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SE INTERPONE DEMANDA DE
AMPARO INDIRECTO SE
SOLICITA LA SUSPENSION DE
LAS NORMAS Y ACTOS
RECLAMADOS.
Raúl Alberto Tarín Baca, mexicano, mayor de edad, Señalando como domicilio
para oír y recibir todo tipo de documentos y notificaciones en el ubicado en la Calle
Ocampo y Doblado número 116 del Sector Centro de esta Ciudad de Chihuahua,
Chihuahua. Autorizando al Lic., Jorge Alberto Silva Márquez. Ante usted con el
debido respeto comparezco para exponer:
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expedición y publicación, respectivamente, al Congreso del Estado y a la
Titular del Ejecutivo del Estado.
2. Los artículos 4, fracción II, Apartado G, inciso c), 26 Sexies, fracciones I, II,
III, IV, VI Y VII, todos del Reglamento Interior de la Secretaria de la Función
Pública del Poder ejecutivo del Estado de Chihuahua, publicados mediante
decreto en el periódico Oficial del Estado de 26 de febrero de 2022, cuya
expedición y publicación le son atribuidas a la Gobernadora Constitucional-
Artículos 1°, 4°, 14, 16 y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Artículos 1, 2, 4, 5 y 12 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Artículo 18 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.
Artículo 12.2, inciso d), del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales.
Artículos 2 y 10, inciso f), del Protocolo adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
“Protocolo de San Salvador”.
Artículos 11.1 inciso f y 16.1 inciso e, de la Convención Sobre la Eliminación de
todas las formas de discriminación contra la Mujer.
Artículos 1; 2 inciso c; 3; 4 incisos a, b, c y e; 7 y 9 de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
“Convención De Belém Do Pará.”
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PROCEDENCIA DEL ACTO RECLAMADO.
Y haciendo hincapié tal como se vera en los informes previo y justificado como no
se me nombro defensor público.
CONCEPTOS DE VIOLACION.
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cual el Estado debe adoptar todas las medidas adecuadas, en el caso estimó que
se violó en perjuicio del señor Lapo el derecho consagrado en el artículo 8.2. e) de
la CADH.
Caso Vélez Loor Vs. Panamá. Sentencia del 23 de noviembre 2010 (CoIDH,
2010).
El derecho a la asistencia consular y la asistencia letrada son medidas necesarias
que los Estados deben adoptar para garantizar un efectivo e igualitario acceso a la
justicia de las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad
agravada, como migrante.
Que en procedimientos administrativos o judiciales en los cuales se pueda adoptar
una decisión que implique la deportación, expulsión o privación de libertad, la
prestación de un servicio público gratuito de defensa legal a favor de estas
personas es necesaria para evitar la vulneración del derecho a las garantías del
debido proceso.
Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Sentencia del 17 de noviembre de 2009
(CoIDH, 2009).
Que el derecho a la defensa técnica surge desde el momento en que se ordena
investigar a una persona; que impedir la asistencia del abogado defensor es limitar
severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona desequilibrio procesal y
deja al individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo.
Que el derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre
realizará la acusación, esto es, el Ministerio Público, por lo que no es razonable
depositar funciones naturalmente antagónicas en una sola persona.
Caso Ruano Torres y Otros Vs. El Salvador. Sentencia del 5 de octubre de 2015
(CoIDH, 2015).
Que este derecho debe ejercerse desde que se señala a una persona como
posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando finaliza el
proceso, incluyendo, la etapa de ejecución de la pena.
Que el derecho a la defensa se proyecta en dos facetas, a través de los propios
actos del inculpado a rendir una declaración libre sobre los hechos que se le
atribuyen y, por el otro, por medio de la defensa técnica, para ejercer un control
crítico y de legalidad en la producción de pruebas.
Que nombrar a un defensor de oficio con el sólo objeto de cumplir con una
formalidad procesal equivaldría a no contar con defensa técnica, por lo que es
importante que dicho defensor actúe de manera diligente con el fin de proteger las
garantías procesales del acusado.
Que los Estados deben adoptar medidas adecuadas, para contar con defensores
idóneos y capacitados que puedan actuar con autonomía funcional.
Que si es evidente que la defensa pública actuó sin la diligencia debida, recae
sobre las autoridades judiciales un deber de tutela o control, ya que la función
judicial debe vigilar que el derecho a la defensa no se torne ilusorio a través de
una asistencia jurídica ineficaz.
Caso Suárez Rosero contra Ecuador. Sentencia del 12 de noviembre de 1997
(CoIDH, 1997).
Que el derecho de defensa del inculpado, a contar con el patrocinio letrado de un
defensor público y tener comunicación libre y privada con el abogado, se deber
ejercer desde que inicia la investigación, esto es, desde que se señala a una
persona como autor o partícipe de uno hecho punible y culmina cuando finaliza el
proceso; que de sostener lo contrario implica supeditar las garantías
convencionales que protegen el derecho a la defensa.
Caso Ártico contra Italia. Sentencia del 13 de mayo de 1980 (TEDH, 1980).
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en esta resolución determinó que: el
objetivo primordial del Convenio Europeo de Derechos Humanos consiste en
proteger derechos no teóricos ni ilusorios, sino concretos y efectivos, lo que cobra
importancia con relación a los derechos de defensa en el derecho a un debido
proceso.
Que el sólo derecho a designar una defensa no garantiza el derecho a la
asistencia, que por ello cuando se advierta algún impedimento o deficiencia en la
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defensa, las autoridades deben sustituirlo u obligarle a cumplir con su deber, pues
de lo contrario la asistencia letrada se convertiría en un concepto vacío de
contenido.
Que, en cualquier caso, “el interés de la justicia” exige se provea a una asistencia
jurídica efectiva, particularmente a las personas más vulnerables.
Que no es necesario acreditar que la falta de asistencia jurídica debía haber
provocado un perjuicio a la persona afectada, ya que una interpretación que
introduzca este requisito privaría a la norma de su real contenido. En general, la
existencia de la violación existe incluso en ausencia de un perjuicio concreto
Asimismo, el día 26 de febrero de 2022, la titular del ejecutivo del estado, expidió y
publico diversas reformas y adiciones al Reglamento Interior de la secretaria de la
función Pública. En dicho ordenamiento se desprende la dependencia jerárquica y
funcional del Órgano interno de Control de la secretaria de la Función Pública a
dicha Gobernadora.
Sin embargo, el articulo 178 fracción III, párrafo quinto de la carta magna estatal,
(norma de jerarquía superior y rectora de la organización de la estructura orgánica
de las instancias encargadas de las responsabilidades administrativa) establece
que las dependencias y entidades de la Administración Pública Estatal tendrán
órganos internos de control, con dependencia jerárquica y funcional de la
Secretaria encargada del Control interno del Ejecutivo, es decir, de la Secretaria
de la Función Pública del Gobierno Local.
Cabe precisar, que de la lectura del precepto 26 TER del reglamento Interior de la
Secretaria de la Función Pública, se acredita esa dependencia jerárquica y
funcional del citado Órgano a la titular del ejecutivo. Pues de su fracción I, se debe
presenta un plan de trabajo anual.
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En virtud de lo anterior, se ha generado una regresividad3 a mi derecho a un
debido proceso legal, pues al instituir autoridades cuya creación y actos que
emiten están viciados de inconstitucionalidad, actualizan una falta de competencia
legal: la citación a la audiencia inicial de procedimiento de responsabilidad
administrativa.
Por ello, para que un acto este fundamentado por lo que hace a la competencia de
la autoridad administrativa es necesario que el documento que se contenga se
invoquen las disposiciones legales, así como su debida claridad y detalle.
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Registro digital: 2014218 Instancia: Segunda Sala Décima Época Materias(s): Constitucional, Común Tesis:
2a./J. 41/2017 (10a.) Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 42, Mayo de 2017, Tomo
I, página 634 Tipo: Jurisprudencia PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS. CRITERIOS
PARA DETERMINAR SI LA LIMITACIÓN AL EJERCICIO DE UN DERECHO HUMANO DERIVA EN
LA VIOLACIÓN DE AQUEL PRINCIPIO.
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En ese sentido los actos legislativos carecen de fundamentación y motivación 4
pues se apartaron de los principios y limitaciones de la constitución del estado de
Chihuahua.
239. La sola existencia de un régimen democrático no garantiza, per se, el permanente respeto del
Derecho Internacional, incluyendo al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, lo cual ha
sido así considerado incluso por la propia Carta Democrática Interamericana297. La legitimación
democrática de determinados hechos o actos en una sociedad está limitada por las normas y
obligaciones internacionales de protección de los derechos humanos reconocidos en tratados
como la Convención Americana, de modo que la existencia de un verdadero régimen democrático
está determinada por sus características tanto formales como sustanciales, por lo que,
particularmente en casos de graves violaciones a las normas del Derecho Internacional de los
Derechos, la protección de los derechos humanos constituye un límite infranqueable a la regla de
mayorías, es decir, a la esfera de lo “susceptible de ser decidido” por parte de las mayorías en
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Registro digital: 172518 Instancia: Primera Sala Novena Época Materias(s): Constitucional, Administrativa
Tesis: 1a./J. 41/2007 Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXV, Mayo de 2007,
página 361 Tipo: Jurisprudencia FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS DECRETOS
EXPEDIDOS POR EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, EN USO DE LAS FACULTADES
EXTRAORDINARIAS OTORGADAS POR EL ARTÍCULO 131, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
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Registro digital: 178621 Instancia: Segunda Sala Novena Época Materias(s): Administrativa Tesis: 2a./J.
45/2005 Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXI, Abril de 2005, página 739
Tipo: Jurisprudencia RESPONSABILIDADES. EL DIRECTOR DE ESA ÁREA ES INCOMPETENTE
PARA CITAR AL PRESUNTO RESPONSABLE EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 64, FRACCIÓN I, DE
LA LEY FEDERAL DE RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS, PUES AL NO
CUMPLIRSE LAS FORMALIDADES PARA SU CREACIÓN, NO ES VÁLIDA SU EXISTENCIA EN EL
MANUAL DE ORGANIZACIÓN GENERAL DE LA SECRETARÍA DE CONTRALORÍA Y
DESARROLLO ADMINISTRATIVO (EN VIGOR A PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE DE 1994 HASTA
EL 4 DE SEPTIEMBRE DE 2000).
Registro digital: 2012995 Instancia: Segunda Sala Décima Época Materias(s): Común Tesis: 2a. CXII/2016
(10a.) Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II,
página 1554 Tipo: Aislada PRECEDENTES JURISDICCIONALES. PARA DETERMINAR SU
APLICACIÓN Y ALCANCE, DEBE ATENDERSE A SU RAZÓN DECISORIA.
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Registro digital: 2024639 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Undécima Época Materias(s):
Administrativa, Común Tesis: I.4o.A. J/3 K (11a.) Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 13, Mayo de 2022, Tomo IV, página 4325 Tipo: Jurisprudencia ORDEN PÚBLICO. ES UN
CONCEPTO JURÍDICO INDETERMINADO QUE DEBE SER PRECISADO Y VALORADO
DEPENDIENDO DE LAS CIRCUNSTANCIAS ESPECÍFICAS DE CADA CASO CONCRETO.
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instancias democráticas, en las cuales también debe primar un “control de convencionalidad”
(supra párr. 193), que es función y tarea de cualquier autoridad pública y no sólo del Poder Judicial.
En este sentido, la Suprema Corte de Justicia ha ejercido, en el Caso Nibia Sabalsagaray Curutchet,
un adecuado control de convencionalidad respecto de la Ley de Caducidad, al establecer, inter alia,
que “el límite de la decisión de la mayoría reside, esencialmente, en dos cosas: la tutela de los
derechos fundamentales (los primeros, entre todos, son el derecho a la vida y a la libertad
personal, y no hay voluntad de la mayoría, ni interés general ni bien común o público en aras de los
cuales puedan ser sacrificados) y la sujeción de los poderes públicos a la ley”298. Otros tribunales
nacionales se han referido también a los límites de la democracia en relación con la protección de
derechos fundamentales.
Con fundamento en los artículos 125, 127, 128 y 130 y relativos de la Ley de
Amparo, solicito se me conceda la suspensión de los actos reclamados, que
solicito de acuerdo a las siguientes consideraciones y razonamientos jurídicos:
Entonces, puede decirse que las medidas cautelares implican una pretensión de
tutela anticipada o el anticipo asegurativo de la garantía jurisdiccional, en el caso a
la protección constitucional de los derechos fundamentales.
Tales medidas cautelares forman parte del derecho a la tutela judicial efectiva,
consagrado en el segundo párrafo del artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el cual establece:
"...Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que
estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio
será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales...".
La redacción actual del artículo 147 de la Ley de Amparo, no limita los efectos a
los preservantes o excepcionalmente restitutorios, sino que al ser el eje del juicio
de amparo la protección de los derechos humanos y sus garantías, lo
trascendente es que las cosas se mantengan en el estado que guarden y, de ser
posible material y jurídicamente, restablecer provisionalmente al quejoso en el
goce del derecho violado en tanto se falla el juicio en lo principal. Esto no es sino
que tenga efectos anticipatorios la suspensión, similares a los de una sentencia
provisional, con independencia de que para ello los efectos de la suspensión
deban ser preservantes, restitutorios, conservativos o incluso anticipatorios, pues
ello dependerá de lo necesario para la protección del derecho humano o garantía
y de la apariencia del buen derecho, en relación al cual será proporcional la
medida cautelar de la suspensión.
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En cuanto a los alcances de la suspensión previstos en la Ley de Amparo en vigor,
debe estarse a lo previsto por los artículos 138, 139, 147 y 148, que son del tenor
literal siguiente:
"Artículo 139. En los casos en que proceda la suspensión conforme a los artículos
128 y 131 de esta ley, si hubiere peligro inminente de que se ejecute el acto
reclamado con perjuicios de difícil reparación para el quejoso, el órgano
jurisdiccional, con la presentación de la demanda, deberá ordenar que las cosas
se mantengan en el estado que guarden hasta que se notifique a la autoridad
responsable la resolución que se dicte sobre la suspensión definitiva, tomando las
medidas que estime convenientes para que no se defrauden derechos de tercero y
se eviten perjuicios a los interesados, hasta donde sea posible, ni quede sin
materia el juicio de amparo.
Cuando en autos surjan elementos que modifiquen la valoración que se realizó
respecto de la afectación que la medida cautelar puede provocar al interés social y
el orden público, el juzgador, con vista al quejoso por veinticuatro horas, podrá
modificar o revocar la suspensión provisional."
“Artículo 148. En los juicios de amparo en que se reclame una norma general
autoaplicativa sin señalar un acto concreto de aplicación, la suspensión se
otorgará para impedir los efectos y consecuencias de la norma en la esfera
jurídica del quejoso.
En el caso en que se reclame una norma general con motivo del primer acto de su
aplicación, la suspensión, además de los efectos establecidos en el párrafo
anterior, se decretará en relación con los efectos y consecuencias subsecuentes
del acto de aplicación.”
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Realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y la no
afectación del interés social a efecto de acordar si concede o niega la suspensión
provisional.
La apariencia del buen derecho, se basa en un conocimiento superficial dirigido a
lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho
discutido en el proceso, el que aplicado a la suspensión de los actos reclamados,
implica que, para la concesión de la medida, sin dejar de observar los requisitos
contenidos en el artículo 128 de la Ley de Amparo, basta la comprobación de la
apariencia del derecho invocado por el quejoso, de modo tal que, según un cálculo
de probabilidades, sea posible anticipar que en la sentencia de amparo se
declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado.
El citado estudio debe efectuarse sin prejuzgar sobre la certeza del derecho, es
decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados,
ya que esto sólo puede determinarse en la sentencia de amparo con base en un
procedimiento más amplio y con mayor información, y teniendo en cuenta, siempre
que la determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la
sentencia de fondo, toda vez que aquélla sólo tiene el carácter de provisional y se
funda en meras hipótesis, no en la certeza de la existencia de las pretensiones.
Además, al llevar a cabo tal examen, el juzgador debe tomar en cuenta los otros
elementos requeridos para la suspensión, porque si el perjuicio al interés social o
al orden público, es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que pueda
sufrir el quejoso, debe negarse la suspensión solicitada, ya que la preservación del
orden público o del interés de la sociedad, están por encima del interés particular
afectado; de manera que el examen que realice el juzgador debe quedar sujeto a
las reglas que rigen en materia de suspensión.
Por otra parte, acorde al artículo 139 de la Ley de Amparo, cuando proceda la
suspensión conforme a sus artículos 128 y 131 , si hubiere peligro inminente de
que se ejecute el acto reclamado con perjuicios de difícil reparación para el
quejoso, el órgano jurisdiccional, con la presentación de la demanda, deberá
ordenar que las cosas se mantengan en el estado que guarden hasta que se
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notifique a la autoridad responsable la resolución que se dicte sobre la suspensión
definitiva, tomando las medidas que estime convenientes para que no se
defrauden derechos de tercero y se eviten perjuicios a los interesados, hasta
donde sea posible, ni quede sin materia el juicio de amparo.
En tanto que el numeral 147 del mismo ordenamiento legal, señala que, en los
casos que la suspensión sea procedente, el órgano jurisdiccional deberá fijar la
situación en que habrán de quedar las cosas y tomará las medidas pertinentes
para conservar la materia del amparo hasta la terminación del juicio, pudiendo
establecer condiciones de cuyo cumplimiento dependa el que la medida
suspensional siga surtiendo efectos.
Además, atendiendo a la naturaleza del acto reclamado, ordenará que las cosas
se mantengan en el estado que guarden y, de ser jurídica y materialmente posible,
restablecerá provisionalmente al quejoso en el goce del derecho violado mientras
se dicta sentencia ejecutoria en el juicio de amparo.
Aspecto que tiene estrecha relación con el asomo provisional al fondo del asunto
que el juzgador está obligado efectuar con el análisis ponderado de la apariencia
del buen derecho y la no afectación del interés social, a fin de resolver si concede
o niega la suspensión provisional, acorde a lo previsto en el cardinal 138.
En los juicios de amparo en que se reclame una norma general autoaplicativa sin
señalar un acto concreto de aplicación, la suspensión se otorgará para impedir
los efectos y consecuencias de la norma en la esfera jurídica del quejoso.
En el caso en que se reclame una norma general con motivo del primer acto de su
aplicación la suspensión, además de los efectos establecidos en el párrafo
anterior, se decretará en relación con los efectos y consecuencias subsecuentes
del acto de aplicación.
Por otra parte, en lo tocante a los requisitos para que sea decretada la suspensión
del acto reclamado, el artículo 128 de la Ley de Amparo dispone que se otorgará,
a reserva de la materia de telecomunicaciones que se regula en el último párrafo
de ese numeral, siempre que:
1. La solicite el quejoso; y
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2. No se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de
orden público, cuyos casos están previstos de manera enunciativa en el diverso
129 de la propia ley.
"Época: Séptima Época Registro: 805484 Instancia: Segunda Sala Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Informes Informe 1973, Parte II Materia(s): Común Tesis: 8 Página: 44 SUSPENSIÓN
DEL ACTO RECLAMADO, CONCEPTO DE ORDEN PÚBLICO PARA LOS EFECTOS DE LA. De
los tres requisitos que el artículo 124 de la Ley de Amparo establece para que proceda conceder la
suspensión definitiva del acto reclamado, descuella el que se consigna en segundo término y que
consiste en que con ella no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de
orden público. Ahora bien, no se ha establecido un criterio que defina, concluyentemente, lo que
debe entenderse por interés social y por disposiciones de orden público, cuestión respecto de la
cual la tesis número 131 que aparece en la página 238 del Apéndice 1917-1965 (jurisprudencia
común al Pleno y a las Salas), sostiene que si bien la estimación del orden público en principio
corresponde al legislador al dictar una ley, no es ajeno a la función de los juzgadores apreciar su
existencia en los casos concretos que se les sometan para su fallo; sin embargo, el examen de la
ejemplificación que contiene el precepto aludido para indicar cuándo, entre otros casos, se sigue
ese perjuicio o se realizan esas contravenciones, así como de los que a su vez señala esta
Suprema Corte en su jurisprudencia, revela que se puede razonablemente colegir, en términos
generales, que se producen esas situaciones cuando con la suspensión se priva a la colectividad
de un beneficio que le otorgan las leyes o se le infiere un daño que de otra manera no resentiría."
(Séptima Época, Instancia: Segunda Sala, Fuente: Informes, Informe 1973, Parte II, tesis: 8, página
44.)
"Época: Séptima Época Registro: 818680 Instancia: Segunda Sala Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación Volumen 47, Tercera Parte Materia(s): Común
Tesis: Página: 58
Época: Novena Época Registro: 200136 Instancia: Pleno Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo III, Abril de 1996 Materia(s):
Común Tesis: P./J. 15/96 Página: 16
La suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza de una medida cautelar, cuyos
presupuestos son la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora. El primero de ellos se
basa en un conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de
la existencia del derecho discutido en el proceso. Dicho requisito aplicado a la suspensión de los
actos reclamados, implica que, para la concesión de la medida, sin dejar de observar los requisitos
contenidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, basta la comprobación de la apariencia del
derecho invocado por el quejoso, de modo tal que, según un cálculo de probabilidades, sea posible
anticipar que en la sentencia de amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado.
Ese examen encuentra además fundamento en el artículo 107, fracción X, constitucional, en cuanto
establece que para el otorgamiento de la medida suspensional deberá tomarse en cuenta, entre
otros factores, la naturaleza de la violación alegada, lo que implica que debe atenderse al derecho
que se dice violado. Esto es, el examen de la naturaleza de la violación alegada no sólo
comprende el concepto de violación aducido por el quejoso sino que implica también el hecho o
acto que entraña la violación, considerando sus características y su trascendencia. En todo caso
dicho análisis debe realizarse, sin prejuzgar sobre la certeza del derecho, es decir, sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, ya que esto sólo puede
determinarse en la sentencia de amparo con base en un procedimiento más amplio y con mayor
información, teniendo en cuenta siempre que la determinación tomada en relación con la
suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda vez que aquélla sólo tiene el carácter de
provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza de la existencia de las pretensiones,
en el entendido de que deberá sopesarse con los otros elementos requeridos para la suspensión,
porque si el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil
reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público o del interés de la sociedad están por encima del interés particular
afectado. Con este proceder, se evita el exceso en el examen que realice el juzgador, el cual
siempre quedará sujeto a las reglas que rigen en materia de suspensión.
XI. DERECHO.
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XII. PUNTOS PETITORIOS:
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