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TEMA 6: LA EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN JURÍDICA OBLIGATORIA

LOS MEDIOS SOLUTORIOS


Los medios solutorios son aquellos supuestos o figuras jurídicas que pueden determinar la extinción
de la relación jurídica obligatoria. Esto se encuentra regulado en el artículo 1156 del Código Civil, pese
no aparecer explícitamente en él, podemos añadir a este artículo otros preceptos como son la nulidad,
la condición resolutoria y de la resolución y la rescisión.

EL PAGO O CUMPLIMIENTO
Es la forma de extinción normal de las obligaciones.

El pago es el cumplimiento de la obligación, lo que implica la satisfacción del derecho de crédito del
acreedor y normalmente el cumplimiento de la deuda por parte del deudor. El pago se produce
mediante el cumplimiento de la prestación objeto de la obligación. Los requisitos subjetivos del pago
se ocupan tanto de quien lo hace como de quien lo recibe, uno y otro han de tener la legitimación y
la capacidad adecuada.

El pago de tercero

Normalmente será el deudor quien directa o indirectamente cumpla la obligación. el pago constituye
para él un acto debido, sin embargo, esta acción puede ser realizada también por cualquier tercero,
sin necesidad de contar para ello con el consentimiento del acreedor, ni con el consentimiento del
deudor, siempre y cuando la prestación no tenga un carácter personalísimo.

El pago de un tercero puede dar lugar a varios efectos distintos:

1. Subrogación (convencional) cuando exista acuerdo para ello entre el tercero y el acreedor, en
cualquier caso, tanto si el tercero tiene interés como si no lo tiene; o tanto si el deudor lo
aprueba como si no lo hace o incluso lo ignora.
2. Subrogación legal, cuando paga un tercero y así lo dispone alguna norma concreta.
3. Subrogación legal cuando paga un tercero interesado en la obligación, tanto si el deudor
aprueba el pago como si lo ignora o se manifiesta contrario a él.
4. Subrogación legal cuando paga un tercero no interesado en la obligación con la aprobación
del deudor
5. Acción de reembolso por lo pagado cuando paga un tercero no interesado ignorándolo el
deudor
6. Acción de repetición por la utilidad producida cuando paga un tercero no autorizado contra
la expresa voluntad del deudor.

En el caso de que se produjera el pago por parte un tercero sin el consentimiento del acreedor, el CC
regula las consecuencias en los arts. 1158 y 1210: repetición de aquello en que hubiera sido útil el
pago cuando el deudor se opone y el tercero carece de interés en la obligación; reembolso de lo
pagado cuando el deudor lo ignora y el tercero carece de interés en la obligación; y subrogación del
tercero en los derechos del acreedor para todos los demás supuestos.

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Realizando el pago, la subrogación se produce automáticamente ex lege en ese mismo momento, aún
en contra de la voluntad del acreedor, en los supuestos del art. 1210 CC. En ese momento del pago,
el tercero, beneficiario de la subrogación, puede renunciar a ella, optando por la acción de reembolso
o la acción de repetición, previstas en el art. 1158. II y III CC . Si no hay tal renuncia, la subrogación se
produce y el tercero se convierte en el nuevo acreedor del crédito preexistente. Esa acción solo puede
realizarse en el momento del pago y no posteriormente.

Los sujetos del pago son dos:


- Solvens: la persona que realiza el pago (deudor o un tercero)
- Accipiens: la persona que recibe el pago.

SOLVENS

• El deudor.
La prestación la puede ejecutar el deudor o su representante salvo en el caso en el que se esté
tratando con obligaciones personalísimas, (art. 1161 CC).
Tal y como hemos estudiado, la obligación de dar se encuentra regulada en el art. 1160 CC.
En este tipo de obligaciones, el solvens tiene que tener capacidad de enajenar el bien, ya que, en
caso contrario, el acto de pago (cumplir con la obligación) será anulable.
Así mismo, este tiene que ser poseedor de la libre disposición de la cosa.
ACCIPIENS
Arts. 1162 – 1165 CC
Lo que esto quiere decir es que solo el acreedor puede exigir el cumplimiento de la obligación.
El art. 1162 CC es el encargado de regular quien puede exigir el cumplimiento de la obligación. Este
precepto hace referencia al acreedor originario; otra persona, es decir, el acreedor que figura
actualmente pero que no lo era cuando se constituyó la obligación; o el representante del acreedor.
Los requisitos necesarios para ser accipiens son:

- Tener capacidad para administrar sus bienes (art. 1163.1 CC). Este artículo hace referencia a
los menores emancipados o aquellos con discapacidad pero que cuenten con apoyos. El pago
podrá ser anulable, salvo que les sea de utilidad.
- Tener libre disponibilidad sobre el crédito (Art. 1165 CC).
Cómo afectan algunos supuestos al accipiens:
- En el caso de pago por tercero: el art. 1163.2 CC, establece que este se admitirá siempre y cuando
sea de utilidad para el accipiens, es decir, cuando el beneficio que se de, sea equivalente al que
tendría el acreedor de haber recibido la prestación.

- En aquellos casos en los que tratamos con un acreedor aparente, el art. 1164 CC establece que
el deudor va a quedar liberado, y que el verdadero acreedor dispondrá de la acción de
enriquecimiento sin causa si quisiera emprender acciones legales.

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LA IMPUTACIÓN DE PAGOS
Imputación y pago coinciden en el tiempo. Si las partes no han decidido sobre la imputación en el
momento de la prestación, opera el orden legal de imputaciones del art. 1174 CC. Deriva de esa
conexión esencial de la imputación con el pago la aplicación a aquella de todos los requisitos de este
para que pueda ser eficaz. La regla de la indivisibilidad de los pagos no queda afectada por la
imputación de pagos.

La aplicación de los arts. 1172 – 1174 CC, no presuponen necesariamente la existencia de un solo
acreedor y de un solo deudor. La pluralidad de acreedores no es obstáculo para una aplicación
analógica de los mencionados artículos cuando dicha pluralidad plantee el problema de cuál de los
acreedores quedará total o parcialmente satisfecho con la prestación realizada. Se puede decir lo
mismo sobre los casos de pluralidad de deudores.

El art. 1172. I CC se refiere a deudas de una misma especie, pero que no quiere decir obligación
específica, ya que estas quedan excluidas de este supuesto.

La imputación se refiere a obligaciones genéricas de una misma especie, aquellas que puedan suscitar
dudas sobre el destino de la prestación ejecutada. Dentro de este tipo de obligaciones genéricas, serán
las que recaigan sobre bienes que se determinan por su número, peso o medida, especialmente las
pecuniarias, las que con mayor frecuencia plantearán problemas de imputación de pago.

Para poder aplicar los arts. 1172 y 1174 es preciso que existan varias deudas de una misma especie.
El art. 1173 CC nos brida un ejemplo de cómo las varias deudas del art. 1172 CC no son varias
obligaciones distintas.

Los arts. 1172 CC y ss no mencionan el requisito de la liquidez de las deudas. No hay por lo tanto
inconveniente en que el deudor o el acreedor imputen una prestación al pago de una deuda ilíquida.

El art. 1174 CC estipula “se estimará satisfecha la deuda más onerosa al deudor entre las vencidas.”
Habrá que distinguir los casos en que el aplazamiento corresponda únicamente a los intereses del
deudor frente a aquellos en que responda también a los intereses del acreedor.

- Intereses del deudor: el deudor podrá adelantar el pago.


- Intereses del acreedor: dicha imputación sólo podrá hacerse contando con el consentimiento
del acreedor. La imputación del acreedor, habrá de hacerse siempre con el consentimiento
del deudor, tanto si el plazo favorece a uno como si favorece al otro.

El art. 1172. I CC recoge el principio acorde con la naturaleza del pago, según el cual la imputación del
pago corresponde al deudor. Puede ejercerla a través de una declaración unilateral recepticia. Sólo
permitiendo al acreedor conocer la voluntad del deudor podrá este enjuiciar su procedencia y obrar
en su consecuencia, de acuerdo con sus intereses: la imputación de pagos llevada a cabo por el deudor
sólo surte efecto cuando su declaración ha llegado a conocimiento del acreedor, al menos
potencialmente.

El papel del acreedor en el pago se limita al de control, pudiendo rechazar la imputación y, junto con
ella, el pago inadecuado, pero no imponer una imputación distinta basada en el respeto de lo debido.

De acuerdo con el limitado papel del acreedor, sólo cabe admitir un rechazo eficaz de la imputación
del deudor cuando la declaración correspondiente de aquel vaya acompañada de la devolución de la
prestación recibida. La declaración de rechazo puede ser tácita y, en todo caso, no está sometida a
ningún tipo de forma, pero es recepticia. No vale como rechazo un simple no uso de los bienes
recibidos o incluso una puesta a disposición de los mismos no comunicada al deudor. Los efectos del

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rechazo de la imputación del deudor por el acreedor solo serán válidos / estarán justificados cuando
la imputación no se ajuste a la deuda. En tal caso se produce una situación del impago con todas sus
consecuencias. Si el rechazo es injustificado, el deudor podrá consignar, además de producirse otros
efectos, como la mora del acreedor.

El acreedor puede ejercer la facultad concedida por el art. 1172 CC en el mismo momento de recibir
la prestación o inmediatamente después.

La declaración de voluntad del acreedor es recepticia: no podrá ser eficaz sin comunicárselo al deudor.
El acreedor no podrá sino avenirse a la imputación elegida por el deudor, o rechazarla, devolviendo al
tiempo la prestación recibida.

La aceptación y le rechazo del deudor pueden revestir cualquier forma.

El conflicto de intereses existente entre acreedor y deudor se soluciona siempre a favor del deudor,
este es quien tiene la última palabra en la imputación de pagos.

No es un acuerdo contractual, sino una asunción por parte del deudor de la imputación deseada por
el acreedor. De ahí que pueda prescindir de ella e imponer al acreedor la imputación que quiera. Art.
1172 CC: el acreedor le propone al deudor una determinada imputación, y este la acepta o no. (libre
aceptación a través de una propuesta)

La aceptación del deudor esta sometida como toda declaración negocial, a las causas que invalidan
los contratos en general, --- vicios de voluntad, invalidez de la relación básica cuyo pago se trate…

Art. 1173 CC: cuando no quede clara y expresamente señalado en la declaración del deudor que la
prestación ha de imputarse primero al pago del capital, la voluntad del deudor debe entenderse en el
sentido de una prioridad absoluta de los intereses frente al capital, ya que, en principio “no podrá
estimarse otra cosa”.

Cuando el deudor pretenda imputar el pago única o prioritariamente a la deuda de capital, dejando
subsistente la de intereses, total o parcialmente, el acreedor podrá rechazarla junto con la prestación
correspondiente, produciendo así una situación de impago. El acreedor puede renunciar a ese
derecho.

La doctrina habla de imputación legal refiriéndose al art. 1174 CC, prescindiendo de la voluntad del
deudor cuando no pueda imputarse el pago según la misma. En caso de silencio de ambas partes se
aplica el art. 1174 CC.

Todas las reglas sobre imputación de pagos han de partir del respeto debido a los derechos del
acreedor en el caso de que este desee ejercerlos. Esto quiere decir que el acreedor no tiene que
aceptar dicha aplicación del art. 1174 CC en contra de la indivisibilidad del pago.

Podrá rechazar dicha imputación, devolviendo la cosa recibida, sin perjuicio de intentar previamente
otra imputación acorde con sus derechos, o que, por lo menos, convenga más a sus intereses. No se
aplicará la norma de imputación a la deuda más onerosa cuando su aplicación implique pago parcial.

El principio fundamental a que responden las reglas supletorias del art. 1174 CC, es el de favorecer al
deudor, realizando la imputación más conveniente para sus intereses. La onerosidad hace referencia
al mayor o menor sacrificio económico que se impone a un patrimonio.

La jurisprudencia estima que las obligaciones garantizadas son las más onerosas.

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La deuda con intereses es más onerosa que la que deuda que no los produce y, naturalmente, según
sea mayor el monto de los intereses también lo será la onerosidad de la deuda.

La Universidad se traduce no solamente en un mayor gravamen del patrimonio del deudor, sino
también en la pérdida de un mayor beneficio para el mismo.

Pues la deuda más onerosa a aquella cuyo pago proporcione mayores ventajas al deudor, tanto en el
sentido de liberar de cargas a su patrimonio, como en el de conseguir ingresos en el mismo. Más
onerosa debe entenderse como más perjudicial en cualquier sentido.

El artículo 1174 se aplica únicamente a las deudas vencidas o exigibles.

OFRECIMIENTO DE PAGO Y CONSIGNACIÓN


Definición de pago o cumplimiento de una obligación: realización exacta de la prestación prometida,
de modo que dicha obligación se extingue, el acreedor queda satisfecho y el deudor liberado.

Los subrogados del cumplimiento son los sustitutivos del pago en una determinada situación,
permitiendo la liberación del deudor y la extinción de la obligación.

Una manera de definir la consignación es cuando depende del acreedor alcanzar la satisfacción del
pago a través de la subrogación, o de los subrogados.

El origen de estos mecanismos está o en la ley o en la voluntad de las partes. L #a ley permite la
liberación del deudor por medio de la consignación cuando no puede pagar al acreedor; la ley
establece la compensación de deudas cuando se dan los requisitos para ello; el acreedor puede
perdonar la deuda a su deudor; las partes pueden acordar una dación en pago de la deuda.

LA CONSIGNACIÓN

- Concepto y clases

La consignación puede tener lugar por tres motivos fundamentales establecidos en el artículo 1176
apartado 1. Primero cuando el acreedor se niegue admitir el pago sin justa causa. En segundo lugar,
cuando el acreedor se niega a otorgar el documento justificativo de haberse efectuado el pago lo que
presupone que el acreedor tiene la obligación de entregar documento o recibo justificativo del pago
al deudor. En tercer y último lugar se puede consignar cuando el acreedor se niega injustificadamente
a cancelar la garantía otorgada si la hubiere.

Puede ocurrir que exista consignación en aquellos casos en los que el cumplimiento de la obligación
se haga más gravoso al deudor por causas no imputables a este. Ello ocurrirá cuando la negativa del
acreedor o su imposibilidad De hecho para admitir el pago provoque que éste se haga más costoso
económicamente cuando el pago retrasado perjudique al deudor de cualquier otro modo.

La consignación se aplica únicamente a las obligaciones de dar e implica que cuando el acreedor se
niega a recibir la cosa debida esta se pone a disposición de la autoridad judicial o del notario de
acuerdo con el procedimiento que la ley establece en cada caso. La consignación supone la Asunción
de que el deudor tiene la facultad de liberarse de la obligación.

Cabe la posibilidad de que la consignación la haga un tercero, - artículo 1178 - siempre que se realice
de acuerdo con los requisitos legales.

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- Fase previa: el ofrecimiento de pago
a) El ofrecimiento. El artículo 1176. Primero señala que es un requisito previo imprescindible
para efectuar la consignación en realizar un ofrecimiento de pago de manera que se obligue
al acreedor a manifestar si acepta o rechaza dicho pago. El ofrecimiento consiste en una
declaración de voluntad unilateral del deudor que no requiere forma especial alguna, aunque
deberá aprobarse para proceder a la posterior consignación. Además, debe cumplir con los
requisitos de pago. Por tanto, tiene que ser incondicional, pertinente en el tiempo y abarcar
íntegramente la prestación.
Si el ofrecimiento del pago se hizo en su debida forma cualquier rechazo será injustificado. Sin
embargo, no vale como ofrecimiento de pago válido aquel que se hace sometido a condición.
Cuando el ofrecimiento de pago no va seguido de una posterior consignación el rechazo del
acreedor sirve para ponerle en mora e imputarle todos los riesgos y excluir el incumplimiento
del deudor.
b) excepciones. La regla del artículo 1176 apartado primero tiene cuatro excepciones previstas
en el artículo 2176 apartados segundo que suponen que el deudor tenga la posibilidad de
consignar directamente prescindiendo del requisito previo del ofrecimiento del pago. Estudiar
requisitos del artículo directamente.

- Consignación judicial: procedimiento y efectos


1) Procedimiento. En el caso de la consignación judicial nos encontramos ante un
expediente de jurisdicción voluntaria que no requiere preceptivamente la
intervención de abogado o procurador. Como paso previo a la solicitud que dé inicio
el expediente el artículo 1177 apartado primero requiere que se notifique a los
interesados en el cumplimiento de la obligación la intención de consignar

Siguientes apartados leer del libro

La compensación

- Concepto y clases

Esta causa de extinción de atenuaciones enunciada y regulada en los artículos 1156 y 1195 a 1202 se
caracteriza por afectar a deudas homogéneas que se deben entre sí dos personas.

La compensación puede ser total o parcial dependiendo de si las deudas compensadas son de igual o
diferente cuantía. En el primer caso bastante improbable en la práctica, quedarán extinguidas las dos
deudas. En el segundo solo prohibirá la deuda de montante superior aunque extinguida parcialmente
por el exceso no concurrente con el importe de la otra.
Por medio de la compensación además de evitarse el riesgo de no cobrar habiendo pagado primero
uno de los deudores los dos pagos que serían necesarios, se suprimen o se reducen a uno.

La esencial reciprocidad de la compensación nada tiene que ver con la reciprocidad propia de las
obligaciones sinalagmáticas que como se sabe deriva de la existencia de un nexo causal entre las
prestaciones que componen este tipo de obligaciones. Por el contrario, dos créditos son
compensables porque sus titulares están enfrentados por cosas iguales pudiendo derivar esos créditos
de relaciones jurídicas distintas e independientes o de una misma relación jurídica.

Para que se produzca la compensación legal deberá darse una serie de requisitos objetivos atinentes
a las deudas y subjetivos atinentes a los deudores.
Respecto de los primeros ambas deudas han de ser homogéneas exigibles y líquidas. Son homogéneas
y consiste en una cantidad de dinero o en otras cosas fungibles siempre que sean de la misma especie

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o calidad no siendo rechazable que dos obligaciones de hacer puedan compensarse si sus prestaciones
fuesen fungibles. Las deudas serán exigibles cuando los respectivos acreedores puedan pedir su
cumplimiento siendo un supuesto de deudas exigibles las que ya están vencidas. No son exigibles las
deudas derivadas del título ineficaz ni las obligaciones naturales y tampoco lo son por no estar
vencidas las deudas sometidas a condición suspensiva no cumplida o a plazo no llegado. Las deudas
han de ser también líquidas lo que supone que su cuantía debe estar perfectamente determinada o
poder determinarse mediante una simple operación aritmética.
Respecto de los requisitos subjetivos es necesario que cada uno de los obligados lo esté
principalmente y sea a su vez acreedor principal del otro obligado y que por derecho propio sean
recíprocamente acreedores y deudores uno y otro. Es decir, no es dable utilizar un crédito ajeno para
compensar una deuda propia. De esta forma no podría compensarse la deuda exigida por un
representante legal o voluntario del acreedor con una deuda de la que ese representante fuera del
deudor reclamado ni el deudor puede oponer en compensación lo que el acreedor le deba a su fiador.

- Compensación y cesión de créditos

El requisito de la reciprocidad imprescindible para compensar dos deudas desaparece cuando 1 de los
acreedores cambia, pero ello no acarrea necesariamente que dejen de ser compensables dichas
deudas. Si el deudor cedido ha consentido la cesión no podrá oponer al cesionario la compensación
que le correspondería contra el cedente. Si el deudor cedido no consintió la cesión aun habiendo sido
informado de ella puede oponer la compensación de las deudas anteriores a la cesión, pero no la de
las posteriores. No se especifica en el artículo 1198 si estas deudas anteriores a la cesión son solo las
que ya reunían en ese momento los requisitos necesarios para poder compensarse o también las que
existían, pero no alcanzaron esos requisitos hasta después de la cesión. Si el deudor cedido no fue
informado de la cesión puede oponer la compensación de los créditos anteriores a ella como en el
caso anterior pero también de los posteriores hasta que hubiese tenido conocimiento de la cesión.

- Obligaciones solidarias

Para estas obligaciones hay que tratar con el artículo 1143. De acuerdo con las reglas de solidaridad
cualquier deudor o acreedor solidario debe o tiene derecho a toda la prestación de modo que basta
que cualquiera de ellos aparezca como acreedor o deudor de la obligación a compensar para que se
cumpla la reciprocidad exigida. Así un deudor solidario puede oponer en compensación un crédito
contra su acreedor del que sea titular cualquiera de los deudores solidarios artículo 1148 y al
extinguirse o minorarse la deuda solidaria a cargo de uno de los deudores en la relación interna y se
quedará total o parcialmente exento de pagar su parte o tendrá acción de regreso contra el resto de
los deudores por la cantidad que cada uno adeude.
Si la solidaridad es activa cualquiera de los acreedores solidarios puede utilizar este crédito para
compensarlo con otro del que sea deudor respondiendo frente a los demás acreedores solidarios de
la parte que les corresponde a la obligación.

- Lugar del pago

concurriendo los requisitos objetivos y subjetivos analizados no evita la compensación que las deudas
sean pagaderas en distintos lugares debiendo entonces indemnizar los gastos de transporte o cambia
el lugar del pago artículo 1199.

- Excepciones a la compensación

hay supuestos en los que no cabe la compensación legal a una reuniéndose los requisitos estudiados.
No son compensables los créditos embargados ni aquellos cuya titularidad se esté discutiendo en el

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juicio. Si uno de los deudores fuera declarado en concurso de acreedores la compensación de créditos
solo se admite en algunos supuestos como cuando los requisitos de la compensación se hubieran
cumplido antes de la declaración del concurso y en los casos en los que los créditos compensables
declarado el concurso procedan de la misma relación jurídica.

Tampoco es compensable una deuda proveniente del depósito de las obligaciones del depositario o
comodatario. Para acabar con los supuestos de deudas no compensables hay que aludir a las deudas
por alimentos que en sentido jurídico no son solo comestibles que vulgarmente entendemos por tales
sino todas las cosas indispensables para vivir siempre que se deban por título gratuito o por imposición
legal. Las reglas que nos interesan saber están establecidas en los artículos 1200 apartado dos y 151.

- Eficacia de la compensación

se establece en el artículo 1202. El sentido que ha de darse a este artículo se produce o no


automáticamente en el mismo momento en que concurren todos los requisitos exigidos sin necesidad
de que se reclame por las partes. Extinguida la deuda deja de producir intereses se extingue en sus
garantías no puede incurrir en mora el deudor y etcétera.

La compensación de deudas puede ser hecha valer judicialmente por el actor o por el demandado que
alejándola puede que solo pretenda haber reducido su deuda o quedar absuelto o también reclamar
el saldo a su favor.

- Compensación e imputación de pagos

El artículo 1201 contempla el supuesto de que uno de los sujetos deba al otro dos o más deudas.

- Compensación voluntaria y judicial

La compensación voluntaria posible en virtud del artículo 1255 puede ser convencional o facultativa.
Será convencional cuando los dos sujetos implicados acepten la compensación de sus deudas, aunque
alguna o ambas no sean exigibles o líquidas. Será facultativo cuando uno de los sujetos
recíprocamente obligados remueva el obstáculo que impide la compensación y que solo a él favorece.
La compensación judicial será normalmente cuando falla el requisito de la liquidez desconociéndose
la cuantía exacta de una deuda pecuniaria y debiendo determinarse en consecuencia judicialmente.
No puede admitirse cuando falta algún presupuesto esencial de la compensación lo que es la
reciprocidad entre los deudores y la homogeneidad de los créditos.

La dación en pago y el pago por cesión de bienes

- La dación en pago

La dación en pago implica que el acreedor acepta para el cumplimiento de la obligación una prestación
distinta a la que es objeto de esta. Sirve como medio solitario para todo tipo de obligaciones tanto de
hacer como de dar y no hacer y produce por tanto su extinción. No está regulada en el Código Civil
aunque sí se menciona en algunos preceptos concretos como en el artículo 1521 y 1536.2.

Los sujetos de la dación en pago son el solvens y el accipiens que solo puede ser el acreedor o un
apoderado para recibir la dación en pago. El acreedor debe prestar su consentimiento para la dación
en pago y si acepta se extingue la obligación sobre la cual se pactó la dación.
- La cesión de bienes

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El pago por cesión de bienes está regulado muy esquemáticamente en el artículo 1175. Su idea general
es conseguir de forma eficaz y rápida la satisfacción de los créditos cuando la situación económica del
deudor es comprometida. Dicho artículo dispone que el deudor puede ceder mediante un pacto sus
bienes a los acreedores para el pago de sus deudas.

La similitud de la cesión de bienes con la dación en pago de bienes es evidente, pero ello no nos debe
impedir apreciar que se trata de figuras distintas. La afección de bienes para pagar es pro solvendo es
decir que los acreedores deben liquidar los bienes para cobrarse de manera que solo cuando la
posterior liquidación de los bienes permite cobrar el importe íntegro de la prestación estaremos un
acto solitario que implique la extinción de la obligación. Si no se llega al importe íntegro la deuda
subsiste en cuanto al resto. Además, la cesión de bienes puede hacerse incluso cuando en el convenio
no se determine la cuantía del débito.

La sesión judicial se admitía con carácter general en situaciones de concurso de acreedores o de


quiebra extinguiéndose en principio a todos los bienes y a todos los acreedores del deudor. El artículo
1175 únicamente constataba su existencia haciendo un reenvío a las normas reguladoras de aquellas
que fueron completadas por la doctrina y la jurisprudencia.

La cesión extrajudicial convencional de bienes puede también materializarse a través de un convenio


o acuerdo entre los acreedores y el deudor cuando no existe concurso. Su efecto fundamental es la
entrega por parte del deudor de sus bienes a los acreedores para que estos los liquiden y con los que
obtengan se cobren sus créditos. Dado que tiene naturaleza a negociar es necesario el consentimiento
unánime de todos los acreedores participantes en la sesión siendo dicho consentimiento puede ser
expreso o tácito.

Los acreedores que no han tomado parte en el convenio conservan su crédito íntegro y lógicamente
disponen de la acción de impugnación de la cesión cuando esta ha sido en fraude a sus derechos.
Además el deudor se compromete a no disponer el mismo de los bienes.

La remisión o condonación de la deuda

La condonación remisión o perdón de la deuda es una causa de extinción de las obligaciones que se
encuentra regulada en los artículos 1187 a 1191. La condonación es un negocio jurídico que tiene lugar
cuando el acreedor manifiesta su voluntad de extinguir en todo o en parte el derecho de crédito que
tiene sin recibir nada a cambio.

Lo normal es que la condonación suponga un acto gratuito que busca la liberación del deudor sin
satisfacer al acreedor.

Clasificación:
- condonación hecha mediante actos inter vivos de la que se hace mortis causa
- expresa y tácita. Ambas están sometidas a las normas de las donaciones inoficiosas lo que
significa que si la condonación lesiona la legítima deberá ser reducida hasta que no lo haga y
por eso deberá ser tenida en cuenta a la hora del cálculo de la legítima según el artículo 818.
Además las condonaciones expresas deben ajustarse a las formas exigidas para las
donaciones.

El efecto fundamental de la condonación o remisión es la liberación del deudor y la extinción de la


obligación. Para ello el remitente deberá tener la capacidad de obrar y el poder de disposición
necesarios para perdonar el crédito remitido que no podrá ser irrenunciable.

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Junto a la condenación tácita la doctrina suele hablar de condonación presunta para referirse a ciertas
actividades que demuestran que el acreedor tuvo intención de condonar o que desee hacerlo.

Por último el artículo 1191 establece una presunción de condonación en materia de prenda cuando la
cosa pignorada después de entregar al acreedor se halla de nuevo en poder del deudor.

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