TALLER DE FOTOGRAFÍA PARA JOYEROS

Por Toni Bonnin y Eric Parey

INDICE

Parte 1. Introducción. Así funciona una cámara.

Parte 2. Fundamentos de la fotografía.

- Triángulo de la exposición: diafragma-velocidad-ISO

- La apertura del diafragma. La profundidad de campo.
- Velocidad de obturación. La trepidación.
- El ISO. El ruido.
- La focal.

Parte 3. Propiedades de la luz.

- Transmisión de la luz.
- Potencia/distancia.
- Tamaño aparente.
- Temperatura de color.

Parte 4. El set casero.

Parte 5. Los tres tipos de superficie.

- Texturas.
- Reflejos
- Transparencias.

Parte 6. Práctica.

- Composición.
- La regla de los tercios.
- El horizonte.
- El encuadre. El aire.

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Parte 1. Introducción. Así funciona una cámara.

En este taller no pretendemos convertiros en fotógrafos profesionales, sino enseñaros a sacar el máximo partido del
material que ya tenéis en casa (junto con pequeñas cosas fáciles de conseguir) para que podáis hacer fotografías de
vuestras joyas dignamente, con calidad suficiente para vuestra web o incluso para enviar a concursos y exposiciones
online.

Para hacer buenas fotografías de joyas lo importante es saber hacer buenas fotografías. Por eso lo primero que
haremos es explicar cómo funciona una cámara de fotos.

Un cámara es un cacharro (también se le llama “cuerpo”) con unas lentes delante. La misión de ambos es dejar pasar
la luz de una determinada manera para que llegue al sensor (o película) y se grabe como queremos.

El objetivo, a parte de las lentes, tiene una puertecilla que se abre más o menos para dejar pasar más o menos luz. Se
llama diafragma. Su mayor o menor abertura se mide con el nº f , por ejemplo f/3,5 – f/8 – f/22, etc...

El cuerpo tiene otra puertecilla que se llama obturador. Ésta es como una cortinilla que se abre siempre igual pero lo
hace más o menos rápido. Por eso se mide por a través de la velocidad, normalmente en fracciones de segundo:
1/125 s – 1/30 s – 1/2 s, etc...

Aunque en el dibujo está separado, el cuerpo incluye también el sensor. Éste no tiene puertas pero puede hacerse
más o menos sensible a la luz. Esta sensibilidad se mide con el ISO: ISO 100 – ISO 400 – ISO 800 y todos los demás
que tenga tu cámara.

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Parte 2. Fundamentos de la fotografía.

Triángulo de la exposición.

La clave de todo es la exposición.

Todos los elementos que tiene una cámara están ahí para que al final nuestro sensor se exponga correctamente a la
luz que entra. Sabemos que es correcto porque la rayita del fotómetro que llevan todas las cámaras está en el centro.
Aún así, puede ser necesario corregir la medición que hace la cámara en algunos casos. Son máquinas, pero no son
perfectas.
La exposición es el resultado de la combinación de estos tres parámetros: diafragma, velocidad e ISO. Así una imagen
puede estar correctamente expuesta, sobreexpuesta o subexpuesta según cómo actuemos sobre ellos.

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La apertura del diafragma.

El diafragma se puede abrir o cerrar para que entre más o menos luz.

Esto parece fácil: si abro = más luz, si cierro = menos luz. Pero abrir o cerrar el diafragma tiene una consecuencia
llamada profundidad de campo. Esta expresión nada tiene que ver con el golf, significa sencillamente zona enfocada.
Pero debemos saber que cuanto más abierto está el diafragma menos zona estará enfocada. Y viceversa.

Si queremos mostrar perfectamente nuestra joya en una web, normalmente necesitaremos que esté toda enfocada (o
toda en foco, como solemos decir los fotógrafos). Así que tendremos que cerrar el diafragma todo lo posible. ¿Pero no
entrará menos luz y la imagen quedará subexpuesta? Correcto, buena observación. Por eso deberemos compensar
la exposición con los otros parámetros: velocidad e ISO.

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Velocidad de obturación.
Es la rapidez con que se abre y se cierra la cortinilla interna del cuerpo de nuestra cámara. Cuanto más rápido se abra
y se cierre, menos tiempo tiene la luz para entrar. Cuanto más despacio, más luz entrará. Esto también parece
sencillo, pero tiene otra consecuencia: la trepidación.

Las velocidades de disparo muy bajas suelen causar que las fotos queden “movidas” o trepidadas. La solución pasa
por usar trípode, elemento que fija la cámara y permite disparar a bajas velocidades sin que se mueva. Es fundamental
en la fotografía de bodegones. Si no se dispone de trípode, otra solución consiste en subir el tercer elemento que nos
queda: el ISO.

El ISO.

Nuestro sensor puede hacerse más o menos sensible. Cuando está muy sensible, la luz le impresiona muy fácilmente.
Vamos como todos nosotros en “ciertos días”. :-)

El grado de sensibilidad se mide con el ISO. La solución en este caso también parece fácil: si quiero más luz, subo el
ISO, es decir, lo hago más “sensible”. Pero ¿lo adivináis? En efecto, esto también tiene consecuencias: a mayor
sensibilidad se genera más ruido.

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El ruido se genera porque estamos “forzando” las propiedades del sensor para que capte una luz demasiado pobre. Es
similar a lo que ocurre en una radio cuando la señal de la emisora es muy baja, se producen ruidos. Es la manera de
quejarse del sensor cuando está sensible. :-)

La aparición de ruido genera imágenes de poca calidad. Pero esto también lo producen las fotos movidas o mal
enfocadas. Así que, cuando tenemos poca luz (algo muy habitual en el interior de nuestras casas) la mejor opción para
evitar desenfoques, movimientos de cámara o ruido se llama trípode. El trípode es el mejor amigo del fotógrafo de
bodegones. No tiene más consecuencias negativas que el tener que comprarlo y guardarlo en algún rincón de casa.

La focal.

Los objetivos se diferencian entre sí por su distancia focal, es decir, su tamaño teórico. Como decimos, esto es así
sólo en teoría porque las lentes que llevan en su interior hacen que un objetivo de, por ejemplo, 20 mm no mida

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realmente dos centímetros. Lo importante no es lo que midan por fuera sino el ángulo que son capaces de captar.
Como sin duda ya sabréis, éstos se dividen en tres grupos principales:

- Teleobjetivos (acercan)
- Objetivos normales (visión normal)
- Grandes angulares (alejan)

Para la fotografía de joyas es conveniente tener un objetivo que nos acerque el objeto ya que éste suele ser pequeño.
Pero otro factor importante en un objetivo es que sea capaz de enfocar desde muy cerca. Éstos son los objetivos
llamados macro. Las cámaras compactas, a las que no se les puede cambiar el objetivo son, sin embargo, las más
prácticas en este sentido, ya que suelen tener una función macro que funciona muy bien. Se suele representar con el
símbolo de una flor.

Parte 3. Propiedades de la luz.

En fotografía trabajamos con la luz. Sin ella sencillamente no habría fotos. Por eso es importante entenderla, saber
tratarla y dirigirla adecuadamente. Igual que si cuidásemos de un niño.

Transmisión de la luz.

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Una fuente de luz emite en todas direcciones. En esto el sol no se diferencia de una bombilla. Cuando la luz solar pasa
por una ventana, se seleccionan tan sólo unos pocos rayos.

Sin embargo los rayos de luz viajan en linea recta. Por eso podemos llevarlos hasta donde queramos haciéndolos
rebotar como una bola en una mesa de billar.

Para lograrlo tan sólo hace falta una superficie que no absorba la luz, es decir que no sea oscura. Una simple cartulina
blanca puede servir. Cuanto más reflectante sea una superficie (por ejemplo algo metalizado) más cantidad de luz
rebotará.

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Potencia/distancia.
La intensidad de la luz disminuye cuanto más lejos estemos de su fuente de origen. Esto es así porque los rayos se van
expandiendo a medida que se alejan. Iluminan una superficie cada vez mayor, pero su fuerza disminuye.
Lo importante es saber que esta disminución no es lineal si no exponencial. Alejar “un poco” un objeto de la luz supone
perder “un mucho” de intensidad de luz.

Tamaño aparente.

La luz genera sombras. Esto lo sabe todo el mundo, pero en lo que casi nadie se fija es en que la suavidad de las
sombras depende del tamaño de la fuente de luz. Ojo, no el tamaño real si no el que “parece” que tiene, lo que
llamamos el tamaño aparente.
Por ejemplo el sol es muy grande, pero está tan lejos que parece pequeño, por eso produce sombras con bordes
duros. Esto es lo que nos interesa. Cuando el día está nublado, las nubes se comportan como un difusor gigante que
agranda la luz del sol: todo el cielo ilumina, no sólo un punto en el cielo, por eso las sombras son tan suaves que casi ni
se aprecian.

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Temperatura de color.

La luz no es siempre blanca. La de un atardecer es anaranjada, la de un fluorescente es verdosa. A esto se le llama

temperatura de color. Las cámaras (incluso las compactas) llevan un sistema para compensar y anular estas
tonalidades indeseadas. ¿Indeseadas? Sí, porque una puesta de sol puede ser preciosa, pero si iluminamos una joya
de plata con esa luz, parecerá de cobre. ¿Y quién querría eso? Lo mismo sucederá con otras temperaturas de luz si no
estamos atentos a ellas.

Siempre que sea posible, se recomienda iluminar las joyas con luz de día, ya que ésta es la que menos altera los
colores reales de los objetos.

Parte 4. Set casero.

Elementos básicos para hacer fotografías más que decentes.

Cámara. No tiene porqué ser una reflex cara. Cualquier compacta que tenga controles manuales nos sirve.

Trípode. Como hemos visto más arriba es un elemento muy práctico en el que merece la pena invertir.

Mesa. Bueno eso no es difícil de conseguir no?. Si puedes, elige una no muy grande (para poder moverte alrededor
con tu cámara y trípode) ni muy pequeña (las joyas suelen ser pequeñas, pero tiene que poder sostener el fondo sobre
el que estarán).

Ventana. Busca un rincón en tu casa que reciba luz del exterior pero no los rayos directos del sol (producirán
sombras duras y brillos).

Reflectores y bloqueadores de luz. Cartulinas negras, blancas, y superficies y reflectantes para rebotar la luz hacia
donde nos haga falta o para evitar que la luz llegue donde no queremos.

Fondos y soportes. Podemos elegir el fondo que nos guste más para nuestras creaciones, pero cuidando que no
moleste para la comprensión de las piezas. No son aconsejables los fondos confusos. A menudo lo más indicado es un

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fondo liso donde resalten las formas de la joya. Eso sí, para según que vistas, necesitarás un fondo algo más grande
de lo que imaginas. No basta que quepa la joya en él.

Escalera o taburete. Las fotografías cenitales (vistas desde arriba) pueden requerir que nos subamos a algo si somos
bajitos.

Pinzas. Unas pinzas grandes nos ayudarán a sujetar fondos y reflectores sin ayuda de nadie. (Nadie es lo que suele
encontrarse en una casa cuando se pide ayuda).

Parte 5. Los tres tipos de superficie y cómo fotografiarlos.

Texturas.
Si queremos resaltar las texturas de nuestras piezas necesitaremos luz trasera o luz rasante desde una orientación
diferente a nuestro punto de vista.
Cuanto más contraluz consigamos, más resaltaremos la textura.

Reflejos.
Según el tipo de material con el que estén hechas nuestras piezas éstas pueden generar brillos o reflejos. El brillo es
puntual y muy intenso. Los reflejos son más suaves y a menudo necesarios para entender las formas.

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Con una luz suave (fuente aparente grande) tendremos un reflejo. Mientras que con una luz puntual (pequeña en
apariencia) conseguiremos un brillo. Las piedras preciosas generan brillos con facilidad aunque usemos un luz suave,
pero eso les da parte de su encanto.

Los reflejos no son malos, pero los hay bonitos y feos. Es necesario aprender a diferenciarlos, para evitar aquellos que
no nos interesen. Las diferencias suelen estar relacionadas con lo que ayudan o perjudican a la hora de interpretar el
objeto.

Transparencias.
Cuando se trata de fotografiar objetos transparentes o traslúcidos, como norma básica la luz debe ser trasera, no
necesariamente contraluz. El objeto se colocará delante de la ventana (o la fuente que sea) o bien se le hará llegar la
luz por detrás con la ayuda de reflectores.

Hacer que la luz lo atraviese es el único modo de mostrar que el material transparenta.

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Parte 6. Práctica.

Composición.
Es importante que nuestras fotos no sean tan sólo un medio de mostrar un objeto, si no que tengan atractivo por ellas
mismas. Para ello hay que cuidar detalles como el fondo que elegimos, la luz que le llega y la composición. De los
dos primeros hemos hablado ya. En cuanto a lo último, hay una serie de normas aceptadas como básicas en fotografía
que conviene conocer:

1 La regla de los tercios.

Esta regla dice que si dividimos una imagen en tres partes imaginarias, tanto en vertical como en horizontal, los objetos
situados en los puntos de cruce reciben mayor protagonismo que si los colocamos en cualquier otro lugar. Se podría
decir también que consiste en descentrar los objetos en la imagen pero con armonía, es decir, acercándolos a esos
puntos de cruce explicados.

2 El horizonte.
Esta regla dice que el horizonte caído (inclinado) en una fotografía produce desestabilización. Lo cual no es malo en sí
mismo, pero puede ser inapropiado para algunas imágenes.

3 El encuadre. El aire.
Antes de disparar una foto debemos pensar en el tipo de encuadre que necesitaremos, vertical, horizontal, cuadrado,
etc... según el uso que le vaya a dar: para una web, un cartel o lo que sea.

Los encuadres pueden ser también cerrados (cuando el objeto apenas tiene espacio libre a su alrededor) o abiertos
(cuando existe espacio libre). Este espacio vacío, que normalmente necesitan siempre los objetos, se llama aire.

La fotografía digital nos permite re-encuadrar con facilidad si no nos gusta el encuadre de la toma. Es decir, que
siempre podemos editar la foto en un programa y recortarla a nuestro gusto.

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Fotografía descriptiva y artística.

Esta distinción es bastante personal, pero sirve para entender la diferencia principal entre los dos tipos de fotografía de
joyas más frecuentes: la descriptiva (o la que trata de mostrar la pieza de la manera más clara posible) y la artística
(o la que pretende sugerir y transmitir sensaciones aunque la pieza no se vea completamente). El primer tipo suele ser
requerido por expositores, tiendas, concursos, etc... El estilo artístico lo emplearemos en general para publicidad,
portada de páginas web, etc...

Las fotografías descriptivas suelen hacerse empleando fondos lisos, a menudo blancos, negros o grises, buscando que
la pieza destaque y se vea bien su diseño.
Las fotografías artísticas tienen total libertad, se emplea el atrezzo y el fondo que se desee porque su finalidad es
resultar sugerente al espectador y no necesariamente explicar la pieza.

FIN
© CreativaLente

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