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En los últimos años, se han superado las orientaciones de la lingüística

encaminadas fundamentalmente al estudio de la sintaxis (Generativismo,


Chomsky), e incluso los análisis de corte exclusivamente semántico, para girar
hacia disciplinas preocupadas por el estudio del texto, como unidad máxima de
la comunicación, tanto en su gramática (Lingüística del texto), en sus
funciones y sentidos (Análisis del discurso) como en el contexto en el que se
integra (Pragmática).

La Pragmática es la parte de la lingüística que estudia el lenguaje en situación,


la relación entre los signos y sus usuarios o, dicho de otro modo, el lenguaje
tal y como se manifiesta: en una situación comunicativa concreta.

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El contexto

Todo discurso, oral u escrito, se enmarca en una situación comunicativa, en


un contexto, esto es, el conjunto de propiedades de una situación social, que
son pertinentes para la creación, estructura, funciones e interpretación del
discurso. En el contexto hay que tener en cuenta, desde los participantes en
la interacción lingüística, hasta los géneros discursivos, el conocimiento del
mundo, la propia lengua…

Según los diferentes autores y clasificaciones, suele hablarse de:

- contexto idiomático, que hace referencia a la propia lengua,

- contexto verbal o cotexto, en relación a que el propio texto hace de


contexto para cada una de sus partes, y

- contexto extraverbal, en el que se tienen en cuenta diversos factores como


el contexto físico del acto comunicativo, el saber compartido entre los
participantes, la tradición cultural en la que se integran, el momento mismo
en el que tiene lugar la comunicación, etc.
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El contexto extraverbal:

Desde nuestro punto de vista, el contexto delimita el género discursivo en el


que nos vamos a mover que es el académico-científico-profesional, que posee
una serie de características estructurales y estilísticas muy concretas.

En este sentido, establecemos una comunicación con personas que


comparten unos saberes y un espacio, no solo físico, sino también
sociocultural: los profesores y compañeros que conforman nuestro mundo
universitario y posteriormente profesional.

En este contexto académico estamos condicionados a utilizar un


determinado registro lingüístico y a adoptar una serie de reglas de
comportamiento social en nuestros textos

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Los registros

La lengua que hablamos o escribimos varía de acuerdo con el tipo de situación


(cambio de registro)

Los factores que determinan qué lengua debe emplearse en cada situación son:

▪ El contenido del discurso: la lengua que empleamos para hablar habitualmente no es la


misma que empleamos al tratar temas científicos, filosóficos, técnicos; esta lengua viene
determinada fundamentalmente por el léxico.

▪ Los participantes: se refiere a las relaciones que se establecen entre las personas que
participan en el intercambio lingüístico y que se basan en el eje de proximidad/distancia
y en el de jerarquía/solidaridad.

▪ La finalidad del discurso (fines estéticos, literarios, didácticos, intención de convencer).

▪ El medio de expresión o canal utilizado en el discurso, diferente en los registros orales y


en los escritos.
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CONCLUSIÓN:

El registro es la variedad de una lengua que tiene un fin comunicativo


dentro de un marco social, profesional o académico concreto y que
posee unos rasgos léxicos y gramaticales que se repiten con frecuencia y
regularidad, lo que le confiere un cierto sentido de unidad (jergas,
lenguajes de especialidad).

En nuestro caso, todos los factores ya mencionados: contenidos,


participantes, finalidad y canal nos obligan a elegir un registro muy
concreto, que es el del lenguaje académico, que se completa con el uso
del léxico específico de la investigación en Humanidades.

También en relación con la adaptación al contexto se


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encuentra…
La cortesía

De manera general, la cortesía consiste en una estrategia al servicio de las relaciones


sociales.

El concepto de la cortesía es uno de los aspectos básicos de la pragmática en la


enseñanza/aprendizaje del discurso oral y escrito. Puede entenderse desde dos
perspectivas:

a) Como un conjunto de normas sociales establecidas para regular el


comportamiento adecuado de los miembros de una determinada sociedad
(cortés=normativo vs. descortés≠fuera de la norma), o

b) como un conjunto de estrategias destinadas a evitar o reducir los conflictos


en la interacción social. En este sentido y desde el punto de vista lingüístico, la cortesía
consiste en un conjunto de estrategias puestas en práctica por el emisor para atraer al
receptor, para llevarlo a su terreno.

EL COMUNICADOR PERFECTO DEBE SER CLARO Y CORTÉS

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(SANZ ÁLAVA, 2007: 76)
La cortesía, tanto en la comunicación oral como en la escrita, se
fundamenta en tres conceptos (ALCARAZ, 2000):

1. LA IMAGEN SOCIAL que toda persona reivindica para sí (el prestigio, la buena
reputación).

2. LA CORTESÍA POSITIVA Y NEGATIVA: la cortesía desde el punto de vista lingüístico


comprende las palabras, frases o enunciados que hemos de utilizar para llevar al
receptor a nuestro terreno. La cortesía negativa consiste en respetar el terreno del
interlocutor. Se infringe la norma de la cortesía negativa cuando se dan avisos,
consejos o sugerencias no solicitadas, cuando se utiliza un modo directo (menos
cortés): ¡Conecta el ordenador! > Quiero que conectes el ordenador > ¿Conectarás el
ordenador? > ¿Puedes conectar el ordenador? > ¿Te importaría conectar el
ordenador? > ¿Podrías conectar el ordenador, por favor? (De menor a mayor cortesía;
de estilo directo a indirecto).
La cortesía positiva se pone en práctica para reforzar la imagen del emisor y la
negativa para reforzar la del receptor. Ambas se usan para captar la adhesión del
receptor.

3. EL GRADO DE RELACIÓN ENTRE LOS INTERLOCUTORES. Para determinar el grado de cortesía


positiva o negativa es importante conocer la relación entre los interlocutores, la
distancia social que existe entre el emisor y el receptor, el poder relativo del emisor 8

(jerarquía) y el grado de imposición del mensaje.


3. Relación entre los interlocutores

Para determinar el grado de cortesía siempre debe considerarse la relación


entre los interlocutores: cuál es la distancia social o profesional entre el emisor
y el receptor y cuál es el grado de imposición del mensaje.

Debe evaluarse el grado de proximidad y simetría entre los interlocutores: existe mayor
relación de proximidad cuando entre los interlocutores existen + vivencias comunes, +
saber compartido, + contacto, + grado de compromiso afectivo, mientras que son
interacciones simétricas aquellas en las que hay + igualdad funcional, + nivelación de
roles y + identidad grupal, frente a las asimétricas.

Una relación puede ser de proximidad, pero asimétrica (padre/hijo), o simétrica (amigos),
o bien de distancia, pero simétrica (compañeros de trabajo) o asimétrica (jefe/empleado).

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Ejemplos de CALSAMIGLIA Y TUSÓN (2008: 158-159):

Contexto: en la oficina; A y B, colegas. A B se le ha bloqueado el ordenador o bien


porque ha cometido un error o bien por razones ajenas a él. La imagen de B puede
quedar dañada porque entorpece el trabajo que se está haciendo. A puede
desplegar diversas estrategias para compensar la amenaza sobre la imagen de B:

1) A se dirige a B:
Ven, no te preocupes, vamos a hacerlo juntos. Ya sabes que si formamos tándem
nos comemos el mundo. Esto lo arreglamos en un momento (Cortesía positiva: se
refuerza la imagen de A).

2) A se dirige a B:
Pero ¿cómo lo has hecho? ¿No habrás apretado las dos teclas al mismo tiempo? A
mí eso me ha pasado más de una vez. Estas máquinas se la juegan al más pintado
(Cortesía negativa: se amenaza la imagen del emisor para reforzar la del
interlocutor).

3) A se dirige a B:
Cuando los informáticos están trajinando con los ordenadores… ¡Estas máquinas
son un modelo de inteligencia «natural»! La informática es la informática (Cortesía
encubierta: no se le puede atribuir una intención comunicativa clara). 10
PROCEDIMIENTOS DE ATENUACIÓN

Se aplican con la intención de no herir la imagen del receptor. Con ellos, se suaviza un mensaje
que puede resultar una intromisión en el territorio personal del receptor (una petición, una
prohibición) o que atenta contra su prestigio, a su imagen pública (un reproche, una acusación).
Reducen la fuerza impositiva de los actos de habla (Albelda, 2010: 343-361).

1. Procedimientos sustitutivos: se sustituye un elemento por otro que permite rebajar la


fuerza de un acto amenazador: ¿Me podrías dar el libro, por favor? por ¡Dame el libro!
Pueden ser de varios tipos:

– DESACTUALIZADORES: partículas modales, temporales y personales que ponen distancia entre el


locutor y el acto amenazador; por ejemplo, el condicional o el subjuntivo (¿Podría hablar
contigo?, Quisiera hablar contigo), el imperfecto (Quería hablar contigo) o la elisión de
marcas enunciativas de los interlocutores (No se aceptan tarjetas, Esto está mal hecho, No
pisar el césped/Prohibido pisar el césped vs. El ayuntamiento/comunidad de propietarios
prohíbe a los ciudadanos pisar el césped).

– EUFEMISMOS: Sustitución léxica de un término interdicto o tabú mediante mecanismos de


asociación semántico o formal. Dar a luz por ‘parir’, diversificación curricular para educación
de niños con problemas de aprendizaje, conflicto social por ‘huelga’, países en vías de
desarrollo por ‘países pobres’.
Una parcela del eufemismo es lo que se conoce como lenguaje políticamente correcto,
surgido en EE. UU., que persigue la «discriminación positiva» para reforzar los grupos sociales
minoritarios oprimidos.
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– LITOTES: Recurso de atenuación, similar a la perífrasis (Esto no está muy bien hecho/ Este
examen no es de los mejores que he visto; podrías haberte esforzado un poco más/ Ya no sois
jóvenes para estos viajes/Estos datos no son ciertos).
2. Procedimientos acompañantes: son expresiones añadidas o preliminares para preparar un
acto que puede atentar contra la imagen, que puede mermar la cortesía negativa: por favor, si
no es molestia, se lo ruego, ¿podrías hacerme un favor?, ¿me dejas darte un consejo?, ¿puedo
hacerte una pregunta indiscreta?, ¿tienes algo que hacer mañana?

– REPARACIONES: se expresan mediante la excusa (Lo siento, perdona; no sabía que era así) o
la justificación (No vine porque tenía otra reunión; nunca me han explicado cómo hacerlo).

– MINIMIZADORES: son elementos léxicos que pretenden reducir la fuerza de la amenaza


(Simplemente quería saber si…, ¿Me puedes dedicar un par de minutos?)

– MODALIZADORES: atenúan la fuerza de las afirmaciones (Me parece que…, Sin duda…, Tal
vez…, Es posible…, No parece aventurado afirmar que…, Creo que…) → Muy importantes
en el discurso académico-científico.

– DESARMADORES: dan a entender que se conoce de antemano la respuesta negativa para


conseguir una reacción favorable (Ya sé que no te gusta salir tan tarde, pero…).

– «CAMELADORES»: expresiones de cariño, adulación o elogio que funcionan como


contrapeso de una acción que puede dañar la imagen del interlocutor (Tú, que sabes
tanto, ¿me ayudas con las mates?… Tú, que tienes tanta mano para la repostería, puedes
hacer la tarta para la fiesta… Cariño, acércame aquellos libros).

Pueden combinarse varios procedimientos: «Aunque sé que no te gusta hablar de tu vida 12


privada, ¿puedo hacerte una pregunta indiscreta? Al chico con el que sales, le cuesta un poco
relacionarse, ¿no?» (mejor que «¿Por qué sales con ese borde?»)
RECUERDA:

• Es la situación la que determinará si deben usarse estrategias de cortesía; un


enunciado apropiado en una situación puede resultar inadecuado en otra: «¿Por
favor, sería tan amable de ayudarme? Me estoy ahogando» (en una situación de riesgo
para la propia vida, sobra toda estrategia cortés) o «Venga, colega, préstame unos
euros» (adecuado en una situación coloquial, en una charla entre amigos, pero
totalmente inadecuado si lo que se pretende es solicitar un crédito en un banco; en
este caso, también falta de adaptación al contexto sin cambio de registro).

• En ocasiones, las palabras están cargadas de connotaciones negativas. Esto nos obliga a
ser muy cuidadosos en el empleo de ciertas expresiones patrimoniales marcadas por
los prejuicios e inaceptables en nuestra cultura, muy consciente del respeto al otro y a
los derechos humanos (lenguaje no discriminatorio). Un lenguaje desprejuiciado,
respetuoso, tolerante y solidario debería estar depurado de connotaciones
androcéntricas y etnocéntricas, sin caer en la mojigatería e hipocresía que obliga a
evitar determinados términos para sustituirlos por tabúes rebuscados que, a menudo,
pueden resultar ofensivos y jocosos por su enrevesamiento.

LENGUAJE NO DISCRIMINATORIO,
el que sustituye las palabras que se han ido cargando de connotaciones peyorativas
por otras que carecen de esa marca (discapacitado o personas con diversidad funcional por minusválido o
deficiente)

NO EQUIVALE A 13

LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO, ligado a intereses políticos o sociales y en el que el término sustituido no
posee un carácter discriminatorio, sino que desvía la atención de la realidad, orientando hacia otra interpretación
(reajuste de precios, crecimiento cero)
La cortesía no se entiende igual en todas las lenguas y culturas, ni tampoco se
entiende del mismo modo en relación con el género y la edad.

La interpretación de la cortesía o la descortesía depende además de la


interpretación del interlocutor, independientemente de la intención
comunicativa del hablante, lo que puede dar lugar a ‘malentendidos’, sobre
todo, entre interlocutores de culturas diferentes (los orientales creen que la
imagen se va creando en la interacción con el otro, mientras que el occidental
tiende a pensar que debe proyectar desde el principio su imagen positiva).

Las marcas de cortesía pueden entenderse como subordinación, mientras que


la ausencia de marcas indica poder, imposición.

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Cortesía profesional y académica

En el mundo académico y profesional se hace esencial el conocimiento


de ciertas pautas de cortesía en los discursos escrito y oral

La cortesía académica. Son rasgos de cortesía esenciales en el terreno


académico la claridad expositiva y las referencias a otros trabajos de
investigación. Además, al transmitir información propia y de otros colegas debe
cuidarse especialmente el lenguaje para no ridiculizar ni menospreciar el trabajo
realizado anteriormente por otros investigadores (modalización: a pesar de los
inestimables avances hechos por…, parece prudente matizar las opiniones de…,
es posible que…, tal vez pueda afirmarse que…, no creo arriesgado sugerir
que…). En la expresión oral, constituyen marcas de cortesía respetar los turnos y
la palabra.

A la hora de redactar un trabajo, un examen, una carta… y a la de hablar en


público, el estudiante tendrá que aplicar las normas que acompañan a este tipo
de documentos. De forma obligada, deberá citar correctamente y con respeto a 15
las autoridades que menciona en el discurso oral y en el escrito.
Cibercortesía

Del mismo modo que en otro ámbitos, es imprescindible la cortesía para mantener
las relaciones interpersonales en el ciberespacio dentro de los cauces aceptables.
Hay códigos de cortesía entre los internautas (Netiqueta): evitar el uso de
mayúsculas = gritos, cuidado con el uso de la ironía y el sarcasmo, evitar los temas
religiosos, políticos o sociales, potencialmente ofensivos, a no ser que sean el
objeto del foro; también está regulado el uso de emoticonos.

No obstante, es bastante complicado debido a que las personas que se relacionan


en internet pertenecen a menudo a culturas y comunidades de habla diferentes.
Pesan las costumbres anglosajonas, puesto que el inglés se ha convertido en una
especie de lingua franca en la red.

ATENCIÓN: En el terreno académico, deben aplicarse las mismas normas


de cortesía en los cibertextos que las que emplearíamos en cualquier otro
texto oral o escrito de ese ámbito. CORREOS ELECTRÓNICOS
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CONCLUSIONES

• Pensemos en aplicar las normas básicas de cortesía, intentando dar una buena
imagen de nosotros mismos, pero también intentando que nuestros
interlocutores se sientan bien

• Las aplicaremos siempre que creemos un discurso oral u escrito en nuestro


ámbito académico:

- en un trabajo o en una reseña (citando, siendo claro, utilizando un


lenguaje respetuoso),

- en las exposiciones y relaciones en el aula (teniendo en cuenta las


relaciones de proximidad y simetría entre las diferentes personas),

- en las comunicaciones telefónicas o en un correo electrónico, que ya no


es una comunicación de carácter personal, del ámbito de lo privado, sino
un escrito académico.

• En otras situaciones, diferentes a la académica, la distancia interlocutor/receptor


puede ser aún mayor. Por ejemplo, la distancia y la asimetría en las relaciones
que mantengamos en el mundo profesional: en una entrevista de trabajo o en 17
una negociación con nuestro jefe, con clientes o con profesionales de otras
empresas.
Bibliografía:

ALBELDA MARCO, M. (2010): «Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente


correcto», en Milagros Aleza Izquierdo (coord.): Normas y usos correctos en el español
actual, Valencia: Tirant lo Blanc: 341-374.
BIZCARRONDO, G. y H. URRUTIA (2010): Escribir y editar. Guía práctica para la redacción y
edición de textos. Ed. a cargo de Javier Torres Ripa, Bilbao, Deusto Publicaciones: 241-
244.
BUSTOS GISBERT, J. M. (1999): La construcción de textos en español, Salamanca,
Universidad.
CALSAMIGLIA, H., y A. TUSÓN (2008): Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso,
Barcelona, Ariel.
SANZ ÁLAVA, I. (2007): El Español Profesional y Académico en el aula universitaria. El
discurso oral y escrito, Valencia, Tirant lo Blanch, 67-80 y 135-139.

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