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AUTOEVALUACION: OTRAS IDEAS SUELTAS1.

Exponente: Luis Eduardo Perez Marrugo

Edgar Balanta.

La presente reflexión interpelativa tiene la intención, si es que tiene intencionalidad


alguna, mostrar algunas ideas alrededor de la autoevaluación, el lugar desde y con
el cual se ha pensado, sus instantes y planos imbricados, sus definiciones y
construcción, en la inmanencia de los procesos mismos, los planes de
transformación institucional, de tal forma que estos planes no se trazan al final sino
que vayan tomando cuerpo en cada instante de las interrelaciones entre los planos(
condiciones) de la autoevaluación. Atendiendo a la idea expresada, la
autoevaluación la concebimos como el escenario donde cobran sentido los planos
de dicha autoevaluación, no como un plano (condición), particular, en tanto, si asi
fuese, ella sería una autoevaluación que, como un plano más, se autoevalúa al
hacer parte de la autoevaluación2. Contrario a esto podríamos comprender,
entonces, que la autoevaluación es la totalidad constituyente y constituida por
planos (condiciones), en movimientos transformativos, por tanto, no es una
condición de la autoevaluación; ahora, si aceptamos que sea plano (condición) sería
la “condición de todas las condiciones”.

Entendidas las cosas como se plantean en el párrafo anterior, la autoevaluación


como totalidad requiere ser pensada, sentida, efectuada, organizada, movilizada
por la totalidad del cuerpo profesoral, en colectivos, por planos (condiciones) o

1
Esta breve reflexión hará parte de otras dos reflexiones anteriores, las cuales fueron integradas en un solo
texto remitido la semana pasada.
2
Vease el decreto 4790 y la guía de orientación para la apropiación de las condiciones de verificación de la
calidad de las escuelas normales.
grupos de estas, sin perder la Inter fecundación entre ellas y ellos, en el marco de
la totalidad autoevaluativa y coordinada por un Comité3 que esté atento a lo
pensado, a lo movilizado, a la problematización y compilación investigativa de
evidencias y testimonios del proceso, por los colectivos y por el comité mismo, a su
vez, muestre pistas para reorganizar y revisar críticamente, con los colectivos, los
caminos transitados por todos y cada uno de ellos. Siendo así, se requiere
pensarnos si la coordinación de la autoevaluación es un gesto administrativo o un
gesto académico que implica una mirada epistemológica, investigativa, pedagógica
y política, que no excluye lo administrativo, teniendo en cuenta la postura
sociocrítica compleja (¿quizá también decolonial?) si nos atenemos a la perspectiva
que se asume o se dice asumir en la nuestra Escuela Normal.

Si miramos la autoevaluación como gesto administrativo, solo se requiere definir y


distribuir funciones, responsabilidades, presentar informes, entregar a la Comisión
de sistematización y elaboración final de documento para responder a los
requerimientos determinados por la política normativa de un ministerio. Siguiendo
la normativa sería algo así como: “Planeación, Obtención de Información,
Evaluación, Presentación y Estrategias de Mejora”4. En estas condiciones, seria

3
Creo que una cosa es un Comité de coordinación de Autoevaluación y otra un comité o Comisión de
escrituración de un documento que recoja el ejercicio autoevaluativo. Este último, no tiene la responsabilidad
de coordinar todo el movimiento autoevaluativo, proponer rutas, escuchar propuestas, valorarlas,
repensarlas, convocar encuentros, etc, pues sería tarea del primero; pero este primero, no tendría la
responsabilidad de sistematizar escrituralmente el movimiento autoevaluativo, pues sería tarea del segundo.
Ahora lo expuesto no excluye que el Comité de autoevaluación integre la sistematización escritural a sus
responsabilidades o que la Comisión de escrituración haga suyas las de coordinación del proceso. Tengo
entendido que en nuestra Normal se postularon y se designaron algunos profesores para integrar la Comisión
de sistematización y/o escrituración, la cual ira recopilando los procesos y escrituras desarrollados por planos
o grupo de planos (condiciones) y de sus interrelaciones; adicionalmente, estos profesores, harán o hacen
parte de alguno de los colectivos que tienen la responsabilidad de trabajar en una ( o grupo) de condiciones.
4
Si pensamos las singularidades que la normatividad y la política ministerial establecen en la “condición de
autoevaluación”( Autoevaluación en coherencia con el plan de mejoramiento Los indicadores de
desempeño y metas de calidad que se tienen en cuenta en la autoevaluación del programa de formación
complementaria son coherentes con el plan de mejoramiento definido para el programa; La autoevaluación
del programa de formación complementaria está enmarcada en las cuatro áreas de gestión; El plan de
mejoramiento del programa de formación complementaria responde a las prioridades identificadas en la
autoevaluación en cada una de las áreas de gestión; Conocimiento del plan de mejoramiento del programa
de formación complementaria por la comunidad educativa; Seguimiento al desarrollo del plan de
mejoramiento del programa de formación complementaria y evaluación de resultados). observamos que el
lenguaje usado sigue mostrando el carácter administrativo de la autoevaluación como condición, así tenemos
el plan de mejoramiento se reitera en cuatro de las cinco “singularidades”( indicadores de desempeño),
legítimo y valido preguntarnos, ¿hasta dónde la autoevaluación, como condición o
no, se convierte en una experiencia transformativa del cuerpo institucional y de los
cuerpos que se habitan ese cuerpo y más allá de el?, hasta donde la autoevaluación
deja de ser una acción de tan solo autoevaluar el movimiento de las cosas y no de
“autoevaluar el movimiento de las cosas y de los sujetos que mueven las cosas?”.

Si concebimos la autoevaluación como esto último, hasta donde es procedente,


aceptar la afirmación que reza en el discurso oficial: “Autoevaluación en coherencia
con el plan de mejoramiento?”. Desde aquí podríamos seguir interpelando: es el
plan de mejoramiento quien traza los caminos de la autoevaluacion?; el plan de
mejoramiento esta previamente definido y desde esa definición se adelanta la
autoevaluación?; ese plan de mejoramiento es el plan precedente a la
autoevaluación, por tanto, desde este, se auto-evaluacion sus resultados?5; la
función de la autoevaluacion es evaluar resultados, no revisar críticamente “las
dinámicas concretas de la situación concreta de nuestra escuela y no solo del
Programa de Formación Complementaria?”6; si el plan emerge de investigar “las
dinámicas concretas de la situación concreta” seria para mejorar lo que “se vive” o
transformar, en el camino y más allá de este, lo que “se vive” y ha sido investigado?7

gestión sucede casi lo mismo, hasta llegar a indicadores de calidad y evaluación de resultados. En síntesis: se
autoevalúa para trazar un plan de mejoramiento, se traza el plan para ser evaluado. Mejorar es una acción
donde lo que se tiene se le introducen cosas “nuevas”, estrategias “nuevas”, innovaciones, podríamos decir,
pero todo sigue como venía; transformar es otra cosa, implica transgredir, agrietar, resistir, disrumpir, hacer
emerger otros caminos. Mejorar es realizar una actividad; transformar es vivir experiencias.
5
Si esto es asi, se trataría de recurrir al plan de mejoramiento anterior, autoevaluarlo con unos indicadores
para establecer, sin problematización alguna, si se cumplió o no dicho plan. Seria preguntarnos: ¿dónde está
o están, el plan o los planes de mejoramiento anteriores? “Apliquémosle” la autoevaluación para ver en que
se mejoró, este orden de las ideas la autoevaluación no sería más que una tecnología, es decir un conjunto de
procedimientos algorítmicos de estricto cumplimiento que posibilitan llegar a una medición de resultados de
lo previamente establecido, en este caso el plan de mejoramiento.
6
En la política se dice expresamente: Los indicadores de desempeño y metas de calidad que se tienen en
cuenta en la autoevaluación del programa de formación complementaria son coherentes con el plan de
mejoramiento definido para el programa.
7
A este proceso se la ha venido denominando Trayectancia siguiendo a Bernard Michel (2006) Formacion,
distancia y tecnología. Barcelona, ediciones Pomares). En la trayectancia se construyen caminos al caminar
hacia el horizonte y se transforma el sujeto que camina construyendo caminos ( Antonio Machado ya lo dijo
mucho mejor) ; es distinto a la trayectoria donde se sabe de donde se sale y a donde se ha de llegar. En este
orden de las palabras, podríamos decir que la autoevaluación podría ser pensada como Trayectancia o como
trayectoria. ¿Cuál es nuestro lugar para pensarla?
En conclusión, muy apretada, las ideas expuestas convocan, quizás, a seguir
repensando la autoevaluacion de nuestra institución por un camino acontecimental,
de “campo”, es decir, zigzagueante, incierto, de pausas, lentitudes, retornos, de
continuo movimiento, de juego y debates entre ideas distintas que generan
inquietudes, interpelaciones, interrogaciones, existentes o inexistentes aun, es decir
como un ejercicio de problematización.

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