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Materia: Historia Curso: 5°AÑO

INTEGRADOR RECUPERATORIO (TED – TEP)

Actividad 1: Peronismo y Revolución Libertadora


Leer el siguiente documento y explicar por qué, después del 16 de septiembre de 1955, se
profundizó el enfrentamiento entre el peronismo y el anti peronismo en todos los planos de la
vida social argentina. Relaciónalo con el texto de mordisquito.
“A partir del 16 de septiembre de 1955, los sectores antiperonistas de la sociedad argentina sintieron
que habían recuperado su voz para hacerla escuchar públicamente. El sentimiento predominante
entre los que apoyaron la “revolución libertadora” era que la sociedad argentina había recuperado
la libertad. Pero la recuperación de las voces de unos se correspondió con el silenciamiento de las
voces de los otros. En noviembre de 1955, el gobierno militar dictó el decreto 4161 que prohibía el
uso de los símbolos peronistas: incluía entre ellos las canciones, los distintivos, las consignas y,
también, la prohibición de nombrar a Perón o a Eva Perón de manera pública o privada. En los medios
masivos de comunicación se generalizaron términos como el tirano o el régimen depuesto, y también
los gorilas para nombrar a los antiperonistas.”
(Alonso, E. 1997. p. 121)
Texto de mordisquito…. Enrique Santos Discépolo “Mordisquito”, 1951
Sí, son muchas las cartas que recibo. Y tanto o más que las otras me interesan las que me reprochan
algo. Por eso me interesó la tuya, Mordisquito —así firmabas, ¿verdad?… ¡Mordisquito!…— Y voy a
contestarte porque veo que te has hecho un lío. Un lío grande. Te quejás, y tu queja es como si
vinieras a decirme que instalaste en la calle Corrientes una fábrica de trampas para cazar osos y que
estás furioso porque no vendés ninguna. Tipo chaleco sería el de tu aspiración. ¿Quién te iba a
comprar una trampa para cazar osos aquí en Buenos Aires? Tu pretensión estaría consignada dentro
de ese capítulo que en medicina legal se llama el piante, ¿verdad, Mordisquito? Es como si quisieras
darte la mano en el espejo. —Los médicos se ponen serios cuando ven que uno intenta eso delante
de ellos. ¡Al rato empieza la ducha fría!—. Y lo tuyo es igual. Querés discutir. Y, bueno, Mordisquito,
discutamos. Pero no con ese coraje que tenés para el macaneo libre, sino con un atisbo de razón.
¿Entendés, Mordisquito? Vos insistís en negar todo lo que significa conquista, progreso, realidad
social. Pero no con argumentos que caen por su propio peso, como las cornisas, sino con la misma
deliciosa ingenuidad del que quiere tirar abajo un ombú con una hojita de afeitar. 61 No alcanza. No
la podés contar tan fácil. Los hechos son demasiado grandotes, las realidades demasiado sólidas
para que puedas socavarlas con frasecitas. Frasecitas hechas tan sólo con palabras. Espuma que
parece abultar mucho pero que se deshace soplando. Te oigo decir, por ejemplo: «¡Eh, ya no se puede
comprar nada. Todo aumenta. Todo sube! ¡No sé adónde iremos a parar!» Y tu frase tiene la
apariencia de una sentencia. De un destino negro, negro como un café negro, como un túnel sin
salida y con un negro adentro. Pero hacéme un favor, ¿querés? Agarrá un lápiz y un papel. Te quiero
hablar con cifras para no hacerla larga. Tenés razón. Sí, el costo de la vida aumentó un 113% con
relación a 1946. Pero, ¿sabés en cuánto aumentaron los salarios obreros? En un 172,8%. Y bueno,
hacé la cuenta. Bajá el uno y lleváte el cero alguna vez. ¿Sabés en cuánto aumentó el poder
adquisitivo de los salarios desde 1946? En más del 29%; aquí adelante mío tengo el dato. Yo ya sé
que nadie compra trampas para osos, pero es porque no se necesitan, no porque aumentaron.
¿Cómo me vas a contar que «ya no se puede comprar nada» si el índice de ventas minoristas era de
200 con respecto a 1943 y el año pasado llegó a 830? Comprendo que los números son aburridos,
pero no me vas a negar su elocuencia. Yo no me quiero hacer el erudito, ni me voy a enojar si no
consigo convencerte de tu error. Pero dejáme, al menos, este derecho de justificar mi alegría,
Mordisquito. Una alegría que crece comprobando los hechos, certificando un equilibrio de cosas,
confirmando una fe que tiene raíces en los hechos. ¿Cómo vas a enredarme en ese pesimismo que
te hace decir sin fundamento alguno: «Las cosas van cada vez peor», si el panorama de la realidad
me testimonia todo lo contrario? Siempre tuvimos que presenciar el espectáculo injusto de una
minoría que progresaba a 62 expensas del estancamiento o el hundimiento de los demás. Hoy la
fiesta es de todos. Es el renacer de un país entero que ve crecer a un tiempo trigo y chimeneas,
cosechas y fábricas. Mientras vos te empeñás en vender trampas para osos nuestro comercio
internacional arrojó el año pasado un saldo positivo superior a 700 millones de pesos. Mientras vos
te quejás, Mordisquito, la iniciativa privada, con la ayuda financiera del Gobierno, creó 30.000
empresas nuevas. En sólo un año —mientras otros le dan manija a la lengua— se han solicitado casi
19.000 marcas de fábrica. Nuestro incremento industrial con respecto a 1937 es del 73%. El más alto
registrado en el mundo. ¿Y entonces? Dejá las trampas para osos y entrá en la fiesta, Mordisquito.
No sigás más a contramano. ¡Ah!, ¿no querés? ¡Y bueno, quejáte si te gusta, pero a mí, no… , a mí
no me la vas a contar!

Actividad 2: “La década de los sesenta”


Leer los siguientes documentos:
1 -"La Revolución Argentina resolvió disolver los partidos políticos. No había duda alguna de que ya
no eran representativos; la ciudadanía, obligada a elegir a sus gobernantes, los utilizaba con
disgusto y desconfianza. Estos partidos, aprisionados por sus propias estructuras, sólo servían a
intereses faccionales, insistían en mantener pasiones artificiales y eran incapaces de producir la
transformación que la nación demandaba."
Declaración del ministro del Interior Enrique Martínez Paz, 1966, La Nación, Buenos Aires, 8 de
septiembre de 1966.
2- "En los inicios de marzo de 1969 el ministro del Interior de Onganía, doctor Guillermo Borda, citó
a siete directores y editores de revistas y les pidió que 'morigeraran la exhibición de todo tipo de
expresiones e imágenes eróticas que reflejan la alarmante evolución de las costumbres'. Dalle
Nogare (Primera Plana) y Larralde (Panorama,) salieron diciendo que la solicitud del ministro
entrañaba 'una velada insinuación de autocensura'. (...) Aníbal Vigil (Gente) aseguró al concluir la
reunión que el ministro no les había hecho sugerencias políticas sino que 'veláramos por conseguir
una mayor moralidad -transcribe La Nación-. Por parte de nuestra editorial aceptamos el pedido y
revisaremos los materiales en todo lo posible'."
Ulanovsky, Carlos (Paren las rotativas). Una historia de grandes diarios, revistas y periodistas
argentinos, Buenos Aires, Espasa, 1997, pp. 189-190.
3- "En tan afanosos empeños (de justicia social) tuvimos en contra al Episcopado argentino que,
ahora, un cuarto de siglo después, parece que quiere rectificarse. En el pretendido abandono de las
masas, la Iglesia tiene también su parte de culpa porque, por intermedio de su jerarquía eclesiástica,
olvidó a menudo al pueblo para seguir a las oligarquías y a los poderosos que no fueron precisamente
los preferidos de Cristo. O la Iglesia vuelve a Cristo o estará en grave peligro en el futuro (...) De estos
simples hechos fluye la admiración y el cariño que siento por los sacerdotes del Tercer Mundo a los
que deseo llegar con mi palabra de aliento y encomio porque ellos representan la Iglesia con que
siempre he soñado."
Carta del general Perón a los sacerdotes del Tercer Mundo, marzo de 1969, en: Baschetti, Roberto
(Recopilación y prólogo), Documentos de la resistencia peronista 1955-1970, Buenos Aires,
Puntosur, 1988, p. 339.

4- “La cuestión obrera en última instancia, condicionará la dirección general de los acontecimientos.
Por eso, el movimiento de liberación nacional en su etapa inicial, acompañará en un haz defensivo
espontáneo, a todas las tendencias nacionales como paso previo de la victoria del país sobre sus
opresores internacionales (...) El frente de resistencia no implica conciliación de clases -una utopía
reaccionaria- sino unidad patriótica de clases contra la clase dominante vendida al extranjero. En
este período de transición crecerá un movimiento nacional alrededor del peronismo, que con todas
sus contradicciones internas y lastres del pasado, significará un salto fundamental hacia la liberación
histórica. La caída de Perón, al afectar a las diversas clases, ha creado una situación revolucionaria
dentro de determinadas condiciones imperantes en el orden mundial (...) En un país dependiente
como la Argentina actual, donde la lucha por la liberación apaga durante un período la lucha de
clases, una situación revolucionaria general no implica necesariamente la revolución proletaria
particular, sino el nexo revolucionario progresivo entre la Argentina, Iberoamérica y los demás países
coloniales de la tierra que enfrentan al imperialismo... El dilema es de hierro... O nación o factoría.
Ese encuentro del pueblo y del Ejército advendrá (...). Los hispanoamericanos no hablaremos inglés."
Hernández Arregui, Juan José, La formación de la conciencia nacional (1930-1960), 2a ed.
ampliada, Buenos Aires, Ediciones Hachea, 1970, pp. 489-490.

Responder de cada documento:


Documento 1: A- Analizar las palabras del Ministro del Interior Enrique Martínez. B- ¿Se puede
hablar de que La Revolución Argentina fue una dictadura? Fundamentar la respuesta
Documento 2: A- Subraye en el documento la insinuación a la censura. B- De los medios presentes
a quienes podes denominar periodismo independiente. C- ¿Por qué pansas que el Director de “La
Nación” acepta el pedido de Onganía?
Documento 3: A- ¿Cuál es la crítica de Perón a la Iglesia y como la diferencia con los Sacerdotes
del Tercer Mundo? B- Teniendo en cuenta la crítica a la Iglesia en la Carta del General Perón, se
puede decir que hoy en día la Religión Católica está en peligro. Fundamentar. ¿De qué peligro
habla el General?
Documento 4: A- Extraer las ideas principales del documento. B- Que significa: “El dilema es de
hierro... O nación o factoría” C- Analizar el Documento teniendo en cuenta la siguiente expresión:
“Los hispanoamericanos no hablaremos inglés”

ACTIVIDAD 3: Intervención Norteamericana en América Latina


Analiza las siguientes afirmaciones: “Árbenz asumió la presidencia de Guatemala el 15 de marzo
de 1951, pronunciando dicho discurso:
"...Nuestro gobierno se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala,
tendiendo hacia los tres objetivos fundamentales siguientes: convertir nuestro país de una
nación dependiente y de economía semi colonial en un país económicamente independiente;
convertir a Guatemala de país atrasado y de economía predominantemente semifeudal en un
país moderno y capitalista; y hacer que esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga
consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo".
Jacobo Arbenz, en un discurso con posterioridad a ser depuesto como líder de Guatemala en 1954:
"...Ellos usaron el pretexto del anticomunismo. La verdad es muy diferente. La verdad se encuentra
en los intereses comerciales de la United Fruit Company y otros monopolios que han invertido
dinero en Latinoamérica y temen que el ejemplo de Guatemala podría ser seguido por otros países
latinoamericanos. Yo fui elegido por la mayoría de la población de Guatemala, pero he tenido que
lidiar con condiciones difíciles. La verdad es que la soberanía de un pueblo no puede ser defendida
sin los materiales económicos necesarios. Asumí la Presidencia con gran fe en el sistema
democrático, en la libertad y en la posibilidad de lograr mejoras económicas para Guatemala.
Continúo creyendo que mi programa es justo. Tengo fe en que no he violado las libertades
democráticas, la libertad de Guatemala o cualquier producto en el que esté basado el futuro de la
humanidad".
1-Analiza ambos discursos y realiza un texto donde se explique las razones de intervencionismo
norteamericano en América Latina.
Canción urgente para Nicaragua caminaron los tres
Silvio Rodriguez
Estos tres caminantes
Se partió en Nicaragua con idéntica suerte
otro hierro caliente ya se han hecho gigantes
con que el águila daba ya burlaron la muerte
su señal a la gente
Ahora el águila tiene
Se partió en Nicaragua su dolencia mayor
otra soga con cebo Nicaragua le duele
con que el águila ataba pues le duele el amor
por el cuello al obrero
Y le duele que el niño
Se ha prendido la hierba vaya sano a la escuela
dentro del continente porque de esa madera
las fronteras se besan de justicia y cariño
y se ponen ardientes no se afila su espuela

Me recuerdo de un hombre Andará Nicaragua


que por esto moría su camino en la gloria
y que viendo este día porque fue sangre sabia
-como espectro del monte- la que hizo su historia
jubiloso reía
Te lo dice un hermano
El espectro es Sandino que ha sangrado contigo
con Bolívar y el Che te lo dice un cubano
porque el mismo camino te lo dice un amigo.

2- Que significa "Y le duele que el niño, vaya sano a la escuela, porque de esa madera, de
justicia y cariño, no se afila su espuela..."

3- Teniendo en cuenta el capítulo sobre las intervenciones de los EEUU en América latina,
en especial, en Guatemala y Nicaragua, investiga:

A- ¿Cuál es o cuales son los motivos por la cual EE UU decide intervenir los países
latinoamericanos con dictaduras?

B- teniendo en cuenta el mapa de las intervenciones elige un país e investiga cual fue la
causa y cuales las consecuencias de dicha intervención.

C- ¿por qué se crea las Escuelas de Las Américas en Panamá, cuál es su función y objetivo?
D- Para finalizar, realice un análisis sobre la letra del tema musical de Silvio Rodríguez
“Canción urgente para Nicaragua”
Tenga en cuenta la Revolución Cubana, Las intervenciones de EE UU en los países de
América Latina, la Guerra Fría y los intereses de la oligarquía local de cada uno de los países
intervenidos

Actividad 4: Las Dictaduras en América Latina

Se llama dictadura o régimen autoritario a una forma de organización política según la cual
el poder está encarnado en una persona o en un pequeño número de personas, que lo
ejercen de forma absoluta. Por lo general un régimen dictatorial suele ser el resultado de un
proceso de profunda convulsión social, provocada por una situación revolucionaria o por una
guerra, y se produce normalmente por medio de un movimiento militar contra las
estructuras del poder anteriormente establecido, movimiento que adopta la forma de golpe
de estado.
Los estados dictatoriales han buscado su legitimación en teorías como la del "caudillaje",
según la cual en determinadas épocas históricas surgen en algunas comunidades personas
dotadas de un especial carisma y destinadas a conducir a la nación En otros casos, estos
regímenes se han dotado de formas democráticas que aceptan, incluso, la existencia de
partidos políticos afines, así como la celebración periódica de elecciones, ganadas
invariablemente por aquellos mismos que las convocan. Las dictaduras suelen recurrir
también, de manera sistemática, a la propaganda política y al culto de la personalidad del
máximo dirigente como medio eficaz de asegurarse el apoyo activo de la población.

Dictaduras en el siglo XX

A lo largo de todo el siglo XX, con el objetivo de conservar los aspectos centrales de un orden
social que garantizaba, reproducía y ampliaba sus beneficios económicos, las clases
dominantes de los países de América Latina impulsaron golpes de Estado, llevados a cabo
por las Fuerzas Armadas de sus respectivos países, y el establecimiento de diferentes tipos
de dictaduras.
En algunos casos, Nicaragua, México y Paraguay las dictaduras significaron la continuidad sin
variantes de las formas oligárquicas de ejercicio del poder, construidas durante el siglo XIX, y
la negación de la mayoría de los derechos civiles, políticos y sociales. Estas dictaduras fueron
ejercidas por un miembro de los grupos de mayor poder económico o por un militar que los
representaba, rodeado siempre de numerosos familiares y amigos.
En otros casos, las dictaduras fueron impuestas por algunos sectores de las clases
dominantes que intentaban recuperar el control absoluto de las decisiones económicas, ante
la amenaza que, para sus privilegios materiales, representaban los cambios impulsados por
los movimientos sociales que habían llegado al gobierno mediante el voto de la mayoría de
la población.
Un caso particular de estas últimas dictaduras, lo representan las que se establecieron a
partir de la década de 1960. Mediante diversos golpes de Estado fueron desplazadas las
autoridades electas en la mayoría de los países de América Latina, y se instalaron dictaduras
que produjeron profundas transformaciones en el orden social.
A diferencia de las anteriores, éstas fueron ejercidas por las Fuerzas Armadas como
institución aun cuando, en varios casos, hayan recibido el apoyo de importantes sectores de
la población y contado con la participación de numerosos civiles en el gobierno.
Las principales características comunes que encuentran los investigadores, al estudiar estas
dictaduras, son:
• Su conformación en países con cierto nivel de industrialización (Argentina, Brasil), o países
en los que existía cierta estabilidad histórica de las formas democráticas (Uruguay, Chile).
• El haber sucedido a un período de una amplia o intensa movilización de los trabajadores y
de los sectores subalternos en general.
• El rol central desempeñado por las Fuerzas Armadas como institución, tanto en los golpes
de Estado que instalaron las dictaduras, como en el ejercicio del gobierno.
• La articulación, en torno de los gobiernos dictatoriales, de una coalición que expresó los
intereses de las clases económicamente dominantes.
• El ejercicio del gobierno mediante equipos técnicos especializados en diferentes
cuestiones, generalmente sin participación previa en partidos políticos
. • La concepción de un proyecto de reestructuración de la sociedad, sobre nuevas bases
económicas y políticas, a través de las cuales buscaron mantener los niveles de beneficio
obtenidos por las principales empresas y revertir los avances que se habían hecho en
materia de participación en la toma de decisiones de la mayoría de la población.
• La imposición del reordenamiento de la sociedad, en forma autoritaria, lo que exigió el uso
permanente de la fuerza.

La Doctrina de la Seguridad Nacional

Las dictaduras militares constituidas en la década del 70, en América Latina, justificaron las
acciones represivas que llevaron a cabo, mediante la denominada Doctrina de la Seguridad
Nacional. Esta doctrina se inscribió en el contexto del conflicto que enfrentaba a los países
centrales del sistema capitalista, liderados por los Estados Unidos, con los países ligados a la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.).
Este enfrentamiento conocido como “Guerra Fría”, debido a que nunca tuvo una declaración
de guerra formal ni se tradujo en el enfrentamiento militar directo, llevó a que, a partir de la
década de 1960, el gobierno de los Estados Unidos se considerase con derecho a continuar
interviniendo, tal cual lo venía haciendo desde principios de siglo en Centroamérica y el
Caribe, en los asuntos internos de los países latinoamericanos, instalando o sosteniendo
dictaduras militares.
De acuerdo con lo establecido por la Doctrina de la Seguridad Nacional, los numerosos
conflictos sociales y la acción de los movimientos guerrilleros en los países latinoamericanos,
y en el resto del mundo capitalista subdesarrollado, no se debía a las desigualdades
económicas y sociales que colocaban a la mayoría de la población en la miseria y la injusticia,
sino a la acción de comunistas al servicio de la U.R.S.S. De este modo, la citada Doctrina
sostenía que quienes se oponían o enfrentaban las desigualdades sociales o las injusticias del
orden social capitalista (sindicalistas, periodistas, estudiantes, profesores, religiosos, etc.) no
eran más que “agentes’ de los comunistas, que buscaban destruir el capitalismo atacando.
Influenciadas por las ideas nacionalistas las Fuerzas Armadas comenzaron a participar
activamente en la política de los países latinoamericanos. A diferencia de las dictaduras de
los caudillos militares del siglo XIX, que gobernaban a título personal, era la institución toda
la que, luego de un golpe de Estado, se hacía cargo del gobierno, en la mayoría de los países
del continente.

La Violación de los Derechos Humanos

La violación de los derechos humanos no es un fenómeno reciente en América Latina, pero


los niveles alcanzados a partir de la década de los setenta, de mano de las dictaduras
militares, no tienen equivalentes en su historia, si se exceptúa el proceso de conquista y
colonización, durante los siglos XV y XVI.
Si bien la pobreza, el desempleo, el analfabetismo, la desnutrición, los bajos niveles de salud,
la mortalidad infantil y el hambre, han estado presentes durante todo el siglo XX; estos
problemas sociales alcanzaron niveles sin precedentes bajo los gobiernos dictatoriales de las
últimas décadas.
Las dictaduras militares, y los grupos de poder económico que las impulsaron y las
sostuvieron llevaron adelante la transformación de las economías latinoamericanas
apelando a la represión y a la violencia sobre la población. Esta represión consistió,
fundamentalmente, en la detención, la desaparición y el asesinato de los opositores al
gobierno, incluso de muchos que no lo eran. Por otra parte, se eliminó todo derecho a la
defensa en juicio y la tortura se transformó en el método corriente para la obtención de
información sobre la actividad de los opositores.
Por medio del terrorismo estatal se buscó generalizar el miedo entre la población. La
amenaza y el y el uso permanente de la fuerza amenazó a toda la sociedad: obreros,
estudiantes, empresarios jóvenes, adolescentes, ancianos, bebés y niños; deportistas,
intelectuales y discapacitados. Todos se transformaron en posibles víctimas.

La Desaparición de Personas

Los desaparecidos constituyen una de las más pesadas herencias dejadas por la dictadura
militar, tanto en Argentina como en otros países de América Latina. A diferencia de lo
ocurrido con los detenidos y encarcelados, la mayoría de los secuestrados eran encerrados
en centros clandestinos de detención, de los cuales se los trasladaba para ser asesinados. A
partir de su secuestro, los familiares que comenzaban a solicitar informes a las autoridades,
creyéndolos prisioneros en alguna cárcel del país, encontraban que los miembros de las
Fuerzas Armadas siempre negaban tener conocimiento de estas personas y de lo que les
había ocurrido.
El drama de los desaparecidos es aún hoy una herida abierta en las sociedades que lo
padecieron y que sólo puede cerrarla la justicia.
Terrorismo estatal. Se denomina de este modo a las acciones represivas llevadas a cabo por
grupos de militares y civiles que conformaban las dictaduras militares de América latina,
consistentes en el secuestro, la desaparición, la tortura y el asesinato de hombres, mujeres y
niños, con el propósito de atemorizar y evitar cualquier tipo de disconformidad o
descontento frente a las políticas económicas llevadas adelante desde el gobierno.
Intervención de los Estados Unidos a Nicaragua

Aunque ya hemos aludido a la intervención norteamericana en Nicaragua cuando


estudiamos a Somoza, quedaban cuestiones importantes sobre dicha relación. La presencia
de los Estados Unidos en este país comienza en 1863 cuando se consolida el período
conservador en el poder, ya que se realiza una política que favorece los intereses del vecino
del norte. Nicaragua se convertirá en una pieza importante en la economía de los Estados
Unidos. La intromisión en todos los campos será una constante. Apoyarán a Chamorro o a
los Somoza, o intervendrán directamente con los marines en 1912-1915 y en 1926. Después
de la Revolución Sandinista apoyarán con fuerte financiación a la Contra.
La intervención de los EEUU en Nicaragua comenzó en el siglo XIX. En 1849 la fiebre del oro
en California había aumentado el interés de los EEUU en una vía que conectara los océanos
Pacífico y Atlántico. Para entonces la única ruta terrestre viable implicaba viajar entre las dos
costas de Nicaragua. Ese año el gobierno nicaragüense firmó un tratado que otorgaba a los
EEUU el tránsito libre y exclusivo sobre su territorio, así como el derecho a construir y
regentar un canal interoceánico. Las cosas no se quedaron en esto. El 4 de mayo de 1855
William Walker, mercenario de Tennessee, desembarcó en Nicaragua, tomó control del
ejército y colocó al liberal Patricio Rivas como presidente. De esta forma comenzaron
décadas de intervención militar estadounidense. En 1933 los EEUU instalaron a Anastasio
Somoza García como presidente. El régimen de Somoza fue brutal. Pero esto no preocupó al
gobierno de los EEUU: "Somoza puede ser un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra,"
dijo Franklin Delano Roosevelt en 1939. Anastasio Somoza García fue asesinado en 1956. Sus
hijos, Luis Somoza Debayle y Anastasio Somoza Debayle ejercieron el poder en Nicaragua
hasta el 17 de julio de 1979. Ese día, ante el avance de las fuerzas del Frente Sandinista de
Liberación Nacional, Anastasio Somoza Debayle renunció a la presidencia y huyó a Miami. El
19 de julio los sandinistas entraron en Managua.
Durante los últimos días de Somoza, el gobierno de Jimmy Carter había tratado en vano de
negociar una salida "ordenada" de Somoza, una en la que su desprestigiado régimen fuese
sustituido por un gobierno favorable a los intereses de EEUU. En enero de 1981 Ronald
Reagan asumió la presidencia. Ese mismo año firmó la Decisión Ejecutiva de Seguridad
Nacional, en la cual autorizaba a la CIA para reclutar, entrenar y soportar grupos
paramilitares (Contras) insurgentes contra el gobierno sandinista. Las actividades bélicas de
los Contras fueron particularmente brutales. "Human Rights Watch," una organización de
derechos humanos declaró." Los Contras hacen uso sistemático del abuso violento... podría
decirse que este es su método preferido de hacer la guerra." Entre los abusos de los Contras
estuvieron: asesinato de médicos y enfermeras de clínicas populares, secuestro y tortura de
civiles, ejecución de civiles (incluyendo niños), violación de mujeres... Para 1987, después de
30,000 vidas perdidas y de una terrible destrucción, los Contras habían sido derrotados
militarmente. Pero para entonces los EEUU habían cambiado de estrategia.
Según Philip Agee, ex hombre de la CIA, "el nuevo pensamiento era que los intereses de los
EEUU podían ser salvaguardados mejor a través de la elección de gobiernos democráticos
constituidos por élites políticas que se identificaran con las élites políticas de los EEUU. No
hablo aquí de las fuerzas populares, sino de lo que en Latinoamérica se llama las
oligarquías." La "Fundación Nacional para la Democracia" (NED) ya había sido creada. ¿Cómo
trabajaría la NED con la CIA? Según Agee: "el Congreso (estadounidense), que había fundado
la NED como ONG, le daría millones de dólares. Que a su vez la NED distribuiría a recipientes
extranjeros".
La NED fundó en Nicaragua la Vía Cívica, una ONG cuya presuntas funciones eran
"monitorear elecciones y la educación política." Vía Cívica trabajó con un ente llamado la
Coordinadora para unificar a la oposición. Seis meses antes de las elecciones lograron crear
la Unión Nacional de Opositores (UNO). En 1990 la UNO ganó las elecciones.
La revolución nicaragüense sobrevivió una guerra cruel. Sucumbió cuando los sandinistas
perdieron el apoyo popular. Ahora, 17 años después, han regresado al poder. La lección, que
todos debemos aprender, es simple: son los pueblos los que deben señalar el camino de su
liberación.

1- Analizar el siguiente documento:


“(…) El golpe del 76 no fue pensado entonces como uno más, sino como el golpe de todos los
golpes, el golpe definitivo. Esta vez no deberían quedar ni los escombros de la sociedad
populista que subsistía frente a los azotes asestados. No se trataba ya de deponer al
gobierno democrático para convocar a elecciones y rehabilitar el funcionamiento de las
instituciones republicanas tiempo después. Esta vez no habría cárceles repletas que algún día
–inevitablemente- volverían a ser abiertas por el futuro gobierno democrático. Tampoco
habría muertos molestos que exigieran justicia desde sus tumbas. Los militares deberían
dejar, más allá de su gobierno, una herencia ejemplarizándola. Establecieron entonces un
plan sistemático de desaparición de personas. Videla lo explicó un tiempo después: 'No es-
tán... No existen. Son una entelequia'. Serían 30 mil. (...)", Dearriba, Alberto, 24 de marzo de
1976. El Golpe, Buenos Aires, Sudamericana, 2001, p. 280.

a. ¿De qué período de la historia Argentina se está hablando?


b. ¿Cómo fue el accionar del gobierno de facto?
c. ¿Qué significa un “plan sistemático”?
d. ¿Cuáles fueron sus consecuencias?

(…) La Argentina, sin embargo, había cambiado profundamente, y solo la mediocridad


institucional de sus principales actores políticos impedía advertirlo. Alfonsín, Luder, los
sindicalistas y los militares jugaban al poder tomando como grilla los viejos esquemas de las
relaciones de fuerzas, (...) los años del Proceso habían suprimido de cuajo toda expectativa
revolucionaria en la sociedad argentina, y habían instaurado un dispositivo por el cual la
lucha sé identificaba con la derrota, y la derrota con la tortura y con la muerte. (...). Los
restos de discurso izquierdista que subsistían, considerablemente 'social democratizados' ya
por la derrota y el exilio, eran crecientemente reabsorbidos por el discurso de los derechos
humanos de Alfonsín, que se presentaba como el candidato de una especie de democracia
burguesa utópica (...) El triunfo ideológico del orden era total. La fuerza de Alfonsín se
asentaba –precisamente- en aquello que en otros tiempos habría constituido la raíz de su
debilidad: la falta de sectores sociales que se embarcaran detrás de su proyecto y su
sustitución por puros ciudadanos votantes (...) Los argentinos habían dejado de considerarse
parte de un sector social y de un programa de lucha, para considerarse unidades electorales
(...)", URIARTE, claudio, Almirante Cero. Biografía no autorizada de Emilio Eduardo Massera,
Buenos Aires, Planeta, 1992, pp. 286-287.
Responder:
a- ¿De qué período de la Historia Argentina hace referencia el documento?
b- ¿Cuál era la situación socio-política de la República en ese período?
c- ¿Qué organismo social sobre la lucha de los Derechos Humanos aparecen durante
esos años?
d- ¿Por qué? ¿Cuál era su reclamo? ¿Cuál era su símbolo?

Actividad 5: Los medios de comunicación como espejos de la política argentina.

Todo lo que nosotros sabemos y dejamos de saber sobre los últimos cien años de política
argentina está mediado. Lo aprendimos en los textos escolares, lo escuchamos en la mesa
familiar, lo leímos en los libros de historia, lo discutimos con compañeros de la facultad, lo
vibramos con la literatura. Aún lo que vivimos en carne propia está mediado por nuestra
memoria... De todas las mediaciones, hay una que es inexorable: la que realizan los medios
de comunicación.
Nuestro imaginario está atravesado por ese gran espejo de la política argentina que son los
medios. Pero, claro está, así como los mapas no reproducen de manera perfecta al territorio
al que representan, los medios son también espejos particulares: a veces cóncavos, otras
convexos, empañados, de colores, de aumento, de bolsillo. Y a veces, se rompen y traen
siete años de mala suerte.
Los medios de comunicación en la Argentina han sido actores políticos determinantes que al
mismo tiempo fueron funcionales, respondieron y propiciaron cada etapa política. La
principal característica ha sido la no institucionalización de reglas claras en el vínculo entre el
sistema de medios y el poder político. El comienzo de los primeros ensayos democráticos
hace cien años se corresponde con el nacimiento del periodismo industrial desde las
redacciones de los numerosos diarios que acompañaron ese tiempo histórico.
Durante el siglo XX, surgieron la radio y la televisión que se sumaron a las lógicas poco
transparentes de relación con el poder político. Cien años después, asistimos a la muerte del
periodismo industrial por la propagación de los medios digitales. Si no hubo
institucionalización hasta ahora, es poco probable que pueda surgir en este nuevo tiempo de
medios omnipresentes e inasibles donde impera la "posverdad".
La prensa cumplió el rol, durante todo el siglo XIX, de portavoz de las distintas facciones en
conflicto. Se trataba de diarios que estaban dirigidos a grupos muy reducidos de lectores en
una sociedad mayormente analfabeta. A fines del siglo XIX y junto con la expansión de la
educación y la llegada de oleadas de inmigrantes, comenzó a extenderse una prensa cada
vez más masiva: era el tiempo del desarrollo del periodismo industrial.
Para 1916, se había consolidado una prensa ejercida por asalariados de clase media que
poblaban las redacciones de los diarios con prácticas profesionales que seguían un ritual que
incluía el de la objetividad periodística. Esta tendencia no implicó, sin embargo, la ausencia
de compromisos políticos y económicos a favor o en contra de los gobiernos de la época,
una característica que signaría a la prensa argentina en particular y a la latinoamericana en
general, en contraposición al modelo de prensa independiente del poder político propio de
los países anglosajones.
Esta herencia de periodismo partidario quedaría impregnada en la relación entre el poder
político y el poder mediático hasta nuestros días. Ya entrado el siglo XX, las dificultades para
consolidar un régimen democrático en el país condicionó el desarrollo del sistema de
medios, que ya por esos años incluía a la radio y al cine. Los medios derivaron a una lógica
del mercado con principios comerciales como los ejes estructurantes de todo el sistema y
con vínculos más o menos oscuros con el poder político de turno. La característica central
del sistema de medios en Argentina, en oposición a otras regiones del mundo, fue la
carencia de regulaciones y de normas claras en la relación entre el poder político y los
medios, con un predominio de políticas de comunicación definidas a través de acuerdos por
lo general no explícitos entre los gobiernos y los medios de comunicación.
Además, los medios públicos se caracterizaron por ser dependientes de los gobiernos, en
lugar de ser medios del Estado con vocación por el interés público. Los tiempos de
autoritarismo fueron, sin lugar a dudas, los más condicionantes para el sistema de medios,
que se desplegaron tanto como instigadores de los golpes de estado y difusores de la
propaganda del poder político de turno hasta como víctimas de la censura, del asesinato de
periodistas y de la clausura de medios.
Sin embargo, los periodos democráticos tampoco implicaron aguas tranquilas. Tal vez uno de
los periodos más emblemáticos en la relación entre los medios y el poder político haya sido
durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón, quien comprendió el lugar
privilegiado de los medios en la construcción de imaginarios colectivos favorables a su
proyecto político: utilizó a la radio y al cine como sus grandes aliados y le dio impulso al
nacimiento de la televisión, el medio estrella que signaría el curso de la historia. La
información estuvo fuertemente controlada y centralizada, existía un plan de propaganda y
un andamiaje de medios propios o cooptados que servían de sustento mediático al gobierno,
además de la aplicación de la censura y las expropiaciones a los medios enemigos.
Ya en el último periodo de consolidación democrática posterior a la dictadura militar, la
relación entre los gobiernos y los medios también estuvo plagada de tensiones. A partir de
1983, las prácticas del gobierno de Raúl Alfonsín con respecto a los medios eran en general
democratizadoras y en favor del pluralismo, aunque el gobierno no logró llevar adelante el
proyecto de ley de radiodifusión que se discutió por esos años. Si bien se institucionalizaron
ciertas prácticas de vínculo entre los medios y el gobierno (como que el presidente concedía
entrevistas a periodistas en general, ofrecía algunas conferencias de prensa, el vocero de la
presidencia tenía un contacto habitual con los periodistas y los funcionarios del gobierno se
comunicaban con los medios, sin que existiera una fuerte centralización de la información),
lo cierto es que el sistema de medios heredado no se modificó para adaptarse a la era
democrática.
Los actos públicos con una intensa participación popular se mantuvieron durante todo el
gobierno de Alfonsín, pero la televisión comenzó a tener cada vez más peso relativo en la
vida política. Hacia el final de su gobierno, al disminuir la participación, los medios, y sobre
todo la televisión, dejaron de ser meros intermediarios para convertirse en verdaderos
actores políticos con peso propio. Con la pretensión de convertirse en un eslabón
imprescindible dentro del sistema republicano, los medios ya no sólo serán necesarios para
los políticos durante las campañas electorales, sino que se convertirán en el escenario
privilegiado y en verdaderos protagonistas del acontecer político.
El gobierno de Carlos Menem durante la década del ’90 significó que los medios de
comunicación, sobre todo la televisión, adquirieran un protagonismo central en la vida
política argentina, con un presidente que se adaptó a la lógica audiovisual y que utilizó a los
medios como su forma privilegiada de contacto con la ciudadanía. Este gobierno se
caracterizó por políticas de radiodifusión que tendieron a la privatización de medios y la
consolidación de un sistema de medios concentrado e hipercomercial. Sin embargo, las
políticas de radiodifusión fuertemente privatistas no le aseguraron al gobierno de Menem
aliados mediáticos durante todo el periodo, sino que agigantaron el poder de esos medios
concentrados.
Durante los años del menemismo, los medios ventilaron numerosos escándalos de
corrupción, que monopolizaron las publicaciones de los diarios y los programas de televisión.
Por primera vez, se desplegaba cierto periodismo de investigación, que nunca terminó de
afianzarse. Al finalizar el gobierno, la televisión acentuaba el desprestigio de Menem al igual
que el de las instituciones políticas en general, mientras que los medios acumulaban cada
vez más poder y prestigio entre la opinión pública.
Su sucesor, Fernando De la Rúa, fue un presidente que buscó adaptarse a las lógicas
impuestas por los medios, pero a quien las estrategias del marketing no le alcanzaron para
suplir las limitaciones de su liderazgo y de su gobierno. Tuvo la intención inicial de modificar
la ley de radiodifusión que seguía vigente desde la dictadura, además de darles más peso a
los medios públicos para que pudieran competir en mejores condiciones con los nuevos
multimedios que habían surgido durante el menemismo. Sin embargo, este proyecto nunca
llegó a concretarse. La caída del gobierno de la Alianza fue, de alguna manera, potenciada
por los medios, que se convirtieron en el lugar privilegiado para la crítica y la denuncia de las
fallas del gobierno. De la Rúa terminó huyendo en helicóptero frente a las cámaras de
televisión, en medio de una profunda crisis de representación que afectó a todas las
instituciones políticas, incluidos los propios medios. El gobierno posterior a esta crisis, el de
Eduardo Duhalde, implicó la mayor alianza entre el poder político y el poder mediático, con
medidas por parte del gobierno que beneficiaron a los medios endeudados, que por su parte
se contuvieron en sus noticias para no perjudicar al presidente.
El periodo de Néstor y Cristina Kirchner se caracterizó, entre otros elementos, por generar el
mayor conflicto entre un gobierno y los medios desde el retorno de la democracia. La
política de Kirchner en relación con los medios a partir de 2003 se basó en un discurso de
confrontación y de denuncia sobre su rol dentro de la sociedad. Con reminiscencias del
primer peronismo, el presidente pretendió quitarle a los medios el lugar simbólico de
mediadores privilegiados entre el poder político y la opinión pública, buscó deslegitimarlos
en su papel republicano de “cuarto poder” encargado de fiscalizar las acciones del gobierno
y desacreditó a aquellos medios o periodistas que se autodefinían como prensa
independiente, para devolverles el lugar histórico reservado a la prensa partidaria.
Kirchner atacó a los medios que consideró opositores de manera explícita y pretendió contar
con la iniciativa a la hora de fijar la agenda de temas de interés público, controlando la
información que brindaba el gobierno y los tiempos de difusión. Sin embargo, en lo que
refiere a políticas de comunicación que implicaran un cambio en comparación con lo
heredado de las administraciones anteriores, el gobierno de Kirchner mantuvo la
discrecionalidad en el manejo de la radiodifusión y benefició con sus medidas a los grandes
medios.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner heredó de su antecesor una situación
conflictiva entre el gobierno y los medios de comunicación que, lejos de apaciguarse, se vio
profundizada durante su mandato. La disputa por la mediación entre el gobierno y los
medios opositores se convirtió en el epicentro de toda la política argentina con la
aprobación, en 2009, de la nueva ley de servicios audiovisuales, que lejos estuvo de calmar
las aguas.
Mauricio Macri llegó a la presidencia el 10 de diciembre de 2015 con la promesa de un
"cambio" con respecto al periodo anterior. Tanto la campaña electoral como los primeros
tiempos del nuevo gobierno pretendieron una "vuelta a la normalidad" luego de los niveles
de confrontación durante el kirchnerismo. Con relación a los medios de comunicación, esta
recomposición del vínculo entre los medios y el poder político se da en un nuevo contexto
de fuerte expansión de los medios digitales y su impacto en las formas de hacer periodismo.
El nuevo reinado de los medios digitales generó una serie de consecuencias en el mundo de
la comunicación masiva, que aún se encuentra en pleno proceso de transformación. Los
medios de comunicación se basaron históricamente en el flujo unidireccional de la
información, sin embargo, con la irrupción de los medios digitales, los medios tradicionales
comenzaron a perder el monopolio en la intermediación masiva: se pierde la asimetría entre
productores y consumidores de la información y, potencialmente, cualquiera con acceso a
Internet es capaz de generar contenidos e impactar en la opinión pública.
La imagen de la tradicional redacción de un diario donde se conglomeraban quienes ejercían
el oficio del periodismo se ve desdibujada junto con los principios que regían esas prácticas.
Surgen nuevos conceptos, como el de la "posverdad", que aluden a que todo vale en la
política de estos tiempos, incluso la lejanía con la realidad. Mientras tanto, el nuevo
gobierno hace alarde de conocer y utilizar en su favor estas nuevas dinámicas, con un equipo
de comunicación más especializado en el uso de Facebook que en establecer dinámicas
tradicionales de vínculo con los medios tradicionales.
A cien años de los primeros intentos democráticos en Argentina, el espejo siempre
distorsionado que son los medios de comunicación devuelven una imagen de fuerte
expansión de los nuevos medios digitales, sin que el periodo anterior haya implicado una
consolidación del juego entre el poder mediático y el poder político con reglas claras y
transparentes. Fueron entonces cien años que vieron el nacimiento y la muerte del
periodismo industrial, mientras que la etapa que se abre deja más preguntas que respuestas
sobre el rol inasible de medios omnipresentes y con parámetros novedosos y desafiantes.
Actividad:
a) Organicen en una línea de tiempo sobre la evolución de la relación entre política y
medios de comunicación de acuerdo a lo propuesto por la autora.
b) Seleccionen un período e investiguen cuales eran los medios de comunicación más
importantes del período.
c) Seleccionen una tapa de diario correspondiente al período elegido y analicen su
contenido. Pueden encontrar algunas tapas en el siguiente enlace:
http://diarioshistoricos.blogspot.com.ar/
d) investigar cual es el significado del concepto postverdad y relacionarlo con el periodo
elegido.
e) ¿Cómo fue evolucionando los medios de comunicación durante el siglo XX, que
influencia tiene con la política y los gobiernos de turno?
e) Elaboren una conclusión a partir de lo trabajado en el texto vinculándolo con la
información de la portada del diario.

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