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Mi Infancia Escolar:

Mi experiencia en la escuela primaria la recuerdo como un período algo difuso pero extremadamente
alegre y feliz, ya que disfruté enormemente de aquellos años. Cada vez que reflexiono sobre ese
tiempo, experimento una profunda nostalgia, deseando en ocasiones volver atrás y revivir lo que era
ser un niño sin preocupación alguna. Hay numerosos aspectos que destacar de aquel período que me
encantaban, como los recreos en los que jugaba con mis compañeros y me lo pasaba en grande, o las
clases de plástica y educación física que tanto me gustaban además de todas las excursiones que
realizábamos. Si tuviera que elegir a un maestro importante para mi, sería mi maestra Isabel, quien me
impartió clases desde 4º de primaria hasta 6º, lo que nos permitió desarrollar un vínculo especial con
ella debido a su cercanía y su habilidad para explicar las cosas de una manera que a todos nos
resultaba atractiva y entretenida.

Sin embargo, lo que menos me gustaba eran las clases aburridas y puramente teóricas, que me
resultaban monótonas. El enfoque predominante en mi escuela era el tradicional, en el que los
maestros se limitaban a impartir el contenido en clase y luego asignaban tareas para hacer en casa.
Afortunadamente, algunos maestros lograron hacer que las clases fueran más dinámicas y menos
teóricas, lo que resultó en un aprendizaje más efectivo y divertido.
En cuanto al entorno de mi clase, había una diversidad de perfiles ya que asistía a una escuela pública,
pero aquellos que obtenían las mejores calificaciones generalmente tenían un enfoque positivo hacia
el aprendizaje. Nuestra escuela estaba bien equipada, con aulas de informática, biblioteca, salas de
arte y música, entre otros recursos. El ambiente escolar estaba impregnado de mensajes de unidad,
compañerismo y paz, reflejados en los dibujos que decoraban las paredes. Las mesas al igual que los
armarios eran de un color marrón, y las aulas contaban con vidrieras que proporcionaban una clase
más luminosa y agradable.
Aunque generalmente trabajábamos de forma individual, en ocasiones los maestros nos permitían
trabajar en grupos, fomentando la colaboración entre nosotros. Las calificaciones se basaban en
métodos tradicionales basados en porcentajes, que incluían exámenes y la evaluación de las tareas
realizadas tanto en clase como en casa, algunos profesores valoraban positivamente la participación y
el buen comportamiento.

Además de las actividades y aspectos mencionados, mi experiencia en la escuela primaria estuvo llena
de momentos memorables que han dejado una impresión duradera en mí. Las excursiones escolares,
por ejemplo, eran eventos emocionantes que nos permitían explorar el mundo más allá de las aulas.
Otro aspecto destacado de esa época fue la formación de amistades sólidas. Los compañeros con los
que compartía aulas y juegos se convirtieron en amigos entrañables, y algunos de esos vínculos
perduran hasta el día de hoy.

Mi experiencia en la escuela primaria, en resumen, fue una etapa enriquecedora que me brindó no solo
conocimiento académico, sino también valiosas lecciones sobre amistad, creatividad y perseverancia.
Cada día en ese período de mi vida estaba lleno de descubrimientos y oportunidades de crecimiento, y
siempre lo recordaré con cariño y gratitud.

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