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SENTENCIA SL663-2018

Radicación n° 64366
MP: CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

Decide la sala el recurso de casación que interpuso CLAUDIA PATRICIA GONZALEZ VANEGAS
contra la sentencia proferida por el Tribunal superior del distrito judicial de Bogotá en el
proceso que adelanta contra HOLOMÉDICA E.U.

ANTECEDENTES
La accionante promovió demanda laboral contra Holomédica E.U., con el propósito de que se declare
la existencia de un contrato de trabajo entre las partes desde «marzo de 2000» hasta «julio de
2009». Y se condenara a la demandada a cancelarle las cesantías y los intereses a las mismas, prima
de servicios y vacaciones.
También solicitó que se declare que la renuncia presentada por la demandante constituyó un despido
indirecto. En tal medida, reclamó el reconocimiento de la indemnización por despido injusto, las
sanciones moratorias del artículo 65 ibidem y 99 de la Ley 50 de 1990, los aportes a pensión por el
periodo laborado y la indexación de las sumas adeudadas.
La actora alegó que prestó servicios de forma personal y subordinada a la demandada en el área de
depilación láser entre el «mes de marzo de 2000» y «julio de 2009»; que la empresa tiene como
objeto social, entre otros, la prestación de consultas médicas y aplicación de métodos de estética que
ayuden a la salud humana; sin embargo, también suministra servicios en el área estética, entre ellos,
la depilación corporal; que devengó un salario básico que se incrementó mes a mes, más una
remuneración variable de acuerdo al número de pacientes atendidos, y una «bonificación» y que su
último salario ascendió a $2.100.000; que inicialmente no firmó ningún contrato por escrito; empero,
el 10 de enero de 2006 y, posteriormente, el 1.º de enero de 2007, suscribió contratos de prestación
de servicios vigentes hasta el 20 de diciembre de 2007 y el 31 del mismo mes de 2008,
respectivamente; que pese a que este último no se renovó, la demandante continuó al servicio de la
accionada hasta el «15 de julio de 2.009», fecha en la que aquella decidió renunciar, motivada en que
la representante legal de la empresa le comunicó verbalmente que «su horario sería entregado a una
tercera persona (…) teniendo como antecedente que [la actora] no tiene disponibilidad en las tardes».
Aunado a eso afirmó que presto servicios con equipos de la empresa, cumplió un horario, con
actividades previamente establecidas en un cronograma, no le solicitaban los comprobantes de
aportes para que se le fuera cancelado sus salarios por lo tanto dejo de cotizar 9 años.

Holomédica E.U. se opuso a las pretensiones de la demanda. De los hechos, aceptó la prestación
personal del servicio por parte de la actora pero de forma discontinua según su disponibilidad de
tiempo, la suscripción de un contrato de prestación de servicios desde el «1º de enero de 2007 con
vigencia inicial hasta diciembre de 2008» prorrogado automáticamente y vigente hasta el 10 de julio
de 2009, fecha en la que la demandante «presentó una carta para terminar el contrato de prestación
de servicios» de forma voluntaria y por motivos personales, aceptó el objeto social de la empresa, y el
no pago de prestaciones sociales y aportes a la seguridad social por tratarse de un contrato de origen
civil, propuso las excepciones de inexistencia de la obligación, buena fe, prescripción y cobro de lo no
debido.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


El Juzgado Dieciséis Adjunto Laboral del Circuito de Bogotá D.C., mediante sentencia de 6 de
diciembre de 2011, absolvió a la demandada de todas las pretensiones incoadas en su contra por la
actora, a quien le impuso las costas del proceso.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


El tribunal confirmó la sentencia de primera instancia en su totalidad y en lo que interesa al recurso
indicó como problema jurídico: determinar si las pruebas allegadas al proceso daban cuenta de la
existencia de un contrato de trabajo entre las partes y, de ser así verificar los extremos temporales de
la relación a fin de establecer si hay a lugar imponer condena alguna como consecuencia de tal
declaración.
Señaló el tribunal que, de conformidad con lo aplicado por la Corte, una vez demostrada la prestación
personal del servicio y aplicada la presunción de que la relación se rigió por un contrato de trabajo, le
corresponde a la parte demandada desvirtuar dicha presunción, mediante la demostración de otro
nexo contractual diferente al de trabajo o a través de la acreditación de la ausencia de subordinación.
Al final el Tribunal logró comprobar la prestación personal del servicio y por tanto la presunción de la
existencia de un contrato de trabajo.
El Tribunal analizó los testimonios de la cual dedujo que el demandante era autónoma en el manejo
de su tiempo, pues los testigos afirmaban que ella manejaba su agenda, que asistía a la empresa una
vez por semana o semana de por medio, y en otras ocasiones no se encontraba en su lugar de
trabajo y además de que el servicio se liquidaba con una cuantía que se determinaba de acuerdo al
trabajo realizado y que en varias ocasiones no atendía su agenda porque estaba bloqueada por que
se iba de paseo o tenía actividades familiares, donde ninguno confirmaba una subordinación ni un
cumplimiento de horario, además de que la demandante tenía ciertos días y ciertas horas para la
atención y que ella no recibía órdenes de nadie porque realizaba sus procedimientos en forma directa
y con plena autonomía.

Además, dijo el Tribunal que, sobre la afirmación del uso de los equipos de la empresa, no era prueba
suficiente para decir que la actora estaba bajo un contrato de trabajo, dado que el material
probatorio daba cuenta de una autonomía con la que esta actuaba, y en consecuencia se encontraba
acreditado que la prestación personal del servicio se dio bajo una modalidad diferente al contrato de
trabajo, porque se realizó de forma independiente, que el empleador desvirtuó la subordinación. Por
estas y otras razones el ad quem confirmo en su integridad la sentencia del a quo.

RECURSO DE CASACIÓN
Interpuesto por la demandante, concedido por el Tribunal y admitido por la Corte quien procedió a
resolverlo.
La parte actora pretende que en sede de instancia la Corte case totalmente la sentencia del Tribunal y
formuló el cargo por la causal primera de casación, replicado oportunamente con un único cargo
CARGO ÚNICO-formula el ataque por la vía indirecta “por error de hecho por apreciación errónea del
material probatorio, esto a juicio de la censura, por no dar demostrado la relación laboral entre las
partes, no haber dado por demostrado que las funciones que desempeño la demandante son
actividades de giro ordinario de la demandada y dar por demostrado sin estarlo que entre las partes
existió una relación de prestación de servicios.
En desarrolló del cargo explicó que se entiende por contratista independiente de conformidad con el
art. 34 del C.S.T lo cual afirmó que la actora adquirió conocimientos para desempeñar su cargo a
través de la capacitación que le brindó la accionada al iniciar la relación laboral, afirma que el ad
quem dejó de valorar testimonios que si laboraron de forma continua con ella y le dio prevalencia a
testimonios de personas que eran flotantes en la empresa, por lo que a juicio de la recurrente no
podían brindar información suficiente acerca de la vinculación de la demandante. Manifestó que el
contratista independie

PROBLEMA JURÍDICO QUE RESUELVE LA CORTE


Le corresponde a la sala verificar si la convocada a juicio logro desvirtuar la presunción que se erige a
favor de su contraparte, previo examen objetivo de los medios probatorios calificados denunciados
en casación como erróneamente valorados o dejados de apreciar por el tribunal.

(la presunción es que por haber prestación personal del servicio hay contrato de trabajo)

La censura alude a la falta de valoración de la primera de las estipulaciones trascritas, para referir
que, la empresa le brindaba a la actora capacitaciones a fin de prestar el servicio, lo cual, en su sentir,
desvirtúa la relación de carácter civil, toda vez que el conocimiento técnico es un presupuesto
necesario para que el contrato sea de tal naturaleza y no laboral.

Es de recordar que, si bien en el contrato de prestación de servicios no existe subordinación jurídica,


si es dable que en algunas ocasiones se configure una especie de subordinación técnica, es decir que
el contratista puede recibir del contratante, instrumentos o instrucciones fundamentales para el
desarrollo de su labor a fin de cumplir con estándares obligatorios que, como en el caso, estén
enmarcados en políticas de salud, tal y como ya lo ha explicado esta sala.

El contrato de prestación de servicios se caracteriza por la independencia o autonomía que tiene el


contratista para ejecutar la labor convenida con el contratante, lo cual lo exime de recibir órdenes
para el desarrollo de sus actividades; no significa que en este tipo de contratación esté vedada la
generación de instrucciones, pues es viable que en función de una adecuada coordinación enmarcada
en políticas de salud obligatorias y en el manejo de equipos de alta tecnología y no en la imposición
de los estándares de la empresa accionada, lo importante es que esas acciones no desborden su
finalidad a punto de convertir esa coordinación en la subordinación propia del contrato de trabajo.
Por eso, el Tribunal no erró como lo dice la censura, porque la actora actuó con plena autonomía
profesional, lo cual lo dedujo de los testimonios en la apreciación de las pruebas

Sobre el caso en concreto la accionada negó la presencia de subordinación alguna en la vinculación,


dado que afirmo que ella contaba con la idoneidad técnica para ejercer la actividad, además que tenía
autonomía para tal fin, en tanto dijo que manejaba su agenda. Además, su sueldo dependía del
número de personas que atendida en el mes, y aunque Holomédica aceptó que el oficio que
desempeñaba la accionante era propio del objeto social de la empresa y se ejecutó con los elementos
de propiedad de la empresa, la corte advirtió que en nada desdibuja el contrato de prestación de
servicios, pues si bien en este tipo de contratos los contratistas desempeñan sus funciones con sus
propias herramientas, lo cierto es que bajo ciertas y particulares circunstancias es posible que esa
actividad autónoma e independiente se desarrolle en las instalaciones del contratante y con los
elementos de su propiedad necesarios para la ejecución de la labor encomendada. Y en estos eventos
le corresponde al juez en casa caso concreto determinar cuando se someta a juicio el principio de la
realidad sobre las formas con el fin de que se establezca la existencia de un contrato de trabajo,
analizar las particularidades fácticas propias del litigio a fin de establecer o desechar los elementos
configurativos de la subordinación.

Por eso la corte señaló que si las tareas confiadas al contratistas son conexas y afines con el objeto
principal de la empresa y tienen vocación de permanencia, serán un indicativo de la relación laboral,
pero se trata de un factor indicativo pero no el único que eventualmente permita predicar la
existencia de un c.t, como quiera que el Tribunal encontró desvirtuada la subordinación jurídica
puesto que la actora llevó a cabos las labores del servicio de la convocada a juicio con total
autonomía y libertad y tal circunstancia no acarrea la declaratoria de la existencia del c.t.

RATIO DECIDENDI
El art. 24 del código sustantivo establece una presunción iuris tantum en favor de quien invoca el
principio de la primacía de la realidad sobre las formas, de modo que basta acreditar la prestación
personal del servicio para suponer la existencia de la relación de trabajo, siempre que la parte
accionada no demuestre lo contrario, y traslada la carga de la prueba al demandado y constituye una
excepción a la regla general contenida en el art. 177 del C.P.C. Se reitera que, conforme al art. 23 del
C.S.T. para que se establezca la existencia de un contrato de trabajo, se requiere la concurrencia de
tres elementos: la prestación personal del servicio, la subordinación y el salario y de acuerdo con el
art. 24 ibidem, probada la prestación del servicio, se presume la subordinación; sin embargo cuando
se logra demostrar que en el desarrollo de la relación, la contratista realmente tuvo la autonomía
para ejecutar su labor, la prestación queda desvirtuada.

DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de justicia, la sala de casación laboral NO CASA la
sentencia proferida por el Tribunal superior del distrito judicial de Bogotá en el proceso ordinario
laboral que CLAUDIA PATRICIA GONZÁLEZ VANEGAS adelante contra HOLOMÉDICA E.U.

SENTENCIA SL Radicación No.35998 de 2009


MP: LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ
Decide la sala el recurso de casación interpuesto por la ADMINISTRADORA DE FONDO DE PENSIONES
Y CESANTÍAS SANTANDER S.A contra el fallo del Tribunal Superior de Sincelejo, dentro del proceso
ordinario que adelantó JAIME ENRIQUE ISOZA CABRERA contra la ADMINISTRADORA, la recurrente.

ANTECEDENTES
Jaime Enrique Isoza Cabrera demandó a la administradora de fondos para que se declarara la
existencia de un contrato de trabajo a término fijo entre 1° de junio del 99 al 11 de octubre de 2000
según el cual fue terminado unilateralmente, ilegal y sin justa causa por la empleadora, cuando
estaba en trámite un conflicto colectivo económico, y que cuando terminó el contrato no le pagaron
salarios, prestaciones e indemnizaciones y que se condenara a reintegrarlo al cargo o uno de igual o
superior categoría, a pagarle salarios, prestaciones compatibles con el reintegro, que se declarara sin
solución de continuidad su c.t y también el pago de dinero descontado ilegalmente de sus
prestaciones sociales, la indemnización por despido injusto, la moratoria del art. 65 y la laboral sobre
los derechos que no generen moratoria.

Aludió que laboró al servicio de la demandada por un contrato a termino fijo, era ejecutivo de cuenta
y su ultimo salario eran 400k entre el 19 de abril del 99 y el 16 de noviembre de 2000, nunca recibió
llamado de atención, siempre su conducta fue ejemplar y no le pagaron sus salarios, prestaciones e
indemnizaciones en su totalidad.

La demandada sólo admitió los extremos temporales del c.t, la modalidad, el cargo, y la existencia del
conflicto colectivo, se opuso a las pretensiones argumentando que el despido fue con justa causa y se
comprobó, propuso las excepciones de inexistencia de la obligación, pago y cobro de lo no debido.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


El juzgador de primera instancia condenó a la demandada al reintegro del actor o a otro de igual o
superior categoría y a pagarle salarios desde su despido hasta el reintegro, la absolvió del pago de las
prestaciones sociales, y no estudió las pretensiones subsidiarias, declaró no probadas las excepciones
e impuso costas a este.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


La demanda apeló la sentencia del ad quo porque el ad quem confirmó la decisión de primera
instancia.
El Tribunal consideró que la carta de despido en la cual se expuso la causal como la comisión de una
falta grave, la cual fue el incumplimiento de las metas comerciales y los cuadros de producción
comercial que demuestran un bajo rendimiento en la productividad, el Tribunal arugye que en el
proceso no se probó que la empresa demandada observara cabalmente el procedimiento del art. 2°
del decreto 1373 de 1966 SOBRE EL PROCEDIMIENTO PARA EL DESPIDO EN CASO DE DEFICIENTE
RENDIMIENTO, por lo tanto el despido es injusto, a pesar de que la demandada en su carta de
despido explicara su inconformidad con las explicaciones rendidas por el trabajador, este no fue
aportado al proceso. Y aplicando la analogía del art. 145 del CSTSS el art. 174 del CPC que consagra
que, toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas regular y oportunamente allegadas al
proceso, SE TIENE que los elementos materiales probatorios de este proceso sin insuficientes para
declarar el despido justo al desconocerse las explicaciones que presumiblemente rindió en el ejercicio
de su derecho de defensa el trabajador ante la administradora, por eso y la inobservancia del
procedimiento para el despido, este es injusto.

RECURSO DE CASACIÓN
Interpuesto por la demandada para que case en su totalidad de la sentencia recurrida y que en sede
de instancia de revoque la decisión del Tribunal en cuanto a las condenas y se absuelva de las
pretensiones de la demanda.
Formuló un único cargo que fue replicado oportunamente
CARGO ÚNICO-por vía indirecta, acusa la aplicación indebida de los art. 7° literal a numeral 6 y 9 del
Decreto 2351 de 1965; 2° del decreto 1373 de 1966 y el numeral 3° del art. 6° de la ley 50 del 90, con
relación al art. 25 del decreto 2351 de 1965, por apreciación errónea del c.t del 1° de febrero del 99,
la carta de despido, el cuadro de las metas y el de producción, que el tribunal incurrió en no dar por
demostrado, estándolo que el contrato se calificó como falta grave por incumplimiento de las metas
contenidas en el documento denominado Estándares de Productividad, no dar por demostrado
estándolo que la administradora invocó como justa causa para terminar el c.t del accionante haber
incurrido en una falta calificada como grave en el c.t como era la de incumplir con las metas
establecidas por el empleador, y que esa falta grave invocada por la administradora al actor como
causa de terminación de su contrato, estaba establecida de manera clara, precisa, y concreta en el
contrato.
Y dar por demostrado, contra la evidencia que aportó que los hechos invocados por la administradora
como causa de terminación del contrato corresponden al deficiente rendimiento en el trabajo, y que
la empresa estaba obligada a cumplir el procedimiento previsto en la ley para los despidos por
deficiente rendimiento del trabajador, y no dar por demostrado, estándolo, que el contrato del señor
Jaime Isoza terminó por justas causas oportunamente invocadas por la administradora.
Expresa que la condición legalmente exigida para que una determinada conducta se tenga como falta
grave es que la calificación quede registrada en la convención, pacto, reglamento interno o contrato
de trabajo, por lo que el Tribunal erra cuando no encuentra que la falta atribuida al actor está
calificada de manera clara, precisa y concreta con el contrato de las partes, que el art. 7°, numeral 6
del decreto 2351 de 1965, establece como justa causa para la terminación del contrato, cualquier
falta grave calificada así en pacto, convención, reglamento o contrato individual y que la empleadora
en el contrato de trabajo calificó como falta grave el incumplimiento de las metas establecidas por el
empleador contenidas en el documento estándares de productividad, que ese incumplimiento del
actor a las metas de ventas fijadas en los estándares de productividad, fue la única y suficiente razón
invocada por la empresa para terminar el c.t, calificada como falta grave en el contrato de trabajo y
no el bajo rendimiento en la productividad del actor como con error grave lo consideró el Tribunal.

PROBLEMA JURIDICO QUE RESUELVE LA CORTE


La sala se centra en determinar si el Tribunal erró al considerar que el despido obedeció al deficiente
rendimiento del trabajador en sus labores y que debía seguirse el procedimiento previsto en el art. 2°
del decreto 1373 de 1966.
La Corte considera que es cierto indudablemente que el contrato de trabajo suscrito entre las partes
se calificó en la cláusula séptima, parágrafo, literal n, como falta grave que justificaba la terminación
del contrato de trabajo por parte del empleador, de incumplir las metas establecidas por el
empleador que contenían el documento Estándares de producción, igual que la comunicación del
despido del actor se le invocó como motivo el incumplimiento de su parte de las metas como
sustento legal de la falta grave calificada como tal en el c.t. pero que el Tribunal consideró que la
causal aducida por administradora fue el deficiente rendimiento del trabajador y frente al cual tenía
que seguirse el procedimiento previsto en el art. 2° del decreto 1373 de 1966. La comparación entre
lo acreditado en el c.t, la causal invocada y la conclusión del Tribunal muestra el equívoco en que
incurrió al considerar que el motivo del despido había sido el deficiente rendimiento del trabajador
en sus labores, pues eso como causal de despido, no necesariamente guarda relación con la actividad
de vendedor que desempeña una asalariado, pues aquella tiene una naturaleza genérica, mientras
que la aducida por la empleadora de acuerdo con el c.t es concreta y específica ya que se refiere a
una determinada actividad como son las ventas que debe realizar el operario en el tiempo acordado
contractualmente.

Por eso el Tribunal se equivocó al considerar como causal del despido un motivo que no fue el que
realmente alegó la empresa y que por ende el cargo es fundado, pues de conformidad con el numeral
6° del art. 7° literal a) del decreto 2351 de 1965, es justa causa del despido por parte del empleador el
que el trabajador incurra en una falta grave calificada como tal en pacto, convención colectiva,
reglamento o contrato de trabajo.

RATIO DECIDENDI
Sin embargo, la Sala llegó a la misma decisión que el Tribunal por razón a que el hecho de que una
conducta del trabajador sea calificada en el contrato de trabajo como falta grave que faculte al
empleador para terminar el vínculo contractual por justa causa, no significa que el juez no pueda
examinar los motivos aducidos para determinar si efectivamente el trabajador incurrió en dicha falta.
No juzgará la gravedad de esta porque esa calificación fue convenida por las partes previamente, pero
sí, si el trabajador incurrió en la conducta antilaboral, ya que en esos eventos no opera la
responsabilidad objetiva.
Como la administradora no aportó al expediente la comunicación en la que el trabajador dio sus
razones frente al requerimiento de la empresa no puede determinarse si efectivamente tales razones
son o no justificativas, y no hay medio de convicción que respalde que el trabajador tenía pleno
conocimiento del cuadro de metas comerciales de la empresa en los meses anteriores a su despido,
por lo que eso constituye una simple declaración de parte, y para la Sala no es posible establecer con
certeza si las metas de la empresa fueron comunicadas previamente al subordinado para concluir un
incumplimiento de su parte ya que no hay pruebas en el expediente que apunten en esa dirección y
en el interrogatorio de parte del demandante, dijo que no es cierto que recibió de la empresa los
estándares mínimos de producción que no se pasó ninguna comunicación por razón a que nunca les
decían cuál era la producción mes a mes, que no tenían una producción mínima y no había una orden
de la empresa, y en cuanto al dato de puntos porcentuales logrados tampoco puede desprende que el
actor hubiere incumplido las metas porque no se sabe cuales eran las metas y se reitera no se sabe si
fueron comunicadas previamente al trabajador, porque ese documento no aparece suscrito o
manuscrito por el demandante o que hubiera sido aceptado expresamente por el mismo. No hay
condena en costa porque el cargo resultó fundado en parte, aunque inútil para desquiciar la
sentencia.

DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, sala de casación laboral NO CASA la sentencia
proferida por el Tribunal de superior de Sincelejo dentro del proceso ordinario laboral adelantado por
JAIIME ENRIQUE ISOZA CABRERA contra la sociedad ADMINISTRADORA DE FONDOS DE PENSIONES Y
CESANTÍAS SANTANDER S.A.

SENTENCIA SL Radicación N°40079 de 2012


MP: CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

Decide la sala el recurso de casación interpuesto por SAUL FORERO AMAYA, contra la sentencia que
dictó al Tribunal superior del Distrito judicial de Bogotá en el proceso ordinario laboral que adelantó
el recurrente contra la FIDUCIARIA TEQUENDAMA S.A

ANTECEDENTES
En la demanda inicial el actor demandó a la fiduciaria con el fin de que se declarara un contrato de
trabajo y se le condenara al pago de acreencias laborales, indemnización por despido injusto, mora y
daños morales causados, además de lo ultra y extrapetita, y la indexación de las condenas.
Dijo que la relación laboral fue entre el 18 de julio de 2002 y el 15 de agosto de 2003, que fue
vinculado por decisión de la junta directiva de la demandada en el cargo de mas alto nivel conforme a
las disposiciones de la Superfinanciera, que no recibió salarios, cesantías, vacaciones, primas de
servicios y demás prestaciones desde el inicio de su relación hasta su finalización y que presentó
renuncia a su cargo por causa imputable al empleador.

La fiduciaria negó la existencia del contrato de trabajo y aclaró que el demandante se desempeñó
como oficial de cumplimiento de Fiduciaria Tequendama en virtud del contrato de trabajo con el
banco Tequendama, entidad en la que también era jefe de división, Explicó que la junta directiva de la
demandada lo designó como oficial de cumplimiento, en atención a lo dispuesto en la circular No. 046
de octubre de 2002, y que los reportes que periódicamente le presentaba tanto a la junta de la
accionada como a los entes de control del sector financiero, se hacían acatando las disposiciones de
la entonces Superintendencia Bancaria mas no de la sociedad demandada; aclaro que el oficial de
cumplimiento "puede" desempeñar sus funciones hasta en cinco entidades diferentes sin que
implique cada una deba vincularlo laboralmente; que las funciones de dicho cargo están estipuladas
en el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero y que la posesión ante la superintendencia del ramo
obedece a disposiciones de dicha entidad y no a las propias de la demandada; negó que la Fiduciaria
Tequendama le impartiera órdenes e instrucciones y afirmó que el actor desempeñaba sus funciones
en las instalaciones del Banco Tequendama que a su vez lo proveía de equipos, personal de apoyo y
presupuesto; que como no existía contrato de trabajo, era también inexistente la obligación de
cancelarle las acreencias laborales demandadas, y que el actor estuvo vinculado con el Banco hasta el
30 de abril de 2003, que terminó el contrato por mutuo acuerdo y también ese día renunció a la
fiduciaria y que posteriormente el 3 de junio de 2003 se vinculó a la Fiduciaria para desempeñar
nuevamente las funciones de oficial de cumplimiento mediante contrato de prestación de servicios.
Propuso las excepciones de ineptitud de la demanda por indebida acumulación de pretensiones,
prescripción, inexistencia de la obligación, compensación y la genérica.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


El juzgado 17 laboral del circuito de Bogotá absolvió a la demandada de todas las pretensiones de la
demanda y condenó en costas al demandante.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


El Tribunal superior del distrito Judicial de Bogotá confirmó la decisión absolutoria del ad quo, y al
revisar las pruebas que el apelante acusó de errónea apreciación, dedujo que estuvo vinculado con el
Banco y que por decisión de la junta directiva de Fiduciaria Tequendama fue designado como oficial
de cumplimiento conforme a lo previsto en la circular antes mencionada proferida por la
Superfinanciera la cual no implicaba en sí una vinculación laboral, y que los reportes periódicos que
presentaba el demandante a la junta directiva de la fiduciaria los aportaba también a la Unidad
Especial de Información UAIF, sin que recibiera instrucción de la junta directa porque esas funciones
se encontraban en la circular y que no había vinculo alguno con la fiduciaria pues la función de oficial
la realizó a la vez con la de gerente del banco, eso se corrobora con la prueba documental por la cual
la directora de gestión humana certificó: que el SAUL FORERO AMAYA prestó sus servicios al Banco
Tequendama a través de un contrato de trabajo el cual tuvo vigencia entre el 1 de Noviembre de
1992 al 1 de mayo de 2003, fecha en la cual el contrato de trabajo terminó por mutuo acuerdo de las
partes para lo cual se suscribió el acta de conciliación No 16 ante la Inspección 17 del trabajo, previo
pago de cule suma de $122.691.988.00 millones de pesos a título de suma conciliatoria"; además
expresó que el último cargo desempeñado por el actor fue el de Gerente de División.

Por lo anterior el Tribunal concluyó que el demandante estuvo vinculado mediante un contrato de
trabajo con el banco desde el 1° de noviembre de 1992 a 3 de mayo de 2003 y que por decisión de la
junta directiva de la fiduciaria fue designado como oficial de cumplimiento por mandato legal y que
eso no implicaba en sí una vinculación laboral, que debía rendir informes a la Junta directiva
demandada sin que por tales hechos se pueda predicar la existencia de la relación laboral deprecada
en los términos del art. 22 y siguientes del C.S.T, ya que no se encontró probada la subordinación,
elemento necesario para establecer si entre las partes de la litis existió un contrato de trabajo.
Reiteró una sentencia de corte, dijo que no basta a la vista de una disposición legal que una persona
reciba de otra un servicio para que por ese solo hecho se convierta en patrono, se requiere además la
concurrencia de dos requisitos: 1. Que el servicio sea prestado bajo la continua dependencia o
subordinación de quien lo recibe y, 2. que el beneficiario del mismo lo remunere. Si fuere suficiente la
recepción del servicio, el prestado gratuitamente como el rendido por trabajadores independientes le
daría a su receptor el carácter de patrono con las obligaciones que esta calidad jurídica impone la Ley
del Trabajo, respecto de los elementos de la subordinación hay diversas teorías como la personal, la
técnica la económica, la jurídica y esa última hace consistir en la posibilidad jurídica que tiene el
patrono para dar órdenes e instrucciones en cualquier momento y en la obligación correlativa del
trabajador para acatar su cumplimiento.

RECURSO DE CASACION
Lo interpone el apoderado del demandante por la causal primera de casación, pretende que se case
el fallo del tribunal y se revoque la sentencia del juzgador de primera instancia, condene a la
fiduciaria a las pretensiones de la demanda
Formuló tres cargos que fueron replicados oportunamente y se estudiaron conjuntamente por su
conexidad argumentativa.
PRIMER CARGO- el recurrente acusa la causal primera de casación contemplada en el art. 7 de la ley
16 de 1969 por violar en forma indirecta en aplicación indebida de los art. 19, 21, 23, 24, 64 y 65 del
c.s.t y demás disposiciones, por cuanto el tribunal dio por demostrado sin estarlo que el demandante
no estuvo vinculado con la fiduciaria sino que fue designado por esta como oficial de cumplimiento
en virtud del c.t que tenía con el banco, que no tiene por establecido que el banco y la fiduciaria son
entidades autónomas e independientes en su funcionamiento con personería jurídica diferente, con
régimen laboral excluyente sin que se predique la unidad de empresa, sus relaciones laborales eran
absolutamente independientes porque con una terminó en una fecha y con la otra en otra fecha, que
si se demostró la subordinación con instrucciones específicas cosa que el tribunal no dio por
demostrado, y que los yerros facticos se originaron en la equivocada estimación de las pruebas.
(i) el contrato de trabajo que lo vinculó con el Banco Tequendama, no implicaba el que ejerciera como
oficial de cumplimiento de la Fiduciaria Tequendama; (ii) las citadas entidades son dos personas
jurídicas autónomas e independientes entre sí, respecto de las cuales no se ha "predicado la figura
jurídica de la unidad de empresa"; (iii) designaci6n como oficial de cumplimiento de la fiduciaria
provino de la decisión de su junta directiva de la que recibi6 instrucciones específicas que implican
subordinación, mas no de "la circular de la Superintendencia Bancaria"; (v) los informes presentados
por el actor a la fiduciaria, dan cuenta del cumplimiento de las funciones asignadas a su cargo, el cual
forma parte de la planta de personal de la accionada; (vi) la terminación por mutuo acuerdo del
contrato de trabajo que lo vincula con el Banco Tequendama, tuvo lugar el 9 de mayo de 2003,
mientras que la relación con la fiduciaria concluyó el 15 de agosto de la misma anualidad; y (vi) en el
contrato de trabajo suscrito con el Banco Tequendama, no se pactó el que ejerciera como oficial de
cumplimiento de la Fiduciaria Tequendama.

Añade que la subordinación laboral que no encontró demostrada el ad quem, se acredita con la
abundante documental que da cuenta de los informes relacionados con las funciones del cargo que
desarrollaba en cumplimiento de las ordenes que le impartía la fiduciaria, y que, si el colegiado
hubiere "valorado suficientemente las pruebas obrantes en el expediente", habría revocado la
decisión de primera instancia y habría despachado favorablemente las súplicas de la demanda.
Reitera que el actor terminó con justa causa (despido indirecto) el contrato de trabajo, y que por
tanto tiene derecho a las acreencias laborales impetradas en la demanda.

SEGUNDO Y TERCER CARGO- Acusa la sentencia por la causal primera de casación, "por violar en
forma directa en la modalidad de aplicación indebida del artículo 65 del C.S.T en relación con los
artículos 19, 21, 134, 55, 193, 127, 128, (art. 14 y 15 Ley 50 de 1990) del Código Sustantivo del
Trabajo, sustenta manifestando que Se aplica indebidamente el artículo 65 del C. ST al abstenerse de
condenar a los salarios caídos, porque no hubo condena por salarios y prestaciones lo cual es
contradictorio, pues haberse valorado la totalidad de las pruebas, se hubiese establecido que la
demandada nunca pag6 los salarios y prestaciones al actor y además con toda razón hay
interpretación errónea del artículo 65 del C. S. T. cuando se le da un alcance equivocado pues la
norma citada obligue a pagar los salarios y prestaciones en forma complete, y el ad-quem, así lo debió
reconocerlo, como quiera que a lo largo de la relación laboral no se pagaron los salarios, como
tampoco las prestaciones al finalizarla.

En la replica señala que en el proceso no se demostró la configuración del contrato de trabajo, que el
actor no incluyó la circular en la que el ad quem basó su decisión en el listado de las pruebas
equivocadamente apreciadas, que no existe deuda laboral que justifique la aplicación del art. 65 del
código porque actuó con buena fe y discutió válidamente la inexistencia del c.t.

PROBLEMA JURÍDICO QUE RESUELVE LA CORTE


1.Previa la resolución de los ataques que formula la censura, dado que el actor estuvo vinculado con
el Banco Tequendama mediante un contrato de trabajo, y discute la existencia simultanea de otro de
igual naturaleza con la aquí demandada Fiduciaria Tequendama, ambas pertenecientes al mismo
grupo empresarial, importa recordar las exigencias que, para la coexistencia de contratos de trabajo,
ha señalado de vieja data la Jurisprudencia de esta Sala.
2.La sala verificará si el demandante ahora recurrente, demostró que la actividad que desarrollaba en
el Banco Tequendama era sin duda diferente en la ocasión momento u oportunidad a las funciones
que desempeñaba en la Fiduciaria Tequendama y no obstante a ellos el Tribunal erró en su juicio por
la equivocada estimación de las pruebas que relaciona en el primer cargo.

Resolviendo el problema jurídico la sala encontró en efecto que el actor fue designado por la junta
directiva como oficial de cumplimiento y al confrontarla con la sentencia impugnada encontró que así
mismo lo infirió el tribunal cuando dijo que halló el nombramiento del señor SAUL como oficial de
cumplimiento designado por la junta directiva de la fiduciaria, pues aunque la censura lo acusa de
errónea estimación, si obra referencia de actas de junta directiva por las cuales designaron al actor
como oficial de la fiduciaria, siendo así no incurrió el sentenciador en los errores de valoración que le
impone la censura. Tanto así que el actor como oficial de cumplimiento en virtud de la sinergia
corporativa le reportaba al auditor general del banco y contaba con un equipo humano y técnico para
el desarrollo de sus funciones, en una oficina ubicada en el banco, entidad que le daba presupuestos
necesarios para el y su equipo para el cumplimiento de sus funciones, todo conforme contrato de
Sinergia corporativa suscritos entre las dos entidades, puesto que el cargo de oficial fue ordenado en
la tantas veces mencionada circular de 2002 de la superbancaria – Superfinanciera ese cargo se
diseño en el organigrama del banco y de la fiduciaria y por tanto el actor estuvo vinculado mediante
un contrato de trabajo con el banco sin que eso quiera decir que se encuentra probada la existencia
de la relación laboral que predica la censura en los términos del art. 22 y siguientes del código ya que
no se encontró probada la subordinación con la fiduciaria, ya que es un elemento necesario para
establecer si entre las partes de la litis existió un contrato de trabajo y aunque la censura no
cuestionó la circular, ni la certificación laboral del banco, la sala dedujo de manera razonable que esos
hechos no permiten predicar la existencia de la relación laboral deprecada en el art. 22 del código ya
que se reitera NO SE ENCONTRÓ PROBADA LA SUBORDINACION.

Para la Sala, el juicio de valor que el Tribunal le imprimió a la documental en cuestión es ponderado y
acorde con la jurisprudencia, porque su examen no permite dilucidar, en forma suficiente, clara e
indiscutible, que respecto del actor coexistieron dos contratos, uno con el Banco Tequendama y otro
con la Fiduciaria Tequendama, ambas compañías, pertenecientes a un mismo grupo empresarial.

Es cierto que la demandada designó al actor como oficial de cumplimiento; que en desarrollo de tales
funciones periódicamente presentaba informes tanto a la junta directiva de la fiduciaria así como a
los entes estatales de control y vigilancia; que las actividades que ejecutaba Saul Forero Amaya no
fueron subordinadas ni retribuidas por la Fiduciaria Tequendama, en tanto las ejecutaba en ejercicio
del cargo de Gerente de División del Banco Tequendama, por eso no prospera la acusación del
demandante, porque entre las partes no se configuró un contrato de trabajo, porque sus funciones
las desarrollaba en ejercicio del cargo que desempeñaba en el Banco.
Finalmente, de conformidad con los certificados de existencia y representación legal del banco y de la
fiduciaria no fueron soporte de la decisión, porque el ataque ha debido enderezarse por su falta
valoración, mas no por su equivocada estimación, error, que en lógica consecuencia, no se configuró.

El ad quem analizó algunos medios probatorios, unos acusados de errónea apreciación y otros no, de
los cuales procedía la confirmación de la absolución proferida en la primera instancia, conclusión que
no constituye error evidente de hecho, en tanto los juzgadores de instancia gozan de la potestad legal
para apreciar libremente la prueba y así formar su convencimiento acerca de los hechos en
controversia, con base en aquellos elementos que más lo induzcan a hallar la verdad real y no la
simplemente formal que aparezca en el plenario, conforme lo dispuesto en el Art. 6 del C.P.L. y S.S. de
manera que, mientras sus inferencias sean lógicas y aceptables quedan cobijadas por la presunción
de legalidad y acierto que prevalece sobre las conclusiones subjetivas de las partes.

RATIO DECIDENDI
La pluralidad o multiplicidad de compromisos no se opone a la subordinación si se ejecutan sin
interferirse en sus modalidades de espacio y tiempo convenidos para cada uno porque ni antes ni
después del código la legislación ha sido opuesta a la pluralidad de patronos por razón a que no sería
lícito aprovechar los servicios de una persona ya obligada con otra, a sabiendas, para luego negarle
las garantías y derechos provenientes de su trabajo, puesto que no se opone a la existencia del
contrato de trabajo en el que el actor en varias ocasiones celebrara y ejecutara diversos contratos en
forma independiente: la ley permite la coexistencia de contratos con dos o más patronos, siempre
que las tareas a que se obligan no coexistan en la ocasión, momento u oportunidad; vale decir que las
obligaciones no sean coetáneas o contemporáneas pues de serlo, desaparecía automáticamente el
elemento subordinación. Y aunque el hecho de permitir el ordenamiento laboral la coexistencia de
contratos (art 26. Del código) es indudable también que la multiplicidad de compromisos no debe
coexistir en la ocasión, momento u oportunidad es decir, que las actividades no seas coetáneas o
contemporáneas pues si ello ocurre desaparecía el elemento subordinación, por cuanto debe darse
un deslinde que sea suficientemente claro que no deje duda en cuanto a que el tiempo, energía,
dedicación que se vinculan a una actividad sean diferentes a las que se ejecutan en la otra función, si
esa separación no se da en forma concreta, puede deducirse razonadamente que la segunda
actividad sea una derivación del desarrollo propio de la primera ocupación.

DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte suprema de justicia, sala de casación laboral NO CASA la sentencia
proferida por el Tribunal superior de Bogotá en el proceso ordinario laboral que adelantó SAUL
FORERO AMAYA contra FIDUCIARIA TEQUENDAMA S.A.

SENTENCIA SL682-2023
Radicación n° 94038

Decide la sala el recurso de casación interpuesto por ALIRIO MENDOZA RUEDA contra la sentencia
dictada por el Tribunal superior del distrito judicial de Bucaramanga en el proceso que adelantó
PETROSANTANDER COLOMBIA GMBH y la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES,
COLPENSIONES.

ANTECEDENTES
Alirio Mendoza Rueda llamó a juicio a Colpensiones y a Petrosantander Colombia Inc hoy GMBH, para
que se declarara que, por ser beneficiario del régimen de transición, tiene derecho al reconocimiento
de la pensión de vejez del acuerdo 049 de 1990 cuando la empresa de petróleos pague el cálculo
actuarial al sistema general de pensiones, y además solicitó que en caso de no ser considerado
beneficiario del régimen de transición se le concediera la pensión de la ley 797 de 2003; que se
condenara a Colpensiones al reconocimiento de la pensión del art. 12 del acuerdo 049 de 1990, junto
con reajustes anuales, retroactivo, e intereses moratorios; que condenaran a GMBH a pagar el calculo
actuarial a Colpensiones, por el tiempo laborado en la empresa de petróleos sin aportes al proceso.

Manifestó que laboró al servicio de GMBH desde el 18 de enero de 1979 hasta el 31 de enero de 1993
sin que se le hicieran aportes a Colpensiones, que en toda su vida cotizó 1740 semanas entre las
sufragadas al sistema y el tiempo que trabajó en la empresa de petróleo, que era beneficiario del
régimen de transición y el 6 de agosto de 2018 reclamó pensión a la administradora Colpensiones
quien aludió pérdida del régimen por no contar con 750 semanas al 25 de julio de 2005, luego el 28
de septiembre respondió desfavorablemente que se confirmó lo mismo resolviendo recursos de
reposición y apelación ante la misma.

Dice que Colpensiones no debió negarle el derecho a pensión bajo el régimen de transición porque
omitió promover la acción de cobro por el tiempo que laboró sin cotizaciones para la empresa
petrolera, que, de haber sumado los periodos pagados con los ciclos en mora, hubiera reunido la
densidad de semanas para acceder a la pensión reclamada.

Petrosantander Colombia Inc hoy Petrosantander Colombia GMBH se opuso a las pretensiones de la
demanda y propuso las excepciones de inexistencia de la obligación, falta de causa, prescripción y
buena fe, porque no le constaban las semanas cotizadas a Colpensiones, pero aceptó los extremos
temporales de la relación laboral, pero dijo no adeudar los aportes reclamados porque durante el
periodo de la vinculación laboral no estaba en vigencia el sistema general de pensiones. Dijo que no
ejerció su objeto social a través de otras empresas del gremio y se discurrió la sustitución patronal
entre distintas compañías quienes en el periodo respectivo han asumido la condición de
empleadores, sustituyendo tal condición al culminar dicho periodo únicamente respecto de contratos
de trabajo vigentes. Además, rechazó la obligación de pagar calculo actuarial pues para esa época no
existía el deber de afiliación y concluyó que cumplió con sus obligaciones patronales.

Colpensiones se opuso las pretensiones de la demanda, negó los hechos y propuso las excepciones de
prescripción, cobro de lo no debido y buena fe.
Dijo que no le consta la información de la demanda, dijo que no había lugar a reconocer la pensión de
vejez porque el demandante no contaba con los aportes suficientes, también dijo que era obligación
del empleador allegar los aportes de pago de pensión para poder cumplir integralmente con el
derecho del trabajo y lograr una armonía para el futuro reconocimiento.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


El juzgado cuarto laboral del circuito de Bucaramanga resolvió declarar la existencia de una relación
laboral de los extremos temporales referidos en los antecedentes y declaró también que
Petrosantander Colombia GMBH debía efectuar el pago de los aportes a pensión del demandante
durante el periodo laborado a su servicio, también condenó a petrosantander Colombia inc a
trasladar con base en el cálculo actuarial correspondiente a título de pensión a Colpensiones el
periodo por el tiempo que laboró el accionante antes de la ley 100 del 93, en los extremos temporales
ya referidos, en atención a la liquidación que realice Colpensiones con observancia de lo establecido
en el decreto 1887 del 94 y demás normas que lo modifiquen y adicionen y de las demás pretensiones
de la demanda lo absolvió a petrosantander Colombia Inc y de todos los cargos formulados en su
contra.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


El tribunal revocó la sentencia de ad quo y en su lugar absolvió a la demandada, dijo que estuvo
vinculado en los extremos temporales referidos y que por resolución del 28 de septiembre de 2018
Colpensiones negó el reconocimiento de la pensión de vejez por falta de requisitos, y de su
confirmación en noviembre del mismo año.
Limitó el problema jurídico a proveer sobre la procedencia del cálculo actuarial a cargo de
Petrosantander Colombia GMBH, en los extremos temporales de la relación laboral.
Revocó la decisión del ad quo porque las pruebas daban cuenta de que PETROSANTANDER INC y
PETROSANTANDER COLOMBIA GMBH no eran la misma persona jurídica, que la primera había sido
sustituida por CONSOLIDATED EUROCAN VENTURES LTD a partir de agosto de 1992, Y GMBH no
estaba obligada a asumir el cálculo actuarial, pues no fue último empleador ni obligado directo.

Explicó que el contrato inicial firmado el 18 enero de 1978 entre Colombia Cities service petroleum
corporation y el actor, que después el 1 agosto de 1985 dicha empresa varió su razón social a Shell de
Colombia Inc y y luego fue reemplazada por Occidental de Colombia Inc, hasta el 15 de marzo de 1991
y luego a partir de 1 de abril de 1991, y luego fue petrosantander Inc que finalmente fue sucedida por
CONSOLIDATED EUROCAN VENTURES LTD en agosto de 1992, y que esta última se obligó a responder
por la totalidad de las prestaciones sociales y demás beneficios accesorios a la jubilación a partir de la
fecha de iniciación del contrato, pero como no fue vinculada al proceso, no podía imponersele
condena.
Que el tribunal se dio cuenta de todas estas sustituciones patronales porque requirió a la cámara de
comercio de Bogotá por lo certificados de existencia y representación legal de las compañías, y
estimó que no había una mutación de razón social entre PETROLERA SANTANDER INC Y
PETROSANTANDER COLOMBIA INC, hoy PETROSANTANDER COLOMBIA GMBH porque no se
desprendía eso del certificado de cámara de comercio, puesto que esa mutación jamás exisitó.
Encontró su sustento en el numeral 3 del art. 69 del c.s.t tratándose de derechos pensionales que se
hagan exigibles con posterioridad a la sustitución patronal, deberán ser cubiertas por el nuevo
patrono, que para el caso no es otro que CONSOLIDATED EUROCAN VENTURES LTD sociedad ajena a
la encartada PETROSANTANDER COLOMBIA GMBH,

RECURSO DE CASACIÓN
Interpuesto por el demandante fue concedido por el Tribunal y admitido por la Corte quien procede a
resolverlo

Formuló 4 cargos que fueron replicados oportunamente por las accionadas, y pretende que la corte
case la sentencia del ad quem y confirme la del ad quo en cuanto a lo concedido. Por vía indirecta
denuncia la violación de los artículos 54, 66 y 66ª del c.p.t y denuncia aplicación indebida del art.29
de la constitución, 67 a 69 del c.s..t e infracción directa del art. 33 de la ley 100 del 93 modificado por
el 9 de la ley 797 de 2003.

Dice que se desbordó la competencia del tribunal al ordenar pruebas de certificados de existencia y
representación legal de la cámara de comercio, que la demandada no discutió la legitimación por
pasiva ni llamó a litisconsorcio necesario, que aceptó ser la empleadora y sustituta desde el inicio y
dijo no ser responsable del calculo actuarial por aspectos legislativos e históricos, y se cuestionaba
porque desconoció el tribunal cuales eran los límites que la sala se había impuesto respecto a la
responsabilidad de la demandada y los extremos de la relación, y cuál fue la razón de traer a colación
el certificado de existencia y representación legal de la demandada, que el tribunal fue contradictorio
y desbordó su competencia generando confusiones. Petro Santander Colombia GMBH y Colpensiones
defendieron la postura del tribunal aduciendo que no hubo error pue Petrosantander INC es una
persona jurídica distinta a la demandada.
PROBLEMA JURÍDICO QUE RESUELVE LA CORTE

La inconformidad de la censura radica puntualmente en la aplicación que el juez de apelaciones dio al


artículo 66 A del Código Procesal del Trabajo, en la medida en que incursionó en puntos que no
fueron objeto de debate en el recurso de apelación. Aduce que, con ello, rebasó los límites de su
competencia e hizo un uso indebido de la facultad oficiosa para decretar pruebas, no obstante que no
estaba en discusión que, desde el inicio, la encartada aceptó que el actor le prestó servicios, durante
el tiempo en que no existía el deber de afiliación al sistema de pensiones.

En concreto, de la pieza procesal se desprende que en el recurso de apelación, Petrosantander


Colombia GMBH rechazó tajantemente las conclusiones del a quo; puntualmente, en cuanto halló
acreditado el vínculo laboral entre su representada y el actor entre el 18 de enero de 1979 y el 31 de
enero de 1993.

Sostuvo que el juez de primer grado dio una lectura equivocada a la contestación a la demanda, pues
la admisión de que Mendoza Rueda trabajó para Petrosantander INC en los periodos señalados en el
escrito introductorio, se debió a lo extraído de la certificación emanada del «Representante Legal de
esa empresa», adjunta a la respuesta. Por ello, afirma, pidió al Tribunal que revisara los certificados
de existencia y representación legal de ambas empresas, en tanto se trataba de 2 personas jurídicas
distintas.

A partir de dicho cuestionamiento y, ante la duda, en uso de sus facultades oficiosas consagradas en
el artículo 54 del Código Procesal del Trabajo, el juez de apelaciones dispuso librar oficio a la Cámara
de Comercio de Bogotá, para que remitiera los certificados de existencia y representación legal de
todas las empresas que intervinieron en el «contrato de asociación para el área de Las Monas».

De allí coligió que, a pesar de que se trataba de 2 personas jurídicas diferentes, Petrosantander
Colombia GMBH habido sido absorbida por Petrosantander INC, por manera que solo estaba llamada
a cubrir las obligaciones patronales por el tiempo «comprendido entre el 1 de abril de 1991 (fecha en
que operó la sustitución patronal con OCCIDENTAL DE COLOMBIA INC y asumió como nuevo
empleador del actor) y el 3 de agosto de 1992 (fecha en que operó la sustitución patronal con
CONSOLIDATED EUROCAN VENTURES LTDA y éste asumió como nuevo y último empleador).

De lo que viene de exponerse, la Sala no advierte que se hubiera incurrido en los errores fácticos y
jurídicos enrostrados, en la medida en que, contrario a lo expuesto por el recurrente, fue con base en
el recurso de apelación y las dudas suscitadas acerca de la responsabilidad de Petrosantander
Colombia GMBH en el pago de las obligaciones laborales, que el ad quem incursionó en el estudio de
los hechos no zanjados en la contienda e hizo uso la facultad oficiosa de la cual estaba investida para
dilucidar la realidad de los hechos, en ese orden, las acusaciones no prosperan.
Petrosantander Colombia GMBH sostiene que el juez de apelaciones acertó al concluir que el último
empleador no fue demandado y era a quien correspondía pagar el cálculo actual, por ausencia de
responsabilidad solidaria entre el nuevo y antiguo patrono.

Colpensiones asegura la inexistencia de errores jurídicos, en la medida en que fue con base en las
previsiones del artículo 69 del Código Sustantivo de Trabajo, que se concluyó que era la última
empresa la llamada a responder por los aportes pensionales, de suerte que no se podía imponer una
carga económica al empleador anterior.

La censura acusa al Tribunal de desconocer el precedente judicial, sobre la solidaridad de las


obligaciones entre el antiguo empleador y el sustituto. Aduce que, ante la falta del segundo, el
primero debe responder por las cargas laborales.

Para resolver, basta interpretar el artículo 69 del Código Sustantivo del Trabajo, esta Corte consideró
que, en todos los casos, el nuevo patrono no solo asume los derechos y obligaciones contractuales del
anterior titular, sino también las deudas que el último tenía con sus trabajadores, por manera que
debe responder por la totalidad de los haberes. Así dijo:
Le corresponde a la Corte definir si, conforme al artículo 69 del Código Sustantivo del Trabajo, las
obligaciones exigibles al antiguo empleador solo se subrogan por una sola vez al nuevo empresario.
O, en otros términos, se dilucidará si la obligación solidaria entre el antiguo y nuevo empleador de las
deudas que sean exigibles al primero, solo opera en la primera sucesión de empresarios y no en las
subsiguientes.

Sobre el particular, considera la Sala que la propuesta del recurrente no está en conformidad con la
finalidad de la institución jurídica de la sustitución de empleadores, cual es que el nuevo empresario
asuma la posición contractual del antiguo en las relaciones laborales existentes en la empresa. Esta
subrogación en la posición de la parte empleadora implica que el nuevo titular de la unidad
económica no solo asume los mismos derechos y obligaciones contractuales que el anterior titular,
sino también las deudas que el último tenía con sus trabajadores.

En el contexto de la globalización económica y de un mercado incierto, fragmentado y altamente


competitivo, las empresas son sometidas a constantes transacciones y procesos de reorganización
empresarial que implican un cambio en su titularidad.
Por otro lado, es en el contexto de la relación laboral y su continuidad con otro empleador, en el que
esta figura tiene pleno sentido o, más bien, en donde se activan sus garantías consistentes en que los
términos de los contratos de trabajo no varíen, se mantenga la antigüedad laboral de los trabajadores
y la transferencia de empresa no afecte la solvencia de pago de los créditos laborales adquiridos por
el empleador transmitente.

En ese orden, con arreglo al criterio jurisprudencial reseñado, la Sala colige que la razón está de lado
de la censura en cuanto a los errores jurídicos enrostrados. El Tribunal no podía exonerar a la
encausada del pago de las obligaciones hasta la fecha en que fue sucedida por «CONSOLIDATED
EUROCAN VENTURES LTD»; esto es, el 3 de agosto de 1992 pues, con ello, no solo desconoció la
obligación solidaria impuesta por la ley de responder por los pasivos de los anteriores patronos, sino
que dejó desprotegido al trabajador, en punto a su situación pensional.

Así las cosas, la convocada a juicio deberá responder por el cálculo actuarial correspondiente al
tiempo laborado por el demandante desde que comenzó a laborar para «Colombia Cities Service
Petroleum Corporation» hasta cuando trabajó para la convocada a juicio, con exclusión del lapso
servido a Consolidated Eurocan Ventures Ltda, por no haber sido demandada.

Lo dicho es suficiente para que los cargos prosperen. Sin costas en el recurso extraordinario, dada la
prosperidad de las últimas acusaciones.

Como en el recurso de apelación, el accionante pidió que, además del pago del cálculo actuarial a
Colpensiones, se acceda a la concesión de la pensión de vejez consagrada en el Acuerdo 049 de 1990,
antes de proferir fallo de instancia, se dispone oficiar a Petrosantander Colombia GMBH, para que, en
el término de 10 días contados a partir de la notificación de esta decisión, certifique los salarios
pagados a Alirio Mendoza Rueda, en el periodo comprendido entre el 18 de enero de 1979 y el 3 de
agosto de 1992.

RATIO DECIDENDI
La figura de la sustitución de empleadores pretende que esas operaciones de mutación en la posición
empresarial, sin importar cuantas veces ocurran, no afecten la continuidad y las condiciones de las
relaciones de trabajo, ni sean usadas para eludir las deudas laborales de los antiguos empresarios.

En consonancia con la finalidad descrita, el numeral 1) del artículo 69 del Código Sustantivo del
Trabajo prevé que «el antiguo y nuevo patrono responden solidariamente de las obligaciones que a la
fecha de la sustitución sean exigibles a aquél». Y como se puede advertir, en ninguna parte establece
que solo en la primera transmisión de empresa, el empleador antiguo y nuevo responden
solidariamente por las obligaciones exigibles a aquel, ni tendría sentido que lo hiciera cuando
precisamente lo que se pretende es proteger el crédito laboral respecto a los fenómenos de mutación
en la titularidad del negocio. Esto quiere decir que en la sustitución de empleadores los empresarios
entrantes siempre asumen las deudas laborales de los salientes, sin importar cuantas veces ocurra el
cambio de titularidad de la empresa.
En esa dirección, la sustitución patronal tiene unos efectos laborales que se despliegan
fundamentalmente cuando el trabajador sigue vinculado con el nuevo empresario, pues de lo
contrario, las garantías legales pierden totalmente su sentido. En la actualidad cobran importancia las
siguientes protecciones (arts. 68 y 69 CST): (i) la sucesión en la titularidad del negocio no modifica ni
extingue los contratos de trabajo, lo que significa que, de producirse este cambio, el trabajador
conserva sus condiciones laborales (categoría, jornada, remuneración, beneficios, antigüedad, entre
otros), de manera que el nuevo empleador tiene limitadas sus facultades a las permitidas por el ius
variandi, y (ii) la solidaridad entre el antiguo y nuevo empleador de las obligaciones que a la fecha de
la sustitución sean exigibles a aquel, evita transferencias de establecimiento fraudulentas.

DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, CASA la sentencia
dictada por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga, dentro del
proceso ordinario laboral seguido por ALIRIO MENDOZA RUEDA contra PETROSANTANDER COLOMBIA
GMBH y la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES, COLPENSIONES, en cuanto revocó la
condena del pago del cálculo actuarial con destino a Colpensiones. No casa en lo demás.

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