Está en la página 1de 3

Dios No Quiere Favoritismo

15 enero, 2016 Matías Salerno Devocionales

Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo


no debe dar lugar a favoritismos.
Santiago 2:1 (NVI)
¿Cuántas veces me he encontrado dándole lugar al favoritismo? Cuando reflexiono
sobre mi comportamiento a la luz de la Palabra de Dios me doy cuenta lo malo de mi
condición. La tendencia al mal tan fuerte en mi interior. También me doy cuenta que el
Espíritu Santo está obrando en mi y que la lucha por matar al pecado toma lugar cada
día.

Es increíble lo falsos que podemos ser los seres humanos. La palabra favoritismo está
cargada de maldad, casi cualquiera (cristiano o no) puede decir que no es correcto
hacer favoritismo. Esto es, en parte, porque todos tenemos esa Ley Moral dada por
nuestro Creador a cada uno. La misma palabra «favoritismo» nos resulta mala. Sin
embargo, cometemos este acto de crueldad incluso dentro de la Iglesia.

Si analizamos el pasaje, podemos ver lo siguiente:

 Santiago comienza diciendo «Hermanos míos»: Esto quiere decir que se esta
dirigiendo a una audiencia cristiana. Si esto sucedía en la Iglesia primitiva, no
debemos hacer oídos sordos a estas palabras. Es muy probable que este tipo
de comportamiento se esté dando en nuestra Iglesia, que nosotros mismos lo
estemos llevando a cabo, por eso leamos este pasaje para reflexionar sobre
nuestro comportamiento
 La fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo: Aquí está estableciendo
la unidad de la Iglesia. Todos tenemos la misma Fe en un mismo Señor,
Jesucristo. Los cristianos somos sus discípulos. Somos el cuerpo de Cristo. Un
cuerpo no puede estar dividido. Imaginemos un jugador de fútbol pateando
una pelota. Si vemos el movimiento que hace al patear, vemos que con sus
ojos miró el arco para seleccionar la trayectoria. Su cadera y rodillas giran para
establecer la posición y seguir esa trayectoria. La pierna hábil se levanta hacia
atrás con la altura necesaria para dar un golpe con la fuerza necesaria para
lograr la trayectoria del esférico. Los brazos se extienden y se levantan para
permitir el equilibrio del cuerpo que se está sosteniendo en una sola pierna.
Todo esto gobernado por el mismo órgano, el cerebro. Que increíble es el
funcionamiento del cuerpo. Así es como describe la Biblia que la Iglesia debe
funcionar (1 Corintios 12:12-25). Cristo, el cerebro, dirige el cuerpo y los
miembros colaboran entre sí para lograr un objetivo. Un cuerpo desunido, no
puede lograr los objetivos con la misma precisión que un cuerpo que funciona
de forma armoniosa. Por eso
 No debe dar lugar a favoritismos: La última parte del pasaje es clara. Los
favoritismos dentro de la Iglesia sólo dan lugar a dolor, rencores, peleas,
distenciones, que terminan causando la falta de unidad y esto ocasiona una
Iglesia que no crece espiritualmente. Si leemos la frase anterior vemos que la
Fe es la que no debe dar lugar a favoritismo. La Fe en la Palabra de Dios
debe movernos a aplicarla en nuestra vida, sino esta fe es muerta como
Santiago demostraría más adelante(Santiago 2:26). La Biblia es clara para Dios
todas las personas son iguales (Rom. 2:11, Ef. 6:9, Col 3:25). Cada uno de
nuestros hermanos fue comprado con la misma sangre divina del Señor Jesús.
Debemos tener temor de tener en poco el sacrificio del Señor. Si
menospreciamos a un hermano, ya sea por sus recursos, por su físico, por
alguna de sus características, estamos menospreciando el precio con el cual
el Señor lo compró (Santiago 2:5-6). 1 Pedro 1:17-19 (RVR) dice:

Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga


según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de
vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis rescatados de
vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres)
no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación.

 Debemos conducirnos con temor, el temor de no menospreciar la sangre


divina de nuestro Señor. No podemos permitirnos está actitud. Recordemos lo
que dice también Juan en su primera carta:

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque


amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la
muerte. Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes
saben que en ningún asesino permanece la vida eterna
1 Juan 3:14-15 (NVI)

 Las palabras de Juan son fuertes, y esto es porque son Palabra de vida. Si el
Espíritu Santo habita en nosotros y fuimos realmente salvos, esta clase de
comportamientos deben desaparecer de nuestra vida. El hecho de que
perduren a lo largo del tiempo debe levantar alertas acerca de si
verdaderamente nacimos de nuevo o no

Querido hermano o hermana, esté es el momento de reflexionar. No permitamos esta


clase de comportamientos, que hacen que el Nombre de nuestro Dios sea
menospreciado. Cuando sentimos estos deseos en nuestro corazón, recordemos el
increíble sacrificio del Señor, el sacrificio que hizo en la cruz por cada uno de nosotros.
Si este sacrificio significa algo para nosotros, no vamos a permitir el favoritismo en
nuestra vida ni en nuestra Iglesia ¡Que el amor de Cristo llene tu corazón y que su
Gracia te acompañe!
Matías Salerno

También podría gustarte