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1) Los privilegios consisten en un orden de jerarquización de los créditos, a mercede de la

valoración o de estimativa de los mismos, de tal modo se realiza un orden de colocación para
establecer una prioridad, un preferencia de uno acreedores sobre otros. Los privilegios son
facultades que se le otorgan a determinados acreedores. Los caracteres de los privilegios son:

Creación legal; resulta de un decisión de la ley.

Excepcionalidad; quiebran el principio de igualdad

Inseparabilidad: los privilegios no solo son accesorios sino también inseparables

Objetivos; no tienen vinculación con los sujetos sino con la naturaleza de la prestación realizada
por el acreedor y que causo el nacimiento del crédito

Prelación en cuanto al pago; se debe recurrir a la justicia para que se efectué la llamada
liquidación

El Sr. José es un mero tenedor en virtud de lo que establece el art 2587 del C.C.C.N, y en razón de
que consiste en la autorización dada por la ley al que tiene una cosa con la obligación de
entregarla a otro, conservarla en su poder hasta que se le páguelo que se le adeuda en virtud de
esa misma cosa. José posee un privilegio especial, el cual se encuentra con respecto a la cosa
consagrado en el art 2582, inc d “lo adeudado al retenedor por razón de la cosa retenida, sobre
esta o sobre las sumas depositadas o seguridades constituidas para liberarla” es decir que de
acuerdo a este articulo el retenedor goza de preferencia en el cobro.

La preferencia de que ahora goza el retenedor es sumamente fuerte, a punto tal que llega a
colocarse por encima del acreedor hipotecario, siempre que la retención sea de fecha cierta al
hecho de la retención, que está íntimamente ligado a que debe ejercer el derecho de retención
por vía de acción; podemos decir en virtud de esto que el privilegio de José es de grado superior al
que pueda tener un acreedor ejecutante, salvo la hipótesis de que la retención hubiese nacido con
posterioridad al crédito privilegiado. La posición de José es clara cuando los autores dan el
ejemplo del acreedor quirografario acreedor especial, que sabe que un inmueble se encuentra en
poder de otro acreedor, que ejerce el derecho de retención; podría embargar el bien, seguir el
juicio, obtener sentencia favorable, sacar el bien a remate y venderlo. Naturalmente, el derecho
de retención no impide esa ejecución, pero el que compra el bien en el remate tiene que respetar
el derecho de retención y depositar el precio a la orden del juzgado en que se tramite la ejecución,
para que con el producto del remate se atienda primero el crédito del retenedor, y luego el del
acreedor ejecutante.

De acuerdo a esto se pagaran primero los gastos de justicia correspondientes a la ejecución del
bien que se subasto, porque son gastos con privilegio general y como es un inmueble lo que
adeude de contribución territorial, luego cobraría José y finalmente el acreedor hipotecario de
fecha posterior a la retención que solicito el remate. Ósea dependiendo de los gastos funerarios y
los de ultima enfermedad se encontraría en 4To grado el privilegio de José.
2) No, el privilegio lo posee antes de la venta, donde el producido o frutos de la cosa los puede
imputar a los intereses de la suma que se le adeuda y el excedente al capital como así lo establece
el art 2590 del C.C.C.N inc. C, no estando obligado a percibirlos y si así lo hiciere debe dar aviso al
deudor; porque el mantiene en su poder una cosa, que no es de él y está obligado a restituir o
entregar y la tiene en calidad de garantía hasta que se le pague. Ahora bien dentro de los derechos
que lo amparan al retenedor privilegiado es el de hacer vender la cosa, como cualquier otro
acreedor, demandando a su deudor para que le pague y no tener la cosa indefinidamente en su
poder, con la responsabilidad que implica su guarda, y tiene el derecho de demandar al deudor,
pedir que se remate la misma cosa retenida para cobrarse, es decir que luego de rematada no
percibe los frutos de la misma.

Además el art 2592 inc. D, faculta a José a subastar la cosa retenida para su cobro, con el privilegio
que le corresponde ante otros acreedores y de ese modo se produciría la extensión de la retención
en virtud de lo establecido por el art 2593 inc a “extensión del crédito garantizado” no pudiendo
ya percibir los frutos o producido del mismo. Los modos extintivos pueden ser el pago, la
novación, etc., donde al extinguirse la principal que es la deuda se extingue la accesoria que sería
este derecho.

3) La vida de la relación jurídica obligatoria, desde su nacimiento hasta su completa extinción,


puede presentar una serie de alternativas, en las cuales se haga menester que acreedor y deudor
observen conductas positivas o se abstengan de ciertos comportamientos para facilitar que el
vínculo se desenvuelva de manera normal y culmine con el cumplimiento. Estas conductas se van
eslabonando, y si uno de los sujetos niega su colaboración dicha actitud provocara un retardo en
el cumplimiento de la prestación debida.

Inicialmente María que está en mora carga con los riesgos de la cosa debiendo indemnizar los
daños y perjuicios en caso de perdida y pagar los intereses moratorios.

La mora del acreedor se encuentra receptada en el art 886 del C.C.C.N 2do párrafo. María deberá
interpelarlo al acreedor para colocarlo en situación de mora, y la situación de mora del acreedor
debe tener como consecuencia liberar al deudor de la responsabilidad por los riesgos de perdida,
deterioros o imposibilidad de la prestación (que pesarían sobre el acreedor) y eximirlo del pago de
los intereses, pues ha sido la conducta culposa del acreedor la que impidió que el deudor se
liberase en el momento oportuno.

Cabe destacar que la mora del acreedor purga la anterior mora en que pudo haber incurrido el
deudor, de manera que debe considerarse moroso al último de los sujetos que cae en ese
"estado".
Así en razón de que la mora creditoris es el resultado de una actitud culposa del sujeto, este
deberá resarcir al deudor los daños que provoque con esa conducta, como los gastos de
conservación de la cosa o su depósito.

A causa de esta situación que coloca al acreedor en mora, María puede hacer el pago por
consignación, ósea con prescindencia del acreedor, es decir que el juez sustituirá a una de las
partes, entendiendo que el pago es un acto jurídico bilateral, mas allá de que la doctrina en
algunos caso pugno considerarlo un acto jurídico, pero no el pago es un acto debido. Por ende es
voluntario, licito, y se ejecuta con una finalidad jurídica, que es inocultable, siendo la extinción de
la obligación. Ahora podrá o no ser bilateral según sea o no necesaria la cooperación del acreedor
o colaboración del acreedor, o ser sustituido por un tribunal.

Para hacer María el pago por consignación es requisito esencial que el proceso de cumplimiento
de la obligación se haya quebrado por falta de colaboración del acreedor, que en este caso no
quiere prestar su colaboración para recibir el pago y otro requisito indispensable es que la
consignación tenga fuerza de pago y que exista la causa prevista por el art 904 del CCCN inc. a. y
art 910, pudiendo María realizar la consignación judicial o extrajudicial.

Si es Judicial la forma deberá ser de acuerdo lo establece el art 906 inc a, y el efecto que producirá
de ser válida y con los requisitos de pago correspondiente, extinguirá la deuda y siendo María una
deudora morosa consignara la prestación debida más los accesorios devengados como lo
establece el art 908.

El juicio por consignación consiste esencialmente en hacer depósito judicial, si se trata de una
causa en la jurisdicción nacional, en Banco de la Nación Arg., y si el pleito se resuelve en la
jurisdicción provincial en el Banco de la Prov. Bs As. ; a la orden del juez de turno. El consignante
acompaña la boleta de depósito a su escrito que tiene todo el valor de una demanda contra el
acreedor. Si el acreedor que asume el carácter de demandado contesta la demanda y está
conforme con la consignación termina el juicio, y si no es impugnada tiene todos los efectos del
pago.

Si la consignación es extrajudicial procede de acuerdo al art 910, haciendo el depósito de la suma


adeudada ante un escribano, a nombre del acreedor, debiéndose notificar al acreedor en forma
fehaciente del día, hora y lugar en que se efectuó el depósito, y se deberá depositar la suma
debida más los intereses devengados hasta la consignación.
4) Los intereses que puede reclamar José son los amparados en el art 2560 que prevé un plazo de
prescripción para requerir de 5 años. Entendiendo que el transcurso del plazo de prescripción
comienza el día en que la prestación es exigible como dispone el art. 2554.

Ahora bien cabe recordar que María había demando a José para efectuar el pago por
consignación, es decir que reconoce los intereses adeudados en virtud de la interrupción por
reconocimiento establecida en el art 2545 que dispone "el curso de la prescripción se interrumpe
por el reconocimiento que el deudor o poseedor efectúa del derecho de aquel contra quien
prescribe".

En las obligaciones con intereses la prescripción del capital comienza desde el último pago de los
intereses, porque hasta ese momento el deudor está reconociendo la existencia de la obligación.
Al pagar intereses reconoce que es deudor, aunque el interés sea un accesorio.

Así mismo el autor hace una diferenciación entre suspensión e interrupción. Explicitando que la
suspensión paraliza la prescripción y una vez solucionado el hecho que motivo la suspensión, el
plazo continua corriendo.

Ahora bien en la interrupción sucede todo lo contrario, producido el fenómeno interruptivo se


borra todo el tiempo transcurrido anteriormente, y no se computa más, tiene que empezar a
correr todo de nuevo, desde el principio el termino necesario para prescribir, tan pronto como
desaparece el fenómeno interruptivo.

Los actos interruptivos de la prescripción, tienden a demostrar que una de las partes , por lo
menos, procura mantener viva la relación jurídica obligatoria, que debe reunir ciertas condiciones
de certeza y seriedad; estos actos pueden derivar del Acreedor, del deudor o de ambos a la vez.

En esta situación fue por la actividad del deudor, sin ninguna intervención ni participación del
acreedor, y demuestra la subsistencia del vínculo jurídico, e interrumpe el curso de la prescripción;
que sucede así cuando reconoce la obligación

Por lo expuesto podrá José recamar los intereses a María, entendiendo que la prescripción se
interrumpió y concede al acreedor el poder y la fuerza jurídica para reclamar todos los intereses.

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