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ESTEBAN
ESTEBAN
Sobre el tema, esta Alta Corte, en la Casación N.° 367-2011-Lambayeque, del 15 de julio de
2002, la Sala Penal Permanente estableció como doctrina jurisprudencial que para los efectos
de determinar el grado de complicidad sea primaria o secundaria, en cada caso concreto
deberá analizarse la conducta del imputado desde la perspectiva de los criterios de
imputación objetiva, teniendo como punto inicial para el análisis, la teoría del dominio funcion-
al del hecho, y en el fundamento 3.13 estableció: “En el análisis subjetivo tiene que determi-
narse si la conducta fue realizada o no de forma dolosa. Nuestro Código Penal solo admite la
posibilidad de una participación dolosa, distinto a lo que prevé la doctrina. Por ello, necesaria-
mente en la imputación subjetiva tendrá que determinarse si la persona tenía o no cono-
cimiento de que el aporte (objetivamente típico) que estaba realizando, sea esencial o no
esencial, servía para la comisión del delitO.
También en la citada sentencia casatoria, en el fundamento 3.7, se establece que este Supre-
mo Tribunal adopta la teoría restrictiva acogida por el Tribunal Constitucional2 –según refiere–
se ilustra en la sentencia emitida por dicho Tribunal al establecer que la intervención delictiva
asume una determinada posición doctrinal, definiendo quién es autor y quién es partícipe; con
este fin, se afilia a la teoría del dominio del hecho, según la cual es el autor quien ostenta
dominio sobre el resultado del hecho y, además, es partícipe quien contribuye con el actuar
del denominado autor, sin tener dominio del hecho.
Alias
ANEXO No. 4.
Relato de los hechos (describir circunstancias de tiempo, modo y lugar de los acontecimientos.
EL SEÑOR BRUNO TEJADA Evito que llamaran a Donato, ya que según los dos decidieron probar suerte
en el Casino de al lado, y se quedaron tomando en el bar. Y cuando regresaron, las patrullas estaban
llegando al hotel. En esa misma línea, el Tribunal Supremo español, en relación con la complicidad,
establece que deben reunir dos presupuestos: “Uno objetivo, consistente en la realización de unos
actos relacionados con los ejecutados por el autor del hecho delictivo, que reúnan los caracteres ya
expuestos, de mera accesoriedad o periféricos. Deben caracterizarse por no ser necesarios para la
ejecución, lo que nos introduciría en la autoría o en la cooperación necesaria, pero que, sin embar-
go, deben constituir una aportación relevante para su éxito”3 […]. Otro subjetivo, consistente en el
necesario conocimiento del propósito criminal del autor y en la voluntad de contribuir con sus hechos
de un modo consciente y eficaz a la realización de aquél.
El dolo del cómplice radica en la conciencia y voluntad de coadyuvar a la ejecución del hecho
punible; es decir, si el autor actuó con dolo. En el Código Penal no encontramos una definición clara
del elemento subjetivo; sin embargo, la doctrina mayoritaria y la jurisprudencia actual configuran y
aceptan que el dolo es el conocimiento y la voluntad de la realización de todos los elementos del
tipo objetivo y es el núcleo de los hechos punibles dolosos. Cabe aclarar que el dolo también puede
abarcar a los elementos que agravan o atenúan la pena.
En doctrina, Mir Puig5 desarrolla las teorías de la accesoriedad que ofrecen distintas
respuestas con los que según la intensidad o el grado se admite el castigo tomando como
referencia a los elementos del delito (acción típica, antijurídica y culpable). Así, define a la
accesoriedad máxima o extrema, exige para sancionar al partícipe, que la acción princi-
pal sea típica, antijurídica y culpable, por lo que el que participa en una acción de un
inimputable no podrá ser castigado como partícipe. En relación con la teoría de la acce-
soriedad media o limitada, exige que la acción principal sea solo típica y antijurídica,
aunque el autor material no sea culpable y la teoría de la accesoriedad mínima, según la
cual solo se exige que la acción principal que ejecuta el sujeto activo sea típica; no se
exige ni que sea antijurídica, ni que su autor sea culpable. Establecida la línea de análisis
dogmático y jurisprudencial sobre la participación criminal, se subraya que en la sentencia
impugnada del dieciséis de diciembre de dos mil diecinueve, en los fundamentos primero,
segundo, tercero, cuarto y quinto (págs. 10097, 10099, 10101, 10106 y 10108), quedó fijado
–al no haber sido objeto de cuestionamiento– que el sentenciado Dennis Pacheco Zambra-
no en el año de 1991, específicamente el 2 de julio de 1991, tenía la condición de sargento
segundo –como él mismo lo ha reconocido–. También está probado que realizó el servicio
militar en la base contrasubversiva de Lircay, conforme se registra en las declaraciones.
No. de Expediente
Este formato será diligenciado por los servidores con funciones de Policía Judicial, en aquellos
eventos en que la actuación no inició de manera oficiosa
Departamento Criminalista
Municipio Loreto
Delito
1.
2.
3.
4.
Los agravios expresados por el Defensor de Oficio, son del tenor literal siguiente: “Causa agravio al apelante la sentencia
resolutiva que establece que: “ ELIMINADO . Es penalmente responsable por la comisión del delito de CONTRA LA SALUD EN
LA MODALIDAD DE NARCOMENUDEO, en la variante de POSESIÓN DE MARIHUANA CON FINES DE VENTA…” Causan agravio
al apelante, los considerandos segundo y cuarto de la sentencia apelada debido a que contrario a lo que aduce el A quo,
no se acreditaron los elementos objetivos o externos que constituyen la materialidad del cuerpo del delito CONTRA LA
SALUD PÚBLICA en su modalidad de narcomenudeo, en la variante de POSESIÓN DE MARIHUANA CON FINES DE VENTA.
“Artículo 476.- Se impondrá de tres a seis añosde prisión y de ochenta a trescientos días de multas, al que posea algún
narcótico de los señalados en la tabla, en la cantidad inferior a la que resulte de multiplicar por mil las cantidades previstas
en dicha tabla, sin la autorizacióncorrespondiente a que se refiere esta Ley, siempre y cuando esa posesión sea con la
finalidad de comerciarlos o suministrarlos, aún gratuitamente.
Alias:
De esta manera, se estableció como premisa afirmativa que la conducta desplegada por el sentenciado Pache-
co Zambrano no fue esencial por no tener dominio funcional del hecho y su grado de participación fue de
cómplice secundario, a título de dolo en la fase ejecutiva con actos simultáneos. Ahora, en relación con el prin-
cipio de accesoriedad, como se precisó en el fundamento nueve de la presente resolución suprema, por los
hechos descritos en el fundamento uno de la misma, el sentenciado Bendezú Vargas fue condenado como
autor y, Carrera Gonzales, como cómplice primario, por el delito de homicidio calificado prescrito en el artícu-
lo ciento ocho, numerales uno y tres, del Código Penal. Es decir, los hechos objeto de imputación atribuidos
por el Ministerio Público fueron típicos, antijurídicos y culpables.
Por tanto, estamos frente a una figura accesoria a la autoría y corresponde determinar si cabe la posibilidad
de que el sentenciado Pacheco Zambrano sea condenado como cómplice secundario por el delito de homici-
dio calificado, como reclama el Ministerio Público o por el delito de homicidio simple como razonó la Sala de
Instancia. Sobre la base de lo anterior y el contorno del evento delictivo como el hecho de que el citado
sentenciado Pacheco Zambrano, si bien señaló que al llegar al caserío Rodeopampa vio a personas detenidas
con las manos hacia atrás. Fue entonces cuando recibió la orden de brindar seguridad alrededor de las casas
del pueblo, por lo que caminó por cuatro horas, aproximadamente, desde Rodeopampa hasta la mina Miste-
riosa o Varalloc, desconociendo que los iban a matar. Lo real y concreto es que el recurrente ayudó al traslado
de los detenidos donde finalmente fueron victimados; es decir, al advertir que los trasladaron a la citada mina
es que estuvieron en condiciones razonables de advertir que iban a quitarles la vida a los agraviados. Así lo
han afirmado sus coprocesados Javier Bendezú Vargas y Oscar Albero Carrera Gonzales, así como Freddy
Ponce Ángeles –ambos en la cuarta y onceava sesión del plenario, respectivamente–, quienes también afirma-
ron que se dieron cuenta de que algo malo iba a suceder con la vida de los agraviados.
CONSEJO GENERAL DEL
PODER JUDICIAL DE ESPAÑA
EXPEDIENTE JUDICIAL
MP DPE/135/18492.
Bs.2.-
CAUSA Nº-48932084 Nº 095735
CODIGO Nº-384929 SERIE A PJ-CEJ-18492.
Causa: Nº-48932084