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Devocional Romanos Capitulo 14:

“Rom 14:9 Cristo murió y resucitó con este propósito: ser Señor de los vivos y de los
muertos.

Rom 14:10 ¿Por qué, entonces, juzgas a otro creyente? ¿Por qué menosprecias a otro
creyente? Recuerda que todos estaremos delante del tribunal de Dios.

Rom 14:11 Pues dicen las Escrituras: «Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR, toda
rodilla se doblará ante mí, y toda lengua confesará a Dios y le dará alabanza».

Rom 14:12 Es cierto, cada uno de nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios.

Rom 14:13 Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir
de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente.”

En este capítulo, el Apóstol Pablo estaba resolviendo un conflicto entre creyentes nuevos
(débiles), y creyentes con algunos años de Iglesia (fuertes). Los llamados “débiles” eran aquellos
cristianos, que arrastraban viejos ritos, y costumbres de su pasada vida religiosa, el judaísmo.

Lo central de estos versículos, es entender que los llamados “fuertes” en la fe, estaban
menospreciando a los “débiles”. Y estos “débiles” estaban juzgando de liberales a los “fuertes”.

Pablo invita a ambos grupos, a no caer en juicio y crítica hacia el hermano. Los invita a un cuidado
mutuo, y a entender que el Reino de Dios, no se trata de que hacemos o dejamos de hacer, sino
que se trata de amar y cuidar al otro, como Cristo ama y cuida a su iglesia.

La iglesia no se trata de mirar que esta haciendo mal el de al lado, sino que se trata de valorar lo
bueno que esta logrando mi hermano. No se trata de ver quien vive la fe como yo entiendo que es
correcto, sino de ver que ama al Señor con todas sus fuerzas, como yo también lo hago.

Diferencias de practicas, va a haber siempre. Eso es lo lindo de la Iglesia. Pero lo que nos iguala, es
el amor por Cristo y por las almas. Cada uno rendirá luego, cuentas al Señor cuando estemos cara
a cara.

Hoy reflexionemos acerca de que tipo de iglesia estamos viviendo...


DEVOCIONAL ROMANOS CAPITULO 15:
“Rom 15:18 No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de
mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras,

Rom 15:19 mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así
que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de
Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria.”

Se que estos versículos no solo hacen alusión a los milagros, sino también a la predicación del
evangelio. Pero, hoy quiero que hagamos énfasis en el evangelismo a través de milagros.

¿Cuándo fue la última vez que viste un milagro?

Hacerse esta pregunta, nos lleva a un sinfín de respuestas internas, tales como:

-Dios me da el milagro de vivir cada día.

-Milagros pueden ser muchas cosas…

-Etc, etc, etc.

Reflexionemos acerca de esto… Predicar a Cristo también es orar por milagros.

Los milagros son parte de la predicación del evangelio. Y cuando hablo de milagros, me refiero a la
irrupción de lo sobrenatural, sobre lo natural. Un enfermo siendo sano instantáneamente, alguien
oprimido por el enemigo siendo libre, una palabra especifica de parte de Dios a alguien que la
necesitaba en el momento oportuno.

Muchas personas van a conocer a Jesús, simplemente porque le hablamos y el Espíritu Santo los
convenció. Pero vamos a encontrarnos con situaciones que requieren una fe osada, para poder
hablar sanidad sobre la enfermedad, para poder hablar luz donde hay tinieblas, para poder hablar
libertad donde hay esclavitud.

Hoy es un buen día para comenzar a ponerlo en practica.

Anímate. Comenza con los de tu casa. Comenza con tus vecinos del barrio. Comenza con los de tu
célula. Comenza en el lugar que estes.

¡Dios te va a sorprender!

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