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Poder Judicial de la Nación

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO -


SALA II

SENTENCIA DEFINITIVA SALA II


Expediente Nº: 77.726/17 J.T. NRO.
18

AUTOS: “ROA NORMA BEATRIZ C/ SERVICIOS INTEGRALES DE


ALIMENTACIÓN S.A. S/ DESPIDO”

VISTO Y CONSIDERANDO:
En la Ciudad de Buenos Aires, luego de deliberar, a fin de considerar los recursos
deducidos en autos y para dictar sentencia en estas actuaciones, practicado el sorteo
pertinente, en la fecha de firma indicada al pie de la presente el Tribunal procede a
expedirse de acuerdo con los fundamentos que se exponen a continuación.

El Dr. José Alejandro Sudera dijo:


Contra la sentencia dictada el 30/6/2022 se alzan la
parte actora y la demandada en los términos que vierten en los escritos
incorporados al sistema Lex 100, que merecieron réplica de sus respectivas
contrarias. Asimismo, la representación letrada de la parte actora –por su
propio derecho-cuestionó la regulación de honorarios efectuada en su favor,
por reducida. La parte demandada criticó la regulación de honorarios
efectuada a la totalidad de los profesionales intervinientes, por elevada.
Se agravia la parte actora porque el Sr. Juez de grado
desestimó la sanción indemnizatoria reclamada con fundamento en el art. 80
LCT, así como la establecida en el art. 132 bis LCT.
La parte demandada se agravia porque el judicante
consideró injustificada la decisión de despedir a la trabajadora y, en base a
ello, la condenó al pago de las indemnizaciones derivadas del distracto
incausado. También critica el modo en que fueron impuestas las costas.
I.- Delimitados de este modo los temas traídos a
conocimiento de este Tribunal, por razones de orden metodológico analizaré
en primer lugar la queja de la accionada en torno a la decisión del judicante
que consideró injustificada la decisión de despedir a la demandante.
Fecha de firma: 28/02/2023
Alta en sistema: 01/03/2023 1
Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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Los términos en que fueron expresados los agravios
imponen memorar que la actora relató en el escrito inicial que comenzó a
trabajar para la empresa demandada –que explota un emprendimiento
gastronómico– el día 9/8/2005, como “camarera”, y que en mayo de 2007 “se
jubiló por motu proprio”. Agregó que “en ningún momento expresó su
voluntad de dejar de trabajar” y que si bien comunicó verbalmente que a partir
de dicha fecha había comenzado a percibir su jubilación ordinaria, aclaró que
su intención era continuar trabajando, por lo que la empresa accedió a
mantenerle su puesto de trabajo. Señaló que, no obstante lo expuesto, el
13/3/2009 la demandada le remitió una misiva en la que la intimaba a iniciar
sus trámites jubilatorios, motivo por el cual decidió presentarse en
administración para recordarle que “ya había obtenido el beneficio jubilatorio”
por lo que continuó prestando servicios en forma normal y habitual sin
interrupción alguna. Destacó que así se desarrolló la relación laboral hasta
que, varios años después -el 13/4/2017- la demandada la intimó para que
informase si había obtenido o no el beneficio jubilatorio o “si se encontraba
jubilada a la fecha” a lo que replicó manifestando que “ya tenía el beneficio
jubilatorio, que había continuado trabajando desde el año 2008 y que
pretendía seguir haciéndolo”. Frente a ello, el 2/5/2017 la demandada le
comunicó que “habiendo tomado conocimiento que se le ha concedido el
beneficio jubilatorio pertinente (…) queda extinguido en los términos del art.
252 párrafo 2° y a partir del día de la fecha el vínculo laboral que nos unía”
poniendo a disposición la liquidación final.
Ahora bien, la demandada se queja porque el Sr. Juez
de la anterior instancia consideró que la decisión de despedir a la trabajadora
no se encontraba justificada. Indicó la quejosa que el judicante, a su modo de
ver, se equivocó cuando expresó que la demandada en su contestación de
demanda refirió que la actora “guardó silencio” pues, en realidad, en la página
4 del responde expresó que: La actora sólo comunica de mala fe en dicha
oportunidad y en forma verbal que no podía iniciar dichos trámites, atento no
tener la cantidad de años de aportes para acogerse a los beneficios
jubilatorios. Destaca que era falso que la actora hubiera comunicado
verbalmente que se encontraba jubilada, ya que si ello hubiera sido así habría
dado por extinguida la relación laboral. Indica que no sólo no lo hizo en ese
Fecha de firma: 28/02/2023
Alta en sistema: 01/03/2023 2
Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
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momento, sino que menos aún lo hizo en el año 2008, como pretende hacer
creer la accionante. Señala que la actora no contaba con los años de servicio
para jubilarse, como ella lo indicó y que, además, tampoco existía prueba
alguna de sus manifestaciones. Expresa, que no existió inacción de su parte
cuando dejó transcurrir los 8 años hasta que la intimó nuevamente. Pone de
relieve la mala fe de la actora, quien luego de ser intimada contestó en su
misiva del 25/4/17 diciendo: “Sí, estoy jubilada y sigo trabajando, quisiera
seguir trabajando. Gracias”.
Concluye que, a su juicio, el judicante “no ve o no
quiere ver” que en ningún momento la actora refirió encontrarse jubilada
desde el año 2008, todo lo cual demuestra que escondió dicha información
cuando se limitó a manifestar que “estaba jubilada, que sigue trabajando y que
quiere seguir trabajando”.
Ahora bien, más allá de las manifestaciones vertidas
por la quejosa que expresan una clara disconformidad con el resultado del
fallo, entiendo que los argumentos expuestos no logran enervar los
fundamentos fácticos y jurídicos en los cuales se basó el Sr. Juez de grado a
los efectos de concluir que el despido careció de justa causa (cfr. art. 116 LO).
En efecto, ambas partes se encuentran contestes en
que el 13/3/2009 la exempleadora intimó a la actora para que iniciara los
trámites jubilatorios. Sin embargo, mientras la accionante afirmó que
verbalmente contestó dicho requerimiento e hizo saber que ya se encontraba
jubilada, la demandada negó tal circunstancia y destacó que la Sra. Roa le
informó que no podía iniciar dichos trámites dado que no tenía la cantidad de
años de aportes necesarios para acogerse a los beneficios jubilatorios.
Es cierto que no existen evidencias de los términos
en los cuales la actora habría contestado la intimación de la demandada; pero
ambas partes concuerdan en que medió –aunque más no fuera- una respuesta
verbal por parte de la trabajadora. Ninguna prueba produjo la accionada
idónea para acreditar que la actora hubiera contestado que “no tenía la
cantidad de años para jubilarse”, sino que -por contrario- quedó demostrado en
Fecha de firma: 28/02/2023
Alta en sistema: 01/03/2023 3
Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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estos autos (a través del informe proveniente de la AFIP) que el 26/2/2008 la
actora ya había obtenido el beneficio jubilatorio, por lo que mal podría haber
afirmado la actora que, al momento de ser intimada formalmente por la
empleadora, todavía no tenía la cantidad de años de aportes para jubilarse.
La accionada, en su memorial recursivo, se agravia
porque el judicante refirió que “la demandada no obró conforme a derecho,
por dejar pasar 8 años”, cuando a simple vista se ve que “la misma no podía
hacer nada”, ya que la actora no sólo no había comunicado su situación
jubilatoria, sino que la ocultó deliberadamente. Los argumentos vertidos por la
quejosa, basados en que ella “no podía hacer nada” pues la Sra. Roa no le
había contestado la intimación acerca de su situación jubilatoria, realmente
carecen de todo sustento fáctico y jurídico, pues bien sabe la accionada que
tenía otros medios a su alcance para corroborar si la dependiente había
iniciado o no el trámite jubilatorio, y -por supuesto- si lo había obtenido.
Como señaló el Sr. Magistrado de grado, a la fecha
de la primera intimación, la actora contaba casi con 70 años de edad, por lo
que no resultaría errado considerar que, frente a la intimación cursada en el
año 2009, se hubiera informado verbalmente que deseaba continuar
trabajando.
En el caso, sólo quedó evidenciada la inacción de la
empleadora cuando la demandante no respondió de manera fehaciente la
intimación cursada en el año 2009. La demandada debió haber adoptado algún
temperamento y no dejar transcurrir ocho años para cursar una nueva
intimación.
La demandada tampoco produjo prueba alguna a los
efectos de acreditar que la actora “ocultó deliberadamente” su condición
jubilatoria; al contrario, quedó acreditado que luego de haber intimado a la
trabajadora el 13/3/2009 a que iniciara los trámites jubilatorios, consintió la
continuidad de la relación laboral y continuó efectuando los aportes a la
seguridad social, a la obra social y la contribución patronal de obra social
desde agosto de 2005 hasta mayo de 2012. A partir de junio de ese mismo año
solamente fueron hechos los primeros, no los correspondientes a la obra
social, situación que se mantuvo hasta mayo de 2017.

Fecha de firma: 28/02/2023


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Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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Por ello, como la Sra. Roa continuó prestando tareas


luego del 26/2/2008 (cuando obtuvo el beneficio jubilatorio), a partir del
27/2/2008 nació una nueva relación laboral que continuó hasta la fecha del
despido decidido por la demandada el 2/5/2017. En tal ilación, como señalé,
como la demandada no acreditó haber adoptado medidas a los efectos de
corroborar el estado previsional de la dependiente y habiéndose acreditado –al
contrario- que lo hizo recién lo hizo ocho años más tarde, es claro que la
accionada no obró conforme a derecho, por lo que la decisión de disolver el
vínculo en los términos establecidos en el art. 252 LCT devino desajustada a
derecho.
Por ello, propicio desestimar el agravio de la parte
demandada y confirmar lo decidido en la instancia de grado anterior en cuanto
consideró no ajustado a derecho la decisión resolutoria adoptada por la
demandada y la condenó al pago de las indemnizaciones de ley derivadas del
distracto incausado.
II.- Se queja la parte actora porque el Sr. Juez de la
anterior instancia no hizo lugar a la multa reclamada con fundamento en el art.
80 LCT.
El Sr. Juez de la anterior instancia señaló sobre esta
cuestión que “…En cambio no lo será la multa del art. 80 de la LCT ya que
no correspondía la entrega de los certificados de trabajo encontrándose la
accionante ya jubilada”.
Considero que asiste razón a la recurrente. En efecto,
contrariamente a lo sostenido por el Sr. Juez a quo, considero que no resulta
óbice al cumplimiento de la obligación de entregar el certificado contemplado
en el art. 80 LCT que la actora haya obtenido el beneficio de la jubilación pues
no existe ninguna norma jurídica que libere de dicho deber al empleador del
trabajador jubilado, y no es el único propósito de tales certificaciones
posibilitar la gestión de un haber previsional. Por ello, propicio acoger el
segmento recursivo de la parte actora, revocar en este punto el decisorio
recurrido y condenar a la demandada al pago de la multa prevista en el art. 80
Fecha de firma: 28/02/2023
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Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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LCT que asciende a un total de $53.603,31.- ($17.867,77.- según
remuneración informada por el perito contador, no cuestionada en esta Alzada,
x 3), más intereses.
III.- Se agravia la parte actora porque el Sr. Juez de la
anterior instancia no hizo lugar a la sanción prevista en el art. 132 bis LCT.
Sin perjuicio de lo resuelto por el Sr. Juez de la
anterior instancia; lo cierto es que el art. 1º del decreto 146/01 dispone
expresamente que “Para que sea procedente la sanción conminatoria
establecida en el artículo que se reglamenta, el trabajador deberá
previamente intimar al empleador para que, dentro del término de treinta
(30) días corridos contados a partir de la recepción de la intimación
fehaciente que aquél deberá cursarle a este último, ingrese los importes
adeudados, más los intereses y multas que pudieren corresponder, a los
respectivos Organismos recaudadores”. En el caso, como se desprende de la
misiva adjuntada en el escrito inicial la actora se limitó a expresar que “…en
plazo legal intímole entreguen certificado de trabajo y aportes jubilatorios y
depositen los mismos si no lo hubieran hecho bajo apercibimiento de lo
dispuesto en la Ley 25345” (sic; ver CD del 4-5-2017).
Como se observa, el requerimiento formulado por la
demandante no reúne los recaudos previstos en la norma reglamentaria
apuntada en la medida que otorga un “plazo legal” (sin precisar cuál es ese
plazo, ello sin perjuicio de destacar que tampoco se entiende si ese plazo se
corresponde con la intimación a hacer entrega del certificado de trabajo).
Tampoco formula una intimación para que la demandada “ingrese los
importes adeudados, más los intereses y multas…” sino que sólo se limita a
intimar a la accionada para que “depositen los mismos si no lo hubiera hecho”,
todo lo cual, como se ve no cumple acabadamente con las disposiciones
establecidas en el decreto reglamentario mencionado.
Por ello, propicio desestimar el agravio y mantener
lo resuelto en la instancia de grado anterior, en este aspecto
En atención a todo lo que llevo dicho, correspondería
modificar la sentencia apelada y elevar el monto total de condena a la suma de
$392.875,51.- ($339.272,20.- del monto diferido a condena en la anterior
instancia + $53.603,31.- en concepto de multa art. 80 LCT) que llevará
Fecha de firma: 28/02/2023
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intereses de conformidad con lo dispuesto en la sentencia de grado que arriban


sin cuestionar.
IV.- Como la modificación que se propicia admitir en esta
Alzada no resulta significativa, no corresponde aplicar la directiva general del
art. 279 CPCCN, por lo que he de abocarme al tratamiento de los recursos
relativos al monto de los honorarios profesionales.
V.- Por otra parte y de acuerdo con el resultado que se ha
dejado propuesto para resolver las apelaciones, estimo que las costas de alzada
deben ser impuestas a cargo de la demandada, vencida en los aspectos
principales de la contienda (art. 68 del CPCCN).
VI.- En atención al mérito y extensión de la labor
desarrollada durante el trámite en primera instancia y a las pautas que emergen
de los arts. 16, 21 y cctes. de a ley 27423 y del art. 38 de la LO, considero que
los honorarios correspondientes a la totalidad de los profesionales
intervinientes se adecuan a las normas arancelarias vigentes, por lo que
propicio confirmarlos.
Asimismo, con arreglo a lo establecido en el art. 30
la ley 27423, habida cuenta del mérito y extensión de labor desarrollada en
esta instancia por la representación y patrocinio letrado de la parte actora y de
la parte demandada, propongo que se regulen los honorarios por esas
actuaciones en el 30% de lo que les corresponda, por lo actuado en la instancia
anterior.

La Dra. Andrea E. García Vior dijo:


Adhiero al voto del Dr. José Alejandro Sudera, por
compartir sus fundamentos.
Por lo que resulta del acuerdo que antecede (art.
125 de la ley 18345), el Tribunal RESUELVE: 1) Modificar la sentencia
dictada en la anterior instancia y elevar el monto total de condena a la suma de
$392.875,51.- que llevará los intereses determinados en grado; 2) Imponer las
costas de Alzada a la demandada; 3) Por lo actuado en origen y en esta
Fecha de firma: 28/02/2023
Alta en sistema: 01/03/2023 7
Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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Alzada, regular los honorarios de los profesionales intervinientes de acuerdo
con lo establecido en los considerandos pertinentes.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Andrea García Vior José Alejandro Sudera


Jueza de Cámara Juez de Cámara

BRS

Fecha de firma: 28/02/2023


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Firmado por: ANDREA ERICA GARCIA VIOR, JUEZA DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIA CARINA ALVAREZ, PROSECRETARIA DE CAMARA
Firmado por: JOSE ALEJANDRO SUDERA, JUEZ DE CAMARA

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