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Los Acreedores Preferentes en el Remate Judicial

El artículo 472 del Código Federal de Procedimientos


Civiles, de aplicación supletoria al de Comercio, dispone: “No podrá
procederse al remate de bienes raíces, sin que previamente se haya
pedido al Registro Público correspondiente, un certificado total de los
gravámenes que pesen sobre ellos, hasta la fecha en que se ordenó la
venta, ni sin que se haya citado a los acreedores que aparezcan en
dicho certificado. Si en autos obrare ya otro certificado, solo se pedirá
al Registro el relativo al periodo o periodos que aquel no abarque.”

Por su parte, el numeral 500 del Ordenamiento Jurídico en


cita, establece: “Cuando los bienes estuvieren sujetos a diversos
embargos, cualquier embargante puede llevarlos a remate; pero solo
se le pagará el importe de su crédito después de haber sido pagados
los acreedores preferentes, cuando ya hubiese sentencia firme que
defina sus créditos, o reservada la cantidad necesaria para cubrir
principal, intereses y costas de dichos créditos preferentes, en caso de
que aún no haya sentencia. El sobrante líquido se entregará al
ejecutado, o se pondrá a disposición del tribunal que corresponda, si
hubiere embargos posteriores.”

Una vez apuntado ello, cabe mencionar que en el trámite


de los Juicios Ejecutivos Mercantiles es común que se advierta, del
certificado de gravámenes relativo a bienes inmuebles embargados, la
existencias de diversos gravámenes preferentes al del ejecutante,
como lo son la existencia de embargos inscritos en el Registro Público
de la Propiedad y del Comercio con anterioridad al embargo trabado a
solicitud del ejecutante o, bien, porque tales gravámenes en sí
mismos sean preferentes, como lo son en los casos de hipoteca.

En la práctica es común que, en los casos en que existen


acreedores preferentes, el ejecutante formule postura, expresando
que ésta se cubre con el crédito que tiene reconocido ejecutoriamente
en el asunto. Siendo, algunas veces, que tal postura es calificada de
legal por el Juez, quien declara fincado el remate a favor del
ejecutante.

A lo anterior manifiesto que me parece una decisión no


apegada a Derecho, toda vez que el Juzgador, al permitir que se
pague la postura con el importe del crédito ejecutoriamente
determinado, únicamente le está haciendo el pago de su crédito al
ejecutante, sin tomar primero en consideración el pago de los créditos
preferentes que existen en el asunto, contraviniendo con ello lo
dispuesto por el artículo 500 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, de aplicación supletoria al de Comercio, párrafos arriba
trascrito, al tenor del cual no puede hacerse el pago al ejecutante sino
hasta después de que se haga el pago correspondiente a los
acreedores preferentes o, bien, se reserve la cantidad necesaria para
cubrirlos, en el caso de que todavía no exista sentencia firme. Luego
entonces, en tales supuestos, con base en el artículo antes indicado,
no debe calificarse de buena la postura que haga el ejecutante,
cubriéndola con el crédito que tiene reconocido ejecutoriamente en el
asunto.

Cabe mencionar que si bien es cierto que el numeral 485


de la Ley Adjetiva en cita dispone: “Cuando el ejecutante quiera hacer
postura, la garantía o la exhibición de contado, en su caso, se limitará
al exceso de la postura, sobre el importe de lo sentenciado”. Empero
no menos cierto es que lo anterior solamente procede cuando no
haya créditos preferentes, en tal virtud, si éstos existen dentro de un
juicio deviene inaplicable el artículo de mérito.

Por otra parte, resulta importante precisar que cuando hay


acreedores preferentes en un juicio y, pese a ello, se admiten
posturas del ejecutante pagaderas con el importe de su crédito
sentenciado, rematándose el bien inmueble embargado, el cual se
adjudica el ejecutante, en ninguna manera deben cancelarse los
gravámenes que pesan sobre tal bien raíz, aún y cuando el artículo
2325 del Código Civil Federal establezca que en las ventas judiciales,
cuando la cosa fuere inmueble, ésta pasará al comprador libre de
todo gravamen; toda vez que ello es la regla general aplicable
únicamente en el supuesto que con el producto del remate, verificado
sobre un bien inmueble sujeto a diversos embargos, hayan sido
pagados primeramente los acreedores preferentes que cuenten con
sentencia firme que defina sus créditos o bien, que haya sido
reservada la cantidad necesaria para cubrir dichos créditos
preferentes, en caso de que aún no hubiere sentencia; más en
ninguna manera procede en el caso que no se hayan satisfecho los
créditos preferentes, dado que, en este caso, el adjudicatario se
encuentra obligado a responder a los acreedores preferentes hasta
donde alcance el valor del bien raíz que se adjudicó, en virtud de que
ello, como ya se dijo, debió aplicarse primero al pago de los créditos
preferentes y con posterioridad, solamente en caso de existir
remanente, al crédito del ejecutante.

Lic. Gabriela Lara López.


Juez Único Menor Mixto.

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