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Reporte de lectura … 1

LOS HIJOS DE LA MALINCHE

Prepa UPAEP Santa Ana

Literatura Universal

29 de enero de 2023
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Los hijos de la Malinche


Los mexicanos son descritos por los demás con diferentes adjetivos y conceptos, sin
embargo, nunca había escuchado ser descrito con la palabra “hermético”, y es así como
Octavio Paz lo describe, pues el mexicano puede tener ese carácter formado gracias a su
contexto, es decir a lo que ha vivido desde sus raíces, sucesos como la conquista, la
revolución, las guerras contra los extranjeros o yaquis, sin duda son causales de forjar un
carácter hermético, pues fue amagado durante años y tratado como lo fue, con traición, con
esclavitud, con crimen e injusticias.
La figura de la mujer en méxico a pesar de no ser dignificada, apreciada y valorada
por mucho tiempo, siempre ha sido crucial en la historia del méxicano, pues Octavio
menciona que se le puede ser percibida cómo la fertilidad pero ha si mismo como la muerte,
incluso se le ve como una deidad, un deseo, pero sin duda es el origen, el origen de
mexicanos que a pesar de ser mostrar una cara al mundo en su interior arrastra una historia
incomprendida por muchos, pues su retraso ante potencias extranjeras es un dilema entre lo
justificable y lo injustificable, pues si bien somos mega diversos en diferentes sectores, se les
olvida que ellos han gozado más de ello que los propios mexicanos, pues nos crearon un
sentido de servir. Para que el mexicano pueda esclarecer su origen tiene que comenzar por
entender que somos iguales pues independiente de las clases sociales, todos fuimos criados
por razas víctimas, pues fueron sometidos y para ser liberados lucharon, pero eso no los
exhortó de esos “fantasmas”.
Ahora bien, nuestro característico lenguaje también puede llegar a esclarecer las
ambigüedades que nuestras propias palabras pueden generar, pues a pesar de que un niño, un
adolescente, un adulto o un anciano se expresan de maneras distintas, todos al momento de
expresar su nacionalismo en días importantes como el 15 de Septiembre, no dudan en gritar
“Viva México hijos de la chingada” y es en ese grito se reúne el coraje y orgullo con el que
los mexicanos de hoy reconocemos la lucha de los mexicanos de antes, ahora bien cuando un
mexicano dice “hijo de la chingada”, no se refiere a un buen mexicano, nos referimos a los
malos mexicanos, a un rival, a alguien que se ha ganado el desprecio para ser llamado de esa
manera, y si es un hijo de la chingada ¿Quién es la chingada?, Octavio se manifiesta como
una madre, no una madre tangible, sino como una figura mítica, y a mi parecer la chingada es
una madre que ha sufrido por sus hijos, pues desde el contexto historico que esto implica, la
chingada sería la madre que ha sido violada, que ha sido abusada de todas las maneras
posibles y sin piedad, pero sobre todo sina la fortaleza suficiente para gritar o para incluso
intentar defenderse ante tales abusos, por lo que en tiempos de Hernan cortes cualquier
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español podía “chingar” (violar) a mujeres mexicanas sin piedad y así dar fruto a los “hijos de
la chingada” que en realidad eran los nuevos mexicanos, que nunca fueron reconocidos ni
válidados por sus padres, pues no se les consideraba merecedores de aquello, todo lo anterior
explica el porque está expresión es usada para denigrar, herir y ofender a una persona.
El catolicismo que se nos impuso nos hizo olvidar quién es nuestra verdadera madre,
pues nos inculcó a la madre virgen como nuestra madre, así terminando de despreciar a la
otra madre, considero que para el méxicano, su figura materna es intocable, pues nuestra
manera de ofender es metiéndose en su mayoría con la madre del otro, pues expresiones
cómo “chinga tu madre”, “que poca madre”, “te voy a partir tu madre”, “no tienes madre”,
son las que hieren más al mexicano pues el sentimiento de quienes fueron rechazados desde
sus raíces por sus padres (españoles), y solo fueron cobijados por su madre, se ve ofendido
ante dichas expresiones, es así cómo nace una necesidad de mostrar superioridad hacía el
otro, y puede admirarse diciéndole “soy tu padre”, padre quién se adjudica superioridad ante
los demás.
Y ¿Cómo es el papel de la figura masculina en México?, esos padres, esos lideres,
esos hombre que se hacen llamar a ellos “unos verdaderos machos” y que entre ellos se ven
como “unos chingones”, solo terminan por ser hombres que experimentan lo que implica el
poder de “chingar” a los demás, de lacerar a las mujeres en todos los sentidos, y como lo
menciona Octavio, un “Macho” solo puede hacer “chingaderas”, es decir cosas que son
consideradas como agresiones (herir, incomodar, violar, matar, golpear). En resumen, el
verbo “chingar” y sus derivados en las miles de expresiones mexicanas terminan por ser
resultado de la laceración, día a día como mexicanos usamos ese verbo, pero no somos
realmente conscientes de sus implicaciones.
Retomando la figura paterna de los mexicanos, ¿nuestro padre es el Dios catolico, o es
Huitzilopochtli? pues es un dilema al igual que la figura materna, pues los mexicanos
actuales somos resultado de las imposiciones españolas, es decir del catolicismo,
cristianismo, etc. Pues los mexicanos éramos politeístas, creían en deidades, se nos fue
obligados a olvidarlos, pero ¿Por qué si en la actualidad recordamos en quienes creíamos, no
volvemos a creer en lo nuestras raíces creían?, realmente no tengo respuesta a esa pregunta, y
cualquier respuesta puede ser válida, ya que, la religión está tan arraigada a los mexicanos,
que incluso a algunos es simbolo de fé, de vida, de supervivencia, resiliencia y contención,
sin embargo, considero que no debemos de olvidar, la tortura que implicói para los
mexicanos percibirla cómo tal.
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Desde mi punto de vista Octavio Paz, refleja muchas verdades que me abrieron a un
panorama diferente, pero sobre todo me generó muchas dudas que pueden ser un dilema, tal
vez los mexicanos de hoy somos resultado del “olvidar” al que se nos fue obligado, pero
¿realmente lo olvidamos?, pues los mismos mexicanos ante las injusticias, gritamos “ni
perdón, ni olvido”, las raíces que tenemos, no son las que nuestros ojos pueden ver, pues
debajo de ello hay may, hay muchas cosas que preferimos evitar para no incomodar, pues
para obtener una libertad de expresión, de creencias, de voto y de pensamientos en mexico, el
mexicano tuvo que luchar y morir para poder ser libre en su propia tierra, pero ¿realmente lo
somos?, algunos mexicanos ya han podido romper esa cadena, y se han abierto a un horizonte
mayor y un nivel crítico reflexivo mayor, sin embargo, el romper el sistema en un país creado
por otros, es una batalla difícil, pero tampoco imposible. Me quedo con un sentimiento de
admiración hacia las etnias mexicanas que nos recuerdan que es ser un mexicano en esencia y
en raíces.
Referencia:
Paz, Octavio, 1914-1998. (1972). El laberinto de la soledad. México :Fondo de Cultura
Económica,

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