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C. 609. XLIII.

RECURSO DE HECHO
Carrizo, Carlos Alberto c/ Liberty ART S.A.

Año del Bicentenario


Buenos Aires, 23 de febrero de 2010
Vistos los autos: ARecurso de hecho deducido por la actora
en la causa Carrizo, Carlos Alberto c/ Liberty ART S.A.@, para
decidir sobre su procedencia.
Considerando:
Que esta Corte comparte y hace suyos los fundamentos
y conclusiones del dictamen de la señora Procuradora Fiscal, a
los que corresponde remitir.
Por ello, se hace lugar a la queja, se declara admisible
el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Con costas. Vuelvan los autos al tribunal de origen a
fin de que, por quien corresponda, se dicte un nuevo pro-
nunciamiento con arreglo a lo expuesto. Agréguese la queja al
principal. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase. RICARDO
LUIS LORENZETTI - ELENA I. HIGHTON de NOLASCO (según su voto)-
ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (en disidencia)- JUAN CARLOS
MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI - CARMEN M. ARGIBAY (en disi-
dencia).
ES COPIA
VO-//-

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C. 609. XLIII.
RECURSO DE HECHO
Carrizo, Carlos Alberto c/ Liberty ART S.A.

Año del Bicentenario


-//-TO DE LA SEÑORA VICEPRESIDENTA DOCTORA DOÑA ELENA I.
HIGHTON de NOLASCO
Considerando:
Que esta Corte comparte y hace suyos los fundamentos
y conclusiones del dictamen de la señora Procuradora Fiscal, a
los que corresponde remitir.
Que a ellos cabe agregar que la norma contenida en
el art. 18, punto 3 del decreto 334/96 resulta igualmente
merecedora del aludido reproche constitucional por exceso
reglamentario y alteración del orden de prelación de las nor-
mas de rango superior en cuanto, desde el inicio, viene a
desconocer directamente lo establecido por el art. 27, apar-
tado 4, de la ley 24.557: "La rescisión del contrato de afi-
liación estará supeditada a la firma de un nuevo contrato por
parte del empleador con otra ART o a su incorporación en el
régimen de autoseguro".
Por ello, se hace lugar a la queja, se declara admisible
el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Con costas. Vuelvan los autos al tribunal de origen a
fin de que, por quien corresponda, se dicte un nuevo pro-
nunciamiento con arreglo a lo expuesto. Agréguese la queja al
principal. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase. ELENA I.
HIGHTON de NOLASCO.
ES COPIA
DISI-//-

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C. 609. XLIII.
RECURSO DE HECHO
Carrizo, Carlos Alberto c/ Liberty ART S.A.

Año del Bicentenario


-//-DENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON ENRIQUE
SANTIAGO PETRACCHI Y DOÑA CARMEN M. ARGIBAY
Considerando:
Que el recurso extraordinario, cuya denegación dio
origen a esta queja, es inadmisible (art. 280 del Código Pro-
cesal Civil y Comercial de la Nación).
Por ello, oída la señora Procuradora Fiscal, se desestima
la queja. Hágase saber y, oportunamente, archívese, previa
devolución del expediente principal. ENRIQUE SANTIAGO PETRAC-
CHI - CARMEN M. ARGIBAY.
ES COPIA
Recurso de hecho interpuesto por el actor, representado y patrocinado por el Dr.
Edmundo Rodolfo Filbá.
Tribunal de origen: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, Sala IX.
Tribunales que intervinieron con anterioridad: Juzgado Nacional de Primera Instan-
cia del Trabajo n° 70.

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"CARRIZO CARLOS C/LIBERTY ART S.A.
S/ACCIDENTE"
S.C. C. 609. XLIII

Procuración General de la Nación

S u p r e m a C o r t e:
- I -
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo (Sala
IX), confirmó la sentencia del inferior en cuanto rechazó el
reclamo de accidente laboral contra la Aseguradora de Riesgos
del Trabajo porque el contrato de afiliación del empleador se
encontraba extinguido por falta de pago (v. fs. 265/267 de los
autos principales, fojas que se citara en lo sucesivo).
Para así decidir, el a quo sostuvo que la parte actora soslayó

los términos del art. 18, inciso 2°, del decreto 334/96
reglamentario del art. 28 de la Ley de Riesgos del Trabajo en
cuanto se otorga a la ART la facultad de extinguir el contrato
de afiliación con el empleador a partir de la falta de pago de
dos cuotas mensuales o la acumulación de deuda por su
equivalente, previa intimación a regularizar y que a partir de
la extinción el empleador se considerará no asegurado. Agregó
que la norma no merece impugnación de orden constitucional,
pues no le causa al actor el perjuicio que se requiere para
habilitar el examen de índole constitucional, en tanto
-entiende- sin perjuicio de la falta de seguro se le otorga al
trabajador prestaciones en especie por las contingencias que

sufra (v. fs. 266, párrafo 2°)


Contra dicho pronunciamiento, el demandante dedujo
recurso extraordinario (v. fs. 269/274), que fue contestado
por la demandada (v. fs. 278/286) cuya denegación (fs.290) dio
origen a la queja en examen (v. fs. 91/101 del cuaderno
respectivo).
- II -
La impugnante sostiene que desde la demanda reclamó
el pago de la indemnización por accidente del trabajo en los
términos de la ley 24.557, planteando la inconstitucionalidad

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del art. 18 del decreto reglamentario n° 334/96, por resultar
violatoria del principio establecido en el art. 99.2 de la
Constitución Nacional porque altera el espíritu del art. 28 de
la LRT al limitar el pago a las prestaciones en especie.
-III-
Considero que el remedio federal es formalmente
admisible en cuanto se ha cuestionado la validez constitucio-
nal del art. 18 del decreto 334/96 con fundamento en que se
incurrió en exceso reglamentario al alterar el contenido del
art. 28.4 de la Ley 24.557 en violación al art. 99.2 de la
Constitución Nacional y la decisión del a quo ha sido adversa
al derecho que el interesado fundó en dicha cláusula (arts.

14, inc. 3°, de la ley 48).


Al respecto cabe señalar que como regla la declara-
ción de inconstitucionalidad de una norma es un acto de suma
gravedad institucional que debe ser considerado como ultima
ratio del orden jurídico, por lo que procede en aquellos su-
puestos donde se advierta una clara, concreta y manifiesta
afectación de las garantías consagradas en la Constitución
Nacional (Fallos 327:831; 330:855, entre muchos otros). Sólo
en el supuesto de que un decreto reglamentario desconozca o
restrinja de manera irrazonable los derechos que la ley reco-
noce o de cualquier modo subvierta su espíritu o finalidad se
contraría la jerarquía normativa configurándose un exceso del
Poder Ejecutivo en el ejercicio de las funciones que le son
encomendadas por la Constitución (Fallos 326:3521).
El art. 28 de la ley 24.557 establece en la parte
pertinente que: "si el empleador omitiera -total o parcial-
mente- el pago de las cuotas a su cargo, la ART otorgará las
prestaciones, y podrá ejecutar contra el empleador las coti-

zaciones adecuadas". El decreto reglamentario n° 334/96 en su

art. 18 y en el tema que nos ocupa (punto 3, párrafo 3°) dis-

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"CARRIZO CARLOS C/LIBERTY ART S.A.
S/ACCIDENTE"
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pone "A partir de la extinción el empleador se considerará no


asegurado. Sin perjuicio de ello, la Aseguradora deberá otor-
gar prestaciones en especie, con los alcances previstos en el
capítulo V de la ley 24.557, por las contingencias ocurridas
dentro de los DOS (2) meses posteriores a la extinción por
falta de pago, siempre que el trabajador denunciara la
contingencia hasta transcurridos DIEZ (10) días de vencido
dicho plazo".
Desde esa perspectiva, resulta por demás infundada
la reflexión del a quo cuando asimila la situación del em-
pleador contumaz con el no asegurado (v. fs. 266), sin adver-
tir que la ley expresamente dedica una regulación particular,

para cada uno de estos supuestos (ver art. 28 inciso 1° y 4°).


La interpretación que de este modo hace la Cámara de la
disposición legal específica que rige la cuestión, la desvir-
túa tornándola inoperante, privando al fallo del adecuado
sustento para su validez (Fallos 319:2476). Además, se afirma
dogmáticamente que el decisorio no le causa perjuicio a la
apelante, sin una demostración cabal del tal conclusión y sin
hacerse cargo que el gravamen se vincula con la falta de pago
de las prestaciones dinerarias reguladas en el Capítulo IV de
la LRT (v. fs. 266, párrafo segundo)
Lo expuesto evidencia que la situación jurídica y
fáctica no fue tratada con la prudencia que exigía la materia,
por el contrario, se requirió, con excesivo rigorismo, también
en primera instancia, que la actora aportara "fundamentos

precisos y convincentes" (v. fs. 207, párrafo 2°), cuando en la


demanda invocó claramente que la norma reglamentaria
violentaba el art. 99.2 de la CN, en cuanto ésta faculta al
Poder Ejecutivo a expedir las instrucciones y reglamentos que
sean necesarios para la ejecución de las leyes de la Nación

-3-
"cuidando de no alterar su espíritu con excepciones
reglamentarias" (v. fs. 30vta.). Los excesos señalados, no
condicen con la extrema cautela con que deben actuar los jue-
ces (Fallos 322:1522; 327:3231, entre otros), máxime cuando se
trata de prestaciones derivadas de infortunios laborales que
como en el caso cubren una incapacidad laborativa del 49,30%
(v. fs. 29).
En tal sentido, cabe apuntar que cuando el legisla-
dor reguló la responsabilidad por omisiones en el pago de la
cuota a cargo del empleador expresamente dispuso que "la ART
otorgará las prestaciones" en obvia alusión a las reguladas en
los Capítulos IV y V de la ley LRT (v.gr. arts. 11 a 20),
razonamiento que sin distinción alguna realiza el decreto
reglamentario 334/96 en el art. 18.1., cuando menciona que las
aseguradoras responderán por las contingencias producidas
durante la vigencia del contrato de afiliación, otorgando las
prestaciones con los alcances establecidos en los capítulos IV
y V de la LRT. Sin embargo, en el tercer apartado (art.
18.3.), la reglamentación acota la cobertura a "otorgar pres-
taciones en especie", es decir sólo a las prestaciones del
Capítulo V de la ley, para los casos como el presente.
Si bien no es materia de discusión que la ley obliga
a la ART hacerse cargo de las prestaciones aún habiendo
quedado extinguido el contrato y que el decreto, que regla-
menta la continuidad de la prestación aún después de la rup-
tura, establece un límite temporal, es del caso apuntar que la
cuestión en debate queda delimitada a que el decreto excluye a
las prestaciones dinerarias, en términos opuestos a la
generalidad de la ley que no las elimina, mantiene la
obligación de pago por un tiempo y habilita a la aseguradora a
repetir contra el empleador.
Criterio limitativo que secciona el contenido mate-

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S/ACCIDENTE"
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rial de la ley reglamentada que habla de prestaciones en ge-


neral dirigidas a cumplir con los objetivos propuestos por el
legislador que se traduce en la reparación de los daños deri-
vados de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales

(art. 1° de la LRT). En efecto, la norma impugnada regula sobre


el contenido material de las prestaciones previstas legalmente
reduciéndolas al pago en especie y sin motivo, causa o
justificación, anula las prestaciones dinerarias previstas por
la ley, todo lo cual, en definitiva, resulta perjudicial para
el trabajador damnificado.
De esta manera se introduce una separación donde la
ley no disgrega, actividad que no resiste la regla reconocida
por V.E. que establece que donde la ley no distingue, no cabe
distinguir (Fallos 304:226) y por ende torna inconstitucional
por exceso reglamentario y alteración del orden de prelación

de las normas de rango superior (arts. 31, 99, incisos 2°, de


la C.N.). La cuestionable reglamentación mencionada introdujo
modificaciones al régimen de prestaciones de la ley de riesgos
de trabajo, cuyas facultades excedieron de las previstas por
la Constitución Nacional, pues suprime beneficios legalmente
reconocidos y por lo tanto corresponde la declaración de

inconstitucionalidad del art. 18.3 del decreto n° 334/96.


Tal como V.E. lo ha afirmado, cuando una disposición
reglamentaria desconoce o restringe irrazonablemente derechos
que la ley reglamentada otorga, o de cualquier modo subvierte
su espíritu y finalidad, ello contraría el principio de
jerarquía normativa y configura un exceso en el ejercicio de
las atribuciones que la Constitución Nacional concede al Poder
Ejecutivo (Fallos 327:4932, 4937).
-IV-
Por lo dicho, estimo que corresponde hacer lugar a

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la queja, declarar procedente el recurso extraordinario, y
revocar la sentencia con el alcance indicado.

Buenos Aires, 23 de febrero de 2009.-

Es copia Dra. Marta A. Beiró de Goncalvez.

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