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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN LABORAL

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Magistrado Ponente

Radicación No. 44648


Acta No. 07

Bogotá D. C., seis (6) de marzo de dos mil trece (2013)

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por el


apoderado del INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES contra
la sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cúcuta el 21 de julio de
2009, dentro del proceso ordinario laboral que le sigue la
señora MARTHA INÉS BERBESI ESPINEL.

ANTECEDENTES

La señora Martha Inés Berbesi Espinel promovió demanda


ordinaria laboral en contra del Instituto de Seguros
Sociales, con el fin de obtener, previa declaración de la
existencia de una relación laboral entre el 13 de diciembre
de 1993 y el 30 de junio de 2003, fuera condenado a
pagarle además de prestaciones sociales y salarios, la

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indemnización moratoria por la falta de pago oportuno de


sus créditos laborales.

Señaló, con tales fines, que había sido vinculada para


prestarle sus servicios al Instituto de Seguros Sociales a
través de un “contrato realidad”, vigente entre el 13 de
diciembre de 1993 y el 30 de junio de 2003, cuando fue
desvinculada sin justa causa; que desarrollaba las labores
de auxiliar de servicios asistenciales, con responsabilidad y
eficiencia, en turnos de 8 horas diurnas y nocturnas, de
lunes a domingo; que en el momento de su retiro devengaba
la suma de $972.020.oo; que recibía órdenes del Director de
la Unidad Hospitalaria de la Clínica ISS de Cúcuta y estuvo
subordinada a las directrices de la demandada; que nunca
fue afiliada al sistema de seguridad social integral, ni le
cancelaron las horas extras, los recargos nocturnos y las
demás prestaciones sociales; que los contratos de
prestación de servicios que había suscrito formalmente
tenían interrupciones durante las cuales tenía que cumplir
con los turnos que le eran asignados; que la demandada
estaba consciente de que sus servidores debían recibir
derechos laborales y, a pesar de ello, nunca le pagó las
acreencias a las que tenía derecho.

La entidad convocada al proceso se opuso a la prosperidad


de las pretensiones consignadas en la demanda. Admitió
como ciertos los hechos relacionados con la celebración de
contratos de prestación de servicios, las labores
desempeñadas por la actora, la remuneración que percibía
y su falta de afiliación al sistema de seguridad social. Frente

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a los demás hechos, dijo que no eran ciertos. Argumentó


que los contratos de prestación de servicios se habían
ceñido a la Ley 80 de 1993 y que no se reunieron los
elementos propios de una relación regida por contrato de
trabajo. Propuso las excepciones que denominó carácter de
servidor público del demandante, cobro de lo no debido,
prescripción de la acción, presunción de legalidad de los
actos administrativos, buena fe del ISS, ausencia de
subordinación y dependencia en los contratos estatales de
la Ley 80 de 1993, inexistencia de la obligación y mala fe
del demandante.

Tramitada la primera instancia, el Juzgado Cuarto Laboral


del Circuito de Cúcuta profirió fallo el 6 de agosto de 2008,
por medio del cual declaró la existencia de una relación
laboral a término indefinido vigente entre el 4 de octubre de
2001 y el 30 de junio de 2003; declaró probada
parcialmente la excepción de prescripción y condenó a la
entidad demandada a pagar a la demandante, entre otras
cosas, “(…) la sanción moratoria a razón de un salario diario
de $32.400.66 por el no pago oportuno de las prestaciones
sociales a partir del 7 de noviembre de 2003 hasta cuando
se pague la totalidad de las condenas (…)”

SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Al resolver el recurso de apelación interpuesto por el


apoderado de la parte demandada, la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta, a través

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de la sentencia del 21 de julio de 2009, confirmó en todas


sus partes el fallo apelado.

En lo que interesa al recurso extraordinario de casación,


luego de respaldar la decisión del juzgador de primer grado
de declarar la existencia de una relación laboral regida por
contrato de trabajo, el Tribunal consideró:

“No es de recibo la inconformidad de la parte demandada en


cuanto a la condena por indemnización moratoria, puesto que la
Sala con fundamento en la reciente Jurisprudencia de la
Honorable Corte Suprema de Justicia, Noviembre 20 de 2007,
M.P. Eduardo López Villegas, Rad. No. 32200, ha venido
efectuando dicha condena, pues es un hecho evidente, la
conducta reincidente de la demandada, en la forma de
contratación de sus trabajadores, tal como fue probado con la
sentencia de fecha Noviembre 20 de 2002, arrimada por el
demandante en primera instancia, (fls. 22 a 32), la que hace
referencia a las razones por las cuales la Sala ha condenado al
pago de esta prestación y que tiene que ver con el conocimiento
de la demandada de las diferentes condenas que se le han
inflingido por razón de la contratación efectuada de manera
simulada, pretendiendo hacer ver que se trata de una
contratación conforme a la ley 80 de 1993, cuando en realidad lo
que ha existido es una relación de carácter laboral.

Por lo anterior, es procedente la condena por indemnización


moratoria inflingida a la demandada, conforme fue ordenada por
el juez de primera instancia, la cual se encuentra acorde con el
Decreto 797 de 1949.”

EL RECURSO DE CASACIÓN

Fue interpuesto por el apoderado de la parte demandada,


concedido por el Tribunal y admitido por la Corte. Pretende
el recurrente que se “(…) CASE PARCIALMENTE la sentencia
impugnada, en cuanto a la condena impuesta al I.S.S.
respecto de la indemnización moratoria, para que constituida
en sede de instancia REVOQUE el literal e) del numeral

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segundo del fallo de primer grado, y en su lugar absuelva a


la entidad demandada por dicho concepto. Decidiendo sobre
costas lo que en derecho corresponda.”

Con el propósito anunciado formula un cargo, por la causal


primera de casación laboral, que fue oportunamente
replicado y que pasa a ser analizado por la Corte.

CARGO ÚNICO

Acusa la sentencia del Tribunal por violar por la vía


indirecta “(…) en la modalidad de aplicación indebida, el
artículo 1 del Decreto 797 de 1949, en relación con los
artículos 8 de la Ley 6 de 1945 y 52 del Decreto 2127 de
1945.”

Aduce que la infracción descrita se produjo como


consecuencia de los siguientes errores de hecho:

1. No dar por demostrado, estándolo, que la entidad demandada


probó que obró de buena fe en el nexo contractual que la unió con
la demandante.
2. No dar por demostrado, estándolo, que la entidad demandada
tenía razones atendibles y válidas para no haber efectuado la
correspondiente liquidación de prestaciones de la demandante.
3. No dar por demostrado, estándolo, que la misma demandante
había pactado que su contrato con el I.S.S. era de prestación de
servicios, regulado por la ley de contratación estatal y que no
constituía relación laboral alguna, ni generaría pago de
prestaciones sociales.”

Enuncia como pruebas erróneamente valoradas las actas de


liquidación de los contratos de prestación de servicios Nos.
783 del 14 de junio de 1996, 2063 del 16 de diciembre de

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1996, 103 del 26 de febrero de 1997, 01360 del 1 de


diciembre de 1997, 351 del 1 de agosto de 1998, 133 del 1
de abril de 1998, 623 del 1 de diciembre de 1998, 131 del 1
de abril de 1999, 450 del 1 de octubre de 1991, 26 del 1 de
febrero de 2000, 279 del 1 de junio de 2000, 499 del 1 de
octubre de 2000, 26 del 1 de febrero de 2001, 296 del 1 de
junio de 2001, 556 del 4 de octubre de 2001, 800 del 1 de
noviembre de 2001, 1062 del 16 de diciembre de 2001, y la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cúcuta el 20 de noviembre
de 2002.

En desarrollo del cargo, el censor afirma que la mala fe de


la entidad demandada no podía derivarse del fallo proferido
por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta el
20 de noviembre de 2002, en el proceso seguido por el
señor MANUEL ALBERTO GRANADOS TORRES contra el
Instituto de Seguros Sociales, pues en ese caso “(…) hubo
todo un debate probatorio, en el cual no solo se allegaron
declaraciones de testigos, sino que además se aportaron
documentos muy importantes para probar una supuesta
subordinación, tales como memorandos y oficios que le
remitía al superior el señor GRANADOS.”

Agrega que “teniendo en cuenta que todos los “casos” son


diferentes por esto, el que la entidad de seguridad social
hubiese sido condenada por el ad quem, en el litigio
promovido por el señor GRANADOS TORRES, no implica que
el I.S.S. tuviera que cambiar todos sus contratos de
prestación de servicios, pues como se ha relatado, la

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condena en el litigio del señor GRANADOS TORRES fue


producto de un arduo debate probatorio en el que al parecer
demostró el elemento subordinación.”

Explica que, contrario a lo concluido por el Tribunal,


existen varios elementos de prueba que demuestran la
buena fe del Instituto de Seguros Sociales en la ejecución
de los contratos de prestación de servicios, como las actas
de liquidación que “(…) fueron valoradas de manera errónea,
por cuanto en ellas, obraba prueba suficiente para demostrar
que el I.S.S. actuó de buena fe, que existieron contratos de
prestación de servicios en los cuales se estipulaban
obligaciones para la entidad demandada y para el
demandante y si no canceló las prestaciones sociales a la
accionante era porque tenía razones atendibles que
justificaban plenamente su conducta, pues se deduce que en
todos los contratos figura que las partes de manera expresa
acordaron que el vínculo era un contrato de PRESTACIÓN DE
SERVICIOS, tal como consta en el título de cada acta de
liquidación. Así mismo, en dichos documentos se observa que
la señora MARTHA INÉS BERBESI ESPINEL recibía sus
honorarios sin manifestar inconformidad alguna y declaraba
al I.S.S. a paz y salvo por todo concepto, dejando constancia
de que no habría lugar a reclamaciones futuras. Si en las
aludidas documentales se aprecia que la actora las firmaba
sin reclamo alguno, ello debe interpretarse como un acto de
consentimiento frente a la forma como estaba procediendo la
entidad. Entonces, es imposible atribuir mala fe a una
entidad que actuó de acuerdo a lo pactado, al menos eso
deja ver las referidas actas de liquidación de los contratos de

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prestación de servicios (ya que estos contratos no fueron


aportados al proceso) y frente a la cual la ahora demandante
cuando cobraba sus honorarios la declaraba a paz y salvo
por todo concepto y sin manifestar un mínimo de
insatisfacción.”

LA RÉPLICA

Sostiene que el censor omitió la lectura integral de la


sentencia impugnada, pues de haberlo hecho “(…) se
hubiese percatado con asombro que en el caso de autos,
también se aportaron y analizaron documentos y
testimoniales muy importantes, que llevaron al Tribunal a
concluir con suficiente claridad la existencia de una relación
subordinada, nunca por prestación de servicios (…)”

Resalta que la decisión en la que se apoyó el Tribunal


contiene elementos similares a la situación de la actora,
como la suscripción de contratos de prestación de servicios,
la demostración de que en realidad los servidores estaban
subordinados y que, a pesar de las constantes decisiones
proferidas en contra de la entidad, el indebido recurso a
modalidades contractuales inadecuadas siguió su curso.
Agrega que la demandada no cumplió su carga de
demostrar que había actuado de buena fe y que, por el
contrario, se encuentra plenamente acreditado que su
conducta fue caprichosa y de mala fe, como lo ha concluido
esta Sala de la Corte en incontables oportunidades.

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CONSIDERACIONES DE LA CORTE

La reflexión fundamental del Tribunal que sustenta la


sentencia gravada radica en que “(…) es un hecho evidente,
la conducta reincidente de la demandada, en la forma de
contratación de sus trabajadores, tal como fue probado con
la sentencia de fecha Noviembre 20 de 2002, arrimada por el
demandante en primera instancia, (fls. 22 a 32), la que hace
referencia a las razones por las cuales la Sala ha condenado
al pago de esta prestación y que tiene que ver con el
conocimiento de la demandada de las diferentes condenas
que se le han inflingido por razón de la contratación
efectuada de manera simulada, pretendiendo hacer ver que
se trata de una contratación conforme a la ley 80 de 1993,
cuando en realidad lo que ha existido es una relación de
carácter laboral.”

Tal inferencia no se soportó en alguna de las actas de


liquidación de los contratos de prestación de servicios y, por
ello, no puede decirse que tales documentos hubieran sido
erróneamente valorados, como lo denuncia la censura. De
cualquier manera, de dichas pruebas se deriva
objetivamente que las partes suscribieron formalmente
varios contratos de prestación de servicios que, por sí solos,
no acreditan que la demandada tuviera una convicción
profunda y atendible de que se estuviera en presencia de
otra forma de contratación diferente de la de los contratos
de trabajo y que, por lo mismo, hubiera actuado de buena
fe. Esta Sala de la Corte ha dicho en este punto que “(…) de

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la sola presencia de los contratos previstos en el artículo 32


de la Ley 80 de 1993, no puede derivarse que hubo buena fe
del empleador oficial que acudió a esa forma de contratación
de sus servidores que debieron ser vinculados mediante
contratos de trabajo.” (Sentencia del 10 de julio de 2012,
Rad. No. 44370).

Contrario a ello, las actas de liquidación de los contratos de


prestación de servicios dejan ver que la relación de trabajo
de la actora se mantuvo durante varios años, de manera
personal y directa, en condiciones de continuidad, por lo
que nunca se dieron aquellas situaciones excepcionales y
discontinuas que justificaban el recurso a las condiciones
de contratación estatal previstas en la Ley 80 de 1993, en
las que se escudó la entidad demandada.

Por lo demás, como lo reclama la réplica, esta Sala de la


Corte, en reciente orientación jurisprudencial, ha defendido
la imposición de la sanción moratoria a la entidad aquí
demandada, por su recurso continuo e inadecuado a los
contratos de prestación de servicios, a pesar de que en
realidad ejecuta relaciones de trabajo subordinado. En la
sentencia del 25 de mayo de 2010, Rad. 37120, manifestó
al respecto:

“Para la Corte se equivocó el Tribunal al confirmar la absolución


dispuesta por el Juzgado por indemnización moratoria, en cuanto
las pruebas que denuncia el cargo como los contratos de
prestación de servicios y las constancias sobre los turnos
cumplidos por la demandante, muestran la conducta injustificada
del Instituto de acudir a la ley de contratación administrativa
para simular lo que en realidad son vínculos laborales, y así

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eludir el pago de derechos de esa naturaleza en perjuicio del


trabajador.
Y es que existen múltiples pronunciamientos judiciales en
situaciones muy similares a la aquí analizada en que esa clase
de vinculaciones realizadas por la demandada han sido
calificadas como contrarias a la ley laboral y sin embargo,
persiste en acudir a una forma de contratación impertinente para
regular verdaderas relaciones de trabajo subordinado donde van
a operar signos distintivos de contratación laboral como se
evidencia en el sub lite, con los elementos probatorios acusados
donde emerge la subordinación a que fue sometida la
demandante en el cumplimiento de sus funciones.
Esta situación inocultable ha llevado a la Corte a fijar una
posición en el sentido de que el Instituto demandado abusó de
otras formas de contratación como la prevista en la Ley 80 de
1993, para refugiarse en esa aparente legalidad, con el fin de
evadir el reconocimiento de derechos y prerrogativas que la ley
reconoce a quienes están amparados por la normatividad que
regula el trabajo humano subordinado, y que le resultaban
económicamente más gravosas.

En sentencia de 23 de febrero de 2010, rad. Nº 36506, expuso


esta Sala:

“Y en lo que tiene que ver con los varios pronunciamientos por


parte de esta Corporación en otros asuntos análogos, donde se
consideró en más de un centenar de ocasiones, que los contratos
de prestación de servicios celebrados por el Instituto de Seguros
Sociales bajo el amparo de la Ley 80 de 1993 eran en realidad
laborales y a los que alude la censura en el ataque, la verdad es
que, el ISS ha hecho caso omiso a ellos y persiste en continuar
utilizando esta forma de contratación para situaciones como la
que ocupa la atención a la Sala, en la cual como atrás se explicó,
conforme al acopio probatorio examinado, está plenamente
acreditado que el vínculo del demandante de la manera como se
desarrolló, en definitiva no encaja dentro de los presupuestos de
la citada preceptiva, lo que sumado al conocimiento que tenía la
demandada sobre lo que aflora de la realidad en el manejo de
esas relaciones, conlleva a considerar bajo estas directrices, que
el actuar sistemático del Instituto demandado se constituye en
burla de derechos fundamentales del operario.
“…
“Así las cosas, y sin hesitación alguna, el material probatorio
recaudado deja al descubierto, que el Instituto demandado no
logró acreditar una conducta tendiente a mitigar o conjurar el
incumplimiento en el reconocimiento de las prestaciones sociales
al actor, que haga derivar la buena fe y que permita eximirlo en
calidad de empleador de la consiguiente indemnización
moratoria, convirtiéndose en insostenible la posición asumida de
tiempo atrás por dicho accionado y expresada nuevamente en
este asunto en la respuesta al libelo demandatorio, esto es, de

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creer entender que el vínculo se regía por un contrato de


prestación de servicios”.

Por las razones anteriores, prospera el cargo, y la sentencia del


Tribunal será parcialmente casada en cuanto confirmó la
absolución por concepto de indemnización moratoria.”

Con fundamento en lo expuesto, el Tribunal no incurrió en


los errores de hecho que denuncia la censura.

El cargo es infundado.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo de


la parte recurrente. Se estiman las agencias en derecho en
la suma de SEIS MILLONES DE PESOS M/CTE.
($6.000.000.oo).

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, NO CASA
la sentencia dictada el 21 de julio de 2009 por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cúcuta, dentro del proceso ordinario laboral seguido por la
señora MARTHA INÉS BERBESI ESPINEL contra el
INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES.

Costas en el recurso extraordinario a cargo de la parte


recurrente. Se estiman las agencias en derecho en la suma
de SEIS MILLONES DE PESOS M/CTE. ($6.000.000.oo).

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Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase el expediente


al Tribunal de origen.

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

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