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La palabra despojo proviene del latín “despoliare”, que significa privar a alguien de

lo que tiene. Es la acción de arrebatar o quitar violentamente de una posesión o


pertenencia a una persona, un colectivo o a una comunidad. La fuerza que impone
un grupo cultural contra otro obliga siempre a la anulación o la pérdida de los
valores del más débil.

Los hechos que han marcado históricamente la vida en Guatemala se reflejan hoy
en día en las zonas rurales, en las comunidades campesinas y la realidad que
viven los pueblos indígenas y mestizos. Uno de estos hechos está relacionado con
el despojo histórico de los territorios y las tierras, el cual marca en buena medida
las contradicciones que hoy nos caracterizan como país.

En efecto, la estructura agraria sigue siendo uno de los principales nudos


problemáticos, aun cuando esto implique una complejidad que debe ser indagada,
y que se relaciona con la variabilidad territorial, con la poli-actividad del sujeto
campesino, etc. Además, porque hablar de tierra en este momento histórico,
necesariamente debe considerar una categoría de importancia fundamental,
apropiada por los sujetos antes mencionados: el territorio.
Tierra y el territorio para las comunidades campesinas y los pueblos indígenas, en
su relación simbiótica, constituyen una matriz de elementos fundantes y
fundamentales del modo de vida, cosmovisión, organización social y estrategias
de reproducción social y étnica. Esto es así debido a que la tierra y el territorio
representan para las comunidades campesinas y los pueblos indígenas la vida
misma, su espacio nutricio para la búsqueda del vivir desde una visión que asume
la complementariedad y equilibrio con la madre naturaleza.
Los antecedentes del despojo los encontramos en la época prehispánica, cuando
surge un grupo de bienes, que hoy pueden ser considerados como elementos
artísticos. Estos son perceptibles desde el momento de la aparición de excedentes
productivos en las sociedades antiguas que vivieron en el área. Estos se dieron
por distintos factores económicos y sociales, en los cuales no se va a ahondar, por
no ser tema central de la presente exposición. En esta época se puede hablar
solamente de un despojo entre grupos, centrado en el deseo de iniciar la
EL DESPOJO
construcción de una cúspide de poder control social de todos, durante la colonia, a
raíz de la presencia española, la situación empeoró ya que, el encuentro obligó a
un orden eminentemente bélico; se intimidó a los nativos, se ahorcó y quemó a
sus señores principales, por quienes se exigieron fuertes rescates y
posteriormente se les demandaron tributo.
Los españoles, desde su llegada, mostraron muy poco aprecio por la cultura local
existente. El memorial de Sololá cita que los reyes de Gumarcaah fueron
quemados por Alvarado el 7 de marzo de 524. Esto debió provocar caos y dolor
entre la numerosa población que vio morir a gran cantidad de personas en las
formas más sangrientas y feroces. Y el 12 de agosto de 1530 se impusieron
terribles tributos como el de lavar oro donde murieron varios principales, la acción
en contra de estos fue marcada, ya que Pedro de Alvarado sabía que una vez se
lograba la rendición de los reyes de las comunidades existentes, era más fácil
abalanzarse ferozmente sobre el resto de la población.
El despojo se ejecutó en forma violenta, se amedrento al resto de la población que
vea caer a los grandes señores en desgracia y posteriormente morir torturados. Y
comenzó a desarrollarse cuando las comunidades fueron arrancadas de sus
tierras después de la destrucción de sus viviendas, porque prácticamente se
exterminó su memoria histórica obligándoseles a vivir bajo nuevas circunstancias;
su papel en la sociedad fue distinto, reducido a la esclavitud en primera instancia y
a la servidumbre posteriormente.
Las poblaciones indígenas arrasadas continuaron sobreviviendo, pero sin el tesoro
de su pasado, a merced de los españoles que les imponían terribles tributos, tal
como lo indicamos anteriormente. Y además de lo que pasaron los nativos
tuvieron que trabajar en la construcción de los primeros poblados españoles y
erigiendo las ciudades.
En el siglo XV, concretamente, dos bulas papales crearon el marco para la
dominación europea del nuevo mundo y de África. En Romanus Pontifex,
concedida por el Papa Nicolás V al Rey Alfonso V de Portugal en 1452, se declaró
la guerra contra todos los que no fueran cristianos en todo el mundo y,
concretamente, se autorizó y promovió la conquista, la colonización y la
explotación de naciones no cristianas y de sus territorios. En Inter Caetera,
concedida por el Papa Alejandro VI en 1493 al Rey y la Reina de España a raíz
del viaje de Cristóbal Colón a la isla que llamó La Española, quedó oficialmente
establecido el dominio cristiano del nuevo mundo. En esta bula se autorizaba la
subyugación de los habitantes autóctonos y de sus territorios, y todas las tierras
recién descubiertas y por descubrir quedaban divididas en dos: España obtenía
los derechos de conquista y dominio de una parte del planeta y Portugal, de la
otra. Por el Tratado de Tordesillas (1494), suscrito después, se volvió a dividir el
planeta, de tal manera que la mayoría de los brasileños hablan hoy portugués y no
español, como en el resto de América Latina. Las bulas papales nunca han sido
revocadas, pese a que los representantes indígenas han pedido al Vaticano que
considere la posibilidad de hacerlo. Estas "doctrinas del descubrimiento" crearon
las bases tanto del "derecho de gentes" como del derecho internacional posterior.
De este modo, se permitió a las naciones cristianas reclamar "tierras no ocupadas"
(terra nullius) o tierras que pertenecían a "infieles" o "paganos". En muchas partes
del mundo, estos conceptos dieron lugar posteriormente a la situación en que se
encuentran hoy muchos pueblos autóctonos: naciones dependientes o bajo tutela
del Estado, cuya propiedad sobre sus tierras podría ser revocada, o "anulada", por
el gobierno en cualquier momento.
Para abreviar los asaltos, se mandaba con antelación una misión para leer el
documento, de tal forma que cuando llegarán las huestes combativas, únicamente
tenían que hacer los movimientos de batalla para llevar a cabo el despojo de las
poblaciones, lo cual, sumado a sus ventajas bélicas, les hacía más fácil el proceso
de sometimiento de los pueblos. No solamente fue una región sometida a los
dominios, si no que hubo este tipo de atropellos en todo el territorio que
actualmente comprende Guatemala.

La época colonial se caracteriza por el despojo de los territorios indígenas, el


sometimiento de los pueblos mediante la Encomienda el repartimiento, y se instala
la clase criolla como elite dominante en la región. Después de la independencia de
la corona española. Los pueblos indígenas fueron despojados de sus tierras
comunales y obligadas a un régimen de semi-esclavitud.
Los dirigentes indígenas de hoy sostienen que es esencialmente discriminatorio
que el título de propiedad indígena no conceda las mismas prerrogativas que un
título ordinario. El concepto de anulación "considera que los derechos e intereses
indígenas son inferiores a todos los demás derechos". Con arreglo al derecho y a
las costumbres indígenas, los intereses indígenas sólo pueden poseer un título
indígena y, con arreglo al derecho que aplican desde entonces los inmigrantes
europeos, el título indígena puede ser anulado.

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