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Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Interamericana de Panamá

605-00140: Psicología Deportiva

Profesora: Angie Alvarez

07 de febrero de 2024
Introducción

En el deporte, es crucial incluir la aplicación de las habilidades psicológicas en la rutina de

entrenamiento de los deportistas, entendiéndolo como tal al entrenamiento que emplea

técnicas y estrategias diseñadas para enseñar y mejorar las habilidades mentales que

contribuyan al rendimiento y al enfoque positivo dentro del deporte de la competición.

Una de las estrategias más cruciales para implementar es el auto-habla, concepto definido

por Hackfort y Schwenkmezger (1993) como el diálogo interno en el cual la persona

interpreta sus propios sentimientos y percepciones, regula y modifica sus evaluaciones y

convicciones, y se proporciona a sí misma instrucciones y refuerzo. Podemos distinguir dos

formas de auto-habla: la instruccional o automática, que implica pautas y directrices

internas, y la motivacional o estratégica, que busca impulsar y reforzar aspectos específicos

dependiendo del contenido del auto-habla.

Palabras clave: habilidades psicológicas, técnicas y estrategias, rendimiento,

deporte, auto-habla, Hackfort, Schwenkmezger, diálogo interno.


Auto-habla

Explicación de la técnica

La técnica del auto-habla motivacional es aquella que responda a contenido

motivacional, la cual ayudará a motivar, aumentar la confianza y regular el esfuerzo de los

jugadores. Para trabajar con dicha auto-habla se puede entrenar la rutina de acabar cada

punto con un mensaje de ánimo tal como “vamos”, “tu puedes”, “sigue así”

independientemente de cual haya sido el resultado del punto. Es importante que los

jugadores entiendan que este mensaje les da fuerza para seguir adelante a parte de

mostrarle al rival que se encuentran con ánimo y actitud competitiva.

Por otro lado encontramos el auto-habla instruccional el cual se refiere a aquellas

funciones con contenido instruccional el cuál ayuda a aumentar y dirigir el foco atencional

en base a lo que tienen que hacer facilitando de esta forma la ejecución del juego en

entrenamiento y competición. Uno de los ejercicios que se pueden realizar a diario con los

jugadores es trabajar en la creación de palabras clave basadas en instrucciones concretas a

nivel técnico, táctico, físico o mental. Por ejemplo, un jugador que tiene la instrucción

técnica de golpear la pelota arriba en la derecha, escoge la palabra clave “arriba” para

recordar dicha instrucción, la cual durante entrenamiento va a repetir antes de realizar el

golpe. Con dicho ejercicio conseguiremos que este jugador solo pensando en la palabra

“arriba” recuerde qué es lo que tiene que hacer. Las palabras también pueden ser de

contenido táctico como por ejemplo “posición”, físico “rápido” y mental “valiente”. Cuando los

jugadores tienen unas cuantas palabras clave las anotan en un papel para recordarlas y

tenerlas presentes. Asimismo a algunos jugadores les ayuda apuntarse las palabras clave

en la mano o en el costado de la raqueta para recordar dichas instrucciones de forma rápida

durante un partido, técnica que podemos ver en varios tenistas profesionales.

Así pues, trabajando a diario con los dos tipos de auto-habla se consigue que los

jugadores de alto rendimiento estén motivados y sepan animarse durante la competición, y


asimismo obtengan mejores resultados en la ejecución y precisión de los golpes gracias a

las palabras clave que les recuerdan lo que tienen que hacer.

Historia de la técnica

De acuerdo con la investigación, el auto-habla juega un papel clave en el

rendimiento y la autorregulación por lo que no es sorprendente que, durante la última

década, el auto-habla haya recibido una creciente atención por parte de los investigadores

en el ámbito de la psicología del deporte.

A nivel divulgativo, los principales manuales de psicología del deporte publicados

recientemente incluyen también un capítulo dedicado al autohabla (Hardy) por lo que

podemos afirmar que esta es un área de interés creciente en esta disciplina.

Los primeros estudios sobre auto-habla en deporte aparecieron en la década de los

ochenta y principios de los noventa. Inicialmente, como es habitual en ámbitos de estudios

sobre conceptos definidos socialmente (Hardy, 2006), el estudio del auto-habla tuvo que

enfrentarse a una serie de desafíos propios de un área de investigación emergente,

incluyendo ambigüedades conceptuales y terminológicas, definiciones imprecisas y una

falta de fundamentación teórica que sustentara los diferentes estudios. En cuanto a la

terminología, si bien uno de los primeros estudios de intervención con auto-habla en el

deporte llevado a cabo por Ziegler (1987) usó el término self-cueing, de un tiempo a esta

parte, en el ámbito anglo-sajón se ha impuesto el término self-talk.

Sin embargo, en castellano, se siguen empleando indistintamente los términos

auto-habla y autodiálogo para referirse a un mismo concepto. En cuanto a la definición del

término, los primeros intentos de definir el auto-habla en el deporte surgen ya en los

primeros estudios en el ámbito concibiéndolo como un diálogo interno en el cual el individuo

interpreta sentimientos y percepciones, regula y cambia juicios y creencias, y se da

instrucciones y refuerzo (Hackfort y Schwenkmezger, 1993); o como el acto de pensar sobre


algo (e.g., Bunker, Williams y Zinsser, 1993). En la literatura pionera del ámbito, los autores

optaban además por distinguir entre auto-habla positivo y negativo (e.g., Dagrou, Gauvin y

Halliwell, 1992). Bajo esta distinción, el auto-habla positivo corresponde con un halago

mientras que el negativo correspondería a un tipo de autocrítica (Moran, 1996).

En relación con el rendimiento, el auto-habla positivo facilitaría el mantenimiento del

foco atencional en el momento presente (Weinberg, 1988), mientras que el negativo sería

disruptivo al considerarse inapropiado, irracional, contraproducente y ansiógeno. Respecto

a esta distinción clásica, Hardy, Gammage y Hall identificaron que se estaba produciendo

una confusión entre el contenido y las funciones del auto-habla. Esta confusión en la

conceptualización del auto-habla fue responsable, en parte, de una serie de resultados

incongruentes cuando se analizaron los efectos del auto-habla sobre el rendimiento.

Específicamente, una serie de estudios rechazaron la hipótesis de que el auto-habla

positivo aumentara el rendimiento y que el auto-habla negativo lo debilita. Por ejemplo, se

ha visto que el auto-habla negativo puede desempeñar funciones motivacionales que,

finalmente, acaban mejorando el rendimiento (Hardy, 2006). Consecuentemente, con el fin

de deshacer la imprecisión conceptual, diversos autores sugirieron que sería más adecuado

distinguir entre auto-habla positivo y negativo únicamente al referirse al contenido de las

verbalizaciones, sin embargo, en cuanto al efecto del auto-habla, sería más idóneo describir

al auto-habla como facilitador cuando aumenta el rendimiento, o debilitador, cuando lo

disminuye.

A partir de estos estudios, los investigadores empezaron a identificar dos abordajes

generales de la investigación en base al tipo de auto-habla que se estudiaba: unos estudios

se centraban en el contenido (positivo/negativo) de aquello que se dicen los deportistas de

forma autónoma durante la práctica deportiva, mientras que otros trabajos exploraban las

funciones (facilitadoras/debilitadoras) de una intervención basada en la repetición de

palabras clave en momentos determinados con el propósito de mejorar el rendimiento.


El primer enfoque se centra en el estudio del contenido del auto-habla en el deporte

desde una motivación más descriptiva del proceso cognitivo en sí. A este enfoque se le

llama estudio del auto-habla automático, concepto introducido por Zourbanos,

Hatzigeorgiadis, Chroni, Theodorakis y Papaioannou (2009). Posteriormente, la introducción

de teorías de otras áreas de la psicología ha transformado nuestra comprensión del

auto-habla automático. Es precisamente a través de estas propuestas teóricas, que se han

identificado nuevos subtipos de auto-habla que en la actualidad permiten definir la

diversidad y complejidad que alberga el concepto del auto-habla. De entre las diferentes

teorías que se han usado para avanzar los conocimientos sobre el auto-habla en el deporte,

destaca la introducción de la teoría de procesamiento dual (Kahneman, 2011). En base a

diferentes teorías, una serie de estudios han indagado en dos tipos diferentes de auto-habla

automático y uno espontáneo.

El segundo enfoque surge desde una vertiente más aplicada de la psicología del

deporte y se centra en el estudio de los efectos del auto-habla en el rendimiento. Este

enfoque llevó inicialmente a investigadores a diseñar intervenciones y estudiar su efecto en

diferentes deportes y posteriormente, una vez confirmados los efectos facilitadores del auto

habla sobre el rendimiento, a considerar a través de qué mecanismos este auto habla afecta

al rendimiento de manera positiva finalmente, Del estudio de estos mecanismos facilitadores

emergen los dos grandes subtipos de auto-habla estratégico: el instruccional, que mejora el

rendimiento por cambios en la atención; y el motivacional, que mejora el rendimiento por el

control del esfuerzo y la regulación emocional.


Conclusion

En este trabajo podemos concluir que la psicología deportiva es nuestra capacidad de poder

internalizar o externalizar las consecuencias de nuestras acciones durante la competencia y

que la psicologìa deportiva es tan importante como las demás ramas de las psicologìa ya

que en este campo deportivo, donde el deportista será mucho más eficiente, libre y con

mayor enfoque a la hora que se esté realizando el juego ya sea en conjunto o individual ya

que asi podra superar cualquier momento critico con todo lo aprendido con el psicólogo,

sobre todo con esta técnica que es enfocada en el auto habla que consiste en hablar con

uno mismo ya sea cualquier pensamiento irracional que tengamos poder contrarrestarlo a

uno racional, ya que eso si esta afectando mi manera de jugar , esta comunicación interna

es usada en los entrenamientos y en la competición para que el deportista aprenda a

controlar sus pensamientos.


Referencias Bibliográficas

Theodorakis, Y., Hatzigeorgiadis, A., y Chroni, S. (2008). Self-talk: It works, but how?

Development and preliminary validation of the functions of Self-talk Questionnaire.

Measurement in Physical Education and Exercise Science.

Hardy, J. (2006). Speaking clearly: A critical review of the self-talk literature. Psychology of

Sport and Exercise.

Hardy, J. Begley, K.y Blanchfield, A. W. (2015). It’s good but it’s not right: Instructional

self-talk and skilled performance. Journal of Applied Sport Psychology.

Latinjak, A. T., Torregrosa, M., y Renom, J. (2010). El papel de la exigencia de la tarea en la

aplicación del auto-habla y su efecto en los tenistas de ocio. Revista de Psicología del

Deporte.

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