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Triaje
Método de selección y clasificación de pacientes utilizado en
la medicina de emergencias y desastres
Objetivos
Los principales objetivos del triaje consisten en asegurar la identificación y priorización
del paciente en riesgo vital, la asistencia precoz, determinar el grado de urgencia, documentar
a los pacientes, aplicar maniobras de recuperación, controlar el flujo de víctimas, asignar
áreas de atención, distribuir al personal por áreas asistenciales e iniciar medidas diagnósticas y
terapéuticas.
Ha de concienciar sobre la magnitud del problema que suponen las emergencias
colectivas y analizar las situaciones que requieran una consideración especial para poder
anticiparse a ellas. Para ello establece una secuencia básica de atención, cuyos pilares son: la
previsión, la prevención, la planificación, la intervención y la rehabilitación.
Los profesionales que realicen las labores de triar han de identificar a los pacientes que
precisan reanimación inmediata y con mayor probabilidad de supervivencia, para separarlos
de los que no han de recibir prioridad alguna. Tener siempre claro que los principios del triaje
contemplan la conservación de la vida sobre la de un miembro, y la conservación de la función
sobre la de un defecto anatómico. Y que las principales situaciones que suponen una amenaza
para la vida son la asfixia, hemorragias y el shock, realizando una acción inmediata para
atajarlas en la valoración inicial de la víctima.
Ninguna víctima debe ser evacuada sin ser clasificada salvo que exista riesgo potencial
para los rescatadores, mala visibilidad o condiciones meteorológicas adversas. Si existen
dudas en cuanto a la clasificación de una víctima, se le asignará la categoría inmediatamente
superior. Y una vez abandonado un escalón sanitario, el paciente debe alcanzar el destino que
se le ha asignado.
Este método tiene una variación adaptada para niños de 1 a 8 años, conocido como
JUMP START, con apreciaciones diferentes en cuanto a la frecuencia respiratoria y la
aplicación de ventilaciones de rescate (Anexo V).
La prioridad de evacuación/atención médica comienza con los etiquetados como
ROJOS, y a continuación AMARILLOS, VERDES y finalmente los NEGROS.
El personal que realice el triaje llevará el material sanitario básico y necesario (Anexo
III) para el primer contacto con las víctimas, constituido por guantes para su autoprotección ,
cánulas orofaríngeas para la apertura de vías aéreas, gasas para el taponamiento de
hemorragias y unas tijeras por si precisan cortar ropas. Tener siempre claro que su labor no
consiste en prestarles asistencia médica, sino determinar su orden de evacuación.
La realización del triaje sólo permite la aplicación de dos “tratamientos” que son la
apertura de la vía aérea y el cohibir hemorragias, dado que son por sí mismas actuaciones
que salvan vidas.
Se vuelven a utilizar los mismos cuatro colores que han de haber sido colocados de
forma visible mediante unas tarjetas (Anexo II) en las que incluiremos a ser posible, sexo y
edad, la localización de las lesiones, y los fármacos administrados añadiendo vía y hora,
nombre del profesional que ha realizado el triaje, y la identificación del centro de derivación.
Dichas tarjetas indican la prioridad de la atención y el nivel de cuidados que ha de
recibir la víctima, de la siguiente manera:
NEGRA: indica víctima MUERTA (Fallecidos o con lesiones incompatibles con la vida)
- Fallecidos
- Vivos con lesiones mortales (quemaduras 2-3er grado >40%, fracturas mayores con
paciente inconsciente, lesiones craneoencefálicas o torácicas, lesiones craneales con pérdida
de masa encefálica, lesiones de columna con pérdida de sensibilidad y motora, pacientes
mayores de 60 años con lesiones mayores)