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1-EL MINISTERIO DE RESTAURACIÓN O SANIDAD INTERIOR

A-El propósito del ministerio de restauración


El propósito del ministerio restaurador de la sanidad
emocional es doble (Sal. 139:23–24; Is. 61:1–3).

Por un lado, está el embellecimiento de la Esposa (Ef.


5:27). Cristo se dio a sí mismo por la iglesia para
santificarla y limpiarla (Ef. 5:26) y para tener para sí
mismo una iglesia gloriosa (Ef. 5:27).
Cristo quiere una iglesia sin mancha ni arruga. El vocablo
mancha en el Nuevo Testamento indica una mácula, algo
sucio, un indicio de enfermedad o herida. Cristo quiere que
su iglesia no tenga heridas de ningún tipo. La palabra
arruga es indicio de vejez o desgaste. Cristo quiere que su
iglesia esté liberada del pasado. Él también desea una
iglesia limpia de toda corrupción o contaminación (2 Co.
7:1).
Además, él quiere una Esposa que sea madura (Ef. 4:13–
15). Un cristiano maduro es aquel que recibe la plenitud de
Cristo. La falta de madurez hace que el creyente sea
vulnerable al engaño y pueda ser dominado por otros.

Por otro lado, está la unidad de la Iglesia (Ef. 4:16). Los


muros de división causados por el miedo y el rechazo
tienen que ser derribados. Los miembros de la iglesia
deben estar capacitados para relacionarse con otros
miembros del cuerpo. Para poder recibir la plenitud de la
Cabeza, el cuerpo debe estar unido con todos y cada uno
de sus miembros. El amor debe fluir de un miembro a otro
del cuerpo como agentes de unidad.

B-La clave para el ministerio de restauración


En Filipenses 3:13, Pablo dice: “Olvidando lo que queda
atrás”. Esto es lo que hace el perdón sanador. El perdón
nos libera del pasado, porque con él se sueltan las heridas,
las personas que nos hirieron son soltadas, y nosotros
mismos somos liberados. Además, Jesús sana las heridas
del pasado. Nosotros no podemos volver al pasado, pero él
sí, porque él trasciende al tiempo y las circunstancias (He.
13:8). Las heridas se sanan cuando permitimos que su
presencia toque ciertos eventos del pasado. El rechazo y la
soledad causados por las heridas del pasado, desaparecen
cuando permitimos que el amor del Señor nos toque. La
sanidad emocional o interior no borra las memorias del
pasado, pero sí nos quita los dolores que haya en esas
memorias.
C-La meta del ministerio de restauración
La presencia del Señor en la experiencia personal es la
mejor evidencia de una sanidad emocional plena y de la
restauración de las emociones a su configuración conforme
el propósito de Dios. Cuando la persona sufre sola, se
forma una herida profunda. Cuando la persona sufre sola,
vienen como resultado, el rechazo, la soledad y la
inseguridad. Pero la presencia del Señor en la experiencia
personal trae liberación inmediata. El amor del Señor en la
experiencia personal pone fin a toda herida emocional. Para
ello, es necesario que la persona se sienta amada por el
Señor en el momento del sufrimiento. El amor es más
fuerte que el dolor. La sanidad se lleva a cabo cuando se
invoca la presencia y el amor del Señor en la experiencia de
la persona que sufre.

2-LOS PASOS PARA EL MINISTERIO DE RESTAURACIÓN

Hay varios pasos importantes adecuados para una sanidad


interior.
(1) Es necesario escuchar atentamente, para localizar los
problemas de la persona sufriente. Para ello, hace falta
hacer una distinción entre los problemas superficiales y los
que tienen raíces profundas. Los problemas superficiales
involucran un acontecimiento que está lleno de
culpabilidad, miedo, incertidumbre, etc. Los problemas que
tienen raíces profundas involucran muchos recuerdos que
perturban y que se han formado alrededor de una raíz.
(2) Es necesario soltar el pasado de la persona. Esto se
hace por medio del perdón, ayudando a que la persona
perdone y pida perdón; y también se hace permitiendo que
Jesús vaya al pasado, a la raíz del problema. Aquí es
importante que la persona se haga como un niño (Mt.
18:3), es decir, que vuelva atrás a su infancia. También es
importante que la persona decida que otro ore por ella (Mt.
18:19) y le permita a Dios hacer uso de su imaginación. La
persona debe recordar que Cristo sufrió en sus llagas por
ella y llevó su dolor en la cruz (1 P. 2:24).
(3) Es necesario romper las ataduras de Satanás en la
persona. El trabajo de Satanás está ligado a las raíces del
problema. La presencia y poder de Satanás tienen que
desaparecer.

Las advertencias para el ministerio de restauración


El ministerio de restauración no consiste en desenterrar
toda la basura del pasado ni en resolver todos los
problemas. Tampoco es necesario intentar sistematizar la
obra del Espíritu Santo durante el proceso, ya que él obra
como él quiere. Por otro lado, no conviene involucrarse en
exámenes interiores detallados ni pretender ser sicólogo o
sicoterapeuta. La sanidad emocional es una obra
sobrenatural del Espíritu y no una operación natural de la
carne. El ministerio de sanidad interior es del Señor, y
debemos ser sensibles a la obra que él está llevando a
cabo, porque él es quien sana. Además, es bueno no
presionar a la persona, puesto que ella necesita una fe
suficientemente fuerte para encarar la realidad de su
recuerdo doloroso por sí misma.
Charles H. Kraft: “Al cierre de la sesión de sanidad interior,
es importante que despidamos a la persona preparada para
confrontar oposición. Indudablemente Satanás intentará
retomar su ‘territorio’. Ayude a los aconsejados a conocer y
usar su autoridad para ordenar a Satanás dejarlos cuando
son tentados a caer otra vez en viejos hábitos. Enfatice con
ellos la importancia de pasar tiempo con Dios y de
establecer una relación íntima con él. Pasar tiempo en la
adoración personal y colectiva es crucial. Leer y estudiar la
Biblia ayudará a continuar dándoles a las personas un buen
fundamento. Ayúdelas a entender que han probado algo
que el Enemigo mantenido alejado para ellas por años:
libertad. A medida que vayan experimentando libertad en
nuevas maneras, el Enemigo tratará lo mejor de su parte
para venir y encerrarlas de nuevo, robándoles tanto como
pueda de la sanidad profunda que Dios les ha ofrecido.”

Las advertencias para el ministerio de restauración


El ministerio de restauración no consiste en desenterrar
toda la basura del pasado ni en resolver todos los
problemas. Tampoco es necesario intentar sistematizar la
obra del Espíritu Santo durante el proceso, ya que él obra
como él quiere. Por otro lado, no conviene involucrarse en
exámenes interiores detallados ni pretender ser sicólogo o
sicoterapeuta. La sanidad emocional es una obra
sobrenatural del Espíritu y no una operación natural de la
carne. El ministerio de sanidad interior es del Señor, y
debemos ser sensibles a la obra que él está llevando a
cabo, porque él es quien sana. Además, es bueno no
presionar a la persona, puesto que ella necesita una fe
suficientemente fuerte para encarar la realidad de su
recuerdo doloroso por sí misma.
Charles H. Kraft: “Al cierre de la sesión de sanidad interior,
es importante que despidamos a la persona preparada para
confrontar oposición. Indudablemente Satanás intentará
retomar su ‘territorio’. Ayude a los aconsejados a conocer y
usar su autoridad para ordenar a Satanás dejarlos cuando
son tentados a caer otra vez en viejos hábitos. Enfatice con
ellos la importancia de pasar tiempo con Dios y de
establecer una relación íntima con él. Pasar tiempo en la
adoración personal y colectiva es crucial. Leer y estudiar la
Biblia ayudará a continuar dándoles a las personas un buen
fundamento. Ayúdelas a entender que han probado algo
que el Enemigo mantenido alejado para ellas por años:
libertad. A medida que vayan experimentando libertad en
nuevas maneras, el Enemigo tratará lo mejor de su parte
para venir y encerrarlas de nuevo, robándoles tanto como
pueda de la sanidad profunda que Dios les ha ofrecido.”

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