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MANDATO DE EJECUCION

ARTÍCULO. 721 CPC


Admitida la demanda, se notificará el mandato de ejecución al ejecutado, ordenando
que pague la deuda dentro de tres días, bajo apercibimiento de procederse al remate
del bien dado en garantía.

Una de las reglas que rige el proceso de ejecución es la existencia de un título que
contenga derechos ciertos, expresos y exigibles). Esta idea no se apreciaba definida en
los criterios judiciales de los últimos tiempos, a tal punto que había un sector de la
judicatura que consideraba título al documento que contenía la garantía; otros, lo
atribuían al estado de cuenta del saldo deudor; sin embargo, frente a dichos criterios,
se viene sosteniendo de manera reiterada- en los estamentos judiciales del país como
la Sala Comercial de Lima y las Salas Civiles de la Corte Suprema, que el título de
ejecución está conformado por el documento que contiene la garantía y el estado de
cuenta del saldo deudor. Bajo ese contexto, el artículo en comentario presupone la
existencia de un título de ejecución, con las características ya descritas. Solo así se
justifica el mandato de ejecución.
El mandato de ejecución debe requerir el pago del monto capital, más los intereses y
gastos pactados, si fuere el caso; para lo cual, se requiere que los intereses adeudados
y otras obligaciones pactadas deban ser calculadas en la etapa de ejecución de
resolución definitiva, conforme lo dispone el artículo 746 del CPC, por lo que
previamente a la admisión de la demanda, se puede requerir de la parte actora cumpla
con presentar el documento de saldo deudor donde se precise el monto total por
capital adeudado.
Resulta crucial establecer el sujeto pasivo en la ejecución de garantías. Frente a esa
interrogante concurren tres posiciones. Una sostiene que es el deudor, otra considera
al tercero garante; y por último, ambos, tanto deudor como garante son considerados
como ejecutados.
El objeto de mandato de ejecución es requerir al ejecutado para que pague la deuda,
bajo apercibimiento de proceder al remate del bien dado en garantía. El
requerimiento para el pago de ninguna manera podría hacerse al garante sino al
deudor. Esto conlleva a que en el supuesto del no pago, se ingrese a la ejecución
forzada, con el remate del bien otorgado en garantía, para lo cual se necesita la
vinculación del garante hipotecario al proceso; caso contrario, si el obligado paga
íntegramente la obligación será innecesario voltear la mirada hacia el bien entregado
por el garante, para la ejecución. Por ello queda claro que el mandato de ejecución
debe dirigirse contra el deudor, por tener el ejecutante reconocido a su favor un
título.El tercero garante también se vincula para la ejecución forzada que se realizará
en caso el deudor no cumpla con el pago.
El rol procesal como parte lo asume el deudor que ante la renuencia al pago de este,
forzará al acreedor ejecutante al remate del bien entregado en garantía, para lo cual es
importante notificar de esta advertencia desde el primer acto al tercero garante para
que pueda ejercer oportunamente el contradictorio en la ejecución fozada.
Por otro lado, el mandato de ejecución también debe ser puesto en conocimiento de
los ocupantes del inmueble entregado en garantía, pues, en caso se llegara a la
adjudicación de este bien, luego del remate, se procederá al lanzamiento de los
ocupantes del inmueble, siempre y cuando hayan sido notificados no con el auto de
adjudicación sino con el mandato de ejecución. En ese sentido, léase lo expresamente
señalado en el artículo 739, inciso 3 del CPC. El auto de adjudicación dispone "la orden
al ejecutado o al administrador judicial para que entregue el inmueble al adjudicatario
dentro de 10 días, bajo apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es
aplicable al tercero que fue notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución".La
notificación no requiere el emplazamiento, pues basta que se haya puesto en
conocimiento del mandato de ejecución a los ocupantes
Otro acto que debe ser puesto en conocimiento de los deudores hipotecarios es la
cesión de derechos. Para que la cesión de derechos surta efectos en los garantes
hipotecarios, estos deben ser comunicados fehacientemente de tal acto. Señala la Sala
Suprema, que si bien es correcto recurrir a la aplicación del artículo 1215 del CC, que
establece el momento en que surte efectos la cesión de derechos para los deudores
cedidos, sin embargo, no es correcto interpretar que como el citado artículo no
establecía una formalidad específica para que el acto de cesión de derechos sea
comunicado fehacientemente a los deudores cedidos, bien podría entenderse que una
notificación judicial sea válida para que la cesión surta plenos efectos contra aquellos.
Al respecto, señala que la cesión de derechos consiste en la transmisión de privilegios,
garantías reales y personales, así como los accesorios del derecho transmitido, lo cual
llevaría a entender que los garantes son igualmente deudores cedidos en virtud de la
garantía asumida frente al acreedor, y por tanto tienen derecho a ser comunicados
fehacientemente del acto de cesión de derechos.

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