Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DIOS?
mayo 31, 2016 by Pastor Juan
Romanos 12
A través de las Escrituras vemos que los autores del Nuevo Testamento usan
frases para referirse a ellos como “siervo de Dios”, “siervo del Señor” y “siervo de
Jesucristo” alternativamente.
No sólo los apóstoles son llamados a ser siervos de Dios y de Jesucristo, todos los
cristianos somos llamados a ser siervos de Dios. En Romanos 6:22, el apóstol
Pablo nos dice que los cristianos hemos sido liberados del pecado y hechos siervos
de Dios. El apóstol Pedro nos insta, en su primera epístola a que vivamos como
libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo,
sino como siervos de Dios (1 P. 2:16). Ser siervo y ser libre al mismo tiempo,
interesante el concepto.
La palabra siervo significa esclavo (doulos). Describe a alguien que está sujeto a la
voluntad de su Señor, y totalmente a la disposición de él.
Al usar este término para describirse, los apóstoles están expresando su absoluta
devoción y sujeción a Cristo, están expresando su actitud de absoluta obediencia
hacia Cristo, algo a lo que no sólo los apóstoles fueron llamados, reitero, sino
todos los que somos de Cristo. Es esa obediencia incondicional la que nos va
habilitar para ser siervos efectivos.
Esa obediencia comienza en nuestras vidas cuando renunciamos a otros “señores”,
nos identificamos con Cristo, descubrimos en la Escritura cuál es su voluntad,
vivimos de acuerdo a ella, y conscientemente nos alejamos de intereses que
son contrarios a la voluntad de Dios, aún y cuando estos intereses (gustos,
hábitos, preferencias o tendencias) hayan sido importantes para nosotros en el
pasado. Escuchemos a Pablo exhortando a los romanos a vivir esa vida de
obediencia que Cristo demanda de nosotros:
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional [lo que
corresponde]. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1-2
Basados en estos versos y los que siguen del capítulo 12 de la carta a los Romanos,
cuyo comentario omitimos en esta entrega, pasamos ahora a detallar ciertos
principios elementales en la vida del siervo de Dios.
El apóstol Pablo nos da mandamiento en Gálatas 6:10 para que “hagamos bien a
todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. ¿Cómo podremos hacer bien a la
familia de la fe, si nos reunimos con ella? No hay forma de escaparse a este
razonamiento.
La analogía con el cuerpo humano usada por Pablo En Romanos 12 ilustrar este
punto en forma maestral. Somos llamados a estar unidos formando un cuerpo,
porque Cristo ha fundado una sociedad (una asociación) y establecido una unión
entre sus discípulos, lo mismo que sucede entre los miembros de un cuerpo
humano.
¡Qué diferencia con nosotros en el día de hoy ! ¡Qué insoportables que somos,
consumidos por una preocupación, un temor, una necesidad … bendíceme,
bendíceme, bendíceme … somos esponjas absorbiendo constantemente.
Dios no es como el jefe que le ordena al empleado hacer un trabajo para el cual no
está capacitado o no ha sido entrenado.
Dios ha dado a cada uno de nosotros dones o habilidades, algo que el cuerpo de
Cristo necesita. Es Dios Espíritu Santo el que distribuye los dones: “Pero todas
estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular
como el quiere” (1 Co. 12:11). ¿Con qué propósito? Respuesta: “perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef.
4:12), y además para la organización en la Iglesia. Sí, ya sé, la iglesia es un
organismo, pero también es una organización (a nivel de la iglesia local). Cuando
el organismo no está organizado se enferma o se muere.
Romanos 12:6 y pasaje circundante nos enseña que cada uno de nosotros debe
administrar su don (o dones) de acuerdo a la gracia que nos es dada sin mezclarse
en lo que concierne a otros: tampoco debemos desear hacerlo todo, sino que
debemos contentarnos con lo que Dios nos ha dado y no debemos usurpar la
labor de los demás. Esta es la raíz de los problemas en muchas iglesias, donde los
pastores u otros líderes quieren estar en todo, sin perderse detalle, y queriendo
tener la última palabra. Cuando eso sucede vamos a tener un desastre de mayores
proporciones.
Entonces, recordemos que somos miembros los unos de los otros, nos
pertenecemos, y cuando uno no cumple con su función o quiere cumplir con las
funciones de los demás, todo el cuerpo sufre. Hoy en día el cuerpo de Cristo sufre
tremendamente porque carga sobre sus hombros un número sin precedentes de
miembros que están atrofiados.
A modo de aclaración digamos que usted no tiene que saber cuál es su don para
comenzar a servir a Cristo. Por si acaso alguno de nosotros tiene dificultad para
identificar sus dones, es un alivio saber que no es necesario primero identificar el
don o los dones. Quiere decir que no tener claridad al respecto no puede servir de
excusa para no ponerse a trabajar para Cristo. Hay gente que lleva años tratando
de descubrir sus dones o van a la tumba sin haberlos descubierto. ¿Por qué?
Porque nunca se han puesto a trabajar.
Principio # 4 – Servir no es algo que usted hace por Dios, es algo que Dios
hace a través de usted.
“no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros
mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”(2 Co. 3:5)
Daniel pudo haber respondido, “Sí, yo puedo” , pero contesta, “¡No! No puedo,
PERO DIOS PUEDE”.
Enseñanza:
¿Usted piensa que puede hacerlo?¿Piensa que está capacitado para hacerlo?¿Que
tiene el carisma y personalidad para hacerlo? Dios le va decir: “No te necesito,
gracias”. Extraña forma de evaluar, ¿verdad?
¿Busca gloria para usted? ¿Quiere ser predicador? Dios dice: “Lo siento, no estoy
llamando predicadores esta semana”. ¿Quiere ser un héroe de la fe? La respuesta
es “Estoy buscando obreros anónimos”. ¿Ministro de alabanza? Lo siento, necesito
un encargado del equipo de sonido. ¿Quiere ser conferencista, viajar por
diferentes lugares? Lo lamento, quiero que vayas de misionero al altiplano
Boyacense.
!Ya está Santo mauro asustándome! Dirá usted. La Escritura en ningún lugar dice
que en la eternidad todos van a tener el mismo estatus, por el contrario,
repetidamente habla de recompensas y pérdida de recompensas, no para
asustarnos sino para traer claridad a nuestro razonamiento.
Déjenme ser franco para terminar. Hay dos formas de presentarse en el cielo:
1) 2 Juan 8 dice: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro
trabajo, sino que recibáis galardón completo”. (esto es para los que se quedan a
medio camino, o simplemente no dan el 100%). A su vez, 1 Juan 2:28 expresa: “Y
ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza,
para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”.
2) Pedro, luego de instarnos a vivir la vida cristiana nos dice en 2 P.1:10-11: “Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firmes vuestra vocación (llamado) y
elección: porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os
será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo”.
El siervo de Dios es aquella persona que está dispuesta a:
* hacer lo que Dios pida
* cuando El lo pida
* donde El lo pida
* no importa lo que El pida