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2018
Manuales Universitarios de Teleformación, 47
Dirección de Recursos Humanos
Grado en Turismo
© del texto:
Santiago Melián González
© de la edición:
Estructura de Teleformación. ULPGC Online
Vicerrectorado de Organización Académica
y Profesorado
UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
PRESENTACIÓN ..................................................................................................................................9
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Presentación
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Introducción de la asignatura
PRESENTACIÓN
Dirección de Recursos Humanos es una asignatura semestral obligatoria del tercer curso
del Grado de Turismo. El contenido de la misma se centra en todo lo relacionado con la di-
rección del personal en las empresas del sector turístico. Como es conocido, muchas de las
organizaciones dedicadas a las actividades turísticas se caracterizan por ser intensivas en el
empleo de mano de obra y, además, por prestar servicios altamente dependientes de la labor
y comportamiento de los trabajadores. Lo anterior hace que la correcta gestión del capital hu-
mano sea fundamental para el éxito de estas empresas. Por otra parte, no hay que olvidar que,
hoy en día, las empresas turísticas tienden a adoptar estrategias basadas en la innovación y la
calidad y, en ambas, el papel de los recursos humanos (en adelante RRHH) es fundamental.
En términos generales, la correcta dirección del personal es algo que nadie se atreve a
cuestionar como función directiva a practicar en la gestión de empresas. Ya en el sector turís-
tico, concretamente, y a modo de ejemplo, es habitual escuchar a los clientes de, por ejemplo,
un hotel comentarios sobre determinados atributos de la plantilla, como su cualificación, ha-
bilidades y motivación, ya que son requisitos que se les demanda. La necesaria interacción
personal-cliente en la prestación de servicios supone una oportunidad para que se generen y
compartan percepciones y opiniones. Así, los clientes son cada vez más expertos en la cali-
dad de los servicios y en la actuación que los trabajadores deben mostrar.
Es lógico que los estudiantes del Grado de Turismo reciban formación en Dirección de
RRHH (en adelante DRRHH). El plan de estudios está diseñado para que, si no inmediata-
mente sí con el paso del tiempo, ocupen puestos de responsabilidad, por lo que su currícu-
lum estaría incompleto si no estudiaran y debatieran los temas que se proponen en esta asig-
natura. La sociedad y el mundo empresarial es cada vez más exigente con la formación y las
capacidades de los titulados universitarios, por lo que hay que satisfacer esas demandas de
competencias en los planes de estudio.
La asignatura está estructurada en seis unidades de aprendizaje que comprenden las prác-
ticas de RRHH más características de esta función directiva.
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OBJETIVOS
En síntesis, pueden subrayarse los siguientes descriptores genéricos mediante los que se
estructuran los contenidos didácticos y los objetivos formativos de la presente asignatura:
– Diseño de la función de RRHH y de la dirección de personas (Unidad de aprendizaje 1).
– Prevención de las necesidades de RRHH (Unidad de aprendizaje 1).
– Selección e incorporación de personal (Unidades de aprendizaje 2 y 3).
– Flexibilidad en la gestión de RRHH (Unidad de aprendizaje 3).
– Formación y desarrollo de personal (Unidad de aprendizaje 4).
– Gestión de la carrera y desarrollo profesional (Unidad de aprendizaje 4).
– Gestión del rendimiento (Unidades de aprendizaje 5 y 6).
– Compensación (Unidades de aprendizaje 5 y 6).
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ESQUEMA DE LA ASIGNATURA
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Introducción a la Dirección de Recursos
Humanos y organización y planificación
de RRHH
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PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
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Prácticas de RRHH
Staff-línea
Características del empleo en el sector turístico
Introducción a la Carácter contingencial
DRRHH Conocimientos variados
Centralización de la DRRHH
INTRODUCCIÓN A LA
DRRHH Y
ORGANIZACIÓN Y Inventario de RRHH
PLANIFICACIÓN DE Valoración del
RRHH Inventario de puestos
presente
Planificación de
RRH
Objetivos/estrategias
Valoración del futuro
Entorno
La Dirección de RRHH (en adelante DRRHH) es una función directiva de las organiza-
ciones cuyo objetivo último consiste en proporcionar las competencias o capacidades de
RRHH que la organización necesita para alcanzar sus objetivos. Es decir, debe garantizar en
todo momento que los RRHH tienen las características necesarias para que su comporta-
miento efectivo contribuya positivamente a los objetivos que la empresa se plantea. Para ello
emplea una serie de prácticas de RRHH que se recogen en el cuadro 1. En la misma se han
clasificado estas prácticas teniendo en cuenta en qué fase del proceso (aportación, manteni-
miento, desarrollo o reducción) participan y cuál es su objetivo particular.
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De esta forma, las prácticas de selección y formación del personal intentan proporcionar
RRHH con las capacidades que la empresa necesita. Así, si bien la selección acude al mercado
laboral en búsqueda de estas competencias o capacidades, la formación dota al personal pro-
pio de las mismas. La compensación o retribución busca incentivar al personal por el trabajo
realizado, de manera que no se marche a la competencia, asegurando que durante su estancia
en la empresa se sienta motivado por realizar su cometido. Y así sucesivamente.
No obstante, esto que parece sencillo se complica en la práctica debido a que la DRRHH
tiene una faceta doble que a veces resulta difícil compaginar. Por una parte, se encuentran los
departamentos de RRHH y, por otra, los responsables de los otros departamentos o equipos
de personas que configuran la organización (por ej., Jefe de Recepción, Dtor. de Manteni-
miento). De esta manera se actúa sobre el personal desde dos frentes: el departamento de
RRHH es el encargado de definir y llevar a cabo la política de RRHH de la empresa y los res-
ponsables de área o de departamento tienen entre sus cometidos la dirección del personal a
su cargo. Estas dos vertientes de la DRRHH deben ser complementarias, de hecho se dice
que los departamentos de RRHH deben cumplir una función de staff o apoyo a la línea (res-
ponsables de departamentos o de equipos de personas), ya que éstos son los que tienen que
dirigir al personal en el día a día. Así, el departamento de RRHH debe ser capaz de seleccio-
nar personal adecuado para el puesto de Recepcionista, en el caso de un hotel, pero luego
será la Jefa o Jefe de Recepción quien dirija el trabajo de estas personas. De esta manera el de-
partamento de RRHH apoya la dirección de personal que tiene que realizar cualquier direc-
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tivo o jefe. Aunque el grado en el que la línea asume tareas de gestión de RRHH varía entre
las empresas, la tendencia actual es que los jefes deben participar activamente en la dirección
de su personal. Por este motivo, cada vez se da más importancia a que las personas que ocu-
pen puestos que implican la supervisión del trabajo de otros tengan formación en materia de
RRHH. Así, mucha de la formación que reciben los mandos intermedios de, por ej., los ho-
teles, está dirigida a mejorar sus habilidades en lo referido a la gestión de sus equipos de tra-
bajo.
Respecto al departamento de RRHH, normalmente se encuentra en empresas que tienen
una plantilla de cierto tamaño (por ej., 100 o más trabajadores), el resto delegan esta función
en otro cargo directivo o en los responsables de cada departamento. Aunque no debería ser
indispensable es lógico, y así se ha podido comprobar, que sean las empresas con departa-
mento de RRHH las que más desarrollada tienen esta función directiva (Melián González,
2003), lo que hablen favor del conocimiento técnico y especializado que requiere la dirección
de personas.
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4. LA PLANIFICACIÓN DE RRHH
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cómo se quiere llegar, y qué nos puede afectar de nuestro entorno (es decir prever el futuro)
y compararlo con el estado actual de la materia en cuestión, en este caso los RRHH (es decir
evaluar el presente), para poner en marcha las prácticas necesarias.
Hay que tener en cuenta que las necesidades de RRHH no es sólo el número de personas
(lo que se conoce como planificación de plantillas), sino que implica también el tipo de per-
sonas, el lugar dónde harán falta (por ej., unidad de negocio, departamento, puesto, etc.) y el
tiempo que harán falta (por ej., de manera indefinida o sólo temporalmente). También debe
quedar claro que la planificación empresarial, con sus objetivos y estrategias, es la que guía la
planificación de RRHH, ya que esta última por sí sola tiene poco alcance: cubrir ausencias
previstas (por ej., vacaciones o jubilaciones) e imprevistas (por ej., absentismo o marcha de
un trabajador) propias de cualquier plantilla. Así, cuando la planificación de RRHH está in-
corporada a la planificación empresarial es cuando se está en una posición de llevar a cabo
prácticas de RRHH valiosas para los resultados de la organización. La siguiente figura puede
resumir en qué consiste la planificación de RRHH y guiará el resto de temas que se tratará en
esta unidad de aprendizaje.
PLANIFICACIÓN
EMPRESARIAL
VALORACIÓN DEL - INVENTARIO DE RRHH
PRESENTE: SIRRHH - INVENTARIO DE PUESTOS
PERSPECTIVAS - OBJETIVOS
DE FUTURO - ESTRATEGIA
- PREVISIONES DE DEMANDA
- PREVISIONES DE OFERTA
- VARIACIONES EN EL ENTORNO
Así, para poder planificar las necesidades de RRHH, se necesita conocer el estado de los
mismos en la organización. El instrumento que proporciona esta información es el sistema
de información de los RRHH (SIRRHH) que comprende dos partes diferenciadas: el inven-
tario de RRHH y el inventario de los puestos de trabajo. A su vez, hacia dónde quiere ir la
empresa y cómo quiere llegar lo determinan, sus objetivos, las estrategias, las previsiones de
demanda que tiene sobre su actividad, y las previsiones sobre cómo va a evolucionar su plan-
tilla. Paralelamente, las variaciones que experimentará el entorno también pueden demandar
la puesta en marcha de acciones de RRHH. En resumen, las prácticas de RRHH deben ser el
fruto del análisis comparativo de la situación prevista y de la situación actual. De esta forma
se garantiza que las prácticas de RRHH responden a las necesidades de la empresa y se da co-
herencia a su implantación.
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Las prácticas de RRHH giran siempre alrededor de dos variables: los puestos de trabajo y
las personas que los ocupan. Así, si queremos saber cómo están organizados los RRHH de
una empresa necesitamos conocer tres cosas: el organigrama, que refleja la estructura jerár-
quica general y departamental de la organización; los puestos de trabajo, que nos dicen qué
es lo que tienen que hacer los trabajadores; y las características de las personas, que reflejan
con que capacidades se cuentan y nos hablan del potencial que tiene la empresa con su plan-
tilla. Ya los alumnos de esta asignatura saben qué es un organigrama y cómo elaborar uno,
por lo que nos centraremos en las otras dos fuentes de información.
Técnicamente, la información sobre los puestos (Inventario de Puestos) y los trabajadores
(Inventario de RRHH) la proporciona el SIRRHH de las empresas. Normalmente, más hoy
en día con el desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, este sis-
tema de información consiste en una aplicación informática que contiene datos descriptivos
de las dos variables mencionadas: personas y puestos. No obstante, a veces, las empresas, de-
bido a la dificultad que implica una actualización de la información sobre el contenido de los
puestos de trabajo limitan su SIRRHH a la información sobre su plantilla. En el mercado
existen conocidas aplicaciones comerciales que las empresas pueden usar para organizar toda
esta información.
Respecto a las personas, la información que debe incluirse es la que refleje quién trabaja
en la empresa y, teniendo en cuenta los límites de los datos que pueden mantenerse en un sis-
tema de estas características, su potencial, es decir, a dónde pueden llegar. El cuadro 2 recoge
la información que suele incorporarse a los inventarios de RRHH.
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quiere adoptar una estrategia más innovadora que acudir al despido (por ej., reconversión de
parte de la plantilla en autónomos que dan el servicio), habrá que tener en cuenta la experien-
cia profesional y la formación.
Además, hay información concreta sobre la plantilla que puede reflejar deficiencias en la
DRRHH. Estos defectos pueden incidir en la cantidad de fuerza de trabajo de la que la em-
presa puede y podrá disponer y que, por ello, condiciona la aplicación futura de las prácticas
de RRHH. Destacaremos dos: el absentismo y la rotación del personal, dado la viabilidad de
su medición.
5.1.1. Absentismo
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Cuándo es alto el absentismo en una empresa es una cuestión, hasta cierto punto, relativa,
ya que no todos los puestos de trabajo son iguales (por ej., el puesto de camarera de pisos se
caracteriza por un mayor riesgo de accidentes o enfermedades profesionales que un puesto
del área de administración) ni la evolución que experimentan las empresas es idéntica. En
cualquier caso, puestos a escoger una referencia, podría ser el 5% de absentismo anual, ya que
este es el porcentaje que actualmente recoge la ley como uno de los requisitos para plantear
de forma justificada un despido por absentismo.
El absentismo tiene importantes costes económicos para la empresa y ésta debe esforzarse
para evitarlo. Desde los ya mencionados costes por la existencia de complementos de baja
por incapacidad temporal; la prestación económica que legal e inevitablemente le corres-
ponde abonar a la empresa (desde el día 4 hasta el 15 de baja ambos inclusive, en el caso de
incapacidad temporal por contingencias comunes y enfermedad no profesional); hasta los
costes derivados de las acciones que implican la sustitución del ausente por otro trabajador,
las consecuencias económicas directas de un elevado absentismo son graves. A las anteriores
todavía quedaría añadir la incidencia de las ausencias en los servicios que presta la empresa y
en la moral de la plantilla.
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puede impedir contar con una plantilla experta y comprometida. Además, aunque los motivos
pueden ser no incurrir en costes fijos y evitar las indemnizaciones de los despidos de contra-
tos indefinidos, hay que valorar los costes económicos y temporales que conlleva esta prác-
tica: indemnizaciones por finalización de contratos de duración determinada y reclutamiento,
selección, y formación de los nuevos trabajadores. Si existe una rotación no controlada ele-
vada la empresa tiene un problema de retención de personal. Hay que tener en cuenta que la
mayoría de los trabajadores no deja un empleo sin tener prevista otra ocupación laboral. Esta
última suele ser, además, en empresas del mismo sector, por lo que se está produciendo un
trasvase de personal a la competencia. En esta línea hay que recordar que es, precisamente, el
personal más competente el que más fácilmente encuentra trabajo y que el menos capacitado
rota menos por las pocas ofertas laborales que tiene. Las causas de una alta rotación de este
tipo pueden ser externas a la empresa o internas (véase cuadro 3). Las externas tienen que
con ver el grado de demanda de profesionales que exista en el mercado y con la prosperidad
económica del momento. Estas dos variables explican que los trabajadores aprovechen otras
opciones profesionales abundantes más ventajosas que la que disfrutan en su actual empresa
y hacen que la rotación no controlada se incremente. No obstante, en muchos casos este tipo
de rotación se genera por prácticas de RRHH inadecuadas. Éstas van desde la mala selección
del personal (por ej., seleccionar personal sobrecapacitado que a medio plazo buscará su
desarrollo profesional en otras organizaciones), hasta un conjunto de prácticas que inciden
en la motivación y deseos de permanencia de los empleados.
La rotación no controlada tiene elevados costes. Por una parte están los costes de relleno
de la vacante abandonada (por ej., reclutamiento, selección y formación) y, por otra, se en-
cuentran los costes del abandono (por ej., inversión en formación no rentabilizada por la pro-
pia empresa y sí por un posible competidor, reflejos en la actividad del puesto vacante, horas
extraordinarias del personal que permanece, mal ambiente de trabajo, etc.).
Las empresas, para controlar la huída del personal valioso, llevan a cabo “entrevistas de sa-
lida”. Estas entrevistas se realizan a los trabajadores que dejan la empresa con el objetivo de
averiguar las causas y poder actuar sobre las mismas. En este sentido, no es lo mismo que la
causa más frecuente de abandono sean los horarios interminables que un motivo como el
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Dirección de Recursos Humanos
comportamiento incorrecto y fiscalizador por parte de los jefes. Las intervenciones que re-
quieren son distintas. Por lo tanto, en la entrevista de salida, además de verificar el motivo del
abandono, hay que obtener opiniones sobre las potenciales causas internas de rotación.
Como lo más probable es que el trabajador tenga otra oferta profesional también hay que
evaluarla, para saber qué es lo que desea profesionalmente.
Para calcular la rotación suelen emplearse las dos fórmulas siguientes:
La comparación de los dos índices nos puede decir la magnitud del problema. Si el índice
de rotación total (salidas totales) es del 20% y el índice de rotación no controlada (salidas no
controladas) es del 17% se manifiesta que la mayoría de las salidas no las ha deseado la em-
presa. La cuestión de si un 17% es un índice alto o bajo depende de las características de la
empresa. Para unas puede que sea inaceptable (por ej., el 17% incluye a trabajadores en los
que se ha invertido mucho en formación y/o selección) y para otras no tan grave (por ej.,
coincidencia con una baja demanda de la actividad de la empresa). La comparación con índi-
ces históricos y con lo que ocurre en el sector también ayuda a interpretar el resultado.
El inventario de los puestos de trabajo no sólo refleja los diferentes puestos de trabajo
presentes en una empresa, sino que describe en qué consisten. Algunos sistemas de informa-
ción sobre RRHH van más allá y también aportan las características que deben tener los tra-
bajadores para desempeñar los puestos. Por lo tanto, aclaramos que hay dos informaciones
relevantes sobre los puestos:
a) La descripción de las tareas y comportamientos que deben desempeñarse, y de las con-
diciones que los rodean, lo que se denomina en RRHH “Descripción del puesto”, y
b) La descripción de las características o requisitos que deben reunir los trabajadores para
desempeñar las anteriores tareas y comportamientos, lo que se denomina en RRHH
“Perfil del puesto”. Como se dijo, algunos sistemas de información no incluyen el per-
fil, ya que es una consecuencia de la descripción del puesto y, además, debe tener en
cuenta aspectos menos estables que las tareas como puede ser la estrategia empresarial
o la evolución de la actividad de la empresa.
En RRHH la técnica para obtener esta información es el Análisis de Puestos (AP). Es una
técnica fundamental en DRRHH y que no sólo se usa cuando se elabora el inventario de
puestos, sino de manera constante, ya que los puestos de trabajo van modificando su conte-
nido con el tiempo. Podríamos decir que el AP es el proceso para determinar el contenido de
un trabajo, los requisitos necesarios para su desempeño y las condiciones en las que se realiza.
Este proceso implica responder a las siguientes cuestiones: qué, cómo, por qué, cuándo,
dónde, con quién y qué implica lo qué hace la persona en el puesto (Puchol, 2003). El AP es
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una técnica que precede a la aplicación de cualquier práctica de RRHH y, en la medida que
esté bien empleada, garantiza el éxito de las mismas. De ahí la importancia de la misma.
Como se señaló, el AP también pretende explicitar las condiciones bajo las cuáles se rea-
lizan las tareas o se ejecutan los comportamientos en el puesto. A modo de ilustración, a con-
tinuación se describen ejemplos de condiciones a tener en cuenta:
1. Ambiente físico y condiciones de trabajo: oficina o fábrica, bajo techo o al aire libre,
ambiente polvoriento o húmedo. Aspectos físicos o ambientales relevantes.
2. Equipo, tecnología, maquinaria o herramientas que se han de usar: maquinaria con la
que se trabaja, tecnología que se emplea, aparatos especiales.
3. Nivel de complejidad y grado de responsabilidad y autoridad: ¿Cuán difícil o complejo
es el trabajo? Grado de responsabilidad que se posee y sobre qué. Cuánta autoridad o
mando se espera que ejercite la persona que lo ocupe.
4. Grado de contacto con el público, clientes u otras personas. Objetivo, grado y natura-
leza del contacto. Tipo de personas con las que se interactúa.
5. Acceso a información confidencial o competitiva.
6. Grado de presión o tensión. ¿Implica el trabajo situaciones de tensión? ¿De qué natu-
raleza?
7. Grado de estructuración del trabajo: ¿Está el puesto muy estructurado en cuanto a las
tareas y responsabilidades, o hay un alto grado de ambigüedad o incertidumbre, sin que
la persona pueda contar con normas precedentes o prescritas y procedimientos que la
guíen?
8. Condiciones del puesto. Cantidad y tipo de salario, horario, turnos, fines de semana,
viajes, etc.
Para que las descripciones de puestos sean realmente útiles tienen que alcanzar un grado
de concreción alto, además de no dejar sin considerar ninguna función o condición que sea
significativa. Las descripciones de puestos se pueden estructurar de diferentes formas, una tí-
pica es la siguiente (Peña Baztán, 1990):
Departamento: departamento al que pertenece.
Nombre: nombre del puesto.
Misión: objetivo del puesto.
Funciones: descripción de las funciones que se desarrollan.
Autoridad: sobre quién y qué tiene autoridad y para qué.
Relaciones: con quién se relaciona y para qué.
Otra posibilidad consiste en organizar las descripciones de puestos en base a las competen-
cias que implican. Aunque en RRHH existen diferentes acepciones sobre el término compe-
tencia, el valor añadido que éstas suponen, sobre otras formas de representar el rendimiento
más enfocadas a las características de la persona, es su orientación a comportamientos. Este
enfoque conductual permite una gestión más cómoda y práctica que, por ej., basarse en ca-
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Podremos ejecutar con más eficacia cualquier práctica de RRHH. Así, cuando se vaya a
evaluar el rendimiento del Jefe de Cocina se hará por el grado en que los distintos miembros
de la plantilla de la cocina tienen unas funciones asignadas, éstas no se solapan entre puestos
distintos y porque no hayan funciones sin desempeñar. Si no se hubiera explicitado la com-
petencia de la anterior manera no podría darse este contenido a la evaluación del rendimiento.
Las descripciones de los puestos de trabajo necesitan ser revisadas con cierta periodicidad,
ya que es normal que, debido al paso del tiempo, los puestos vayan incorporando funciones
nuevas y dejando de realizar otras.
DEPARTAMENTO: alojamiento.
NOMBRE: camarera de pisos.
MISIÓN: realizar las tareas de limpieza y conservación de las habitaciones y baños del
hotel, bajo la supervisión de un responsable.
FUNCIONES:
1. Entrar de forma adecuada en la habitación para no molestar a los clientes.
2. Vaciar las papeleras y ceniceros para que la habitación quede recogida.
3. Retirar mesas o bandejas de desayunos para que la habitación quede recogida.
4. Hacer las camas, con las camillas de ropas establecidas, para que el cliente no tenga
que hacerlas y la habitación quede recogida.
5. Limpiar el polvo de la habitación y el mobiliario para que la habitación quede limpia.
6. Aspirar la moqueta para que el piso quede limpio.
7. Limpiar el baño y reponer las toallas para que quede recogido y limpio.
8. Reponer la dotación de la habitación y el baño, según las instrucciones del hotel, para
que no falte ningún producto.
9. Recoger objetos olvidados y entregarlos a la segunda gobernanta para poder devol-
verlos a los clientes.
10. Cerrar la habitación para que nadie, excepto los clientes, pueda entrar.
11. Limpiar los pasillos y las escaleras al objeto de que las zonas comunes estén limpias.
12. Notificar las averías y los desperfectos a la segunda gobernanta para poder comuni-
carlos con rapidez al servicio de mantenimiento.
13. Custodiar la llave maestra de su zona para poder hacer uso de ella si es necesario.
14. Limpiar y ordenar el office y su carro de trabajo para poder trabajar adecuadamente
y que esté todo ordenado.
15. Cumplimentar los controles para que quede registrado el trabajo realizado.
16. Atender las peticiones de los clientes con rapidez, eficacia y amabilidad para que que-
den satisfechos con el servicio que se les da.
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Las descripciones de los puestos deben responder a la realidad de lo que ocurre y debería
ocurrir en los puestos de trabajo de cada empresa. Existen descripciones de puestos estándar
como, por ej., las que incorpora, a nivel nacional, el Acuerdo Laboral de Ámbito Estatal para
el sector de la Hostelería o, a nivel internacional, las contenidas en el centro de recursos o
base de datos O*NET. Estas descripciones pueden servir de referencia para entender los
puestos de trabajo, pero no como fuente exclusiva para el conocimiento de los mismos. Así,
aunque es cierto que en el sector turístico existen puestos que tienen un alto grado de estan-
darización, en cuanto a su contenido, como camarero, recepcionista, camarera de pisos, o co-
cinero, la realidad de cada empresa o, incluso, de cada unidad de negocio o departamento,
puede imponer matizaciones o diferencias respecto a las descripciones estándar.
Teniendo en cuenta lo dicho, en el sector turístico existe una serie de comportamientos
sobre los que existe consenso respecto a que deben estar presentes en los puestos de trabajo
que implican contacto con el cliente (trabajadores de contacto con clientes). Son comporta-
mientos que deben surgir cuando se produce el denominado “Encuentro de servicio”, o sea
el contacto entre el cliente y el trabajador. Este también llamado “momento de la verdad” de-
bería estar acompañado de una serie de comportamientos, dada las exigencias actuales de ca-
lidad que son necesarias para tener éxito en la actividad empresarial turística. Así, a la hora de
interactuar con los clientes los trabajadores deberían actuar con rapidez; mostrar amabilidad;
ser comprensivos; seguir reglas de cortesía; mostrar comportamientos educados; manifestar
preocupación por el cliente; ser conversadores; e intentar personalizar el servicio. O sea,
cuando se describe un puesto de contacto con el cliente, además de incluir las funciones que
se le asignan dentro de la actividad productiva de la empresa, debemos hacer referencia a los
comportamientos asociados al “Encuentro de servicio”, ya que aseguran la satisfacción de los
clientes con los servicios recibidos.
En cuanto a los requisitos o perfil del puesto también es muy importante la concreción de
las características necesarias. No debemos olvidar que en la construcción del perfil es funda-
mental considerar los objetivos y estrategias de la empresa. Para su elaboración, independien-
temente de como se estructure el perfil, es recomendable seguir el enfoque que a este aspecto
da la gestión por competencias: unir la característica demandada a la función para la cual se
necesita, o sea la conducta. De esta forma, al estar definiendo el comportamiento que se ne-
cesita en el puesto (cuadro 4), en vez de una característica abstracta (por ej., experiencia en
recepción; nivel alto de alemán; habilidades directivas), no habrá interpretaciones equívocas
sobre qué es lo que hay medir y cómo evaluarlo en, por ej., una selección de personal, o en
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qué hay que formar a un trabajador, o en qué debemos basar su evaluación del rendimiento.
Los perfiles de los puestos se suelen estructurar de la siguiente manera:
– Experiencia profesional requerida: tiempo y tipo
– Formación y conocimientos: nivel y tipo
– Aptitudes intelectuales: tipo y objetivo
– Características de personalidad: tipo y objetivo
– Otros requisitos
Un ejemplo podría ser el recogido en el cuadro 5. Una vez se tiene claro las características
que debe poseer la plantilla de la empresa es cuando se ponen en práctica las diferentes fun-
ciones de RRHH. Hay que tener en cuenta que, como las descripciones de los puestos, los
perfiles no son estáticos, sino que varían en función de los objetivos de la empresa. Por ej.,
un restaurante que quiera potenciar la cocina típica de una zona geográfica, que actualmente
no trabaja, está demandando unas competencias específicas a sus cocineros y camareros.
Como consecuencia de esta nueva política, la práctica de formación deberá entrar en juego y
puede también que la de selección.
Respecto a las técnicas que se utilizan para analizar los puestos de trabajo, destacan las si-
guientes:
• La observación. Normalmente se usa para puestos con tareas mayoritariamente físicas.
Lo habitual es que la persona que va a analizar el puesto acompañe durante una jor-
nada al trabajador y vaya anotando qué funciones realiza y cómo las desempeña.
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Se requieren altos conocimientos de los idiomas inglés y alemán, que permitan una
relación fluida con los clientes del hotel y atender sus peticiones. Aunque es más impor-
tante el dominio oral, también es necesario el dominio escrito para la redacción de cartas,
e-mails y mantenimiento de correspondencia con los tour operadores.
Es necesario conocer sistemas informáticos de reservas, aunque se proporcionará for-
mación específica en el del hotel. También deberá dominarse el procesador de textos
Word, para la realización de informes y cartas, y la hoja de cálculo Excel, para la realiza-
ción de informes estadísticos sobre los clientes, la facturación, índices de ocupación, es-
tancia media, presupuestos, etc.
APTITUDES INTELECTUALES: se requiere un nivel de inteligencia normal, nor-
mal-alto, con una alta flexibilidad intelectual para realizar los diferentes tipos de funcio-
nes del puesto y adaptarse a cambios en los procedimientos de trabajo. Se requiere
también capacidad de análisis para la realización de los informes sobre la ocupación,
clientes, estancia media, facturación, etc. Finalmente, es necesario una mente ordenada,
con tendencia al razonamiento lógico para la organización y establecimiento de procedi-
mientos coherentes.
PERSONALIDAD: es necesario una persona responsable, que controle el funciona-
miento de la recepción y vigile la correcta realización de los procedimientos de trabajo.
Se requiere capacidad para dirigir a 6 recepcionistas, evaluar y corregir su trabajo, cuando
sea necesario, hacer respetar las instrucciones, solucionar los problemas que puedan exis-
tir entre ellos y procurar mantener una motivación alta, haciéndoles partícipe en las de-
cisiones y permitiéndoles autonomía en sus funciones. Por ello se necesita una persona
comunicativa y extravertida, que sea sociable y tienda a relacionarse con los otros. Ade-
más, deberá proporcionar un trato amable y afable a los clientes del hotel. La iniciativa y
la autonomía son importantes, ya que trabajará con muy poca supervisión, debiendo
saber trabajar sin guías preestablecidas sobre lo que hay qué hacer y debe hacerse.
OTROS REQUISITOS: se valorará la residencia en Playa del Inglés o en localidades
cercanas. En ocasiones (por ej., una o dos veces al mes) tendrá que realizar el turno de
noche y deberá estar disponible para cualquier fin de semana. En principio el puesto no
tiene posibilidades de promoción a otros superiores, a no ser que exista alguna vacante
y se decida rellenar por esta vía.
• Entrevista con uno o varios ocupantes. Para todos los puestos de trabajo. Es el método
más usado y se parte de la premisa de que quien ocupa un puesto de trabajo es quien
mejor puede informar sobre el mismo.
• Entrevista con el superior inmediato. Además de para obtener la opinión de quien es
responsable del puesto a analizar, también se realiza para contrastar la información
dada por los ocupantes y complementarla con una visión más global.
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Instrucciones:
1. Le rogamos lea atentamente las instrucciones y el cuestionario.
2. A continuación, por favor escriba todo lo que pueda respecto a las diferentes cuestio-
nes. Puede variar el orden si lo desea, pero procure no dejar ningún punto sin res-
ponder.
3. Describa con minuciosidad el puesto como si lo explicara a otra persona que no co-
noce nada de lo que Ud. hace.
4. Si tiene alguna dificultad al cumplimentar el cuestionario, no dude en consultarnos.
5. El objetivo es realizar una descripción del puesto, no una valoración del mismo o de la
forma en que lo realiza.
6. Si lo considera necesario, añada cuantas hojas adicionales estime oportuno para completar
la información.
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La previsión de las necesidades futuras en materia de RRHH es, como cualquier pronós-
tico, una cuestión compleja. Hay que tener en cuenta que el entorno en el que se mueven hoy
en día la mayoría de las organizaciones se caracteriza por la variabilidad y el cambio continuo.
Aparecen innovaciones de todo tipo (por ej., nuevos servicios, tecnología, procedimientos,
etc.), nuevos competidores, las preferencias de los clientes cambian, etc., lo que hace difícil
acertar con el escenario futuro.
No obstante, las empresas prevén el futuro, partiendo de tres premisas. Por una parte, los
objetivos y estrategias de la organización determinarán las necesidades de RRHH, la previsión
de la demanda de sus servicios también afectará directamente a la plantilla futura y, final-
mente, la evolución de determinados factores del entorno será otro de los elementos que de-
finirá las características de la futura plantilla. Esto se refleja en la figura 2.
36
Dirección de Recursos Humanos
OBJETIVOS
Costes
Expansión
ESTRATEGIAS Especialización
Diversificación
Calidad
Innovación, etc.
NECESIDADES
PREVISIONES FUTURAS DE
RRHH
DE DEMANDA
Mercado laboral
ENTORNO Competencia
Legislación
Tecnología
Etc.
En cuanto a los objetivos, si, por ej., una empresa quiere incrementar su cuota de mercado
y para ello sigue una estrategia de expandirse geográficamente, requerirá probablemente la
apertura de nuevos centros de trabajo. Esto implica la selección de nuevo personal, la posibi-
lidad de movilidad funcional de personal ya contratado, formar a los que no tienen conoci-
miento del puesto, establecer una relación laboral con los nuevos, etc. Caso contrario es
cuando una empresa quiere reducir costes y para ello procede a cerrar algunos centros de tra-
bajo y, por tanto, a extinguir sus puestos de trabajo.
El caso de las previsiones de la demanda de actividad se ejemplifica fácilmente en el sector
hotelero. Así, las reservas previstas y sus características (por ej., tiempo de estancia previsto
y modalidad de alojamiento) inciden directamente en la cantidad y tipo de trabajadores para
poder atenderlas.
Referente a los condicionantes del entorno, otro tanto. Si, siguiendo con el ejemplo de ex-
pansión geográfica anterior, vamos a abrir un centro de trabajo en un destino en el que el
mercado de trabajo no provee de determinados profesionales, habrá que traerlos de otras
zonas o formar a los RRHH locales. Lo mismo con el resto de variables del entorno. Una
muy importante es el uso de las tecnologías de la información en el sector turístico. Su efecto
puede ir desde la creación de nuevos puestos de trabajo hasta la sustitución de los mismos.
El ejemplo más extremo puede ser el de aquellos hoteles que funcionan prácticamente sin la
presencia de personal para la atención de los clientes, ya que se dirigen a un segmento de
mercado que demanda este tipo de servicios. El cliente puede acceder al hotel y abandonarlo
sin tener que acudir a ningún empleado, ya que lo imprescindible está automatizado y lo que
no lo está se encuentra fuera del hotel y el cliente tiene la opción de consumirlo o no.
37
Santiago Melián González
Para intentar operativizar las consecuencias que tienen los factores anteriores en la
DRRHH, las empresas usan indicadores. El objetivo de los mismos es facilitar el trabajo y la
puesta en práctica de razonamientos como los descritos en el apartado anterior. Tres indica-
dores básicos son: la estimación de los ingresos; las previsiones de la actividad; y previsiones
del tipo de productos o servicios. Así, por ej., si para el año que viene preveo unos ingresos
un 30% inferiores a los de este año, ello puede reflejar la necesidad de reducir costes y, entre
estos, pueden estar incluidos los relacionados con los RRHH. De forma parecida, si la previ-
sión de la actividad de mi empresa (por ej., índice de ocupación en un hotel) para los tres
meses últimos del año refleja un incremento del 20%, deberé estar pendiente de las necesida-
des de RRHH para atender esta subida en la actividad empresarial. En cuanto al tipo de pro-
ductos o servicios, lo que hacen es concretar más el anterior indicador de volumen de
actividad. Así, no es lo mismo que el incremento se experimente con clientes de “todo in-
cluido”, que con clientes que contratan media pensión, o que los clientes sean mayoritaria-
mente personas mayores que familias jóvenes con hijos pequeños.
Un poco más concretos, pero también generales, son los indicadores recogidos en el cua-
dro 6. Son útiles para determinar las necesidades de personal a tres niveles (directivos, man-
dos intermedios y operarios) en tres áreas funcionales clásicas. Lo habitual es que cada
organización cree sus propios indicadores de actividad adaptados a su negocio concreto y es-
tilo de trabajo. En cualquier caso siempre pertenecerán a alguna de las categorías de indica-
dores generales aquí expuestas.
Aparte de estos indicadores, hay que tener en cuenta siempre las previsiones en las dos va-
riables que reflejan las variaciones naturales de cualquier plantilla: el absentismo y la rotación.
Absentismo y rotación previsibles como las vacaciones, días festivos, bajas por maternidad,
y jubilaciones y finalizaciones de contrato, respectivamente, hay que evaluarlas por el vacío
que dejan en la plantilla y la repercusión que ello tiene en la prestación de los servicios.
38
Dirección de Recursos Humanos
ACTIVIDADES
1. Determina para qué crees que se necesitan conocimientos de las tres principales disci-
plinas en las que se basa la DRRHH en las prácticas de RRHH de formación y com-
pensación.
2. Imagina que una cadena hotelera decide cerrar uno de los cuatro hoteles que gestiona
y diversificar su actividad abriendo dos restaurantes. ¿Qué prácticas de RRHH es pro-
bable que se ejecuten como consecuencia de esta acción empresarial? y ¿Qué informa-
ción de su plantilla será necesario obtener para ejecutar algunas de las anteriores
prácticas?
39
Santiago Melián González
BIBLIOGRAFÍA
40
Dirección de Recursos Humanos
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
3. ¿Qué quiere decir que una empresa tiene un índice de absentismo del 15%, según la
fórmula que se basa en la jornada pactada?
a) Que se ha faltado el 15% del tiempo que se debería haber asistido.
b) Que el 15% de los trabajadores ha faltado en su jornada laboral.
c) Que el absentismo no justificado es del 15%.
d) Que la duración media de las bajas es de 15 días.
4. La rotación controlada.
a) Es típica de las empresas que realizan una actividad estacional.
b) Puede indicar retribuciones insatisfactorias.
c) Está asociada al absentismo.
d) Las habilidades directivas de los jefes pueden disminuirla.
41
Santiago Melián González
6. ¿Qué indicador de los siguientes puede servir para determinar la cantidad óptima de
camareras de pisos?
a) Nuevos servicios hoteleros.
b) Tiempo promedio en limpiar una habitación.
c) Número de facturas a contabilizar.
d) Oferta de camareras de pisos en el mercado.
42
Dirección de Recursos Humanos
1. b.
2. d.
3. a.
4. a.
5. c.
6. b.
7. a.
8. c.
9. d.
10. a.
43
Santiago Melián González
GLOSARIO
Absentismo: ausencia del trabajador en su puesto de trabajo durante el horario pactado con el
mismo.
Accidente laboral: toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia
del trabajo que ejecute por cuenta ajena.
Accidente no laboral: accidente que, conforme a lo establecido en la Ley General de la Seguridad
Social, no tenga el carácter de accidente de trabajo.
Competencias: serie de comportamientos que los trabajadores deben realizar para desarrollar las
funciones y objetivos del puesto con éxito.
Convenio colectivo: acuerdo formal entre representantes de las empresas y representantes de los
trabajadores fruto de una negociación colectiva en materia laboral. Mediante un convenio
colectivo, empresarios y trabajadores regulan las condiciones de trabajo y productividad, y
como contrapartidas se pactan una serie de derechos y obligaciones recíprocas.
Enfermedad común: alteraciones de la salud que, conforme a lo establecido en la Ley General
de la Seguridad Social, no tengan la condición de accidentes de trabajo ni de enfermeda-
des profesionales.
Enfermedad profesional: la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena y que
esté provocada por la acción de los elementos o sustancias indicados por la Ley General
de la Seguridad Social para cada enfermedad profesional.
Estatuto de los trabajadores: principal norma, con carácter de Ley, que regula el trabajo y las con-
diciones de los trabajadores que prestan sus servicios de forma retribuida por cuenta ajena
para un empresario.
Estrategia: acciones que la empresa lleva a cabo en orden a lograr los objetivos que se plantea.
Incapacidad temporal (IT): situación en la que se encuentra el trabajador que está temporalmente
incapacitado para trabajar y precisa asistencia sanitaria de la Seguridad Social. Tendrán la
consideración de situaciones determinantes de incapacidad temporal las debidas a enfer-
medad común o profesional y a accidente, sea o no de trabajo, mientras el trabajador re-
ciba asistencia sanitaria de la Seguridad Social y esté impedido para el trabajo.
Objetivo: resultado que se desea lograr.
Unidad de negocios: unidad operativa dentro de una organización que vende productos o servi-
cios a un grupo identificable de clientes.
44
Reclutamiento y selección de personal
2
PRESENTACIÓN
Esta unidad trata todo lo relacionado con la incorporación de personas a las empresas, ex-
cepto la contratación que se trata en unidad de aprendizaje siguiente. Se comienza con el re-
clutamiento, ya que al consistir en atraer a los mejores trabajadores para que quieran trabajar
en la empresa, es el punto de partida de cualquier acción dirigida a incorporar trabajadores.
Posteriormente se aborda la selección de personal. Así, por una parte, se explicarán una serie
de cuestiones respecto al proceso de selección, a tener en cuenta siempre, al objeto de que
sea eficaz. Le sigue la descripción de las técnicas de selección más habituales, haciendo hin-
capié en la entrevista, ya que es el método más usado y el más polivalente.
OBJETIVOS
46
Dirección de Recursos Humanos
1. EL RECLUTAMIENTO
Para poder cubrir un puesto se necesitan candidatos y aquí entra en juego la práctica de
reclutamiento. El reclutamiento consiste en conseguir candidatos para las presentes o futuras
vacantes de la empresa. Cuando hay un puesto que ocupar la primera decisión que se plantea
es la siguiente: ¿Reclutamiento interno o externo? Es decir, ¿Se acude a la propia plantilla de
la empresa o al mercado de trabajo para buscar candidatos? El cuadro 1 recoge las ventajas y
desventajas de cada una de las dos opciones. Del mismo únicamente describimos la del Prin-
cipio de Peter, que hace referencia a las empresas que tienen como política acudir siempre a
la plantilla para, generalmente vía promoción, cubrir las vacantes. En estos casos se tiende a
recompensar siempre a los buenos trabajadores con ascensos como premio a su rendimiento.
Lo que pasa es que si, además, no se aplica un criterio riguroso de evaluación de los candida-
tos, de cara a la nueva ocupación, llega un momento en que éstos se promocionan hasta
donde demuestran el máximo de su incompetencia. En este punto ya no se mueven, debido
a que su incompetencia no es merecedora de un ascenso. Como resultado de ello se pierden
buenos trabajadores y se obtiene personal incompetente.
47
Santiago Melián González
RECLUTAMIENTO INTERNO
VENTAJAS DESVENTAJAS
RECLUTAMIENTO EXTERNO
VENTAJAS DESVENTAJAS
Normalmente las circunstancias son las que hacen que se opte por alguna de las dos vías,
sopesando las ventajas e inconvenientes de cada una. Así, hay puestos que deben ser cubier-
tos necesariamente por personal de la plantilla (por ej., puesto directivo concreto que requiere
un conocimiento profundo de las particularidades de la actividad y de la organización) y otros
que necesitan personal externo (por ej., puesto que demanda competencias que no posee el
personal de la empresa). Ejemplos como estos hacen que sea habitual que las empresas usen
las dos posibilidades en función de las condiciones que rodean a cada vacante que se le pre-
senta.
Las fuentes para reclutar personal fuera de la empresa son varias. Así, las empresas cuen-
tan con las siguientes opciones: la propia web de la empresa a través un apartado del tipo
“Únete a nuestro equipo”; las recomendaciones y referencias de los propios trabajadores; las
agencias de colocación; las consultoras de RRHH; las empresas de trabajo temporal (ETT);
universidades; escuelas de negocios; centros de formación profesional; portales de empleo;
redes sociales, sobre todo las profesionales; y la prensa. Internet es el principal mercado de
trabajo y en la red el medio más usado hoy en día son los portales de empleo. No obstante,
existe poca segmentación debido a la cantidad de webs dedicadas a ofrecer servicios de re-
clutamiento y a la facilidad con la que los candidatos pueden apuntarse a las mismas y a sus
ofertas de puestos de trabajo, por lo que muchas veces las empresas tienen dificultades para
encontrar los candidatos que buscan. El mercado de trabajo en Internet se organiza en torno
a los portales de empleo generales, que ofrecen candidatos para cualquier puesto de trabajo;
48
Dirección de Recursos Humanos
49
Santiago Melián González
Mayor Mayor
Conferencias Conferencias
Tiempo Coste Candidatos de los empleados
Candidatos de los empleados
Agencia de colocación Portales de empleo
De este gráfico únicamente explicaremos que los candidatos de los empleados tienen
coste económico porque a veces se prima económicamente que los trabajadores de la em-
presa presenten candidatos adecuados. Las empresas de trabajo temporal (ETT), en lo que
respecta a su faceta de cesión temporal de trabajadores (también pueden actuar como agencia
de colocación), implican un coste económico, ya que su actividad conlleva la contratación del
trabajador por parte de la misma. El funcionamiento de estas empresas se tratará en el tema
de contratación y flexibilidad laboral. Adelantar que, desde el punto de vista del recluta-
miento, la gran ventaja de las ETT’s es su especialización en la provisión de recursos huma-
nos a las empresas, lo que, teóricamente, las convierte en proveedores eficaces y rápidos de
fuerza de trabajo. En el caso de las agencias de colocación, las más usadas son los servicios
públicos de empleo. Respecto a las entidades públicas que actúan como tal, los servicios de
reclutamiento no tienen coste alguno, aunque la ley permite que si una empresa privada se de-
dica a esta actividad con ánimo de lucro pueda cobrar por ello.
Cualquiera que sea el medio de reclutamiento que se utilice es fundamental que a través
del mismo se proporcione la información adecuada. El motivo es que dependiendo de ésta
conseguiremos más o menos candidatos y con una u otras características. A continuación, to-
mando como referencia el anuncio de la oferta de un puesto de trabajo, sea cual sea el medio
utilizado (Internet, prensa, revistas especializadas, tablones de anuncio de centros de forma-
ción, etc.), se expone la información mínima que debe aparecer en el mismo.
50
Dirección de Recursos Humanos
RESPECTO A LA EMPRESA:
• Sector en el que opera o actividad a la que se dedica.
• Información que despierte interés: facturación, plantilla, presencia internacional, anti-
güedad, categoría, etc.
RESPECTO AL PUESTO:
• Nombre.
• Funciones.
• Lugar de trabajo.
• Horario en el caso de jornadas especiales.
RESPECTO AL CANDIDATO:
• Edad aproximada, si es necesario.
• Experiencia.
• Formación y conocimientos.
• Características personales.
• Condiciones personales (por ej., disponibilidad para viajar).
Respecto a la cuantía de la retribución, en muchos casos las empresas optan por informa-
ción del tipo “retribución competitiva/atractiva”; “retribución negociable en función de las
51
Santiago Melián González
características de los candidatos”; “Se considerarán todas las aspiraciones económicas”; etc.
Ello se debe a que de esta forma la empresa tiene mayor poder negociador que si publica una
cantidad concreta. En caso de hacerlo, con vistas a mantener esa posibilidad negociadora, es
mejor poner un intervalo (por ej., retribución entre 24.000 y 30.000 euros) o añadir a la can-
tidad una frase del tipo “en torno a”.
En cuanto al diseño del anuncio existen básicamente dos tipos:
• Descriptivos: un texto en que, a continuación de un encabezamiento adecuado, se es-
pecifique de una manera ordenada el contenido del puesto, las responsabilidades, las
perspectivas que ofrece, las ventajas de la empresa, posibilidades de desarrollo profe-
sional, formación, retribución, etc. que tendrá el candidato que ingrese.
• Enumerativos: se relacionan una serie de características bajo los epígrafes “se requiere”
y “se ofrece”. Su eficacia aumenta si a todo ello antecede una descripción de la empresa
y de sus características. Esta es la opción más usada, ya que los portales de empleo, por
ej., incluyen campos fijos para describir la oferta de empleo.
GOBERNANTA
Buscamos:
• Una persona con capacidad para responsabilizarse del desarrollo y puesta en marcha
de esta área de la empresa. Sus funciones se centrarán en el diseño, planificación, eje-
cución y gestión de todos los recursos humanos, técnicos y económicos concernien-
tes a la misma (planificación de personal, presupuestos, establecimientos de objetivos
52
Dirección de Recursos Humanos
Ofrecemos:
• Un atractivo paquete salarial, autonomía en el puesto y total apoyo en la gestión. El
puesto de Gobernanta participa en los comités de dirección dada la importancia que
se le concede al mismo.
• La persona seleccionada formará parte de uno de los grupos empresariales con mayor
proyección a nivel local y de reconocido prestigio.
• Excelente ambiente de trabajo.
• Garantizamos absoluta confidencialidad en el proceso de selección.
La capacidad que una empresa tiene para atraer a los mejores candidatos no sólo depende
de lo bien que realice la labor de reclutamiento. Su imagen de marca como empleador (con-
cepto más conocido por su denominación en inglés de employer brand) también explica en gran
parte la cantidad y la calidad de los candidatos que se dirigen a la misma. Este concepto hace
referencia a lo atractiva que resulta en el mercado de trabajo una empresa como lugar para
trabajar o más resumidamente: su reputación como empleador. Actualmente destacan tres
opciones para que una empresa gestione su imagen de marca como empleador: su página
web; los premios o reconocimientos otorgados a sus prácticas de recursos humanos; y las va-
loraciones que hacen los empleados y exempleados en páginas web de valoración de empre-
sas. Respecto a la propia página web, el apartado de “Trabaja con nosotros”; “Únete a
nuestro equipo”; o con denominaciones más pasivas como “Empleo”, debe ser aprovechado
como una ventana a través de la que mostrar las ventajas que la empresa ofrece a sus trabaja-
dores. Desde describir el sentido que subyace a la dirección de RRHH que aplica la empresa,
los valores de la empresa que se quiere que los trabajadores compartan, los puestos de tra-
bajo, la oferta formativa, las posibilidades de desarrollo profesional, el clima laboral, hasta
presentar testimonios de los propios empleados, todo es cuestión de creatividad y de hacer
un esfuerzo por construir una imagen de marca como empleador positiva y diferenciada. Un
ejemplo en este sentido es la página web de McDonalds.
53
Santiago Melián González
La ratio de selección y la tasa básica son un producto directo del reclutamiento llevado a
cabo, de manera que cuanto mayores sean los dos indicadores más eficaz resultará el proceso
de selección. Concretamente reflejan, respectivamente, la cantidad y calidad de candidatos
sobre los que seleccionar: a más aspirantes más posibilidades de éxito en la elección y lo
mismo en cuanto a la calidad de sus currículos. Todo ello refleja la enorme importancia que
tiene para la selección de personal realizar un correcto reclutamiento. De hecho, determina-
das organizaciones no aplican técnicas de selección sofisticadas y consiguen buenas contra-
taciones. Si se analizan estos casos se verá que el éxito reside en que consiguen buenos
candidatos a través de una búsqueda activa de los mismos y que, por lo tanto, las probabili-
dades de errar disminuyen.
54
Dirección de Recursos Humanos
2. EL PROCESO DE SELECCIÓN
Que la incorporación de personal a la empresa en un proceso clave es algo que hoy en día
nadie discute. Hay que tener en cuenta que la DRRHH trata de gestionar conductas y que de-
terminados aspectos del comportamiento humano no son fácilmente modificables ni influen-
ciables. Por este motivo siempre se nombra a la selección rigurosa como una de las mejores
prácticas de RRHH. Es el primer paso, aunque no el único debido a la necesaria complemen-
tariedad entre las prácticas de RRHH, para contar con una plantilla adecuada. Un ejemplo es
el referente a las características de personalidad. Está demostrado que las personas nos dife-
renciamos unas de otras en un conjunto de rasgos de personalidad y que los mismos son un
determinante importante de la conducta que se manifiesta. Por su parte, los puestos y las es-
trategias de las empresas requieren diferentes comportamientos de los trabajadores y la per-
sonalidad no es un aspecto de las personas que se pueda cambiar con facilidad, por lo que es
importante evaluar esta faceta psicológica de las personas antes de su ingreso en la empresa.
La selección de personal es una tarea muy compleja y hay que tener cuidado de no descar-
gar en la misma el objetivo de la DRRHH. Así, en este sentido, en ocasiones se selecciona
cuidadosamente al personal y una vez incorporado la empresa se olvida de su gestión a través
del resto de prácticas de RRHH. Otra cuestión diferente es que muchas veces se aplican téc-
nicas de selección que garantizan la evaluación de características en los candidatos (por ej.,
tests, pruebas de conocimientos, etc.) pero no se tiene éxito. La explicación puede no estar
en la utilidad de la técnica, sino en que el perfil del puesto no se haya elaborado correcta-
mente y se produzca alguno o los dos fenómenos siguientes:
• Deficiencia en la elaboración del perfil: el perfil del puesto no representa todas las
competencias que son necesarias desarrollar en el puesto de trabajo y/o en la empresa.
Imaginemos que no se tiene en cuenta para un jefe de mantenimiento la habilidad para
dirigir a un equipo de trabajadores que se caracteriza por las malas relaciones y un ren-
dimiento deficiente.
• Contaminación en la elaboración del perfil: el perfil del puesto incluye competencias
que no son relevantes para el puesto de trabajo y/o la empresa. Supongamos que en el
anterior puesto de jefe de mantenimiento se consideran relevantes los conocimientos
para prestar soporte en los casos de averías informáticas y resulta que esta es una labor
que en la realidad depende del jefe de informática del hotel en cuestión.
Por lo tanto, el primer paso para seleccionar personal correctamente es realizar un AP ade-
cuado, del que se deriven todas las competencias que son necesarias para la empresa y el
puesto. El perfil resultante no debe ser deficiente ni estar contaminado. Si se logra esto la
labor de selección tiene muchas más posibilidades de éxito.
No existe un proceso ideal de selección de personal. Las características del puesto y otras
variables que rodean a la selección propiamente dicha (por ej., presupuesto para la labor de
selección; urgencia en cubrir la vacante; o duración prevista de la relación laboral) determinan
como ha de diseñarse el mismo. Así, no es lo mismo tener que cubrir urgentemente un
puesto durante tres días por una demanda inesperada de trabajo (por ej., realojo de clientes
55
Santiago Melián González
de un hotel en otro por circunstancias imprevistas) a planificar una selección para un puesto
estable con tiempo suficiente (por ej., apertura de un hotel). La figura 2 representa un pro-
ceso de selección complejo y extenso, con el fin de exponer el alto grado de desarrollo que
se puede alcanzar en esta práctica.
56
Dirección de Recursos Humanos
bitual es que en caso de realizarse ambas se haga conjuntamente por criterios de eficiencia:
las pruebas de conocimientos y las pruebas psicológicas. La entrevista de selección es una
fase que siempre debería estar en cualquier proceso de contratación, y a la misma puede se-
guirle una verificación de referencias. Posteriormente, un procedimiento frecuente es que el
responsable de selección escoja a dos o tres candidatos finalistas para que los entreviste el res-
ponsable de línea del puesto vacante y participe en la toma de decisión final. El examen mé-
dico, en puestos que no requieren condiciones físicas o fisiológicas especiales sino normales,
suele dejarse para el final. Si por el contrario son imprescindibles determinadas características
físicas se realizaría al principio.
Respecto al funcionamiento del proceso de selección de personal, existen dos tipos de
proceso en función del grado en el que las etapas que lo conforman actúen como filtros:
• Procesos de selección de múltiples etapas con filtro: cuando existen más de los dos fil-
tros correspondientes a las fases de reclutamiento (análisis de currículum vitae) y del
cuestionario de datos biográficos. Los candidatos van siendo eliminados a medida que
pasan por las diferentes etapas, ya que subyace la idea de que si no se cumplen deter-
minadas condiciones el rendimiento final no será satisfactorio.
• Programas de selección compensatorios o como un proceso de toma de decisión:
cuando sólo existen, como máximo, los dos filtros correspondientes a las fases de re-
clutamiento y del cuestionario de datos biográficos. A diferencia de los procesos con
filtro, se toma la decisión de selección con toda la información que proporcionan las
diferentes técnicas, en vez de hacerlo con una sola. En este caso, el planteamiento es
que los déficits de los candidatos en algunos requisitos pueden ser compensados por el
cumplimiento de otros, pudiendo alcanzarse un rendimiento final adecuado.
Existen pruebas que apoyan la eficacia de los programas de selección como un proceso
de toma de decisión sobre los de múltiples etapas con filtro. No obstante, la decisión sobre
el diseño del proceso de selección viene determinada principalmente por (a) la ratio de selec-
ción, de manera que cuando es muy elevada será necesario añadir más de los dos filtros mí-
nimos, y (b) por la presencia de requisitos exclusivamente imprescindibles y la posibilidad de
medirlos, sin los cuales el rendimiento sería insuficiente.
3. TÉCNICAS DE SELECCIÓN
En este apartado se describirán las técnicas de selección más frecuentemente usadas por
las empresas. Aparte de su descripción, y teniendo en cuenta lo ya explicado sobre como los
procesos de selección pueden resultar influidos por las circunstancias que los rodean, también
se comenta cuando deben usarse.
57
Santiago Melián González
Como se podrá deducir, aparte del cuestionario podemos medir los datos biográficos me-
diante la entrevista y la verificación de referencias. Los datos biográficos, medidos a través de
cuestionarios, han demostrado ser predictores eficaces del rendimiento, aunque no toda la in-
formación biográfica tiene el mismo poder predictivo. No obstante, en la práctica, los cues-
tionarios de datos biográficos se usan más para preseleccionar candidatos que para realizar
una selección definitiva, de ahí que suelan ser la primera técnica que se aplique. A continua-
ción, en el cuadro 3, aparecen los predictores biográficos que más eficacia han mostrado en
un contexto norteamericano. En este grupo, los datos de la primera columna son los que, con
diferencia, mayor validez han alcanzado y los de tercera los que menos.
58
Dirección de Recursos Humanos
En general, la experiencia profesional es la información que mejor predice y que más as-
pectos del rendimiento puede considerar. No obstante, otros datos biográficos de carácter
más personal (por ej., profesión del cónyuge, nº de hijos y edades, y aficiones) pueden plan-
tearse cuando se trate de predecir aspectos concretos relacionados con la implicación y mo-
tivación por el puesto, como la disponibilidad horaria ante imprevistos, adaptación al turno
de noche, o movilidad geográfica. Es importante advertir que utilizar esta información para
otro tipo de pronósticos carece de fundamento y rigor. Por tanto, la solicitud de estos datos
no puede hacerse de una forma generalizada, como los referidos a la experiencia profesional,
sino según la existencia de condiciones especiales que rodeen a puestos concretos. En este
sentido, es importante tener en cuenta el contenido del artículo 16.2 de la Ley sobre infrac-
ciones y sanciones en el orden social (RD 5/2000 de 4 de agosto): “Son infracciones muy
graves solicitar datos de carácter personal en los procesos de selección o establecer condicio-
nes, mediante la publicidad, difusión o cualquier otro medio, que constituyan discriminacio-
nes favorables o adversas para el acceso al empleo por motivos de sexo, origen, incluido el
racial o étnico, edad, estado civil, discapacidad, religión o convicciones, opinión política,
orientación sexual, afiliación sindical, condición social y lengua dentro del Estado.”
El poder predictivo de los datos biográficos se explica por las dos siguientes hipótesis
sobre su funcionamiento, las cuales tienen que ser consideradas siempre a la hora de hacer
pronósticos basándose en los mismos:
• Principio de la consistencia: el comportamiento pasado es un buen predictor del com-
portamiento futuro.
• Explicación cognitiva: los biodatos pueden ser indicadores de capacidades de la per-
sona.
59
Santiago Melián González
liciten estén justificados. Como norma general debe existir siempre una relación estrecha
entre la información requerida y el futuro rendimiento en la empresa. Preguntas que aparecen
en algunos formularios de empleo referentes a causas del fallecimiento de los padres; perte-
nencia a sindicatos; enfermedades a lo largo de la vida; u otras por el estilo, no tienen justifi-
cación alguna y deben erradicarse de las prácticas de selección de personal.
60
Dirección de Recursos Humanos
Las pruebas destinadas a comprobar los conocimientos de los candidatos suelen utilizarse
en estas tres situaciones:
• Cuando la experiencia profesional y la formación de los candidatos no son indicadores
totalmente fiables del grado de conocimiento de una materia concreta.
• Cuando está claro que sin un determinado nivel de conocimientos el puesto no se desem-
peña correctamente.
• Cuando la ratio de selección es tan alta que es necesario eliminar candidatos durante el
proceso de selección.
Un requisito muy importante de este tipo de pruebas es el que hace referencia a su validez
de contenido, es decir, el grado en que el contenido de la prueba es representativo de los re-
quisitos demandados por el puesto. Las pruebas con baja validez de contenido no son útiles
en selección de personal, ya que están evaluando conocimientos que posteriormente no van
a aplicarse en el puesto.
Hay que tener cuidado de no basar la selección únicamente en los resultados de una
prueba de conocimientos. Los estudios han mostrado que estas pruebas tienden a pronosti-
car facetas concretas del rendimiento, por lo que dejan una varianza importante del mismo
sin predecir. Por esta razón siempre deben ir acompañadas de otras técnicas de selección y
no utilizarse como herramienta de predicción exclusiva.
61
Santiago Melián González
Estos tests son los más usados y se caracterizan porque el resultado en los mismos es una
puntuación en la característica o características que miden. Su utilización parte de la 1ª Guerra
Mundial, en la que se empleó como técnica de clasificación y asignación de reclutas en
EE.UU., concretamente el Army test. El uso de los tests en selección de personal se basa en
las siguientes hipótesis:
• Ciertas características como la inteligencia, aptitudes, personalidad y motivación se dan
entre los candidatos en una medida significativamente distinta.
• El seleccionador puede medir las características seleccionadas como predictores.
• Existe una relación importante y directa entre el grado en el que se poseen ciertas ca-
racterísticas y el rendimiento en el puesto.
1 Los coeficientes de validez relacionadas con el criterio o rendimiento varían entre -1 y +1, como cualquier
coeficiente de correlación. En selección de personal una técnica de medición o una característica predictiva
debe alcanzar un mínimo de 0,30 para que se considere válida.
62
Dirección de Recursos Humanos
En cuanto a los criterios por los que se determina la bondad de un test, los podemos re-
sumir en dos:
• Validez: que el test mida lo que pretende medir.
• Fiabilidad: la consistencia de los resultados a través del tiempo y las situaciones.
VENTAJAS INCONVENIENTES
Su corrección y el resultado son Son falseables por los candidatos
objetivos Informan sobre resultados no sobre
Se pueden aplicar colectivamente procesos
Su corrección es rápida y sencilla Los de ejecución máxima valoran el
Se someten a los criterios de validez y pensamiento convergente, se centran en
fiabilidad la rapidez intelectual y muchos están
Están estandarizados condicionados culturalmente
Fuente: elaboración propia
63
Santiago Melián González
La mayoría de los tests cualitativos, aquellos cuyos resultados son una descripción de la ca-
racterística que miden, funcionan según el principio psicológico de la proyección, es decir la
tendencia de las personas a proyectar su propia personalidad sobre las situaciones a las que
se enfrentan. Las dos pruebas proyectivas más aplicadas en selección de personal son el test
de Rorschach y la grafología (Vels, 1982; Catalá Amorós, 1991), utilizándose para el diagnós-
tico de la personalidad y de los procesos intelectuales. El test de Rorschach consiste en la in-
terpretación de manchas de tintas en diez láminas estandarizadas y la grafología usa la
escritura del sujeto como medio para conocer su personalidad. El valor de estas técnicas
como herramienta de diagnóstico es muy discutido, existiendo grandes defensores y detrac-
tores. Desde el punto de vista académico, no existen estudios que avalen su capacidad para pre-
decir el rendimiento. A continuación resaltamos sus ventajas e inconvenientes en el cuadro 5.
VENTAJAS INCONVENIENTES
Sin lugar a dudas el método más utilizado en selección de personal es la entrevista. Prác-
ticamente todos los procesos de selección la incorporan y es que sería realmente extraño que
una empresa no mantuviera una conversación presencial con un futuro trabajador. A pesar
de ello, su universalidad no está acompañada siempre de coeficientes de validez lo suficiente-
mente aceptables, ya que dependen mucho de la forma de entrevistar. En cuanto a los tipos
de entrevistas destacamos las siguientes clasificaciones.
64
Dirección de Recursos Humanos
• Según su finalidad:
– De preselección: como ya se ha explicado, su finalidad no es predecir el rendi-
miento, sino asegurar que los candidatos reúnen los requisitos indispensables para
poder continuar en el proceso de selección.
– De selección: su finalidad es pronosticar el rendimiento.
• Según el número de participantes:
– Individuales: un entrevistador y un entrevistado.*
– Colectivas: varios entrevistadores entrevistan a un candidato. Cuando los entrevis-
tadores hacen sus entrevistas por separado el resultado es mejor que si están todos
presentes a la vez.*
– De grupo: uno o más entrevistadores entrevistan a un grupo de candidatos. Se de-
nominan también dinámicas de grupo y, en realidad, más que entrevistas son ejerci-
cios grupales donde los candidatos deben participar, como respuesta a un ejercicio,
y son valorados por las características de su comportamiento.
• Según el grado de estructuración:
– Estructurada: se establecen las preguntas a realizar a partir del análisis de puestos.
El conjunto de preguntas resultantes se aplica a todos los candidatos que se entre-
vistan.
– No estructurada: conversación sin ninguna estructuración previa. Los temas se van
abordando en función de la dinámica de la entrevista y de cada entrevistado.
• Según su interpretación:
– Principio de la consistencia.*
– Reflejo de capacidades.*
– Preguntas situacionales: son preguntas que plantean al candidato cómo actuaría ante
una situación, o tarea, típica del puesto a seleccionar (por ej., para un director de
marketing ¿Cómo incentivaría la fidelización de los clientes por parte de los cama-
reros?; Ajustándose a un presupuesto de 30.000 euros ¿Cómo haría una campaña de
promoción de un producto como X? La idea que hay detrás de estas preguntas es
que, de acuerdo con la teoría del establecimiento de metas de Locke, las intenciones
que tienen las personas influyen en su comportamiento.
– Interpretaciones de la personalidad e inteligencia.
Todas aquellas formas de entrevistar señaladas arriba con un asterisco han demostrado au-
mentar los coeficientes de validez de la técnica, que han pasado de los tradicionalmente bajos
0,15 a puntuaciones de 0,50 o superiores. De todos los consejos existentes para mejorar la
eficacia de las entrevistas, uno que se ha hecho constante es el referente a su estructuración
(Gómez-Mejía et al, 2001; Salgado y Moscoso, 2005), recomendándose el formato estructu-
rado.
A continuación presentamos un método para realizar la entrevista que parte de seis etapas
(Stanton, 1985) y que se incluye dentro de lo que se denomina modalidad de entrevista con-
ductual estructurada (Salgado y Moscoso, 2005) ya que, de acuerdo con los dos principios de
65
Santiago Melián González
Su duración suele estar en torno a los 45’, aunque lógicamente la extensión del currículum
profesional del candidato puede hacer variar este tiempo.
Como se habrá observado la entrevista cumple una doble función: recoger datos y pro-
porcionar información al candidato. La primera fase consiste en la presentación del respon-
sable de la selección y en agradecer al candidato su presencia. La segunda trata de comenzar
el diálogo con el candidato, para lo que se recomienda un tema neutral. Estos dos primeros
pasos no deben durar más de 4’ o 5’. Seguidamente viene la etapa que da sentido a la entre-
vista, es decir la obtención de la información necesaria para valorar al candidato, la cual gira
sobre su experiencia profesional, formación, conocimientos y aquellos datos personales que
se estimen necesarios. Una vez se tenga toda la información requerida se pasa a la cuarta fase,
consistente en dar al aspirante información sobre la empresa y el puesto. La quinta trata de
dar respuestas a las preguntas que el candidato puede realizar sobre el cargo y la empresa, y
en la sexta el entrevistador se despide y comenta el siguiente paso al candidato.
La tercera etapa es la más importante, ya que es la que permite obtener información de los
candidatos. Para su ejecución se debe seguir un alto grado de estructuración (preguntas pre-
diseñadas y aplicadas a todos los candidatos) y el enfoque conductual citado, ya que es lo que
asegura la validez de la entrevista. Las preguntas conductuales serían las que buscan eviden-
cias conductuales pasadas y las preguntas situaciones serían las que reflejan las intenciones en
situaciones típicas del puestos de trabajo. A continuación mostramos información sobre la
que suelen hacerse las preguntas:
• Experiencia profesional
– Funciones y responsabilidades desarrolladas.
– Comportamiento/rendimiento en situaciones específicas del puesto a cubrir.
– Fechas de entrada y de salida en los puestos.
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Dirección de Recursos Humanos
• Formación
– Aplicación de conocimientos relevantes para el puesto a cubrir.
– Aplicación de conocimientos relevantes en puestos anteriores.
– Actualización de conocimientos.
– Especialización en algún área concreta.
– Materias más y menos preferidas.
– Ocupación del tiempo libre durante el período académico.
– Rendimiento académico.
• Datos personales
– Ocio y tiempo libre (Sólo en los casos en los que existe justificación por las carac-
terísticas especiales del puesto a cubrir).
– Situación familiar (Sólo en los casos en los que existe justificación por las caracte-
rísticas especiales del puesto a cubrir).
– Aspiraciones profesionales a medio y largo plazo.
– Factores que inciden positiva y negativamente en su motivación.
67
Santiago Melián González
Además es necesario tenerlo consigo durante la entrevista por si se quiere consultar algún as-
pecto concreto. Debemos comenzar siempre por la experiencia profesional del candidato, y
en orden cronológico inverso. Ello se debe tanto a que la experiencia es el predictor más im-
portante, y el área en el que se ponen en práctica las capacidades profesionales más relevan-
tes, como a que suele ser un requisito imprescindible en la selección de personal. Aparte
ayuda a sintonizar con el candidato, ya que éste espera ser interrogado sobre ésta principal-
mente, y el último puesto suele ser el más relacionado con el cargo al que se aspira. Posterior-
mente se pasa a comentar la formación del candidato y finalmente aquellos aspectos más
personales que se consideran importantes para el puesto. La cuarta fase de la entrevista, pro-
porcionar información sobre el puesto y la empresa, debe utilizarse también para evaluar al
candidato. Además de estar atento a sus reacciones, a medida que va conociendo las caracte-
rísticas del puesto, debemos preguntarle su opinión respecto a las funciones y responsabili-
dades que implica y las condiciones ofertadas. Es una forma de prever su motivación inicial
y, por ello, la descripción del puesto debe ser lo más realista posible de forma que el candi-
dato pueda hacer una evaluación con criterios adecuados.
La aplicación rigurosa de la técnica de la entrevista requiere diseñar baremos para evaluar
las respuestas de los candidatos. De esta forma, se crean diferentes escalas de valoración con
diferentes niveles o anclajes a los que asignar las respuestas de los candidatos. Lo ideal es que
los niveles consistan en descripciones comportamentales, o sea niveles de competencia. Así,
por ej., una escala de valoración sencilla para un puesto de gobernanta podría ser esta:
1. No ha tenido responsabilidades en la dirección de personas, sin ser las de control de la
presencia de los miembros de su equipo.
2. Aparte de lo anterior, también se ha responsabilizado de la búsqueda y selección de
personal para cubrir las vacantes durante al menos un año.
3. Además del control del absentismo y de la selección de personal se ha responsabilizado
de programar acciones de formación durante al menos un año.
4. Ha desarrollado tareas, durante tres o menos años, de selección del personal para su
equipo; programación de acciones de formación; evaluación del rendimiento; y accio-
nes de motivación.
5. Ha desarrollado tareas, durante más de tres años, de selección del personal para su
equipo; programación de acciones de formación; evaluación del rendimiento; y accio-
nes de motivación.
De esta forma, todos los candidatos tendrán al final una puntuación en las entrevistas (la
suma de los puntos de los diferentes niveles de evaluación asignados) disminuyendo la posi-
bilidad de que el enjuiciamiento de los candidatos se realice en base a criterios poco impor-
tantes para el puesto.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la entrevista es el último paso del proceso de se-
lección para muchos candidatos. Aunque no es recomendable decir en la misma entrevista
que no se va a seleccionar a la persona, salvo casos evidentes de alejamiento del perfil del
puesto, si debemos comunicar el resultado en el tiempo más breve posible. El motivo es la
importancia que tiene para la mayoría de las personas conseguir o no un puesto de trabajo y,
68
Dirección de Recursos Humanos
ya que han dedicado tiempo y esfuerzo a un proceso de selección, hay que corresponderles
mínimamente.
Las entrevistas que hemos denominado de grupo (uno o más entrevistadores entrevistan
a un grupo de candidatos) se denominan en la práctica “dinámicas de grupo”. Consisten en
la reunión de un grupo de candidatos, para que analicen y comenten algún tema, y así poder
evaluar características relacionadas con las relaciones interpersonales: capacidad de persua-
sión; amabilidad en el trato; habilidad para exponer ideas; tolerancia hacia los demás; extra-
versión; capacidad de escucha; iniciativa social; etc. Normalmente parten de un caso o lectura
sobre la que se genera un proceso de debate o de comentarios. Los entrevistadores, más que
entrevistar, moderan las intervenciones y lanzan preguntas que sirvan de estímulo para gene-
rar intervenciones por los participantes y tomarlas como base para su evaluación. Se reco-
mienda su utilización para puestos que realmente implican el trabajo en grupo y nunca debe
sustituir a la entrevista de selección.
La petición de referencias sobre los candidatos es una técnica que suele aplicarse tras la
entrevista de selección, ya que no debe hacerse indiscriminadamente sino sólo a aquellos as-
pirantes sobre los que se tengan dudas o que realmente tengan probabilidades de ser selec-
cionados. Por otra parte, por motivos éticos y legales, es conveniente advertir a los candidatos
que se van a solicitar referencias suyas. En este sentido, muchas veces en los cuestionarios de
datos biográficos se solicitan nombres de personas, de empresas en las que se ha trabajado,
con el fin de pedir referencias. Los estudios han arrojado coeficientes de validez en torno a
.20, aunque depende del método utilizado. Por ello, esta técnica siempre debe usarse para
complementar la información obtenida mediante otras técnicas de selección. Las referencias
más utilizadas son las empresas en las que se ha trabajado y nunca, salvo permiso del aspi-
rante, se pueden solicitar en la empresa en la que trabaja en el momento de la selección. Otras
posibilidades son los clientes y los proveedores. El objetivo de la aplicación de esta técnica es
doble:
• Verificar la información obtenida mediante el cuestionario de datos biográficos, currí-
culum vitae o entrevista.
• Conseguir la opinión de alguien que conozca profesionalmente a los candidatos.
Las cartas de recomendación, que dan muchas empresas a sus trabajadores cuando dejan
de trabajar en éstas, han demostrado tener muy poca validez. Hacerlo personalmente suele
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Santiago Melián González
ser poco práctico, costoso, y difícil, ya que la persona a la que se le solicita la entrevista le ge-
nera un coste, aunque hay empresas que usan esta opción por la importancia que dan a este
factor. La forma escrita corre el riesgo probable de no obtener respuesta. Así, la verificación
telefónica ha resultado ser la manera más eficaz.
Cuando se piden referencias el solicitante siempre debe presentarse, decir la organización
de la que llama y explicar los motivos por los que lo hace. Una vez hecho esto se pasa a pedir
información de una manera estructurada sobre lo siguiente:
• Descripción de funciones y tareas.
• Valoración del rendimiento.
• Período de empleo.
• Valoración sobre la integridad personal y las relaciones con otros.
• Motivo de la marcha.
La verificación de referencias suele llevar poco tiempo, sobre 10’, y para ello hay que diri-
girse al anterior jefe inmediato del candidato o al responsable de RRHH de la empresa en
cuestión. Hay que insistir en que por sí sola esta técnica no debe eliminar, ya que su resultado
puede derivarse de otros factores distintos del comportamiento del candidato. Por ello es
conveniente solicitar referencias a más de una empresa o persona.
70
Dirección de Recursos Humanos
La participación del futuro superior del aspirante suele realizarse mediante entrevistas a
un número de finalistas, normalmente dos o tres personas, seleccionados por el responsable
de la selección. La decisión final, sobre quien es el contratado, debe ser el resultado de la con-
frontación de opiniones entre el staff y la línea, teniendo en cuenta que el grado de aceptación
del candidato por parte del responsable del puesto a cubrir es un factor importante para el
éxito de la contratación.
71
Santiago Melián González
ACTIVIDADES
2. Elabora dos ejemplos distintos de pruebas de conocimientos del tipo simulación del
trabajo.
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Dirección de Recursos Humanos
BIBLIOGRAFÍA
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Vels, A. (1982). La selección de personal y el problema humano en las empresas. Barcelona: Ed. Herder.
73
Santiago Melián González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
6. Un ejemplo de una simulación del trabajo para la selección de camareros para un res-
taurante es:
a) Montar una mesa.
b) Hacer el presupuesto anual del restaurante.
c) Diseñar el menú de fin de año.
d) Negociar precios con los proveedores.
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Dirección de Recursos Humanos
7. ¿Cuál de las siguientes es una fuente de reclutamiento adecuada para puestos de cama-
rero si la empresa no dispone de recursos económicos?
a) Anuncio en prensa.
b) Agencia de colocación pública.
c) Consultora de RRHH.
d) ETT.
10. Una vez pasada la primera toma de contacto con un candidato ¿Por qué habría que
empezar a preguntar?
a) Su último puesto de trabajo.
b) Sus estudios.
c) Sus preferencias profesionales.
d) Su primera experiencia profesional.
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Santiago Melián González
1. d.
2. b.
3. d.
4. c.
5. b.
6. a.
7. b.
8. c.
9. c.
10. a.
76
Dirección de Recursos Humanos
GLOSARIO
Agencia de colocación: entidades públicas o privadas, con o sin ánimo de lucro, que, en coordi-
nación y, en su caso, colaboración con el servicio público de empleo correspondiente, rea-
licen actividades de intermediación laboral que tengan como finalidad proporcionar a las
personas trabajadoras un empleo adecuado a sus características y facilitar a los empleado-
res las personas trabajadoras más apropiadas a sus requerimientos y necesidades.
Aptitudes intelectuales: inteligencias especializadas, por ej.: aptitud numérica, verbal, espacial,
concentración, razonamiento deductivo, etc. Una persona puede tener una muy desarro-
llada y el resto normales o incluso bajas.
Empresa de trabajo temporal (ETT): empresa dedicada a la contratación y cesión temporal de tra-
bajadores a otras empresas.
Inteligencia general: tipo de inteligencia, también llamada factor G, que se manifiesta en todas
las tareas intelectuales que realizan las personas. Los que la tienen alta suelen ser personas
que destacan en muchas actividades intelectuales distintas.
Mutua laboral: las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Se-
guridad Social son entidades privadas, sin ánimo de lucro y debidamente autorizadas por
el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Colaboran con la Seguridad Social dando co-
bertura a todas las contingencias derivadas de accidentes laborales y enfermedades profe-
sionales y en la gestión de prestaciones económicas por incapacidad temporal derivada de
las contingencias comunes que los trabajadores de las empresas asociadas puedan padecer.
La empresa puede elegir libremente a qué Mutua asociarse o incluso si quiere que estas
contingencias sean cubiertas directamente por la propia Seguridad Social. Ya opte por una
entidad u otra, el coste final para el empresario va a ser siempre el mismo.
Personalidad: conjunto de rasgos o características, tanto innatas como adquiridas, que actúan
como determinantes del comportamiento habitual o típico de las personas y que hacen
que éste sea más o menos consistente a lo largo del tiempo y las situaciones.
77
Contratación y flexibilidad en la gestión
de RRHH
3
PRESENTACIÓN
Esta unidad tiene dos partes diferenciadas aunque relacionadas. La primera parte se centra
en describir las principales modalidades de contratación laboral con las que cuentan las em-
presas. Así, la contratación es el paso inmediatamente posterior a la decisión tomada de se-
leccionar a una persona. La segunda parte de la unidad hace referencia a las diferentes
opciones mediante las que una empresa puede dotar de flexibilidad a su plantilla, al objeto,
principal pero no único, de adaptarla a las variaciones que experimenta su actividad. Esta fle-
xibilidad tiene dos grandes enfoques: la flexibilidad interna, que incluye el tiempo de trabajo;
el centro de trabajo; el puesto; y la suspensión o modificación de la relación laboral y la flexibi-
lidad externa, que se refiere a la extinción de la relación laboral.
OBJETIVOS
79
Santiago Melián González
Contratos indefinidos
Contratación
Contratos temporales
Flexibilidad en la relación
Flexibilidad externa laboral: extinción
1. LA CONTRATACIÓN
Una vez seleccionados los trabajadores se pasa a la fase de contratación. En España las re-
laciones entre las empresas y los trabajadores se regulan a través del contrato laboral. Estudiar
en profundidad todo lo que implica una relación laboral es propio de un temario de derecho
del trabajo. En este manual veremos el tema de la contratación desde un punto de vista fun-
cional, para poder saber qué tipo de contrato es el que se le debe aplicar a un trabajador en
función del cometido que vaya a desempeñar en la empresa.
No obstante, para cualquier duda es conveniente saber que en el sitio web del SEPE (Servi-
cio Público de Empleo Estatal; www.sepe.es) se encuentran publicadas las características de
todos los tipos de contratación existentes en España, aparte de los formularios de los contratos.
Las empresas, dentro siempre del marco legal que se les aplica, deben planificar bien sus
necesidades de personal para no encontrarse posteriormente con plantillas sobredimensiona-
das. A nivel general las previsiones de personal deben tener en cuenta dos variables:
a) Duración prevista de la relación laboral: existen puestos cuya necesidad en el tiempo es
indefinida y puestos que se sabe que sólo serán necesarios por un periodo concreto de
tiempo (por ej., meses de enero a mayo o aproximadamente el primer semestre del
año).
b) Dedicación temporal del personal: hay puestos que requieren ser desempeñados du-
rante toda la jornada laboral y puestos que sólo necesitan una dedicación inferior a la
que establece la jornada laboral completa (por ej., trabajar sólo los fines de semana o
media jornada diaria).
80
Dirección de Recursos Humanos
Fruto de la combinación de estas dos variables surgen las principales cuatro formas gene-
rales de contratación que se recogen en el cuadro 1.
El contrato indefinido es el que se hace a las personas cuya relación laboral con la empresa
va ser indefinida en el tiempo, denominándose popularmente contrato fijo. Esta modalidad
de contratación se caracteriza porque en caso de que la empresa quiera rescindir el contrato
presenta un mayor rigidez, ya que conlleva una indemnización mayor al trabajador (en Es-
paña actualmente es de 20 días de salario por año de antigüedad en la empresa) y un proceso
más complejo si se le compara con los contratos de duración determinada. Prácticamente
todos los contratos (indefinidos y temporales) se pueden hacer a tiempo completo o por una
parte de la jornada (a tiempo parcial). Los contratos a tiempo completo se hacen cuando el
trabajador va a realizar su trabajo durante toda la jornada laboral de la empresa. La jornada a
tiempo completo se suele establecer en horas anuales y partiendo del máximo legal (en Es-
paña se establece una duración máxima de 40 horas semanales de trabajo efectivo, de prome-
dio en cómputo anual, o su equivalente en cómputo anual: 1826 horas/año) los diferentes
convenios colectivos hacen adaptaciones a la baja en función de la actividad empresarial que
regulen. Así, por ej., el Convenio Colectivo Provincial de Hostelería de Las Palmas establece
la jornada a tiempo completo en 1819 horas/año. Por su parte, en la mayoría de los países, la
jornada a tiempo parcial se establece como cualquier jornada inferior a la que se considera a
tiempo completo (bien diaria, semanal, mensual, o anual). Así ejemplos de trabajo a tiempo
parcial son: trabajar 4 horas al día, 20 horas a la semana, 100 horas al mes o 1000 horas al
año. La contratación a tiempo parcial es la principal forma de flexibilidad laboral que utilizan
las empresas, ya que permite adaptar la contratación a horarios de trabajo especiales.
Actualmente, en España, al objeto de fomentar la estabilidad laboral la realización de de-
terminados contratos indefinidos tiene bonificaciones económicas para las empresas. Nor-
malmente la bonificación está asociada a la contratación de personas pertenecientes a
colectivos en los que la tasa de desempleo es elevada (p.e., jóvenes menores de 30 años). Es
un aspecto importante a tener en cuenta, por los costes inferiores que suponen.
Una modalidad de contratación indefinida es el contrato fijo-discontinuo, que se usa en
los destinos turísticos con marcada estacionalidad. Este contrato se concierta para realizar tra-
81
Santiago Melián González
bajos que tengan el carácter de fijos discontinuos y no se repitan en fechas ciertas dentro del
volumen normal de actividad de la empresa. En realidad es como un contrato a tiempo par-
cial indefinido pero sin la certeza exacta del momento de reincorporación del trabajador una
vez se suspende el contrato. Hay que tener en cuenta que los convenios colectivos pueden es-
tablecer restricciones al uso de esta modalidad. Así, el Convenio Provincial de Hostelería de
la Provincia de Las Palmas 2012-15 establece que se garantiza un periodo de actividad, dentro
de cada año natural, de diez meses para hoteles y de nueve meses para apartamentos turísti-
cos, hoteles apartamentos y restantes establecimientos del sector de hostelería. Los meses de
inactividad serán fijados por el empresario cada año en razón a sus necesidades. Estos meses
de suspensión anual del contrato serán de forma continuada a los que se unirán el periodo
anual de vacaciones del trabajador/a y las fiestas no recuperables que previsiblemente se tra-
bajen durante el período de actividad.
Una vez las empresas cubren sus necesidades fijas de personal, las empresas optan por la
contratación por duración determinada (los llamados contratos temporales) cuando tienen
necesidades temporales de mano de obra. Los contratos temporales se realizan bien para un
periodo de tiempo concreto o para uno de duración determinada cuya extensión en el tiempo
es en principio incierta. La indemnización que percibe el trabajador cuando finaliza el con-
trato suele ser de un importe inferior al contrato indefinido (en España en 2013 es de 10 días
de salario por año de antigüedad en la empresa, o la parte proporcional si la antigüedad es in-
ferior; en 2014 será de 11 días; y en 2015 de 12 días de salario).
Para cubrir las necesidades temporales de personal las principales modalidades de contra-
tación usadas son las de duración determinada. Son tres: por obra o servicio determinado;
por exigencias circunstanciales de la producción y por interinidad. Las describimos a conti-
nuación.
Este tipo de contrato se celebra para la realización de una obra o servicio determinado,
con autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad normal de la empresa, cuya eje-
cución aunque limitada en el tiempo es en principio de duración incierta. Puede prolongarse
hasta que finalice la obra para la que se contrató al trabajador y hay que tener en cuenta que
ésta no puede coincidir con la actividad habitual de la empresa.
82
Dirección de Recursos Humanos
tro de un periodo de doce meses, aunque los convenios colectivos, atendiendo a la estaciona-
lidad de la actividad, podrán modificar la duración máxima del contrato y/o el periodo má-
ximo en el que puede celebrarse. En cualquier caso, los convenios colectivos no podrán
establecer un periodo de referencia que exceda de dieciocho meses ni una duración máxima
del contrato que supere las tres cuartas partes de dicho periodo de referencia, no pudiendo
superar los doce meses.
Tiene como objeto sustituir a trabajadores con derecho a reserva del puesto de trabajo, o
cubrir temporalmente un puesto de trabajo que se encuentra en proceso de selección o pro-
moción para su cobertura definitiva. La duración del contrato será la del periodo de ausencia
del trabajador sustituido con derecho a reserva del puesto, o lo que tarde el proceso de selec-
ción o promoción en cubrir el puesto definitivamente con un máximo de tres meses en estos
dos últimos casos. Esta modalidad de contratación no conlleva indemnización a su término.
Aparte de estos contratos temporales, existen dos modalidades de contratación más que
también tienen un tope en el tiempo, pero el objeto del contrato es la formación del trabaja-
dor y no atender circunstancias de la actividad de la empresa. Se describen brevemente a con-
tinuación:
83
Santiago Melián González
Es muy importante tener en cuenta que en todos los contratos (indefinidos y de duración
determinada) es posible fijar un periodo de prueba. Hay que hacerlo constar por escrito para
que sea válido. Éste se caracteriza porque por ambas partes (trabajador y empresa), y mientras
esté vigente, se puede rescindir la relación laboral sin necesidad de preaviso y de justificar
causa alguna. La duración del periodo de prueba es limitada y el máximo de tiempo que se
puede estar en esta condición se recoge en los convenios colectivos. Si así no fuera, la dura-
ción será de un máximo de 6 meses para trabajadores técnicos titulados y de 2 meses para el
resto. En el caso de empresas de menos de 25 trabajadores será de un máximo de 3 meses
para los que no sean técnicos titulados. Esto es la regla general, ya que hay que tener en
cuenta que algunas modalidades de contratación (contratos formativos) tienen especificacio-
nes al respecto.
84
Dirección de Recursos Humanos
Las prácticas que se incluyen en este epígrafe se centran en las posibilidades que tienen las
empresas para adaptar la jornada de trabajo.
En defecto de pacto, la empresa podrá distribuir de manera irregular a lo largo del año el
10% de la jornada de trabajo. De esta manera, las empresas pueden adaptar los horarios de
sus trabajadores a las necesidades de su actividad. Las ventajas de ello es que se distribuye el
tiempo de trabajo de una forma eficiente, evitando jornadas poco productivas, y no se incurre
en los elevados costes de las horas extraordinarias. La cuestión estriba en ser capaz de pro-
nosticar con exactitud la demanda de trabajo en cada departamento de la empresa y en con-
sensuar con los trabajadores un tiempo prudencial de preaviso.
1 La jornada de los trabajadores nocturnos (los que realizan sus tareas durante un mínimo de 3 horas, o 1/3
de su jornada habitual, entre las 22:00 y las 6:00 horas) no podrá exceder de 8 horas diarias de promedio
dentro de un periodo de 15 días.
85
Santiago Melián González
En España, al igual que en la mayoría de los países, el trabajo a tiempo parcial es aquel en
el que se trabaja un número de horas al día, semana, mes o año inferior a la jornada de un tra-
bajador a tiempo completo comparable. Por trabajador comparable se entiende un trabajador
a tiempo completo de la misma empresa y centro de trabajo, con el mismo tipo de contrato
de trabajo y que realice un trabajo idéntico o similar. Si no existiera, se considerará la jornada
a tiempo completo prevista en el convenio colectivo de aplicación o en su defecto la máxima
legal (1826 horas anuales en España).
Así, un trabajador a tiempo parcial puede ser el que trabaje cuatro horas al día, pero tam-
bién el que lo haga ocho horas, pero en este último caso la suma total de horas trabajadas no
podrá igualarse a las de un trabajador a tiempo completo comparable. De esta manera, pue-
den definirse múltiples jornadas para adaptarlas a los intereses de la empresa o del trabajador
(por ej., trabajar sólo los fines de semana, tres veces en semana, etc.). Estos horarios deberán
pactarse en el contrato, en el que se especificará, por escrito, el nº de horas ordinarias de tra-
bajo al día, semana, mes o año contratadas y su distribución y concreción mensual, semanal
y diaria, incluida la determinación concreta de los días a trabajar.
Los trabajadores a tiempo parcial pueden hacer horas extraordinarias, pero, además, en los
casos de trabajadores con contratos indefinidos, cuentan con otra posibilidad para ampliar su
jornada si resulta necesario: las horas complementarias. Estas constituyen una forma de fle-
xibilidad interesante ya que, salvo que se establezca algo contrario en el convenio colectivo
de aplicación o en lo pactado con el trabajador, sólo requieren un preaviso de siete días por
parte de la empresa. Las horas complementarias contratadas, a no ser que en el convenio co-
lectivo se disponga otra norma, no podrán superar el 15% de la jornada ordinaria. Con estas
horas complementarias se pueden hacer frente a necesidades imprevistas de mano de obra a
un coste inferior que con las horas extraordinarias, ya que las horas complementarias se re-
tribuyen necesriamente en la misma cuantía que las horas ordinarias, mientras que las horas
extra suelen tener un coste superior.
Las horas extraordinarias son las que se realizan excediendo la duración máxima de la jor-
nada de trabajo. Su retribución se fija bien mediante acuerdo entre las partes o por convenio
colectivo, sin que en ningún caso pueda ser inferior al valor de la hora ordinaria. Por otro
lado, las horas extraordinarias podrán ser compensadas por tiempos equivalentes de descanso
retribuido.
En principio, la realización de horas extraordinarias es voluntaria, pero pueden ser exigidas
por el empresario en los supuestos en los que, por un lado, exista pacto al respecto o así fi-
gure en el convenio colectivo y, por otro, en los casos en los que su realización sea necesaria
para prevenir o reparar siniestros, daños extraordinarios o urgentes (en este último caso se
denominan horas extraordinarias por fuerza mayor). El límite máximo de las horas extraor-
dinarias no puede ser superior a 80 horas al año y dentro de éstas no se computan las que se
86
Dirección de Recursos Humanos
tuvieron que realizar por razones de fuerza mayor o las que fueron compensadas por perio-
dos de descanso durante los cuatro meses siguientes a su realización.
Hay que tener en cuenta que los convenios colectivos suelen establecer salarios por horas
extraordinarias superiores al de la hora ordinaria (por ej., 100% en el caso del convenio co-
lectivo de hostelería de la provincia de Las Palmas) y que su cotización es más cara para las
empresas. Por este motivo constituyen una vía poco económica para ampliar la jornada, sobre
todo si se recurre a ella con frecuencia.
Consiste en una organización del horario mediante la cual, dentro de ciertos límites, los
empleados pueden variar la hora de inicio y de finalización con la condición de realizar un
número de horas estipulado en un tiempo determinado (semana o mes). Un ejemplo sería un
horario diario de trabajo en el que la hora de comienzo oscila entre las 8:00 y 10:00 horas y
la hora de finalización entre las 16:00 y 18:00 horas, con tal de que se cumplan las 40 horas
semanales. Para los trabajadores tener horario flexible es una ventaja, ya que les permite fle-
xibilizar su jornada en función de sus necesidades personales. En este sentido, es una faceta
de las condiciones de trabajo valorada por los trabajadores y que permite a una empresa di-
ferenciarse del resto, además de que contribuye a disminuir el absentismo. Aparte, en el caso
de que se flexibilice la jornada para adaptarse a las necesidades de la empresa, se consigue una
distribución más eficiente del tiempo de trabajo y no tener que acudir a las horas extraordi-
narias. El lado negativo es que los horarios flexibles pueden necesitar un sistema de control
complejo y burocrático.
Según el artículo 36 del Estatuto de los Trabajadores, se considera trabajo a turnos toda
forma de organización del trabajo en equipo en la que los trabajadores ocupan sucesivamente
los mismos puestos de trabajo, según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando
para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes en un período de-
terminado de días o de semanas. El trabajo por turnos constituye una vía para maximizar la
capacidad productiva de las empresas (por ej., instalaciones o servicios que funcionan las 24
horas del día), pero hay que tener en cuenta los efectos negativos que puede tener en la salud
del trabajador si no se aplica adecuadamente.
Todos los trabajadores tienen derecho como mínimo a 30 días naturales de vacaciones por
año trabajado. Muchas empresas intentan hacer coincidir los periodos de vacaciones con los
de menor actividad empresarial, con el fin de evitar la contratación de personal sustituto y las
horas extraordinarias. Otra posibilidad consiste en dividir las vacaciones en dos o más perio-
87
Santiago Melián González
dos de disfrute, de manera que el trabajo se vea menos afectado por las mismas. Dado que
esto puede perjudicar al trabajador, si se opta por su división se pueden ofrecer dos o tres
días de vacaciones adicionales.
Este tipo de flexibilidad hace referencia a las opciones que tienen las empresas para que
sus trabajadores varíen la localización del lugar de trabajo. Las dos principales posibilidades
son el teletrabajo y la movilidad geográfica.
2.1.2.1. Teletrabajo
El teletrabajo consiste en que los empleados desempeñen sus funciones, total o parcial-
mente, en lugares distintos al de la oficina tradicional. La posibilidad más extendida es la de
trabajadores que tienen el lugar de trabajo en su domicilio. Dada la potencialidad que hoy en
día tienen las tecnologías de la información y de las comunicaciones para permitir la comu-
nicación entre personas y el acceso a la información desde cualquier localización, la opción
del teletrabajo es una práctica cada vez más frecuente entre determinados puestos de las em-
presas. La extensión a todos los puestos está condicionada por la presencialidad requerida por
las tareas que determinan el rendimiento en los mismos. Así, muchos de los puestos que
están en primera línea en el desarrollo de la actividad turística no permiten esta opción ya que
es necesaria la presencia del trabajador en el establecimiento donde se desarrolla.
En cuanto a las ventajas y limitaciones del teletrabajo destacamos las siguientes.
• Ventajas
– Aumenta la productividad de los empleados debido a su mayor flexibilidad horaria
y a su mayor autonomía, lo que les permite trabajar cuando tienen mejor rendi-
miento.
– Reducción de costes relacionados con el espacio de oficina.
– Permite reclutar personas que de otra forma no podrían trabajar para la empresa.
– Permite conciliar la vida profesional y la familiar.
– Beneficia a la sociedad en la medida que reduce la congestión del tráfico y la conta-
minación.
• Limitaciones
– Es necesario aplicar un sistema de control al trabajo realizado. En algunos casos este
sistema puede ser más complejo que el aplicado a un trabajador presencial. Además,
es necesario cambiar la mentalidad de los mandos en cuanto a la forma de dirigir a
los trabajadores.
– Demanda de una serie de medios para su realización (por ej., espacio físico apro-
piado, inversión en medios informáticos y en herramientas de telecomunicación), si
bien estos costes son frecuentemente afrontados por los propios teletrabajadores.
88
Dirección de Recursos Humanos
– Aislamiento social y/o profesional del trabajador. Se pierde la faceta social del tra-
bajo (por ej., relaciones con compañeros y otras personas, intercambio de opiniones,
etc.) y pueden limitarse las posibilidades de promoción profesional dentro de la em-
presa.
En definitiva, con el desarrollo tecnológico actual es posible que muchos procesos de tra-
bajo no tengan por qué realizarse completamente en la empresa, sino que puedan realizarse
en otro lugar. Esto puede utilizarse como un elemento de motivación, que es difícil sustituir
por otro tipo de incentivos, ya que supone que los trabajadores puedan mejorar la compati-
bilidad entre las exigencias particulares y las laborales.
La otra opción que tienen las empresas respecto a la variación de las localizaciones de los
puestos de trabajo es la movilidad geográfica. Las decisiones al respecto están condicionadas
por el marco legal. Así, de acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores (art. 40) el traslado
definitivo de trabajadores que no hayan sido contratados específicamente para prestar sus ser-
vicios en empresas con centros de trabajo móviles o itinerantes a un centro de trabajo dis-
tinto de la misma empresa que exija cambios de residencia requerirá la existencia de razones
económicas, técnicas, organizativas o de producción que lo justifiquen. Se considerarán tales
las que estén relacionadas con la competitividad, productividad u organización técnica o del
trabajo en la empresa, así como las contrataciones referidas a la actividad empresarial.
Ante una situación de este tipo el trabajador tendrá derecho a optar entre el traslado, per-
cibiendo una compensación por gastos, o la extinción de su contrato, percibiendo una indem-
nización de 20 días de salario por año de servicio, prorrateándose por meses los períodos de
tiempo inferiores a un año y con un máximo de doce mensualidades. La compensación a que
se refiere el primer supuesto comprenderá tanto los gastos propios como los de los familiares
a su cargo, en los términos que se convengan entre las partes, que nunca será inferior a los lí-
mites mínimos establecidos en los convenios colectivos.
En el caso de desplazamientos temporales (no definitivos) de los trabajadores, por razones
económicas, técnicas, organizativas o de producción, o bien por contrataciones referidas a la
actividad empresarial, la empresa podrá efectuar desplazamientos temporales de sus trabaja-
dores que exijan que estos residan en población distinta de la de su domicilio habitual, abo-
nando, además de los salarios, los gastos de viaje y las dietas. En estos casos no existe la
posibilidad alternativa de elección de una indemnización. En cuanto al horizonte temporal
del desplazamiento, los desplazamientos cuya duración en un período de tres años exceda de
doce meses tendrán, a todos los efectos, el tratamiento previsto para los traslados definitivos.
89
Santiago Melián González
La flexibilidad hace referencia a las posibilidades que tiene la empresa para modificar el
contenido de los puestos de trabajo. La principal vía para conseguir estos cambios es la mo-
vilidad funcional. De acuerdo con el artículo 39 del Estatuto de los Trabajadores, la movilidad
funcional hace referencia a la posibilidad de que el empresario encomiende tareas distintas a
las inicialmente previstas en el contrato de trabajo y/o en el convenio colectivo (en adelante
CC) aplicable. Para ejecutar esta opción es central el sistema de clasificación de los puestos
de trabajo en las empresas y la noción de grupo profesional. Así, el artículo 22 del Estatuto
de los Trabajadores establece que mediante la negociación colectiva o, en su defecto, acuerdo
empresa y los representantes de los trabajadores, se establecerá el sistema de clasificación pro-
fesional de los trabajadores, por medio de grupos profesionales. Se entenderá por grupo profe-
sional el que agrupe unitariamente las aptitudes profesionales, titulaciones y contenido general
de la prestación, y podrá incluir distintas tareas, funciones, especialidades profesionales o res-
ponsabilidades asignadas al trabajador. Así, se asignará al trabajador a un grupo profesional y
se establecerá como contenido general de la prestación laboral la realización de todas las fun-
ciones correspondientes al grupo o sólo algunas de ellas. También es posible acordar la poli-
valencia funcional o la realización de funciones propias de más de un grupo, siendo entonces
la equiparación del trabajador al grupo cuyas funciones que se desempeñen durante mayor
tiempo.
El IV Acuerdo laboral de ámbito estatal del sector de hostelería (ALEH IV) 2010-2014
clasifica los puestos de trabajo en 6 áreas funcionales; 23 grupos profesionales; y 61 catego-
rías profesionales. Las áreas funcionales son:
1. Recepción-Conserjería, Relaciones públicas, Administración y Gestión.
2. Cocina y Economato.
3. Restaurante, Sala, Bar y similares; Pista para catering.
4. Pisos y Limpieza.
5. Servicios de mantenimiento y Servicios auxiliares.
6. Servicios complementarios.
A modo de ejemplo, estos son los cuatro grupos profesionales y las categorías que se in-
cluyen en el área funcional primera.
G.P. 1 Jefe/a recepción; 2.º/2.ª Jefe/a de recepción; Jefe/a comercial; Jefe/a de adminis-
tración; Primer conserje.
G.P. 2 Recepcionista; Conserje; Administrativo/a; Relaciones públicas; Comercial; Téc-
nico/a de prevención de riesgos laborales.
G.P. 3 Ayudante de recepción y/o conserjería; Telefonista; Ayudante administrativo/a.
G.P. 4 Auxiliar de recepción y conserjería.
90
Dirección de Recursos Humanos
Hay que tener en cuenta que el contenido de este acuerdo laboral es tomado como refe-
rencia para el desarrollo de los convenios colectivos provinciales y de empresa, haciéndose
adaptaciones a partir del mismo.
Por lo tanto, es fundamental establecer en el contrato las mejores condiciones de cara a la
polivalencia del trabajador, ya que si así está recogido podrá ser requerido llegado el caso. A
partir de aquí, el artículo 39 del Estatuto de los Trabajadores establece que la movilidad fun-
cional en la empresa se efectuará de acuerdo a las titulaciones académicas o profesionales pre-
cisas para ejercer la prestación laboral y con respeto a la dignidad del trabajador. Aparte, la
movilidad funcional para la realización de funciones, tanto superiores como inferiores, no co-
rrespondientes al grupo profesional sólo será posible si existen, además, razones técnicas u
organizativas que la justifiquen y por el tiempo imprescindible para su atención. Por tanto, si
las titulaciones requeridas por los puestos no son equivalentes, la movilidad funcional estará
limitada y si ésta tiene como cambio un puesto de otro grupo requerirá justificación. Hay que
tener en cuenta que el trabajador tendrá derecho a la retribución correspondiente a las fun-
ciones que efectivamente realice, salvo en los casos de encomienda de funciones inferiores,
en los que mantendrá la retribución de origen. No cabrá invocar las causas de despido obje-
tivo de ineptitud sobrevenida o de falta de adaptación en los supuestos de realización de fun-
ciones distintas de las habituales como consecuencia de la movilidad funcional.
Por lo tanto, es fundamental diseñar correctamente los grupos profesionales y las catego-
rías que incluyen. Así, si se opta por una clasificación con un número excesivo de grupos pro-
fesionales se estará limitando las posibilidades de movilidad funcional.
La movilidad funcional es la principal vía para conseguir flexibilidad en el desarrollo de
funciones laborales. Aparte de lo descrito, si la empresa quiere un cambio de funciones que
no se incluye en lo recogido en cuanto movilidad funcional, se requerirá el acuerdo de las par-
tes o, en su defecto, el sometimiento a las reglas previstas para las modificaciones sustanciales
de condiciones de trabajo o a las que a tal fin se hubieran establecido en convenio colectivo.
La modificación de las condiciones de trabajo se explica en el apartado de flexibilidad si-
guiente.
En este apartado se recogen las opciones que tienen las empresas para modificar las ca-
racterísticas de la relación laboral establecida con sus trabajadores y/o dejarla en suspenso de
forma temporal.
El artículo 46 del Estatuto de los Trabajadores recoge el supuesto más básico de exceden-
cia voluntaria. Así, el trabajador con al menos una antigüedad en la empresa de un año tiene
derecho a que se le reconozca la posibilidad de situarse en excedencia voluntaria por un plazo
no menor a cuatro meses y no mayor a cinco años. Este derecho sólo podrá ser ejercitado
otra vez por el mismo trabajador si han transcurrido cuatro años desde el final de la anterior
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Santiago Melián González
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Dirección de Recursos Humanos
93
Santiago Melián González
duzcan cambios, entre otros, en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal
o en el modo de organizar la producción, y causas productivas cuando se produzcan cambios,
entre otros, en la demanda de los productos o servicios que la empresa pretende colocar en
el mercado.
Cuando no existe acuerdo entre empresa y trabajadores, sobre la no aplicación de lo con-
tenido en el convenio colectivo, el proceso para lograr lo pretendido por la empresa requiere
de la participación de entidades externas a la misma.
Este tipo de flexibilidad hace referencia a los ajustes de plantilla, al efecto de contar con
una fuerza de trabajo dimensionada de acuerdo con las circunstancias de la empresa. De
todas las posibilidades que se describen, las referidas a la reducción de personal son las deci-
siones más controvertidas y duras, dado el efecto social que tienen.
94
Dirección de Recursos Humanos
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Santiago Melián González
En ocasiones las empresas prefieren subcontratar la realización de una actividad a una em-
presa especializada en la misma (por ej., limpieza o vigilancia). Es una práctica que se ha ve-
nido desarrollando desde hace tiempo. No obstante, a partir de la última reforma de la ley de
las ETT’s, que equiparó las retribuciones del personal cedido con el de la empresa usuaria,
han proliferado las empresas de servicios en el mercado de trabajo. Este hecho podría impli-
car que muchos de los procesos de descentralización productiva, que se gestionan vía empre-
sas de servicios, están más cerca de la cesión ilegal de trabajadores que de la subcontratación.
De hecho, es frecuente que la actividad que venía desarrollándose a través de una ETT ahora
se canalice a través de subcontratas, pudiendo darse una cesión ilegal de mano de obra que
no es denunciada por los trabajadores por miedo a perder su puesto de trabajo. El hecho de
que los trabajadores subcontratados perciban la retribución que establece su empresa, que
puede ser inferior a la de la empresa contratante, pueda explicar el mal uso de esta posibilidad.
Las empresas de servicios pueden asumir cualquier actividad y hacerlo de manera benefi-
ciosa para la empresa principal o que externaliza, pero en ningún caso sus recursos humanos
serán dirigidos por el personal de la empresa principal, sino por los superiores de la propia
empresa de servicios. Además, en el contrato que se establece entre ambas empresas se fijará
con detalle las características y condiciones del servicio a prestar, de forma que quede claro
que lo que se va a realizar es una actividad determinada y no la mera puesta a disposición de
trabajadores. También es necesario conocer que los empresarios que subcontraten con otros
la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllos o que se
presten de forma continuada en sus centros de trabajo, deberán comprobar, con carácter pre-
vio al inicio de la prestación de la actividad subcontratada, la afiliación y alta en la Seguridad
Social de los trabajadores implicados (Estatuto de los Trabajadores y RD- ley 5/2011, de 29
de abril, de regularización y control de empleo sumergido).
A efectos de evitar caer en cesión ilegal de mano de obra, el Estatuto de los Trabajadores
entiende que se incurre en la misma cuando se produzca alguna de las siguientes circunstan-
cias: que el objeto de los contratos de servicios entre las empresas se limite a una mera puesta
a disposición de los trabajadores de la empresa cedente a la empresa cesionaria; que la em-
presa cedente carezca de una actividad o de una organización propia y estable; o no cuente
con los medios necesarios para el desarrollo de su actividad; o no ejerza las funciones inhe-
rentes a su condición de empresario.
Hay que tener en cuenta que los empresarios, cedente y cesionario, que incurran en cesión
ilegal de personal responderán solidariamente de las obligaciones contraídas con los trabaja-
dores y con la Seguridad Social, sin perjuicio de las demás responsabilidades, incluso penales,
que procedan por dichos actos. Además, los trabajadores afectados tendrán derecho a adqui-
rir la condición de fijos, a su elección, en la empresa cedente o cesionaria.
Normalmente se recomienda la subcontratación en el caso de actividades que no son clave
para el negocio de la empresa. De esta manera las empresas evitan las complicaciones que
conlleva desarrollar internamente diversas estructuras y procedimientos, al mismo tiempo que
concentran sus esfuerzos en aquellos aspectos que configuran la verdadera razón de ser de su
96
Dirección de Recursos Humanos
negocio. El ahorro de costes que conlleva la externalización suele ser evidente, ya que la em-
presa contratante paga por el servicio prestado y no por todo lo que conlleva el mismo. Ima-
ginemos que una empresa subcontrata el mantenimiento de sus vehículos a un taller. La
empresa contratante pagará por el número de revisiones y reparaciones de los vehículos, pero
no tendrá que comprar las herramientas y el equipo necesario para realizarlas, ni costear el es-
pacio que requiere un taller, ni el uniforme de los trabajadores, etc. Estos costes los asume la
empresa subcontratada y los repercutirá en todos sus clientes no en uno sólo. Además, los
costes son variables ya que dependen del número de servicios prestados. Ahora bien, la sub-
contratación corre el riesgo de la pérdida de control sobre el servicio. Así, siguiendo con el
ejemplo, las reparaciones pueden alargarse en el tiempo, al tener la empresa contratada otros
clientes; la adquisición de piezas de recambios puede basarse exclusivamente en criterios de
costes, sin tener en cuenta la calidad; el personal puede carecer de la formación necesaria; etc.
De esta manera una subcontratación mal gestionada puede finalmente resultar más cara que
si se asume la gestión directa.
Bajo este epígrafe se incluye dos modalidades de disminuir la plantilla que están relaciona-
das con la edad del trabajador. Para comprenderlas hay que partir de la jubilación de los tra-
bajadores. Cuando un trabajador se jubila se extingue la relación laboral sin coste alguno para
la empresa. La norma general es que partiendo de 65 años la edad de jubilación será de 67
años en 2027, de forma que desde 2013 hasta 2027 la edad de jubilación se irá incrementando
progresivamente cada año (decimos de forma general porque si se acreditan la cantidad de
años requeridos es posible jubilarse a los 65 años). Así, en 2013 la edad de jubilación será a
65 años y un mes y sucesivamente con incrementos anuales se llegará a los 67 años en 2027
(ver cuadro 2).
97
Santiago Melián González
Las empresas pueden “incentivar” (de hecho muchas veces se incluyen en lo que se deno-
mina bajas incentivadas) que los trabajadores se jubilen anticipadamente y así evitar los costes
que conllevaría un despido sin usar este mecanismo. Descrito muy generalmente, actual-
mente, para que un trabajador se jubile anticipadamente, debe tener 61 ó 63 años (en función
de que se encuentre involuntariamente en situación de desempleo o que la anticipación sea
una cuestión voluntaria, respectivamente) y cumplir los requisitos de periodo de cotización
necesario. La pensión de jubilación a recibir en estos casos experimenta una reducción de-
pendiendo del tiempo que al trabajador le falte para llegar a la edad de jubilación que le co-
rresponde (un % de reducción por cada trimestre que le falte). En estas situaciones las
empresas compensan la perdida que experimenta en la pensión de jubilación el trabajador
con una renta complementaria de forma que el trabajador vea atractivo acceder a la jubilación
anticipada. Es, desde luego, una forma más beneficiosa para el trabajador y la empresa que
usar el despido puro, aunque los costes sociales de estas acciones son controvertidos, sobre
todo cuando se hacen las denominadas prejubilaciones. Éstas suponen llevar el proceso antes
98
Dirección de Recursos Humanos
de los 61 años, pero apoyándose además en las prestaciones por desempleo para generar la
renta que le queda disponible al trabajador.
En este epígrafe se explicarán las opciones que tienen las empresas para reducir plantilla
vía despido por encontrarse en unas circunstancias que la obligan a ello. Partimos del su-
puesto, por las implicaciones sociales y humanas que tienen estas acciones, que los despidos
deben ser el resultado de un planteamiento serio y socialmente responsable.
En primer lugar, está la opción del despido colectivo (conocido popularmente como ERE
o expediente de regulación de empleo), que es cuando se despide a una parte significativa de
la plantilla (Artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores). Concretamente, el despido colec-
tivo es tal cuando la extinción de contratos de trabajo se basa en causas económicas, técnicas,
organizativas o de producción y cuando, en un período de noventa días, la extinción afecte al
menos a:
a) Diez trabajadores, en las empresas que ocupen menos de cien trabajadores.
b) El 10 % del número de trabajadores de la empresa en aquéllas que ocupen entre cien y
trescientos trabajadores.
c) Treinta trabajadores en las empresas que ocupen más de trescientos trabajadores.
99
Santiago Melián González
y búsqueda activa de empleo. Es lo que se denomina “outplacement” y muchas veces son las
empresas que actúan como agencias de colocación las que ofrecen estos servicios.
Cuando una empresa lleva a cabo un despido colectivo debe abonar a los trabajadores una
indemnización de veinte días de salario por año de servicio, prorrateándose por meses los pe-
ríodos de tiempo inferiores a un año y con un máximo de doce mensualidades. Sin perjuicio
de la ejecución de la decisión de despido, los trabajadores podrán iniciar un proceso para im-
pugnarla.
En los casos en que por los mismos motivos se despida a un número inferior de trabaja-
dores se hará uso de la modalidad de despido por causas objetivas, que es la segunda opción
que comentamos en este apartado. El contrato podrá extinguirse por las siguientes causas ob-
jetivas (Artículo 52 del Estatuto de los trabajadores):
a) Por ineptitud del trabajador conocida o sobrevenida con posterioridad a su colocación
efectiva en la empresa. La ineptitud existente con anterioridad al cumplimiento de un
período de prueba no podrá alegarse con posterioridad a dicho cumplimiento.
b) Por falta de adaptación del trabajador a las modificaciones técnicas operadas en su
puesto de trabajo, cuando dichos cambios sean razonables.
c) Cuando concurra alguna de las causas previstas para el despido colectivo y la extinción
afecte a un número inferior al establecido en el mismo.
d) Por faltas de asistencia al trabajo, aun justificadas pero intermitentes, que alcancen el
20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos siempre que el total de faltas de
asistencia en los doce meses anteriores alcance el 5% de las jornadas hábiles, o el 25%
en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses.
No se computarán como faltas de asistencia, a los efectos del párrafo anterior, las
ausencias debidas a huelga, el ejercicio de actividades de representación legal de los tra-
bajadores, accidente de trabajo, maternidad, riesgo durante el embarazo y la lactancia,
enfermedades causadas por embarazo, parto o lactancia, paternidad, licencias y vaca-
ciones, enfermedad o accidente no laboral cuando la baja haya sido acordada por los
servicios sanitarios oficiales y tenga una duración de más de veinte días consecutivos,
ni las motivadas por la situación física o psicológica derivada de violencia de género,
acreditada por los servicios sociales de atención o servicios de salud, según proceda.
Tampoco se computarán las ausencias que obedezcan a un tratamiento médico de cán-
cer o enfermedad grave.
e) En el caso de contratos por tiempo indefinido concertados directamente por entidades
sin ánimo de lucro para la ejecución de planes y programas públicos determinados, sin
dotación económica estable y financiados por las Administraciones Públicas mediante
consignaciones presupuestarias o extrapresupuestarias anuales consecuencia de ingre-
sos externos de carácter finalista, por la insuficiencia de la correspondiente consigna-
ción para el mantenimiento del contrato de trabajo de que se trate.
100
Dirección de Recursos Humanos
tinción se declara improcedente, el empresario podrá optar entre la readmisión del trabajador
o el abono de una indemnización equivalente a treinta y tres días de salario por año de servi-
cio, prorrateándose por meses los períodos de tiempo inferiores a un año, hasta un máximo
de veinticuatro mensualidades.
Otra posibilidad que tienen las empresas es el despido por causa de fuerza mayor. Por
fuerza mayor se hace referencia a acontecimientos extraordinarios que las partes no han po-
dido prever o que previsto no han podido evitar. Son, por tanto, hechos inusuales y requieren
que sean constatados como fuerza mayor por la autoridad laboral, cualquiera que sea el nú-
mero de los trabajadores afectados. Si una vez acreditada la fuerza mayor el empresario de-
cide despedir, las consecuencias de la extinción son las mismas que para el despido colectivo.
Por último está la opción del despido disciplinario. Aunque teóricamente no es una alter-
nativa creada para que las empresas ajusten sus plantillas por razones de eficacia o eficiencia,
se describe por la importancia que tiene. De acuerdo con el artículo 54 del Estatuto de los
Trabajadores, este despido se basa en un incumplimiento grave y culpable del trabajador. Se
considerarán incumplimientos contractuales:
a) Las faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo.
b) La indisciplina o desobediencia en el trabajo.
c) Las ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa
o a los familiares que convivan con ellos.
d) La transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el des-
empeño del trabajo.
e) La disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal o pactado.
f) La embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo.
g) El acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad,
edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo al empresario o a las
personas que trabajan en la empresa.
101
Santiago Melián González
ACTIVIDADES
1. Pon un ejemplo de contratación para cada una de las tres modalidades de contratación
por duración determinada.
2. ¿Qué actividades turísticas crees que podrían beneficiarse del contrato a tiempo parcial?
¿Por qué?
102
Dirección de Recursos Humanos
BIBLIOGRAFÍA
103
Santiago Melián González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
104
Dirección de Recursos Humanos
6. En las ETT:
a) Las empresas usuarias contratan a los trabajadores.
b) Los costes para la empresa usuaria son inferiores respecto a la contratación directa.
c) Su ventaja está en su rapidez.
d) Pueden ceder personal para trabajos permanentes.
105
Santiago Melián González
1. b.
2. c.
3. a.
4. c.
5. c.
6. c.
7. d
8. a.
9. c.
10. d.
106
Dirección de Recursos Humanos
GLOSARIO
Coste variable: coste que se modifica de acuerdo a las variaciones que experimenta el nivel de
actividad de la empresa.
Empleo o trabajo sumergido: trabajo realizado sin estar declarado a una o más autoridades admi-
nistrativas que deberían tener conocimiento del mismo.
Empresa usuaria: empresa a la que las ETT ceden temporalmente los trabajadores que contra-
tan al objeto de que trabajen en la misma.
Excedencia: derecho de los trabajadores por el que se puede dejar temporalmente de trabajar
en la empresa, manteniendo un derecho a reserva de puesto de trabajo en el mismo o di-
ferente puesto de trabajo, dependiendo del tipo de excedencia solicitada y de la duración
de la misma.
Jubilación: acto por el que un trabajador, cuando alcanza la edad establecida, cesa en el trabajo
por cuenta ajena o propia, poniendo fin a su vida laboral, o reduce su jornada de trabajo
y su salario en los términos legalmente establecidos.
Jubilación anticipada: posibilidad de adelantar la edad en la que se produce la jubilación.
Prejubilación: acuerdo entre empresa y trabajador para extinguir la relación laboral de forma
que éste pasa a recibir una cantidad dineraria, basada en parte en la prestación por desem-
pleo, hasta llegar el momento de percibir la pensión de jubilación.
Subcontratación: práctica mercantil de organización productiva en virtud de la cual el contratista
encarga a otro subcontratista o trabajador autónomo parte de lo que a él se le ha enco-
mendado o tiene que realizar.
Trabajador autónomo: persona física que realiza de forma habitual, personal, directa, por cuenta
propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona, una actividad eco-
nómica o profesional a título lucrativo, de o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena.
107
Orientación, formación y desarrollo
profesional
4
PRESENTACIÓN
Que los trabajadores tengan en todo momento los conocimientos y las habilidades reque-
ridas por el negocio es un tema clave para que la actividad empresarial se desarrolle correcta-
mente. Esto es todavía más cierto en contextos, como el turístico, en los que las demandas
de los clientes varían y existe una fuerte competencia. En esta unidad se estudiará todo lo re-
lacionado con la formación y el desarrollo de los RRHH, distinguiendo lo que ocurre cuando
se ingresa en la empresa; las acciones de formación que se realizan de forma sistemática con
la plantilla; y la previsión de acciones para que los trabajadores evolucionen profesionalmente.
De fundamental importancia es la elaboración del plan de formación, ya que es el instru-
mento en que se recogen las acciones formativas planificadas por la empresa.
OBJETIVOS
109
Santiago Melián González
Programas orientación
Errores y
Socialización
recomendaciones
Objetivo
Diagnóstico de necesidades
SOCIALIZACIÓN, Formación Beneficios
Elaboración de acciones
FORMACIÓN Y Plan de Formación
Evaluación
DESARROLLO
PROFESIONAL
Empowerment
Dentro del puesto Alargamiento
Mentoring
Coaching
Desarrollo
Profesional
Rotación y movimientos
laterales
Cambio de puesto
Promoción
Planes de carrera
1. EL PROCESO DE ORIENTACIÓN
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Dirección de Recursos Humanos
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Santiago Melián González
ASPECTOS ORGANIZATIVOS
112
Dirección de Recursos Humanos
Para que la orientación sea efectiva es preciso que participen tanto el departamento de
RRHH como el superior inmediato. Es en este último nivel donde es más fácil que se come-
tan errores, puesto que el superior puede no tener suficiente tiempo ni preparación. Además,
no se debe descartar que el superior inmediato pueda estar tan acostumbrado a su entorno
de trabajo que no considere importante advertir al nuevo sobre aspectos aparentemente evi-
dentes. Para evitar este error, al supervisor se le puede entregar una relación de temas sobre
los que ha de versar su orientación (cuadro 1). De hecho, algunas empresas preguntan, de
forma sistemática, luego a los recién contratados si sus superiores les han explicado esos
temas. El superior debe implicarse para crear un canal de comunicación con sus empleados,
así como para evitar las distorsiones que se puedan producir en la comunicación si el nuevo
empleado prefiere preguntar sus dudas a sus compañeros en lugar de a su jefe. En cuanto al
mentor, su papel es distinto y debe ser un complemento a la orientación del superior no un
sustituto.
Además, existen otros errores en los que frecuentemente se incurre y que deben ser anti-
cipados y evitados en la medida de lo posible por el departamento de RRHH y el superior di-
recto (Pérez y Rodrigo, 1998a). Estos son (a) la sobresaturación de información; (b) la
sobrecarga de trabajo; (c) la humillación al recibir sólo tareas serviles que le hacen perder
todo interés por el puesto de trabajo y por la organización; (d) la frustración que puede ge-
nerar la excesiva dificultad de las tareas que se le impongan sin haber completado su proceso
de formación; (e) el no recibir orientación, bajo la errónea idea de que la única forma de
aprender a trabajar es trabajando; y (f) la desorientación que genera la diferencia entre la am-
plia orientación del departamento de RRHH y la escasa orientación de su propio departa-
mento. No hay que olvidar que la pieza clave en el seguimiento de la orientación debe ser el
propio supervisor. Una actitud indiferente hacia sus subordinados puede estropear el proceso
de orientación mejor cuidado por el departamento de RRHH.
113
Santiago Melián González
La formación a todos los niveles constituye una de las mejores inversiones en recursos hu-
manos con potenciales beneficios para la organización. En este sentido destacamos los si-
guientes (Puchol, 2000; Pérez y Rodrigo, 1998a):
• Mejora la productividad y la calidad del trabajo.
• Mejora el conocimiento de los puestos de trabajo por quienes los desempeñan, en
todos los niveles de la organización.
• Dota a la organización de mayor adaptabilidad y le permite hacer un uso más flexible
de sus recursos humanos.
• Mejora la satisfacción de sus trabajadores.
• Mejora su imagen.
• Alinea sus objetivos con los de sus empleados.
• Mejora las relaciones entre superiores y subordinados.
• Desarrolla la capacidad de liderazgo, la motivación, la lealtad y las actitudes positivas
de los directivos y trabajadores.
• Reduce costes en áreas como producción, administración, marketing, etc.
• Reduce costes de consultoría externa, al poder resolverse los problemas con los recur-
sos internos.
• Reduce los accidentes laborales.
Además, también presenta ventajas personales para los empleados (Puchol, 2000):
• Mejora la confianza de la persona en sus propias capacidades, ya que elimina el temor
a la ignorancia o la incompetencia.
• Colabora en la consecución de objetivos personales.
• Satisface necesidades personales de desarrollo profesional.
• Ayuda a la persona a manejar el estrés, la tensión, la frustración y el conflicto.
• Reduce el temor de hacer tareas diferentes.
Las empresas de cierto tamaño planifican anualmente la formación que van a impartir a
sus trabajadores mediante el denominado plan de formación. En este plan se recogen, para
el año en que se va a aplicar, todas las acciones dirigidas a mejorar la preparación de los tra-
114
Dirección de Recursos Humanos
Este es el pilar fundamental del plan de formación. Si no se realiza adecuadamente, las ac-
ciones formativas no responderán a las necesidades reales de la empresa y, por tanto, no será
un instrumento eficaz y útil. Se trata de saber qué necesidades de conocimientos, teóricos y
prácticos, y de desarrollo de habilidades interpersonales o actitudes tiene o tendrá la organi-
zación. En general se puede decir que hay necesidades de formación cuando hay requisitos
del puesto y de la empresa que no los poseen los trabajadores.
El diagnóstico de necesidades formativas implica un análisis a tres niveles:
• Nivel organizativo: hay que tener en cuenta los objetivos empresariales y las estrate-
gias para lograrlos, pues condicionan directamente las competencias que deben tener
los empleados (por ej., no es lo mismo tener como estrategia la fidelización de clientes
que la innovación mediante la inclusión de nuevos servicios). En este nivel es también
donde se tienen en cuenta las tendencias del entorno (por ej., servicios demandados o
más valorados por los clientes) y los recursos de los que la empresa dispone. El resul-
tado es en qué áreas de la empresa es necesaria la formación, el objetivo general preten-
dido con la misma y si ésta es la vía más eficaz para rellenar el vacío de conocimientos
o existen otras vías mejores (por ej., selección). Es en este nivel donde también se tiene
la visión de conjunto necesaria para establecer la formación que será uniforme para
toda la plantilla, independientemente del puesto que ocupe.
• Nivel puesto de trabajo: en este caso lo que se pretende es cubrir las necesidades for-
mativas fruto de las tareas que hay que desempeñar en el puesto de trabajo. Modifica-
ciones en procedimientos de trabajo, incorporación de nueva tecnología, factores del
115
Santiago Melián González
entorno específico del puesto, o el desarrollo de nuevas funciones, son cambios que se
producen a nivel de puesto o de área y que pueden implicar la necesidad de poner en
marcha acciones formativas. En este caso la descentralización del diagnóstico de nece-
sidades de formación es clave, ya que son los responsables de las diferentes unidades o
los propios trabajadores los que mejor controlan lo que ocurre en este nivel organiza-
tivo.
• Nivel humano: hace referencia a la determinación del grado en que los diferentes tra-
bajadores poseen las capacidades detectadas como necesarias a nivel organizativo y del
puesto de trabajo. No todos los trabajadores poseen el mismo bagaje de conocimientos
y habilidades, y pueden requerir procesos formativos diferentes o particulares. Incluso
el grado en que se poseen puede determinar la rentabilidad o idoneidad de la forma-
ción. La descentralización aquí también es importante, aunque para necesidades de
nivel organizativo puede ser necesaria la intervención del dpto. de RRHH. Esto último
puede ser, por ej., para comprobar capacidades que la línea desconoce por no haber
sido necesario mostrarlas hasta ese momento.
Finalmente, y de forma concisa citaremos las principales herramientas que se pueden uti-
lizar para realizar el diagnóstico de necesidades formativas (Fernández Cáveda, 1998):
• Observación directa para verificar la existencia de trabajo ineficiente.
• Solicitudes de los directivos en base al conocimiento de la unidad o unidades de las que
son responsables.
• Solicitudes de los propios trabajadores.
• Reuniones de grupos para analizar problemas actuales o necesidades futuras.
• Entrevistas o cuestionarios de investigación, a iniciativa del dpto. de RRHH, que evi-
dencien las necesidades de formación.
• Resultados de los sistemas de evaluación del rendimiento de la empresa.
• Resultados de indicadores de rendimiento de la actividad de la empresa.
Una vez se conocen las necesidades de formación hay que buscar la solución de las mis-
mas. Esto se hace a través del plan de formación, en el que aparecen de manera ordenada
todas las acciones formales o expresas dedicadas a la formación. No aparecen las acciones
implícitas o difusas que la organización transmite a la persona como parte inseparable de sus
relaciones internas, que no deben perderse de vista, puesto que la formación informal es un
instrumento poderoso de apoyo o de oposición a los objetivos pretendidos. Así para cada
una de las acciones formativas hay que llevar a cabo los siguientes análisis:
a) Formulación de objetivos.
b) Selección de contenidos a impartir.
c) Definición del sistema didáctico.
116
Dirección de Recursos Humanos
d) Formadores.
e) Determinar el momento de impartir la formación.
f) Identificación del lugar de formación.
g) Selección de los destinatarios.
a) Formulación de objetivos
Se trata de perfilar qué competencias son las deseables para realizar adecuadamente las ac-
tividades en cada puesto en concreto. En sentido amplio y teórico, la formación tiene por
objeto mejorar la competitividad de la empresa mediante la cualificación profesional de
sus trabajadores. En términos más concretos (que es lo que toca en el plan de formación),
el objeto sería la adecuada realización del trabajo por parte de los que reciben la forma-
ción. Sin embargo, declarar así los objetivos sería poco práctico para establecer el plan de
formación. La formulación de los objetivos ha de ser lo suficientemente operativa como
para que se concrete en un comportamiento observable y susceptible de valoración. Es
decir, con la formación se busca lograr que los trabajadores adquieran determinadas com-
petencias o, lo que es lo mismo, logren desempeñar unos comportamientos concretos.
Estos comportamientos deberán mantener una relación coherente con la necesidad detec-
tada en la fase de diagnóstico de necesidades.
Así, por ej., un curso de formación en cocina mexicana para los cocineros de un hotel
podría tener los siguientes objetivos (a) saber preparar los siguientes platos: tortas de
carne; lomo fingido; chalupas de pollo; tamales de pollo; y quesadillas de carne; (b) apren-
der cómo explicar a los clientes en qué consiste cada uno de estos platos; y (c) conocer
proveedores adecuados para los ingredientes de estos platos.
117
Santiago Melián González
118
Dirección de Recursos Humanos
• Role playing: se trata de fingir situaciones que pudieran corresponder a la vida real,
cuyos papeles o personajes son encarnados por algunos de los participantes. El resto
actúa como observadores, criticando y comentando la actuación que tiene lugar. Al
final, el instructor impulsa a los miembros del grupo a expresar sus puntos de vista e
impresiones. Frecuentemente se formulan comentarios y observaciones para que los
participantes se den cuenta de los errores que cometieron. Se suele usar para la forma-
ción en habilidades interpersonales: trato al cliente, habilidades directivas, etc.
• Las dinámicas o discusiones de grupo: consiste en una reunión de varias personas
para tratar uno o varios temas conocidos de antemano, bajo la dirección de otra, que
encauza y centra los temas debatidos.
• La conferencia: se utiliza para exponer a grupos numerosos un determinado tema,
cuyo contenido se desea que sea asimilado por el grupo. La conferencia depende, en
gran manera de las habilidades y saber hacer del conferenciante. No es una técnica ín-
tegra en sí misma, y debe ser completada con alguna otra, de modo que permita la par-
ticipación activa del grupo. Suele recomendarse para temas novedosos, sobre los que
los alumnos no tienen un gran conocimiento, o a modo de introducción en alguna ma-
teria.
• Seminarios: a diferencia de la conferencia van dirigidos a grupos más reducidos y por
ello permiten la atención a casos particulares, la participación y la aclaración de dudas,
por lo que el aprendizaje es mayor.
• Job training: la dinámica habitual consiste en poner a la persona a formar junto a un
ocupante experto en un puesto para que, primero, mediante la observación y, poste-
riormente, mediante la participación supervisada en las tareas, vaya adquiriendo los co-
nocimientos y las habilidades necesarias para el puesto.
• La rotación de puestos: consiste en ir trasladando al empleado por varios sectores o
departamentos de la organización e incluso a otras empresas si hay oportunidad para
ello, a fin de que vaya tomando conocimiento de los diferentes aspectos que se tratan
en cada una de ellas. De esta manera se intenta dar una visión globalizada de facetas
que se consideran de interés.
• Lecturas supervisadas, estudio personal y la enseñanza programada: permite si-
multanear la actividad formativa con el trabajo, dada la escasa inversión de tiempo que
precisa. Se trata de facilitar a los formandos las distintas fuentes bibliográficas relativas
a los aspectos específicos de la acción formativa. Esta técnica requiere ser completada
por alguna de las otras técnicas comentadas y demanda mucha voluntad por parte del
alumno. No requiere mucha interacción entre los componentes del grupo de forma-
ción ni con los formadores. Resulta especialmente útil cuando los horarios disponibles
para la formación de los miembros del grupo no coinciden, o cuando se encuentran
dispersos geográficamente. A este tipo de programas pertenecen los basados en lectu-
ras, grabaciones, vídeos, guía didácticas de enseñanza programada y ciertos programas
informáticos. Lo ideal en este caso es que el material didáctico sea preparado específi-
camente para este tipo de formación y que sea autosuficiente. Es deseable elaborar una
guía didáctica que oriente sobre la forma de utilizar los materiales y fije el orden en el
119
Santiago Melián González
que se deben estudiar. En este apartado hay que resaltar la teleformación o enseñanza
a través de plataformas virtuales vía Internet. Las posibilidades de interacción (virtual)
son superiores a la tradicional enseñanza a distancia y las distintas opciones que ofrecen
(foros de debate de temas, discusión en tiempo real a través de chats, vídeos, etc.) dis-
minuyen la sensación de soledad.
• Las simulaciones: consisten en crear unas instalaciones y condiciones semejantes a
las del puesto de trabajo, donde los trabajadores practican y repiten las operaciones
como si fueran reales. Tiene la ventaja de que el proceso de formación no interfiere en
el trabajo normal de la empresa. Si el trabajo mal realizado puede crear situaciones de
peligro, se evita que éste sea real.
• Exposición sistemática
• Aprovechamiento de los conocimientos de • Riesgo de desinterés
Conferencias conferenciantes cualificados • Falta de retroalimentación
• Puede optimizarse con la discusión y con • Sólo teoría
la utilización de medios audiovisuales
• Se adapta al ritmo personal • Aislamiento y falta de
Formación on (autoformación) interacción personal
line • No interrumpe el ritmo de trabajo • Limitaciones para
• Proporciona retroalimentación determinadas necesidades
Simulaciones:
Casos • Interacción con el grupo
• Simplifica la realidad
Juegos de • Combina teoría y práctica
• Complejidad técnica
empresa
Role playing
Reuniones • Inadecuado funcionamiento
• Muy pegado a la realidad
de solución de del equipo
• Permite la “fertilización cruzada”
problemas • Complejidad organizativa
Fuente: adaptado de Pérez y Rodrigo (1998a)
120
Dirección de Recursos Humanos
d) Formadores
Las acciones formativas deben incluir el tipo de formador (si no es posible la designación
exacta) que va a desarrollar la formación. En este sentido hay que distinguir entre forma-
dores internos y externos. Los primeros son trabajadores de la empresa expertos en de-
terminados temas o funciones que, por la especificidad que tienen para la empresa, son
usados como formadores. La especificidad de la formación requerida demanda que sea la
propia empresa la que asuma la labor de formación. Los formadores externos son profe-
sionales o empresas que ofrecen servicios de formación y que son usados por las empresas
por su especialización o dominio de la materia. Dada la oferta de servicios de formación,
es importante asegurarse de la aptitud del profesional o de la entidad para lograr los obje-
tivos planteados.
121
Santiago Melián González
Para evitar contratiempos, siempre que sea posible, resulta más ventajoso realizar la
formación durante la jornada. Otra alternativa interesante es que la mitad de las horas del
curso se realicen en horario de trabajo y la otra mitad fuera de los mismos. Todo depende
también del objetivo y contenido de la formación. Si la formación va dirigida a la adquisi-
ción de conocimientos y habilidades estrechamente relacionadas con la actividad de la em-
presa parece difícil exigir que se desarrolle fuera del horario laboral.
Todo plan de formación debe prever la evaluación de las diferentes acciones formativas
que comprende. Si no se evalúa la formación no se sabrá si los recursos invertidos generarán
las competencias demandadas en la fase de diagnóstico de necesidades de formación.
La mayor parte de las propuestas de evaluación de la formación están basadas en el mo-
delo de Kirkpatrick (Kirkpatrick y Kirpatrick, 2007). Este modelo está encaminado a evaluar
el impacto de una determinada acción formativa a través de cuatro niveles: la reacción de los
participantes, el aprendizaje obtenido, el nivel de conducta logrado y, finalmente, los resulta-
dos conseguidos.
• Nivel 1. Reacción. Es el tipo de evaluación más utilizada en la mayoría de cursos de for-
mación al objeto de medir la satisfacción del trabajador que recibe la formación. Los
motivos son dos: su sencillez y el valor que tienen las opiniones de los que han seguido
la acción formativa. Normalmente se lleva a cabo con cuestionarios con escalas de res-
puestas sobre la satisfacción y/u otro tipo de opiniones. También se podría hacer con
entrevistas o preguntas abiertas, aunque luego es más complejo analizar la información.
En cualquier caso las preguntas están dirigidas a conocer la opinión sobre estos aspec-
tos u otros similares:
– Calidad del material utilizado.
– Cooperación de los directivos de la empresa.
122
Dirección de Recursos Humanos
Aunque no está incluido en este modelo, algunos autores proponen como evaluación el
cálculo del Retorno de la Inversión (ROI) en formación. Dado que la formación conlleva in-
versiones económicas medibles podría ser una buena opción para constatar su rentabilidad.
El problema está en determinar los ingresos asociados específicamente a la actividad forma-
tiva. Esto lo hace inviable en la mayoría de los casos.
Muchas empresas admiten que la evaluación que hacen de su formación se ciñe a los dos
primeros niveles, ya que una evaluación rigurosa de los niveles 3 y 4 es, en muchos casos, di-
fícil de practicar además de demandar tiempo y trabajo considerables.
Aunque ya se han citado los métodos de evaluación, a continuación se describen con más
detalle, ya que un mismo método puede utilizarse para diferentes niveles de evaluación (Pérez
y Rodrigo, 1998a; Puchol, 2000; Chiavenato, 2000):
• Los cuestionarios: son fórmulas utilizadas con mucha frecuencia, ya sea para medir los
conocimientos como la actitud general de los individuos hacia el proceso formativo.
• Entrevistas continuadas: sirven para obtener detalles que no ofrecen los cuestionarios.
Son especialmente útiles cuando se centran en (i) reevaluar las necesidades de formación
descubiertas con anterioridad, (ii) conocer si la formación recibida se ha transferido al
puesto de trabajo y (iii) examinar la eficacia de ciertos métodos y técnicas de formación.
• Observación directa: la observación directa de los alumnos en el lugar de trabajo,
desarrollando sus actividades es, muchas veces, la única forma realista de conocer la in-
fluencia de la formación en su rendimiento laboral. Hay que tener en cuenta que la pre-
sencia de un observador tiene un efecto de coacción sobre determinadas conductas, lo
que podría llevar a conclusiones erróneas.
123
Santiago Melián González
No hay que olvidar que para poder evaluar la formación es necesario tener una referencia
previa a la misma, de manera que se puedan comparar los resultados posteriores a la forma-
ción con los niveles de los participantes previos a la misma. Es lo que se llama línea base ini-
cial y, aunque en muchos casos puede ser difícil obtenerla, en otros es más viable. La
diferencia entre los resultados anteriores y posteriores a la formación es también un reflejo
de su éxito
5. EL DESARROLLO PROFESIONAL
124
Dirección de Recursos Humanos
Nosotros vamos a distinguir dos formas básicas de desarrollo profesional: las que no im-
plican cambio de puesto de trabajo y las que sí. Todas las opciones que aquí se describen son
complementarias, tanto dentro de la empresa como en lo referido a su aplicación a un traba-
jador concreto. La cuestión es que, siendo realistas, el desarrollo profesional es una práctica
de RRHH selectiva. No se puede aplicar a los todos los trabajadores, ya que dos son las ideas
principales que le dan sentido para la empresa: la permanencia del trabajador a largo plazo y
su potencial para asumir retos futuros. Siendo esto así, todos los trabajadores de una empresa
no encajan en estas dos premisas, bien por el tipo de puestos que ocupan bien por sus pro-
pias capacidades.
También denominado alargamiento del puesto, parte de los resultados de diferentes estu-
dios que muestran que los trabajos monótonos y con poca variedad de tareas terminan gene-
rando insatisfacción en los trabajadores. Muchos puestos terminan siendo monótonos con el
paso del tiempo, ante lo cual una solución es, bien temporal o definitivamente, incorporar
funciones adicionales que incrementen la variedad de las tareas. Por tanto, puede tratarse de
un encargo temporal para la realización de un determinado proyecto (por ej., para un Jefe de
Recepción hacerle partícipe en las tareas que implica de la certificación de calidad de todas
las actividades de su departamento), o la inclusión permanente de nuevas funciones (por ej.,
para un Recepcionista realizar el seguimiento de las opiniones de los clientes en una página
de Internet).
5.1.2. Empowement
125
Santiago Melián González
5.1.3. Mentoring
5.1.4. Coaching
En puridad, y para distinguirlo del mentoring, los coach son profesionales externos de la or-
ganización que con una metodología de trabajo especializada orientan y facilitan la evolución
profesional. Aunque el coaching no es una disciplina académica, existen certificaciones profe-
sionales (no oficiales) en el mercado. La oferta de servicios de este tipo suelen ir dirigidas a
personal directivo ya que, por la complejidad de su trabajo, son los que más pueden benefi-
ciarse del contenido del coaching. Es necesario decir que aunque es un método muy divulgado
en el terreno profesional, existe muy poco apoyo empírico que lo sustente (Rangeon et al.,
2011).
Un plan de carreras debe partir de una relación muy sólida con los objetivos y estrategias
de la organización y, por tanto, también con la planificación de los RRHH. Es fundamental
saber qué se quiere alcanzar y cómo tendrá que ser el personal de la empresa, clave y no clave,
126
Dirección de Recursos Humanos
en el futuro. Otro elemento de referencia es el plan de sustitución respecto a las bajas que se
puedan ir produciendo en la empresa y que no se amortizan, sino que hay que cubrirlas con
personal interno.
A partir de ello se construye la planificación de las carreras del personal clave o aspirante
a serlo, que consta de tres etapas importantes:
1. Inventario de los RRHH actuales.
2. Evaluación del potencial.
3. Elaboración del plan individual de formación.
Es habitual que el trabajo realizado en estas tres fases se concrete en un plan de carrera in-
dividual para cada participante.
El potencial es algo que se puede llegar a ser a condición de que se cumplan una serie de
requisitos. Por tanto, representa algo que todavía no se ha alcanzado, pero que se podría al-
canzar con el estímulo y las condiciones adecuadas. La evaluación del potencial de un indivi-
duo consiste en la emisión de un juicio de valor, subjetivo, sobre su capacidad para ocupar en
el futuro un puesto determinado, a condición de que el sujeto adquiera la formación ade-
cuada y viva las experiencias profesionales necesarias. Un ejemplo de características que pue-
den hacer a una persona merecedora del calificativo de “alto potencial”, para puestos de
dirección, se recogen en el cuadro 4.
127
Santiago Melián González
128
Dirección de Recursos Humanos
Cuando una persona es considerada para un cambio de puesto se le debe dar a conocer si-
multáneamente sus posibilidades de promoción, los beneficios que implica y el “precio” que
ha de pagar por ello. En el caso de movimientos verticales y/o hacia el centro de la organiza-
ción, que son los que mayores beneficios proporcionan al empleado pero también los que re-
quieren más implicación y esfuerzo por su parte, sería absurdo llevarlos a cabo con alguien
que no está interesado. Los movimientos laterales son menos delicados y, a igualdad de con-
diciones en origen y destino, no suelen plantear grandes resistencias, sobre todo por el valor
que adquiere la persona dentro de la organización al dominar más de una actividad.
En el supuesto de que el candidato acepte, es útil indicarle que así se incrementan expo-
nencialmente sus posibilidades de conseguir el puesto al que opta, pero cuidando de no hacer
una promesa en firme sobre el puesto y, sobre todo, la fecha en que dicha promoción se va a
llevar a cabo. Lo primero, porque no siempre se está en condiciones de garantizar una fecha
y, en segundo lugar, porque las expectativas elevadas, si no se cumplen, producen una frus-
tración más intensa que las expectativas bajas no resueltas.
En términos generales, un plan individual de formación es la determinación de las activi-
dades más pertinentes para una persona en un espacio de tiempo determinado con el fin de
que consiga sus objetivos profesionales expresados en su plan individual de carrera. Dada la
particularidad de cada carrera profesional, los contenidos y métodos de formación son con-
tingentes respecto a la misma. Pueden implicar desde la realización de un máster hasta la ro-
tación por diferentes puestos de trabajo o unidades de negocio. Así mismo pueden contener
acciones formativas dirigidas a tareas presentes en cualquier puesto de dirección: habilidades
directivas; mejora de capacidades de comunicación; dirección por objetivos, gestión de pro-
yectos, idiomas, etc.
129
Santiago Melián González
ACTIVIDADES
2. Describe de manera operativa cuatro objetivos a lograr con uno o varios planes de for-
mación.
3. Elabora cinco preguntas, dirigidas a personas que hayan realizado un curso, para eva-
luar los distintos aspectos de un programa de formación.
130
Dirección de Recursos Humanos
BIBLIOGRAFÍA
131
Santiago Melián González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
4. ¿Qué técnica formativa usarías para un curso dirigido a sensibilizar y mejorar las habi-
lidades para comunicarse con los compañeros?
a) Conferencia.
b) Business games.
c) Role playing.
d) Rotación de puestos
5. Una forma de desarrollo profesional sin cambiar a la persona de puesto puede consistir en:
a) Incorporarle tareas diferentes.
b) Incrementarle el salario.
c) Transformar su contrato temporal en indefinido.
d) Mejorar su horario.
132
Dirección de Recursos Humanos
6. La planificación de carreras:
a) Se da principalmente en empresas pequeñas.
b) La evolución de los organigramas tienden a favorecerla.
c) Es habitual en estrategias de reducción de costes.
d) No se puede aplicar a toda la plantilla.
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Santiago Melián González
1. c.
2. b.
3. c.
4. c.
5. a.
6. d.
7. b.
8. d.
9. c.
10. d.
134
Dirección de Recursos Humanos
GLOSARIO
Actitud: predisposición de las personas, adquirida por aprendizaje, que impulsa a comportarse
de una manera determinada en determinadas situaciones.
Coaching: método por el que un profesional del coaching (denominado coach) facilita y pro-
mueve el desarrollo profesional de un trabajador al objeto de que mejore su rendimiento
profesional.
Job training: programa de formación consistente en que un trabajador comparta, mediante la
observación y participación, el desempeño de un puesto de trabajo por parte de un ocu-
pante experto en el mismo.
Mentoring: práctica por la que una empresa asigna a un trabajador un mentor o tutor, miembro
de la plantilla, al objeto de orientarlo y asesorarlo en cuestiones de desarrollo profesional.
Potencial: estado que un trabajador puede alcanzar.
ROI: siglas en inglés de Return On Investment (retorno de la inversión). Es un indicador fi-
nanciero que mide la rentabilidad de una inversión, es decir, la relación que existe entre el
beneficio obtenido en relación a la inversión realizada para lograrlo. La fórmula para cal-
cularlo es: ROI = ((beneficio obtenido – inversión) / inversión) x 100.
135
Evaluación del rendimiento
5
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
137
Santiago Melián González
La evaluación del rendimiento o desempeño (en este manual se usan como términos equi-
valentes) constituye el proceso por el cual se identifica, mide, y gestiona el rendimiento de los
trabajadores en una organización. Hay que partir de la base de que el rendimiento se com-
pone de comportamientos eficaces en el puesto de trabajo y en la empresa. Así, rendir con-
siste en ejecutar estos comportamientos. La evaluación del desempeño ha de ser realizada por
una o varias personas que conozcan con la suficiente profundidad el rendimiento de los em-
pleados analizados.
La identificación significa que hay que establecer qué áreas del trabajo se tienen que ana-
lizar cuando se trata de medir el rendimiento. El sistema de evaluación tiene que centrarse en
las acciones que afectan al éxito de la organización, y no en características irrelevantes para el
rendimiento, como el sexo, la raza o la edad.
La medición, que constituye el punto central del sistema de valoración, implica la realiza-
ción de un juicio sobre la actuación de los empleados, calificándolo como “bueno” o “malo”.
Una buena medida del rendimiento debe ser coherente en toda la organización, es decir, que
todos los evaluadores de la organización deberían tener estándares comparables de evaluación
y calificación.
La gestión es el objetivo último de cualquier sistema de valoración. Se debe valorar para
mejorar la actuación de los empleados. La valoración tiene que ir más allá de la revisión de la
actuación pasada o de la recompensa por el rendimiento positivo del año anterior. La valora-
ción debe adoptar una visión orientada al futuro respecto a lo que los trabajadores pueden
hacer para desarrollar su potencial en la organización.
La información obtenida en la evaluación es indispensable no sólo para mejorar el rendi-
miento, sino para determinar las retribuciones de los empleados, para identificar necesidades
de formación, para determinar quienes pueden ser objeto de un plan de carreras individual,
quiénes han de pasar por un proceso disciplinario o para evaluar los resultados de la selección
138
Dirección de Recursos Humanos
del personal de la empresa. Concretamente, los principales ámbitos en los que resulta de uti-
lidad esta información son los siguientes (Puchol, 2000; Gómez-Mejía et al., 2001):
• La mejora del rendimiento. Esta información es indispensable para que el propio
trabajador, su superior y los especialistas de RRHH mejoren su desempeño. Es una vía
para establecer objetivos de rendimiento, así como dar significado y unidad al trabajo.
Permite orientar y asesorar al trabajador y conocer sus intereses profesionales.
• El diagnóstico de necesidades de formación. Un mal rendimiento puede deberse
a que el trabajador necesita más formación, pero incluso un buen rendimiento puede
no ser suficiente para un empleado de alto potencial que todavía no parece haberlo
desarrollado en su totalidad por falta de formación.
• La política retributiva. Muchas empresas utilizan los resultados de la evaluación para
proporcionar incentivos salariales.
• Las decisiones de ubicación de los empleados. Muchas decisiones sobre la promo-
ción se basan en las capacidades demostradas con el buen rendimiento en el puesto de
trabajo. El mal rendimiento puede deberse a que la persona no ha sido correctamente
asignada a un puesto, es decir, que no se adapta a sus características.
• La planificación de carreras. Como comentamos anteriormente, a un individuo se
le suele exigir un nivel mínimo de rendimiento en su puesto de trabajo actual para
poder tener un plan individual de carreras. Además, el desarrollo correcto del mismo
dependerá de su adecuado desempeño en las distintas tareas que se le asignen.
• La revisión del diseño del puesto de trabajo. Una incorrecta realización de la fun-
ciones del puesto puede deberse a que estas tareas no están bien diseñadas, o a que las
circunstancias físicas o espaciales en las que se desempeña la actividad no son las co-
rrectas.
• La detección de problemas en selección o en la orientación de los trabajadores.
Un bajo rendimiento puede ser consecuencia de un fallo en el proceso de selección o
de la falta de atención en el proceso de orientación de los trabajadores nuevos de la
empresa. Sin la evaluación del rendimiento, puede que estos problemas no se pongan
de manifiesto.
2. LOS EVALUADORES
La actividad de evaluar o enjuiciar a los demás y lo que hacen es algo común en la vida de
la gente. En el ámbito profesional, las personas y, fundamentalmente, los superiores de los
empleados realizan una evaluación informal casi continuada. Tanto es así, que se podría llegar
a considerar que las evaluaciones formales no son necesarias. Una evaluación formal lleva
tiempo y detiene el trabajo diario, y muchas personas consideran que saben perfectamente
cómo realizan su trabajo sus subordinados y que pueden identificar también a la perfección
a los que lo hacen bien y a los que fracasan en sus cometidos. Por ello, entre otros motivos,
las evaluaciones formales sistemáticas no siempre son bien recibidas por la línea jerárquica.
139
Santiago Melián González
140
Dirección de Recursos Humanos
141
Santiago Melián González
parte, cualquier otro puesto que se relacione con otras áreas de la organización (por ej.,
los mismos comerciales con los administrativos que han de tramitar los pedidos). La
evaluación por parte de estos clientes aporta un punto de vista más, necesario para
completar la información sobre el rendimiento del individuo. No debemos pensar que
sirven para evaluar la actuación global del empleado, ya que carecen de conocimiento
sobre toda la actuación del mismo, pero sí que dominan la parte de su rendimiento que
les afecta directamente.
Este tipo de evaluadores se está imponiendo sobre todo en empresas que pretenden
mejorar la calidad de sus servicios a los clientes, principalmente los externos. Si bien
tiene una tremenda utilidad, también se pueden ver inconvenientes, como la falta de
personalización que los clientes hacen de sus evaluaciones y el alto coste que supone
cuando el número de estos clientes, tanto externos como internos, es elevado.
El primer paso del proceso de valoración del rendimiento consiste en identificar qué es lo
que hay que medir. Así, los métodos de evaluación del rendimiento normalmente se definen
por lo que miden. Este proceso, que a primera vista puede parecer bastante sencillo, puede
resultar muy complicado en la práctica. La identificación de estas dimensiones debe hacerse
cuidadosamente, ya que si no se incluye una dimensión significativa, es probable que esto
afecte a la motivación de los empleados, porque aquéllos que tienen un buen rendimiento en
esa dimensión no serán ni reconocidos ni recompensados. Por otra parte, si se incluye una di-
mensión irrelevante o trivial, se puede deslegitimar todo el proceso ante los empleados.
Para medir el rendimiento de un empleado hay que realizar observaciones. Estas observa-
ciones pueden ser directas o indirectas (Pérez y Rodrigo, 1998a). Las observaciones directas
son aquellas que realiza personalmente el evaluador. Las indirectas son aquellas en las que el
evaluador utiliza otros elementos, como estadísticas, informes o referencias de terceros, para
calificar a los empleados. Por ej., para valorar al personal de atención al público en recepción,
el evaluador puede caminar por las salas donde se atiende al público y comprobar personal-
mente cómo se le atiende. Además, el evaluador se podría basar en un informe donde se re-
142
Dirección de Recursos Humanos
coge la evaluación realizada por los clientes acerca del servicio que se presta, y que también
puede incluir estadísticas del tiempo medio de servicio y número de solicitudes tramitadas y
resueltas.
La medición del rendimiento implica asignar una cifra para reflejar el rendimiento de un
empleado en las características o dimensiones previamente identificadas. Técnicamente, las
cifras no son imprescindibles. Se pueden utilizar en su lugar unas calificaciones del estilo “ex-
celente”, “bueno”, “normal” “malo” o “muy malo”.
A menudo, resulta difícil cuantificar las dimensiones del rendimiento. Por ej., la creatividad
puede ser una parte importante del trabajo de un diseñador de espacios publicitarios, pero
¿Cómo se mide con exactitud la creatividad? ¿Por el número de anuncios imaginativos al año,
por el número de anuncios que gana un premio del sector o siguiendo cualquier otro criterio?
Este es el tipo de cuestiones que tienen que resolver los directivos cuando intentan evaluar el
rendimiento de un empleado.
Los sistemas de evaluación del rendimiento pueden clasificarse en función del tipo de
datos de rendimiento en los que se basan, es decir, sobre características del trabajador, sobre
sus comportamientos y sobre sus resultados (Gómez-Mejía et al, 2001; Puchol, 2000; Pérez y
Rodrigo, 1998a).
Los formatos de evaluación basados en las características suponen que el valorador juzgue
las características o rasgos de personalidad que son consistentes y duraderos (por ej., respon-
sabilidad, colaboración, capacidad de decisión, motivación, lealtad).
La utilización de este tipo de evaluación en su forma pura es decreciente. Este tipo de eva-
luaciones han sido calificadas como ambiguas y subjetivas, ya que permiten con cierta facili-
dad la influencia de sesgos conscientes o inconscientes. Además, las clasificaciones de las
características pueden diferir entre evaluadores. Por ejemplo, la definición de “capacidad de
decisión” o de “entusiasmo” pueden ser muy distintas para evaluadores diferentes. Por otra
parte, existe el riesgo de que los valoradores se fijen más en las personas y no en su rendi-
miento, lo que puede hacer que el empleado se ponga a la defensiva ya que se critica su per-
sonalidad y, por tanto, su validez como persona (Gómez-Mejía et al., 2001).
Sin embargo, y a pesar de sus problemas, la valoración por características puede ser eficaz,
ya que evaluar las características supone detectar las tendencias de comportamiento de una
persona. Además, también en este caso, suponen un procedimiento natural de evaluación
cuando nos referimos a alguien en entornos extralaborales. De hecho, es muy extraño que
emitamos juicios sobre los demás sin mencionar sus características o rasgos de personalidad.
Por lo tanto, a efecto de minimizar los inconvenientes de la abstracción y subjetividad de las
características, cuando se incluyan lo que hay que hacer es concretarlas en conductas que las
describan, de manera que se asemejen a los sistemas que evalúan comportamientos. Un ejem-
plo es el siguiente:
Responsabilidad: mide el compromiso de la persona con los objetivos de su unidad, sus
obligaciones, las instrucciones recibidas y las demandas de los clientes. Refleja el compromiso
143
Santiago Melián González
porque el trabajo esté bien realizado y por alcanzar un alto nivel de rendimiento, no dejando
nada al azar.
Otro sistema consiste en que los instrumentos de valoración del rendimiento se centren
en valorar las conductas de los trabajadores, en lugar de sus características. Así, en lugar de
valorar la “seriedad” de un empleado (una característica personal) el evaluador tiene que de-
terminar si el empleado manifiesta ciertos comportamientos y/o tareas concretas del puesto
que se consideran representativas del rendimiento (o sea, las competencias), como, por ej.,
“cuando los compañeros solicitan su colaboración, coopera con ellos de forma que la activi-
dad del departamento sea realice de manera óptima”, o una tarea, como por ej., “limpia las
habitaciones en el tiempo establecido en el manual de trabajo del departamento de pisos”. En
este tipo de sistemas, lo más habitual es usar las denominadas escalas de observación de
comportamientos (conocidas por sus siglas en inglés como BOS) para registrar la frecuencia
con la que los mismos ocurren. De esta forma cada comportamiento se evalúa en una escala
con cinco puntos o niveles del tipo: 1= Casi nunca; 2= Rara vez; 3= Algunas veces; 4= Con
frecuencia; 5= Casi siempre.
Una variante de estas escalas son las escalas de clasificación o gráficas, usadas también
para la evaluación de rasgos de personalidad. La única diferencia es que estas escalas no se
basan en la frecuencia del comportamiento, sino en otro criterio general de desempeño. Así,
incluyen diferentes grados o niveles (entre 3 y 5) para asignar en qué medida el trabajador está
rindiendo en ese comportamiento (en el caso de personalidad en qué medida se cree que
posee ese rasgo de personalidad). Así en el caso del rasgo Responsabilidad podría ser: 1. Muy
bajo, 2. Bajo, 3. Medio, 4. Alto y 5. Muy alto. En el caso de comportamientos otra escala po-
dría ser 1. Muy deficiente, 2. Deficiente, 3. Normal, 4. Bueno, 5. En cualquier caso es, como
ya se dijo, una labor conjunta del departamento de RRHH y de la línea definir un sistema óp-
timo que se ajuste a las necesidades de cada caso. No obstante, el uso de este tipo de escalas,
aunque sencillas y moldeables con facilidad, tienen el riesgo de la subjetividad en su interpreta-
ción, ya que aunque el comportamiento puede estar claro, lo que significa el nivel a asignar no.
Como alternativa a las escalas de observación o de clasificación de comportamientos se
encuentran las escalas con anclajes o bases conductuales (más conocidas por las siglas
BARS en inglés). Estas son escalas que contienen una indicación de cuáles son los compor-
tamientos laborales asociados con los puntos o niveles incluidos en la escala. La descripción
de las conductas asociadas a cada uno de los niveles permite, en teoría, que el juicio tenga
menos errores de interpretación, ya que existe una referencia clara con la que comparar el
comportamiento de los trabajadores. Un ejemplo se recoge en el cuadro 1 para el puesto de
camarero de un hotel.
144
Dirección de Recursos Humanos
La principal ventaja de los métodos de evaluación del comportamiento es que nos centra-
mos en lo que hace el individuo y no en su personalidad (Milkovich y Newman, 1997). Como
hemos visto, las escalas de comportamiento también ofrecen a los empleados y supervisores
ejemplos específicos del tipo de comportamiento a realizar si quieren tener éxito en la orga-
nización. Además, estas escalas hacen que el evaluador tenga que ser preciso al informar pos-
teriormente a los empleados de su evaluación. Finalmente, tanto evaluados como evaluadores
pueden participar en la creación de las escalas, lo cual favorece la comprensión y aceptación
del sistema de valoración.
Sin embargo, este método también tiene sus desventajas (Gómez-Mejía et al., 2000; Mil-
kovich y Newman, 1997). La más destacable es que para desarrollar escalas válidas y fiables
se puede requerir mucho tiempo. En el caso de las BOS se ha visto la subjetividad que puede
darse en la interpretación de los niveles. En el caso de las BARS, las posiciones o puntos de
las escalas pueden ser claras y concretas, pero son sólo ejemplos de comportamientos que
puede tener un trabajador. Así, pueden existir otros que también representen el rendimiento
en el puesto. Además, si la empresa cambia su forma de trabajo de forma significativa se pue-
den invalidar las escalas (por ej., introducción de nuevos equipos que alteren la forma de tra-
bajo) y, si se usan BARS, la creación de las mismas es un proceso difícil que consume mucho
145
Santiago Melián González
tiempo. Por último, los trabajadores no querrán cambiar sus comportamientos si los criterios
para valorarlos (reflejados en las escalas) no han variado.
Otra dificultad surge de la concepción que tienen algunos directivos sobre la forma de
evaluar a los empleados. Para estos directivos puede ser más natural evaluar las características,
por lo que las escalas de comportamientos les resultarán menos cómodas y, por tanto, su eva-
luación puede ser realizada con menos cuidado debido al esfuerzo que les supondrá (Gómez-
Mejía et al., 2001).
La tercera posibilidad, la valoración por resultados, consiste en solicitarles a los directivos
que evalúen los resultados conseguidos por los trabajadores. Los resultados son aspectos del
rendimiento que se pueden representar de forma cuantitativa: ventas, % de clientes que repi-
ten, % de clientes satisfechos, reducción de costes, absentismo, etc. Los hay directos (por ej.,
ventas) e indirectos (por ej., % de clientes satisfechos). Los primeros los genera directamente
el trabajo de la persona, mientras que los segundos hay que obtenerlos a partir de otras per-
sonas (por ej., grado de satisfacción).
La evaluación de los resultados del trabajador tiene como ventajas la claridad y la objetivi-
dad para juzgar el rendimiento del trabajador. Sin embargo, puede dar una perspectiva inco-
rrecta y distorsionada del rendimiento del trabajador. En primer lugar, hay que tener en
cuenta que no todos los aspectos que representan el rendimiento de un trabajador de un
puesto se pueden cuantificar (por ej., la colaboración con los compañeros de trabajo). En se-
gundo lugar, en los resultados pueden influir factores que están fuera del control y de la in-
fluencia de los trabajadores a los que se va a evaluar (Milkovich y Newman, 1997). Por ej., el
número de aprobados de una asignatura no depende totalmente del interés y del buen hacer
del profesor. Si su evaluación depende de los resultados, se estaría dejando este aspecto y las
consecuencias que conlleva al azar, representado por la composición del grupo de alumnos
en términos de responsabilidad y éxito académico previo. Finalmente, en tercer lugar, otro
inconveniente es que los trabajadores pueden centrarse en conseguir los resultados a cual-
quier precio, descuidando bien otros factores importantes para la organización como, por ej.,
la calidad, el servicio o los costes, bien las otras facetas del rendimiento no recogidas en el in-
dicador (por ej., las cooperación entre compañeros antes mencionada). Así, si la evaluación
del rendimiento de un vendedor depende exclusivamente de las ventas totales conseguidas,
éste podrá centrarse en los productos que mejor se venden y obviar aquéllos más rentables
para la empresa que sean más difíciles de vender, o se preocupará menos por atender correc-
tamente a los clientes que quieran devolver los productos anteriormente adquiridos.
Igual que se nivelan los rasgos o comportamientos, también se pueden graduar con una
escala los resultados de rendimiento, al objeto de asegurar la fiabilidad de la evaluación. Así,
en cuanto a un resultado como “facturación del bar” una escala de tres niveles podría ser: 1.
Insatisfactorio (por debajo de X), 2. Conforme a lo esperado (igual a X) y 3. Muy satisfacto-
rio (por encima de X). Otra posible escala es la de grado de satisfacción con el factor a eva-
luar: 1. Baja, 2. Media y 3. Alta. En cualquier caso, es como ya se dijo, una labor conjunta del
departamento de RRHH y de la línea definir un sistema óptimo.
Es normal, sobre todo con los resultados, que se trabaje mediante la fijación de objetivos
de rendimiento. Este enfoque, basado en la Dirección por Objetivos (DPO), consiste en la
determinación de objetivos a alcanzar por el trabajador. La teoría sobre la DPO es que ésta
146
Dirección de Recursos Humanos
La evaluación a través de los resultados no es, por tanto, una forma ideal de valoración del
rendimiento, pero tampoco la evaluación por características o por comportamientos. Cada
planteamiento tiene aspectos positivos y negativos, por lo que la elección del sistema de va-
loración debería depender en gran medida de los objetivos de la valoración. Así, si la empresa
tiene un protocolo concreto de conductas para actuar en determinadas ocasiones, deberá in-
cluir, observar y evaluar los comportamientos incluidos en dicho protocolo. Ahora bien,
cuando se da gran autonomía a los trabajadores para el desempeño de sus actividades y, por
tanto, la empresa no establece un único procedimiento, la valoración debería centrarse en los
resultados.
Por otra parte, cuando la evaluación a través de los resultados es negativa, se suele acudir
a evaluar los comportamientos para detectar las causas del bajo rendimiento. Por ello pode-
mos decir que los sistemas de resultados son buenos cuando se trata de recompensar a los
mejores empleados según sus resultados, pero que si lo que queremos es elevar el desempeño
profesional hay que acudir a los comportamientos.
No obstante, lo recomendable y habitual es diseñar sistemas de evaluación del rendi-
miento que combinen, entre sus factores, resultados, comportamientos y rasgos, trabajando
147
Santiago Melián González
también con objetivos. En el cuadro 2 se muestra una ficha de evaluación para una Gober-
nanta. En la ficha no se incluye la descripción de los comportamientos y características por
cuestiones de espacio, pero debe existir en un documento a parte, al objeto de guiar la valo-
ración.
PUESTO
NOMBRE Y APELLIDOS
MÉTODOS DE TRABAJO
GESTIÓN E INVENTARIO DE
MATERIAL
RELACIONES CON
COMPAÑEROS
RESPONSABILIDAD
CONSECUCIÓN
OBJETIVOS FIJADOS
No alcanzado Alcanzado Superado
Disminución de bajas por IT de las camareas de
pisos (%)
Reducción costes de material (%)
Encuesta satisfacción de clientes (%)
COMENTARIOS
148
Dirección de Recursos Humanos
Hemos supuesto, hasta ahora, que la evaluación se centra en el individuo. Sin embargo, los
equipos de trabajo son cada vez más comunes en las organizaciones de nuestro entorno.
Si la organización tiene una estructura en la que se integran diversos equipos de trabajo, la
dirección debería tener en cuenta la valoración del rendimiento del equipo desde dos puntos
de vista (Gómez-Mejía et al., 2001): (a) la contribución individual al rendimiento del equipo y
(b) el rendimiento del equipo como una unidad.
Las medidas de aportación individual podrían desarrollarse fomentando la participación
de los miembros del equipo. Las mediciones de los comportamientos son las más adecuadas
en la mayoría de los casos, para valorar la contribución del individuo al equipo, porque se
pueden observar más fácilmente y pueden ser comprendidas por los miembros del equipo y
por las personas que se relacionan con el mismo.
Por otra parte, la valoración del rendimiento de un equipo como unidad implica que se ha
de medir el rendimiento del grupo, y no la suma de los rendimientos individuales. Las medi-
das de los resultados que utilizan dimensiones como cantidad o la calidad son las más co-
múnmente aplicadas. También aquí habría que fomentar la participación de los miembros del
equipo para identificar las medidas de rendimiento deseado (Milkovich y Newman, 1997).
El proceso de la evaluación del rendimiento debe incluir la puesta en contacto con cierta
regularidad de los directivos con sus subordinados, con el fin de compartir la información ne-
cesaria sobre su rendimiento. Aunque calificar es importante, no deja de ser un medio para
conseguir fines de mayor calado para la organización.
149
Santiago Melián González
por una parte se duplica la inversión de tiempo requerida y, por otra, cuando hay dinero de
por medio el valorador se toma más en serio su trabajo, por lo que se tomará más tiempo
para respaldar sus decisiones. Además, al incluir temas retributivos la evaluación y estableci-
miento de planes de mejora tienen un objetivo y contenidos claros, que ayudan a que el em-
pleado se las tome más en serio.
En definitiva, la experiencia dirá cuál es la mejor opción. Si la empresa comprueba que, no
tratando cuestiones salariales a la vez que el rendimiento, ocurre que los trabajadores no se
toman en serio las implicaciones que tiene la evaluación del rendimiento, deberá optar por
combinar los temas. Si a la empresa le va bien separando ambas cuestiones, mejor seguir así ya
que los trabajadores se concentrarán más en su rendimiento. No obstante, hay que tener en
cuenta que los jefes, de manera más o menos formal, están gestionando el rendimiento de sus
trabajadores durante todo el periodo que luego se va a resumir en la entrevista de evaluación.
Es necesario que los jefes sean conscientes de ello: la entrevista es un acto formal durante todo
un periodo de trabajo, por lo que si no se ha prestado atención al comportamiento/rendi-
miento del trabajador durante éste, y actuado en consecuencia, la entrevista por sí sola no va
a solucionar los problemas.
En cuanto a la entrevista en sí, normalmente tiene una frecuencia anual. Antes de la
misma el evaluador debe comunicar el día, hora y fecha de celebración con antelación, para
que el trabajador a evaluar tenga tiempo para prepararla. La entrevista debe comenzar con
una introducción general sobre los objetivos del sistema de evaluación en relación a la mejora
del rendimiento, sobre todo si los evaluados tienen poca experiencia en ser valorados. Ade-
más, se busca crear un clima adecuado. Lo normal es que el evaluador haya ya calificado los
distintos factores de evaluación. Por lo tanto, ahora le toca ir comentando uno por uno con
el evaluado. Se trata de explicarle su opinión sobre el rendimiento en cada uno de ellos y, tam-
bién, de escuchar su opinión al respecto. Es posible que alguna calificación se modifique
fruto de sus aportaciones. Hay que tener en cuenta que la entrevista de evaluación del rendi-
miento con un enfoque participativo es la que permite servir de instrumento de gestión del
rendimiento.
Las fichas de evaluación del rendimiento suelen tener un apartado de comentarios, puntos
fuertes y débiles, o algo parecido. Se usa para anotar comentarios sobre las puntuaciones al-
canzadas o para dar una visión más descriptiva que las calificaciones (puntos fuertes y débi-
les). En el apartado de propuesta de acciones puede caber cualquier cosa. Desde dar o no
incentivos, prácticas para mejorar puntos débiles (por ej., formación), renovar o no contratos,
promociones, etc. En algunos casos la ficha de evaluación del rendimiento conlleva la firma
conjunta del evaluador y evaluado. Este último puede negarse, si no está de acuerdo, y tendrá
que justificarlo ante otra persona o el departamento de RRHH. Después de la entrevista vie-
nen las decisiones asociadas a su resultado. Normalmente estas decisiones están relacionadas
con las prácticas recogidas en el apartado de propuesta de acciones: incentivos, renovación
del contrato, formación, etc.
Finalmente, hay empresas en las que esta entrevista es la base para fijar los criterios de la
próxima evaluación del rendimiento. En otros casos se separan la de evaluación y la de la en-
trevista para el establecimiento de criterios para el siguiente periodo. Esto es recomendable,
150
Dirección de Recursos Humanos
por lo menos, cuando los factores y objetivos se modifican fruto de un cambio de estrategia
de la empresa, de una promoción profesional, etc.
Para la mejora del rendimiento no basta con una entrevista anual de revisión del mismo.
Es fundamental que se realice una gestión cotidiana e informal del rendimiento. Para ello, los
supervisores que quieran ser eficaces deben seguir el siguiente proceso respecto al rendi-
miento del personal que dirige:
• Analizar y centrarse en las causas de los problemas de rendimiento. Esto, que puede
parecer sencillo, resulta difícil de abordar. El rendimiento es el resultado de múltiples
factores, algunos de los cuales están más allá del control del trabajador. Sin embargo,
en la mayoría de las situaciones laborales, los observadores tienden a atribuir las causas
al trabajador, mientras que los trabajadores tienden a culpar a factores externos.
• Esta etapa es fundamental, porque (a) las causas pueden influir en la forma de evaluar
el rendimiento. No es lo mismo que se piense que las causas de un problema son dis-
ciplinarias que la impresión sea que al trabajador le falta experiencia para cumplir con
su trabajo; (b) puede generar conflicto con los trabajadores si la percepción del valora-
dor es radicalmente distinta de la de los trabajadores; y (c) la determinación de las cau-
sas afecta al tipo de soluciones que se dan. En función de si la causa de los problemas
se debe a la capacidad, a la motivación o a las características el entorno, se buscarán dis-
tintas tácticas. Por ej., la formación será un remedio a un problema causado por una
falta de capacidad, pero no para la falta de motivación debido a que se realiza un tra-
bajo monótono.
• Desarrollar un plan de acción para facilitar que los trabajadores alcancen una solución.
Esta fase del proceso persigue que los trabajadores puedan mejorar su rendimiento. Se
pueden adoptar dos planteamientos: (1) el tradicional, en el que los supervisores pro-
ponen el plan y los trabajadores lo ejecutan; y (2) uno más individualizado que consiste
en facilitarles a los empleados la mejora del rendimiento a través del asesoramiento del
supervisor (coaching). El papel del directivo pasaría a ser el de consejero y facilitador, ya
que tratará de sugerir formas para que el empleado venza o evite los obstáculos que
pueden impedirle alcanzar un buen rendimiento.
• Comunicar eficaz y directamente sobre las cuestiones relativas al rendimiento. La forma
en la que se comunica, así como el contenido de la comunicación, pueden ser determi-
nantes para que el rendimiento mejore o empeore. Es fundamental que la información
(feedback) que se ofrezca esté directamente relacionada con el rendimiento y no con las
características personales del individuo. Habría que ofrecer pruebas concretas de com-
portamientos y de resultados positivos y negativos y, además, mantener siempre un es-
píritu constructivo. No olvidemos que el fin de la evaluación del rendimiento es
mejorar el desempeño de los empleados de la organización.
151
Santiago Melián González
Los errores del evaluador reflejan orientaciones constantes por parte de la persona que rea-
liza la evaluación (Gómez-Mejía et al., 2001). Estos errores se producen fundamentalmente
en las mediciones subjetivas (Bazinet, 1984; Pérez y Rodrigo, 1998a). Uno de los errores más
habituales es el error o efecto de halo. Los valoradores, basándose en el resultado de la eva-
luación de un solo factor, valoran por igual el resto de factores, debido a que el primero des-
taca y condiciona a las demás. Por ej., partiendo de la ficha recogida en el cuadro 2, imaginen
que el evaluador lee todos los factores y piensa que la persona en el comportamiento “gestión
e inventario de material” es muy buena. El efecto halo se dará si esa impresión positiva con-
tamina o influye al resto de factores a evaluar, otorgando calificaciones no justificadas. As,
por ej., uno puede ser muy bueno en la gestión del inventario y faltarle habilidades en la di-
rección del personal, por lo que el efecto halo invalidaría la evaluación de este último. La des-
cripción de los comportamientos que implica cada factor de evaluación es fundamental para
evitar este sesgo.
Otro tipo de errores son aquellos en los que los valoradores restringen todas sus calificaciones
a una pequeña parte de la escala de evaluación. Existen tres tipos de errores de este estilo. Los
dos primeros consisten en la tendencia a realizar evaluaciones extremas: (1) error de benevolen-
cia, por el que el evaluador sólo valora en la parte más alta de la escala; (2) error de severidad, por
el que el evaluador sólo valora en la parte más baja de la escala. El tercero es la tendencia cen-
tral, o utilización exclusiva de los puntos intermedios de la escala. Obligar a que las asigna-
ciones de los grados estén acompañadas de algún comentario justificativo, o evidencia, que
las soporte, puede moderar estos errores, aunque también puede complicar la labor de eva-
luación. Si el número de factores no es muy alto (entre 5 y 10) y el ámbito de control (nú-
mero de trabajadores a evaluar) es manejable, vale la pena considerar esta opción, ya que hace
que el evaluador asigne el nivel de una forma más reflexiva.
152
Dirección de Recursos Humanos
Para finalizar con la evaluación del rendimiento, se presentan una serie de características
descriptivas de sistemas que funcionan correctamente:
• Incluyen objetivos de rendimiento.
• Combinan rasgos o comportamientos con resultados.
• Los evaluadores y representantes de evaluados participan en su diseño.
• Los evaluadores son formados en el sistema y lo comprenden.
• Sus objetivos son claros, conocidos y aceptados.
• Los resultados y las prácticas son coherentes son los objetivos: formación, promoción,
retribución, etc.
• Tienen consecuencias positivas y negativas.
• Comienzan con una aplicación piloto sin consecuencias.
• Se aplica a todos.
• Permiten la comunicación bidireccional.
153
Santiago Melián González
ACTIVIDADES
1. Pon un ejemplo de un puesto que pueda ser evaluado con más de dos evaluadores y es-
pecifica qué aspectos del rendimiento evaluaría cada uno.
2. Para el puesto anterior describe los siguientes factores para evaluar el rendimiento: dos
resultados y dos objetivos de rendimiento.
3. También para el mismo puesto describe los siguientes factores para evaluar el rendi-
miento: dos comportamientos y un rasgo con su descripción en término de conductas.
Imagina que vas a usar una escala BARS y añádele también los niveles correspondientes.
154
Dirección de Recursos Humanos
BIBLIOGRAFÍA
155
Santiago Melián González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
156
Dirección de Recursos Humanos
7. De los siguientes, ¿Qué rol es poco probable que intervenga como evaluador en el sis-
tema de evaluación del rendimiento de una empresa?
a) El director de RRHH.
b) Los mandos.
c) Los clientes.
d) Subordinados.
10. ¿Qué apartado suele aparecer en una ficha de evaluación del rendimiento?
a) Puntos fuertes y débiles.
b) Funciones realizadas en el puesto.
c) Salario del trabajador.
d) Experiencia en otros puestos.
157
Santiago Melián González
1. c.
2. a.
3. d.
4. d.
5. b.
6. c.
7. a.
8. c.
9. b.
10. a.
158
Dirección de Recursos Humanos
GLOSARIO
159
Compensación
6
PRESENTACIÓN
Las relaciones de trabajo se caracterizan por el intercambio del trabajo, por parte de los
empleados, y de la correspondiente compensación, por parte de la empresa. En la anterior
unidad de aprendizaje se ha visto cómo evaluar el rendimiento y en éste se tratará cómo se
puede compensar adecuadamente. En este caso hacemos equivalente el término retribución
al de compensación, aunque es cierto que este último suele abarcar formas no tangibles de
reconocimiento del trabajo. En esta unidad de aprendizaje se tratarán los métodos que pue-
den usar las empresas para lograr compensaciones justas, desde diferentes perspectivas, y mo-
tivadoras, a la vez que ajustadas a su realidad económica.
OBJETIVOS
161
Santiago Melián González
Valoración de puestos
Métodos para fijar Encuesta salarial
retribuciones Incentivos
Planes de incentivos
El sistema de compensación es uno de los mecanismos más importantes de los que dis-
ponen las organizaciones tanto para atraer, retener y motivar a empleados competentes, como
para conseguir que rindan de una forma satisfactoria. Por otra parte, la retribución influye en
gran medida en los costes laborales de la organización y, en el caso de las empresas turísticas,
en los costes totales.
El departamento de RRHH juega un papel clave a la hora de diseñar las políticas, prácticas
y procedimientos que garanticen la adecuada asignación de salarios, el control de los costes
laborales y la equiparación de los niveles salariales de los empleados con los de la competen-
cia. Los directivos de línea, por su parte, deben basarse en las prácticas de la empresa y, asu-
miendo que suelen tener un cierto grado de discrecionalidad para ejecutarlas, tomar
decisiones que afectan a sus subordinados. Estas decisiones han de ser justas, por lo que es
importante que los procedimientos y técnicas utilizados para tomar esas decisiones hayan
sido correctamente desarrollados.
La retribución es, según la definición del artículo 26.1 del Estatuto de los Trabajadores, “la
totalidad de las percepciones económicas de los trabajadores, en dinero o en especie, por la
prestación profesional de los servicios laborales por cuenta ajena, ya retribuyan el trabajo
efectivo, cualquiera que sea la forma de remuneración, o los períodos de descanso computa-
bles como de trabajo”. Básicamente, y desde un punto de vista legal, el salario se compone
de dos elementos. El primero es el salario base, es decir, la cantidad fija que se recibe por el
tiempo trabajado o tarea realizada. El segundo elemento está formado por los complementos
salariales que pueden ser de tres clases: los personales, que retribuyen circunstancias relativas
162
Dirección de Recursos Humanos
a las condiciones personales del trabajador (por ej., antigüedad); los relacionados con el
puesto o el trabajo realizado (por ej., productividad); y los relativos a la situación y resultados
de la empresa (por ej., participación en beneficios). Salvo los personales, lo habitual que los
complementos salariales no sean consolidables, sino que estén en función de las circunstan-
cias que los generan.
Hay que tener en cuenta que no tienen la consideración de salario las cantidades percibi-
das por el trabajador en concepto de indemnizaciones o suplidos por los gastos realizados
como consecuencia de su actividad laboral (por ej., las dietas), las prestaciones e indemniza-
ciones de la Seguridad Social y las indemnizaciones correspondientes a traslados, suspensio-
nes o despidos.
De esta manera la retribución total, o paquete retributivo, de un trabajador puede incluir
tres modalidades: el salario base o parte fija; los complementos salariales o parte variable (que
desde el punto de vista de la gestión de RRHH se denominan incentivos) y, por último, los
beneficios o prestaciones sociales. Los beneficios sociales suele consistir en mejorar las pres-
taciones sociales que ofrece el sistema público (por ej., seguros médicos, seguros de vida,
aportaciones empresariales a planes de pensiones privados). Los tres elementos citados de la
retribución pueden incluir retribución en especie (retribución con bienes o servicios distintos
del dinero, por ej.: coche, viviendas, acciones de empresa, inscripción en clubes sociales), aun-
que las prestaciones sociales suelen tener siempre este carácter. La retribución en especie no
puede superar el 30% del total del salario del trabajador.
No hay que confundir el salario de los trabajadores con el coste de las retribuciones o los
costes de personal. Las empresas tienen la obligación de cotizar a la Seguridad Social por cada
uno de los trabajadores que contratan. Esta cotización consiste en la aplicación de varios
tipos o porcentajes (lo que generan las cuotas o cantidades a ingresar) a una cantidad deno-
minada base de cotización. La base de cotización se calcula añadiendo a las retribuciones
mensuales que tenga derecho a percibir el trabajador, o que realmente perciba, de ser éstas
superiores, la parte proporcional de las pagas extraordinarias (como mínimo deben ser dos)
y las demás percepciones de vencimiento superior al mensual o que no tengan carácter perió-
dico y se satisfagan en el ejercicio. Por lo tanto, la base de cotización es una cantidad ligera-
mente superior al salario mensual de un trabajador. Así, los costes de personal vienen
determinados por el salario más la cotización a la seguridad social que debe efectuar la em-
presa. El concepto más importante por el que cotizan las empresas es por contingencias co-
munes (contribución para el sistema público sanitario y de las jubilaciones) que tiene un tipo
universal del 23,6%. Las otras razones por las que se cotiza (por ej., desempleo y contingen-
cias profesionales) pueden tener tipos ligeramente diferentes según sea el caso. Por ello, si se
quiere exactitud en el control de los costes salariales habrá que contar con datos exactos. Si,
por ej., lo que se quiere es calcular de una forma aproximada (pero realista) cuánto puede su-
poner el coste económico de un nuevo trabajador, lo que se suele hacer es calcular el 32% del
salario mensual y añadírselo al salario. El tipo del 32% se obtiene de la suma de la cotización
que siempre hay que realizar en el caso de un contrato de duración determinada a tiempo
completo independientemente de la actividad empresarial o del puesto desempeñado (desem-
pleo, fondo de garantía salarial, y formación profesional). Hay que tener en cuenta que los con-
tratos de duración indefinida tienen una cotización menor por desempleo (5,5%) que los de
163
Santiago Melián González
duración determinada a tiempo completo (6,7%) y que los de duración determinada a tiempo
parcial (7,7%). En cuanto a la cotización por contingencias profesionales se establece depen-
diendo principalmente de la actividad de la empresa. Así, por ej., en el caso de los servicios
de alojamiento y de los servicios de comidas y bebidas es del 1,25%.
La retribución es el coste más importante de la mayoría de las empresas. Los gastos de
personal pueden llegar a representar el 60% en el sector servicios (Gómez-Mejía et al., 2001).
Esto significa que un diseño y/o una aplicación incorrecta de la retribución pueden suponer
la diferencia entre soportar unos costes óptimos y viables o todo lo contrario. Entre las es-
trategias que usan las empresas para contener los costes salariales y a la vez incrementar la sa-
tisfacción de los trabajadores con su salario, se encuentra la denominada la retribución
flexible o retribución a la carta. Hay que tener en cuente que, por ej., en el sector turístico en
muchos casos (por ej.; hoteles) los márgenes del negocio son cada vez menores, dada la
fuerte competencia existente. En este contexto, la idea de la retribución flexible es que una
parte del salario que paga la empresa consista en la oferta a los empleados un catálogo de
productos o servicios (por ej., pago de guardería; alquiler; seguro médico; vales de comida;
coche) y permitirles elegir los que les interesa, en función de sus preferencias individuales, op-
timizando al mismo tiempo la fiscalidad que se les aplica, dado que estos productos tienen un
tratamiento fiscal favorable (recogido en la norma que regula el Impuesto de la Renta de las
Personas Físicas). El pago de estos servicios por parte de la empresa, en vez de que el empleado
lo haga directamente, le resulta más rentable al trabajador ya que tiene menos presión fiscal
y la cantidad de dinero que le queda disponible es superior a la que le quedaría si asumiera di-
rectamente el coste de esos productos/servicios. Evidentemente, el beneficio de este tipo de
políticas retributivas depende del tipo de relación laboral que tengan los trabajadores, de los
productos ofertados y de los costes que implica su administración, pero no deja de ser una
opción interesante ya que permite que las empresas ofrezcan retribuciones muy especializa-
das. La especialización de la retribución hace que los trabajadores la valoren más, ya que no
pueden encontrarla en otras empresas.
2. LA EQUIDAD RETRIBUTIVA
La equidad en la retribución es una variable importante que las empresas deben tratar de
conseguir. La equidad interna se refiere a la justicia de las retribuciones dentro de la estruc-
tura salarial de una empresa. Es decir, determinados puestos de trabajos dentro de la em-
presa, por las tareas y responsabilidades que implican, merecen más o menos retribución que
otros. Por otra parte, la equidad externa deriva de las comparaciones que se realizan entre lo
que se paga en una empresa a un puesto de trabajo y lo que se paga en otras empresas a esa
misma ocupación (Lawler, 1986).
La situación ideal es aquella en la que la empresa consigue tanto una como otro tipo de
equidad, pero estos objetivos pueden contrapuestos (Milkovich y Newman, 1997; Gómez-
Mejía et al., 2001). Por ej., una empresa puede pagar tanto o más a un ingeniero informático
que acaban de contratar, que a otro que lleva diez años en la empresa. Esto tiene sentido, ya
que en una profesión en la que los conocimientos cambian a una alta velocidad, las personas
con conocimientos actualizados son más valiosas que las que llevan un tiempo sin formarse.
164
Dirección de Recursos Humanos
Además de equilibrar la equidad interna y la externa, muchas empresas tienen que decidir
entre sus grupos de empleados para determinar las subidas salariales y ajustar las retribucio-
nes al mercado. Como ya hemos sugerido en temas anteriores, no todos los empleados son
igualmente importantes para la empresa según su contribución. Por ej., los vendedores y el
resto de personal comercial de una empresa pueden resultar más valiosos que el personal ad-
ministrativo, tanto porque son los encargados de conseguir los recursos como por la dificul-
tad relativa de encontrar profesionales capacitados que sustituyan a los existentes en caso de
perderlos por una mala gestión retributiva.
Por lo general, se suele dar más importancia a la equidad externa en las empresas más nue-
vas, más pequeñas y que afrontan un mercado cambiante (Gómez-Mejía et al., 2001). Estas
empresas tienen que innovar para ser competitivas y suelen depender de individuos clave para
alcanzar sus objetivos empresariales (por ej., empresas del sector de la alta tecnología).
Para las empresas más grandes y más antiguas, con una mejor posición en el mercado, es
mejor prestar atención a la equidad interna (Milkovich y Newman, 1997). Estas empresas
suelen tener un producto maduro, empleados que requieren mayor estabilidad, y puestos de
trabajo que no suelen cambiar (por ej., Administración Pública).
La equidad interna hace referencia a que la retribución de los puestos de trabajo debe ba-
sarse en el valor o contribución relativa de los distintos puestos de trabajo (y no de cada em-
pleado particular) a una organización. La contribución es relativa porque tiene en cuenta la
del resto de puestos de la empresa. Dicha valoración se realiza a través de un proceso, valo-
ración de puestos (VP), que pretende realizar un juicio racional, ordenado y sistemático de la
importancia de cada puesto de trabajo para la empresa, al objeto de conseguir la equidad in-
terna de la estructura retributiva.
Existen varios métodos de valoración de puestos, cualquiera parte del análisis de puestos.
Se debe realizar una descripción de los puestos donde se identifican, definen y describen los
puestos de trabajo en función de sus funciones, responsabilidades, condiciones laborales y re-
quisitos. Es importante que, de cara a su correcta evaluación, los puestos sean descritos según
los factores que posteriormente servirán para medir su valor relativo para la organización.
Estos factores son las variables que posteriormente permitirán clasificar a los puestos para
asignarles una retribución y deben representar el grado en que aportan valor o son importan-
tes para la empresa. Por ej., los puestos de trabajo que requieran un mayor nivel de conoci-
mientos técnicos valdrán más que aquellos otros que requieran un menor nivel de dichos
conocimientos. A continuación, se muestran algunos ejemplos de factores compensables, con
su correspondiente definición (Cuadro 1).
165
Santiago Melián González
Lo normal y recomendable es que cada empresa fije los factores que realmente son rele-
vantes para su actividad y objetivos. Así, la peligrosidad puede ser relevante para una deter-
minada empresa y no tener sentido en otra.
La VP suele llevarse a cabo por un comité, que puede estar formado por supervisores, di-
rectivos, personal del departamento de RRHH y asesores externos. Esta etapa puede reali-
zarse a través de varios formatos de VP, aunque el más popular es el sistema de puntuación
de factores. Lo resumimos a continuación.
Bajo este sistema de valoración de puestos se detallan primero, y como acabamos de ex-
plicar, los factores que determinan la retribución los puestos. Una vez establecidos, se deciden
cuantos niveles se van a considerar y, lo que es muy importante, se describen. Así, si se decide
establecer cinco niveles, cada uno deberá tener una descripción de en qué consiste. Por ej.,
los niveles del factor conocimientos del Cuadro 1 podrían describirse de la manera que se
muestra en el cuadro 2.
166
Dirección de Recursos Humanos
NIVELES DESCRIPCIÓN
Las funciones del puesto requieren aplicar formación universitaria, sin ser necesario
4
formación adicional en turismo.
Posteriormente habrá que asignar puntuaciones para cada uno de los factores y sus corres-
pondientes niveles (cuadro 3). Lo habitual es que el comité de evaluación comience por el pri-
mer nivel, valorando la importancia de los factores base 100, de acuerdo con la importancia
relativa que tienen para la actividad de la empresa. La distribución de la importancia realizada
genera los puntos del primer nivel. Los puntos del resto de niveles se pueden obtener si-
guiendo diferentes procedimientos sistemáticos (por ej., incremento porcentual). Uno habi-
tual consiste en multiplicar los puntos del primer nivel por el número de nivel al que se
quieren asignar.
HABILIDADES
1. Conocimiento 20 40 60 80 100
2. Experiencia 25 50 75 100 125
ESFUERZO
3. Físico 5 10 15 20 25
4. Mental 15 30 45 60 75
RESPONSABILIDAD
5. Equipo o proceso 5 10 15 20 25
6. Seguridad otras personas 5 10 15 20 25
7. Trabajo de otras personas 10 20 30 40 50
8. Resultados económicos 15 30 45 60 75
TOTAL 100 500
167
Santiago Melián González
Una vez se cuenta con las puntuaciones de todos los factores y niveles se está en disposición
de hacer la valoración de los puestos. El procedimiento consiste en analizar los puestos y asig-
narles los puntos en cada factor, de acuerdo con el nivel que se les adjudique tras la compara-
ción del contenido de los puestos con lo descrito en cada uno de los niveles de los factores
escogidos. Al final presentarán niveles distintos en todos o en algunos de los factores compen-
sables, por lo que se obtendrán puestos con valoraciones distintas expresadas en puntos.
Luego viene la cuestión de cuánto vale salarialmente un punto o intervalo de puntos (por
ej., entre 71 y 100) de puntos. Otra vez el comité de valoración debe trabajar para llegar a una
solución óptima. La mayoría de las grandes empresas clasifican los distintos puestos de tra-
bajo por niveles o categorías salariales como último paso del proceso de valoración de pues-
tos (cuadro 4). A estos niveles se les asigna un intervalo de puntos (por ej., entre 71 y 100
para el nivel salarial 1) y un salario. Así se determina que los puestos de un nivel tienen, en
esencia, la misma valía en cuanto a su importancia, ya que las puntuaciones asignadas a cada
uno de ellos son muy similares.
168
Dirección de Recursos Humanos
Es importante resaltar dos aspectos clave de la evaluación: (a) la clasificación de los pues-
tos de trabajo se realiza a nivel interno y no tiene en cuenta las escalas salariales de otras em-
presas; y (b) la clasificación de los puestos de trabajo se centra en el valor de las tareas que
conforman cada puesto y no en el rendimiento de las personas que las realizan.
Las encuestas salariales comienzan por establecer los objetivos que se quieren alcanzar. A
continuación habrá que definir las empresas a las que se va a encuestar, determinando el sec-
tor de actividad, tamaño, situación financiera y área geográfica de referencia (Puchol, 2000).
También habrá que fijar los puestos clave por los que se va a preguntar y los medios por los
que se garantizará que las respuestas que se obtengan serán aplicables a los puestos de trabajo
que se están analizando.
169
Santiago Melián González
Respecto a las encuestas salariales que ofertan las consultoras u otras instituciones, es fun-
damental verificar diversas cuestiones, como las siguientes (Gómez-Mejía et al., 2001; Puchol,
2000; Chiavenato, 2000; Milkovich y Newman, 1993):
• Si la encuesta describe los puestos de trabajo que se están evaluando, ya que el mismo
nombre puede hacer referencia a diferentes trabajos.
• Si recogen la titulación que se requiere para desempeñar los puestos.
• Si la encuesta está actualizada.
• Si se ha identificado correctamente el mercado laboral relevante para el estudio en
cuestión, es decir, si las empresas a las que se les ha preguntado son comparables, si se
han representado todos los sectores de actividad que compiten por los mismos recur-
sos humanos y si el ámbito geográfico del estudio es el correcto.
• Si han participado todas las empresas relevantes. Por ej., a RIU le puede interesar el es-
tudio si ha participado BARCELÓ, porque es un importante rival no sólo en el mer-
cado de clientes, sino también en la captación de personal clave en distintos ámbitos de
la empresa.
• Si la dispersión estadística de los datos es grande o bien los datos están muy concen-
trados respecto a las medidas centrales.
• Si las jornadas de trabajo son homogéneas.
Una encuesta salarial es una técnica que se suele aplicar (o comprar, como vimos anterior-
mente) una vez al año, pero la empresa tiene que hacer un seguimiento continuo sobre el es-
tado de sus propias retribuciones. Por ello, debe actualizar siempre que sea posible su propio
banco de datos, a través de la información de los anuncios en prensa, de las conversaciones
con colegas de la DRRHH en otras empresas, y de las entrevistas de salida que se le adminis-
tran al personal que se marcha voluntariamente de las empresas, por poner algunos ejemplos.
Una vez que la empresa ha diseñado su estructura retributiva determinando los salarios o
intervalos salariales para cada puesto o categoría salarial, todavía deberá realizar una última
tarea: asignar a cada individuo una retribución. Las empresas solían recurrir a la antigüedad
(cada vez se usa menos) o a los resultados de la evaluación del rendimiento (cada vez se usa
más) para determinar la retribución de un empleado partiendo de salario correspondiente a
170
Dirección de Recursos Humanos
su puesto. El objetivo de esta última fase es que la retribución refleje la contribución que hace
el individuo a la empresa. A esta etapa pertenecen los distintos planteamientos de sistemas de
incentivos retributivos, que comentaremos más adelante.
El procedimiento que hemos seguido para la determinación de la retribución de un indi-
viduo que ocupa un puesto de trabajo en la organización se basa en el puesto de trabajo. Este
procedimiento es ampliamente utilizado por las empresas. En su haber, hay que decir que es
racional, objetivo y sistemático, con lo cual se conseguirá minimizar las reclamaciones de los
empleados. También es relativamente sencillo de fijar y administrar. Sin embargo, presentan
varios inconvenientes muy importantes, que citamos a continuación (Rock y Berger, 1990):
• Los puestos de trabajo cambian más rápidamente en las empresas pequeñas que están
creciendo que en aquellas más estables y más grandes. Por ello, habría que modificar
continuamente las descripciones y valoraciones de los puestos en las primeras, o bien
definirlos a un nivel muy general, lo que probablemente no reflejaría la realidad ni las
necesidades de la empresa.
• El proceso de retribución se basa en la VPT, que es mucho más subjetiva de lo que po-
dría parecer.
• La VPT es menos adecuada en los puestos de alto nivel dentro de la organización. En
los puestos directivos y profesionales el empleado define, en cierta manera, su propio
puesto. En todas aquellas ocupaciones donde la creatividad sea un ingrediente esencial,
hacer al empleado que se ajuste a una descripción muy precisa de su puesto de trabajo
restará creatividad.
• Las empresas de servicios tienen, por su necesidad de flexibilidad, una definición
menos estricta de los puestos de trabajo, por lo que se han definido de una forma más
genérica y, por tanto, no demasiado útil para la valoración de los mismos.
• Los planes retributivos basados en el valor de los puestos tienden a ser burocráticos,
poco flexibles y mecánicos. Una vez que la estructura salarial interna se ha puesto en
marcha es muy difícil alterarla.
• Las encuestas salariales tampoco son tan precisas como deberían serlo. Aunque las em-
presas, las áreas geográficas, los puestos de trabajo y los sectores sean comparables, las
diferencias salariales pueden oscilar entre 35 y el 300 por ciento. De ahí, el riesgo que
puede comportar la utilización de estos estudios para fijar los niveles retributivos.
• La equidad interna y la equidad externa no dependen de las valoraciones de los comités
de evaluación o de los asesores externos. La equidad es una percepción personal. Los
planes retributivos basados en el puesto de trabajo parten de la premisa de que la em-
presa puede decidir lo que es justo para el empleado.
Estos inconvenientes han hecho que las empresas se planteen el cambio de enfoque de
sus sistemas retributivos, para hacerlos más dependientes de la persona, sus habilidades, co-
nocimientos y contribuciones a la organización.
171
Santiago Melián González
Como hemos comentado, no sólo importa cuánto se paga sino también cómo se paga. La
retribución variable se destina mayoritariamente a compensar el rendimiento de la persona.
Son los denominados incentivos, que consisten en una cantidad económica (salarial o en es-
pecie) asociada a logro de una medida de rendimiento. Con ello no se retribuye el puesto sino
el rendimiento del ocupante. También existe la posibilidad, muy poco usada, de retribuir por
la adquisición de habilidades o conocimientos, independientemente de que tengan una apli-
cación inmediata en el trabajo. Dado su baja aplicación, debido a que tiene grandes inconve-
nientes, nos centraremos en la retribución del rendimiento.
Las empresas pueden elegir entre pagar una elevada proporción de salario fijo o de retri-
bución variable en la retribución total. La mayoría de las empresas utilizan un sistema de re-
tribución eminentemente fija, porque reduce el riesgo tanto para el empleado como para el
empresario. Sin embargo, el sistema de retribución variable puede ser más beneficioso para
empresas pequeñas, en las que el riesgo es alto, además de en empresas con un personal joven
y profesional que está dispuesto a retrasar la recompensa a cambio de mayores ingresos en el
futuro, o en empresas que atraviesan dificultades de liquidez, y también en empresas que de
otra forma habrían reducido las plantillas, debido a la inestabilidad e sus ingresos (Gómez-
Mejía et al., 2001).
Por otra parte, y dentro de empresas que hacen un uso limitado de retribución variable,
los colectivos a los que se le suele aplicar esta modalidad son los directivos, el personal co-
mercial y los de producción. En cuanto a su importancia relativa, esta aumenta también según
el nivel jerárquico y la retribución total de sus perceptores. Así, mientras a nivel directivo
puede suponer en torno al 25-30% del salario total, para empleados que ganan menos de
25.000 euros de salario, la retribución variable está alrededor 5-10%.
La retribución variable ha experimentado un considerable auge en los últimos años en Es-
paña, debido al marco económico de mayor competencia y de menor inflación. Así, en nues-
tro país, las retribuciones variables han experimentado: (1) un crecimiento en el peso que
tienen en la retribución total en prácticamente todos los grupos profesionales; (2) una exten-
sión a prácticamente todos los colectivos laborales; y (3) un aumento en la diversidad de con-
ceptos variables (Puchol, 2001; Arraiz, 1999).
En el siguiente apartado analizaremos los tipos de recompensas que los empleados pue-
den recibir por realizar su trabajo con eficacia. Los expondremos en función de si retribuyen
el rendimiento individual o el colectivo.
Una empresa tiene a su disposición tantos planes de incentivos como se le ocurran para re-
compensar el rendimiento. Estos planes se pueden clasificar en dos tipos: individuales y colec-
tivos, según su nivel de agregación. Todos estos planes tienen sus ventajas e inconvenientes y
son eficaces en determinadas circunstancias, pero no en todas. Probablemente, como comen-
tamos anteriormente, la mejor solución sea combinar varios de estos planes.
172
Dirección de Recursos Humanos
Los planes en los que se paga según el rendimiento individual son los más utilizados.
Entre los más comunes estaría la retribución por méritos, que consiste en un aumento del sa-
lario fijo que depende de las calificaciones de la evaluación del rendimiento realizada por los
supervisores o por otros valoradores. Cuando se ha concedido una subida por méritos a un
empleado, permanecerá como parte de su salario base el resto del tiempo que el empleado
permanezca en la empresa. Sin embargo, a pesar de que este es el sistema tradicional, cada
vez se utiliza más el incentivo, ya que al ser independiente del salario fijo o base, supone un
riesgo menor para el empresario, porque no queda incorporada al salario una vez que se gana.
También se incluirían entre los planes individuales, como incentivos, los planes de pago a
destajo, dentro de los cuales, al menos por su funcionamiento, podemos incluir las comisio-
nes que se pagan sobre todo al personal comercial. Estos sistemas consisten en pagar al em-
pleado una tasa o porcentaje por unidad producida o vendida, ya sea en unidades físicas o
monetarias en el caso de las unidades vendidas.
Otros planes son las primas o bonos vinculados al cumplimiento de objetivos, consisten-
tes en una cantidad global que se paga cuando se alcanzan o se superan niveles predetermi-
nados de rendimiento. Es la forma más habitual de administrar la retribución variable y lo
normal es que se asocie a los resultados de la evaluación del rendimiento. Por lo tanto, puede
haber diferentes cantidades en función del nivel de rendimiento alcanzado. Supongamos que
a un Jefe de Cocina le ponen como objetivo de rendimiento la reducción de costes de mate-
rias prima y tiene un bono anual por ello. Puede darse la siguiente situación:
– Reducción de > 35%: 5000 €
– Reducción entre 25 y 34%: 3000 €
– Reducción entre 20 y 24%: 1500 €
– Reducción < 20%: 0 €
El bono es de 5000 € pero sólo si alcanza el máximo rendimiento. Esto se hace porque
sería injusto y, sobre todo, desmotivador, que la persona redujera los costes en un 32% y no
percibiera nada.
Lo normal es que los bonos tengan una percepción anual o inferior (por ej., semestral).
También las comisiones son retribución a corto plazo, pues suelen percibirse mensualmente.
Cuando la retribución variable se percibe tras un periodo superior al año se denomina retri-
bución diferida a largo plazo. Un tipo son los bonos plurianuales: bonos en plazo superiores
al año. Otra posibilidad es la retribución con acciones, permitiendo la participación en el ca-
pital de la empresa. Aunque no tiene por qué ser retribución a largo plazo suele usarse de esta
manera. Un caso especial de retribución con acciones son las stock options. Están dirigidas
principalmente a directivos y son una opción de compra sobre las acciones. Consisten, bási-
camente, en ofrecer a los empleados un número limitado de acciones a un precio fijo que no
variará en un periodo de tiempo que suele ir de 3 a 5 años. Una vez transcurrido este tiempo,
el titular tiene derecho a comprar, al precio fijado de antemano, el número de acciones que
pactó en su día Así, dependiendo de cómo haya evolucionado el valor de las acciones de la
173
Santiago Melián González
empresa en la bolsa durante el tiempo establecido, el trabajador optará por ejercer o no su de-
recho de compra. Si al cabo de los 3 o 5 años ha subido el valor, el empleado adquirirá las ac-
ciones al precio inicial, obteniendo una plusvalía mayor o menor en función de la diferencia
entre el precio pactado y el valor final. Si el valor de la acción después del tiempo marcado es
inferior al valor prefijado el empleado no ejercerá su derecho a compra, ya que en este caso
perdería dinero. El objetivo de la retribución con acciones es fidelizar al trabajador, debido a
su horizonte a largo plazo y a que se siente partícipe de la empresa. También es una modali-
dad directamente ligada al valor de la empresa, por lo que incentiva a que se trabaje por los
buenos resultados de la misma.
En los planes colectivos los incentivos retribuyen, mediante diversos criterios, por el ren-
dimiento que alcanza un grupo o equipo a partir del desempeño cooperativo de un conjunto
de personas. Al igual que los incentivos individuales, los resultados se pueden medir de forma
objetiva o subjetiva. En el caso de los equipos, algunas empresas permiten que éstos decidan
cómo van a distribuirse las recompensas entre ellos. En este caso, serían los trabajadores y no
la supervisión los que decidirían la cuantía que tienen que recibir los miembros del equipo en
función de sus contribuciones.
Los planes de incentivos para equipos presentan dos grandes ventajas: (1) fomentan la
consistencia del grupo, porque apoyan una meta común para todos los que trabajan de forma
cooperativa; y (2) facilitan la medición del rendimiento, ya que no hay que aislar las contribu-
ciones individuales para saber lo que ha aportado el equipo. Sin embargo, estos planes tam-
bién presentan problemas (Gómez-Mejía et al., 2001; Milkovich y Newman, 1997; Arraiz,
1999): en muchas empresas el trabajo sigue siendo de corte eminentemente individual; com-
portamientos oportunistas (por ej., gorrones, que se aprovechan del trabajo de los demás); y
la dificultad de asignación a un equipo debido a la pertenencia o relación con más de uno.
Así, los incentivos de grupo son adecuados cuando realmente se trabaja en equipo, estos
gozan de cierta autonomía, los trabajadores están motivados y comprometidos con su trabajo
y la organización hace hincapié en los objetivos del grupo (Gómez-Mejía et al., 2001; Milko-
vich y Newman, 1997; Arraiz, 1999).
Mención aparte merecen los planes colectivos a nivel del conjunto de la empresa, que re-
compensan a los empleados según el rendimiento de toda la organización. El más utilizado
es la participación en beneficios, que consiste en repartir una parte de las ganancias reflejadas
contablemente entre los empleados. En este sentido son planes muy mecánicos, ya que no in-
tentan fomentar la participación de los empleados y el reparto se realiza utilizando una fór-
mula que asigna una proporción de los beneficios declarados. También entrarían en este
grupo los incentivos basados en la participación en el capital de la empresa. Estos planes re-
compensan a los empleados con acciones de la empresa gratis o a un precio favorable por de-
bajo del valor del mercado (Arraiz, 1999).
La intención de ambos tipos de planes de nivel empresarial es vincular la marcha de la em-
presa a los ingresos de sus trabajadores. Estos planes tienen claras ventajas (Pérez y Rodrigo,
1998b), como la flexibilidad financiera que ofrecen a la empresa, ya que ambos tipos son re-
174
Dirección de Recursos Humanos
tribución variable. Además, se puede conseguir un mayor nivel de compromiso de los emplea-
dos, ya que se identificarán más con la empresa. Por otra parte, el Estado ofrece ventajas fis-
cales a los individuos por la posesión de acciones de la propia empresa cuando es dicha
empresa la que las entrega cumpliendo ciertas condiciones. Sin embargo, también tienen sus
inconvenientes (Milkovich y Newman, 1999), que se centran en el riesgo que asumen los em-
pleados, en su limitado efecto sobre la productividad ya que hay muchos factores externos
que afectan a los beneficios de la empresa y al valor en bolsa de sus títulos, así como en las li-
mitaciones financieras futuras que puede contraer la empresa al destinar importantes porcen-
tajes de sus beneficios a incentivos. Por todo ello se suelen combinar con incentivos de nivel
individual.
La mayoría de los trabajadores opina que los que más y mejor trabajan deberían cobrar
más. Si los empleados perciben con claridad que en la empresa en la que trabajan se da esa
premisa, estarán más dispuestos a comprometerse con la organización, estarán más motiva-
dos y no buscarán una oportunidad laboral en otras organizaciones. Esto es algo aceptable y
claro. Sin embargo, hay multitud de experiencias y casos que nos dicen que los sistemas de
incentivos pueden crear muchos problemas a las empresas (Chiavenato, 2000; Milkovich y
Newman, 1997). Los mismos se analizan a continuación.
Destacamos los siguientes:
• Los empleados sólo hacen lo que les pagan por hacer. Los empleados pueden atender
exclusivamente al cumplimiento de criterios por los que se les retribuye, dejando a un
lado otros elementos del trabajo que no se miden. Incluso pueden llegar a falsear o ma-
nipular la información para que su actuación sea bien considerada.
• Efectos negativos sobre la cooperación. Los sistemas de incentivos cuya entrega de-
pende de una competición entre compañeros puede generar que los empleados oculten
información o incluso que saboteen a los compañeros.
• Falta de control sobre los resultados. Como ya comentamos, los empleados no pueden
controlar todas las variables que influyen en su rendimiento, como son los jefes, las ac-
tividades de la competencia o la calidad de los materiales con los que se trabaja.
• Derechos adquiridos y contratos psicológicos. Una vez implantado un sistema de retri-
bución por rendimiento, cambiarlo puede ser fuente de conflictos, ya que los emplea-
dos pueden darlo como un derecho adquirido a percibir la recompensa estipulada. De
ahí que cuando las condiciones cambian, esta consideración puede restar flexibilidad a
la gestión retributiva.
• Estrés laboral. Los sistemas de retribución por rendimiento pueden generar una menor
satisfacción laboral, debido a que obliga a muchos empleados a trabajar más presiona-
dos para cumplir con los objetivos o estándares de rendimiento. Además, si fomenta la
competitividad entre compañeros puede estropear el clima laboral.
• Reducción de la motivación intrínseca. Si una organización se centra demasiado en la
retribución para intentar modificar el comportamiento, podría hacer que los empleados
175
Santiago Melián González
dejaran de estar motivados por su propio trabajo y sólo por obtener las recompensas.
Esto se traduce en una menor participación e implicación en otras actividades y com-
portamientos que benefician a la organización pero no tienen una recompensa explí-
cita. Por ej., un vendedor que recibe una comisión por vender como único elemento
retributivo, no estará muy dispuesto a realizar tareas de servicio post-venta o a admitir
las devoluciones de los clientes, puesto que le restan tiempo para dedicarlo a las ventas
y, además, no recibe compensación por ello.
Para evitar estos y otro problemas se ofrecen las siguientes recomendaciones (Milkovich
y Newman, 1997; Gómez-Mejía et al., 2001):
• Identificar las relaciones adecuadas entre remuneración y rendimiento. Por ej., yo
puedo pagar a un mecanógrafo en función del número de páginas mecanografiadas
siempre y cuando pueda trabajar a su propio ritmo. Sin embargo, si en su trabajo tienen
frecuentes interrupciones, porque tienen que responder al teléfono o atender a clientes
que visitan la oficina, no se debería pagar por el número de páginas (por ej., a destajo).
• La retribución debe formar parte de un sistema coherente de prácticas de RRHH. Por
ej., un buen sistema retributivo que dependa de jefes que no saben, o no quieren, eva-
luar correctamente, se desmoronará. Al igual que un sistema de recompensas que pre-
mie el esfuerzo colaborativo cuando el trabajo está organizado de forma individual.
• Fomentar la confianza de los empleados en el sistema retributivo. Esto se puede hacer
relacionando de forma clara y pública la retribución y el rendimiento.
• Combinar incentivos individuales y colectivos. Cada uno de ellos tiene sus ventajas e
inconvenientes pero, utilizados de forma conjunta y vinculándolos de alguna forma, los
resultados mejoran. Por ej., una cadena de venta de ropa de moda joven utiliza un sis-
tema de incentivos individual basado en las ventas, cuya materialización se produce
sólo cuando cada tienda consigue sus objetivos colectivos. Esto fomenta el esfuerzo in-
dividual, pero también la colaboración porque nadie gana nada si la tienda no alcanza
el nivel de ventas esperado.
• Aumentar la participación de los empleados. Cuando los empleados no creen en el plan
retributivo, no harán especiales esfuerzos para que funcione. Una de las mejores for-
mas para conseguir que los individuos acepten de buen grado el plan retributivo es que
participen en su diseño. Esta participación mejorará su comprensión del sistema, au-
mentará su compromiso y logrará un mejor ajuste entre las necesidades individuales y
el diseño de la retribución. Permitir la participación no es lo mismo que permitir que
los empleados repartan las recompensas. Sin embargo, los directivos pueden fomentar
la aportación de sugerencias o bien pueden establecer un sistema formal de quejas que
permita que aumente la percepción de justicia del sistema.
• Utilizar la motivación intrínseca y los incentivos no económicos. Las recompensas no
económicas son también muy eficaces para motivar a los empleados. Aunque el dinero
es una fuerte motivación, no es igual de eficaz para motivar a todos los empleados.
Estas recompensas atractivas pueden ser el reconocimiento público y privado, los car-
gos honorarios, las mayores responsabilidades laborales, la formación, o un diseño de
176
Dirección de Recursos Humanos
puesto que dé más autonomía a los empleados. No hay que olvidar que estos medios
pueden ser más baratos y más eficaces que una gratificación, sobre todo cuando hay
mucho que agradecer y un presupuesto limitado.
177
Santiago Melián González
ACTIVIDADES
1. Calcula cuanto sería el coste mensual aproximado de contratar a una camarera de piso
cuyo salario mensual es de 1100 euros.
2. Redacta tres preguntas que harías sobre el salario que pagan otras empresas para averi-
guar la competitividad de un salario.
3. Describe cuatro factores, con sus correspondientes subfactores, que crees que servirían
para valorar los puestos de trabajo de un hotel, con el fin de lograr retribuciones equi-
tativas internamente.
178
Dirección de Recursos Humanos
BIBLIOGRAFÍA
Arraiz, J. I. (1999). Retribuir el Futuro. Guía Práctica de la Retribución en España. Madrid: Hay
Group - Santillana Profesional.
Chiavenato, I. (2000). Administración de Recursos Humanos. Colombia: McGraw Hill.
Gómez-Mejía, L.; Balkin, D. y Cardy, R. (2001). Dirección y Gestión de Recursos Humanos. Madrid:
Prentice Hall.
Lawler, E. E. (1986). La Retribución: Su Impacto en la Eficacia Empresarial. Editorial Hispano Eu-
ropea. Colección ESADE. Barcelona.
Melián González, S. y Verano Tacoronte, D. (2004). Manual para la Asesoría en Gestión de Recursos
Humanos. Fundación Universitaria de Las Palmas y Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria.
Milkovich, G. T. y Newman, J. N. (1997). Compensation (5th edition). Boston: Irwin.
Peña Baztán, M. (1993). Dirección de Personal. (6ª edición). Barcelona: Editorial Hispano Europea.
Puchol, L. (2000). Dirección y Gestión de Recursos Humanos (4ª edición). Díaz de Santos.
Rock, M. L. y Berger, L. A. (1990). The Compensation Handbook (3ª edición). Boston: McGraw-Hill.
179
Santiago Melián González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
2. La retribución en especie:
a) No se considera salario.
b) No puede aplicarse a todos los puestos.
c) No puede suponer todo el salario del trabajador.
d) No puede darse como un incentivo.
3. La equidad interna:
a) Retiene a los trabajadores ante ofertas de la competencia.
b) Se determina con la valoración de puestos.
c) Compensa los mejores rendimientos.
d) Se basa en incentivos.
6. Un bono.
a) Es sólo para directivos.
b) Es un porcentaje sobre ventas.
c) Su uso es a sólo corto plazo.
d) Puede incluir diferentes importes salariales.
180
Dirección de Recursos Humanos
9. ¿Qué factor de los siguientes serviría para establecer la equidad salarial interna de los
puestos de un restaurante?
a) La formación que poseen los trabajadores.
b) La categoría del restaurante.
c) La dificultad que conllevan las tareas que hay que realizar.
d) La escasez de trabajadores para cubrir los puestos.
10. Un posible problema al retribuir con comisiones sobre las ventas a trabajadores con ta-
reas comerciales es:
a) Desmotivación porque no se tiene en cuenta las diferencias entre los trabajadores.
b) Desmotivación porque no hay control sobre factores que pueden afectar al resultado.
c) Desmotivación porque no se considera el esfuerzo realizado.
d) Desmotivación porque la categoría profesional limita la retribución.
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Santiago Melián González
1. d.
2. c.
3. b.
4. a.
5. b.
6. d.
7. b.
8. d.
9. c.
10. b.
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Dirección de Recursos Humanos
GLOSARIO
Acción: parte alícuota del capital social de una empresa o sociedad anónima. Las acciones son
las partes iguales en las que se divide el capital social. Estas partes son poseídas por per-
sonas o sociedades, que reciben el nombre de accionista, y representan la propiedad que
cada propietario tiene de la empresa, es decir, el porcentaje de la empresa que le pertenece
al accionista.
Contrato psicológico: percepción que ambas partes, empleador y empleado, tienen en relación al
empleo, la organización, la persona, las promesas y las obligaciones reciprocas que con-
lleva la relación de trabajo.
Estrés laboral: conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y comportamentales
del trabajador a determinados aspectos negativos del trabajo y de sus condiciones.
Retribución en especie: salario basado en bienes o servicios distintos del dinero.
Motivación intrínseca: motivación generada por la realización del trabajo.
Retribución variable: salario que varía en función del algún criterio relacionado con el rendi-
miento.
Salario: totalidad de las percepciones económicas de los trabajadores, en dinero o en especie,
por la prestación profesional de los servicios laborales por cuenta ajena, ya retribuyan el
trabajo efectivo, cualquiera que sea la forma de remuneración, o los períodos de descanso
computables como de trabajo.
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