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Instituto Superior “Isabel la Católica”

Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará


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TRABAJO PRACTICO Nª 3

Fecha de presentación:02/05/2023

Profesor: Viviana Graciela Guillén

TEMA:” Reflejos del recién nacido”

La conformación inicial de los recién nacidos está particularmente organizada para


la interacción humana y, en especial, dirigida hacia sus madres, los familiares y
educadores con los cuales establecerán una fuerte relación afectiva de amor y sostén,
que les hará sentir confianza en sí mismos y seguridad en los demás. Estas primeras
relaciones dejan huellas en la mente del/la niño/a, y tanto la madre como los
educadores desempeñan un papel muy importante al ponerse a disposición de los/as
pequeños/as y sus necesidades, ofreciendo sus cuidados, sus sonrisas, cantando,
hablando, meciendo y estimulando su desarrollo.
Los bebés nacen dotados de una serie de reflejos innatos e incoordinados,
algunos de los cuales irán perdiendo en los meses siguientes y otros que se
convertirán en comportamientos voluntarios.
Piaget, en su teoría del desarrollo, y dentro del primer estadio que él
denomina sensoriomotor, incluye este cúmulo de acciones o esquemas innatos en la
estructura refleja que es la primera del mencionado estadio. Los reflejos son
reacciones desencadenadas por diversos estímulos. En las primeras semanas de vida,
los esquemas son acciones y comportamientos reflejos que se repiten de modo
automático, pero posteriormente los esquemas se transforman en acciones y
movimientos voluntarios hasta que, con el correr del tiempo, llegan a interiorizarse
y convertirse en pensamiento y operaciones mentales.
Los primeros movimientos del bebé son bruscos, desorganizados y rígidos, faltos
de coordinación, precisamente por la inmadurez neurológica que aún presenta su
organismo. Aún no se ha terminado de formar la corteza cerebral que,
paulatinamente, le posibilitará mayor coordinación en sus acciones.

Los reflejos primarios


En el siguiente cuadro, señalaremos algunos de ellos:
Los reflejos constituyen un exponente del desarrollo, ya que su presencia en el
momento del nacimiento evidencia el estado saludable de los/as pequeños/as.
La mayoría de los reflejos desaparecen durante los primeros meses de vida, como
resultado de un proceso de maduración normal. Posteriormente, algunos de ellos se
transforman en conductas aprendidas y forman parte de la dotación del sujeto de
modo permanente, como es el caso del reflejo de succión, de deglución, el palpebral
(cerrar los ojos), etc.
Durante el embarazo, el niño ha recibido de la mamá toda la protección y alimento
que necesitaba. Con el nacimiento, de repente, debe aprender por sí solo a respirar, a
alimentarse y a adaptarse a condiciones de vida nuevas para él.
Aunque su sistema nervioso aún no está completamente desarrollado, el recién nacido
consigue interaccionar con el mundo exterior y responder a los estímulos provenientes
del mismo mediante una serie de reflejos neonatales, o reflejos del recién nacido, que
le permiten adaptarse inmediatamente a la vida.
Por lo tanto, los reflejos del recién nacido son respuestas "innatas", es decir, no se
deben aprender. Son automáticas e instintivas, y dependen del mesencéfalo (una
parte del cerebro que también tiene un importante papel en el desarrollo de la visión
del bebé y del oído) y de la médula espinal.
Repasamos…..
Reflejos del recién nacido: los reflejos primarios
Veamos con mayor detalle cuáles son, uno a uno, los reflejos del recién nacido. en este
caso, presentamos los llamados reflejos primarios o arcaicos. Se llaman así porque se
manifiestan de forma innata, tras el alumbramiento, y desaparecen a las pocas
semanas o meses de vida.
Si se alargan en el tiempo (más de seis meses), se considera una señal de alarma, por
lo que debe estudiarse el motivo.
El reflejo de respiración
La primera acción que el recién nacido debe cumplir en el momento del nacimiento es
respirar. A través de los primeros vagidos, el aire entra en los pulmones y los expande,
activando la respiración autónoma. A partir de este momento, se inicia la circulación
corazón-pulmones: la frecuencia cardíaca puede llegar a 180 latidos por minuto.
El reflejo de búsqueda
Cuando se toca o acaricia la boca o mejilla del bebé, gira la cabeza y abre la
boca buscando la fuente de la caricia que acaba de notar.
Este reflejo ayuda al bebé a buscar el pecho de la mamá para mamar. Cuanto más
hambre tenga el pequeño, más intenso es el reflejo.
El reflejo de búsqueda desaparece alrededor de los tres meses del bebé.

El reflejo de succión
Succionar es una de las actividades fundamentales para la supervivencia del recién
nacido, que le permite no sólo alimentarse, sino también encontrar placer y consuelo.
El reflejo de succión es un reflejo arcaico e innato básico. Sin duda, es uno de los más
esperados por la nueva mamá, cuyo instinto de protección empieza desde su
capacidad para alimentar al recién nacido dándole el pecho.
El reflejo de succión sirve para poner en marcha el mecanismo que da inicio a la subida
de la leche, que se produce entre 24 y 72 horas después del parto. Mientras tanto, el
bebé succiona el calostro, una sustancia que le nutre y le sacia antes de que la mamá
produzca la leche.
Además, el recién nacido y la mamá empiezan a forjar su vínculo indisoluble a partir
de la succión. Un todo, un equipo y un amor que no hará sino aumentar día tras día.

El reflejo de prensión
El recién nacido tiende a coger inmediatamente cualquier objeto que se le ponga en la
mano; basta con rozarle la manita para que, rápidamente, apriete el dedo o el objeto
que le ha rozado. Esta capacidad solo dura un tiempo muy breve, aunque sí
permanece vivo en el niño el instinto de agarrarse.
El reflejo de prensión resulta muy gratificante para los papás, puesto que ver cómo su
pequeñín, que acaba de nacer, agarra su dedo con la manita representa una de las
primeras formas de contacto. Sin duda, un momento enternecedor y maravilloso, que
la mamá y el papá atesorarán siempre.

El reflejo del cuello tenso


Este reflejo del recién nacido afecta a la posición que el pequeño adopta cuando está
boca abajo: el niño gira la cabeza hacia el lado preferido y alarga un brazo y una pierna
hacia este lado, flexionando las demás extremidades.

El reflejo de Moro
Cuando un estímulo repentino modifica el tono muscular del recién nacido o cuando
el niño, apoyado sobre la palma de la mano, se le deja suelto un instante, tiene la
sensación de "caerse" y adopta una posición típica: abre los brazos, flexiona la cabeza
hacia atrás y eleva las piernas uniendo las plantas de los pies.
El reflejo de marcha automática
Sostenido por debajo de las axilas, mientras toca una superficie con los pies, el recién
nacido mueve las piernas como si intentase caminar. Estos movimientos son el
"recuerdo" de cómo pataleaba en el útero materno, para hacerse espacio o cambiar de
posición.
Este reflejo puede resultar sorprendente para quien no tenga referencias, ya que
parece increíble que el recién nacido pueda dar pasos nada más nacer, y que, sin
embargo, no empiece a caminar hasta el año, aproximadamente.

El reflejo de Babinski
Aparece cuando se acaricia la planta del pie del recién nacido. El dedo gordo del pie
del bebé se dirige hacia la parte superior y los otros dedos se abren en abanico.
Desaparece al año, aproximadamente.

El reflejo de Galant
Este reflejo también se conoce como respuesta de curvatura del tronco.
Para que se manifieste este reflejo, se coloca al bebé boca abajo sobre la mano y se
roza con el dedo los dos lados de la columna, hacia un lado y al otro.
El bebé responde curvando la columna hacia el lado estimulado. Este reflejo
desaparece alrededor del año de vida.

El reflejo abdominal
Se trata de un reflejo muy parecido al reflejo de Galant, que hemos explicado
anteriomente. Sin embargo, en este caso, se estimula el abdomen a los lados del
ombligo.

Otros reflejos del recién nacido: reflejos secundarios


Este segundo grupo de reflejos neonatales, los reflejos secundarios, comprende los
reflejos que el bebé manifiesta con posterioridad al nacimiento. Incluye los siguientes
tipos de reflejos:

El reflejo del paracaídas en el bebé


Este reflejo constituye una respuesta automática del cuerpo a una amenaza. Por
ejemplo, cuando el bebé tiene la sensación de que se va a caer.
Se puede manifestar cuando se sujeta al bebé por debajo de las axilas cuando está de
espaldas y se finge que se le va a lanzar. El bebé reacciona estirando los brazos, para
protegerse de la caída.
Este reflejo aparece a partir de los seis meses y se mantiene durante toda la vida.

El reflejo de extensión de los dedos


Los bebés suelen tener los puños cerrados durante mucho tiempo, y aferran los
objetos con fuerza.
Cuando se toca o se roza la parte lateral de la mano, por el lado del dedo meñique
hasta la muñeca, el bebé va abriendo el puño desde el meñique hacia el pulgar.
Este reflejo se utiliza cuando los papás quieren que el bebé suelte algo que tiene en la
mano, sin tener que forzar.

El reflejo de Landau
Cuando se deja suspendido al bebé cabeza abajo, el tronco se extiende. Este reflejo
Video
https://www.youtube.com/watch?v=P1HwI8gmpC0
Guía de actividades.
1- Una vez leído el material realiza un cuadro lo más lo sintético posible con el
nombre del reflejo, sus características y si es primario o secundario.

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