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SEGUNDO PARCIAL – FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

4to año – Semipresencial


Fernando de los Ángeles – 4.303.284-2

Analiza la siguiente cita de Nietzsche a la luz de la teoría Nihilista y de conceptos como: lo


histórico, lo no histórico, fuerza plástica, intempestiva, la utilidad de la Historia y sus peligros,
así como también la crítica que realiza Nietzsche en su obra hacia la cultura del momento (la
visión de la Historia)

"Un fenómeno histórico pura y completamente conocido, así como reducido a ser un
fenómeno cognositivo es, para quien lo conoce de esta forma, algo muerto: porque
reconoce allí la ilusión, la injusticia, la pasión ciega y, en general, todo horizonte
terrenalmente oscurecido que rodea a ese fenómeno y -justo en ello- también su poder
histórico. Este poder se ha convertido ahora, para quien lo ha conocido, en algo impotente,
aunque tal vez no fuera así para él en cuanto ser vital” Nietzsche, F. "Sobre la utilidad y el
perjuicio de la Historia para la vida. [II Intempestiva]" p. 51

Nietzsche en su obra “Sobre la utilidad y perjuicios de la historia para la vida [II interpretativa]”,
realiza una crítica a la sociedad moderna y a la historia por la cual estos están orgullosos. Creo importante
destacar, que él no rechaza el saber histórico, sino la forma en la que se utiliza en el siglo XIX. Por lo tanto, su
postura pretende decirnos que la vida necesita de la historia, pero esta no debe servir para “[…] encubrir la
vida egoísta y la acción vil y cobrade” (NIETZSCHE, p.32). El autor realiza una crítica al historicismo ya que
“[…] se ha desarrollado [de forma penosa] en las dos ultimas generaciones, sobre todo en Alemania” (p.32).
El no pretende en este punto glorificar los logros de su país, sino que se centrara en realizar una critica a la
cultura. Es aquí donde se muestra intempestivo, es decir actuó en contra de su tiempo y a favor de un tiempo
futuro. Él pretende que nosotros podamos poner a la historia al servicio de nuestra vida, es decir, la historia es
un “mal necesario”, ya que, a través de la transformación de los hechos del pasado, el hombre se vuelve hombre,
sin embargo, “[…] un exceso de historia aniquila al hombre […]” (p.41). La historia debe servir para
reflexionar. Para Liliana Regalado de Hurtado (2010), “[…] Nietzsche proyecta una mirada cuestionadora
sobre las propuestas de ‘comprensión del pasado’ de su época y, sin intentar desvirtuar la creencia acerca de
la existencia de un pasado del que pueda aprender algo […]” (REGALADO, 2010:211)
Comienza haciendo una comparación entre los hombres y los animales, “[…] [el hombre] envidia al
animal que inmediatamente olvida y ve cada instante […]. Vive así el animal en modo no-histórico, […]”
(NIETZSCHE, p.37). Es a partir de esta idea que nos muestra lo que diferencia a uno del otro, y su propuesta
es que los hombres debemos aprender a olvidar, de la misma forma que el animal lo hace. La memoria histórica
juega un papel clave en la vida diaria y en la sociedad en su conjunto. Permite ayudar a construir nuestra
identidad tanto grupal como individual. Gran parte de la visión que tenemos del mundo se ve influenciada por
la forma en la que percibimos o entendemos los eventos del pasado. Nuestro sentido de justicia, nuestra
identidad política, nuestras tradiciones y cultura, nuestra consciencia social, (entre muchas otras cosas), la
generamos en base a la memoria histórica. Umberto Eco (2008), plantea que, “[...] la memoria es nuestra
identidad, nuestra alma. Si perdés hoy la memoria, ya no hay alma, sos una bestia. Si sufrís un golpe en la
cabeza y perdés la memoria, te convertís en un vegetal. Disminuir mucho la memoria es disminuir el alma
[…]”. Para Nietzsche el olvido es necesario, sin embargo, el hombre no puede desprenderse del pasado, no
puede dejar de vivir de manera histórica.
La dicotomía entre lo histórico y lo no histórico puede encontrase, al decir de Nietzsche, en que por un
lado podemos hallar todo aquello que carece de historia, es decir lo animal, lo vital e incluso lo infantil, ya que
estos no tienen un pasado o presente que olvidar, mientras que en la “vereda del frente”, podemos encontrar lo
histórico, representado mediante los recuerdos y la muerte.
Lo histórico y ahistórico, se encuentra a través de la “fuerza plástica”, ¿pero que es esta fuerza plástica?
¿En que consiste? Nietzsche dirá es la capacidad por la cual un pueblo o cultura se apodera del pasado y lo
transforma, ya sea para tratar curar las heridas de los hechos del pasado o para renegar de ella, es por eso que
necesitamos “[…] saber con exactitud cuánta es la fuerza plástica de un individuo, un pueblo, de una cultura”
(p.39). Esas personas que son incapaces de superar las atrocidades del pasado, carecen de la fuerza plástica, y
eso genera claramente una dominación del pasado sobre su presente. Del otro lado, se puede apreciar a las
personas con gran fuerza plástica, es decir, los invulnerables completamente a todo tipo de tragedias o
atrocidades que pueda cometer. Por lo tanto, ¿Debe ser el hombre un ser “ahistórico”? Desde los planteos de
Nietzsche no, ya que difícilmente el hombre pueda olvidar, y es por esta razón que dirá “[…] lo histórico y lo
ahistórico son igualmente necesarios para la salud de los individuos, de los pueblos y de las culturas” (p.40).
Aquí, los sujetos deberán marcar el limite entre que olvidar y que recordar, este planteo me trae, claramente, a
nuestra historia reciente, donde muchos pretenden olvidar, e incluso niegan, aquellos doce años de oscuridad,
mientras que otros a través de ese suceso histórico pretendemos no solo reflexionar, sino que buscamos no
repetir la historia. Aquel que reconoce las injusticias cometidas por el accionar humano, se lo conoce como
suprahistóricos, ya que a través de su pensamiento “[…] ilumina desde el interior toda la historia de pueblos e
individuos […]” (p.46), por esa razón no necesita de la historia.
Luego de esta interpretación, me pregunto ¿Es posible olvidar siendo los hombres seres culturales e
históricos? Es vidente creo, que nosotros los hombres/mujeres no podemos separarnos del pasado y esto de
debe, al menos para mí, a que como seres sociales debemos conocer la historia y de esta manera no repetir
acontecimientos o atrocidades, es por esa razón que “todo individuo, todo pueblo necesita, según sus objetivos,
fuerzas y necesidades, un cierto conocimiento del pasado, ya sea como historia monumental, anticuaria o
crítica”. (p.69). ¿A quién le pertenece la historia? La historia le pertenece a los poderosos, es decir a los
hombres de acción, “a que libra una gran lucha”, el que a través de la monumentalidad busca imitar el pasado
que añora, claramente esta forma parte de la historia política y de una cultura erudita que pretende o esta a la
medida de personajes importantes. “[…] lo monumental no debe renacer, y para impedir esto, aducen que la
autoridad de lo monumental proviene del pasado” (p.57), y es por eso que se debe “[…] dejad a los muertos
que entierren a los vivos” (p.58).En síntesis, lo monumental, por lo tanto, implica detenernos y ponernos a
pensar que aquellas hazañas de la humanidad están en el presente y como tal inspira e incluso promueve el
surgimiento de “monstruos” que justifican sus acciones a través de acciones de “héroes” o “caudillos”, cayendo
así en un fanatismo irracional.
Otro de los aspectos que hace referencia el autor es la historia anticuaria, donde los hombres buscan en
todo momento la conservación y veneración de los hechos pasados. Para Nietzsche esta “[…] no percibe la
mayor parte de los fenómenos, y lo poco que percibe los ve demasiado cerca y de forma muy aislada. […]
considera todo igualmente importante y, por eso, da demasiada importancia a las cosas singulares.”
(NIETZSCHE, p.62). El pasado, ¿por qué?, no solo nos permite conocer, sino que muchas veces a través de las
tradiciones, el hombre ha podido identificarse como miembro de la sociedad, y es a partir de esa identidad que
el pasado puede conectarse con el presente. El pensar históricamente, y más en este contexto del
“fortalecimiento de competencias para la vida”, nos permite ponernos en el lugar del otro y así comprender
experiencias de diferentes culturas (empatía histórica). ¿Qué sucede si hay un exceso de la historia anticuaria?
Rememorar todo lo antiguo como bueno y lo presente, quizás, como malo, y aquí aparece la negación al tiempo
presente, ya sea por ignorancia o por ser “hombre de otro tiempo”. Se podría citar algunos ejemplos y
comentarios que realizan muchas personas, como nuestros padres o abuelos: “la música de antes era mejor al
ruido que hacen hoy en día”, “en mis tiempos había valores y respeto”, entre otros. Al resaltar estos aspectos,
Nietzsche, realiza la siguiente metáfora “[…] el árbol siente sus raíces más de lo que él puede verlas” (p.62),
esta búsqueda del pasado genera un sentimiento de pertenencia, que esta “enraizado” en las costumbres o
tradiciones, quizás, por temor a un presente desconocido, prefieren quedar estancados en un pasado que dejo
de existir en lugar de adaptarse a los nuevos tiempos y avanzar, por lo cual se sedentarizan. Es importante,
deconstruirnos, y tener presente que no todo tiempo presente es bueno, y que no todo tiempo del pasado es
“glorificable”.
Por último, el autor plantea una historia crítica, a través de la cual se pretende “enjuiciar” o condenarlo,
y es por esa razón que “para poder vivir, ha de tener la fuerza, y de vez en cuando utilizarla, romper y disolver
una parte de su pasado” (p.64), condenar este pasado permite liberarnos. Nietzsche dirá que todo pasado debe
ser condenado, siempre que examinemos de forma critica el pasado, “[…] se ataca con un cuchillo a las raíces”
(p.66). La condena del pasado jamás se hará desde el punto del conocimiento o la justicia, sino que será desde
el punto de vista vivencial, y eso convierte a la condena como injusta. Esta acción es peligrosa, al decir de
Nietzsche, ya que “[…] somos el resultado de generaciones anteriores, somos además el resultado de sus
aberraciones, pasiones, errores, […], de sus delitos” (p.66). Además, la peligrosidad se haya en que muchas
veces no sabemos que tanto debemos olvidar de ese pasado.

BIBLIOGRAFÍA_
- ECO U. (2008): Entrevista realizada por el periodista y escritor Juan Cruz, Bs. As.
- NIETZSCHE, F. “Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida”.
- REGALADO DE HURTADO, L. (2010): “Historiografía occidental. Un tránsito por los predios de
Clio”. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
- VANIOFF, I. (2012): “Memoria y olvido en el pensamiento del joven Nietzsche”. En Revista de
investigaciones en Filosofía. 2013. Chaco, Argentina.
PREGUNTAS:
1) ¿Cómo define Ricouer el “círculo” entre narración y temporalidad?
Paul Ricouer (1995), parte de la idea de que “[…] entre la actividad de narrar una historia y el carácter
temporal de la existencia humana existe una correlación que no es puramente accidental, sino que presenta la
forma de necesidad transcultural”, es decir, “[…] el tiempo se hace tiempo humano en la medida en que se
articula en un modo narrativo, y la narración alcanza su plena significación cuando se convierte en una
condición de la existencia temporal.” (Ricouer, 1995:3). La experiencia que tenemos nosotros del tiempo se
separa en dos perspectivas que son la del tiempo vivido de manera existencial entre nuestro nacimiento y
nuestra muerte; y el tiempo cósmico donde los instantes suceden sin fin. La inmensidad del tiempo del mundo
golpea frontalmente nuestro sentir de la brevedad de nuestra vida.
El punto inicial, para Ricouer, será el tiempo agustiniano y la construcción de la trama de Aristóteles, por
el cual pretende “[…] mostrar el papel mediador de este tiempo […] entre los aspectos temporales
prefigurados en el campo práctico y la refiguración de nuestra experiencia temporal por este tiempo
construido. […], el paso de un tiempo prefigurado a otro refigurado por la mediación de un configurado.”
(Ricouer, 1995:4).
A lo largo de su trabajo, el autor intentará demostrar que la temporalidad llevada al campo de lenguaje,
es de carácter particular, en la medida que se configura y refigura experiencia temporal. En síntesis, este no va
negar la circularidad del tiempo, por lo cual cree que este es un virtuoso y no vicioso. Los caracteres temporales
de la narración, pretende incorporar las configuraciones de la propia capacidad de acción. Es evidente que
“[…] la comprensión de la acción no se limita a una familiaridad con la red conceptual de acción y con sus
respectivas mediaciones simbólicas” (p.7). Paul Ricouer, en sintonía con San Agustín, sostiene que hay triple
presente y no un tiempo pasado, tiempo presente y tiempo futuro. A partir de esta estructura de
intratemporalidad es que se puede caracterizar aquella temporalidad de la acción, cuyo presente análisis logra
convertirse en fenomenología y la semántica de la acción. Esta intratemporalidad definida como una estructura
básica del cuidado, re reduce a preocupación. El ser en el tiempo es ante todo contar con el tiempo, y se
manifiesta con un carácter inflexible de la importancia del tiempo lineal. La preocupación es la determina el
sentido del tiempo.
Será a partir de la mimesis III, donde el autor intentará centrarse en relacionar la narración y la
temporalidad a través del “Circulo hermenéutico”, que servirá fundamentalmente para comprender la conexión
entre narración y tiempo.
El circulo de la mimesis, donde se propone un círculo y no una progresión de uno a tres. Si bien si
acepta la circularidad esta no es viciosa. El autor plantea el carácter viciado a través de “[…] dos versiones de
la circularidad. La primera subraya la violencia de la interpretación; la segunda, su redundancia” (p.15). la
violencia de la interpretación seria la imposición narrativa sobre la disonancia temporal por el propio consuelo
a la muerte, es decir solo es una mentira, el engaño pierde el carácter dialógico entre el tiempo y la narración.
“La sospecha de violencia interpretativa no es menos legitima en este caso extremo. Ya no es la
“concordancia” la que se impone por la fuerza a la “discordancia” de nuestra experiencia del tiempo. […].
Se puede, […], presumir con fundamento que la pretendida discordancia de nuestra experiencia temporal no
es mas que un artificio literario” (p.16). La redundancia de la interpretación por su parte hace referencia a la
propia mimesis I. El análisis de la mimesis I hace referencia al aspecto simbólico de la acción.
“el circulo hermenéutico de la narración y del tiempo renace así sin cesar del círculo que forman los
estadios de la mimesis” (p.18). La lectura es el portador de la actitud de la trama y así modeliza la experiencia,
la cual recobra y concluye el acto configurante que toma lo diverso de la acción y lo unifica en la trama. Aquí
el autor plantea la esquematización y tradicionalidad ya que son categorías que interactúan entre la operatividad
de la escritura y lectura. Entonces la trama une el texto con el lector (la mimesis III une a la II a través de la
lectura).
La Narratividad de la obra se proyecta y construye a partir de la interacción entre el mundo del texto y
el del lector. Para hablar de la relación existente entre el sentido y la referencia se usa la metáfora viva donde
la intención del discurso es inconfundible con el significado de la frase. “el acontecimiento completo no solo
consiste en que alguien tome la palabra y se dirija a un interlocutor; también en que desee llevar el lenguaje y
compartir con otro una nueva experiencia, […]”. El hacer narrativo resignifica el mundo en su dimensión
temporal en la medida en que narrar es rehacer la acción. Para Ricoeur el problema referencial y la idea de
verdad en el relato histórico se centra en que los acontecimientos narrados hayan tenido una intencionalidad
histórica, a diferencia del relato ficción donde se cuenta un acontecimiento como si hubiese tenido lugar.
Para Ricouer, el tiempo narrado, se refleja mediante “[…] los rasgos temporales del mundo refigurado
por el acto de configuración para precisar […], el problema de la referencia cruzada entre la historiografía y
la narración” (p.22). La trama es recordada y definida como la síntesis de lo heterogéneo. “[…] la obra
narrativa es una invitación a ver nuestra praxis como” (p.22), aquella simbolización interna de la acción la
cual es “re-simbolizada”. En relación al tiempo de la acción propone una teoría del tiempo refigurado una
fenomenología del tiempo que no podría sustentarse en la teoría agustiniana del tiempo. Por lo tanto, sostiene
que la poética de la narratividad responde y corresponde a la aporótica de la temporalidad.
Para finalizar, me pregunto ¿cómo podemos medir entre estos dos tiempos que se dan en el hombre, entre
tiempo vivido y el tiempo cósmico? Ricoeur (1991), buscara esa articulación fijándose en el lenguaje,
inscribiendo a través del lenguaje su experiencia vivida del tiempo en el tiempo cósmico. Para eso crea un
tercer tiempo, que es propiamente el tiempo humano, y que es lo que llama tiempo del calendario donde se
inscriben los acontecimientos. Ricoeur va demostrando cómo el lenguaje, y en particular en el relato, el hombre
encuentra su identidad en el mundo. Buscará en el relato histórico esa articulación entre el pasado cósmico y
el tiempo humano. En otras palabras, yo como individuo vivo mi breve tiempo de vida dentro de otro tiempo
inconmensurable del cosmos, para darle sentido a mí ser debo conocer mi pasado que se da en acontecimientos
que son importantes porque la sociedad así los considera estando en la memoria de todos.
Este relato no es una simple enumeración, en orden serial o sucesivo, de los acontecimientos, sino una
estructuración que transforma esos acontecimientos en algo que todos nos reconozcamos, dándole sentido a
toda la sociedad, dándole una identidad narrativa a pueblos y naciones, comunidades que a través del relato de
acontecimientos se sienten cercanos a ellos reconociendo su pasado.
La relación entre el tiempo de los acontecimientos y el tiempo relato se da en el tiempo presente, no
porque existan sino porque demuestra que existieron dichos acontecimientos; el historiador los rescata en su
relata que también lo hace en el presente. Es decir que, en el presente se encuentran los acontecimientos que
ocurrieron en el pasado porque el historiador los narra en la actualidad. Por eso dice, Ricoeur (1991), que el
pasado permanece ausente de la historia, porque cuando se escribe un relato se lo recuerda, se trae hacia el
presente ese acontecimiento. La historia relatada se convierte en una totalidad temporal de características muy
particulares, que actúa como mediadora entre el tiempo como paso y el tiempo como duración. Es preciso
caracterizarla como aquello que dura y permanece a través de aquellos que pasa y permanece. El relato histórico
actúa como anclaje de los acontecimientos que han quedado en la memoria y son relatados para que no se
olviden en el tiempo. Se habla aquí de un triple presente y se recuerda a San Agustín citado por el autor, cuando
advierte que: “[…] el presente del pasado, dice, es la memoria; el presente del presente, es la visión; el presente
del futuro, es la espera […]” (Ricouer, 1991:15).
Durante nuestra vida tenemos una actividad de construcción, mediante la cual intentamos, a través de la
narración reencontrar y no simplemente imponer, la identidad que nos constituye como ser. A esta comprensión
de sentido Ricoeur la llama identidad narrativa. La identidad narrativa busca proporcionar unidad al conjunto
de la vida humana.

BIBLIOGRAFÍA:
- RICOUER, P. (1991): “El Tiempo Relatado”. En “Miradas sobre el tiempo 9”, El correo de la Unesco
- RICOUER, P. (1995): “Tiempo y Narración I. configuración del tiempo en el relato histórico”.
España, Siglo XXI.
- Cuaderno de apuntes de clase de Historiografía 2. IPA. Prof. M. Guadalupe López.

2) ¿Cómo W. Dray entiende que el historiador debe llegar a la verdadera comprensión de la


Historia?
Para comenzar el análisis de los planteos del filosofo W. Dray, creo importante destacar que este es un
uno de los más críticos a la visión positivista de la historia, y al modelo explicativo hempeliano, quien utiliza
leyes generales para explicar e interpretar fenómenos o acontecimientos: “La función principal de las leyes
generales en las ciencias naturales es conectar hechos en pautas a las que habitualmente se las denomina
explicación y predicción.” (HEMPEL, 1979:237). Este planteo sostiene las leyes naturales, un hecho histórico
puede repetirse, siempre que se den factores condicionantes idénticos.
Tal como lo trabajamos anteriormente, los defensores de esta postura consideran que la Historia no es
una ciencia y como tal no puede someterse a los métodos propios de las ciencias de la naturaleza, por lo cual
el método requerido debe ser propio, ya que la explicación que realiza el historiador sobre el acontecimiento
debe centrarse en la construcción de una narrativa donde se pueda captar, la complejidad de los eventos pasados.
La Historia como ciencia, “[…] sólo esta obligada a averiguar qué sucedió” (DRAY, 1965:7). Esta
“averiguación” o “transmisión” debe realizarse mediante los aspectos de la vida cultural cuales son los
acontecimientos o hechos históricos. Recordando el planteo de Walsh, trabajado en el curso, y su aporte con
respecto a la explicación en la historia, la academia científica no pretende explicar los fenómenos naturales, es
decir, no pretenden dar el “por qué”, sino que buscan “[…] demostrar que es un ejemplo de una o más leyes
generales […]” (p.20). Por otra parte, el historiador, busca dar explicación de los hechos que estudia, mediante
la relación entre un acontecimiento particular y su relación con otros. Desde la filosofía de la historia se parte
del supuesto de que el “[…] conocimiento histórico no es abstracto, si no que en cierto modo es concreto”
(p.21).
El debate filosófico planteado por Dray, sobre la comprensión histórica, busca de alguna manera hacer
un análisis de la idea de la historia, y a partir de ella, al igual que plantea Collingwood, cuestionar al
positivismo, ya que “[…] para la historia, el objeto que ha de ser descubierto no es el mero hecho, sino el
pensamiento allí expresado. Describir ese pensamiento es haberlo comprendido” (DRAY, p.18).
Entonces me pregunto: ¿Qué es la Historia para la corriente explicativa? ¿Cuál es el método correcto
para comprender y analizar los fenómenos históricos? ¿Cómo debo comprender y relacionar el accionar de los
sujetos históricos o las “leyes” que conectan los hechos históricos? ¿Realmente la idea de la historia es la
historia del pensamiento? Frente a estas interrogantes, considero que las “leyes científicas” no pueden acceder
al pensamiento de los sujetos o actores históricos, por lo cual “[…] el acto de pensar solamente puede ser
estudiado como un acto” (Dray, 1965:20)
El autor, sostiene que los historiadores para comprender los acontecimientos históricos en “[…] rara vez
mencionan las leyes universales cuando dan explicaciones de los hechos” (p.10), si no que su análisis es
producto del análisis de las causas que provocan los hechos del pasado humano, a diferencia del científico que
no busca o tiene interés por los casos particulares, sino que elabora teorías generales, que pretenden no
solamente explicar, sino también realizar conexiones de causas, y de esta manera ver la relación con las leyes
formuladas. ¿Entonces se puede establecer relaciones causales entre los hechos históricos para explicarlos? Es
importante destacar, como características esenciales la idea de “continuidad”, por el cual un hecho histórico se
relaciona con otro.
Comprender, dice Collingwood, implica que el historiador pueda re-crear en su mente, mediante las
fuentes los pensamientos, por lo cual la historia es una acción reflexiva, y como tal “[…] el objeto de su acción
no puede ser comprendido sin un poco de razonamiento práctico […]. […] al considerar los pensamientos del
agente, debe ver que desde el punto de vista del agente lo que hizo fue realmente lo único que podía hacer”
(DRAY, 20). La historia se encarga de dar “explicaciones individuales”, mediante el análisis causal de los
hechos, por lo cual las acciones se realizaron en base a un contexto histórico. En este sentido, Walsh, sostiene
que los historiadores cuando analizan “[…] un acaecimiento histórico particular, […] [empezará] la explicación
diciendo que hay que considerar el hecho […] como [parte] de aquel tiempo” (WALSH, 2006:66). Walsh, al
igual que Dray, sostienen para explicar la historia se debe realizar una relación entre acontecimiento y contexto
histórico, con la intención de buscar y comprender las acciones humanas.

BILIOGRAFÍA_
- DRAY, W. “Capítulo II: Comprensión histórica”. En “Filosofía de la Historia”. México, 1965, pp.6-
35
- HEMPEL, C., (1979): “La función de las leyes generales en la historia”. Bs. As. Paidos.
- WALSH, W. (2006): “Introducción a la filosofía de la Historia”. México, Siglo XXI. (versión web)
- Cuaderno de apuntes de Filosofía de la Historia – IPA – 2022 – Prof. Carla Larrobla

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