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El Evangelio, poder y amor

Objetivo: que cada joven aprenda a manejar los tres atributos de Dios que
involucran en la evangelización el carácter de Dios, cual es la condición del
carácter de la humanidad
Comprender los tres principales atributos del carácter de Dios.
1. Dios es Amor: 1 Juan 4:8, Salmos 86:15, 103.8, 145.8, Isaías 30.18
2. Dios es Santo: Isaías 6.3, Habacuc 1:13, Salmos 5.4-5, Dios está
apartado y no se relaciona con el pecado.
3. Dios es justo: Salmos 11.7, Deuteronomio 32.4, Romanos 1.20-32 y
juzgará de acuerdo a su justicia. (Salmos 9:7-8) Proverbios 5:21;
15:3; hebreos 4:13) (Jeremías 17:10; ver también hebreos 9:27)
4. Dios ama, pero también es santo si ofendes su santidad y no te
arrepientes El aplicara su justicia, si no lo ha hecho es porque es
paciente y misericordioso para con el pecador.
Cuál es el carácter de la humanidad.
1. Moralmente corrompida. Mateo 15.19, Romanos 8.7, 5.6-10
2. ¿Cuál debe ser nuestro veredicto? Culpables y condenados. Romanos
3.23, 10.3-12, 1 Reyes 8.46, salmos 130.10
3. Entonces existe un dilema, Si Dios es bueno, ¿qué hará con aquellos
que no lo son? ¿Qué hará un Dios bueno y justo con unos seres
humanos centrados en sí mismos, inclinados al mal y desobedientes?
Si el Juez de toda la tierra tratara con nosotros en base a Su justicia,
¿no debería condenarnos a todos?
Existe un enorme dilema:
4. ¿Cómo puede Dios ser justo y perdonar a los que justamente
deberían ser condenados? ¿Cómo puede Dios ser santo y hacerse
amigo de los malos? El que justifica al impío es abominación al
Señor (Proverbios 17:15). Entonces, ¿cómo puede el Señor justificar
a los pecadores y seguir siendo justo (Romanos 3:26)?
Respuesta al dilema
1. Cristo, nuestro Sustituto. Juan 3.16, 15.13.
2. En la cruz, Jesucristo, el Hijo de Dios, se ofreció a Sí mismo como
sacrificio por el pecado de Su pueblo. En la cruz, nuestros pecados
fueron imputados a Cristo. Isaías 53.6, 1 Corintios 5.21
3. Cristo sufrió nuestra maldición. Gálatas 3.10 y 13
4. Cristo fue desamparado por Dios en nuestro lugar. Isaías 59.2, Mateo
27.46
5. Cristo sufrió la ira de Dios por nosotros. Jeremías 25.15, Mateo
26.39 y 42, Isaías 53.4,5
6. Cristo murió en nuestro lugar. Romanos 6.23, lucas 23.46, 1 Pedro
3.18
7. ¿Crees que Cristo murió por los pecadores? Si no lo crees, ¿por qué
resistes la palabra del Dios que no puede mentir? Si lo crees, ¿cómo
te ha afectado esta verdad? ¿Permaneces indiferente al Señor
crucificado? O peor aún, ¿usas la cruz como una excusa para vivir un
vida impía e inmoral? Si la muerte de Cristo ha llegado
verdaderamente a tu corazón, no podrás vivir más para ti mismo,
sino que te verás obligado internamente a vivir para Aquel que murió
y resucitó por ti. Una vez que Dios abre tus ojos para ver Su
sabiduría y poder en la cruz, nunca más serás el mismo, sino que
seguirás al Cristo resucitado.
8. La resurrección de Jesús, Si Cristo no resucitó, el evangelio es un
mito y nuestra fe es inútil (1 Corintios 15:14) Filipenses 2.9-10,
Hechos 17.30,31
9. ¿Que logró Cristo? Inmediatamente antes de Su muerte, Cristo
declaró: “Consumado es” (Juan19:30). Esta breve declaración era la
declaración de victoria de Cristo. Por medio de Su muerte, cumplió
todo lo que era necesario para la salvación de la humanidad. Salmos
85.10. Romanos 5.1, 8.1, Juan 14.6, Hechos 4.12, 1 Timoteo 2.5.
Cuál debe ser la nuestra respuesta de la persona
Que se arrepientan de sus pecados.
1. El arrepentimiento es un don de Dios (Hechos 11:18) y una obra del
Espíritu Santo en el corazón del pecador que resulta en un cambio de
mente (1 Tesalonicenses 1:5,9). Esto puede parecer superficial hasta
que entendamos que el corazón se refiere al centro de control de
nuestro intelecto, voluntad y emociones.
2. Por esta razón, un cambio de voluntad y de mente genuino
siempre se demostrará a través de cambios reales en nuestra
conducta y actitud. Salmos 51.3,4, Daniel 9.4,5. Cambios en
nuestras emociones.
3. Un reconocimiento genuino de nuestra culpa y pecaminosidad
también nos llevará a sentir un genuino dolor, vergüenza e incluso
odio por aquello en lo que nos hemos convertido y por lo que
hemos hecho. Ezequiel 20.43, Jeremías 31.19, Romanos 7.15,24, 2
Corintios 7.9, Salmos 51.17. frutos dignos de arrepentimiento.
La fe en Jesucristo.
1. Que crean en la persona y obra de Jesucristo. Marcos 1.15, Hechos
10.21. Con el arrepentimiento para vida viene la fe. La fe es más que
creer en la existencia de Dios; también incluye una confianza o
dependencia en Su carácter y en la veracidad de Su Palabra. La
Biblia declara: “Tú crees que Dios es uno; bien haces, También los
demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19). Las personas con la fe
verdadera no solo creen que hay un Dios, sino que confían en lo que
Él ha dicho y dependen de eso.
2. La fe salvadora consiste especialmente en confiar que Cristo es
nuestro Salvador, y única justicia con Dios. Una de las evidencias
más grandes del arrepentimiento genuino es que no solo nos estamos
alejando del pecado, sino también de confiar en nuestras propias
virtudes, méritos u obras para ganarnos el derecho de estar delante de
Dios.
3. Nos damos cuenta de que toda nuestra supuesta justicia personal y
buenas obras son como trapos de inmundicia (Isaías 64:6), Efesios
2.8,9. Estas creyendo? ¿Has puesto toda tu confianza en el Hijo de
Dios para que te salve de tus pecados? ¿Estás dependiendo de Él
para que te enseñe la verdad de la Biblia, perdone tus pecados por Su
sangre y cambie tu corazón por Su Espíritu? Romanos 8.16, Gálatas
4.6
4. Confesar nuestros pecados Romanos 10.9-10
5. Esto nos llevara a entender que creer es algo que nos lleva más
allá, a someter nuestra voluntad al Señor y obedecer su palabra.
Mateo 7.21
Esto es un proceso regenerativo que nace de la obediencia al Espíritu
Santo y la palabra de Dios. Tito 3.5 (proceso de transformación). En 1
Juan 5.13 nos dice que nuestra vida debe coincidir con lo que dice la
palabra.
Evidencias que nos estamos estableciendo ante Jesucristo de forma
personal
1. Los cristianos creen y confiesan que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios y el Salvador del mundo (1 Juan 2:22–23; 4:2, 13–15).
2. Todo nuevo creyente se purifica a si mismo obedeciendo la palabra.
1 Juan 3.3 (se purifica del griego Jagnízo=santificarse,
perfeccionarse). Existe un deseo por agradar a su salvador. Es decir,
el creyente guarda los mandamientos de Dios (1 Juan 2:3-4) debe
leer la palabra, y no solo leerlos sino aplicarlos en su vida.
3. Todo creyente depende de la oración constante. 1 tesalonicenses
5.16-18. La oración es derramar nuestros corazones a Dios en
alabanza, petición, confesión de pecado y agradecimiento. La única
forma de andar en el Espíritu es por medio de la oración. Es la única
manera de caminar por fe. En otras palabras, la oración es el aliento
diario de la vida cristiana. Es un estilo de vida.
4. Los cristianos son sensibles al pecado que está en su vida y lo
confiesan (1 Juan 1:8-10). Ser cristiano no es sinónimo de
perfección, pecaremos en cualquier momento, pero el espíritu nos
dará convicción de pecado y nos llevara al arrepentimiento, por otro
lado, existe la culpabilidad que la trae satanás para alejarnos de todo
lo concerniente a Dios, debemos identificar lo que es convicción y lo
que es culpabilidad.
5. Los cristianos crecen en su desprecio y rechazo del mundo (1 Juan
2:15-17). Si bien es cierto que no debemos vivir a la luz de ese
sistema de pensamiento que es contrario al carácter y la voluntad de
Dios, la Biblia establece claramente que el cristiano debe aprender a
vivir en el mundo, no a escapar de él.
Evidencias que nos estamos estableciendo ante Jesucristo de forma
social o ante nuestros hermanos.
1. Los cristianos caminan en la luz (1 Juan 1:5-7). Dan testimonio, el
cambio de vida es evidente, se comportan de igual forma ya sea en la
iglesia, trabajo, colegio, en el hogar, etc.
2. Los cristianos procuran caminar como Jesús caminó (1 Juan 2:6). Es
evidente que en un mundo caído es extraño ver que alguien sea
integro, esto nos traerá dificultades ya que si cristo no fue amado por
decir la verdad de igual forma el creyente será rechazado cuando sus
acciones no sean iguales a las del mundo.
3. El creyente ama a otros cristianos, desean estar en comunión con
ellos y servirlos en obras prácticas (1 Juan 2:9-11). Una persona que
dice ser creyente y no desea estar con los mismos hermanos
redimidos no ha comprendido que es la hermandad (hebreos 2.11-12)
Jesucristo no se avergüenza de llamarnos hermanos, tampoco
nosotros debemos hacerlo, y así como Cristo nos sirve también
debemos hacer lo mismo con nuestros hermanos. Se congregan con
todo deseo en la Iglesia, células y su discipulado constantemente.
4. Los cristianos están sujetos a la disciplina amorosa y paternal de
Dios (hebreos 12:5-11). Usted no espere pecar y ser bendecido, lo
más probable es ser castigados, así como en lo natural nuestros
padres nos castigan en lo espiritual Dios también lo hace con sus
hijos. Gocémonos cuando el Padre nos castigue ya que es una
evidencia de que seguimos siendo hijos y en ocasiones nuestros
pastores y lideres son instrumento y serán usado para castigarnos y
debemos a su disciplina.
5. Debemos pedirle constantemente al Señor que nos examine para
vernos conforme a su evangelio cómo estamos delante de Él. 2
corintios 13.5. No es en base a nuestra opinión, si no a un examen
que solo Dios puede hacer a través de su palabra. Y esto debemos
repetirlo hasta que el señor regrese para no ser encontrados reprobados.

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