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¿Puede el interés público ser objetivamente definido?

Si es así, ¿en qué nos podemos basar


para definirlo y qué problemas se generan al tratar de hacerlo?

Alejandro Tobar

Introducción

El interés público objetivamente definido puede tener problemas al momento de ser precisado debido a
la visión y abordaje del concepto, esto se debe, al nacimiento y posterior distorsión de la idea de bien
común, a las complicaciones suscitadas por posturas ideológicas contradictorias como la liberal y la
socialista, y debido a la no categorización de lo que es justo. Dentro del presente ensayo se analizará el
significado de interés público, mediante la observación de los principios de justicia y bien común.

Desarrollo

La idea de bien común surge en la antigua Grecia, filósofos y pensadores como Platón o Aristóteles se
encontraron en la necesidad de comprender cuál es el rol del hombre en sociedad, y como este puede
traer prosperidad a su pueblo, desde la acción política.

Aristóteles definía al bien común no como la suma de los intereses individuales, sino al bienestar y la
prosperidad de la comunidad en su conjunto. Aristóteles sostenía que los seres humanos son seres
sociales por naturaleza y que su bienestar está intrínsecamente ligado a su participación en la vida
comunitaria.

Por otra parte, los filósofos escoceses Adam Smith, David Hume, Adam Ferguson, afirmaban que la
propia felicidad y el propio bien son las aspiraciones principales de cada persona. Pero alcanzarlos cada
uno por su cuenta suele ser una tarea extremadamente difícil, cuando no imposible. La cooperación
social, la división del trabajo, la asociación voluntaria, ayudan a cada persona a florecer y perseguir sus
valores, contribuyendo al mismo tiempo a igual pretensión de los demás. De allí que todo lo que
contribuye a fomentar tal cooperación, es decir la suma de bienes individuales, debe incluirse dentro
del concepto de bien común. (Rojas, 2021)

Desde una visión liberal el argumento central del interés público, se concentra a priori en el individuo
no solo como unidad social, sino como un sistema de fines y propósitos que busca perseguir primero su
bienestar, para luego contribuir al fin colectivo.
Rousseau sostiene de manera aparentemente contradictoria que el bien común no puede derivarse de
los intereses individuales, ya que va más allá de estos, ya sean considerados de manera individual o en
su conjunto. El bien común se manifiesta como una manifestación de la voluntad general, que se expresa
a través de un contrato social.

Esta percepción del bien común ha llevado a varios regímenes propiamente socialistas a encarcelar el
bien común al interés colectivo, por lo tanto, es justificable irrespetar las libertades individuales,
siempre que se “contribuya” a un fin común.

En ese sentido, ambas posturas ideológicas resultan limitadas a la vez que contradictorias, debido a que
crean una interpretación propia del bien común, en la cual sus principios ideológicos tienden a
enmarcarse dentro de un espacio más individualista o más colectivista.

El bien común no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social.
Siendo de todos y de cada uno, es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es
posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo, también en vistas al futuro. Esto no significa bajo ninguna
forma, que el bien común debe estar sometido únicamente al interés colectivo o comunitario, debido a
que el bien común se debe construir tanto en la dimensión social y comunitaria del bien moral.
(Pontificio Consejo, 2021)

La Res pública

En una estructura democrática, el interés público puede ser descrito como lo que beneficia en mayor
medida a la nación, abarcando las inquietudes y objeciones expresadas por la mayoría o la totalidad de
los individuos que conforman la comunidad cívica.

La imposibilidad de que no surja un interés público claro, puede deberse a que los individuos no siempre
están de acuerdo, incluso con un análisis equitativo, una gran cantidad de información y motivación
sobre lo que es mejor para ellos o para el público. En ocasiones, los individuos no logran calcular con
precisión las consecuencias negativas de sus propias acciones en la sociedad. (Theodoulou, 2004)

Aunque parece ser un problema verdaderamente complejo de abordar, este es el momento en el que
surge la idea de justicia, junto con su aplicación inmediata. La Res pública sirviendo al bien común
debe buscar lo justo, tanto en la esfera de lo individual, como de lo colectivo.

Aristóteles (349) define que la justicia es una virtud general, pues no sólo ordena todas las cosas al bien
común, sino que “hace lo mismo respecto de las demás virtudes”. Al momento de determinar un orden
de justicia natural, Aristóteles realiza la siguiente clasificación:
1. El orden de las partes a las partes: es dirigido por la justicia conmutativa, para regular los
asuntos que se realizan entre las personas; por ejemplo, en los contratos.

2. Del todo a las partes: es dirigido por la justicia distributiva, que reparte los bienes comunes,
en proporción geométrica: al que tiene más se le da menos y se le pide más; y al que tiene menos
se le da más y se le pide menos. Cada persona recibe en proporción a su contribución, es decir,
recibe lo que es debido con respecto a su estatus, cargo y función.

3. De las partes al todo: a la justicia legal pertenece ordenar al bien común todas las cosas y
acciones que son de las personas privadas, como es lo relativo a los impuestos y cargas tributarias.

La justicia y el bien común, juntos pretenden defender una distribución equitativa de recursos,
protegiendo y salvaguardando los derechos individuales, a la vez que resolviendo de manera ecuánime
todo tipo de disputas y controversias suscitadas en el marco de la sociedad.

Conclusión

· El interés público o res pública, debe ser definido en el marco objetivo de los principios de la
justicia y el bien común, porque caso contrario puede ser objeto de intereses partidistas o
ideológicos, situados dentro de una agenda política.

· Lo justo debe reglar al interés público, porque de esta forma se evitará toda forma de abusos e
intereses por parte del Estado o sus actores, tanto en la esfera de lo público como de lo privado.

· Cualquier forma de interacción social dentro de la sociedad y en todos sus niveles, ya sea en el
ámbito familiar, en grupos intermedios, asociaciones, empresas, comunidades locales, regiones,
Estados o incluso entre naciones, no puede evadir la importancia de la búsqueda y consecución del
bien común.

Bibliografía

Aristóteles. (1873). Ética a Nicómaco. Madrid: EDIN.

Pontificio Consejo, J. y. (2021). Doctrina Social de la Iglesia. Roma: Libreria Editrice


Vaticana.

Rojas, R. (2021). Universidad Francisco Marroquin. Obtenido de


https://derecho.ufm.edu/idea/que-se-entiende-por-el-bien-comun/

Theodoulou, S. Z. (2004). The art of the game. Belmont: Wadsworth Thomson Learning.

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