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Ocio y recreación en La Chimba: Análisis histórico y arquitectónico de los teatros y

cines en la zona norte de Santiago

KARLA ANDREA PINCHON MARÍN · Arquitecta UTEM, Especialista en Conservación y Restauración Arquitectónica UCH

CARMEN GLORIA SILVA PENROZ · Arquitecta UCHILE, Especialista en Conservación y Restauración Arquitectónica UCH

RESUMEN

Los lugares de ocio y entretención de los santiaguinos durante la primera mitad del siglo XX fueron
teatros y cines. Junto con la exhibición de cortos y películas, los teatros conformaban el centro de
la actividad social, funcionando como lugares de encuentro, entretención y ocio para fines sociales,
políticos, educativos, entre otros.

La Chimba y la zona norte de Santiago no fueron ajenos a esta realidad, albergando varios
edificios teatrales en sus ejes estructurantes, como Independencia y Recoleta, además de
espacios de menos escala para los barrios consolidados.

La investigación se centra en dilucidar los puntos de desarrollo de la arquitectura del ocio en la


zona norte de Santiago, barrios que se configuraron como parte del circuito bohemio de la capital
durante gran parte del siglo XX.

Palabras claves: Ocio, La Chimba, Teatros, Cine, rearquitecturización

INTRODUCCIÓN

Si bien en sus inicios los edificios teatrales en Chile acogían representaciones de carácter
escénico, como obras teatrales, óperas, ballet y conciertos musicales, con la llegada del siglo XX y
sus avances tecnológicos, estos usos comienzan a dar lugar a las exhibiciones cinematográficas,
que en un primer momento correspondían a la proyección de cortos para amenizar la espera o
entremedio de las funciones, para posteriormente, convertirse en la principal atracción de estos
espacios.

En Santiago, la actividad teatral tuvo su apogeo entre las décadas de 1920 y 1940, época en que
se construyeron aproximadamente 65 teatros1 en el gran Santiago, los que responden a ciertos
patrones de localización: los Teatros de Centro, ubicados en el casco histórico de Santiago,

1
Campos, A. (2002). Cines en Santiago. Seminario de Investigación Depto. Historia, FAU. Profesor Guía: Patricio Basáez. Santiago de Chile,
Universidad de Chile.
caracterizados por ser edificios de mayor escala, los Teatros de Eje, en avenidas o calles
estructurantes y los Teatros de Plaza, emplazados al interior de los barrios y asociados a plazas
donde se concentraba la infraestructura comunitaria y servicios para los vecinos. Posteriormente,
entre las décadas de 1950 y 1970, se construyeron edificios especialmente para cine, ya sin ese
uso mixto tan común en las décadas anteriores.

Como hogar de la bohemia y el ocio popular de la ciudad desde tiempos de la Colonia, en las
primeras décadas del siglo XX se comienzan a construir teatros y espacios para la proyección de
películas en lo que era la Chimba y sus alrededores. El origen de los edificios teatrales en la zona
norte de Santiago son variados, desde iniciativas de empresarios teatrales, como el Teatro
Princesa, a acciones de privados para dotar de infraestructura de ocio para la población del sector,
como el Teatro Libertad. Los cambios sociales, culturales, económicos, entre otros, que trajo la
década del `70, los provocaron que los cines empezaran a tener menos público, perdiendo de
paulatinamente su condición de necesidad para la comunidad.

Igual como sucedió en el resto de la ciudad, los teatros y cines de la zona de norte fueron cerrados,
cambiaron su uso, abandonados o en el peor de los casos, demolidos para dar espacios a nuevas
construcciones. A través del análisis, se pretende mostrar la historia y estado actual de 11
exponentes de la arquitectura del ocio en la zona norte de Santiago.

ÁREA DE ESTUDIO

El área norte de la ciudad de Santiago tuvo un desarrollo distinto al área central ubicada entre los
brazos del río Mapocho. Mientras que en el casco fundacional, el trazado con su trama ortogonal y
solares marcaron su estructura hasta el día de hoy, en la Chimba2 el desarrollo fue orgánico, sin
las normas y criterios de la zona central. Junto con esto, en los extramuros o arrabales de la
ciudad, se establece un área de servicios anexa, con iglesias, conventos, monasterios, mercado de
abastos, hospitales y cementerios, además de parte de la actividad agrícola que surte a la ciudad,
en varias chacras y quintas.

En términos de localización, el área histórica de la Chimba se encuentra emplazada en la ribera


norte del río Mapocho. Con una superficie de 3 km2, sus límites son: el Cementerio General y el
Cerro Blanco por el norte; la avenida Fermín Vivaceta por el poniente; el río Mapocho por el sur; y
la calle Pío Nono y parte de la zona poniente del Cerro San Cristóbal por el oriente3.

Para efectos de este estudio, hemos considerado tanto el área de la Chimba como la zona norte de
las comunas de Recoleta e Independencia y la zona sur de la comuna de Conchalí (calle El Olivo
hacia el sur), sectores que tuvieron un potente desarrollo económico, habitacional, social y cultural
entre las últimas décadas del siglo XIX -en especial después de la construcción de los puentes
metálicos sobre el río Mapocho que conectó esta área con el resto de la ciudad- y la primera mitad
del siglo XX -con la construcción y desarrollo de poblaciones y barrios obreros-.

2
Vocablo quechua que significa “la otra orilla”. Se utilizaba para referirse al lugar o asentamientos que se ubican al otro lado del río, en el
caso de Santiago, del río Mapocho.
3
Quilodrán, C., Sahady, A. & Bravo, M. (2014). Estudio del norte de Santiago de Chile mediante Cartografía Histórica: La Chimba entre los
siglos XVI y XIX. Revista Papeles de Geografía, (59-60), pp. 137-156.
Figura 1. Delimitación área de estudio: sector La Chimba y área anexa. Elaboración propia en base a
datos cartográficos del portal de Infraestructura de Datos Geoespaciales de Chile, IDE-Chile, 2019.

METODOLOGÍA

La metodología utilizada responde a la búsqueda de exponentes teatrales en barrios de la zona


Norte de Santiago, a partir de un catastro tipológico de los inmuebles, su evolución y contexto
urbano. Las estrategias utilizadas para la obtención de información contemplan la revisión de
fuentes primarias, como planimetría histórica y actual de los inmuebles y su contexto, planchetas
catastrales, fotografías, visitas a terreno para constatar el estado actual de los edificios y su
contexto, leyes, ordenanzas, entre otros y fuentes secundarias, como bibliografía, publicaciones
inéditas, periódicas y no periódicas. Esa información se procesará a partir de una metodología
tipológica, que se divide en tres etapas:

- Etapa descriptiva: se define el contexto histórico, social y urbano, para entender la


inserción de los edificios teatrales en la zona norte, el aporte estatal o de privados para el
desarrollo de los mismos, junto con determinar los rasgos característicos del lugar y su situación
actual a nivel general.

- Etapa catastral: se define el catastro de los edificios teatrales de la zona norte de Santiago,
su tipología y el contexto urbano-social, así como su estado de conservación y uso actual.
- Etapa analítica: se reflexiona y analizan los cambios que han sufrido estos edificios, que
abarcan desde el cambio de uso a la demolición, las razones de su rearquitecturización y los
cambios sociales y urbanos en su contexto, para así responder las preguntas de la investigación
realizadas.

LOS TEATROS EN SANTIAGO

En Chile, los inicios de las salas de exhibición datan de fines del siglo XIX. Estos primeros intentos
consistían en la proyección de cortos cinematográficos, de noticias del mundo o historias de corta
duración, en que se aprovechaban las salas de teatro existentes en la última década del siglo XIX y
las primeras del siglo XX. Los cortos servían para amenizar la espera de la función teatral y fueron
instalándose de forma progresiva hasta compartir uso en este tipo de construcciones.

Durante el siglo XIX se construyeron varios edificios teatrales en la zona fundacional de la ciudad,
pero fue a comienzos del siglo XX donde se masifica su construcción, son las décadas de 1920 y
19304 las más prolíficas en edificios de uso mixto (teatro y cine) y la década de 19505 en la
construcción de edificios dedicados a cine, pero que mantienen en su mayoría el nombre de
Teatro. Las salas de teatro, algunas cumpliendo la doble función de teatro y cine; y también las
posteriores salas de cine cumplen con ciertas condiciones de emplazamiento y tamaño, que
clasifican a los teatros en6:

a. las Salas de Centro, de gran tamaño y con funciones mixtas,


b. los Teatros de Barrio de grandes dimensiones y capacidad; y
c. los Teatros de Barrio pequeños, ubicados en el interior de barrios consolidados,
cercanos a plazas y áreas verdes

Este patrón de emplazamiento se repitió en todo Santiago, inclusive en el pericentro y la periferia.


Los teatros de barrio, en especial los pequeños, configuran el núcleo de la actividad social y
cultural de la sociedad santiaguina, siendo el lugar donde se desarrolla la vida social de las
comunidades aledañas, las que se congregaban en estos espacios no solo para las funciones de
cine o teatro, sino también para reuniones comunitarias y educativas, ceremonias y mítines
políticos, actividades que motivaron la entretención de masas, cultura, arraigo e identidad local.

En los años 30, el cine se configuraba como la actividad de entretención principal de los
santiaguinos, su carácter masivo otorgaba grandes beneficios económicos a los empresarios
teatrales. En esta época, varios de los teatros poseían un uso mixto, una doble funcionalidad de
teatro y cine. Para esto, los recintos interiores de los espacios teatrales tuvieron que ser
adaptados, sufriendo las primeras transformaciones en su morfología original. Este tipo de uso se
mantiene vigente hasta mediados de 1960, sin embargo, de igual forma se construyen edificios
dedicados solo a la exhibición de películas.

4
Campos, A. (2002). Cines en Santiago. Seminario de Investigación Depto. Historia, FAU. Profesor Guía: Patricio Basáez. Santiago de Chile,
Universidad de Chile.
5
Ídem.
6
Fuenzalida, O., Rosende, G. (1980). Arquitectura de los Cines de Santiago. Seminario de Investigación Depto. Historía, FAU. Profesor Guía:
Ignacio Salinas. Santiago de Chile, Universidad de Chile.
En la década de 1960, se inicia el declive de la industria cinematográfica producto de distintas
razones, siendo la más importante la irrupción de la televisión como formato masivo posterior al
Mundial del ‘62, celebrado en el país y con transmisiones en vivo. El teatro, y el cine, eran parte
importante de la bohemia santiaguina desde inicios de los años `20, pero en los años 60, los
teatros comienzan a usarse para nuevas actividades, como espectáculos revisteriles, formando un
nuevo espacio de sociabilidad popular.

Los años 70 visibilizan una realidad que afecta a los cines y teatros desde hace una década
aproximadamente: los cines cada vez tenían menos público y pierden su condición de necesidad
para la comunidad producto de cambios de sociales, culturales, políticos y en especial, de tipo
económico. Varios cines cierran sus puertas, mientras que algunas salas del centro y de galerías,
cambian su programación a películas para adultos. Algunos teatros, como el Princesa de Recoleta
y el Parque Cousiño de Santiago, continúan con espectáculos de revista, formando un circuito
bohemio con presentaciones de vedettes y comedia.

En la actualidad, gran parte de los cines y teatros de Santiago construidos hasta la década de 1970
se encuentran subutilizados como bodegas, abandonados o en el peor de los casos, demolidos.
Sin embargo, podemos encontrar varios casos de rearquitecturización y cambios de uso, siendo
algunos edificios convertidos en tiendas comerciales, espacios de culto de la religión evangélica,
centros culturales o discotecas, y un par de casos, espacios que han sido reacondicionados para
teatro o cine, volviendo a su uso original.

EL OCIO EN LA CHIMBA Y LA ZONA NORTE DE SANTIAGO

La Chimba (“la otra orilla” en quechua), ubicada en el sector norte de la ciudad de Santiago, en la
ribera norte del río Mapocho, se configura como un área histórica de la ciudad de Santiago. Su
poblamiento se remonta a la época precolombina, siendo una de las zonas de paso del llamado
Camino del Inca.

Producto de la presencia del río Mapocho, La Chimba y el área norte se constituían como una zona
distante del centro fundacional, con un desarrollo urbano que no correspondía a los criterios
formales y normas que prevalecieron en la configuración y poblamiento del área central de la
ciudad. Junto con esto, desde la colonia adquiere un carácter de servicios, estableciéndose
iglesias, conventos, cementerios, hospitales y mercado de abastos, esto asociado a una marcada
condición popular siendo lugar de chacras, viñas7 y de los habitantes más humildes de la naciente
ciudad.

Este carácter popular se acrecienta en el siglo XIX con el asentamiento de vendedores de diversas
mercaderías, actividad que se remonta a la época de la Colonia, en lo que después pasaría a
llamarse la “Vega Central”, que también trae aparejado la aparición de chinganas, burdeles y otros
espacios de entretenimiento popular, inclusive, en el siglo XX se ubicó un teatro en sus
inmediaciones. Posteriormente, a estos espacios se suman bares, quintas de recreo y otros
espacios, todos con una impronta popular, sin la opulencia y espectáculos de los lugares a los que
concurría la élite santiaguina, como el Teatro Municipal, inaugurado a mitad del siglo XIX. La

7
Quilodrán, C., Sahady, A. & Bravo, M. (2014). Estudio del norte de Santiago de Chile mediante Cartografía Histórica: La Chimba entre los
siglos XVI y XIX. Revista Papeles de Geografía, (59-60), pp. 137-156.
distancia física otorgada por el río Mapocho propicia la idea de que es un buen lugar para
divertirse, atrayendo a visitantes de las diferentes clases sociales santiaguinas.

En paralelo, esta distancia con el centro fundacional le da un carácter retirado a Recoleta, lo que
fue aprovechado para instalar el Cementerio General en el año 1821, iglesias y conventos. A
mediados del siglo XIX, al frente del Cementerio General se emplaza el histórico bar “El
Quitapenas”, de esta forma, conviven los usos de servicios y de ocio en un territorio marcado por lo
popular y lo religioso.

En el año 1872, Benjamín Vicuña Mackenna es designado Intendente de Santiago por el


presidente Errázuriz. Vicuña Mackenna desarrolla varios proyectos en la capital, generando un
proceso de mejoramiento y reurbanización de lo que él llamó la “ciudad ilustrada”, canalizando el
río Mapocho, reformando el Cerro Santa Lucía como paseo de carácter público y delimitando el
área urbana con la construcción del Camino de Cintura8. Parte de sus reformas contemplan la
expulsión de las personas de bajos recursos y mendigos hacia La Chimba y ordena suprimir las
chinganas públicas en toda la capital, lo que provocó estragos tanto en La Chimba como en la
antigua Alameda de los Monos9, donde se ubicaban preferentemente las chinganas en la capital.
Para ordenar los espacios de ocio y entretención, a los mendigos, apostadores en peleas de
animales y a quienes se dedicaban al comercio sexual, el Intendente Vicuña Mackenna crea las
“casas de diversión pública”. Pese a los intentos del intendente, las chinganas y burdeles siguieron
en funcionamiento, que marcadas por la clandestinidad, otorgaban mayor entretenimiento a sus
asiduos clientes.

Los cambios en el sector norte de la ciudad se acrecentaron en las últimas décadas del siglo XIX,
con la canalización del río Mapocho, obra finalizada en el año 1891, que además de contener las
crecidas del río, otorgó mejor conectividad con la zona central y sur de la ciudad por la
construcción de los puentes de acero en puntos estratégicos - y en reemplazo de los antiguos de
madera -. El dotar de mejor conexión a la zona norte generó no solo un flujo mayor de personas a
esta zona, sino que acelera el creciente proceso de poblamiento de los barrios ubicados al norte de
las actuales comunas de Recoleta e Independencia y de la actual comuna de Conchalí.

Ya en el siglo XX, el carácter popular de La Chimba y el resto de la zona norte se afianza con la
aparición del Hipódromo en el sector de La Palma, además de la creación de diversos barrios y
poblaciones obreras. Esto propicia la llegada de establecimientos y equipamiento para los nuevos
barrios, como plazas, teatros, canchas deportivas y comercio.

Los diversos teatros que se emplazaron desde la década de 1920 en las avenidas Recoleta,
Independencia y Vivaceta principalmente, como los teatros Princesa, Capitol y Libertad, generaron
focos de desarrollo cultural y se configuran como hitos de la vida social de los vecinos de los
barrios en que se ubican.

Hacia atrás del Hipódromo, por calle Vivaceta se ubicaron varias las quintas de recreo, bares y
burdeles. De los últimos, el más conocido fue la casa de la tía Carlina, un “personaje inevitable de
la Vivaceta remoledora fue Carlina Morales Padilla, la Carlina. Su sola mención origina sonrisas

8
Formado por las las avenidas Vicuña Mackenna, Matta, Blanco, Exposición y Matucana.
9
Actual Avenida Matta.
suspicaces en la gente de cuarenta para arriba”10. Este burdel fue uno de los más concurridos de
Santiago y dicen, cuna de varias vedettes y artistas de revistas.

El sector de Bellavista se perfila como un barrio artista y bohemio, cercano a los centros culturales
y lugares de encuentro de los artistas e intelectuales de Santiago, como son el Museo de Bellas
Artes y varias facultades universitarias, por lo que comienzan a instalarse en el sector diversos
bares y cafés. Esta impronta bohemia continúa hasta nuestros días, siendo uno de los barrios
donde se desarrolla no solo la vida nocturna, sino que las diferentes ramas artísticas, con galerías
de arte, talleres y espacios para espectáculos teatrales y musicales.

Ya en la década de 1970, los teatros, bares y burdeles de la zona norte de Santiago se configuran
como parte fundamental de la bohemia, en especial, en la época de la Dictadura. Muy recordado
es el Picaresque, antes Teatro Princesa, uno de los lugares para espectáculos cómicos y
revisteriles donde nacieron grandes figuras televisivas nacionales, como el humorista Daniel
Vilches.

Actualmente, varios de estos espacios de ocio siguen manteniendo su uso, como el bar El
Quitapenas, mientras que la gran mayoría han desaparecido. Algunos de los teatros y cines
continuaron su vida al servicio de la entretención, siendo utilizados como discotecas, mientras que
otros albergan lugares de culto para la religión evangélica o bodegas comerciales.

El barrio La Chimba y la zona norte de Santiago se configuran en su dualidad sagrada y profana, la


misma que ha perdurado a lo largo de dos siglos de historia y poblamiento.

10
Merino, R. (1997). Santiago de Memoria. Santiago, Chile: Editorial Planeta.
CATASTRO DE TEATROS Y CINES DE LA ZONA NORTE DE SANTIAGO

Tal como lo muestra la imagen a continuación, en el sector de La Chimba y sus alrededores se


instalaron once edificios teatrales que fueron construidos entres los años 1925 y 1950 y que
formaron parte del circuito cultural constituido por las calles Independencia y Recoleta, eje
recreacional que además se prolongaba hacia el centro y sur de Santiago, principalmente por la
calle San Diego.

*El periodo de vigencia se refiere al uso del edificio exclusivamente como Teatro o Cine.
**C. entrenamiento se refiere a Centro de Entrenamiento de Bomberos.
Figura 2. Localización teatros sector Norte de Santiago. Elaboración propia en base a datos
cartográficos del portal de Infraestructura de Datos Geoespaciales de Chile, IDE-Chile, 2019.
Los primeros en edificarse fueron los teatros Excelsior, Independencia, Capitol y Nacional, que
junto al Balmaceda (o Reina Victoria11) y el Recoleta (o Recoleta Cinema12), todos dentro del área
de La Chimba, se encontraban en pleno funcionamiento en el año 1931, tal como lo indica la
imagen a continuación que corresponde a la guía telefónica de ese mismo año.

Figura 3. Teatros en funcionamiento en el año 1931. Guía Telefónica año 1931.

Del Teatro Excelsior e Independencia no se


tienen más antecedentes que el de su
existencia, documentación recopilada en
diarios de la época13, guías telefónicas y en
seminarios de investigación. Caso contrario
al del Teatro Capitol, uno de los edificios más
emblemáticos de la comuna de
Independencia, ubicado dentro del cité del
mismo nombre, proyectado por los
arquitectos Manuel Parra y Oscar Galleguillos
en el año 1927 (La Ruta del Cité, 2015).

Figura 4. Vista interior del Cité, a la izquierda se observa el Teatro Capitol, con su portal en arco en el
acceso. Elaboración propia, 2016.

11
Otros nombres que se han encontrado de los edificios teatrales en cuestión.
12
Ibid.
13
Algunos del diario La Nación del año 1928, recopilados en la plataforma web “Cultura Digital” de la Universidad Diego
Portales.
Figura 5. Vista del edificio Teatro Capitol. Imagen recopilada del sitio urbatorium.blogspot.com

El Teatro Capitol forma parte del “Edificio Teatro Capitol”


Escenario que ocupa todo el frente oriente de la tercera manzana
(norte-sur) de la Av. Independencia. Fue concebido para
uso de actividades mixtas, siendo la residencial la
principal, acompañado de locales comerciales en el primer
piso y un teatro en su interior. Destaca la calidad estilística
de su fachada, simétrica y con un centro jerarquizado con
un portal en arco, con características tudor, desde donde
Platea se accede al cité y al teatro en cuestión.

El teatro por su parte, al igual que los teatros de escala de


barrio de la época, fue construido con una tipología “a la
italiana”14 en forma de “U”15, con una capacidad de 1200
espectadores. Acogió también funciones de cine,
comenzando sus rotativos desde las 14 horas y
encuentros políticos, donde se realizaban los congresos
Palcos del Partido Socialista durante el gobierno del Frente
Popular (Urbatorium, 2016).

Galería El edificio deja de funcionar como teatro y cine a mediados


de los años 60’, dadas sus condiciones volumétricas fue
utilizado como barraca de madera, actualmente funciona
como bodega de una fábrica de hielo.

Figura 6. Planta 3° nivel Teatro Capitol. Barreau, Carmen. Barreau, Cecilia. (1987). Arquitectura del
siglo XX en Chile: Teatros y Cines entre 1900-1930 en Santiago de Chile. Seminario de investigación.
Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

14
La organización interior del espacio obedece a la acción de un público enfrentando a un umbral a través del
cual se contempla la escena (Tu guía de Teatro. 2013)
15
La configuración en “U” se genera a través de butacas organizadas frente al escenario de forma de
semicírculo y dos sectores perpendiculares al escenario.
El Teatro Nacional, que fue construido en plena Av. Independencia, también formaba parte de los
teatros a la italiana en forma de “u”, tal como se observa en el corte transversal en la imagen
siguiente:

Galería

Palcos Proyección Cine


Escenario

Platea

Figura 7. Corte Transversal y Longitudinal Teatro Nacional. Fuenzalida, O. Rosende G. (1980).


Arquitectura de los Cines de Santiago. Seminario de investigación. Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

Es importante destacar que la primera adaptación que se


realizó en este tipo de edificios fue cuando el cine se
transforma en una actividad permanente, lo que significó la
incorporación de una cabina de proyección y sonido y la
abertura para su exhibición (Pinchon & Silva, 2016, p. 59).
A pesar de esta transformación, la forma en “u” de estos
edificios no fue la más eficiente, ya que los palcos laterales
quedaban inutilizables por la escasa visualización directa
hacia la pantalla.

El Teatro Nacional marcó un hito por su gran formato, con


influencias racionalistas y nacionalistas, expresado en el
tratamiento de fachada con ornamentos inspirados en
motivos araucanos (Aguirre, & Olguín, 1998, p. 24). El
edificio dejó de funcionar como teatro y cine a partir de 1970,
luego se adaptó para la venta de maderas de la distribuidora
Placacentro Masisa.

Según los datos de las imágenes satelitales de la plataforma


Google Earth, el último año en que se visualiza al volumen
es en 2008, periodo en que probablemente se demolió para
Teatro Nacional luego construir en su reemplazo un edificio de departamento
de 26 pisos que se mantiene vigente hasta el día de hoy.

Figura 8. Perspectiva del Teatro Nacional.


Revista Arquitectura y Arte Decorativo, n°6-7, año 1929.

Figura 9. Ubicación Teatro Nacional año 2008.


Google Earth, imagen del año 2008.
Por otra parte, estaban los teatros Balmaceda y Princesa o también conocido como Picaresque,
que pertenecieron al circuito de la Bohemia Capitalina junto a los teatros Bim Bam Bum y
Humoresque, ubicados en el centro de Santiago y que tuvieron su época de apogeo entre los años
1950 y 1970. Sus espectáculos principalmente se relacionaban con compañías de revistas y
comedias para adultos, donde desfilaron famosas vedettes nacionales e internacionales de la
época.

El Teatro de Revista surgió a partir de 1930, como una derivación de la zarzuela que se
presentaba como una serie de pequeños espectáculos montados uno tras otro, con el propósito de
ofrecer funciones variadas y abaratar costos. Este tipo de entretención se caracterizaba por el
protagonismo de vedettes que, con un amplio despliegue escénico y de sensualidad, interpretaban
diversos shows inspirados en los cabarets parisinos (Muguercia, 2010).

Figura 10. Teatro Balmaceda antes (1952) y después (2019). Primera imagen recopilada del Museo
Histórico Nacional, la segunda es de elaboración propia.

En la misma ubicación donde se encuentra hoy el Teatro Balmaceda, anteriormente se había


edificado el Teatro Hipódromo Circo que funcionó entre los años 1910 y 1930. Su actividad
principal se relacionaba con peleas de boxeo donde circularon los mejores boxeadores de
Latinoamérica, debido a la prohibición de sus países a las presentaciones masivas (Antón, 2016).

El Teatro Balmaceda se construyó con una atípica fachada principal, de líneas simples y
funcionales, donde destacaban sus ventanas redondas y su nombre con un elemento saliente en
forma de prisma. Apariencia que discrepaba totalmente de los ostentosos recintos teatrales de la
época.

Sus representaciones no sólo se limitaron a los shows de cabaret, también hubo espacio para el
teatro emergente, el humor y concentraciones políticas. Su actividad permanente duró
aproximadamente hasta los años sesenta, en los setenta sólo abría ocasionalmente. En los años
ochenta fue adaptado y reutilizado para la venta de hortalizas y en el año 2000 sufrió un incendio
que desmanteló gran parte de su estructura oculta detrás de su peculiar fachada. Actualmente se
encuentra en un notable abandono y en mal estado de conservación.
El Teatro Picaresque, anteriormente conocido como Princesa, tuvo su apogeo en el año 1956
cuando fue adquirido por Don Ernesto Sottolichio como escenario para las representaciones de la
Compañía de Revistas Picaresque. Se caracterizaba por ofrecer shows de tono más elevado y
vulgar que los del centro de Santiago. La Biblioteca Nacional en sus archivos históricos lo describe
como “un teatro de variedades, con plumas y lentejuelas, teatro y humor, pero menos refinado que
el Bim Bam Bum”. El humorista Daniel Vilches, activo participante de los espectáculos del teatro, lo
recuerda como un escenario de la gran bohemia que tuvo su apogeo en los años setenta, donde
se realizaban funciones rotativas todos los días comenzado a las 6 de tarde y terminando a las
10:45 de la noche, sus shows partían con un ballet de vedettes, sketch humorísticos y finalizaban
con funciones de striptease (Vilches, 2017).

Figura 11. Teatro Picaresque antes (s.f aprox 1960) y después (2019). Primera imagen recopilada del
sitio archivofortinmapocho.cl, la segunda es de elaboración propia.

El Teatro Picaresque, se estructura con un volumen de tres niveles y una planta rectangular, donde
acogía a plateas, palcos y galerías en una tipología “a la italiana” con balcones en forma de “u”.
Remata en una fachada de influencias art decó, con decoraciones simples y geométricas y un
acceso jerarquizado en galería que se adelanta por sobre la línea oficial. En general se encuentra
en buen estado de conservación, presentando algunas modificaciones con respecto a su estructura
original, las que se observan en la marquesina de acceso y la liberación de algunos elementos al
interior del volumen, realizadas para la adaptación del edificio a nuevos usos. Actualmente
continúa con actividades relacionadas con la entretención, pero ahora ligado a funciones de centro
de eventos y discoteca, que se mantiene permanente desde principio de los años 90.

El Teatro Recoleta, ubicado a tres cuadras al norte del Picaresque, fue uno de los primeros en
construirse en el sector de La Chimba. También se adaptó tempranamente para la incorporación
de proyecciones cinematográficas, razón por la que cambia su nombre a “Recoleta Cinema”.
Funcionó con su uso original hasta mediados de los años 60´s, posteriormente albergó diferentes
actividades hasta que en los últimos años de la década de los 90´s vuelve a abrir, pero ahora como
Discoteque “Melody”. (Cuevas, Espinosa, Facuse, Matus, Muñoz, s.f, p.69).
Figura 12. Teatro Recoleta Cinema (2019). Primera imagen de elaboración propia, la segunda
recopilada de los recursos 3D proporcionado por Google Maps (2019).

Tal como se observa en las imágenes anteriores, el teatro Recoleta Cinema presenta un notable
deterioro que se evidencia en el desprendimiento de elementos en sus fachadas, principalmente en
su coronamiento y la degradación por efectos antrópicos ocasionados por grafitis e intervenciones
posteriores. Por otra parte, la imagen satelital en 3D recogida por la plataforma de Google Maps,
deja en manifiesto el derrumbe de la estructura de techumbre de uno de los sectores del salón
principal.

Figura 13. Teatros Chile y Valencia (2019). Elaboración propia.

Los Teatro Chile y Valencia se presentan con una tipología similar, denominada “Coliseo”
(Aguirre, & Olguín, 1998), que consiste en edificios diseñados directamente para la proyección de
películas, en los que se elimina los balcones laterales de la configuración anterior en “u” y se
reemplaza por distribuciones de visión directa hacia el escenario. Se caracterizan por una
organización volumétrica en dos cuerpos;
- El primero ubicado sobre la línea oficial, de menor escala y estructurado en uno o dos
pisos. Desde este volumen se accedía al teatro y mezclaba sus funciones con locales
comerciales en sus recintos laterales.
- El segundo retranqueado, con un volumen alto y esbelto de tres niveles, que contenía
al salón principal y al escenario del teatro y con un tratamiento exterior sin estuco.
Por las condiciones volumétricas y el
relativo buen estado de conservación,
ambos edificios permanecen
actualmente con usos vigentes. El
Teatro Chile funciona como pub y
discoteque “Pinball House”, mientras
que el Teatro Valencia fue adaptado
en función de actividades de culto
para una Iglesia Evangélica.
Es importante destacar que estas dos
actividades son las que más se repiten
en los procesos de
rearquitecturización16 de los edificios
teatrales.

Figura 14. Interior del Teatro Valencia (2019). Elaboración propia.

El Teatro Libertad, uno de los últimos


en construirse en el área de estudio,
también fue diseñado con una
tipología de cine, con todos sus
palcos mirando directamente hacia el
escenario (ver imágenes siguientes).

Fue inaugurado en el año 1951, bajo


los dominios de la compañía de
seguros “La Previsión” y proyectado
por los arquitectos Federico Guevara,
Luis Gómez y Matías Pizarro.

Figura 15. Exterior Teatro Libertad (2019). Elaboración propia.

Visión directa al escenario

Figura 16. Planimetría 1° y 2° piso del Teatro Libertad.


Imágenes recogidas del sitio independenciacultural.cl

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“Término que resume la intención que se anida en cualquier tipo de actuación que se haga sobre la
materialidad de una obra arquitectónica”. SAHADY, Antonio. (1984). Precisiones conceptuales en torno a las
formas de rearquitecturas. Revista CA, N° 37, pág. 1-5.
Fue un proyecto prometedor ubicado en las lejanías del centro de Santiago, en el antiguo barrio
popular del Camino de las Hornillas, concebido por el gerente general de la compañía, que
anhelaba que sus trabajadores y vecinos tuviesen un cine y teatro con las mejores tecnologías. Se
convirtió en una de las salas con mayor capacidad: más de 2000 espectadores, más cómodas y
lujosas de la capital (Independencia Cultural, 2017). Cesó sus funciones como cine y teatro en el
año 1978, posteriormente fue utilizado como templo evangélico y en el año 2005 fue adaptado para
uso de bodega, función que cumple actualmente.

El Teatro Viena, ubicado en la comuna de Conchalí y uno de los más alejados del área de estudio,
difiere de las tipologías de teatros revisados anteriormente, ya que fue diseñado como una sala de
espectáculos de escala barrial que, junto a locales comerciales en su primer piso, significaban el
centro de esparcimiento social para la población Monterrey a fines de los años 40 (Municipalidad
de Conchalí, s.f).

Figura 17. Teatro Viena (2019). Elaboración propia.


Figura 18. Recorte del Anuario del Cuerpo de Bomberos de Conchalí del año 1955.

Desde su construcción ha tenido diversos usos; en los años 60 el edificio fue transformado en
oficinas y habitaciones residenciales, luego en los 90 se utilizó para las dependías del Registro
Civil de la comuna y posterior al 2000 ha sido utilizado como centro de entrenamiento de
bomberos, uso que ha generado su vertiginosa destrucción.

CONSIDERACIONES FINALES

La vida de una obra arquitectónica se encuentra determinada por los valores que perduran en el
tiempo, donde más allá de su estado de conservación o belleza estilística, destaca su capacidad
de adaptarse a nuevos ciclos funcionales. En el caso de los edificios teatrales, principalmente los
construidos en la primera mitad del siglo XX y de gran escala, su uso emigró definitivamente a una
nueva configuración de salas para la proyección de películas en formato multicine y para el caso
de las obras de teatros, en edificaciones menores como centros culturales o recintos
multifucionales.

De los edificios teatrales revisados anteriormente, en ningún caso perdura su uso original, la
mayoría se adaptó de manera esporádica a discotecas, bodegas o templos evangélicos. Siendo las
bodegas el uso menos provechoso para estas estructuras, sobre todo por la paulatina degradación
que generan en los inmuebles y al escaso arraigo de las comunidades con este tipo de actividades.
Cabe destacar que en el tiempo de apogeo de la bohemia de la Chimba, funcionaban más de 4
teatros en simultáneo, todos con ofertas recreativas distintas, en la que sus usuarios principales
eran los mismos vecinos de los barrios de sus alrededores, instalándose un profundo sentido de
pertenencia e identificación social que actualmente se ha perdido por completo. Actualmente sólo
existen un par de centros y sitios itinerantes donde se generan esporádicamente algunas
actividades de carácter cultural.

A pesar de la identificación de La Chimba y sus alrededores, a lo largo de casi todo el siglo XX,
como una extensión de la bohemia y la entretención del centro capitalino, luego del ocaso de los
cine-teatros en los años 80, este circuito jamás se volvió a reactivar.

Para concluir y en vista del estado actual de los antiguos teatros y cines, junto con la falta de
espacios culturales y sociales en la zona norte de Santiago, urgen acciones para recuperar el
patrimonio en deterioro. Actualmente, los edificios teatrales se erigen como elefantes blancos en
barrios carentes de cultura y de espacios para su desarrollo comunitario, mientras el patrimonio
construido e intangible que significa parte de la memoria histórica determinante para los vecinos y
los santiaguinos en general se desmorona.

REFERENCIAS

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Imprenta de la librería del Mercurio.

Páginas web

Blog Urbatorium: www.urbatorium.blogspot.com


Canal de Youtube Mentiras Verdaderas, entrevista a Daniel Vilches. Diponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=LYrFOAwZ5fc. Accedido en 30/07/2019.
Corporación de Cultura y Patrimonio www.independenciacultural.cl
Memoria Chilena: www.memoriachilena.cl
Periódico Fortín Mapocho: https://www.fortinmapocho.cl/
Periódico La Hora, Antón, E. (11 de octubre de 2016). La decadencia del picaresco Teatro
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teatro-balmaceda/. Accedido en 30/07/2019.
Plataformas Google Earth y Google Maps

Otros recursos

Entrevista a Rodrigo Rubilar, Encargado de Cultura y Biblioteca, Municipalidad de Conchalí.


Guía Telefónica, año 1931.

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