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Fotografía

Dictado por: Javier Tenorio Winkler


SOBREEXPOSICIÓN
Y SUBEXPOSICIÓN
SOBREEXPOSICIÓN

Este efecto se da o se produce cuando hay


demasiado luz en una fotografía. Los motivos por
los cuales tenemos una sobreexposición pueden
ser, por ejemplo,  dejar la apertura de diafragma
demasiado abierta, o que la velocidad sea
demasiado lenta.
Si trabajamos con rollo otro motivo por el que se
sobreexpone la fotografía es que  ajustemos la
cámara a una sensibilidad más alta que la que
tiene el carrete.
Centrados en el digital, este efecto da una imagen
final de tono pálido y desteñido, pudiendo perder
completamente el detalle en las luces más
altas(más fuetes, el sol, por ejemplo). Este tipo de
altas luces se conoce como quemadas, y si no son
muy latas por medio de retoques se pueden llegar
a corregir
SUBEXPOSICIÓN

La subexposición es el caso contrario que la


sobreexposición, y se produce cuando no llega suficiente
luz al sensor o al carrete de nuestra cámara. Los motivos
son: una apertura de diafragma demasiado pequeña, una
velocidad de obturación demasiado rápida, o un ajuste de
ISO demasiado bajo. Los fotómetros de las cámaras
digitales tienden a subexponer de forma intencionada para
evitar las zonas irrecuperables de la sobreexposición
La subexposición produce un efecto de una imagen
demasiado oscura perdiendo detalle en las sombras,
que tienen un aspecto negro profundo y carecen de
detalle, este efecto se describe como “empastadas”.

No olvidemos que una imagen subexpuesta tiene


salvación mediante el retoque, siempre que no sea
demasiado intensa, aunque debemos tener en cuenta
que podemos darle a la foto un intenso ruido digital
debido a que no tenemos información con la que
trabajar.
Podemos subexponer de forma intencionada para
otorgar carácter, haciendo las fotos más
misteriosas, evitando mostrar el detalle y
permitiendo que las sombras se hagan patentes en
la imagen.
Elementos y conceptos básicos
de la fotografía
En  fotografía, lo más importante es la luz.  Saber
manejarla nos da la libertad de decidir en cada
momento qué imagen queremos capturar.  Para
empezar en el mundo de la fotografía como mínimo
hay que aprender a controlar estos tres elementos
básicos: el diafragma, la velocidad y el ISO.
El equilibrio entre ellos es el que hace que nuestras
imágenes se vean bien, es decir, que tengan
u n a  c o r r e c t a e x p o s i c i ó n  ( q u e n o
salgan  subexpuestas  ni  sobreexpuestas), que
salgan nítidas, entre otras cosas.
• Diafragma
• Velocidad de obturación
• Sensibilidad de sensor (ISO)
DIAFRAGMA
O también conocido como  apertura. El diafragma
se encuentra en el objetivo y es un dispositivo que
regula la cantidad de luz que entra en la cámara.
Aquí es donde se encuentran los famosos números
f, los cuales indican la luminosidad que está
entrando en ese momento.
Sólo hay que tener una cosa bien clara y es que
cuanto más pequeño es el número, el
diafragma está más abierto y por lo tanto entra más
luz; por el contrario, cuanto más grande es el
número, más cerrado está y menos luz entra.
También dependerá del diafragma, el hecho de
tener una parte de la fotografía enfocada o
desenfocada. Cuanto más pequeño es el número f,
tendrá menos  profundidad de campo, es decir,
habrá una zona más desenfocada que la otra.
• Diafragma
Diafragma abierto
• La fotografía es más iluminada
• El fondo es borroso
• Se utiliza para fotografiar retratos
Diafragma cerrado
• La fotografía es más oscura
• El fondo se lo ve claro
• Se lo utiliza para fotos de paisajes
La profundidad de campo es la distancia por
delante y por detrás del punto enfocado que
aparece con nitidez en una foto.
Hay 3 elementos que hacen variar la profundidad
de campo:
– La apertura de diafragma
A mayor apertura de diafragma menor profundidad
de campo.
Como se ve en la imagen, la foto hecha a f/2.8
(mayor apertura de diafragma) tiene una profundidad
de campo menor.
Igualmente, vemos que la foto hecha a f/22 (menor
apertura de diafragma) tiene una profundidad de
campo mayor.
- La distancia focal (zoom)
A mayor distancia focal (más zoom) menor
profundidad de campo.
Como se ve en la imagen, la foto hecha con un zoom
de 35 mm tiene una profundidad de campo mayor
que la foto hecha con un zoom de 100 mm.
– La distancia real entre la cámara y el punto
enfocado.
Cuanto menor es la distancia al sujeto que se enfoca
menor es la profundidad de campo.
Como se ve en la imagen, la foto hecha a 1.5 metros
del sujeto tiene una profundidad de campo menor que
la foto hecha a 4.5 metros.
• Velocidad de obturación

Hace referencia a la velocidad del disparo,


es el tiempo durante el cual está abierto el
obturador de la cámara fotográfica, se
expresa en segundos y fracciones.
Variando el control de la velocidad de obturación se
podrá hacer la misma fotografía con resultados muy
distintos. Uno de los elementos en los que impacta
de una manera más determinante es en la
congelación (o no) del movimiento.
¿Qué Es La Velocidad de Obturación?

Le velocidad de obturación, o tiempo de exposición,


es uno de los tres pilares básicos de  la exposición
fotográfica  (junto con  la apertura de diafragma  y  la
sensibilidad ISO). Con el control de este parámetro
dejaremos pasar más o menos luz al sensor de
nuestra cámara con  una clara implicación: congelar
o no el movimiento. Pero antes de explicar qué es la
velocidad de obturación, debemos conocer qué es
el obturador.
¿Qué es el Obturador de la Cámara?

El obturador de nuestra cámara es  un dispositivo


mecánico muy preciso situado delante del sensor,
que va a controlar el tiempo durante el cual le llegará
la luz a éste. Está formado por dos cortinillas (una
que se abre para iniciar la exposición y otra que se
cierra para finalizarla), y el espacio que queda entre
ellas será por el que entre la luz.
¿Qué Implica la Velocidad de Obturación?

Una vez sabemos lo que es la velocidad de


obturación, veamos cuáles son las consecuencias
de utilizar tiempos de exposición más o menos
largos.  El gráfico que aparece a continuación trata
de ilustrarnos cuáles son dichas consecuencias.
(ilustracion bicis)
Velocidad de Obturación Rápida / Tiempo de
Exposición Corto

Viendo el gráfico, se puede comprobar que si


trabajamos con  velocidades de obturación
rápidas (o lo que es lo mismo, tiempos de exposición
cortos), la cámara abrirá y cerrará el obturador muy
rápido.
Esto implica que la cantidad de luz que entra en el
sensor, lo hará durante un breve período de tiempo,
por lo tanto para lograr una buena exposición
deberemos compensarlo iluminando bien la escena
a retratar, y/o jugando con los otros dos parámetros
del  triángulo de la exposición: la apertura de
diafragma y la sensibilidad ISO.
Si no lo compensamos, nuestra fotografía
seguramente quedará  subexpuesta, porque la
luz ha pasado durante muy poco tiempo.
¿Y qué se considera una velocidad de obturación
rápida?

Suele considerarse rápida la que se sitúa por encima


de 1/60 segundos.  A partir de esta velocidad,
comprobaremos cómo nuestras imágenes son más
estáticas y consiguen  congelar el movimiento. Y a
medida que usemos velocidades más rápidas, ese
efecto de congelar la acción  será más evidente
todavía. Esto sin duda es de gran utilidad
en fotografía de deportes.
Velocidad de Obturación Lenta  / Tiempo de
Exposición Largo

En cuanto a una  velocidad de obturación lenta  (o lo


que es lo mismo un tiempo de exposición largo), es
justo el caso contrario. Vamos a estar con el obturador
de la cámara abierto durante más tiempo, y eso
implica que dejaremos pasar más luz al  sensor de la
cámara. Para las situaciones en las que usemos una
velocidad de obturación lenta, comprobaremos que no
hará falta subir tanto el ISO ni abrir tanto el diafragma
para conseguir una exposición adecuada.
Por velocidad de obturación lenta entendemos
aquello que se sitúa por debajo de 1/60
segundos.  Con este tiempo de exposición
conseguiremos captar el movimiento producido por
los objetos o sujetos que aparezcan en nuestra toma.
Incluso la propia fotografía podría salirnos movida
por el movimiento que causamos al pulsar el
obturador, de ahí la importancia de utilizar  un buen
trípode  para tiempos de exposición largos. La
sensación que se genera utilizando estas
velocidades es de dinamismo.
Dentro de las velocidades rápidas y las velocidades
lentas, también existen diferencias. No usarás los
mismos valores para congelar a una persona que
está corriendo que a un coche de fórmula 1
corriendo en pista. Aunque ambas se
consideren velocidades de obturación rápidas, para
congelar el movimiento de un coche de fórmula 1 la
velocidad es bastante más rápida.
Esto nos lleva a concluir que  no solo debemos
fijarnos en si decidir entre velocidades rápidas y
lentas, sino que tenemos que tener muy presente el
movimiento del sujeto u objeto que vayamos a
retratar, y adaptarnos a él para conseguir nuestro
propósito.
¿Cómo Se Mide la Velocidad de Obturación?

La velocidad de obturación se mide en fracciones de


segundo.  Esto es así porque realmente el tiempo
durante el que estamos capturando la foto, por norma
general, será corto, y hablar en fracciones de segundo
resulta mucho más cómodo que indicar que hemos
hecho una foto a 0,02 segundos. A partir de tomas
hechas a más de 1 segundo de exposición, entonces
sí que veremos que cambiamos las fracciones de
segundo por cifras más redondas (1s, 2s, 3s, 15s,
30s..).
Y no debemos asustarnos con estas cifras.
Manteniendo el resto de parámetros, debemos saber
que una foto hecha a una velocidad de 1/500, dejará
pasar la mitad de luz que una realizada a 1/250, al
igual que una de 1 segundo deja pasar la mitad que
una de 2 segundos.
En la mayoría de cámaras podemos ajustar la escala
con la que trabajar con la velocidad de obturación,
pudiendo dejarla a intervalos de medio paso o de un
tercio de paso. Cada intervalo de la escala de pasos
enteros duplicará o dividirá entre dos la cantidad de
luz que llega a la cámara.
Algunos Ejemplos Prácticos

No hay nada mejor que comparar los resultados


obtenidos con una velocidad u otra haciendo
pruebas con distintos valores para la misma escena
o sujeto.
En la primer imagen hemos trabajado con una
velocidad de obturación lenta:  1/8 segundos.  El
efecto que hemos conseguido con ello es pillar el
rastro que dibujan las gotas de agua al caer. 
En la segunda imagen hemos subido la velocidad de
obturación hasta  1/350 segundos, lo cual nos ha
permitido captar las gotas de agua de forma
individual y suspendidas en el aire.  Si hubiéramos
subido más la velocidad, aún hubiéramos congelado
de forma más evidente dichas gotas.
En la primera toma apenas tenemos  ruido  porque
hemos utilizado un ISO muy bajo, mientras que en la
segunda, al trabajar con una velocidad mucho más
rápida, la cantidad de luz que ha entrado en el
sensor de nuestra cámara es bastante menor, y
hemos tenido que compensar esa falta de
exposición subiendo el ISO hasta 3200, y ganando
ruido en nuestra toma.
Es importante tener en cuenta esto, ya que  cuando
decidamos trabajar con unas velocidades u otras
debemos ser conscientes de que para lograr una
exposición adecuada hay que tener presentes otros
factores: como los dos otros parámetros del triángulo
de la exposición, y la luz de la que disponemos en la
escena.
En este segundo ejemplo hemos dejado caer un
peluche al vacío. En la primera toma vemos que al
trabajar con una velocidad lenta  (1/40 segundos),
hemos podido captar el movimiento que dibuja la
caída.  Sabemos cuál es la dirección en la que cae
gracias a esa traza.
En la segunda toma hemos congelado la
acción.  Hemos captado el corazón en esa caída
dejándolo estático en la fotografía. La velocidad de
captura es mucho más rápida (1/500 segundos).
(Imagen corazón quieto)

En este último ejemplo una mujer ha utilizado el
movimiento de su cabello para la ocasión.
En la primera toma hemos trabajado con una
velocidad lenta de  1/10 segundos, lo cual nos ha
permitido recoger  el movimiento que he realizado
con el cabello, otorgándole cierto toque de locura a
la fotografía.
En la segunda toma hemos subido la velocidad
hasta  1/1000 segundos, y eso nos ha permitido
congelar el movimiento del pelo en su máximo
apogeo. Aquí descubrimos dos cosas que en la foto
anterior no hubiéramos podido adivinar: que el pelo
era rizado y que se trata de una melena bastante
larga.
¿Qué Velocidad de Obturación Usar en Cada
Ocasión?
Congelar o recoger el movimiento natural en una
determinada escena dependerá del tipo de escena y
los elementos que aparezcan en ella.  Con la
práctica, nos acostumbraremos a identificar
velocidades típicas que harán que sepamos en cada
momento qué velocidad de obturación usar para
recoger o no determinado movimiento en nuestra
captura.
Cabe recordar que parte de la razón por la que
disparamos a velocidades rápidas es evitar causar
trepidaciones a la hora de disparar la toma, y que
cuando disparemos con velocidades lentas el uso
de  un trípode, e incluso  un disparador remoto, va a
ser esencial. Veamos algunos temáticas fotográficas
en las que la velocidad de obturación es importante:
• Fotografía de deportes.  En fotografía de
deportes lo habitual es trabajar con velocidades
de obturación muy rápidas. Hay que pensar que el
momento en el que ese jugador mete una canasta
o ese atleta hace su salto, son momentos únicos
de gran importancia que para poder ver en todo su
esplendor, lo que debemos  hacer es congelar el
movimiento (salvo si buscamos un toque artístico
en la toma). Eso sí, hay que adaptarse porque una
velocidad rápida no será la misma en un partido
de tenis que una carrera de motos.
• Fotografía de fauna.  En este tipo de fotografía
pasa al igual que con los deportes. Si el momento
en el que ese pájaro atrapa un pez, o ese león se
lanza a por su presa salen borrosos, la foto pierde
bastante. Aquí las velocidades de obturación
rápidas también son importantes. 
• Efecto seda.  Si hay un efecto que nos gusta
bastante a casi todos los fotógrafos es el efecto
seda de agua o nubes en movimiento. Para poder
conseguirlo, es esencial trabajar con velocidades
de obturación lentas, de forma que recojamos el
movimiento dibujado por el agua de esa cascada,
por ejemplo.
• Barrido.  El barrido es una técnica muy atractiva
visualmente, que nos permite congelar a nuestro
sujeto en un entorno en movimiento. Para
conseguirlo debemos trabajar con velocidades
lentas, entorno a 1/60 segundos, y trazar nosotros el
movimiento a una velocidad aparente similar a la
que lo hace nuestro sujeto. Si quieres descubrir más
sobre ello no te pierdas este artículo. 
• Efecto zooming.  El efecto zooming  también
es  una técnica capaz de crear sensación de
movimiento, que consiste en realizar la toma
c o n  v e l o c i d a d e s d e o b t u r a c i ó n l e n t a s ,
un  diafragma  lo suficientemente cerrado y, lo más
importante, en la que, durante el tiempo que el
obturador permanece abierto, se varíe la distancia
focal del objetivo.
• Luz en movimiento/lightpainting. Otro tipo de foto
en la que la velocidad de obturación a utilizar está
muy clara es en fotos con  lightpainting. Aquí los
tiempos de exposición serán largos, es decir,
emplearemos velocidades de obturación lentas
para poder registrar el trazo de la luz que
queramos. Dependerá de la escena que hagamos,
usaremos velocidades más o menos lentas.
• F o t o g r a f í a n o c t u r n a .  E n  f o t o g r a f í a
nocturna  también es esencial trabajar con
velocidades de obturación lentas. Recuerda que
cuanto más tiempo estemos disparando la toma,
más luz dejaremos entrar al sensor, y eso en
fotografía nocturna es muy importante. Por
ejemplo, la siguiente fotografía está disparada a 25
segundos.
Exposición corta

Congela el movimiento
1/8000 - 1/2000
Exposición larga

Muestra el movimiento
1/25 sec.
ISO
Sensibilidad del sensor (ISO)
Es el elemento de la cámara que hace que la
imagen se vea bien. Sensibilidad del sensor
para capturar la luz
La  sensibilidad ISO  es, junto con la  apertura del
diafragma  y el  tiempo de exposición, uno de  los
tres elementos que definen la exposición en
nuestras fotos, lo que se conoce como el
famoso triángulo de la exposición.
La sensibilidad ISO marca la cantidad de luz que
necesita nuestra cámara para hacer una fotografía.
Este concepto, que viene arrastrado de la fotografía
convencional, se mantiene en la fotografía digital,
aunque sus fundamentos son algo diferentes.
Los Orígenes de la Sensibilidad ISO en Fotografía
pese que se use cada vez menos, la sensibilidad
ISO es un concepto que hemos heredado de
la  fotografía analógica.  Las películas fotográficas
están formadas por  haluros de plata, millones de
cristales transparentes sensibles a la luz,
agrupados. Podríamos decir que equivaldrían, a
grosso modo, a los  píxeles  del sensor de nuestra
cámara digital. 
El  tamaño  de estos cristales es lo que  marca la
sensibilidad  de la película y el grano que se
aprecia al obtener las copias reveladas.
Con el paso a la fotografía digital, se conservó el
concepto de sensibilidad ISO, aunque el
funcionamiento del sensor no tiene mucho que ver
en este aspecto, y el resultado, tampoco.
La luz es el elemento más importante a la hora de
realizar fotografías. Para controlar la luz que entra
en nuestra cámara, contamos con 3 parámetros
fundamentales, el conocido como "triángulo de la
exposición":
• Velocidad de obturación
• Diafragma
• ISO
La diferencia principal entre la ISO y los otros dos
parámetros es que tanto la velocidad de obturación
como el diafragma dejan pasar naturalmente más o
menos luz hacia el sensor de la cámara, mientras
que la ISO lo que hace es amplificar digitalmente la
señal, haciéndonos ganar más luz, pero a costa de
perder calidad en la imagen.
Por eso, siempre que sea posible, es recomendable
dejar el ISO lo más baja posible(100 o 200
dependiendo del modelo de tu cámara), y modificar
solamente los parámetros de velocidad de
obturación y diafragma. Sin embargo, esto no
siempre será una opción, ya que nos podemos
encontrar diversas situaciones en las que nos
veremos obligados a aumentar el ISO si queremos
realizar una fotografía bien expuesta:
• Cuando hay demasiada oscuridad
• Cuando queremos congelar un movimiento y no
podemos abrir más el diafragma
• Cuando queremos cerrar bastante el diafragma
para ganar más profundidad de campo
• Cuando queremos sacar más estrellas en
nuestra fotografía nocturna
Arriba, una fotografía disparada a 1/40, f.1,8 e ISO
100. Abajo, la misma fotografía disparada a 1/160, f.
5 e ISO 3200. Como se puede apreciar, el
incremento de ruido, sobre todo en las zonas
oscuras, es muy significativo
Ruido al Incrementar el ISO
Al incrementar el ISO para ganar más luz, vamos a
generar ruido en nuestras fotografías. El ruido es esa
especie de grano que aparece sobre todo en las
zonas más oscuras de la foto. Para entender el
concepto de ruido y cómo se genera, primero
debemos comprender cómo funciona la captura de
imágenes en nuestra cámara.
Todas las cámaras digitales poseen un sensor,
normalmente de tipo CMOS o CCD. El  sensor  de
nuestra cámara  es el chip encargado de la captura
de la imagen. Está compuesto por una malla de
miles de celdas fotosensibles en las que se recibe la
imagen formada por la lente.
Cada una de esas celdas  genera una corriente
eléctrica en presencia de la luz. Esa corriente
eléctrica será luego convertida en datos numéricos
que se almacenarán en forma digital binaria en la
memoria de la cámara dando origen a un píxel.
Gracias a la suma de todos estos píxeles
conseguiremos nuestra fotografía final.
Además de activarse con la corriente eléctrica, cada
una de esas celdas genera una cantidad más o
menos fija de corriente eléctrica (y por lo tanto de
datos) al azar, aún en ausencia de la luz y en
relación a la temperatura (cuanto más elevada sea la
temperatura, más generará). Estos datos aleatorios y
carentes de contenido son el tan temido ruido.
Entonces al subir el ISO lo que hacemos no es
incrementar la sensibilidad de esos elementos
captores, sino por una  amplificación posterior de la
señal  que estos emiten.  Como estos elementos
tienen una emisión de señal de base más o menos
fija, al capturar una señal lumínica débil y
amplificarla, estamos  amplificando también una
buena porción de la emisión de datos aleatoria del
chip, con lo que se mezclará una cantidad de señal
aleatoria sin contenido a la señal correspondiente a
la imagen. Y es  por eso que al incrementar el ISO
incrementamos también el ruido en nuestras fotos.
El ISO y el Ruido en la Edición Digital
Podríamos pensar entonces, después de saber
cómo se genera el ruido en nuestra cámara, que
merecería la pena subexponer una fotografía antes
que incrementar la ISO, para no generar ruido. Ese
concepto es muy equivocado.  Una fotografía mal
expuesta siempre tendrá una calidad inferior a una
fotografía bien expuesta. Intentar exponerla después
en programas como Photoshop o Lightroom siempre
generará más ruido que si la hubiésemos expuesto
correctamente al disparar, aunque hubiera sido
incrementando la ISO.
Subir el ISO no es malo, simplemente hay que
controlarlo y saber hasta dónde puede llegar nuestra
cámara.
Cada cámara tiene un tratamiento del ruido diferente,
y  depende de cada uno considerar hasta qué ISO
pueden subir en sus cámaras y sacar fotografías con
un ruido aceptable. Siempre podemos reducir un
poco el ruido en programas de edición, pero
perderemos definición y si nos pasamos podemos
empeorar tanto la fotografía que acabe pareciendo
una pintura al óleo.
ISO alto cuando hay mala iluminación
ISO bajo cuando hay buena iluminación
Algunas conclusiones

• La  mayor calidad de imagen  con una cámara


digital se obtendrá usándola a su menor sensibilidad
ISO equivalente.
• El uso de sensibilidades ISO mayores se traducirá
en un  aumento de pixeles distribuidos al azar,
principalmente en las zonas de sombra de la
imagen. El ruido, a diferencia del grano, no será
proporcional en toda la imagen, sino que se
manifestará de forma más evidente en las zonas
oscuras.
• El ruido se manifiesta más en algunos canales
que en otros. Normalmente el canal azul suele ser
el que contiene más ruido. Se puede editar este
canal posteriormente con algún programa de
edición para reducir el ruido mediante una
aplicación de filtros.
• Es fundamental realizar una correcta exposición
en nuestra foto independientemente del ISO que
tengamos seleccionado, ya que utilizar ISOs bajos
a costa de subexponer en exceso una foto puede
dar como resultado fotos de peor calidad que las
equivalentes bien expuestas con ISOs más altos.
EL EQUILIBRIO.

Lo importante de todo este conocimiento es


aprender a generar un equilibrio entre estos tres
elementos del triángulo para lograr la mejor
exposición de la imagen.
Para lograr esto debemos de comprender que, en
condiciones en las que la luz con la que contamos
es muy poca y el tipo de fotografía que vamos a
realizar, vamos a necesitar sacrificar alguno de los
efectos secundarios.
Fundamentos del sistema de zonas
El sistema de zonas fue inicialmente concebido
para exponer los negativos de blanco y negro.
Su utilidad es la de tener una herramienta que
nos ayude a concretar qué zonas son negras,
blancas, grises claros, grises oscuros etc.
Como la gama de tonos existentes entre el
blanco y el negro es tan grande, lo que se hace
es dividir ese espectro en una serie de zonas
más fáciles de distinguir por el ojo humano.
Estas zonas son un estándar basado en el
legado de Ansel Adams, y todavía hoy es
vigente.
Como referencia para exponer la zona de gris
neutro, podemos utilizar las típicas tarjetas y
compararla con la zona V, que representa el gris
a 18% (aunque hay cierto sector entre los
fotógrafos que defienden que esta zona de gris
neutro está mejor representada por un gris al
12%, y de hecho muchos fotómetros lo utilizan
para sus mediciones).
¿Y en qué se basa este sistema? En que la
distancia de una zona a otra representa un paso
en tiempo de exposición. Por ejemplo: la zona V
es tres pasos mayor que la zona II y dos pasos
más oscura que la zona VII.
La realidad es que hay muchísimos tonos de gris
intermedios en una fotografía. Estas zonas sólo
ayudaban a empaquetarlos en un grupo más pequeño.
Según el libro de Ansel Adams "El Negativo", podemos
dividir más aún estos grises:
• Grupo de valores bajos: las zonas 0 - I - II - III
• Grupo de valores medios: las zonas IV - V - VI
• Grupo de valores altos: las zonas VII - VIII - IX - X

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