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Argentina después de la década Infame:

El ascenso de Perón al Poder

1- Investiguen y elaboren un texto sobre los gobiernos de Argentina entre 1943 y 1946.

Tengan en cuenta presidentes, medidas tomadas, cambios sociales.

2- ¿Cuál es la importancia de Juan Domingo Perón en este periodo? ¿Qué cargos ocupa?

¿Cómo asciende en la escena política de la época?

3- Averigüen que sucedió el 17 de octubre de 1945 y coméntenlo en un breve texto (dos

párrafos).

4- Analicen los siguientes testimonios del 17 de octubre (a favor y en contra). Establezcan

conclusiones y comparaciones.

El 17 de octubre de 1945 - Testimonio de un


obrero
A principios de octubre, durante el gobierno de Edelmiro J. Farrell, Perón fue obligado a
renunciar a todos los cargos públicos que ocupaba con el objetivo de desarticular su programa
político. Fue detenido y trasladado a la isla Martín García. El Comité Central Confederal de la
CGT declaró una huelga general a partir de la hora cero del 18 de octubre “como medida
defensiva de las conquistas sociales amenazadas por la reacción de la oligarquía y el
capitalismo”. La iniciativa sindical fue, sin embargo, desbordada por las bases, y desde la tarde
del 16 de octubre los obreros empezaron a dejar sus lugares de trabajo. El 17 de octubre de
1945, miles de trabajadores provenientes principalmente del cordón industrial del Gran Buenos
Aires se acercaron a Plaza de Mayo reclamando la presencia de Perón. El gobierno debió
finalmente ceder a la presión popular y el general fue trasladado a la capital. Por la noche,
Perón pudo estrenar su saludo con los brazos en alto.

La gente venía del sur


Fuente: Relato testimonial de Sebastián Borro, un obrero que participó de la jornada aquel 17 de
octubre, aparecido en La Opinión Cultural el 15 de octubre de 1972.
El 17 de octubre de 1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalúrgico
ubicado en Constitución, sobre las calles Luis Sáenz Peña y Pedro Echagüe. Yo tenía entonces 24
años de edad. Mi oficio era oficial tornero mecánico… En la mañana del 17 de octubre,
aproximadamente a las 9, grupos de personas venían desde Avellaneda y Lanús avanzando hacia
el centro de la ciudad. Pasaron por la calle Sáenz Peña, observaron que había un taller mecánico
(donde trabajaban 130 personas) se acercaron a nosotros y nos dijeron: “Muchachos hay que parar
el taller, hay que salir a la calle a rescatar a Perón”.

Las noticias que teníamos en ese momento eran que Perón estaba detenido y que todo lo que se
hacía era para rescatarlo. Efectivamente, el taller paró y la gente salió a la calle. Algunos fueron a
sus casas. Pero la gran mayoría siguió con los compañeros que venían del sur. Fuimos caminando
hacia Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las once y media, porque en el
camino íbamos parando los diversos establecimientos de la industria metalúrgica y maderera que
había por Constitución.

A esa hora no había tanta gente como la que hubo por la tarde, que cubrió toda la Plaza. En la
marcha hacia allí se pintaban sobre los coches, con cal, leyendas como “Queremos a Perón”.
También sobre los tranvías. La gente se paraba y reaccionaba a favor de la manifestación que iba a
Plaza de Mayo para tratar de cumplir con la idea que tenían los que habían organizado eso. Perón
había aplicado leyes nuevas y otras las había ampliado: pago doble por indemnización, preaviso,
pago de las ausencias por enfermedad. Eran cosas que antes no se cumplían; hasta ese momento,
donde yo trabajaba, no se cumplía ninguna de esas leyes. Le voy a decir más: creo que pocos días
antes de su detención, Perón había conseguido un decreto por el que se debían pagar al trabajador
los días festivos: 1º de mayo, 12 de octubre, 9 de julio, etcétera. Recuerdo que uno de los patrones
nos dijo entonces: vayan a cobrarle a Perón el 12 de octubre (ya estaba detenido). Después del 17
de octubre cobramos ése y muchos días más.

Siguiendo con el 17, llegamos a la Plaza; cada vez se hacía más entusiasta; había alegría, fervor.
Frente a la Casa Rosada empezaron a armar los altavoces. Hablaron distintas personas, el coronel
Mercante, Colom, que fue uno de los últimos oradores. Trataban de ir calmando a la gente: por
cada intervención de los oradores, la reacción era más fervorosa a favor de Perón. Se decía que
venían trabajadores del interior del país. No lo puedo probar. Recuerdo, sí, que era una tarde muy
calurosa y la gente se descalzaba y ponía los pies en las fuentes, muchos por haber caminado
tanto. Concretamente lo que yo presencié era la gente que venía del sur. Berisso, Avellaneda,
Lanús, Lomas de Zamora. A medida que crecía la cantidad, en la Plaza de Mayo aparecían los
carteles. Por primera vez yo observaba algo igual: nunca había visto una asamblea tan
extraordinaria. Cuando el coronel Perón apareció en los balcones sentí temblar a la Plaza. Fue un
griterío extraordinario que nos emocionó de tal manera. Todo parecía venirse abajo.

Unos días antes se decía que Perón estaba gravemente enfermo. Por los parlantes se había
anunciado que el coronel Perón se encontraba bien de salud y que estaba en el Hospital Militar. En
un momento, Colom dijo, más o menos: “Quédense que vamos a traer a Perón”. Mucha gente
gritaba por Perón –quizá por primera vez- sin tener todavía conciencia clara de su actividad.
Porque, además, la gran prensa trataba de desvirtuar la figura de Perón. La gente se enteraba a
través de los delegados o los activistas pero no por la prensa, que casi en su totalidad estaba en
contra. Aunque él había hablado en distintas oportunidades desde la Secretaría de Trabajo. Y se
había hecho carne que era un auténtico defensor de los derechos del trabajador.

Nos causó mucho dolor saber que lo habían detenido pero –en lo que respecta a mí y a un grupo
de compañeros- sinceramente nos considerábamos impotentes, porque recién estábamos
despertando, después de muchos años, en el país. Para otros –quizá- con anterioridad, pero a
partir de ese 17 de octubre despierta la conciencia para nosotros. Se hace carne que al pueblo
tiene que respetársele como tal, cosa que Perón proclamaba diariamente. De ahí que, si bien nos
sentíamos impotentes, podíamos hacer algo: sacar a Perón de las garras de la oligarquía y
colocarlo en el lugar que correspondía para que sea permanente una auténtica justicia. Es decir,
ese idealismo que teníamos nunca lo habíamos vivido en el país. No creí que iba a haber tanta
gente en la Plaza; lo que sí pensaba era que el agradecimiento del pueblo a Perón tenía que ser
auténtico. Pero yo no conocía la reacción de la gente, hasta que la viví.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar
El día después: distintas opiniones sobre el 17 de octubre de 1945
Diario antiperonista Crítica del día 18 de octubre de 1945.

"Esa gente me recuerda las murgas de carnaval, también por su indumentaria: parecen disfrazados de
menesterosos. Me pregunto de qué suburbio alejado provienen esos hombres y mujeres casi harapientos, muchos
de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones, les ciñen la frente y casi todos desgreñados.

¿O será que el día gris y pesado o una urgente convocatoria, les ha impedido a estos trabajadores tomarse el
tiempo de salir a la calle bien entrazados o bien peinados, como es su costumbre? ¿O habrán surgido de ámbitos
cuya existencia yo desconozco?".

María Rosa Oliver, escritora del grupo "Sur" y camarada de ruta del Partido Comunista, opina sobre los
trabajadores del 17 de octubre de 1945.

Escribe Blas García

El día después

Superada la euforia del 17 de octubre la CGT convoca a una huelga general para el 18 de octubre. La huelga se
acató y, al igual que durante la jornada anterior, no existieron desmanes significativos. El 19 de octubre la CGT se
reúne para analizar los alcances de la huelga y labra un acta en la que se hace una sola mención a la jornada del
17, y en ningún momento se nombra al coronel Perón.

Opiniones sobre el 17 de octubre

"El país era otro país y no quisieron entenderlo... El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es
la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad
propia". Arturo Jauretche.

"Era el subsuelo de la Patria sublevado... Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que
la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente, como la brisa fresca del río.. Lo que yo
había soñado e intuído durante muchos años estaba allí presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el
espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu
de la tierra estaba presente como nunca creí verlo". Raúl Scalabrini Ortiz.

"¿Cómo?, se preguntaban los figurones de la oligarquía, azorados y ensombrecidos, ¿pero es que los obreros no
eran esos gremialistas juiciosos a quienes Juan B. Justo había adoctrinado sobre las ventajas de comprar porotos
baratos en las cooperativas?. Jorge A. Ramos.

Opiniones de los viejos partidos


"El 17 de octubre fue preparado por la Policía Federal y la Oficina de Trabajo y Previsión, convertida en una gran
máquina de propaganda tipo fascista..." Unión Cívica Radical.

"...Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad
distinguida sustentada en su clientela "romana" y el país de 'la corte de los milagros' que mostró entonces toda su
rabia y toda su fuerza. ¡Nueve días que sacudieron al país! ¡Nueve días en que la verdad se desnudó! ¡Nueve días
que cierran una época e inauguran otra!... Desde luego, el odio no es el único ingrediente del peronismo pero es el
fundamental, el cemento que aglutinó a las masas en torno a Perón". Emilio Hardoy, dirigente conservador.

"En los bajíos y entresijos de la sociedad hay acumuladas miseria, dolor, ignorancia, indigencia más mental que
física, infelicidad y sufrimiento. Cuando un cataclismo social o un estímulo de la policía moviliza las fuerzas
latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales, dan libertad a las potencias incontroladas, la
parte del que pueblo que vive ese resentimiento y acaso para su resentimiento, se desborda en las calles,
amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios , persigue en su furia demoníaca a los propios adalides permanentes
y responsables de su elevación y dignificación". Partido Socialista.

"Se iniciaba un largo y doloroso período, pues quienes lo habían planeado habían logrado desencadenar un
movimiento de masas que acompañaría a la dictadura. Con el caer de la tarde, la tristeza me dominó". Américo
Ghioldi.

"Con su permiso, señor Capitán. Voy a desalojar a toda esa gente.- Sí, le dije , pero con una condición: no dispare
ningún tiro adentro del edificio... Se retiraron entonces... El dio la orden y los soldados pusieron rodilla en tierra,
dieron vuelta sus fusiles-con la culata adelante- y comenzaron a sacudirles las cabezas a los revoltosos. Sonaban
sus cabezas que parecían mates". Isaac. F. Rojas.

Opinión del Partido Comunista

"El malón peronista - con protección oficial y asesoramiento policial- que azotó al país, ha provocado
rápidamente- por su gravedad- la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la República en
millares de protestas... Se plantea así para nuestros militantes, una serie de tareas que para mayor claridad,
hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política.

Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquello que de alguna manera sea su expresión: por el otro,
llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales, la forma de resolverlos y explicar
ante las amplias masas de nuestro pueblo, más aún que lo hecho hasta hoy, lo que la demagogia peronista
representa.

En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo hasta su
aniquilamiento. Corresponde aquí también señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras
ciudades de las inmundas 'pintadas' peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de
reorganización democrática. Nuestras mujeres ...deben visitar las casas de familia, comercios, etc, reclamando la
acción coordinada y unánime contra el peronismo y sus hordas. Perón es el enemigo número uno del pueblo
argentino" Declaración del Partido Comunista, 21/10/45.

"El malevaje peronista, repitiendo escenas dignas de la época de Rosas y remedando lo ocurrido en los orígenes
del fascismo en Italia y Alemania, demostró lo que era, arrojándose contra la población indefensa, contra el hogar,
contra las casas de comercio, contra el pudor y la honestidad, contra la decencia, contra la cultura e imponiendo el
paro oficial, pistola en mano y con la colaboración de la policía que ese día y al día siguiente, entregó las calles de
la ciudad al peronismo bárbaro y desatado". Partido Comunista.

Opinión del "Frente Obrero"

"Los acontecimientos de los días 17 y 18 de este mes han dejado perplejos y confundidos a los stalinistas,
socialistas y en general a toda la pequeña burguesía que se hallaba bajo el influjo ideológico de la oligarquía y del
imperialismo... La misma masa popular que antes gritaba ¡Viva Yrigoyen!, grita ahora ¡Viva Perón!. Así como en el
pasado se intentó explicar el éxito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraía a la chusma, a las turbas
pagadas, a la canalla de los bajos fondos, etc., así tratan, ahora, la gran prensa burguesa y sus aliados menores,
los periódicos socialistas y stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y 18 en iguales o parecidos términos.
Con una variante: comparan la huelga a favor de Perón con las movilizaciones populares de Hitler y Mussolini.

Identificar el nacionalismo de un país semicolonial con el de un país imperialista es una verdadera 'proeza' teórica
que no merece siquiera ser tratada seriamente... La verdad es que Perón, al igual que antes Yrigoyen, da una
expresión débil, inestable y en el fondo traicionera, pero expresión al fin, a los intereses nacionales del pueblo
argentino. Al gritar ¡Viva Perón!, el proletariado expresa su repudio a los partidos pseudo-obreros cuyos
principales esfuerzos en los últimos años estuvieron orientados en el sentido de empujar al país a la carnicería
imperialista.

Perón se les aparece, entre otras cosas, como el representante de una fuerza que resistió larga y obstinadamente
esos intentos y como el patriota que procura defender al pueblo argentino de sus explotadores imperialistas. Ve
que los más abiertos y declarados enemigos del coronel lo constituyen la cáfila de explotadores que querían
enriquecerse vendiéndole al imperialismo angloyanqui, junto con la carne de sus novillos, la sangre del pueblo
argentino... Aquellos que desconocen el sentido y la importancia de las tareas nacionales en nuestra revolución
están incapacitados para comprender estos acontecimientos: en general, están incapacitados para comprender
nada. Los que se engañaron tomando la movilización de estudiantes, burgueses y damas perfumadas (del 19 de
setiembre) por los preludios de la 'revolución', juzgan a la huelga general de l7 y 18 de octubre como una especie
de aberración que echa al suelo todas sus teorías. La aberración estaría, en todo caso, en que individuos que se
denominan a sí mismos marxistas, se pongan del lado del imperialismo en sus escaramuzas con algunos sectores
de nuestra burguesía semicolonial...

Por primera vez, en muchos años, la clase obrera ha salido a la calle y ha influido de manera importante en el
curso político del país...Las grandes masas explotadas se están poniendo de nuevo en movimiento". Grupo "Frente
Obrero".

Opinión de la Embajada de los Estados Unidos

"...Es impresión generalizada que a menos que la oposición reaccione rápidamente, el apoyo popular a Perón
crecerá como una bola de nieve permitiéndole competir electoralmente, como candidato del pueblo, con mejores
posibilidades de las que se le asignaban hasta ahora... La rehabilitación de Perón se hará sentir en los países
vecinos. ..Esto ha fortalecido la posibilidad de formación de un bloque de dictaduras en América del Sur, amigo de
Rusia y hostil hacia los Estados Unidos". Embajada de los Estados Unidos.

Escribe: Blas García

Fuentes:
-José Maria Rosa. Historia Argentina, La Soberanía (1943-1946) Tomo 13.Editorial Oriente.
-Norberto Galasso. Perón - Formación, ascenso, caída (1893 - 1955) editorial Colihue.
-Rodolfo Puiggros. Historia Crítica de los Partidos Políticos Argentinos.Editorial: Argumentos.
- Jorge Abelardo Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina (Volumen II) Editorial Distal.
- John William Cooke. Peronismo y Revolución. Editorial Parlamento.

EL 17 DE OCTUBRE DESDE EL ANTI PERONISMO


Los no peronistas también tuvieron su lugar el 17 de Octubre de 1945, el nacimiento del liderazgo
de Juan Domingo Perón y su movimiento no pasó desapercibido en la oposición. “Marcianos,
aluvión zoologico, hordas desaforadas”, fueron algunos de las valoraciones negativas que
recibieron los“cabecitas negras”.

Actores como la UCR, el Almirante Isaac Rojas (cerebro de la destitución en 1955 y el anti
peronismo furibundo), pasando por Ernesto Sábato, Mariano Grondona, y Jorge Luis Borges, entre
otros, mostraron su desprecio al “Día de la Lealtad”.
Una mirada diferente con PERLITAS DE LA HISTORIA, recordando qué dijo e hizo la oposición.
Palabras, declaraciones y testimonios de la época.

Dos de los más reconocidos escritores e intelectuales argentinos: Jorge Luis Borges y Ernesto
Sábato, tuvieron una postura de total oposición.
Jorge Luis Borges, entrevistado varios años después, apenas dijo que fue algo” horrible y
tremendo”, una definición con la que rompió su silencio sobre el día de la lealtad.
JORGE LUIS BORGES: ¿Por qué asunto viene?
DINAMIS: Quisiéramos que hiciera una declaración sobre el 17 de octubre...J.L.B.: ¿De qué 17 de
octubre?

D- Del 17 de octubre de 1945.


J.L.B. (pensativo): ¿Cómo, ese día de los peronistas? D.: Sí.
J.L.B.: No, caramba, de eso no hablo.
D.: ¿Por qué?
J.L.B.: Cómo por qué. Usted no se acuerda porque por la voz me doy cuenta que es muy joven,
pero usted no sabe lo que fue eso, horrible. Algo tremendo.

Por su parte, Ernesto Sábato, en Tres Revoluciones lo comparó en forma irónica con la
Revolución Francesa "El 17 de octubre yo estaba en mi casa, en Santos Lugares cuando se
produjo aquel profundo acontecimiento. No había diarios, no había teléfonos ni transportes, el
silencio era un silencio profundo, un silencio de muerte. Y yo pensé para mí; esto es realmente una
revolución”.

Era la primera vez en mi vida que yo asistía a un hecho semejante., esa revolución (como todas,
por otra parte) fue sucia y estrepitosa, obra dehombres en alpargatas, que golpean bombos y
que seguramente tambiénorinaron (como los descamisados de Perón en la Plaza de Mayo) en
alguna plaza de Francia., me conmueve el recuerdo de aquellos hombres y mujeres que habían
convergido sobre la Plaza de Mayo desde Avellaneda y Berisso, desde su fábricas, para ofrecer su
sangre por Perón". Sábato, Ernesto. "Tres revoluciones".

Uno de los militares que sobresalió por su marcado anti – peronismo, fue el almirante Isaac
Francisco Rojas, uno de los cerebros del golpe de Estado con el que la Revolución libertadora
derrocó a Perón.. Antes Rojas, fue partícipe de los dos intentos fracasados de los derrocamientos
de Perón en septiembre de 1951 y en junio de 1955 ( los bombardeos sobre Plaza de Mayo de los
cuales fue promotor ), admitió que aquel 17 de octubre, en la puerta de la Casa Rosada, dio orden
de reprimir sin disparar, al menos allí dentro. Los soldados pusieron rodilla en tierra, dieron vuelta
los fusiles, revolearon las culatas “y comenzaron a sacudirles las cabezas a los revoltosos.
Sonaban las cabezas que parecían mates”.

La Unión Cívica Radical, tuvo distintas posturas. Por un lado, la declaración de la mesa directiva del
Comité Nacional: "El 17 de octubre fue preparado por la Policía Federal y la Oficina de Trabajo
y Previsión; en las fábricas y en los gremios compulsivamente obligaban muchos oficialistas y la
policía a abandonar el trabajo y plegarse a la manifestación; el número de los manifestantes no fue
mayor de 60.000 personas, teniendo informaciones fehacientes de que muchos de
éstos recibieron dinero para concurrir; la preparación del acto fue anterior a la caída de Perón y
contó con toda la ayuda oficial en camiones y medios de transportes y hasta el reparto de alimentos
a los manifestantes en la propia Plaza de Mayo; los manifestantes vejaron a personas, asaltaron
comercios, injuriaron a la población vivando a su candidato.

Por el otro, Crisólogo Larralde, reflexionó "El 17 de Octubre salió el pueblo a la calle y produjo un
acto de adhesión al coronel Perón. Creyó que las llamadas conquistas sociales corrían peligro de
desaparecer y afirmó su derecho a mantenerlas, vivando al coronel Perón. En este apellido la gente
joven ve al realizador de un programa social. El pueblo habló, gritó, desfiló, realizó agresiones,
llenó de inscripciones las paredes, dijo lo que le parecía justo.

Poco tiempo después diputado radical Ernesto Sammartino bautizó a los obreros como el "aluvión
zoológico”.

Formado en grupos del catolicismo nacionalista y conservador, Mariano Grondona, que ya había
militado en el anti peronismo siendo estudiante universitario, asumió su participación en los
Comandos Revolucionarios. El 17 de Octubre de 1945, el abogado y periodista, vio: “bandas
armadas del peronismo, obedeciendo a un plan de acción dirigido por el coronel y sus asesores
nazis. Las bandas armadas del peronismo entraban en acción para sembrar la confusión y el
terror en la población desprevenida, con el propósito de crear el clima favorable para un nuevo
golpe sorpresivo al gobierno (…) El peronismo logró engañar a algunos sectores de la clase obrera,
a quienes no había llegado la prédica democrática por la represión del movimiento obrero y
popular. Esos sectores engañados de la clase obrera fueron en realidad dirigidos por el malevaje
peronista que, repitiendo escenas dignas de la época de Rosas, y remedando lo ocurrido en los
orígenes del fascismo en Italia y Alemania, demostró lo que era arrojándose contra los hogares,
contra el pudor y la honestidad, contra la decencia, contra la cultura…”

En tanto, en el Partido Socialista, manifestaron: “Cuando un cataclismo social o un estímulo de la


policía moviliza las fuerzas latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales,
dan libertad a las potencias incontroladas y la parte del pueblo que vive ese resentimiento, se
desborda en las calles, amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios, persigue en su furia
demoníaca a los propios adalides permanentes y responsables de su elevación y dignificación.".

Para el Partido Comunista, hubo una huelga con desmanes perpetrados por las bandas armadas
peronistas: “se ha visto otro espectáculo, el de las hordas de desclasados haciendo de
vanguardia del presunto orden peronista. Los pequeños clanes con aspecto de murga que
recorrieron la ciudad no representan a ninguna clase de la sociedad. Es el malevaje reclutado por
la Secretaría de Trabajo y Previsión para amedrentar a la población.[…].

“Un conato de revolución militar obligó a Perón a retirarse transitoriamente del poder y permitió la
cuidadosa organización de su retorno a la vida pública en condiciones excepcionales que
demostraban el trasfondo de su política y de sus planes. Con la colaboración desembozada de
fuertes grupos militares y de la policía", analizó José Luis Romero, en su libro “Las ideas
políticas en la Argentina”.

Otro testimonio opositor, lo brindó Félix Luna, en su libro “El 45”: “Los obreros, eran una: “horda
desaforada que tenía el color de la tierra, una caricatura vergonzosa de su propia imagen, la
ciudad los vio con la misma aprensión con que vería a los marcianos desembarcando en nuestro
planeta. Argentinos periféricos, ignorados, omitidos, apenas presumidos, que de súbito aparecieron
en el centro mismo de la urbe para imponerse arrolladoramente...”.

Medios de comunicación tradicionales como La Nación, nacido en como representante de la clase


alta, reflejaron aquella concentración, definiendo a los trabajadores como “grupos revoltosos e
individuos en completo estado de ebriedad que confluyeron a la Plaza de Mayo”.

Mientras Crítica hablaba de “grupos aislados que no representan al auténtico proletariado”, El


Mundo hacía hincapié en la compulsividad del paro y La Razón veía “grupos armados obligando a
los obreros a manifestarse”.

En el Comunismo, Américo Ghioldi se lamentaba con un “con el caer de la tarde, la tristeza me


dominó” y María Rosa Oliver se preguntaba “de qué suburbio alejado provienen esos hombres y
mujeres casi harapientos, muchos de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones,
les ciñen la frente y casi todos desgreñados”.

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