, y posteriormente por la consideración de un modelo de
administración gubernativa y contenciosa que circuló, copiándose o modelándose
en otros países europeos. Mediante ley del 24 de mayo de 1872, el Consejo de
Estado se reconoce el carácter jurisdiccional al otorgarle como juez de la
administración. El consejo ya determina las sentencias para algunos casos como
tribunal independiente del ejecutivo. Nacía desde ese entonces la dualidad de
jurisdicciones, una jurisdicción conocía de los casos entre particulares mientras otra
conocía de casos entre administración y particulares. Se creó también un Tribunal
de Conflictos, que tenía a su cargo resolver controversias en lo relativo a la
competencia entre tribunales comunes y tribunales administrativos. En el año 1873,
se presenta el caso de la niña de apellido Blanco, llamado “Sentencia o Fallo
Blanco” (Anexo A), el cual fue enviado al Tribunal de Conflictos para que este
resolviera cuál de las dos autoridades jurisdiccionales debía resolver el caso, si la
administrativa o la judicial trayectoria en diferentes partes del mundo. Entre los
principios fundados en las etapas descritas anteriormente podemos mencionar:
principio de legalidad, de presunción de legalidad, la diferenciación de contratos
administrativos y contratos entre particulares, el de culpa o falla del servicio para
sustentar responsabilidad de la administración, principios de la función pública, la
diferenciación entre bienes del Estado y bienes de particulares. Además, la
conceptualización del derecho administrativo como una rama especializada del
derecho y autónoma para la administración del Estado, que se han adaptado
conforme a la realidad administrativa de cada país.

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