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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

ESCUELA NACIONAL DE TERAPIA FÍSICA, OCUPACIONAL Y ESPECIAL


“DR. MIGUEL ANGEL AGUILERA PÉREZ”
PEDIATRÍA
DRA. CINTHYA GARCIA
TÉCNICO EN FISIOTERAPIA
5to. SEMESTRE

“DESARROLLO DEL CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS DE 0 A 2


AÑOS”

GUILLERMO EDUARDO SAJQUIN BORRAYO - 201600823


EMILIO JOSÉ ARCHILA MARTÍNEZ - 202101699
ANA ABIGAIL GONZÁLEZ GODOY - 202102867
CARLOS ALEJANDRO JIMÉNEZ VALEY - 202103112
ASSIRIA CLAIRÉ MENJIVAR BODDEN – 202103389

GUATEMALA, 30 DE ENERO 2023


El crecimiento es el proceso biológico más característico de la edad pediátrica y va desde desde

la concepción hasta la maduración esquelética y sexual.

El periodo neonatal comienza en el nacimiento y comprende el primer mes de vida. Se producen

importantes cambios fisiológicos en todos los órganos y sistemas, y este aprende a responder a

muchos estímulos externos.

El periodo prenatal y el primer año de vida proporcionan la base de un crecimiento y un

desarrollo considerables. La plasticidad neuronal que es la capacidad del cerebro para ser moldeado

por la experiencia, tanto positiva como negativa, está en su punto máximo. Se adquieren

habilidades aparentemente simples, como la deglución, se produce un considerable aprendizaje del

lenguaje. La mielinización de la corteza comienza a los 7-8 meses de gestación y continúa durante

la adolescencia y la juventud.

El segundo año de vida es un periodo de progresos rápidos en las habilidades sociales-

emocionales, cognitivas y del desarrollo motor. La capacidad de caminar permite al niño una

separación y una nueva independencia; todavía continúa necesitando una proximidad segura a sus

padres. Aproximadamente a los 18 meses, la emergencia del pensamiento simbólico y el lenguaje

causa una reorganización del comportamiento.

El desarrollo incluye diversos aspectos que son el físico, cognitivo, emocional y lingüístico,

todos estos van a estar interrelacionados entre sí, por lo que cada uno es de suma importancia para

que el niño logre alcanzar un óptimo nivel de funcionalidad e independencia.


• Comprender cada etapa por rubro del desarrollo normal de un niño de 2 años de edad.

• Conocer acerca de los cambios importantes a nivel físico, motor, cognitivo y emocional del

ser humano en sus primeros dos años de vida.

• Recopilar información de los reflejos desarrollados en los primeros meses de vida,

momento de aparición y mecanismo correspondiente.

• Conocer las diferencias entre las habilidades adquiridas dependiendo el mes de desarrollo.
El primer año de vida está marcado por el crecimiento físico, la maduración y adquisición de
competencias y la reorganización psicológica. Todos los cambios que se dan en el primer año de
vida del niño modifican la conducta y las relaciones sociales, adquiriendo nuevas competencias en
todos los dominios de su desarrollo.

0 – 2 Meses de edad
En este periodo el lactante experimenta un importante crecimiento; también se establecen pautas
de alimentación eficaces y un ciclo de sueño vigilia predecible.

Peso y Estatura en Lactantes


Peso Estatura
Edad
Niño Niña Niño Niña
0 meses 7.3 lb 7 lb 50 cm 49.1 cm
1 mes 9.5 lb 9.2 lb 54.7 cm 53.7 cm
2 meses 12.3 lb 11.2 lb 58.4 cm 57.1 cm

Desarrollo Físico
Debido a la excreción del exceso de líquido y la ingesta limitada, durante la primera semana el
lactante puede disminuir un 10% del peso al nacer. El lactante recupera o supera el peso del
nacimiento a las 2 semanas de edad y debe ganar alrededor de 30 gramos por día durante el primer
mes de vida, esto se debe a la sustitución de calostro por la leche materna.
El sueño y la vigilia se distribuyen de modo uniforme durante las 24 horas, posee sueños en bloques
de 5 o 6 horas por la noche, incluyendo periodos de alerta breves para su alimentación.

En esta etapa el desarrollo de crecimiento es más rápida y desarrolla reflejos que lo ayudan al
movimiento, movimientos como:
• Contorciones incontroladas de los miembros.
• Apertura y cierre de las manos.
• Sonrisa de modo involuntario.
• Giro de la cabeza.
• Mejor control de la succión.
• Giro hacia la voz de la madre.

Reflejos Primitivos
Los reflejos primitivos son movimientos automáticos e involuntarios que están gobernados por el
tronco encefálico. Estos dan paso a los reflejos posturales y el control voluntario de las habilidades
motrices básicas, y después con las habilidades motrices más específicas.
Reflejo de respiración: se activa cuando el cordón umbilical se corta. el aire entra en los pulmones
y los expande, activando la respiración autónoma. A partir de este momento, se inicia la circulación
corazón-pulmones.

Reflejo de búsqueda: respuesta automática e involuntaria que se reproduce en los bebés con el
objetivo de alimentarse y así poder sobrevivir durante sus primeros meses de vida. Se toca o
acaricia la boca o mejilla del bebé, gira la cabeza y abre la boca buscando la fuente de la caricia
que acaba de notar.

Reflejo de succión: El reflejo de succión es un tipo de respuesta que se reproduce en la boca de los
bebés, como manifestación de la estimulación táctil del paladar. Por lo que este movimiento
automático es necesario para que se lleve a cabo la lactancia materna. Cuando el techo de la boca
del bebé entra en contacto, el bebé comienza a succionar.

Reflejo de presión palmar: hace alusión al movimiento o respuesta motora ante el contacto con
algún objeto cuando hacen una presión sueve en la palma, el lactante rápidamente cierra la mano.

Reflejo de presión plantar: se realiza una presión suave en planta del pie, posteriormente, el bebé
responde con flexión de los dedos del pie.

Reflejo de cuello tenso: Es un reflejo evidente cuando el bebé recién nacido es colocado boca
abajo. Ante esta situación el niño gira la cabeza hacia un lado, extendiendo el brazo y la pierna de
ese lado mientras que mantiene flexionados el brazo y la pierna contraria.

Reflejo de Moro: aparece en recién nacidos de manera involuntaria como respuesta a cuando el
bebé siente que se está cayendo de espaldas o en respuesta a un ruido fuerte. Se le deja suelto un
instante, tiene la sensación de "caerse" y adopta una posición típica: abre los brazos, flexiona la
cabeza hacia atrás y eleva las piernas uniendo las plantas de los pies.

Reflejo de marcha automática: se sostiene por debajo de las axilas, mientras toca una superficie
con los pies, el recién nacido mueve las piernas como si intentase caminar.

Reflejo de Babinski: se hace presión en la planta del pie del recién nacido. El dedo gordo del pie
hace una extensión y los otros dedos se abren en abanico.

Reflejo de Galant: se coloca al bebé boca abajo sobre la mano y se roza con el dedo el lado de la
columna a nivel de la cintura, hacia un lado y al otro. El bebé responde curvando la columna hacia
el lado estimulado. Este reflejo desaparece alrededor del año de vida.

Reflejo extensor de los dedos: se estimular repetidamente el lateral de la mano del lado del
meñique, desde el meñique hacia abajo (hacia la muñeca), se va abriendo el puño desde el meñique
hacia el pulgar.
Reflejo tónico laberíntico del cuello: durante la rotación de la cabeza, el brazo y la pierna del niño
se extienden hacia el lado donde se gira la cabeza, los miembros del cuerpo del otro lado se
flexionan. Al realizar una flexión de cabeza y cuello, el tronco, piernas y brazos se flexionan; al
realizar una extensión de cabeza y cuello, el tronco, piernas y brazos se extienden.

Reflejo tónico cervical asimétrico: consiste en mover la cabeza hacia un lado, extendiendo también
de forma refleja el brazo y la pierna de ese lado al que mira la cabeza y flexionando las
extremidades del costado contrario.

Reflejo tónico cervical simétrico: se coloca al bebé en cuatro puntos, al realizarle una extensión
de cabeza los brazos se extienden y las piernas se flexionan, si se realiza una flexión de cabeza los
brazos se flexionan y las piernas se estiran

Desarrollo Cognitivo
El lactante busca activamente los estímulos visuales, táctiles, olfatorios y auditivos, haciéndolo por
medio de los estímulos familiar, prestando más atención al cambiar el estímulo. Este fenómeno
representa la integración de los estímulos sensoriales en el sistema nervioso central.

El lactante puede diferencias entre patrones, colores y consonante; reconoce las expresiones
faciales, que puede aparecer en diferentes caras; también pueden emparejar propiedades abstractas
de los estímulos, como contorno, intensidad o patrón temporal, a través de distintas modalidades
sensoriales.

Desarrollo Emocional
El lactante depende del medio ambiente para satisfacer sus necesidades. La disponibilidad de un
adulto que satisface sus necesidades con regularidad crea una conexión segura. Las emociones
dependerán del temperamento individual del niño, como de las respuestas de los padres.

2-6 Meses de edad


Hacia los 2 meses, la aparición de sonrisas voluntarias (sociales) y el mayor contacto ocular marcan
un cambio en la relación padres-hijo, que resalta la sensación de aquéllos de ser amados. Durante
los meses siguientes el control motor y social y la participación cognitiva del lactante aumentan de
forma espectacular. La regulación mutua adopta la forma de intercambios sociales complejos, lo
cual provoca un fuerte apego y disfrute mutuo.

Desarrollo físico
Entre los 3 y 4 meses de edad, la velocidad de crecimiento disminuye hasta alrededor de 20 g/día.
A los 4 meses se duplica el peso al nacer. Ceden los reflejos precoces que limitaban el movimiento
voluntario. La desaparición del reflejo cervical tónico asimétrico permite que el lactante comience
a examinar y manipular con ambas manos los objetos situados en la línea media. La desaparición
del reflejo de prensión precoz permite al lactante sostener los objetos y soltarlos de forma
voluntaria. Un objeto nuevo puede provocar el intento, aunque ineficaz, de alcanzarlo.
También cambia la calidad de los movimientos espontáneos, desde retorcimientos amplios hasta
movimientos circulares más pequeños, que se han descrito como «movimientos inquietos». La
ausencia o anormalidad de esos movimientos inquietos puede constituir un factor de riesgo para
anomalías neurológicas posteriores.

El control progresivo de la flexión del tronco hace posible que el niño ruede intencionadamente.
Cuando el lactante sea capaz de mantener estable la cabeza mientras está sentado, le será posible
examinar los objetos con un movimiento horizontal de la mirada, en vez de simplemente elevar la
mirada hacia ellos, y podrá comenzar a comer con cuchara. Al mismo tiempo, la maduración del
sistema visual permite una mayor profundidad de la visión.

En este período, los lactantes alcanzan una regulación estable de las fases y unos ciclos regulares
sueño-vigilia. El requerimiento total de sueño es de alrededor de 14-16 horas diarias, de las cuales
9-10 corresponden a la noche y 2 siestas/día. Alrededor del 70% de los lactantes duerme 6-8 horas
seguidas a los 6 meses de edad. A los 4-6 meses, el electroencefalograma de sueño muestra un
patrón maduro, con demarcación neta de la fase de movimientos oculares rápidos (REM) y 4 fases
de sueño no REM. El ciclo de sueño sigue siendo más corto que en el adulto (50-60 min, frente a
aproximadamente 90 min). En consecuencia, el lactante se despierta o entra en sueño ligero varias
veces durante la noche, lo que prepara el escenario para los problemas conductuales de sueño.

Desarrollo cognitivo
Los niños de 4 meses de edad se describen como «recién nacidos» desde el punto de vista social y
se interesan por un mundo cada vez más amplio. Durante la alimentación, el lactante ya no se centra
sólo en la madre, sino que se distrae con otras cosas. En los brazos de su madre, puede literalmente
«observar los alrededores» y quizá prefiera mirar hacia fuera.

Los lactantes de esta edad también exploran sus propios cuerpos, se miran intencionadamente las
manos, vocalizan, balbucean y se tocan las orejas, las mejillas y los genitales. Esas exploraciones
representan una fase precoz en la comprensión de la relación causa-efecto, a medida que el lactante
aprende que los movimientos musculares voluntarios generan sensaciones táctiles y visuales
predecibles. También desempeñan un papel en la emergencia de un sentido del yo, separado de la
madre. Esta es la primera fase del desarrollo de la personalidad. Los lactantes llegan a relacionar
determinadas sensaciones a través de la repetición frecuente. La sensación propioceptiva de
mantener la mano levantada y mover los dedos se acompaña siempre de la visión de los dedos
moviéndose. Tales sensaciones de «yo» están consistentemente relacionadas y son reproducibles a
voluntad. En contraste, las sensaciones que se asocian a «otros» ocurren con menos regularidad y
en combinaciones variables. El sonido, el olor y el tacto de la madre en ocasiones aparecen con
rapidez en respuesta al llanto, aunque otras veces no aparecen. La satisfacción que proporciona la
madre u otros adultos queridos continúa el proceso del apego.

Desarrollo emocional y comunicación


El bebé exhibe interacciones cada vez más elaboradas y amplias. Las emociones primarias de ira,
alegría, interés, miedo, disgusto y sorpresa aparecen en contextos adecuados, como expresiones
faciales distintas. Durante el contacto cara a cara, el lactante y el adulto de confianza emparejan las
expresiones afectivas (sonrisa o sorpresa) en alrededor del 30% de las ocasiones.
El inicio de los «juegos» (imitación facial, canciones, juegos de manos) aumenta el desarrollo
social. Dicho comportamiento cara a cara revela la capacidad del lactante para compartir los
estados emocionales, el primer caso en el desarrollo de la comunicación.

La maduración motora y sensorial convierte a los lactantes de 3-6 meses en más interesados e
interactivos. Algunos padres perciben como rechazo el giro hacia el exterior de sus hijos de 4
meses. Para la mayoría éste es un período feliz. El bebé parece responder a los juegos, contacta con
la mirada y se mueve de forma rítmica.

6 – 12 Meses de edad
Con el logro de la sedestación aumenta la movilidad y nuevas habilidades para explorar el mundo
de su alrededor, los lactantes de 6 a 12 meses muestran avances en la comprensión cognitiva y la
competencia de comunicación, y aparecen nuevas tensiones alrededor de temas de conexión y
separación.

Desarrollo Físico
La capacidad para sentarse sin soporte (alrededor de los 6-7 meses) y la de girar sentado (alrededor
de los 9-10 meses), les proporcionan más oportunidades para manipular varios objetos al mismo
tiempo y experimentar con nuevas combinaciones de ellos. Estas exploraciones se ven facilitadas
por la emergencia de la prensión con el pulgar (hacia los 9 meses) y una eficaz prensión con pinza
hacia los 12 meses de edad. Muchos lactantes comienzan a reptar y a empujar para incorporarse
hacia los 8 meses, seguido por la deambulación con ayuda. Se produce la erupción de los dientes,
que suele comenzar con los incisivos centrales inferiores.

Desarrollo Cognitivo
El lactante de 6 meses de edad ha descubierto sus manos y pronto aprenderá a manipular objetos.
Al principio, el niño se lo lleva todo a la boca. Con el paso del tiempo, coge los nuevos objetos, los
inspecciona, los pasa de una mano a otra, los entrechoca, los deja caer y después se los lleva a la
boca. Cada acción representa una idea no verbal sobre la finalidad de las cosas. La complejidad del
juego de un lactante, la forma como combina diferentes esquemas, proporciona un índice útil del
desarrollo cognitivo a cada edad. Un hito fundamental es la percepción hacia los 9 meses de la
permanencia (constancia) del objeto, la comprensión de que los objetos siguen existiendo, aunque
no se vean. A los 4-7 meses, los lactantes buscan una bola de hilo que se ha caído, pero la olvidan
rápidamente si no la ven. Una vez comprendida la constancia del objeto, el lactante persiste en la
búsqueda y es capaz de encontrar objetos ocultos bajo un paño o detrás de la espalda del
examinador. El juego de «¡cucú!» produce un placer ilimitado, ya que el niño recupera de forma
mágica al otro jugador. Los acontecimientos parecen ocurrir como resultado de las propias
actividades del niño.
Desarrollo Emocional
El advenimiento de la permanencia del objeto se corresponde con cambios cualitativos en el
desarrollo social y comunicativo. Los lactantes miran alternativamente a un extraño que se
aproximan y a los padres, y pueden aferrarse a la persona conocida o llorar con ansiedad,
«extrañando». Es frecuente que las separaciones resulten más difíciles. Los lactantes que han
dormido bien por la noche durante meses comienzan a despertarse y llorar con frecuencia, como si
quisiesen convencerse de que los padres están en la habitación de al lado. Aparece también una
nueva necesidad de autonomía. La escasa ganancia de peso a esta edad con frecuencia es reflejo de
una lucha entre la independencia que empieza a tener el lactante y el control parental del acto de la
comida. El uso del método de alimentación de las 2 cucharas (una para el niño y otra para el padre),
de comida que pueda comerse con los dedos y de una silla elevada con una bandeja puede evitar
potenciales problemas. Aparecen por primera vez las rabietas, conforme los impulsos de autonomía
y maestría entran en conflicto con el control parental y con las capacidades, todavía limitadas, del
propio lactante.

Comunicación
A los 7 meses de edad, los lactantes son expertos en la comunicación no verbal, expresan una
gama de emociones y responden al tono vocal y las expresiones faciales. Alrededor de los 9 meses
de edad, los lactantes se dan cuenta de que las emociones pueden compartirse entre las personas;
muestran a los padres los juguetes como forma de compartir sus sentimientos de felicidad. Entre
los 8 y los 10 meses de edad, el balbuceo adopta una nueva complejidad, con muchas sílabas («ba-
da-ma). La interacción social (adultos atentos que se turnan para vocalizar con el lactante) influye
profundamente la adquisición y producción de nuevos sonidos. La primera palabra verdadera, es
decir, un sonido usado de forma constante para referirse a un objeto o a una persona específicos,
aparece al mismo tiempo que el descubrimiento de la permanencia del objeto. Los libros de dibujos
proporcionan en este momento un contexto ideal para la adquisición del lenguaje verbal.

Con la reorganización del desarrollo que se produce hacia los 9 meses de edad, vuelven a aparecer
los problemas de alimentación y sueño no resueltos con anterioridad. El recelo del lactante hacia
los extraños dificulta muchas veces la exploración de los 9 meses, sobre todo en los niños
temperamentalmente predispuestos a la reacción negativa frente a situaciones no familiares.

El segundo año
El segundo año de vida es un periodo de progresos rápidos del desarrollo, sobre todo en las esferas
de las habilidades sociales-emocionales y cognitivas y del desarrollo motor. La capacidad de
caminar recientemente descubierta permite al niño una separación y una nueva independencia; sin
embargo, todavía continúa necesitando una proximidad segura a sus padres. Aproximadamente a
los 18 meses, la emergencia del pensamiento simbólico y el lenguaje causa una reorganización del
comportamiento, con implicaciones a través de muchas facetas del desarrollo.
12-18 meses de edad
Desarrollo físico
Al mismo tiempo que la velocidad de crecimiento comienza a reducirse, los niños que empiezan a
caminar continúan experimentando un crecimiento cerebral y una mielinización considerables en
el segundo año de vida, lo cual causa un aumento en el perímetro craneal de 2 cm a lo largo del
año. Los niños de esta edad tienen unas piernas relativamente cortas y un torso relativamente largo,
con una lordosis lumbar exagerada y un abdomen saliente. La mayor parte de los niños comienza
a caminar de forma independiente alrededor de los 12-15 meses. El hecho de andar antes no se
asocia con desarrollo avanzado en otras áreas. El lactante camina con una marcha de base amplia,
con las rodillas dobladas y los brazos flexionados por los codos; todo el torso rota con cada paso;
los dedos de los pies pueden apuntar hacia dentro o hacia fuera y los pies se apoyan planos contra
el suelo. La apariencia es de genu varo. El perfeccionamiento subsiguiente proporciona mayor
estabilidad y menor consumo de energía. Después de varios meses de práctica, el centro de
gravedad se desvía hacia atrás y el torso se estabiliza, mientras que las rodillas se extienden y los
brazos oscilan a los lados del cuerpo para mejorar el equilibrio. Las punteras se mantienen mejor
alineadas y el niño es capaz de pararse, girar e inclinarse sin caerse.

Desarrollo cognitivo
La exploración del medio ambiente aumenta en paralelo con una mayor destreza y movilidad. El
aprendizaje sigue los preceptos de la fase sensitivo-motora de Piaget. Los niños que comienzan a
andar manipulan los objetos de formas nuevas para crear efectos interesantes, como el apilamiento
de bloques o llenar y vaciar cubos. También es probable que use determinados objetos para su
finalidad pretendida. La imitación de los padres y los hermanos mayores también proporciona un
modo de aprendizaje importante. Los juegos de simulación se centran en el propio cuerpo del niño.

Desarrollo emocional
El lactante que se está aproximando al hito de dar los primeros pasos puede mostrarse irritable.
Una vez que comienza a caminar se produce un cambio marcado del humor predominante. Los
niños suelen mostrarse eufóricos con su nueva capacidad y con el poder de controlar la distancia
entre él y sus padres. El niño explorador gira alrededor de los padres, se aleja y después vuelve al
contacto tranquilizador y se aleja de nuevo. Un niño con un apego seguro usará al progenitor como
base segura a partir de la cual explorar de forma independiente. Orgulloso de sus logros, el niño
ilustra el estadio de Erikson de autonomía y separación. El niño que empieza a andar y que es
excesivamente controlado y se le quita la intención de la exploración activa sentirá dudas,
vergüenza, ira e inseguridad. Todos los niños tendrán rabietas, lo cual refleja su incapacidad para
posponer su satisfacción, suprimir o desplazar la ira o comunicar verbalmente sus estados
emocionales.

Desarrollo lingüístico
El lenguaje receptivo precede al expresivo. Cuando el lactante pronuncia sus primeras palabras,
hacia los 12 meses, ya responde de forma adecuada a varias expresiones simples, como «no»,
«adiós» y «dame». Hacia los 15 meses el niño normal señala las principales partes del cuerpo y usa
cuatro o seis palabras de forma espontánea y correcta, entre ellas nombres propios. Los niños
pequeños también exhiben una jerga polisilábica, y no parece importarles que nadie les entienda.
La mayor parte de la comunicación de deseos e ideas continúa siendo no verbal.
Desarrollo 18-24 meses
Para esta etapa, el desarrollo puede ser natural y predecible, sin embargo, cada niña o niño adquiere
las habilidades correspondientes a su propio ritmo, considerándolos adelantados en algún rubro
como el lenguaje, pero quedando un tanto de lado otras áreas como el desarrollo motor y/o
sensorial.

Es una etapa en la que se llega a consolidar todo lo que se ha adquirido, correspondiente a una
madurez de la motricidad gruesa, considerando por ejemplo el poder deambular
independientemente en casi cualquier dirección, o correr. Al final, al llegar a cumplir los dos años,
el niño será capaz de jugar en posición de cuclillas, patear un balón o lanzarlo, sin perder el
equilibrio, entre otras habilidades y actividades posteriormente detalladas.

Desarrollo Físico y Motor


Existe un mayor progreso a nivel de desarrollo motor, en el cual se puede percibir una considerable
mejora en el equilibrio y la agilidad, así como la habilidad de correr y moverse en terrenos
irregulares, o el subir gradas. Generalmente el peso y talla aumentan con más uniformidad al llegar
a esta fase del año, creciendo en promedio 12,7cm y aumentando el peso en 4.98lb.

Llegando a los 2 años, los niños pueden llegar a medir cerca de la mitad de la altura final que
tendrán en su vida adulta, sin embargo, existe una disminución en el crecimiento constante de la
cabeza, considerando que, a la edad de dos años, el perímetro craneal del niño alcanza el 90% de
lo que debería ser, llegando a crecer únicamente un promedio de 5cm más, en los años posteriores.

En el proceso de estos 6 meses, el niño desarrolla y afianza algunas de las habilidades de


movimiento importantes, como:
• Correr
• Subir y bajar escaleras sin apoyo
• Saltar
• Interactuar con objetos del suelo sin perder el equilibrio
• Jugar en diversas posiciones
• Usa sus manos para actividades con más independencia
• Sabe comer
• Utiliza lápiz para imitar trazos
• Vestirse, dependiendo de la prenda
• Apilar cubos
Desarrollo Cognitivo
Al iniciar dicho semestre, se presentan algunos cambios a nivel de cognición que darán por
concluido el periodo conocido como sensitivo motor, sumado a que se presentan progresos
relevantes en el campo lingüístico y emocional; los cambios antes mencionados son mayormente
notorios en el momento en que el niño se encuentra en un juego auto iniciado.

Se establece por completo la permanencia del objeto, lo que les permite encontrar cosas escondidas,
les es posible anticipar la posición de los objetos, aunque no los vean en movimiento, además,
reconocen de mejor manera la llamada relación causa-efecto y poseen maleabilidad en la resolución
de problemas.

El cambio en el cerebro les permite a estos niños el poder pensar de maneras que resultan tener una
mayor complejidad, tal es el caso de recordar acontecimientos de días atrás o jugar con una mayor
presencia de la imaginación.

La exploración previa es importante, para que, de forma normal en esta etapa, puedan desarrollar
una mayor comprensión del mundo exterior referente a lo que existe fuera de casa.
A esta edad, también el niño es capaz de encontrar el sentido de persona, de modo que se puede
ver a si mismo separado del resto.

Desarrollo Emocional
La independencia se hace cada vez más presente, con la importancia del “no” para establecerla,
además existe una creciente reacción de separación por parte del niño, tal es el hecho, que algunos
padres comentan que, al andar junto al niño, este ya no pretenderá estar “colgado de ellos”.
Así, la ansiedad de separación se hará presente cerca de la hora de acostarse, momento en que
muchos niños requieren de algún objeto o juguete “Especial” que les servirá como objeto de
transición ante una situación de padre ausente. Este objeto tendrá relevancia mientras dure la
transición al pensamiento simbólico y se internaliza la por completo la presencia simbólica de los
padres.
Es la edad en la que aparecen por primera vez la conciencia e interiorización de las normas de
comportamiento. Si el niño se ve al espejo, tendrá el impulso de tocar su rostro en lugar del espejo,
de notar algo que considere inusual.

Entre otros comportamientos, se presenta el hecho de que, al estar un juguete roto, lo entregará a
los padres, para que estos puedan arreglarlo, así como cuando tenga la incitación por tocar algo que
se encuentre “prohibido” se indicará así mismo que no es correcto. Es de esta forma en que el
lenguaje se convierte en el medio que regulará los impulsos, el razonamiento temprano y la
interconexión de ideas, dando origen a la conciencia, sin embargo, pueden existir ciertas
debilidades a las inhibiciones interiorizadas.

También el niño comenzara a entender cuando las personas a su alrededor se encuentren molestas
o heridas, reaccionando con una pausa o un gesto que transmita tristeza, y reaccionando ante la
nueva situación, haciendo contacto visual.

El parte de los hitos emocionales, el niño comenzará a sentir otras emociones como puede ser el
caso del enojo, la euforia y la vergüenza. Sumado a que aprenden a saber su estado de ánimo y a
cómo lidiar con las diversas emociones, lo que puede derivar en rabietas o berrinches que pueden
tener comportamientos como el enojo, gritos y llanto, acciones de huida, tirarse al suelo y patear,
aguantar la respiración o vomitar.

Desarrollo Lingüístico
Entre los avances más significativos y asombrosos, se encuentran en este rubro, el hecho de
etiquetar los objetos tiene relación cercana con el pensamiento simbólico, al comprender que ciertas
palabras tienen correspondencia con los objetos, se concibe un aumento del vocabulario de entre
10 a 15 palabras al inicio de los 18 meses de vida, llegando a las 50 y 100 cuando se cumplan los
2 años, llega a involucrar pronombres como “yo, tú y mi”.

Posterior a ello, los niños utilizan y combinan las palabras para construir frases con cierta simpleza,
siendo el comienzo de su conocimiento de gramática. Es también la fase en que los niños
comprenden las ordenes que involucran dos fases como, por ejemplo: “ponte los zapatos y luego
pásame la pelota”.

Con la llegada del lenguaje verbal, se da por finalizado el periodo sensitivo motor, juntamente con
el hecho de que el niño aprende el uso de la simbología para la expresión de diversas ideas y la
resolución de problemas, disminuyendo la necesidad de cognición fundamentada en la sensación
directa y manipulación motora.

Estimulación
Los niños que se encuentran en esta etapa requieren de diversas actividades que les fomente a
afianzar las habilidades que desarrollan, incluyendo actividades físicas y de razonamiento, como
ponerlo a caminar en una pista de obstáculos pequeños, que requiera que camine por superficies
distintas, también el llevarlo de la mano a un paso más veloz y alternando con más lentitud, juegos
con pelota que le permita ir por ella y alcanzarla.

Juegos en varias posiciones, puede ser de pie, sentado en el suelo como pasarle una pelota o globo
para que la enceste en algún sitio, que recoja sus juguetes agachándose y sin soltarse de la mano
de su tutor y enseñar como subir y bajar las gradas apoyando ambos pies en el mismo escalón.
Desde los primeros minutos de vida está marcado por el crecimiento físico, la maduración, la

adquisición de competencias y la reorganización psicológica. El desarrollo comienza por la cabeza

y se extiende hacia abajo, es decir que primero llegará el control del cuello que el de los pies. El

desarrollo también se extenderá desde el centro a los extremos, así controlará antes el codo que los

dedos. Las primeras habilidades son reflejas, serán respuestas involuntarias a estímulos concretos.

El recién nacido dispone de muchos reflejos como el de succión y parpadeo.

Para tener un buen desarrollo infantil es muy importante y necesaria la interacción con los adultos,

ya que juegan un papel imprescindible a la hora de la consecución de logros en los primeros años.

Algunos de los logros que los niños realizan en esta etapa son Cuando se le tiene cargado, el bebé

mantiene la cabeza erguida, Puede pasar de estar de lado a estar boca arriba, también se sujeta de

pie apoyándose en algo. Al agarrar objetos, opone el pulgar al resto de los dedos, en esta etapa

también camina por sí solo, entre otros muchos que ya anteriormente se mencionaron. Los bebés

aprenden mejor cuando se sienten cuidados y saben que sus padres y madres están ahí para

cuidarlos. Lo que primero descubre el bebé son sus manos y pequeños objetos que chupa. Aprende

mucho mientras muerde y chupa. A los 3-4 meses, coge el objeto, lo chupa, repasa su contorno con

los labios y lengua y después lo saca de la boca y lo observa visualmente. A los 6 meses ya distingue

las sensaciones de frío y calor, blando y duro, liso y arrugado. De los 6 meses al año ya puede

agarrar objetos y sentir sus diferentes formas y texturas. Ya no chupa los objetos para conocerlos,

los toca. De 1 a 2 años ya distingue los objetos por el tacto.


M. Kliegman, E. Behrman, B. Jenson & F. Stanton (2004). Nelson tratado de Pediatría Volumen I
(18° edición). España: Editorial Elsevier.
https://mibebeyyo.elmundo.es/bebes/crecimiento/primer-mes/reflejos-neonatales-
4709#:~:text=El%20reflejo%20de%20respiraci%C3%B3n,-
La%20primera%20acci%C3%B3n&text=A%20trav%C3%A9s%20de%20los%20primero
s,a%20180%20latidos%20por%20minuto.

file:///C:/Users/Abigail_Gonzalez/Downloads/kpfy7v5q4ogohzgd.pdf

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desarrollo-psicomotor-de-los-18-a-los-24-meses

El desarrollo de su hijo: 2 años (24 meses) [Internet]. Kidshealth.org. [citado el 29 de


enero de 2023]. Disponible en: https://kidshealth.org/es/parents/development-
24mos.html

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