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¿Qué es la política?
Definición del concepto.
La palabra tiene su origen en el adjetivo griego politikós, que significa “todo lo
que se refiere a la polis y su gobierno”; pero también se la considera como el
“conjunto de asuntos públicos” y se la relaciona con el poder y con la búsqueda de
consensos.
En una primera aproximación, es posible vincular la política a aquellas decisiones
que obligan a los integrantes de un Estado a actuar según las normas establecidas, ya
que no hacerlo los expondría a recibir sanciones. Así, la política se entiende como la
actividad que concilia desacuerdos a través de decisiones obligatorias para todos los
miembros de la comunidad.
Por su parte, “lo político” es el espacio donde se reproducen las relaciones de
poder, es decir, relaciones de mando y obediencia. También es el ámbito donde se
resuelven los conflictos entre grupos sociales con intereses opuestos. En este sentido,
cabe señalar, que para que exista la política debe haber una mínima posibilidad de
expresión y participación de grupos en conflicto en el espacio público.
Indefectiblemente, lo político pertenece a lo público, es decir, al espacio común de
todos los integrantes de una sociedad.
Se distingue del espacio familiar o empresarial porque en él los intereses
colectivos y el bienestar general predominan sobre los intereses privaos,
individuales y personales.
En la antigua Grecia, lo público se identificaba como lo opuesto a la esfera
doméstica; estaba reservado a los ciudadanos libres para la deliberación política.
Cerca de la Edad Moderna, lo público comenzó a asociarse con el Estado, visto como
garante del interés general; así la política sólo podría tener lugar en relación con lo
estatal.
En nuestros días, el Estado comparte lo público con otros actores de la sociedad
civil: organizaciones sociales y no gubernamentales y diversas instituciones se
dedican a promover acciones que persiguen la atención de intereses comunes. Por
eso, también muchas de las acciones que se desarrollan en la sociedad civil, fuera del
Estado, constituyen la política. Es decir, que lo público y la política involucran tanto
al poder estatal como a la sociedad que están en continua relación e intercambio.

La política como ciencia.


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Desde las primeras organizaciones en ciudades- Estados, hubo interés por el


estudio de la política. Los períodos más destacados fueron:
- En la Grecia clásica (siglo V a.C) surgió un cuerpo de pensamiento
organizado sobre la política cuyos exponentes más destacados fueron Platón y
Aristóteles. Se consideraba al hombre un animal político, que sólo se realizaba
y lograba una buena vida si participa en la comunidad y privilegia el bien
común sobre los intereses individuales.
- Durante la Edad Media (siglos V al XV) la política se asoció al pensamiento
religioso que imperaba en la época; así, la buena política debía seguir los
valores cristianos.
- En la época del Renacimiento y la Ilustración (del XV al XVIII) se volvió a
concebir a la política separada de la religión. Su objetivo era el buen gobierno,
basado en el poder y la autoridad; esas ideas las expresaron Nicolás
Maquiavelo y Thomas Hobbes, entre otros.
- Luego de las revoluciones burguesas, en las sociedades industriales (a partir
del XVIII), se incorporan nuevos elementos al análisis político como la
desigualdad, la vinculación del Estado con el mercado y la lucha de clases
para la toma del poder. Marx, Lenin y Weber expresaron estos nuevos
escenarios.
En nuestros días, la complejidad social, los cambios en el rol del Estado y su
articulación con la sociedad civil ocupan gran parte del pensamiento político.
La Política forma parte de las ciencias sociales. Al ser una disciplina científica, se
trata de un estudio organizado y sistemático, cuya especificidad está dada por el
objeto de estudio: los fenómenos y estructuras que dan forma a lo político. Como
toda ciencia, la política busca explicar los fenómenos que estudia y predecir
cuándo y bajo qué condiciones pueden ocurrir o cómo evolucionarán.
No hay acuerdo sobre el nacimiento de la Ciencia política. Aunque no se puede
olvidar la importancia de la reflexión sobre los fenómenos políticos desde las
polis griegas, desde el punto de vista metodológico su origen se ubicaría en la
década de 1940. Estados Unidos, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial,
consolidó la investigación política, en gran medida porque utilizó sus estudios
para guiar sus estrategias como potencia en el marco de la Guerra Fría. En 1949 se
creó la Asociación Internacional de Ciencias Políticas para impulsar la presencia
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mundial de la Política. En los ’70 se renovaron los estudios desde Italia con
autores como Norberto Bobbio.

La praxis política.
El antiguo pensamiento sobre la política estaba referido a la acción en el sentido
que le daban los griegos: la praxis. El fin de la acción o práctica política era el
mejoramiento personal y, en consecuencia, el progreso de la polis. Solo se podía
hablar de una vida recta en estrecha relación con la polis, entendida como la
comunidad de pertenencia de los ciudadanos. Para los atenienses, la vida humana
no era asunto exclusivo de la acción individual, sino de la participación en el
gobierno y los asuntos en común. A su vez, la práctica política era el medio de
realización del ser humano y de construcción de una polis virtuosa. Ser un hombre
virtuoso, ser un ciudadano y participar en la comunidad formaba un todo.
¿Cómo se concibe la praxis política en las sociedades actuales? Las sociedades
actuales ofrecen condiciones diferentes a las que propiciaban la práctica política
en la antigua Grecia. Entre otras causas, existen importantes tensiones que llevan
a una erosión de los lazos sociales. Los ciudadanos gozan de derechos aunque no
todos pueden ejercerlos en igualdad de condiciones. Frente a esto, la educación es
fundamental para transformar la diversidad en un factor decisivo de entendimiento
entre los individuos y su comunidad, y para que la práctica política sea el espacio
para buscar soluciones a los problemas comunes.

La política como lucha y conflicto.


La política, entonces, puede definirse en relación a la toma de decisiones dentro
de una comunidad y al accionar de acuerdo con lo decidido (ya que no hacerlo
implicaría sanciones). Esta definición pone en evidencia las relaciones de poder.
La política obliga y, en consecuencia, genera conflictos.
Nunca existió una sociedad sin conflictos. La propia convivencia genera
desigualdades, tanto en el plano individual como grupal. Los beneficiados de esa
distribución desigual son los que ejercen el poder y la dominación, por lo tanto,
tienen la capacidad de desplegar una serie de recursos como opiniones,
tradiciones, influencias y coerción para mantener sus privilegios. Los
desfavorecidos tratan de mejorar su situación expresándose en protestas, huelgas,
lucha electoral y otros canales. La política aparece así como el ámbito donde los
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desacuerdos pueden tratarse colectivamente y procesarse hasta lograr decisiones


que puedan imponerse para mantener la convivencia social.
Desde mediados del siglo XIX, el pensamiento político se preocupó por analizar
las condiciones y los mecanismos que permiten ejercer la dominación en las
sociedades capitalistas. Estos análisis son el núcleo de la tradición marxista, cuya
base se encuentran en las obras de Carlos Marx y Federico Engels.
Para ellos, la única manera de revertir la dominación de clases era conquistar por
la fuerza el poder político, encarnado en el Estado. Una vez logrado este primer
objetivo, se anularía la propiedad privada para modificar la conformación del
poder económico y la consecuente dominación de una clase sobre otra. Esta
transformación debía presentarse como el interés general. Para el marxismo, es
imposible separar el poder económico del ideológico y político. Por eso, la meta
de una sociedad sin desigualdades comenzaría a lograrse cuando los sometidos se
den cuenta de la dominación y tomen el poder político en un proceso
revolucionario y violento que derivaría en la sociedad sin clases.
En las últimas décadas, la conflictividad social se tornó más compleja debido a la
presencia de intereses más variados y la fortaleza creciente del mercado en
detrimento de los Estados. Por esa razón, incluso para las corrientes posmarxistas,
la política contemporánea consiste en manejar el poder y encauzar el conflicto por
medio de consensos en el contexto del sistema democrático.

Política y medios de comunicación.


Los medios de comunicación se transformaron en uno de los fenómenos culturales
más importantes de las sociedades actuales. Los medios electrónicos se
convirtieron en el principal consumo del tiempo libre. Ellos tienen la capacidad de
producir y reproducir ideologías y de mostrar fragmentos de la realidad como si
fuesen una totalidad.
Los medios constituyen medios claves para la política y los políticos. Junto con el
neoliberalismo, se instaló en el mundo el fenómeno de la video-política. La nueva
manera de concebir las funciones del Estado y de lo público tuvo en los medios
sus espacios de expresión.
Mientras los medios de comunicación se tornaban cada vez más importantes, las
formas y los canales de representación tradicionales iban perdiendo protagonismo.
Así, la video- política cambió los escenarios de contacto directo de la ciudadanía y
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los políticos: ya no son necesarios actos multitudinarios porque pueden ser


reemplazados por minutos de televisión. Con el afán de llegar a un público más
amplio y de lograr una aceptación masiva, el discurso político y las ideologías
partidarias se vaciaron de contenido. Los postulantes a cargos electivos adoptaron
los códigos de los medios de comunicación con respecto a su imagen y al uso del
lenguaje. La presencia en programas de entretenimiento o en historias de
influencers se complementó con la organización de caminatas, viajes en colectivo
o visitas a escuelas. Cuando se transmiten en los medios, esas acciones puntuales
son percibidas como masivas y de gran alcance.
Las formas de hacer campaña, por ejemplo, se resuelven en los medios apelando
al humor, la proximidad a figuras importantes y dejando en segundo plano la
pertenencia a partidos políticos o a una ideología. El candidato con mayores
posibilidades de ganar es el que se sabe manejar mejor en los medios de
comunicación y elabora su programa a partir de sondeos de la opinión pública.
El intenso vínculo entre los medios de comunicación, el poder económico y la
política se puede percibir en la crudeza que adquiere en nuestros días la lucha de
grandes grupos económicos por conservar el dominio de los medios.

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