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CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION SEGUNDA - SUBSECCIÓN "A"

CONSEJERO PONENTE: DR. LUIS RAFAEL VERGARAQUINTERO

Bogotá D.C., diez (10) de noviembre de dos mil diez (2010)

Expediente No. 15001-23-31-000-1999-00614-01

No. Interno 0364-09

AUTORIDADES NACIOANALES

Actor: ANA ELVIRA JIMÉNEZ NIÑO

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto por el apoderado judicial de


la parte demandante, contra la sentencia de 21 de mayo de 2008 proferida por
el Tribunal Administrativo de Boyacá en el proceso instaurado por ANA ELVIRA
JIMÉNEZ NIÑO contra la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia -
U.P.T.C-.

ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho, la parte


actora solicitó la nulidad del acto ficto presunto negativo respecto de la petición
elevada el 23 de octubre de 1998, tendiente a obtener el reconocimiento y pago
de unas acreencias laborales.

Como consecuencia de la nulidad y a título de restablecimiento del derecho,


solicitó que se declarara que existió una relación laboral de derecho público
con la Universidad demandada entre el 1° de enero de 1991 y el 20 de
diciembre de 1996, y como consecuencia de ello se le condene al pago de
todas las prestaciones sociales dejadas de devengar tales como primas,
cesantías, intereses sobre las cesantías, vacaciones, el dinero retenido en
virtud de los contratos suscritos y los aportes que le correspondía pagar para
efectos de seguridad social.

Pidió además la indemnización por mora en el pago de cesantías de


conformidad con el artículo 99 de la Ley 50 de 1990, que las sumas que
resulten a su favor se actualicen teniendo en cuenta la variación del IPC y que
se le dé cumplimiento a la sentencia en los términos de los artículos 176 y 177
del C.C.A.
Como hechos en los cuales fundamenta sus pretensiones expuso, en síntesis,
que prestó sus servicios como Asesora del Conmutador en la Sede Central de
la Universidad del 1° de enero de 1991 al 20 de diciembre de 1996, cumpliendo
un horario de 8 horas, subordinada laboralmente al representante legal de la
Institución y sin solución de continuidad.

Destacó que el 23 de octubre de 1998, elevó petición con el fin de obtener el


pago de primas, cesantías, intereses a las cesantías y demás derechos
laborales que le reconocen y liquidan a los empleados públicos de la UPTC, sin
que después de 3 meses la entidad haya dado respuesta a la misma.

Como normas violadas invocó los artículos 1°, 6°, 13,25 Y 53de la Constitución
Política; 2° y 7° del Decreto 2400 de 1968; 2° 6° Y 7° del Decreto 1950 de
1973; 163 Y 168 del Decreto 222 de 1983, 32 de la Ley 80 de 1993, 8 Y 11 del
Decreto 3135 de 1968; 43 y 51 del Decreto 1848 de 1968; 84 del Decreto 01 de
1984; 5°, 8°, 16, 21, 24, 32, 34, 40, 45 Y 46 del Decreto 1045 de 1968. El
concepto de violación lo desarrolló a folios 25 a 27 del expediente.

Contestación de la demanda: En la etapa procesal correspondiente, la entidad


demandada se opuso a las pretensiones de la demanda y como argumentos de
su defensa manifestó que a la actora se le contrató siguiendo los lineamientos
establecidos por el artículo 32 de la Ley 80 de 1993, figura que no genera
vínculo laboral alguno con el contratista.

Como excepciones propuso las de "caducidad de la acción", "pago total de la


obligación" y "cobro de lo no debido".

LA SENTENCIA APELADA

El Tribunal Administrativo de Boyacá, mediante el fallo que se apela, declaró no


probadas las excepciones propuestas y accedió a las pretensiones de la
demanda. (fls. 227 a 238)

Consideró que del objeto del contrato y de los testimonios recepcionados se


evidencian los elementos constitutivos de una verdadera relación laboral, en
cuanto demostraron que permaneció vinculada de manera ininterrumpida con
la administración durante varios años, recibía órdenes de sus superiores y
cumplía una jornada laboral.

Como resultado de lo anterior, ordenó reconocer y pagar, a título de


indemnización, el equivalente a las prestaciones sociales que percibía un
empleado público de la entidad con funciones similares, por el periodo que
demostró estar vinculada y sólo frente a aquellas prestaciones que no se
encuentren prescritas, que según el a-qua son las causadas con posterioridad
al 23 de octubre de 1995.

FUNDAMENTOS DE LA APELACION
La parte demandante manifiesta que si bien es cierto operó la prescripción
frente algunos derechos prestacionales, no es correcta la decisión del a-qua de
declararla en forma general, pues la prescripción respecto del derecho a las
cesantías se debe contar a partir del retiro del servidor, que en el caso de autos
debería contarse a partir del 20 de diciembre de 1996, y como quiera que la
petición en vía gubernativa se elevó el 23 de octubre de 1998, el derecho a
estas no se encontraba prescrito.

Surtido el trámite legal y no observándose causal de nulidad que invalide lo


actuado, se procede a decidir, previas las siguientes,

CONSIDERACIONES

Declarada la ocurrencia del silencio administrativo negativo frente a las


peticiones elevadas por la demandante el 23 de octubre de 1998, corresponde
a la Sala establecer si entre la señora Ana Elvira Jiménez Niño y la Empresa
Social del Estado – METROSALSALUD- existió una verdadera relación laboral
que tenga como consecuencia el pago de todos los salarios y prestaciones
sociales que no devengó durante el tiempo que permaneció vinculada
contractualmente con la entidad.

Para ello, la Sala traerá a colación la sentencia C-154 de 1997, con ponencia
del doctor Hernando Herrera Vergara, en donde se analizó la diferencia entre la
figura contractual establecida en el artículo 32 de la Ley 80 de 1993,
denominada "contrato de prestación de servicios" y el contrato de carácter
laboral propiamente dicho.

La referida sentencia expuso:

"Goma es bien sabido, el contrato de trabajo tiene elementos diferentes al de


prestación de servicios independientes. En efecto, para que aquél se
configure se requiere la existencia de la prestación personal del servicio,
la continuada subordinación laboral y la remuneración como
contraprestación del mismo. En cambio, en el contrato de prestación de
servicios, la actividad independiente desarrollada, puede provenir de una
persona jurídica con la que no existe el elemento de la subordinación
laboral o dependencia consistente en la potestad de impartir órdenes en
la ejecución de la labor contratada.

Del análisis comparativo de las dos modalidades contractuales -contrato de


prestación de servicios y contrato de trabajo- se obtiene que sus elementos son
bien diferentes, de manera que cada uno de ellos reviste singularidades
propias y disímiles, que se hacen inconfundibles tanto para los fines
perseguidos como por la naturaleza y objeto de los mismos.

En síntesis, el elemento de subordinación o dependencia es el que determina


la diferencia del contrato laboral frente al de prestación de servicios, ya que en
el plano legal debe entenderse que quien celebra un contrato de esta
naturaleza, como el previsto en la norma acusada, no puede tener frente a la
administración sino la calidad de contratista independiente sin derecho a
prestaciones sociales; a contrario sensu, en caso de que se acredite la
existencia de un trabajo subordinado o dependiente consistente en la
actitud por parte de la administración contratante de impartir órdenes a
quien presta el servicio con respecto a la ejecución de la labor contratada,
asa como la fijación de horario de trabajo para la prestación del servicio,
se tipifica el contrato de trabajo con derecho al pago de prestaciones
sociales, así se le haya dado la denominación de un contrato de
prestación de servicios independiente." (Resalta la Sala).

Lo anterior significa que el contrato de prestación de servicios puede ser


desvirtuado cuando se demuestra la subordinación o dependencia respecto
del empleador, y en ese evento surgirá el derecho al pago de prestaciones
sociales en favor del contratista, en aplicación del principio de prevalencia de la
realidad sobre las formas en las relaciones de trabajo, (art. 53 C.P.)

De igual manera, el Consejo de Estado ha reiterado en fallos como los del 23


de junio del 2006, exps. 0245 y 2161, la necesidad de que se acrediten
fehacientemente los tres elementos propios de una relación de trabajo, pero en
especial que se demuestre que la labor se prestó en forma subordinada y
dependiente respecto del empleador:

"De acuerdo con lo anterior, en un plano teórico y general, cuando existe un


contrato de prestación de servicios entre una persona y una entidad pública y
se demuestra la existencia de los tres elementos propios de toda relación de
trabajo, esto es, subordinación, prestación personal y remuneración, surge el
derecho a que sea reconocida una relación de trabajo que, en consecuencia,
confiere al trabajador las prerrogativas de orden prestacional.

………

De acuerdo con las pruebas que obran en el proceso, la demandante estuvo


vinculada mediante contratos de prestación de servicios u órdenes de servicios
durante los periodos que se encuentran señalados en el acápite de hechos
probados.

La Sala reconocerá la existencia de una relación laboral por la existencia de


una relación de subordinación entre la entidad contratante y la contratista,
según se desprende de las cláusulas que a continuación se transcriben,
además del ejercicio por parte de ésta de labores propias de un funcionario
público:

……….

Las estipulaciones anteriores permiten concluir que cuando la demandante


desarrolló su actividad bajo la figura de contratos u órdenes de prestación de
servicios lo hizo para cumplir una relación de tipo laboral, pues el cumplimiento
de labores encomendadas se llevó a efecto en desarrollo de instrucciones
impartidas por sus superiores y debía reportar a estos el desarrollo de la
actividad, numeral 4.

... "(Exp. 0245/03, Demandado: Servicio Nacional de Aprendizaje SENA)

Así mismo, ha sostenido la Corporación que entre contratante y contratista


puede existir una relación de coordinación en sus actividades, de manera que
el segundo se somete a las condiciones necesarias para el desarrollo eficiente
de la actividad encomendada, lo cual incluye el cumplimiento de un horario, o el
hecho de recibir una serie de instrucciones de sus superiores, o tener que
reportar informes sobre sus resultados, pero ello no significa necesariamente la
configuración de un elemento de subordinación.

En desarrollo del anterior postulado, la Sección Segunda ha dicho:

“…

Aunque a primera vista se puede pensar que el cumplimiento de un horario es


de suyo elemento configurativo de la subordinación transformando una relación
que ab initio se consideró como contractual en laboral, lo cierto es que en
determinados casos el cumplimiento de un horario es sencillamente la
manifestación de una concertación contractual entre las partes,
administración y particular, para desarrollar el objeto del contrato en forma
coordinada con los usos y condiciones generalmente aceptadas y necesarias
para llevar a cabo el cumplimiento de la labor.

El sub lite se encuadra dentro de tal circunstancia, pues entre el libelista y la


entidad accionada hubo una relación de coordinación, que no permite
configurar la existencia de una subordinación, y por tanto, no hay lugar a
deducir que en realidad se hubiera encubierto una relación laboral, aun cuando
los otros dos (2) elementos, prestación personal del servicio y remuneración si
se hallan suficientemente probados en el expediente...." (Sentencia de la
Subsección "B", M.P. Alejandro Ordóñez Maldonado, del 19 de febrero de
2004, Exp. No. 0099-03

“…

Lo anterior significa que el contrato de prestación de servicios puede ser


desvirtuado cuando se demuestra la subordinación o dependencia respecto del
empleador, evento en el cual surgirá el derecho al pago de prestaciones
sociales a favor del contratista, en aplicación del principio de prevalencia de la
realidad sobre las formas en las relaciones de trabajo artículo 53 de la
Constitución.

Se arriman como pruebas de la subordinación dos declaraciones cuyo análisis


pasará a efectuar la Sala.

Estas declaraciones no resultan concluyentes sobre la existencia de un vínculo


de subordinación entre la accionada y el actor, pues de un lado, no se precisa
bajo las órdenes de qué funcionario se encontraba el demandante como quiera
que se duda por los declarantes acerca de quién cumplía dicho papel entre los
coordinadores, el jefe de personal, la enfermera jefe, etc., como eventuales
superiores del mismo; y de otro lado, se indica que el actor respondía a
"cualquier persona de cualquier dependencia que lo llamara a mantenimiento",
afirmación que introduce aún mayor duda porque se estaría confundiendo la
existencia de una relación de subordinación con la solicitud de que sus
servicios hiciera cualquier empleado de la entidad. Esto debilita la tesis sobre la
existencia de un vínculo de sujeción del demandante con la entidad... "

De acuerdo con lo anterior, la Sala considera que no son suficientes los


elementos de prueba para configurar en el presente caso la existencia de
una relación de tipo laboral por cuanto el demandante cumplió su oficio
sin recibir instrucciones sobre el mismo; en efecto, la actividad consistió
en aplicar sus habilidades de manera independiente y autónoma para el
servicio de la entidad. La circunstancia de que laborara un número
determinado de horas no constituye elemento para afirmar que existiera
una relación de sujeción" (sentencia 2161/04, Demandado: Hospital San
Martín, Municipio de Astrea, Cesar)

En conclusión, constituye requisito indispensable para demostrar la existencia


de una relación de trabajo, que el interesado acredite en forma incontrovertible
la subordinación y dependencia, y el hecho de que desplegó funciones
públicas, de modo que no quede duda acerca del desempeño del contratista en
las mismas condiciones de cualquier otro servidor; siempre y cuando, de las
circunstancias en que se desarrollaron tales actividades, no se deduzca que
eran indispensables en virtud de la necesaria relación de coordinación entre las
partes contractuales.

En el presente caso se encuentra demostrado que la demandante prestó sus


servicios en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, mediante
la suscripción de diferentes contratos de prestación de servicios
desempeñando las labores de "Asesora del Conmutador", según obra en
certificación que reposa a folio 2 del expediente.

En la misma Certificación, expedida por la Jefe de la División de Administración


de Personal de la Universidad, se encuentra relacionado el tiempo en que la
demandante estuvo vinculada a la entidad a través de la figura contractual en
comento, que va del 28 de enero de 1991 al 20 de diciembre de 1996.

Tal información encuentra sustento en los documentos que se relacionan a


folios 4 a 18 del expediente, y en ellos consta que la actora desempeñaba sus
funciones como Asesora del Conmutador en las instalaciones de la
Universidad.

De igual forma reposan en el plenario las declaraciones rendidas por Carmen


Olimpia Jiménez González (fl. 99-100) Lucía del Carmen Ramírez de Cely
(fI.100) e Hilda Raquelín Ramírez de Parada (fl. 100) quienes coinciden en que
la actora cumplía un horario de trabajo que iba de lunes a viernes de 8:00 am a
12:00 m y de 2:00 pm a 6:00 pm., que prestaba sus servicios exclusivamente
para la Universidad y que el Jefe Inmediato era el encargado del Área de
Servicios Generales.

De lo anteriormente relacionado se tiene que la actora desarrolló la labor de


Asesora del Conmutador, durante más de 5 años mediante órdenes de
prestación de servicios.

Las pruebas relacionadas anteriormente son suficientes para demostrar la


desnaturalización de la figura del contrato de prestación de servicios en el caso
sub-lite.

Lo anterior porque la demandante laboró para la entidad ejerciendo la misma


función durante más de 5 años consecutivos, demostrando que la labor para la
cual fue contratada no era temporal sino permanente, satisfaciendo las
necesidades propias del giro ordinario de la entidad.

En estas condiciones, la modalidad de contrataciones sucesivas durante más


de 5 años empleada por la Universidad, se convierte en una práctica contraria
a las disposiciones consagradas en la ley de contratación estatal. Dicho sea de
paso, la función pública no concibe esta modalidad para cumplir los objetivos
del Estado en tareas que son permanentes e inherentes a éste.

La permanencia en la entidad es un indicio que junto con las declaraciones


recepcionadas por el Tribunal en primera instancia, que señalaban el
cumplimiento estricto de un horario de trabajo, demuestran que las funciones
desarrolladas por la demandante eran necesarias para el buen funcionamiento
de la entidad.

Es del caso anotar que las funciones públicas de carácter permanente son
asignadas por la ley a los cargos públicos y solo las puede ejercer una
persona natural que adquiere el carácter de trabajador estatal, y para ello debe
prestar personalmente el servicio.

Además, mal podría sostenerse que la labor desempeñada por la actora fue
independiente cuando este tipo de labores se presta a nivel asistencial y se
realizan de conformidad con las orientaciones emanadas de un superior y no
bajo su propia dirección y gobierno.
Así las cosas, los servicios que la actora prestó de manera personal y
permanente, cumpliendo un horario de trabajo por el período comprendido
entre el 28 de enero de 1991 y el 20 de diciembre de 1996, desvirtúan la
existencia del contrato de prestación de servicios, por lo que resultó acertada la
decisión de primera instancia en cuanto dio aplicación al principio de primacía
de la realidad sobre las formalidades establecidas entre los sujetos de la
relación laboral consagrado en el artículo 53 superior, con el fin de proteger la
situación de la actora ante la entidad demanda.

Del restablecimiento del derecho

El artículo 85 del C.C.A., al concebir la acción de nulidad y restablecimiento del


derecho prevé que todo aquel cuyo derecho amparado por una norma jurídica
estime lesionado, puede acudir ante la jurisdicción para pedir, además de la
nulidad del acto, que se le restablezca en su derecho, así como también la
reparación del daño. La acción indemnizatoria surge cuando no es posible
volver las cosas al estado anterior porque la misma naturaleza del daño impide
tal circunstancia, pues sabido es que dentro de la sociedad y la naturaleza hay
situaciones que resultan irreversibles y la única manera de compensar a la
víctima es a través de una retribución pecuniaria.

Frente a este aspecto, la Sala se apartó de la conclusión a que se llegó en la


sentencia de 18 de marzo de 19991 y replanteó2, en principio, tal posición, por
cuanto consideró que la lesión que sufre el servidor irregularmente contratado
puede ser resarcida a través del restablecimiento del derecho, término que
implica restituir la situación, devolverla al estado existente con anterioridad a la
lesión inferida. Ello tiene cabida a través de la declaración judicial de la
existencia de la relación laboral de orden legal y reglamentario, con todo
aquello que le sea inherente.

1
Sentencia IJ 039 del 18 de Noviembre de 2003, Actor. Maria Zulay Ramírez
Orozco. MP. Nicolás Pajaro Peñaranda.

2
Sentencia del 17 de abril de 2008. Actor José Nelson Sandoval M.P. Jaime
Moreno García.

Por lo anterior, los derechos que desde ese fallo se vienen reconociendo, se
ordenan no a título de indemnización, como otrora se había venido haciendo y
como en efecto lo ordenó el a-qua, sino como el conjunto de prestaciones
generadas con ocasión de la prestación del servicio.

Sin embargo, dicha tesis se limitaba a condenar al pago de las prestaciones


sociales "ordinarias" que devenga un empleado público en similar situación,
liquidadas conforme se pactó en el contrato de prestación de servicios.

Empero en un pronunciamiento más reciente, esta Sección 3 habló de la


reparación integral del daño por los perjuicios ocasionados, de conformidad con
el artículo 16 de la Ley 446 de 19984, fundamentándolo en que si se logró
comprobar que en realidad existió una verdadera relación laboral, lo lógico
sería que la declaración judicial cobijara todos los derechos que emanan de
una relación laboral, esto es: Pensión, Salud, Riesgos Profesionales, Cajas de
Compensación Familiar y el Subsidio familiar.

3
Sentencia 19 de febrero de 2009. Expediente No. 3074-05 MP. Bertha Lucra
Ramírez de Páez

4
"VALORACION DE DANOS. Dentro de cualquier proceso que se surta ante la
Administración de Justicia, la valoración de daños irrogados a las personas y a
las cosas, atenderá los principios de reparación integral y equidad y observará
los criterios técnicos actuariales. "

En el citado fallo se dijo:

“…”

Sobre el tema de las prestaciones sociales, han sido clasificadas, en general,


dependiendo a cargo de quien está la obligación de efectuar el aporte, así,
unas son a cargo del empleador (vr.gr. prestaciones comunes u ordinarias
como primas, cesantías, riesgos profesionales, caja de compensación etc) y
otras compartidas con el trabajador (vr.gr. pensión y salud). Las vacaciones en
cambio, no tienen te connotación de prestación salarial porque son un
descanso remunerado que tiene el trabajador por cada año de servicios.

En lo relativo a las prestaciones sociales comunes u ordinarias, esta Sala no


advierte dificultad para su condena y liquidación, pues están establecidas en
las normas especiales que rigen dicha situación y su pago está a cargo del
empleador. sin embargo, tratándose de las prestaciones compartidas y
aquellas que cumplen un fin social, la situación debe ser analizada con otros
criterios dependiendo del sujeto activo que efectúa la cotización.

En efecto, en nuestro ordenamiento jurídico las prestaciones sociales


referentes a pensión y salud son cubiertas por las partes que integran la
relación laboral, así por ejemplo, en materia pensional durante la ejecución del
último contrato de la actora, se destinaba el equivalente al 10% de la tasa de
cotización, monto cubierto por el empleador con un 75% y el trabajador con un
25% (artículo 20 de Ley 100 1993 sin sus modificaciones posteriores), y en
materia de salud la base de cotización de las personas vinculadas mediante
contrato de trabajo o como servidores públicos, afiliados obligatorios al Sistema
General de Seguridad Social en Salud, es la misma contemplada en el sistema
general de pensiones previsto en la Ley 100 de 1993 (parágrafo primero arto
204 de la Ley 100 de 1993.).

Por tanto, la reparación del deño en el sub-lite no podrá ser la totalidad de


dichos montos, sino la cuota parte que la entidad demandada no trasladó al
respectivo Fondo de Pensiones o Empresa Prestadora de Salud, debiéndose
pagar a la actora quien finalmente tenía la obligación de efectuar dichos
aportes como contratista o trabajadora independiente. (Artículos 15 y 157 de la
Ley 100 de 1993)

Por eso, la Sala ordenará que la condena impuesta a la entidad demandada


sea a título de restablecimiento del derecho y no de indemnización, para lo cual
deberá pagar no sólo las prestaciones sociales que devengue un empleado
público en el mismo o similar cargo desempeñado por la actora, sino además
la cuota parte de pensiones y salud que no trasladó a los Fondos respectivos
durante el periodo acreditado que prestó sus servicios; así mismo deberá
computar el tiempo laborado para efectos pensionales5, Lo anterior
tomando como base para la liquidación de la condena el salario legalmente
establecido para los empleados del ente que desempeñaban un cargo
equivalente6.

5
Sobre el tema pensional, esta Sección ya había reconocido tal prestación
ordenando computar el tiempo laborado para estos efectos, mediante sentencia
del 17 de abril de 2008, Radicación número: 54001-23-31-000-2000-00020-01
(2776-05), Actor: JOSE NELSON SANDOVAL CÁRDENAS: Demandado:
INSTITUTO FINANCIERO PARA EL DESARROLLO DE NORTE DE
SANTANDER -IFINORTE, Magistrado Ponente r». JAIME MORENO GARCIA.

6
Ver Sentencia del 11 de junio de 2009. Exp, No.: 0881-08 Actor: Ricardo Cruz
Vanegas Morón, MP. Gustavo Gómez Aranguren

En lo referente a los Riesgos Profesionales, el Decreto Ley 1295 de 1994


establece que dicha obligación está a cargo del empleador (artículo 21 del
Decreto Ley 1295 de 1994), sin embargo, como en el presente asunto la
contratista, que fungió como empleada, no probó que hubiese sufragado esta
especie de seguro que cubre los siniestros derivados de accidentes de trabajo,
se infiere que jamás disfrutó de este beneficio, siendo inexistente el daño
antijurídico.

Por su parte, la Ley 21 de 1982 estableció la regulación de las Cajas de


Compensación Familiar para cumplir las funciones propias de la seguridad
social, hallándose sometidas al control y vigilancia del Estado en la forma
establecida por la Ley, así como el subsidio familiar, como aquella prestación
social pagada en dinero, especie y servicio a los trabajadores de medianos y
menores ingresos, en proporción al número de personas a cargo, para aliviar
las cargas económicas que representa el sostenimiento de la familia, como
núcleo básico de la sociedad.

De conformidad con esta normativa, la demandante no disfrutó, mientras duró


su relación contractual desnaturalizada, de los beneficios que otorgan las Cajas
de Compensación, presentándose la imposibilidad de percibirlos por el
transcurso del tiempo, por lo que los dineros que la Administración debió
sufragar a ese ente deben ser pagados, a título de reparación del daño, para
que la actora los disfrute, debiéndose ordenar su reconocimiento.
En cuanto al subsidio familiar, la parte demandante no demostró estar dentro
de los presupuestos para ser beneficiaria de la prestación, razón por la cual no
se ordenará su reconocimiento.

Así las cosas, la Sala revocará el numeral 6 de la providencia apelada, para en


su lugar ordenar el pago de las acreencias laborales, de conformidad con lo
expuesto en la parte motiva de esta providencia.

En relación con la prescripción se dirá que el artículo 41 del Decreto 3135 de


1968 dispone que las acciones que emanen de los derechos allí consagrados
prescribirán en tres (3) años contados desde que la respectiva obligación se
haya hecho exigible y que el simple reclamo escrito a la autoridad competente
sobre un derecho o prestación debidamente determinado, interrumpe la
prescripción por un lapso igual.

Así pues, para que el fenómeno de la prescripción surta efectos, es


indispensable que la exigibilidad de los derechos, objeto de la controversia, sea
evidente.

En asuntos como el presente, en los cuales se reclaman derechos de carácter


laboral, por considerar que la figura del contrato de prestación de servicios no
era la vía adecuada, sino que con ella se disfrazó una relación laboral, la
exigibilidad de los mismos sólo aparece a partir de la sentencia que así lo
declara, motivo por el cual no es viable en la sentencia declarar prescripción de
los derechos.

En ese orden, la Sala revocará el numeral 3 de la sentencia apelada, yen su


lugar se declarará no probada la excepción de prescripción.

En merito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Segunda, Subsección "A", administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,

F A L L A:

CONFÍRMASE la sentencia proferida el 21 de mayo de 2008, por el Tribunal


Administrativo de Boyacá, dentro del proceso iniciado por la señora Ana Elvira
Jiménez Niño contra la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia -
UPTC-, excepto los numerales 3° y 6° que se revocan y en su lugar, quedaran
así:

3° DECLARASE no probada la excepción de prescripción propuesta por la


entidad demandada.

6° CONDÉNASE a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia a


pagar a la señora Ana Elvira Jiménez Niño, a título de Restablecimiento del
derecho, el valor equivalente a las prestaciones sociales devengadas por los
empleados vinculados a dicha Institución durante el periodo en que demostró
su vinculación a través de los contratos de prestación de servicios, liquidadas
conforme al salario legalmente establecido para los empleados del ente que
desempeñaban un cargo equivalente.

6.1 La Entidad demandada deberá pagar a la demandante los porcentajes de


cotización correspondientes a Pensión y Salud que debió trasladar a los
Fondos correspondientes durante el periodo acreditado que prestó sus
servicios.

6.2 El tiempo laborado por la señora Jiménez Niño, bajo la modalidad de


contrato de prestación de servicios, se debe computar para efectos pensiona
les.

6.3 La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia pagará a la actora a


título de Reparación del daño, las cotizaciones de Caja de Compensación
durante el periodo acreditado que prestó sus servicios conforme a la parte
motiva.

Las sumas que resulten a favor de la actora se ajustarán en su valor como lo


tiene definido la Sala y lo autoriza el Código Contencioso Administrativo, hasta
la fecha de ejecutoria de la presente providencia, dando aplicación a la
siguiente formula:

R= Rh x Índice final

Índice inicial

El valor presente (R) se determina multiplicando el valor histórico (Rh), que es


el que corresponde a la prestación social, por el guarismo que resulta de dividir
el índice final de precios al consumidor certificado por el DANE (vigente a la
fecha de ejecutoria de esta sentencia) por el índice inicial (vigente en la fecha
en que debería efectuarse el pago). Los intereses serán reconocidos en la
forma señalada en el último inciso del artículo 177 del C.C.A., adicionado por el
artículo 60 de la Ley 446 de 1998.

A esta sentencia se le dará cumplimiento en los términos del artículo 176 del
Código Contencioso Administrativo

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.

Esta providencia fue estudiada y aprobada por la sala en sesión de la


fecha.

ALFONSO VARGAS RINCÓN

LUIS RAFAEL VERGARA QUINTERO


Expediente No. 0364-09 Actor: Ana Elvira Jiménez Niño.

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