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LA POLÍTICA
La palabra “política” tiene su origen en el adjetivo griego politikós, que significa “todo
lo que se refiere a la polis y a su gobierno”. Las polis eran ciudades-Estados de la
Antigua Grecia, que incluían una zona urbana y otra rural, destinada a las actividades
agrícolas. Cada polis tenía sus propias leyes y organización.
Como muchas de las palabras que tienen que ver con las bases del pensamiento que hoy se
denomina “occidental” y que forma parte de nuestra cultura, en la Antigüedad, en Grecia,
encontramos las primeras definiciones de “política”.
Para los sofistas no había una verdad absoluta, sino que era relativa a cada situación y
a cada persona (lo que para alguien es verdadero en algún momento para otro puede sr
falso en otra circunstancia) y creían que la verdad se podía demostrar a través de
argumentos. No decían que algo “debía ser así” –como Platón-, sino que “así era en la
realidad y en la práctica”.
Los sofistas eran profesores de ciudadanos y políticos, cobraban por sus clases de
retórica y eran despreciados por los filósofos.
En el siglo XX, el filósofo Michel Foucault trabajó mucho con esta idea de verdad de
los sofistas. Para Foucault, toda verdad depende de un régimen, que es un sistema de
escritura y una forma de autoridad, es decir que algo es verdadero según como se
presenta y quién lo dice.
La ciudad debe ser conducida por los filósofos, es decir aquellos que pueden
contemplar con el pensamiento y saber la verdad acerca de lo que las cosas son
realmente y no lo que parecen. En sus textos, Platón polemiza con el pensamiento de
los sofistas, quienes tenían una idea distinta de la política porque su concepción de la
verdad y del conocimiento era diferente.
Por su parte, el filósofo Aristóteles (384-322 a.C.) definió las polis como comunidades
de ciudadanos organizados por una constitución y agrupados con el fin de llevar una
vida buena.
Para los griegos, el ideal humano incluía la actividad política: consideraban al hombre
como “animal político”, un ser cuya plenitud dependía de la participación en la vida
política de la comunidad y de su interés en el gobierno y los asuntos comunes. Así, la
praxis (acción) política era el medio tanto de la realización del ser humano como de
construcción de una polis virtuosa. Un hombre virtuoso, ser ciudadano, participar en la
comunidad y llevar una vida buena formaban parte de un todo.
Entre los siglos V y XV, durante la Edad Media, la política estuvo vinculada con el
pensamiento religioso, hasta que en el Renacimiento se empezó a pensar en la política
separada de la religión, basada en el poder del Estado, la autoridad y el buen gobierno.
Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, una obra de 1513, reflexiona sobre como tener
autoridad y que características debe poseer un gobernante.
Thomas Hobbes, en 1651, propuso una de las primeras teorías sobre el Estado como
autoridad absoluta.
A partir de los siglos XVII y XVIII, después de las revoluciones en Gran Bretaña,
Francia y Estados Unidos –cuando comenzaron a desarrollarse el comercio y la
manufactura, y surgió un nuevo grupo social: la burguesía-, se incorporan nuevos
elementos y preocupaciones al pensamiento político: la desigualdad, la vinculación del
Estado con el mercado y la lucha de clases.
LA POLÍTICA Y LO POLÍTICO
Como ven, a medida que las sociedades se complejizaban, la política incorporaba otros
temas y actividades e iba pasando de una práctica relativa al gobierno de la comunidad
a un espacio donde el Estado se relacionaba con la sociedad civil, con el mercado, con
organizaciones que representaban intereses y sectores, etcétera.
Esos sectores tenían y tienen intereses distintos: nunca existió una sociedad sin
conflictos y las sociedades modernas exacerbaron esta cuestión. Las sociedades
siempre han presentado una distribución desigual: por un lado, están quienes ejercen
el poder y la dominación y, por otro, los desfavorecidos que tratan de mejorar su
situación.
Para Marx y Engels, la única manera de revertir esa dominación era a través de una
revolución para conquistar por la fuerza al Estado. Una vez logrado ese objetivo, la
revolución anularía la propiedad privada para modificar la conformación del poder
económico y la consecuente dominación de clases. Esta trasformación se presentaba
en la visión marxista como el “interés general” y era el fundamento de la actividad
política.
De este modo, la política es hoy un ámbito en el que se lucha por el poder, se resuelven
conflictos y se establecen leyes que, a través del Estado, obligan a los habitantes a
actuar de determinada manera con el riesgo de recibir sanciones.
La política se piensa hoy como el ámbito en el que los desacuerdos pueden tratarse
colectivamente y procesarse hasta lograr decisiones para mantener la convivencia social.